RETRODEZCAN

Este imperativo es del todo incorrecto pero me resulta más contundente que el original RETROCEDAN. Por lo tanto, si la Real Academia de la Lengua Española me lo permite, desde hoy en adelante haré uso exclusivo de él.
Con RETRODEZCAN pretendo dar a conocer parte de mi obra pictórica, escultórica, fotográfica y, en menor proporción, literaria y, a la vez, mantener una corriente de opinión sobre los acontecimientos de naturaleza artística de hoy día.
Espero que tomeis la sabia decisión de manteneros a una distancia prudencial de mis opiniones aquí vertidas que no siempre tienen por que ser del agrado de la mayoría; ¿o, sí?

domingo, 31 de agosto de 2008

FIESTAS. 2). El Gran Poder (Semana Santa)

En su mayoría, los niños continuan engrosando la nómina de voluntarios en el seno de estos estamentos. Las paradas de carácter militar revestian las procesiones de una severidad y disciplina a la que era practicamente imposible sustraerse, disfrazando de este modo la realidad de una política chata y prohibicionista amparada por el régimen franquista de entonces.
La utilización de niños para estos menesteres, aparentemente lúdicos, me producían una cólera muy difícil de evitar como no fuera dando testimonio para la posteridad, auxiliado siempre por mi cámara fotográfica que casi nunca olvidaba y que me retrotrae ahora a los años de una juventud ya perdida en la nebulosa de lo que significó el franquismo para aquella "ilustre" generación como la nuestra.

4 comentarios:

  1. DE LA SEMANA SANTA PORTUENSE

    DURANTE los años del Barroco hizo fortuna en la pintura hispana un género mediante el cual se llevaron al lienzo numerosas imágenes religiosas, caracterizadas por la gran devoción que despertaron entre los devotos, las cuales fueron asimismo grabadas, hecho que contribuyó sobremanera a la difusión de su iconografía. Se trata éste de un género pictórico, fundamentalmente de carácter doméstico, que, valiéndose de la pormenorizada y exacta plasmación de los aditamentos y exorno que rodean a las sagradas efigies en sus retablos, tronos o camarines —como la orfebrería, joyas y ricos tejidos— trataba de hacer creer al espectador que se hallaba ante la imagen original, haciendo de estas veras efigies o verdaderos retratos un auténtico "trampantojo a lo divino". Así, devotas imágenes como el Cristo de los Dolores, del Perdón, de Bur¬gos, la Virgen de Atocha, de la Almudena, de la Paloma o la del Sagrario de Toledo, entre otras muchas, fueron trasladadas al lienzo mediante los pinceles de maestros —como Carreño de Miranda, Coello o Valdés Leal—a lo largo de los siglos XVII y XVIII.

    Con respecto a las Islas Canarias, el archipiélago cuenta asimismo con interesantes muestras de este género, destacando, especialmente, las creaciones debidas al insigne pintor tinerfeño Cristóbal Hernández de Quintana (1651-1725), quien plasmó con sus hábiles pinceles algunas de las imágenes que fueron objeto de la mayor devoción. Este es el caso de la Virgen de Candelaria, Patrona de Canarias; el Cristo de La Laguna, el Cristo de Burgos y la Virgen de la Caridad, venerada en La Geria (Lanzarote), entre otros sagrados simulacros que también se representaron en el Setecientos por parte de artífices que laboraron bajo el poderoso influjo quintanesco, destacando la serie dedicada a Ntra. Sra. de los Remedios, Patrona de Tenerife, efigie sevillana (ca. 1515) venerada en su capilla de la Catedral de La Laguna.

    Una de estas devotas imágenes es la talla de El Gran Poder de Dios que preside el retablo de la cabecera de la nave colateral del Evangelio, en la parroquia matriz de Ntra. Sra. de la Peña de Francia, en Puerto de la Cruz (Tenerife). Se trata de una hermosa escultura vestidera, realizada en madera policromada, que nos muestra a Cristo sedente en actitud meditativa, provista de peluca natural y rica túnica de terciopelo burdeos bordada en oro, mientras que sus pies —que reposan sobre un cojín—son aprisionados por grilletes de plata y en su cabeza luce un hermoso solio de plata calada y sobredorada, rematada por una serie alternante de rayos rectos y flameados. El Cristo aparece flanqueado por dos ángeles cordoneros, tallados por Sebastián Fernández Méndez en 1755, y ricamente policromados y estofados por el pintor local José Tomás Pablo (ca. 1718-1778). A este artífice se debe asimismo, entre otros trabajos, la policromía y dorado de los dos tronos procesionales del Cristo, elaborados por los carpinteros Fernando de Arbelo y Manuel González en 1748 y 1750, años en los que Pablo Pérez del Castillo ocupaba la mayordomía de la Cofradía de El Gran Poder de Dios y Las lágrimas de San Pedro.

    La imagen, adquirida —según la historiografia artística— en uno de los numerosos talleres sevillanos de imaginería, en las postrimerías del Seiscientos, por el capitán de Artillería Pedro Francisco Martínez —alcalde de Aguas del Puerto de La Orotava en 1724 y fallecido en 1734, el cual otorgó testamento en dicho lugar junto a su esposa María de Flores, el 2 de mayo de 1734—, es derivación de la conocida iconografia de la Humildad y Paciencia de Cristo, surgida en el Trescientos y tan difundida merced a los grabados flamencos y alemanes, fundamentalmente los realizados por los hermanos Wierix y Alberto Durero (1471-1528). Este es el caso de la xilografía Varón de Dolores, obra del genial grabador de Nuremberg para ilustrar el frontispicio de la Pequeña Pasión (1509-1511), publicada en 1513, y creada bajo el poderoso influjo que ejercieron las Revelaciones místicas de la beata Santa Brígida de Suecia (ca. 1304-1373).

    Con respecto al Gran Poder, su iconografia —tal vez debido a la incipiente mentalidad ilustrada del momento— fue embellecida e incluso dulcificada, pues en la misma no tienen cabida las cruentas huellas del martirio sufrido por El Redentor que, sin embargo, hacen acto de presencia en el Cristo sedente y meditabundo surgido en el Medievo, haciendo de la milagrosa imagen portuense una representación magnificente y regia, mucho más cercana a la dicción plástica rococó, propia del Siglo de las Luces, que al crudo y patético verismo barroco. A la misma no son ajenos los ya citados aditamentos suntuarios, destacando entre ellos la rica peana de plata repujada con las Arma Christi, confeccionada en 1753 por el maestro Alonso Agustín de Sosa y Salazar (1693-1766), y restaurada por el platero Juan Angel González García (San Cristóbal de La Laguna, 1946) en su taller lagunero, en 1996.

    Los sucesos, calificados de prodigiosos o milagrosos, que rodearon la arribada de El Gran Poder al antiguo Puerto de La Orotava, así como los milagros obrados por el Señor con posterioridad, no hicieron sino despertar entre la feligresía una gran veneración hacia el Cristo, veneración y devoción que cristalizaron en las Fiestas Mayores que en honor de la devota imagen se celebran en la ciudad cada segundo domingo de julio desde 1768. El 11 de mayo de ese año, el beneficiado José Manuel Oramas convocó al pueblo para comunicarle que teniendo mucha devocion ala Milagrosisima Imagen del Gran Poder de Dios determinó este Pueblo berbalmente el que sele hiciese su función el segundo Domingo de Julio de cada un año [...].

    Otra muestra de la gran devoción de que gozaba el Cristo a mediados del Setecientos, ya no sólo en el Puerto de la Cruz de la Villa de la Orotava, sino también fuera de él, es el mandato dado por el prelado Juan Francisco Guillén, Obispo de Canaria desde 1739 y electo Arzobispo de Burgos, quien, con motivo de su visita efectuada a la parroquia el 29 de diciembre de 1750, ordena que siempre arda una lámpara en la capilla del Señor asi por el Culto que sele deue dar a dha deuotizima Ymagen del Gran Poder de Dios como por estar Colocado en su Capilla el S.mo Sacramento. Asimismo, el obispo concedió licencia a Cristóbal Blanco, mayordomo de la cofradía, para pedir Limosna para dha. s.ta Ymagen del Gran Poder de Dios entodas estas Yslas y enlas de Fuerteventura y Lanzarote [...]. Estos acontecimientos repercutieron prontamente en las artes plásticas, pues siguiendo el planteamiento iconográfico que presenta la talla del Cristo sedente se hicieron varias representaciones escultóricas y pictóricas, algunas con la finalidad de ornar iglesias, conventos y ermitas, mientras que otras fueron destinadas al culto doméstico.

    Entre las primeras cabe citar la bella escultura ubicada en el retablo de la antigua capilla de La Asunción y Esperanza de Ntra. Sra., en la parroquial arciprestal de San Marcos
    de Icod de los Vinos (Tenerife), tallada en México, y colocada en la iglesia conventual agustina de San Sebastián por Domingo Hernández Brito, el 13 de septiembre de 1760, por haberle salvado de accidentes y ayudado a enriquecerse en las Indias Occidentales, a donde había emigrado en 1751. Muestra de la devoción profesada por Hernández Brito al Gran Poder, cuya fiesta se celebraba en el convento cada 12 de julio, es el hecho de que éste disponía en su casa de una lámina con guarnición dorada de la efigie del Gran Poder de Dios, obra que, tal vez, reproducía la imagen homónima de Puerto de la Cruz.

    Otras esculturas de El Gran Poder se localizan en los templos de La Concepción, en La Orotava (Tenerife); Virgen de Guadalupe, de Teguise (Lanzarote); Santa María de Betancuria (Fuerteventura) y en la parroquial de La Concepción, de Valverde (El Hierro); así como en las colecciones orotavenses de la familia Pérez Bethencourt --obra de Nicolás Perdigón Oramas en el siglo XIX— y en la de don Juan Manuel Reyes Cornejo, realizada por el imaginero villero Jesús de León Cruz (2000); habiendo desaparecido la que se hallaba, al menos hasta 1902, en la ermita de Ntra. Sra. de La Luz, en La Orotava.

    Con respecto a las pinturas que efigian al Cristo de Puerto de la Cruz, la primera de la que nos vamos a ocupar se localiza en el ático del retablo dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, en la parroquia matriz de San Juan Bautista, de la Villa de San Juan de la Rambla (Fig. 2). Se trata de un óleo sobre lienzo que muestra a El Gran Poder de Dios dentro de una hornacina avenerada, con arco polilobulado y flanqueado por pilastras cajeadas que se decoran con algunas Insignias de la Pasión (martillo, lanza, rama de hisopo con esponja, aguamanil, tenazas, escalera y columna), elementos que contribuyen a reforzar el significado redentorista que ya de por sí posee el pasaje de la Pasión plasmado en la tela. En la misma, Cristo aparece ataviado con camisa blanca, que asoma por el cuello, túnica morada ribeteada por un galón dorado y un cordón trenzado que rodea su cuello y cintura. En su cabeza luce un solio de plata calada en su color decorado con rayos rectos y flameantes, mientras que sus pies están aprisionados por unos grilletes de plata, cuya cadena de grandes eslabones coge El Redentor con su mano izquierda. La imagen descansa sobre una peana lignaria de planta oval y base hexagonal que se exorna con tornapuntas y un medallón oval en su frente.

    La tipología del arco, típicamente barroco, y de la peana sobre la que descansa la imagen nos inducen a suponer que nos hallamos ante la hornacina del antiguo, oscuro e incorrecto retablo del Poder de Dios, mueble litúrgico realizado con anterioridad a 1708 en el más puro estilo barroco, y que por imperativos del estilo neoclásico, en boga desde las postrimerías del Setecientos, fue reformado entre 1805-1809 bajo las pautas del estilo neoclásico, por el pintor local Manuel Antonio de la Cruz.

    La pintura que acabamos de analizar, que ha sido datada en el siglo XIX, deriva del grabado que de El Gran Poder hiciera el ya citado pintor portuense José Tomás Pablo, obra fechada en 1754, que se considera la primera reproducción conocida de la devota imagen (Fig. 3). En la misma se nos muestra una bella y sinuosa orla rococó, formada por grandes tornapuntas simétricas y rocallas en los ángulos, que sirve de marco a la efigie del Señor, el cual ha sido figurado flanqueado por dos candeleros con velas encendidas –ocupando el lugar de los ángeles cordoneros que serían tallados al año siguiente por Sebastián Fernández–, provisto de túnica lisa, grilletes y solio, y descansando sobre una peana idéntica a la del referido lienzo sanjuanero. En el medallón frontal de la misma figura la inscripción El Poder de Dios, mientras que en la zona inferior de la estampa se ha incluido una leyenda en caracteres capitales que reza: VENERASE EN LA PARRA. D EL PUERTO D LA ORO.a EN THE. fe.

    De la comparación entre la tela y el grabado se colige que –si efectivamente el lienzo parte de la referida lámina– el anónimo pintor se ha tomado ciertas licencias a la hora de trasladar la imagen del Cristo al lienzo, ya que ha optado por sustituir el marco rococó que circunda a la efigie por la hornacina avenerada citada, tal vez, la de su retablo barroco. Asimismo, se han suprimido las velas encendidas que flanquean al simulacro en la estampa.

    Cabe la posibilidad de que de la citada fuente iconográfica derive asimismo el lienzo que, plasmando la imagen de El Gran Poder, se ubica en la calle central del segundo cuerpo del retablo dedicado a San Ramón Nonato, flanqueado por los lienzos de la Virgen del Carmen y San José, en la parroquia matriz de La Asunción, de San Sebastián de La Gomera, mueble litúrgico fundado por el Capitán José Marcos Dávila Quintero en 1771. Aunque la imagen figurada en el lienzo, atribuido a un artífice tinerfeño del siglo XVIII, ha sido considerada Nuestro Señor de la Humildad y Paciencia, añadiéndose el dato de que es copia de una escultura desconocida, ahora estamos en posición de poder afirmar de que se trata de la escultura de El Gran Poder de Dios venerada en la parroquia matriz portuense, la cual ha sido llevada al lienzo con la ayuda del comentado grabado de José Tomás Pablo. No obstante, también es probable que éste u otro pintor haya realizado una estampa en la que se representara al Cristo dentro de la hornacina de su retablo barroco. En esta suposición abundan las notables concomitancias iconográficas apreciables entre la tela del templo sanjuanero y la que custodia la parroquial de la capital gomera, no en vano sendas pinturas muestran la devota imagen dentro de una hornacina avenerada de arco polilobulado, y descansando sobre el mismo tipo de peana.

    En la misma parroquia de San Juan de la Rambla, esta vez colgando de la pared sur de la capilla mayor, se sitúa otra pintura que efigia a El Gran Poder, de mayores dimensiones que la anterior (Fig. 4). En esta ocasión nos encontramos de nuevo ante un óleo sobre lienzo que nos presenta al Cristo ataviado con la misma túnica morada, sin adorno de pasamanería, el cordón y la camisa blanca, cuya botonadura podemos apreciar en el brazo derecho. Al igual que en la obra ya comentada, sobre la cabeza de El Salvador se sitúa un solio de plata en su color, y sus pies están sujetos por grilletes, cogiendo Cristo la cadena que parte de ellos con su mano izquierda. La venerada imagen está sentada sobre un banco de piedra que dispone de reposabrazo, sobre el que Jesucristo hace descansar su brazo derecho, mientras que sus pies se apoyan sobre rica peana rectangular de plata repujada, con estrangulamiento en su parte central.

    La pintura es de gran efecto escenográfico o teatral, ya que la imagen ha sido emplazada en una hornacina con arco de medio punto y enjutas profusamente decoradas, del que pende un telón y cortinaje de terciopelo rojo, con ribete blanco y forrado de color verde, que elegantemente se recoge a la altura de los capiteles de las columnas, cuyos fustes semicirculares descansan sobre plintos decorados con flores tetrapétalas. El fondo de la hornacina, que recibe la luz por la zona izquierda, según se mira, permaneciendo la derecha en penumbra, se exorna con pilastras de fuste acanalado, al igual que la cornisa que la recorre. Por último, indicamos que el lienzo fue sometido a una restauración en 1954, tal y como corrobora la inscripción que se localiza en la zona inferior de la tela: Lo restauró Jaime Ripio Lamarca en el año 1954.

    En la iglesia de San Francisco de Asís, de Puerto de la Cruz, antigua iglesia conventual de los PP. Franciscanos de San Juan Bautista, se conserva otra pintura dieciochesca que figura a El Gran Poder de Dios (Fig. 5). La tela, que cuelga de la pared norte del templo junto al retablo de San Luis Rey de Francia, ha sido realizada en óleo sobre lienzo, y efigia al Cristo ataviado con una túnica morada lisa, estando sus pies aprisionados por negros grilletes, cuya cadena sostiene Cristo con la mano izquierda, al tiempo que su cuello aparece rodeado por una gruesa cuerda que, tras anudarse en la parte delantera, cae hasta el suelo. El solio de plata que hemos visto en las obras anteriores ha sido sustituido en este caso por un halo o aureola de rayos dorados. Con respecto al fondo de la composición, éste ha sido resuelto mediante una arquitectura de dicción clasicista, formada por una columnata y arquería de medio punto, cuyos interco¬lumnios permiten ver un paisaje cubierto por un celaje sombrío. La tela dispone de un bello marco lignario, parcialmente sobredorado, en el que se han plasmado delicados motivos fitomorfos de progenie barroca.

    Con respecto a la localización de la obra que nos ocupa, su presencia en la iglesia franciscana portuense está sobradamente justificada, pues al hecho de que el templo se encuentra en las proximidades de la parroquia matriz, lugar donde se ubica la venerada imagen del Gran Poder, se añade la circunstancia de que la pintura forma parte de los bienes muebles del convento seráfico donde recibieron cristiana sepultura los restos mortales del capitán Pedro Francisco Martínez y su esposa María de Flores, los donantes de la escultura.

    Colgando de la pared de la nave del Evangelio, en la parroquia de San Pedro Apóstol, del municipio de Breña Alta (La Palma), se encuentra otra representación pictórica del devoto Cristo de Puerto de la Cruz. En esta ocasión nos encontramos ante un óleo sobre lienzo realizado por el maestro Juan Baixas (1911-1995) en el año 1955, pintor catalán que se había afincado en el citado municipio tinerfeño el año anterior y que en la obra que nos ocupa ha optado por efigiar a la imagen en su trono procesional, en lugar de en su retablo. El Gran Poder ha sido representado luciendo la antigua y hermosa túnica de salida, confeccionada en terciopelo de color burdeos, ricamente bordada en hilo de oro, con un cíngulo cuyos extremos rematados en borlas sujetan los ya citados ángeles cordoneros que tallara Sebastián Fernández. Sus pies, que reposan sobre un cojín del mismo material y color que la túnica, y que ésta apenas permite ver, aparecen aprisionados por unos grilletes de plata sobredorada, cuya cadena coge el Cristo con su mano izquierda. Del cuello del Señor cuelga un gran collar labrado en oro, rematado en una cruz del mismo metal, que ha ido aumentando de tamaño debido a las alianzas que se le han añadido como donación de los devotos de la imagen. El lienzo fue donado el 15 de agosto de 1955 al templo palmero –la parroquia de bautismo del Capitán de Artillería Pedro Francisco Martínez, donante de la escultura portuense– por la Hermandad de El Gran Poder de Dios, con motivo de una peregrinación que dicha confraternidad realizó a La Palma el mencionado año.

    El citado pintor catalán llevó a cabo en 1963, con motivo de la restauración de las techumbres de la parroquia matriz de Ntra. Sra. de la Peña de Francia, otro lienzo que efigia a El Gran Poder (Fig. 6) —muy parecido a la referida tela palmera— con destino al templo portuense, en cuyo camarín de La Patrona, localizado tras el altar mayor, se conserva en la actualidad.

    Para concluir el presente trabajo, citamos otras dos representaciones pictóricas del devoto simulacro del Cristo portuense. La primera de ellas, tela datada en el siglo XVIII, se ubicaba decorando la capilla de la Cruz del Chorro Cuaco, de Puerto de la Cruz, habiendo sido trasladada recientemente a un domicilio particular cercano a dicha capilla. En cuanto a la segunda, fechada en la centuria del Ochocientos, se trata de un lienzo de escasos méritos artísticos perteneciente a una colección particular de la vecina Villa de La Orotava.

    Antes de finalizar este estudio queremos dejar constancia de nuestro agradecimiento, por la amable colaboración prestada en la realización de este trabajo, a las personas que nos facilitaron la investigación y consulta en archivos y bibliotecas, así como a los responsables que autorizaron el estudio de las obras de arte aquí analizadas. En concreto, nos referimos al Rvdo. P. Manuel Damián Díaz Hernández, ex párroco de San Juan Bautista, de San Juan de la Rambla; Rvdo. P. Benigno Gómez, ex párroco de Ntra. Sra. de la Peña de Francia, de Puerto de la Cruz; don Pedro Melián Escobar, Hermano Mayor y responsable del Archivo de la Hermandad de El Gran Poder de Dios, de Puerto de la Cruz; don Eduardo Zalba González, Lcdo. en Historia del Arte (ULL) y autor de algunas de las fotografias de este artículo; don Desiderio González Palenzuela, estudiante de Historia del Arte, y don Juan Alejandro Lorenzo Lima, Lcdo. en Historia del Arte (ULL), por sus amables indicaciones y sugerencias; al Prof. don Martín Vicente López Plasencia, autor de parte de la documentación gráfica que ilustra esta investigación; así como al personal del Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife, Archivo Histórico Diocesano de San Cristóbal de La Laguna, Biblioteca Central de la Universidad de La Laguna y Biblioteca Municipal de Puerto de la Cruz. Vaya a todos ellos nuestra más sincera gratitud'.

    *Lcdo. en Filología Inglesa (ULL)
    e historiador del Arte

    Fuentes consultadas:

    1. Documentales:

    Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife.
    Archivo Histórico Diocesano de San Cristóbal de La Laguna.
    Archivo Parroquial de Ntra. Sra. de la Peña de Francia (Puerto de la Cruz).
    Archivo de la Hermandad de El Gran Poder de Dios (Puerto de la Cruz).

    II. Impresas:

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    VEGA, Jesusa, Museo del Prado. Catálogo de estampas, Madrid: Museo del Prado-Ministerio de Cultura, 1992.
    VIALE ACOSTA, Fernando, El Puerto de la Cruz y el culto a San Telrno, al Gran Poder de Dios y a la Virgen del Carmen: análisis para su historia, Puerto de la Cruz: Asociación de Vecinos "La Peñita", 2003.
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    VV. AA., Imágenes de Je. Gran Jubileo 2000, San Cristóbal de La Laguna: Excmo. Cabildo Catedral y Excmo. Ayuntamiento, 2000.
    Nota

    Resumen del artículo "La pintura como medio de difusión devocional. La imagen de El Gran Poder de Dios. de Puerto de la Cruz (Tenerife), y sus veras efigies", publicado, con la adición de notas, en la revista El Museo Canario, n.° LXI, Sociedad Científica "El Museo Canario", CSIC, Las Palmas de Gran Canaria (2006), pp. 237-263, 6 tigs.

    Artículo publicado en REVISTA SEMANAL DEL EL DÍA.

    Sábado 31 de marzo de 2007, escrito por José Cesáreo López Plasencia.

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  2. El escultor Ezequiel León Domínguez. PDF Imprimir E-mail

    Mi ilustre amigo perdomero Luís Hernández Melo, me fue a buscar a mi lugar de trabajo como profesor en el IES La Orotava Manuel González Pérez, que había que trabajar y moverse duro por Ezequiel, que lo está pasando muy mal, y merece que en vida se le reconozca a nivel del pueblo canario, creo que a igual que mi otro ilustre amigo de la villa Isidoro Sánchez García, que sería merecido por múltiples razones que el ilustre amigo de todos los villeros y tinerfeños el escultor e imaginero Ezequiel, Villero de Honor, Pétalo de Oro, Premio Artesanía y Patrimonio, todo un artista con las Bellas Artes fuese nominado Premio Canarias en dicha modalidad. Luís Hernández Melo nos expresa con su esfuerzo y desde la Perdoma antiguo Pago de Higa, Ezequiel debe de ser el más firme candidato, nacido en estos siete peñascos, para que se le conceda el Premio de Canarias en la modalidad de Bellas Artes.


    De todo esto lo tengo muy claro, este hombre considerado como el Escultor del siglo XX, que fortaleció el arte sacro como imaginero, a igual que lo fue el grancanario Luján Pérez de Santa María de Guía y su discípulo el orotavense Fernando Estévez, merece todo una gran recompensa del pueblo canario en general. Últimamente, con asiduidad me lo tropezaba en la plaza de Franchi Alfaro, en su silla de rueda, siempre acompañado de su querida fiel esposa Evaristo Cruz, la que recuerdo trabajar con otro artista de La Orotava don Ambrosio Díaz Manzano en la calle Juan Padrón antigua calle El Loro , se despedía con una sonrisa en sus ojos de la buena amistad, y así regresar a su flamante residencia del El Llano de San Sebastián de La Orotava, para ser atendido por su personal sanitario cualificado, pero últimamente le han reproducidos controversias en referencia a su salud y ha tenido que ser hospitalizado. Y para que le conozcan bien reproduzco en forma muy resumida lo que ha sido su vida artística a lo largo de las bellas artes.


    Ezequiel León Domínguez nació en la Orotava el día 2 de octubre en 1926, en una casa terrera de la Calle Nueva, en la Villa Arriba, cuna de carpinteros, zapateros y artistas. Fue monaguillo de la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción, lo que le permitió aprovechar restos de cera para sus modelas. Su padre trabaja en la fábrica de gaseosas de la Familia Padrón y su madre ama de casa. Primogénito de numerosos hermanos. Desde su infancia modelaba, utilizando masa de pan, cera de abejas. De hecho tiene en su haber numerosas producciones del Cristo a la Columna del sevillano Pedro Roldán distribuidos por distintos hogares de la villa. Su amigo y convecino Leoncio Estévez Merino en su libro “Los niños que jugaban con los Santos”, hace referencia a una anécdota: Ezequiel, como buen escultor, tenía los Santos más bonitos, pero no tenía una buena habitación – iglesia. Su madre le dejaba utilizar la sala. Yo le dejo jugar, decía, pero tengan cuidado con las velas, no sea que me quemen algo. Un día, cuando estábamos en la última procesión, la del señor del Muerto teníamos que enterrarlo, pero Ezequiel no tenía sepulcro como el de Urbano Sosa. No te preocupes, le dije, usamos la gaveta de la vitrina, y si la cerramos con fuerza haremos el estruendo apropiado. Terminada la procesión, yo hice la ceremonia como el cura. Metí el Cristo en el lecho de terciopelo, cerré violentamente la gaveta y el estruendo fue terrible. La madre de Ezequiel salió como loca diciendo; “Fuera a la calle todos, me han roto el par de jarrones que me habían regalado cuando me casé”.

    Alumno de la Escuela de Dibujo “Perdigón”, empieza a modelar a los 7 años, pero su admiración por los hermanos maestros de obras de construcción “Vitales” los cuales le enseñan a modelar el barro. Estudia en la Escuela de Bellas Artes de Tenerife y en la “Luján Pérez de Las Palmas, Amplía estudios en la Escuela de Artes Aplicadas de Madrid y en la Restauración de Santa Isabel de Hungría, de Sevilla, donde destaca en la restauración del Retablo Mayor de la Catedral. Como escultor, trabaja el barro, la cera, la escayola, y sobre todo, la madera. Su imaginería religiosa abarca todas las islas y América (Venezuela, Cuba, Argentina, Colombia...); entre sus tallas, destacan el Cristo de la Sangre, y el Paso completo de “La Adoración del Huerto”, en La Laguna. Entre sus restauraciones: El Gran Poder del Puerto de la Cruz, el Cristo de Tacoronte, y en especial la Virgen de Candelaria, imagen de candelero de otro orotavense, Fernando Estévez del Sacramento, que a instancia de don Domingo Pérez Cáceres, Ezequiel convierte en talla completa de cedro. Pintor muralista y, por supuesto, alfombrista, con 25 años de trabajo en la alfombra de la plaza del Ayuntamiento, y tradicionalmente realiza alfombras de flores, por fuera de la casa de la Familia Pérez Betancourt.
    Con catorce años recibe su primer premio por modelar en barro un busto de José Antonio Primo de Rivera, casi en esta misma época realiza su primera escultura religiosa Padre Jesús Nazareno, expuesta en la iglesia parroquial de La Perdoma. Curiosamente el odontólogo santacrucero – orotavense don Cesar Hernández Martínez le encarga la ejecución de un belén con escenas de paisajes canarios. En el año 1952 contrae matrimonio con doña Evarista Cruz Correa, de cuya unión nacen seis hijos, continuando su senda artística Jesús de León Cruz, imaginero y Ezequiel de León Cruz pintura y alfombrista. Después de su matrimonio reside cerca de la Charca de Ascanio pasando posteriormente al barrio de San Antonio María Claret, donde restaura, entre otras, obras como el Nazareno (Icod de los Vinos), de Martín de Andujar, para pasar finalmente su residencia a la Perdoma.
    Doña Juana Isabel Guerra Cabrera (1987) subdivide la producción artística de este imaginero orotavense en cinco etapas, a las que el amigo Juan Manuel Reyes Cornejo le añade otras dos, para completar el periodo posterior a su tesis doctoral: Primera etapa (1936 – 1947) abarca sus inicios como escultor durante la Guerra Civil y la posguerra. Segunda Etapa (1947 -1961) se caracteriza por el formato de mayor tamaño y un gran avance en su producción técnica. Comienza con el Nazareno de la Perdoma, modelado en escayola a tamaño natural, o la copia del Cristo a la Columna de Pedro Roldán de la parroquia de San Juan Bautista para la parroquia de San Antonio de Papua de Granadilla, que le costó un disgusto con el entonces párroco de San Juan Bautista de La Orotava el recordado canónigo don Domingo Hernández González, y el Ángel, del paso de la Oración del Huerto, para el monasterio de Las Claras de la Laguna. Tercera etapa (1961 – 1976), en esta recibe la popularidad en: Pasión y Devoción Mariana unido al avance técnico en la resolución de talla y policromía, montando su taller en la calle El Agua de La Laguna, frente al convento de las monjas claras. Entre sus obras destaca Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, en la iglesia de las claras, por encargo de la familia de don Álvaro González. Cristo de la Montaña de Taco, Cristo de la Cañita, Entrada de Jesús en Jerusalén y finalmente el Cristo de Burgo de La Laguna. Cuarta Etapa (1976 – 1978), contacta con la escuela Sevillana, casi todas las imágenes son realizadas en soporte para vestir, excepto los desnudos. Tras el incendio del Templo de Nuestra Señora de la Concepción del Realejo Bajo le promete la hechura y donación del Cristo de la Redención. Quinta etapa (1978 – 1986) reactiva su obra en el culto Mariano y Cristológico. Esta etapa empieza cuando regresa de Sevilla hasta la realización de la tesis por doña Juana Isabel Guerra Cabrera, se caracteriza por el resurgir con nuevos ímpetus para profundizar en los mismos temas, pero con más seguridad y con mucho más deseo de ver su obras acabadas. Entre sus obras destacan La Dolorosa, San Juan y La Magdalena, para el conjunto del Calvario de San Lázaro en la Laguna, así como las primeras imágenes para la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción del Realejo Bajo, para su reconstrucción después del incendio (Cristo de la Redención, San Juan el Evangelista, La Piedad, El Nazareno y La Santa Fa de La Laguna. Sexta etapa (1986 – 1994) trabaja en su taller en su casa de la Perdoma y en un inmueble anexo, en imágenes de pasión como de gloria. Se incorpora su hijo Jesús de León Cruz y su discípulo Cristo García Quintero. Séptima etapa (1995 – 2005) abre nuevo taller en el Barrio de La Luz en La Orotava, trabajando en unión de su hijo y de su seguidor. Realiza numerosas piezas, tanto para la Semana Santa como para comisiones de fiestas de barrios.
    MI amigo Juan Manuel Reyes Cornejo me indica que Ezequiel de León Domínguez que; La pieza cumbre de todo imaginero, constituida por El Crucificado, estudio anatómico completo del cuerpo humano, lo ha realizado en una treintena de ocasiones, cambiando sus posturas, cambiando sus rostros, e, incluso, reseñar que no existen dos perisonios iguales….”
    Ezequiel de León Domínguez es el difusor del modelo neoclásico de Nuestra Señora de Candelaria, ideado por el también orotavense Fernando Estévez del Sacramento. Solo existiendo una, salvo la original de Candelaria, en la Parroquia de Nuestra Señora de la Concepción (Santa Cruz de Tenerife), atribuida al escultor chicharrero Miguel Arroyo Villalba, siendo el resto de las existentes en nuestras parroquias y más allá del Atlántico en los países Iberoamericano. Igualmente iniciador de la iconografía del Santo Hermano Pedro, y su posterior difusión con su primera obra 1981, para la iglesia de San Pedro en Vilaflor.
    Su taller sigue vivo en el barrio de la Luz de la Orotava de la mano de su hijo Jesús de León Cruz, y su aventajado discípulo Cristo García Quintero.
    El pasado día 26 de mayo del 2008, dentro de los actos conmemorativos de las fiestas patronales de la Villa de la Orotava, se le tributó en la residencia de mayores en el Llano de San Sebastián un merecido homenaje a la figura de este hombre, recién nombrado hijo Ilustre de la isla de Tenerife por unanimidad de los grupos políticos del Cabildo de Tenerife, allí estaban; familiares, amigos, compañeros y autoridades entre ellos el presidente del Cabildo don Ricardo Melchior y el alcalde de La Orotava don Isaac Valencia Domínguez familiar suyo.
    Su hijo Ezequiel León Cruz alfombrista y artista dijo unas palabras de agradecimiento a todos los presente en este flamante acto cultural: Quisiera compartir y expresar hoy a todos, amigos y familiares mi honda admiración a mi padre, Ezequiel de león. Con estas líneas un tanto desordenadas pero escritas con la tinta de mi corazón, intentaré dar una pincelada y gratitud por el motivo que hoy nos une aquí a todos. Quisiera comenzar con una parte de una estrofa de un poema de Antonio Machado, que a mi juicio engloba su vida artística, este poema es seguramente muy conocido por todos. Dice así: Caminante no hay camino, se hace camino al andar. Ezequiel de león nace en el año de 1926, y a la edad de cuatro años, ya comienza a jugar entre la yema de sus dedos, con diferentes materiales que consigue en el entorno familiar. Miga de pan, cera de velas, barro, etc… sin saberlo por su corta edad, se convierte en un caminante que tras los años, ahonda mas en su pasión, labrando un largo camino, que como buen ingeniero de la vida nos ha sabido bien señalar, dejando tras de si una estela de sabiduría, humildad y adoración hacia el arte, para los que retomamos su testigo.
    Ezequiel tenía y tiene, tres grandes amores en su vida: Su fiel compañera en el duro camino de la vida, Evarista, mi madre. Los animales, perros y gatos que durante años dormían entre las gubias y cuerpos tallados en madera de cedro, como fieles compañeros en el silencio de la creación de una obra. Y por supuesto su gran amor a la escultura, donde su gran pasión era la de incrustar sus sabias manos en el barro, para dar vida a una idea, un motivo, simplemente crear.
    Su inmensa trayectoria artística que comienza como ya hemos dicho con cuatro años de edad, la extendió con un largo y fructífero estudio en casi todos los campos de las artes hasta la avanzada edad de 79 años, lo que nos da a demostrar su amplia, extensa y fructífera producción de obras de arte, en sus 75 años de incansable labor.
    No es de extraño, que no exista una capilla o una iglesia que no posea una obra suya, ya que si extensa fue su vida profesional, más basta fue su creación artística, con sus más de 150 obras de culto religioso, y también un indeterminado número de obra civil, y sin dejar de nombrar sus centenares de representaciones en formato pequeño de nuestro costumbrismo y acervo cultural.
    Si hay una virtud para resaltar en la vida de Ezequiel de León, es su gran humildad. Fue y sigue siendo el amigo Ezequiel, amigo de todos. Un hombre que rara vez vestía traje y corbata, un hombre sencillo asequible a todo tipo de personas. Era enemigo de actos oficiales y protocolarios, y sin embargo en innumerables ocasiones, fue premiado, homenajeado y rendido en honores por sus logros dentro del mundo del arte.
    Esta persona de estatura más bien baja y de aspecto campechano y noble, nos cautivó ya no solo con su trabajo; enciclopedia viva del arte sino también por sus profundos conocimientos en Geografía, Historia y otros campos. Por encima de todo vivía para su trabajo, simplemente se limitaba a crear, el dinero era secundario, lo que en algunos momentos le acarreó algunos problemas con los comitentes, ya que se aprovechaban de su bondad para engañarle y pagar muy por debajo del precio de la obra.
    Como ya es de bien sabido, su fructífera producción se extiende por toda la geografía canaria, algunos puntos de la Península y su gran producción en el extranjero, Países como: Venezuela, Cuba, Argentina, Estados Unidos, El Vaticano, etc…
    Hoy nos encontramos aquí, como partícipes y representantes del pueblo de Tenerife que se rinde a los pies de nuestro escultor otorgándole el Título de Hijo Ilustre de la isla de Tenerife. Un Título que se que está entregado con el corazón. Un nombramiento que creo a mi juicio, ha sido ganado a pulso por su valía y aportación a la cultura canaria, siendo el más grande y único escultor de arte religioso del siglo XX en el Archipiélago Canario, y uno de los más grandes de España. Una persona que dio prácticamente su vida para enriquecernos con sus conocimientos y su arte, el cual quedará para deleite, estudio y aprendizaje de generaciones futuras.
    Quisiera en nombre de mi padre, dar mi más sincero agradecimiento por este honor que hoy compartimos, al Cabildo Insular de Tenerife y muy especialmente en la persona de su presidente, Don Ricardo Melchior. También agradecer a aquellas personas que de una forma u otra han hecho posible que este reconocimiento se le conceda en vida. Permítame señor presidente extender mi agradecimiento a unas personas que hoy se encuentran entre nosotros y que son compañeros de la comisión Pro-Ezequiel, los cuales hemos trabajado durante algunos años para que la figura de Ezequiel de León esté donde debe estar, y sea reconocida y estudiada por todos los amantes del arte y pueblo de Tenerife en general, donde uno de nuestros retos es difundir la vida y obra de nuestro más insigne escultor.
    Reitero mi gratitud, porque se que mi padre hoy se encuentra feliz con este día grande, recogiendo el fruto de una vida llena plagada de éxitos. Señor presidente, señoras y señores, amigos todos. Muchas gracias.
    Evidentemente lo he dicho en este mismo blog, don Ezequiel León Domínguez, Villero de Honor, Pétalo de Oro, Premio Artesanía y Patrimonio, todo un artista con las Bellas Artes fuese nominado Premio Canarias en dicha modalidad.
    Luís Hernández Melo nos expresaba con todo su corazón desde la Perdoma antiguo Pago de Higa que don Ezequiel León Domínguez debió de ser el más firme candidato en vida, nacido en estos siete peñascos, para que se le concediera el Premio de Canarias en la modalidad de Bellas Artes. Todo lo tenía muy claro, este hombre considerado como el Escultor del siglo XX, que fortaleció el arte sacro como imaginero, a igual que lo fue el grancanario Lujan Pérez de Santa María de Guía y su discípulo el orotavense Fernando Estévez, merecía la fructífera recompensa del pueblo canario en general, reitero en vida. Pienso que a don Ezequiel León Domínguez, no se le ha hecho justicia en el final de su vida por parte de los responsables de arte del archipiélago canario, se luchó a través de una comisión gestora, se trabajó a nivel de muchísimas instituciones, todas ellas respaldando la labor de este imaginero del siglo XX, pero su esfuerzo no produjo el fruto deseado al final. Con esto no queremos quitarle merito al ganador de la ultima edición que por todo es merecedor de la citada compensación por su trayectoria artística, pero si bajamos a la retaguardia, debió de ser compartido por don Ezequiel el hombre que ha enriquecido la Semana Santa en estos peldaños de terruño y sobre todo en la Laguna ciudad Patrimonio de la Humanidad después de la quema de la iglesia de San Agustín.

    Hay noches de duelo en su habitación, días de verano y tardes o noches frías de inviernos en la oscuridad donde quiere sacarle los encargos de curias religiosas, hermandades y particulares a cualquiera y como sea, lo antes posible. También partes medianamente oscuras donde se esconden sus escrúpulos; y penas que observan tras la imagen del señor de la Cañita el Ecce Homo recuperado de San Agustín lagunero, el Hermano Pedro el Santo Canario de Vilaflor que hizo una labor humanitaria en América del Sur o la recuperación del Cristo de Burgo también pacto de las llamas en San Agustín de la Laguna.

    No existe fotografía especulativa suya alguna, pero hay una habitación tipo taller, primero en la Laguna, después en la Perdoma y finalmente en el barrio orotavense La Luz decorada de toda la imagenería a medio hacer con semen y grasa de acné que se zumba diariamente. Luego la rutina. Luego el estrés. Luego muchas imágenes velan su sueño con sus gritos de ultratumba y los llamados de la canción perdida en repetición, que por lo menos se tiene que conformar con lo que hay, pues su inmensa obra y en su gubia dominada por la talla de madera poniendo en ella toda la suavidad y delicadeza de los escultores referentes como Lujan o Estévez. Su labor quedará patente bajo la copa ligera del policromado de los crucificados como el que ha dejado para siempre en la Concepción de Los Realejos Cristo de la Redención o la recuperación del Cristo Crucificado para la capilla del Cementerio de La Orotava, sintiendo predilección por Los Crucificados, marcado por su escondido temperamento pasional de profundos sentimientos religiosos que se reflejan en sus obras, de estilo Barroco.

    Y todo debido a los años de trabajos desde su infancia en la calle Nueva villera donde su imaginación como monaguillo de la Concepción empieza a desarrollar una gran facilidad para esculpir, con precisión y limpieza con la cera, destacando también el futuro conocimiento de la anatomía humana y capacidad para moldear formas y expresiones.

    Así pues don Ezequiel de León Domínguez pasará a la historia orotavense y de Canaria como hijo de una familia humilde numerosa que desde pequeño mostró un especial interés hacia la escultura religiosa.

    Bruno Juan Álvarez Abreu
    Profesor Mercantil.

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  3. SEMANA SANTA EN EL PUERTO DE LA CRUZ

    IMAGINERÍA DE LA SEMANA SANTA PORTUENSE

    Presentamos a continuación una breve visión de las imágenes que componen la Semana Santa del Puerto de la Cruz según el orden en el que desfilan en la Procesión Magna del Santo Sepulcro (Viernes Santo).
    Para comentar las ilustraciones se ha recurrido al libro PARROQUIA DE NUESTRA SEÑORA DE LA PEÑA DE FRANCIA. PUERTO DE LA CRUZ, cuyos autores son D. Patricio Hernández Díaz y Dña. Clementina Calero Ruiz, editado por el Excmo. Ayuntamiento del Puerto de la Cruz en Junio de 1985, así como del programa de Semana Santa del año 1995 editado por la Cofradía de la Vera Cruz y Misericordia. Las fotografías han sido extraídas de estas mismas publicaciones y del archivo particular del hermano Emilio Zamora. La mayoría de ellas son obra del fotógrafo local Moisés Pérez, aunque también hay imágenes de Juan Antonio Suárez Castilla.

    Gran Poder de Dios

    Se sabe que llegó al Puerto a finales del siglo XVII, traída de Sevilla por el capitán de artillería Pedro Martínez Francisco, natural de Las Breñas (La Palma). El Gran Poder de Dios lleva a su lado dos bellos ángeles que le sostienen los cordones del traje. Fueron realizados por el escultor de Santa Cruz de Tenerife Sebastián Fernández Méndez en 1755, corriendo su policromía a cargo del pintor portuense José Tomás Pablo (1778). Este último artista ya había realizado los dibujos y pinturas del trono del señor en 1752. La peana en que va sentada la imagen es de plata labrada al martillo por el orfebre lagunero Alonso de Sosa y ejecutada en 1753. En Semana Santa sale a la calle el Miércoles y Viernes Santo.



    Entrada de Jesús en Jerusalén

    Obra del escultor canario Florencio González, procesionó por primera vez en el año 2003. Se trata de la última adquisición para las procesiones de la Semana Santa portuense. Sale a la calle el Domingo de Ramos

    San Juan Evangelista

    Obra del escultor gran canario José Luján Pérez (1756-1815). Esta imagen sólo puede ser vista en Semana Santa (Lunes, Martes y Viernes Santo). El resto del año permanece en una de las dependencias de la iglesia de Nuestra Señora de la Peña de Francia

    San Pedro Penitente

    Esta obra se ha venido atribuyendo, sin mucho fundamento, al escultor Fernando Estévez del Sacramento (1788-1854), sin embargo, su fecha de ejecución es bastante anterior por lo que se puede afirmar que se trata de una pieza anónima de principios del siglo XVIII. Se encuentra en la ornacina izquierda de la capilla del Gran Poder de Dios situada al fondo de la nave del Evangelio de la iglesia de Nuestra Señora de la Peá de Francia. Procesiona los (Miércoles, Jueves y Viernes Santo).

    Cristo de la Columna

    Se trata de una imagen de serie regalada por don José de Arroyo y González de Chaves a principios de la segunda mitad del siglo XX. Se encuentra en la capilla bautismal de la iglesia de Nuestra Señora de la Peña de Francia. En Semana Santa sale a la calle el Lunes y Viernes Santo.

    Cristo de la Humildad y Paciencia

    Anónimo del siglo XVII, se encontraba en el altar que había costeado Juan de Montemayor y pertenecía a la Hermandad del Rosario. Perteneció al convento dominico. Actualmente se encuentra ocupando la ornacina central del retablo de la ermita de San Juan (iglesia de San Francisco. En Semana Santa sale a la calle el Martes y Viernes Santo.

    Dolorosa
    (Los Siete Dolores de Nuestra Señora)

    Esta imagen obra del escultor murciano Francisco Liza fue realizada en el año 1996. Procesionó por primera vez el Viernes Santo de 1997 de la mano de esta Cofradía. Se encuentra formando un Calvario en la ornacina central del retablo principal de la iglesia de San Francisco.En Semana Santa sale a la calle el Viernes Santo.

    Verónica

    De la escuela canaria, y relacionada con el círculo del imaginero isleño José Luján Pérez. Está fechada a finales del siglo XVIII. Esta imagen sólo puese ser vista en Semana Santa. El resto del año permanece en una de las dependencias de la iglesia de Nuestra Señora de la Peña de Francia. En Semana Santa sale a la calle el Jueves y Viernes Santo.

    Nazareno

    Pertenecía al convento de Santo Domingo. De escuela canaria del siglo XVII, esta imagen sólo puede ser vista en Semana Santa. El resto del año permanece en una de las dependencias de la iglesia de Nuestra Señora de la Peña de Francia.En Semana Santa sale a la calle el Jueves y Viernes Santo.

    Cristo de la Salud

    Se encuentra en un pequeño retablito de madera situado en la nave de la Epístola de la iglesia de Nuestra Señora de la Peña de Francia. Está fechado en el siglo XVII, sin embargo una mala restauración le ha estropeado su policromía primitiva, restándole calidad.En Semana Santa sale a la calle el Viernes Santo.

    Magdalena

    Atribuída a Luján Pérez se encuentra en la capilla del Calvario perteneciente a la iglesia de Nuestra Señora de La Peñita. La imagen de La Magdalena se hace acompañar en la actualidad de un San Juan Evangelista. En Semana Santa sale a la calle el Viernes Santo.

    La Piedad

    De realización industrial, se venera en la Capilla del Calvario de la iglesia de Nuestra Señora de La Peñita. En Semana Santa sale a la calle el Viernes Santo.

    Cristo de la Misericordia

    Fechada en el año 1646, esta talle es obra del escultor canario Domingo Pérez Dónis, siendo la única pieza firmada que se conoce de este artista. Se encuentra en la ornacina principal del retablo mayor de la iglesia de San Francisco. Debido a que posee brazos articulados, en Semana Santa procesiona dentro de una urna de plata el Viernes Santo.

    La Soledad

    Su autor es el escultor gran canario José Luján Pérez (1756-1815). Según opinión del Marqués de Lozaya, es una de las más patéticas de cuantas esculpió este imaginero. Antiguamente se la conocía como "la Virgen del Retiro", y había sido hecha para el convento de San Francisco. Actualmente, sin embargo, se encuentra en la ornacina derecha del retablo del Gran Poder de Dios de la iglesia de Nuestra Señora de la Peña de Francia. En Semana Santa sale a la calle el Viernes de Dolores, Lunes, Martes, Miércoles, Jueves y Viernes Santo.





    COFRADÍA DE LA VERA CRUZ Y MISERICORDIA
    Puerto de la Cruz.
    TENERIFE

    IMAGINERIA DE LA COFRADIA DE LA VERA CRUZ Y MISERICORDIA DEL PUERTO DE LA CRUZ
    Señor de la Humildad y Paciencia

    Uno de los temas de la Pasión más destacado es el del "Cristo de la Humildad y Paciencia", siendo de todas las imágenes que evocan la Pasión, una de las de mayor tristeza. Generalmente se le suele representar sentado sobre una piedra, con la cabeza apoyada en la mano y coronado de espinas; a su lado la cruz del martirio. Esta iconografía se difundió por Europa a partir de la segunda mitad del siglo XVI, llegando más tarde a los países latinos, en especial a la América Española, gracias a los misioneros de la Compaía de Jesús. Esta representación de Cristo está acorde con la expresión de calma y pensamiento en general con el espíritu de meditación que los jesuítas suscitaron.


    Por otra parte, esta devoción recibió numerosas denominaciones, así se le conoce como "Cristo de la Piedad", "Señor de la Piedra Fría", "Cristo Pensioroso" en Italia o "Señor de la Humildad y Paciencia" que es quizá de todas, la más popular. Dicho tema, como ha estudiado el Dr. Martínez de la Peña, tuvo en Canarias una importancia fundamental, son muchos los templos que guardan imágenes o pinturas que lo reproducen. A pesar de haber sido la Compañía de Jesús quien lo difundió por Hispanoamérica, en este archipiélago sus propagadores fueron los franciscanos, dominicos y agustinos, quienes desde los mismos días de la conquista desempeñaron un importante papel. En general las imágenes canarias que recogen dicha advocación presentan características muy semejantes. Dos escultores como Francisco Alonso de la Raya o Blas García Ravelo fueron muy aficionados a dicho tema, posiblemente varias de las anónimas que citaremos han tratado de copiar los modelos que estos escultores ejecutaron, tanto para Icod y Garachico como La Orotava, incluso no sería muy descabellado pensar, dada sus semejanzas, que algunas hayan salido de talleres garachiquenses.
    Son de autor conocido las veneradas en Icod, Garachico, La Orotava, La Laguna, Los Silos, etc., sin embargo existen otras cuyo autor se desconoce, pero su talla no desmerece en absoluto de las anteriores. Así hay que citar el que actualmente se encuentra en la Iglesia de San Francisco en el Puerto de la Cruz. La misma era propiedad del desaparecido convento dominico de San Pedro González Telmo, pudiéndose fechar con anterioridad al año 1652, al igual que la existente en la parroquial de Vilaflor (Tenerife), de análogas características, si bien su factura parece bastante inferior.

    ESCULTURA BARROCA EN CANARIAS (1600-1750)
    CLEMENTINA CALERO RUIZ
    Excmo. Cabildo Insular de Tenerife. 1987


    Cruz de Cuaco
    (Vera Cruz)
    Basándonos en los recuerdos de algunas personas, podemos describir la fiesta que a comienzos del siglo XX se celebraba en torno a la Cruz. Dicho madero goza de derecho procesional: partía la comitiva atravesando la calle Dr. Pisaca y en la confluencia con la de Iriarte, un grupo de esperanceras honraban la Cruz bailando ante ella; continuaba su recorrido hacia la iglesia matriz para regresar de nuevo a su capilla por la calle Zamora. La vía del Dr. Pisaca se cubría enteramente de flores traídas desde la Casa Azul por Mr. Arthur, inglés afincado y gerente de la Compañía Yeoward.(1)


    A pesar de que esta fiesta no se sigue celebrando, la Cofradía de la Vera Cruz y Misericordia traslada en procesión todos los Martes Santo dicha Cruz hasta la iglesia matriz para acompañar al Señor de la Humildad y Paciencia en su recorrido por las calles portuenses. El viernes Santo regresa, tras la Magna, a la Capilla de Cuaco en la llamada "Procesión del Silencio".
    El día 3 de mayo la capilla es engalanada para celebrar el día de la Cruz. En la foto podemos contemplar la ornamentación floral del año 2000

    (1)LAS CRUCES DEL PUERTO DE LA CRUZ. GUÍA CATÁLOGO
    Área de Cultura del Organismo Autónomo Local
    Aula de folklore y etnografía
    Excmo. Ayuntamiento del Puerto de la Cruz. 1999


    Dolorosa
    (Los Siete Dolores de Nuestra Señora)
    Esta imagen obra del escultor murciano Francisco Liza fue realizada en el año 1996. Procesionó por primera vez el Viernes Santo de 1997 de la mano de esta Cofradía.


    La aureola y corazón de plata que luce es obra del orfebre lagunero Juan Angel González. Tanto la corona como el corazón fueron realizados a principios del año 1997.
    La Cofradía de la Vera Cruz y Misericordia la saca en procesión todos los Viernes Santos y la enrrama cada Viernes de Dolores y cada 15 de Septiembre.

    CRONOLOGÍA DE LA COFRADIA DE LA VERA CRUZ Y MISERICORDIA
    PUERTO DE LA CRUZ

    Hermanos Mayores

    RICARDO RICHTER fue el fundador de esta cofradía. Inició la andadura de la misma en julio del año 1994 y permaneció como Hermano Mayor hasta despues de la Semana Santa de 1995. En la actualidad es el presidente de la Junta de Hermandades y Cofradías del Puerto de la Cruz y Hermano Mayor de la cofradía del Cristo de la Salud de esta ciudad.
    EMILIO ZAMORA recogió el testigo siendo Hermano Mayor hasta el año 1998. Tras la Semana Santa de ese mismo año pasó a desempeñar el cargo de Presidente de la Cofradía.


    JUAN JOSE HERNANDEZ ocupó el cargo de Hermano Mayor desde 1998 hasta la Semana Santa 2002.
    MANUEL DELGADO es Hermano Mayor de la Cofradía desde la Semana Santa de 2002 hasta la actualidad.



    IGLESIA DE SAN FRANCISCO
    (Antigua ermita de San Juan Bautista)
    Puerto de la Cruz
    Textos de Enma Calero e Hilda Hernández
    Entre los años de 1599 y 1608 se construyó en el Puerto de la Cruz una ermita cuyos gastos fueron sufragados por don Juan de Texera que por ende era el propietario del mencionado recinto religioso y dedicado a la advocación de San Juan Bautista.


    El acceso a la misma se realizaba por el costado izquierdo de la nave principal pero al construirse el convento, dicha entrada queda incorporada dentro de su claustro, accediéndose entonces a la ermita por dos puertas construídas hacia la calle de San Juan. Aún se puede observar la piedra labrada formando el acro de acceso entre los retablos de Las Animas y Santo Domingo. Don Juan de Texera cedió la ermita a la Congregación Franciscana con el fin de que estableciesen en ella una vicaría de 2 o 3 sacerdotes, sujetos al guardián de La Orotava, para que dijesen misa, confesasen y ayudasen en lo espiritual a los vecinos que, siendo en número de 40 a 50, no había clérigo que quisiese bajar a decirles misa por la distancia, tomando posesión efectiva de la misma en 1609.
    A partir de estas fechas escasean las noticias referidas al recinto, si exceptuamos para el siglo XVII la fundación, en 1670, de la Capilla de Las Llagas por don Nicolás Alvarez y para el siglo XVIII la fundación por parte de la familia Nieves-Ravelo, de la Capilla de Las Ánimas, que se encuentra en la nave más pequeña adosada al muro que da hacia la calle de Quintana. Al pie de este retablo se encuentra el sepulcro de dicha familia (1709)

    Los decretos Ley de 19 de febrero y 8 de marzo de 1836 suprimen las órdenes religiosas y esto obliga al cierre del convento, permaneciendo al culto solamente la iglesia, que ya en 1830 y 1832 había sido objeto de alguna restauración. En 1926 el Superior de los Misioneros del Corazón de María solicita ayuda para el arreglo de la fachada de la calle de Quintana, pero pese a todos los esfuerzos por mantener en buen estado el edificio, en 1966 el convento de San Francisco que, por aquel entonces se dedicaba a ciudadela, fue víctima de un voraz incendio del cual se salvó la iglesia.

    A raíz del expediente de conservación iniciado por el Excmo. Ayuntamiento del Puerto de la Cruz en 1981, la actual iglesia de San Francisco es declarada monumento histórico artístico cinco años más tarde, siendo objeto de restauración por parte de la Consejería de Cultura del Gobierno de Canarias. La planta es bastante original. No se trata de dos naves, sino de una y media, correspondiendo esta última a la primitiva ermita, siendo lo más antiguo del convento. Se divide interiormente en varias capillas con sus respectivos retablos.
    La cubierta es a base de artesonados de madera de par y nudillo para la nave principal mientras que el resto de las capillas, al ser independientes, tiene cada una su correspondiente retablo y artesonado que casi siempre es de ocho lados. La separación de las naves es a base de arquería de medio punto, salvo en la parte más antigua en que se trata de arcos de medio punto rebajados.


    La actual iglesia de San Francisco posee una interesante colección de retablos, destacando especialmente dos, ambos situados en el espacio de la primitiva ermita. El que ocupa la cabecera es, en unión del situado en la capilla de la familia Nieves Ravelo, uno de los más interesantes.
    Se trata de un retablo-hornacina, tallado con motivos de cartelas, espejos y diversas formas vegetales. El único nicho aparece flanqueado por sendos estípites, mostrando decoración a candelieri. En el ático se representa a San Juan Bautista y a San Nicolás de Bari.


    En la hornacina se sitúa la imagen de La Humildad y Paciencia, fechada con anterioridad al año 1652, de autor anónimo, si bien podría relacionarse -por factura- con alguno de los activos talleres escultóricos que funcionaban por aquellos años en Garachico.
    En la capilla de Ánimas o del Carmen (tercera capilla colateral de la nave de la Epístola) se sitúa el retablo costeado por la familia Nieves Ravelo. El autor del retablo pertenece a la llamada estela del maestro Antonio Alvarez, a quien encontramos trabajando desde 1669. Está articulado en dos cuerpos, sin remate.


    El segundo cuerpo aparece ocupado por tres lienzos: Las Ánimas del Purgatorio, San Francisco de Asís y San Pedro de Alcántara, atribuidos al pintor lagunero Jacobo Machado Fiesco (s.XVII).
    Entre las imágenes destacan el Cristo de la misericordia, del escultor lagunero Domingo Pérez Donis, encargado por la comunidad franciscana para la procesión del Santo Entierro con anterioridad al año 1645.


    San Juan Bautista, pequeña imagen que presidiera antaño la ermita, tallada por el sevillano Andrés Ocampo a comienzos del siglo XVII.
    El San Francisco, trabajado en madera policromada y estofada, se fecha a mediados del siglo XVII, mientras que el Santo Domingo, posterior, hecho en papelón, material muy liviano con vistas a los traslados procesionales, parece de escuela popular.


    De cronología más tardía -finales del siglo XVIII- es la Inmaculada Concepción, que en la actualidad preside uno de los retablos situados en la pared del evangelio, cercano al púlpito.
    Como últimas adquisiciones y gracias a la intervención de la Cofradía de la Vera Cruz y Misericordia, se han adquirido dos obras esclutóricas, una Dolorosa del escultor Francisco Liza y un San Juan Evangelista del escultor Mengual, ambas tallas traídas de la Península. En la actualidad forman un Calvario en la hornacina central del Altar Mayor junto al Cristo de la Misericordia.


    Como no podía ser menos, en la Iglesia de San Francisco se realiza un magnífico Belén durante las fechas de Navidad que se ha convertido en uno de los más esperados de los alrededores. Obra del hermano de la Cofradía de la Vera Cruz y Misericordia, Miguel Damián Pérez, su diseño cambia cada año siendo el único elemento fijo las figuras policromadas de estilo Napolitano.

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  4. VIDEOS DE LA SEMANA SANTA EN EL PUERTO DE LA CRUZ


    http://es.youtube.com/watch?v=Mt-uwWNPxGI

    http://es.youtube.com/watch?v=SLB8zTAOlu0&feature=related

    Procesión del Gran Poder de Dios de Puerto de la Cruz, 2008.

    http://es.youtube.com/watch?v=MEXof3t9eGs

    31 de agosto de 2008 6:48
    Suprimir
    Blogger Antonio Dorta dijo...

    VIDEOS DE LA PROCESIÓN DE LA VIRGEN DEL CARMEN DEL PUERTO DE LA CRUZ


    http://es.youtube.com/results?search_query=VIRGEN+DEL+CARMEN+%22PUERTO+DE+LA+CRUZ%22&search_type=&aq=f

    31 de agosto de 2008 6:48

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