RETRODEZCAN

Este imperativo es del todo incorrecto pero me resulta más contundente que el original RETROCEDAN. Por lo tanto, si la Real Academia de la Lengua Española me lo permite, desde hoy en adelante haré uso exclusivo de él.
Con RETRODEZCAN pretendo dar a conocer parte de mi obra pictórica, escultórica, fotográfica y, en menor proporción, literaria y, a la vez, mantener una corriente de opinión sobre los acontecimientos de naturaleza artística de hoy día.
Espero que tomeis la sabia decisión de manteneros a una distancia prudencial de mis opiniones aquí vertidas que no siempre tienen por que ser del agrado de la mayoría; ¿o, sí?

sábado, 30 de agosto de 2008

FIESTAS. Virgen del Carmen

El numeroso público se ha concentrado junto a la playita del muelle para asistir al momento culminante de la Fiesta: el embarque de la Virgen.
Como podreis comprobar en una fotografía posterior, el gentio invadirá la playa propiamente dicha hasta introducirse en el agua. El objetivo es encontrarse, en el momento del embarque, lo más próximo posible a la Sra. del Carmen.

41 comentarios:

  1. Conocimiento geográfico:
    El paralelismo entre la expansión geográfica de la cultura occidental y su desarrollo filosófico-científico es el móvil de esta exposición, que describe la evolución histórica de las fuentes del pensamiento europeo, así como los avatares históricos que, a lo largo de dos mil años, desembocan en una visión del mundo alejada de toda superstición, capaz de permitir a la sociedad europea de los siglos XVI y XVII trasladar su ideario allende los mares y salvar las ancestrales barreras que impedían un conocimiento profundo de la realidad.
    Se traza, pues, una crónica acelerada del germen cultural europeo, partiendo del Egipto faraónico y los "pueblos del mar" (fenicios, cretenses y griegos), necesariamente pioneros en la colonización del Mediterráneo, al ser espoleados por el crecimiento demográfico y las guerras intestinas de sus pequeños países de origen.

    Grecia:
    El mundo helénico, que se extenderá desde Asia Menor a la Península Ibérica, sustentado por un sistema esclavista que permite el desarrollo intelectual de sus élites, realizará la primera transición histórica entre el "MYTHOS" y el "LOGOS", en la búsqueda de una explicación racional de los fenómenos naturales. La secta pitagórica, colectivo de intérpretes matemáticos de la realidad, desarrolla la Geometría, ciencia que va a generar uno de los mayores desafíos intelectuales a los que tendrá que enfrentarse la humanidad: la idea del INFINITO, propuesta por Zenón de Elea y aborrecida por Aristóteles, que la calificó de aporía ("sin salida"). Eudoxo concibe el primer modelo matemático del Universo a partir de la esfera. Tras él, otros lo perfeccionarán, tratando de encubrir sus numerosos defectos. Mucho después, este Modelo Aristotélico-ptolemaico, protegido por la AUCTORITAS aristotélica, será uno de los lastres de los que habrán de librarse los astrónomos renacentistas. Las conquistas macedónicas y el fabuloso Imperio legado por Alejandro Magno a sus generales exporta las elucubraciones filosóficas helénicas a remotos lugares de Asia y Egipto, donde se fundará la Biblioteca de Alejandría, santuario del saber escrito de la Antigüedad y foco de mentes inquisitivas, como la de Eratóstenes, primero en medir el radio de la Tierra gracias a sus conocimientos trigonométricos.

    Roma:
    La fulgurante aparición de Roma en la historia de Occidente será decisiva, al lograrse en apenas tres siglos la unificación política de todas las regiones bañadas por el Mediterráneo, que Estrabón consideró en propiedad hacia el siglo I a.C. (el "Mare Nostrum"). La superior cultura griega pronto se fusiona al poder militar y a la prodigiosa legislación de los romanos. La conversión de todos los habitantes del Imperio al Cristianismo añadirá el tercer elemento clave al pensamiento en ciernes de Occidente. Los geógrafos, como Claudio Ptolomeo, buscan nuevas tierras desconocidas y perfeccionan los sistemas cartográficos, gracias a la catalogación de las estrellas visibles. No obstante, la decadencia de Roma desencadena la fragmentación política, que no cultural, naufragando Europa en una Edad Media de oscurantismo intelectual y efervescencia religiosa. La Iglesia resultará el poder fáctico menos disgregado y como tal, pretenderá apropiarse de un monopolio cultural inmovilista, eliminando cualquier opinión contraria a lo que sus postulados describen como realidad. Siguiendo los dogmas bíblicos, fructificará la contraposición entre una ganancia terrenal, necesariamente finita, con el goce infinito de la contemplación de Dios. El éxito de la "jihad" islámica vedará el paso a Oriente a los europeos durante siglos, hasta que las Cruzadas, fracaso militar pero reencuentro de pueblos, obligará a reanudar los lazos con una parte del mundo en la que se conservaba documentación del mundo antiguo que se creía destruida. Se crean las primeras universidades (Bolonia, París, Oxford, Salamanca) y el saber, que antes sobrevivía en pequeñas abadías y monasterios, florece en las ciudades en crecimiento. Las vías de comunicación recuperan la fluidez de antaño y regresa el comercio terrestre y marítimo, cuyo auge favorecerá el empleo del nuevo sistema numérico arábigo hindú y la recuperación de los estudios aritméticos, espoleados por la "praxis" mundana de los negocios. La Matemática aplicada evoluciona al amparo del incipiente capitalismo. La rivalidad comercial entre dos ciudades costeras del norte de Italia (Venecia y Génova) conduce al reforzamiento de los lazos genoveses con una apartada nación ibérica, Portugal, cuyos monarcas emplearán la habilidad náutica de sus visitantes en su propio beneficio.

    Portugal:
    Los lusos, encerrados entre el poderoso vecino continental, Castilla, y un Al-Andalus en el ocaso, aprenderán de los transalpinos las artes para cruzar la barrera virgen del Atlántico, descubrir nuevas regiones y comerciar con ultramar. Diego Câo, Bartolomé Dias, Vasco de Gama, Magallanes... Hacia 1500, los portugueses controlan las rutas hacia la India y China, han establecido bases en Africa y están en disposición de competir con los Reyes Católicos por la hegemonía en el continente descubierto por Colón y bautizado por Vespucci, América.

    El europeo de la Edad Moderna, consciente de sus limitaciones, ha crecido en un sustrato cultural y religioso que le impulsa a creer en posibilidades ilimitadas. Los siglos XVI y XVII instauran la pasión por el conocimiento en el Viejo Mundo, se traducen e imprimen los clásicos, se funda una nueva física, aparecen una geografía y una etnografía completamente desconocidas hasta entonces. Copérnico, el malhadado Giordano Bruno, Galileo, Newton, Descartes... Intelectos exquisitos van a derribar, no sin pagar un alto precio, la anquilosada muralla pseudo-aristotélica tras la que la Iglesia Católica refugia su carencia de autocrítica, su decadencia filosófica y su poder terrenal. Se afianza una nueva concepción del mundo, aparece la Ciencia Moderna, libre y fruto del estudio y la experimentación, que poco a poco devorará a la Religión y se apropiará de su lugar como justificación del Universo. Los hombres desean ahora compartir el poder creador de la divinidad en un Cosmos ahora infinito, que eclosiona al derrumbarse las esferas celestes que lo aprisionaban.
    Autor:J.Montesinos
    Extraído de:http://nti.educa.rcanaria.es

    Las concepciones tradicionales y el descubrimiento de América:
    Solamente cuando se tiene plena conciencia de que la división geográfica en tres continentes estaba profundamente imbricada en una concepción teológico-religiosa de gran profundidad, se comprende a su vez el enorme asombro que iba a despertar en los contemporáneos de Colón la comprobación fehaciente y sin lugar a dudas de la existencia de un cuarto continente. Se ha hablado del impacto de las teorías de Galileo sobre la concepción heliocéntrica del Universo y del movimiento de la Tierra alrededor del Sol, pero sin duda no se ha insistido bastante en la enorme repercusión del descubrimiento americano, que hizo tambalear toda la concepción teológica-religiosa de la época. Pocos hechos contribuyeron tanto a afianzar el Renacimiento y, sobre todo, a estimular el carácter secularizador que había empezado a ofrecer en ciertos espíritus. Desde luego la convicción de que la Tierra carecía de una organización tricontinental fue un duro golpe para las creencias religiosas del momento, y representa uno de los hechos básicos que pusieron los cimientos de la entrada en el mundo contemporáneo. [...] El descubrimiento de América representó el derrumbamiento de toda esa concepción tradicional del mundo, donde los datos geográficos, el sistema teológico y las ideas religiosas formaban una unidad indisoluble y la negación de una parte ponía en entredicho todas las demás. (José Luis Abellán)

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  2. Galileo Galilei (Pisa 1564-1642) y Heliocentrismo:
    El señor Galileo Galilei nace en Pisa en 1564, un año después de que finalizara el Concilio de Trento; en el que la Iglesia romana y católica cerraba filas contra las doctrinas protestantes que se extendían por Europa y un rígido control en la interpretación de la Biblia y cuestiones doctrinales se imponía mediante la Inquisición. Los jesuitas españoles forman parte importante de este Concilio y se constituyen como milicia al servicio del Papa de Roma.

    Entonces Josué habló a Jehová entregó a los amorreos ante los hijos de Israel, y dijo en presencia de los israelitas: ¡Sol, detente sobre Gabaón; y tú Luna, sobre el valle de Ajalón¡ Y el Sol se detuvo y la Luna se paró, hasta que el pueblo se hubo vengado de sus enemigos. El Sol se detuvo en medio del cielo, y no se apresuró a ponerse casi un día entero.

    El señor Copérnico, astrónomo polaco, había publicado poco antes de su muerte, en 1543, su libro DE REVOLUTIONIBUS ORBIUM CAELESTIUM, en el que los movimientos aparentes del sol y las estrellas, y los extraños movimientos de los planetas se podían explicar admitiendo el doble movimiento de la Tierra: la rotación diaria sobre su eje y la traslación anual alrededor del sol. Aunque el contenido del libro es presentado como una hipótesis matemática sin pretensiones de explicar la realidad física, el libro es recibido con desconfianza por las autoridades eclesiásticas que, no lo olvidemos, en estos tiempos detentaban el saber y defendían la concepción aristotélica-ptolemaica del universo, la explicación que el sentido común daba del mundo que nos rodea. Galileo se gana la vida como profesor de matemáticas y explica a sus alumnos la concepción aristotélico-ptolemaica del mundo, que está constituida alrededor de dos ideas principales: la teoría de los cuatro elementos y la teoría de los lugares naturales. Los cuatro elementos son: la tierra, el agua, el aire y el fuego. La tierra, que es el elemento menos noble está en el centro, sobre ella esta el agua, después el aire y a continuación el fuego. Todo ello constituye el mundo corruptible; luego vendría la esfera de la Luna a partir de la cual todo estaría constituido por la quintaesencia, el éter, que es perfecto, eterno e incorruptible. Después seguirían las esferas en las que estarían encastrados el Sol y los planetas, y finalmente la octava esfera de las estrellas fijas, que sería el límite del universo. El movimiento se transmite desde la última esfera hasta las mas internas haciendo presión sobre el éter. Un mundo esférico y finito en el que la tierra es el centro y el hombre la criatura mas privilegiada.

    En 1598 muere Felipe II y el Imperio español es el más poderoso del mundo. En 1600, la Inquisición romana condena a Giordano Bruno, fraile y librepensador que ha predicado contra el Papa en todas las cortes europeas protestantes. Uno de los cargos contra Bruno es el de difundir que los mundos son infinitos y que la Tierra no es el centro del Universo. El personaje que preside el tribunal que condena a Giordano Bruno es el cardenal Roberto Bellarmino (1542-1621), jesuita, teólogo y encargado de velar por la pureza de la doctrina Católica.

    Galileo explicando el movimiento de los planetas Descubrimientos astronómicos:
    En 1600 Galileo descubre cosas sorprendentes cuando dirige su telescopio artesanal, construido por él mismo, a los cielos estrellados. Desde hacía 15 años, Galileo secretamente se había convertido en heliocentrista, es decir, que pensaba que la concepción copernicana explicaba mejor el Universo. Pero era una convicción teórica que no estaba apoyada por el sentido común. Pero cuando Galileo se pasa las noches mirando a los cielos con su telescopio, descubre cosas maravillosas nunca antes vistas por los humanos:

    * montañas en la Luna semejantes a las de la Tierra.
    * manchas en la superficie solar que contradecían la teoría de la perfección de los astros por encima de la Luna.
    * cuatro satélites que giraban alrededor de Júpiter, de forma similar a como lo hace la Luna alrededor de la Tierra.
    * las fases de Venus: creciente,menguante.....

    Fenómenos todos ellos incompatibles con la explicación Ptolemaica y oficial. Entonces Galileo pierde el miedo y anuncia al mundo sus descubrimientos en un libro que tituló: Sidereus nuncius. Al principio estos descubrimientos causan gran sensación. Galileo es nombrado Matemático y Filósofo del Gran Duque de Toscana. Viaja a Roma en 1611 y consigue elogios y aprobación de algunos jesuitas y del mismo Papa Paulo VI. El cardenal Barberini, cuatro años más joven que Galileo, apoya decididamente sus tesis heliocéntricas y queda impresionado con la personalidad de éste a quien considerará un amigo... Galileo ahora está convencido no sólo de la verdad de la teoría heliocéntrica, sino de su capacidad para convencer a las autoridades eclesiásticas de que las nuevas teorías explican físicamente el movimiento de los cielos. Pero este cambio de la concepción del mundo tendrá una dimensión cultural y política enormemente más complicada que la que suponía el optimismo de Galileo, y los poderes reaccionarios y conservadores empezaron a organizarse para combatir las nuevas ideas, que ciertamente dejaban al saber oficial en muy mal lugar. Galileo siente el peligro cuando sabe que sus enemigos intentan convencer a sus protectores, Los grandes Duques de Toscana. Y entonces escribe una larga carta a Cristina de Lorena, la gran Duquesa. En la Biblia, el libro sagrado de los cristianos, se dice que Dios paró el sol para permitir que siguiese la batalla en que los israelitas, al mando de Josué, vencieron a los filisteos. Por tanto defender la tesis de que el sol está inmóvil y la Tierra gira alrededor de él es ir en contra de lo revelado por Dios. Esta interpretación es la que Galileo va a tratar de desmontar diciendo que además del Libro Sagrado está también el Libro de la Naturaleza, y ambos han sido creados por Dios; y que el lenguaje en que éste está escrito es el de las Matemáticas y sus letras son triángulos y círculos. La cuestión está en saber interpretar lo que dice la Biblia, que, siendo una obra literaria, usa de metáforas. Galileo afirma en esta carta que el libro de la Naturaleza (la Ciencia) es el adecuado para tratar de comprender el Universo. El predicador dominico Tomás Caccini acusa de impío a Galileo y a los matemáticos desde el púlpito de Santa María Novella de Florencia. En 1615 Galileo es acusado formalmente ante un tribunal de la Inquisición. Roberto Bellarmino conmina a Galileo a abandonar la defensa de las teorías copernicanas y le prohibe su defensa o su enseñanza. Los libros de Copérnico son incluidos en el índice de Libros Prohibidos y se declara :

    "... que el sol está en el centro del Mundo y que la Tierra no lo sea y que no esté inmóvil es una teoría absurda en filosofía y herética en cuanto a la verdad teológica".

    Galileo prudentemente se retira de la vida pública a la espera de tiempos mejores...

    En 1623 su amigo el Cardenal Barberini (1568-1644) es nombrado Papa con el nombre de Urbano VIII y Galileo cree que ha llegado el momento de continuar la lucha por sus ideas. Publica Il saggiatore, libro en el que polemiza agriamente con el jesuita Orazzo Grassi sobre la naturaleza de los cometas. Poco a poco se va enemistando con los poderosos jesuitas, que apoyan las buenas relaciones del Papado con España. Por otra parte, Urbano VIII simpatiza con Francia, una potencia emergente que se opone a la hegemonía española. Galileo recibe el permiso del Papa para escribir un libro en el que quedarían explicados los dos sistemas del mundo. Pero es advertido de que sólo podrá hablar de la hipótesis copernicana como una mera hipótesis matemática sin pretensiones de que sea una explicación física. En 1632 Galileo publica Diálogo sobre los dos máximos sistemas del mundo. En él, Galileo ridiculiza a los defensores del sistema geocéntrico. Las autoridades eclesiásticas se sienten traicionadas y el propio Urbano VIII monta en cólera y decide procesar a Galileo. En 1633 Galileo con 69 años y semiciego es obligado a abjurar de sus teorías y es condenado a reclusión domiciliaria hasta el año de su muerte en 1642. Hay que esperar hasta 1992 para que Juan Pablo II reconozca, y con él, oficialmente la Iglesia católica y romana, la tremenda injusticia que se cometió con Galileo.

    Retractación de Galileo (junio 1633):
    [...] teniendo ante mis ojos los Santísimos Evangelios y poniendo sobre ellos mi propia mano, juro que siempre he creído, creo ahora y que, con la ayuda de Dios, creeré en el futuro todo lo que la Santa Iglesia Católica mantiene, predica y enseña. Pero como yo, tras haber sido amonestado por este Santo Oficio a abandonar completamente la falsa opinión de que el Sol es el centro inmóvil de universo, y que la Tierra no es el centro del universo y se mueve, y a no sostener, defender o enseñar de ninguna manera, ni oralmente ni por escrito, la mencionada falsa doctrina; y tras haberme sido notificado que dicha doctrina es contraria a las Santas Escrituras, escribí y di a la imprenta un libro en el que trato de dicha doctrina ya condenada, y presento argumentos de mucha eficacia en su favor, sin llegar a ninguna conclusión: he sido hallado vehementemente culpable de herejía, es decir, de haber mantenido y creído que el Sol es el centro inmóvil del universo, y que la Tierra no está en el centro del universo y se mueve. Sin embargo, deseando eliminar de las mentes de vuestras Eminencias y de todos los fieles cristianos esta vehemente sospecha razonablemente concebida contra mí, abjuro con corazón sincero y piedad no fingida, condeno y detesto los dichos errores y herejías, y generalmente todos y cada uno de los errores y sectas contrarios a la Santa Iglesia Católica [...]

    Galileo: Tribunal Galileo Galilei (1564-1642):
    Nacido en Pisa, estudia Medicina y Filosofía. Profesor en Pisa y en Padua. Publica Sidereus Nuntius, en el que apoya a Copérnico. El cardenal Belarmino le amonesta, y guarda silencio durante algún tiempo, hasta que responde al jesuita Horacio Grassi con Il saggiatore (el pescador). En el año 1632 publica Diálogo sobre los dos máximos sistemas del mundo, en forma de diálogo, en el que parece que ridiculiza en uno de sus personajes al papa Urbano VIII. Se le condena y abjura. Vive en arresto domiciliario de 1633 a 1642, año en que muere, escribiendo durante este tiempo Diálogos sobre dos nuevas ciencias. La revolución científica de los siglos XVI y XVII basa fundamentalmente sus postulados en contradecir el sistema aristotélico - ptolemaico dominante durante la Edad Media y que partía de dogmas como:

    * División del mundo en dos esferas: celeste y terrestre.
    * Geocentrismo: La Tierra está situada en el centro del Universo y permanece inmóvil.
    * El cielo posee forma esférica y tiene un movimiento de giro. Todos los cuerpos celestes se mueven de forma uniforme y en círculos perfectos.

    En la constitución de " la nueva ciencia " se pueden considerar tres grandes períodos, el primero se inicia con Copérnico en la 1ª mitad del siglo XVI, un periodo intermedio de consolidación representado por Galileo y Kepler; y una tercera fase posterior en donde la figura principal es Newton. El sistema copernicano es iniciado por Copérnico, quien abre el camino hacia la nueva astronomía, aunque mantiene determinados postulados correspondientes al sistema ptolemaico. Entre sus innovaciones podemos señalar:

    * El heliocentrismo: el Sol es el centro del sistema planetario.
    * Los tres movimientos de la Tierra: rotación diaria axial, movimiento anual orbital, y movimiento cónico y anual del eje.
    * Respecto al tamaño del mundo dice: que es tan grande que la distancia de la Tierra al Sol... es como nada cuando se le compara con la esfera de las estrella fijas.

    Sin embargo, mantenía ciertos postulados del periodo anterior como: · El movimiento uniforme y circular. · La existencia de esferas celestes. La obra astronómica de Galileo supone la divulgación de la astronomía copernicana. Emplea los numerosos descubrimientos obtenidos gracias al telescopio (los primeros datos astronómicos cualitativamente nuevos desde la antigüedad) como argumentos en favor de Copérnico, y es capaz de descubrir lo siguiente:

    * La superficie de la Luna no es llana: es de carácter rugoso, hay montañas y valles. La Luna, por tanto no es una esfera perfecta como creían los aristotélicos. Desmiente con ello la inalterabilidad de los cuerpos celestes.
    * El Sol tiene manchas, lo cual quiere decir que no es homogéneo en todas sus partes. El Sol padece mutaciones, luego los astros no son inmutables.
    * En su obra Diálogo sobre los dos máximos sistemas del mundo discute las teorías geocéntrica y heliocéntrica y combate los presupuestos de la cosmología aristotélica porque no encuentra justificación: ¿por qué el Universo ha de tener un centro y no más de uno?, ¿por qué va a ser finito y no infinito?.
    * Queda confirmado y ratificado el sistema copernicano y superado el aristotélico-ptolemaico.
    * Queda en entredicho la Biblia como libro de ciencia; es un libro religioso que utiliza el lenguaje vulgar del momento, pero su misión no es revelar verdades científicas.

    Desde Galileo, el método científico debe:

    * Rechazar el criterio de autoridad de la iglesia y de los filósofos anteriores.
    * Observar rigurosamente los fenómenos.
    * Hacer repetidas experiencias y separar lo esencial de lo accidental.
    * Formular hipótesis y corroborarlas con los hechos.

    Podemos decir que la ciencia moderna empieza con Galileo, que es el iniciador de una auténtica revolución científica. No sólo por su verdad central (geocentrismo, heliocentrismo), sino que sienta las bases de una verdadera ciencia. La ciencia es la que influyó más decisivamente en el período del Renacimiento en dos aspectos: * TÉCNICAMENTE: La ciencia aplicada es fruto de la modernidad. En la época griega la ciencia no afectó a la vida social. Ahora se aplica a la ingeniería , a la medicina, a la guerra, etc. El Renacimiento supone una revolución intelectual y el comienzo de una nueva manera de hacer ciencia. * INTELECTUALMENTE: El mundo de la cultura civil y religiosa no aceptó fácilmente el heliocentrismo. Se ponían dificultades obvias:

    * El movimiento de la Tierra suponía aceptar unas distancias enormes en relación con las estrellas fijas. Eso era admitir un poder inusitado en la razón humana que era difícil de aceptar, y que seria lo que ha facilitado la ciencia moderna.
    * Los textos de la Escritura, en los que se aferraban la Iglesia católica y la protestante que tomaban la Biblia como única autoridad.
    * La autoridad de la Iglesia quedaba en entredicho, ya que seguía manteniendo el geocentrismo.

    La conclusión es que no hay filosofía que pueda enseñarnos la verdad de la naturaleza mejor que la experiencia. Galileo, eliminando toda consideración finalista de la naturaleza, y basándose solo en la experiencia ha llevado la ciencia moderna a su madurez.

    Aristóteles Ciencia y heliocentrismo: Ciencia griega clásica:
    Platón y Aristóteles:
    Son dos personajes que destacaron, en Grecia, por sus descubrimientos y avances en el campo de la mente y del pensamiento del Hombre, desde posiciones diferentes. En primer lugar, Platón, discípulo de Sócrates, es el representante de la corriente del pensamiento racional, es decir, para él todas las explicaciones lógicas deben ser hechas por medio de la Razón y usando pura y simplemente el pensamiento y la inteligencia humana. Utilizando este racionalismo innato, Platón desvaloriza completamente los datos sensoriales (los que nos dan los sentidos) y afirma que éstos obscurecen el verdadero saber, porque son copias sujetas a cambios y transformaciones permanentes. Por otra parte, Aristóteles representa la corriente empírico-racional; para llegar a conclusiones universales, parte de los datos de los sentidos y será la Razón quien articule estas informaciones. De este modo y mediante la abstracción, Aristóteles llega a una causa primera, origen de todos los objetos observados. Este método, esta forma de construir la Ciencia, se denomina método inductivo. Aristóteles desplazó el centro de gravedad de la reflexión, devolviendo al mundo material, repudiado por Platón, un estatuto superior.

    El cosmos aristotélico:
    A Aristóteles debemos también la creación del sistema Geocéntrico, es decir, con la Tierra en el centro de todo el Universo. Este universo presenta cuatro características importantes: el geocentrismo; la jerarquía; la heterogeneidad; lo finito. En relación con el Geocentrismo ya habíamos visto que consistía en que la Tierra ocupa el centro del Universo aristotélico. La cuestión de la Jerarquía explica la ordenación del Universo por grados de perfección: el mundo físico terrestre, el mundo físico del cielo y el Primer Motor Inmóvil. Este Universo era además heterogéneo en la medida en que los mundos estaban compuestos por materias diferentes. Así, el mundo terrestre estaba formado por los cuatro elementos; el mundo del cielo, por el éter, y el Primer Motor Inmóvil era energía pura, sin forma ni materia. Y, por último, el Universo era Finito porque acababa en la esfera de las estrellas fijas.

    Adaptación del viejo modelo al dogma cristiano:
    Este sistema fue aceptado durante cerca de diez siglos ya que la Iglesia lo adaptó a su doctrina. Aprovechándose de la ignorancia y del miedo de la población en general, los escolásticos, como Santo Tomás de Aquino, filtraron el modelo aristotélico y lo adaptaron a su doctrina para que nada fuera contra las Escrituras. Entre el modelo de Aristóteles y el modelo escolástico existen claras diferencias. Aristóteles afirmaba que el Primer Motor Inmóvil era el que movía el Universo con su energía y poder. La Iglesia lo llamó Dios, padre todopoderoso, omnipotente y divino. La Iglesia afirmaba además que el Universo había sido creado (como podemos ver en el libro del Génesis, en las Sagradas Escrituras). Esta idea iba contra lo que Aristóteles defendía: el Universo es eterno y nada ni nadie lo había creado. La Iglesia no admitió cambios en este sistema porque le convenía a sus intereses jerárquicos.

    Escaso desarrollo del conocimiento:
    En estos tiempos medievales no evoluciona el saber, pero sí se produce una "leve recapitulación" de los clásicos. Los descubrimientos y la navegación marítima contribuirán, junto a otros factores, a un cambio completo en la mentalidad de las personas y del mundo. El ensanchamiento geográfico del viejo globo aporta nuevas cuestiones filosóficas y teológicas al medio en que se vivía:

    "Si el Hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios, ¿cómo explicar la existencia de tantas razas y pueblos diferentes?", "En un mundo siempre creciente, que parece no tener fin, ¿cuál será el lugar para Dios?".

    Con Galileo Galilei surge el nuevo concepto de Ciencia moderna, con la técnica aliada a la investigación, que posibilitará más y mejores avances en el campo tecnológico.

    "En la discusión de los problemas de la Física, no se debería tomar como criterio la autoridad de los textos sagrados, sino las experiencias y las demostraciones matemáticas." (Galileo).

    Surge un nuevo ideal de Ciencia, con un nuevo objeto de estudio y también un nuevo método. Galileo se preocupa ahora más de los fenómenos (lo que se nos aparece) que de lo metafísico, y lo hace desde las explicaciones y las fórmulas matemáticas, sobre las que tenía total dominio y confianza. Con el apoyo de su telescopio, construido por sí mismo, Galileo consigue observar los cielos y descubrir que el sistema cosmológico aristotélico-escolástico no pasa de ser una falsedad mal fundamentada y explica todos aquellos movimientos irregulares de los astros partiendo del principio de que es el Sol el que se encuentra en el centro del Universo (Heliocentrismo). La Iglesia ve ahora que su reputación desciende de nivel y que su jerarquía puede ser discutida, y condena a Galileo, que fue obligado a abjurar de todo aquello que había afirmado y descubierto.
    Autor:
    Extraído de: nti.educa.rcanaria.es

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  3. Descartes (1596-1650):
    EL RACIONALISMO. LA UNIDAD DE LA CIENCIA Y LA NECESIDAD DE UN MÉTODO.
    Antes de la aparición de las ideas de Descartes y su racionalismo, la comprensión filosófica de la Naturaleza y el hombre desde la Edad Media , se basaba en las categorías Platónico-Aristotélicas de las que se sirvió el cristianismo para combinar el pensamiento religioso con el racional. Con el Renacimiento, el cambio en los horizontes del pensamiento filosófico y científico se hace latente y se produce un enfrentamiento con la línea de pensamiento escolástico, que ha quedado relegada al quedar cortas sus miras ante los nuevos problemas inquisitivos a los que se enfrenta la humanidad. Se pone en duda la autoridad académica y eclesiástica, el sentido común y los datos de los sentidos. Se hace necesaria la búsqueda de la verdad por medio de la investigación, así como por un método demostrativo, eliminando las fuentes de error y subjetivizaciones, y de forma constructiva descubrir la esencia de las cosas a partir de la experiencia. Tomando como modelo científico las matemáticas con su sistema axiomático y su método hipotético-deductivo. Descartes va a intentar un camino de seguridad en medio de la duda. Testigo de la crisis del saber oficial, llega a la conclusión de que ha de renovar la filosofía. Los métodos existentes solo llevan a la controversia entre los hombres, sus razonamientos habituales y difíciles nos llevan al convencimiento íntimo de la verdad, se introduce la duda. Busca un método por el cual la mente capte no sólo la verdad, sino la certeza de que no puede ser de otra manera. Este método lo encuentra en los geómetras, e intenta aplicarlo a la filosofía, un método que le permite llegar a conclusiones ciertas y no meramente probables. Con el auge de las ciencias empíricas (experiencia), sobre todo con las Matemáticas, como modelo científico de certeza y exactitud, la Filosofía intenta aplicar un método filosófico que pueda generar verdad y certeza. ¿Es posible que la Filosofía pueda tener un método que le lleve a la certeza, lo mismo que la Matemáticas?. El racionalismo es una búsqueda incansable de esa seguridad. Descartes nace en 1596 y muere en 1650, su filosofía se desarrolla a lo largo del siglo XVII, es la época del absolutismo, la Contrarreforma y el triunfo definitivo de la nueva ciencia. Para Descartes el buen sentido o razón es la facultad de juzgar bien y de distinguir lo verdadero de lo falso y según él, es por naturaleza igual en todos los hombres. La diversidad de opiniones no procede de que unos sean más racionales que otros, sino tan sólo de que dirigimos nuestros pensamientos por caminos distintos, y no consideremos las mismas cosas. La razón nos hace hombres y nos distingue de los animales; la razón, en cada uno de nosotros permanece entera, pues según las doctrinas escolásticas: " Sólo hay de más o de menos en cada unos de nosotros los accidentes, como color de pelo o piel, etc.. y no en las formas o naturaleza de los individuos" . Descartes, siempre ha seguido por caminos que le han conducido a formar un método que le permita aumentar gradualmente su conocimiento y progresar en la investigación de la verdad. " Me gustaría dar a conocer estos caminos para que todos juzguen y así aprender de las críticas emitidas sobre mi método " . Tras su paso por el colegio y la opinión que de las distintas asignaturas tiene, son las Matemáticas, por su certeza y evidencia de sus razones, la asignatura favorita. En sus viajes, para conocer el " Libro del Mundo ", estudia las costumbres de los hombres sin encontrar nada seguro, hallando tanta diversidad como la que había advertido entre los filósofos. Decía: " Aprendí a no creer con demasiada seguridad en las cosas, que sólo el ejemplo y la costumbre me habían persuadido; y así me libré poco a poco de muchos errores que pueden ofuscar nuestra ( mente ) luz natural y hacernos menos capaces de comprender la razón ". Tras años de viaje buscando experiencias, decide estudiarse así mismo, y emplear todas las fuerzas de su espíritu en la elección del camino que debía seguir. Estando en Alemania durante la guerra de los 30 años, se le ocurrió considerar que muchas veces sucede no hay tanta perfección en las obras de varios trozos hechos por diferentes maestros, como en aquéllas en que uno sólo ha trabajado.
    En lo tocante a las opiniones que había aceptado hasta entonces, lo mejor era acometer de una vez la empresa de abandonarlas para sustituirlas por otras mejores o aceptarlas de nuevo cuando las hubiese sometido al juicio de la razón. Decide construir su vida sobre nuevos principios en lugar de apoyarse en los viejos cimientos aprendidos en la juventud.

    La duda metódica y la creación de una filosofía."MORE MATHEMATICO ":
    Descartes, duda de todas las opiniones que había aceptado hasta ese momento como buenas; las abandona y tras someterlas al juicio de la razón las sustituye o las acepta de nuevo. Tiene que buscar un nuevo método, piensa en los estudios que realizó de joven: Lógica, Matemática y Álgebra. Tras estudiarlos a fondo ve en estas artes o ciencias, muchas imperfecciones, lo que le lleva a pensar en buscar otro método que, reuniendo la ventaja de estos tres, estuviese libre de sus defectos. Este método logrará una verdadera certeza evitando raciocinios largos: será a base de razonamientos intuitivos y concretos, porque en ellos es imposible el error. Ha de haber orden, sencillez y claridad. Las reglas del método son:

    * · INTUICIÓN No admitir como verdadera cosa alguna, sin conocer con evidencia que el lo era y evitando la precipitación y la prevención. Lo evidente es lo que no puede ponerse en duda.
    * · ANÁLISIS Dividir cada una de las dificultades en tantas partes como fuese posible o requiriese su solución hasta alcanzar los elementos simples.
    * · SÍNTESIS Conducir ordenadamente los pensamientos, comenzar por los objetos más simples y más fáciles de conocer, para que poco a poco podamos ascender hasta el conocimiento de los más compuestos.
    * · EVIDENCIA Hacer de todo enumeraciones completas para no omitir nada, como una cadena, cada eslabón tiene que estar perfecto, uno sólo imperfecto implica la debilidad de toda la cadena.

    Descartes, toma las Matemáticas como modelo de conocimiento cierto y evidente y extiende en método y modelo matemático a toda la esfera del conocimiento humano. Comienza sus investigaciones por las cosas más simples de las matemáticas, como entrenamiento para acostumbrar al espíritu a alimentarse con verdades. Tomó lo mejor del análisis geométrico y del álgebra, escogiendo la línea como símbolo de toda magnitud por su sencillez. En poco tiempo, Descartes, domina esas dos ciencias, comenzando siempre por las cosas más sencillas y generales y haciendo de cada verdad que descubría una regla, que le servía a la vez para hallar otras. No sólo descubrió cuestiones que en otros tiempos juzgó difíciles, sino que podía determinar por que medios y hasta que punto era posible resolver lo que ignoraba. En Matemáticas sólo hay una verdad en cada cosa, el que la halla sabe acerca de ella todo lo que se puede saber. Disfruta de las matemáticas, pues le permite emplear la razón en todo; decide aplicar este método a las dificultades de las demás ciencias, pero al advertir que todos los principios de éstas se fundamentan en la filosofía, donde aún no hallaba ningún acierto, decide ante todo tratar de establecerlas en ella. Esto lo plantea muy joven y decide, ante todo, aplicarlo cuando adquiera mayor experiencia y logre desarraigar las malas costumbres de su espíritu y mejorando el método antes expuesto.

    El cogito y el criterio de la verdad. "EGO COGITO EGO SUM ":
    Descartes, deseando encontrar la verdad, rechaza como falso todo aquello en que pudiera imaginar la menor duda. Así, puesto que los sentidos nos engañan, quiso suponer que no hay nada que sea tal como ellos nos lo hacen imaginar; y como hay hombres que se equivocan al razonar, juzgó que estaba tan expuesto a error como cualquier otro y rechazó como falsos todos los razonamientos, que antes había tomado por demostraciones. También consideró que los pensamientos que tenemos cuando estamos despiertos, también pueden ocurrírsenos estando dormidos, sin que en tal caso sea ninguno verdadero. Decidió que todas las cosas que hasta entonces habían entrado en su espíritu no eran más ciertas que las ilusiones de sus sueños. Llegó a la conclusión de que no existe nada cierto: " La única verdad a la que la duda fortalece en verdad es a mi propia existencia, pues para ser engañado necesito existir ". Un día encontró la verdad, la existencia del yo pensante: Cogito Ergo Sum, esto era irrefutable y lo aceptó como el primer principio de su filosofía. El Cogito es el principio no sólo de su metafísica, sino también de la física; proporciona el criterio de verdad, que se presente en forma directa e inmediata al espíritu. El hombre puede fingir que no tiene cuerpo alguno, pero no puede fingir que no es; el hombre es una sustancia cuya total esencia o naturaleza es pensar y no necesita para ser, de lugar alguno ni depende de cosa material. El alma es distinta del cuerpo y más fácil de conocer que él, y aunque el cuerpo no fuese, el alma no dejaría de ser cuanto es. Lo que se requiere para que una proporción sea verdadera y cierta es que la concibamos muy clara y distintamente, al igual que la proporción Pienso luego soy. Reflexiona pues, que su ser no es perfecto pues en él está la duda; y hay mayor perfección en conocer que en dudar. La duda puede alcanzar el contenido del pensamiento, pero no al pensamiento mismo. Puedo dudar de la existencia de lo que veo, imagino o pienso, pero no puedo dudar de lo que estoy pensando y que, para pensarlo, tengo que existir.

    La existencia de Dios y del alma humana:
    Una vez seguro de la propia existencia, en tanto ser pensante, Descartes, intenta el segundo gran paso de su metafísica: la demostración de la existencia de Dios. En vez de apoyar el conocimiento de Dios en el conocimiento del mundo (que la duda metódica había convertido en algo problemático), sustenta el mundo en el conocimiento de Dios. Parte de la única verdad que posee, esto es, la certeza de la propia existencia como cosa pensante. En los pensamientos hay unos que son como las imágenes de las cosa y que denomina: Ideas. Entre ellas se distinguen algunas cosas que parecen haber nacido con nosotros mismos y otras extrañas, de fuera (como la idea del sol, o de los animales), y otras inventadas por nosotros (sirena, centauro, etc..), que denomina respectivamente Innatas, Adventicias, Ficticias. Entre ellas está la idea de Dios (sustancia infinita, eterna, inmutable, independiente...). Se plantea: ¿Cómo puedo yo, que soy un ser finito, haber producido la idea de un ser infinito, si lo más no puede derivarse de lo menos?.... Dios existe por la presencia en nosotros de la idea de lo perfecto e infinito, pues nosotros que poseemos la idea de lo perfecto, existimos. Mi existencia no se debe a mí mismo, ni a haber existido desde siempre, ni a causas menos perfectas que Dios, pero está claro que existo, que soy una cosa que piensa y tengo la idea de Dios. Mis padres pueden haber sido tan sólo la causa de mi naturaleza física, pero no de mi espíritu; cualquiera que ésta sea, ella tendrá que haber recibido su existencia de si misma o de alguna otra cosa. Si es causa de su propia existencia, es fácil advertir que se trata de Dios. Dios es pues la causa de mi existencia, por lo tanto él existe; el llamado argumento ontológico, viene también a probar la existencia de Dios. Tengo la idea de un ser sumamente perfecto; su existencia es inseparable en El de su esencia; por tal razón tan contradictorio sería concebir un ser sumamente perfecto, sin una de las perfecciones ya que, para él, la existencia es una perfección. En los tres argumentos expuestos, Descartes intenta probar la existencia de Dios, partiendo de la propia existencia como un ser pensante, mientras que la tradición aristotélica-escolástica hacía descansar una de las pruebas más importantes en la existencia del mundo sensible y en la necesidad de que el mundo, y el orden que en él advertimos, tengan una causa primera. Descartes en cambio, encerrado en su propia conciencia tendrá que apoyarse en Dios para probar la existencia del mundo exterior, invirtiendo por completo el orden tradicional.

    Ética provisional y ciencia moral:
    La ética es una de las partes de la filosofía de Descartes que no desarrolló en forma definitiva. En el momento en que enunció su ética, no podía considerarse más que provisional, pues aún no había logrado él ningún saber firme y seguro, y la ética supone un conocimiento previo del hombre y del mundo. Esta moral provisional consistía en 3 máximas:

    1. Obedecer las leyes y costumbres de su país.

    * Conservar la religión enseñada de niño.
    * Apartarse de la opiniones externas y regirse por las moderadas
    * Entre varias opiniones acertadas, escoger las moderadas.
    * Los excesos son malos.

    2. Ser lo más firme posible y resuelto que pudiese en sus acciones y seguir con tanta constancia en las opiniones más dudosas, una vez resuelto a ello, como si fueran muy seguras (lo que aconsejaba es que obligado a actuar de algún modo, muchas veces las acciones de la vida no admiten demora), escojamos lo que nos parezca y una vez decididos, lo consideremos como algo seguro, pues la voluntad debe ser firme y constante en sus resoluciones. Debemos seguir las opiniones más probables, cuando no podamos discernir las más verdaderas y cuando ninguna nos resulte más probable, elegiremos una y la pondremos en práctica. En el orden teórico y el práctico existe una contradicción En el orden teórico descarta la probabilidad al equipararla con la falsedad.
    3. Procurar siempre vencerse a si mismo antes que a la fortuna y alterar sus deseos antes que el orden del mundo. ( Libre albedrío ) Creer que sólo nuestros pensamientos nos pertenecen y dependen de nuestro libre arbitrio, y no desear los bienes que están fuera de nosotros, aunque éstos fueran posibles de obtener. Así la pérdida de ellos no debe producirnos más pena que la de no ser dueños , por ejemplo de los reinos de China o México. (Máxima que expresa una concepción conformista de origen estóico) Como conclusión de esta moral repasa las ocupaciones de los hombres para elegir la mejor, y llegando a la conclusión que es la suya la mejor: Aplicar la vida al cultivo de la razón (cosa que consiguió en su vida) y buscar la verdad según el método prescrito. Las tres máximas precedentes se fundaban sólo en el propósito de continuar instruyéndose y no conformarse con las verdades ajenas. Una vez seguro de estas máximas las coloca aparte, juntamente con las verdades de la fe, a la cuales no somete a la duda metódica, y puede ya tranquilamente acometer la empresa de deshacerse del resto de sus opiniones.

    "Al examinar después atentamente lo que yo era y ver que podía fingir que no tenia cuerpo alguno y que no había mundo ni lugar alguno en el que yo me encontrase, pero que no podía fingir por ello que yo no fuese, sino al contrario, por lo mismo que pensaba en dudar de la verdad de las otras cosas que seguía muy cierta y evidentemente que yo era, mientras que, con sólo dejar de pensar, aunque todo lo demás que hubiese imaginado hubiera sido verdad, no tenia ya razón alguna para creer que yo fuese, conocí por ello que yo era una substancia cuya total esencia o naturaleza es pensar, y que no necesita, para ser, de lugar alguno ni depende de ninguna cosa material. De manera que este yo, es decir el alma por la cual soy lo que soy, es enteramente distinta del cuerpo y hasta es más fácil de conocer que él, y aunque el cuerpo no fuese, el alma no dejaría de ser cuanto es". DESCARTES: Discurso del método.

    El tema del texto trata sobre la naturaleza del sujeto, en el mismo podemos encontrar dos partes diferenciadas: Una primera en la cual Descartes formula hasta " conocí " el criterio de certeza (el Cogito). Una segunda en la que contrapone la diferenciación entre cuerpo y alma. (Dualidad cartesiana).

    1. El Cogito:Descartes quiere llegar a distinguir lo verdadero de lo falso y poder encontrar así el fundamento sólido de la certeza, que es la idea clara distinta, pero para llegar a la certeza absoluta, comienza dudando. Duda que tiene cuerpo, ya que si este lo percibe a través de los sentidos, y si estos no le ofrecen una garantía absoluta de certeza, no puede admitir la existencia de su cuerpo. Duda también de la existencia del mundo exterior en el que se encuentra, ya que también lo percibe a través de los sentidos. Aunque duda de todas las cosas, lo que sí puede afirmar es que el hecho de dudar le hace pensar, y este hecho simultáneo le hace afirmarse en el convencimiento de su propia existencia, pienso, luego existo. Con el Cogito ego sum encuentra Descartes el principio buscado, la idea clara y distinta. La base firme para construir todo el edificio de la filosofía, la gran base que va a servir de fundamento para deducir todas las demás verdades.
    2. Dualismo cartesiano: Con las afirmaciones de la 2ª parte del texto, Descartes nos va a descubrir la dualidad entre cuerpo y alma. Para Descartes existen tres substancias en la realidad:

    * Substancia pensante. (El alma).
    * Substancia extensa. (El cuerpo).
    * Substancia infinita. (Dios).

    Nos dice en el texto: "..conocí que yo era una substancia cuya total esencia o naturaleza era pensar ", se refiera a la substancia pensante, que es el yo o alma humana y cuya única naturaleza es el pensamiento, y que "..este yo es enteramente distinto del cuerpo ", es decir distinto de la materia extensa, la cual sólo se puede conocer a través de los sentidos. Por lo tanto nos encontramos aquí ante la dualidad cartesiana, ya que el autor afirma que el alma es totalmente independiente del cuerpo, y es el alma quién da identidad al sujeto pensante y no el cuerpo. Según Descartes, el cuerpo es corrompible y el alma no, pues defiende la tesis de la inmortalidad del alma, pues donde dice "..y aunque el cuerpo no fuese, el alma no dejaría de ser cuanto es ". Pues aunque cuerpo y alma están unidos, esta unión es meramente accidental y tras la muerte del cuerpo, el alma seguirá existiendo.

    Contexto histórico:
    Es el momento del Absolutismo regio, predomina el método experimental, propio de las Matemáticas; es un momento crítico de cambio de mentalidades: se va imponiendo el rigor de la Ciencia, y se quiere dotar de ese rigor a la Filosofía, que carecía de esa exactitud. Descartes pretende una Filosofía absoluta, con todo el rigor científico de las matemáticas, cuya validez fuese universal.
    Contexto filosófico:
    Es el momento del Racionalismo, como fruto del siglo anterior del Renacimiento: triunfo de la razón sobre la Fe y demás creencias. Se emplea la duda metódica, como instrumento para descubrir la verdad; se intenta un modelo matemático y científico. Es el hito histórico de la invención del Cogito.

    "Después de esto consideré en general, lo que se requiere para que una proposición sea verdadera y cierta; pues ya que acababa de encontrar una que sabía que lo era, pensé que debía saber también en que consistía esa certeza. Y habiendo notado que la proposición pienso, luego soy, no hay nada que me asegure que digo la verdad, sino que veo muy claramente que para pensar es preciso ser, juzgué que podía admitir como regla general que las cosas que concebimos muy clara y distintamente son todas verdaderas, pero que sólo hay alguna dificultad en advertir cuáles son las que concebimos distintamente". (Descartes. Discurso del Método)

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  4. El Renacimiento:
    Filosofía y modernidad. Los orígenes de la modernidad:
    Con la era cristiana la razón griega queda oscurecida durante siglos. Pero el espíritu que había dado vida al pensamiento filosófico griego renacerá con fuerza y los hombres continuarán el interrumpido proyecto que los filósofos griegos estudiaron como el orden de la razón. El mundo moderno utilizará la razón científica como base de su filosofía; comienza hacia el 1400, durando hasta el 1650, cuando la mentalidad renacentista triunfa definitivamente sobre las tradiciones clericales de la Edad Media. Durante este largo período el pensamiento europeo sufrirá una profunda transformación que produce una nueva mentalidad. El Renacimiento afecta a las estructuras básicas de la sociedad y la cultura, comprendiendo la vida cotidiana y la mentalidad diaria, la práctica de las normas morales y de los ideales éticos, las artes, las ciencias, etc.. El Renacimiento es la primera etapa del proceso de transformación del feudalismo al capitalismo; su ruptura con el mundo medieval se produce en todos los órdenes de la cultura renacentista, pero hay que tener presente que el Renacimiento es un período complejo, plural, donde lo viejo y lo nuevo se mezclan y se entrecruzan. Los comienzos del S. XV son de gran actividad creadora, aunque también de gran confusión, al tener que acostumbrarse a las nuevas perspectivas vitales (interpretación del hombre, del Cosmos...). En este siglo hay una doble vida: La supervivencia de la vida medieval y el Renacimiento de una nueva vida. El hombre que mejor representa a esta época en la que los individuos tienen conciencia de estar situados en los confines de dos mundos es Pico Della Mirandola. Se produce una situación en el límite de dos formas de vida, generando contradicciones (Paganos y Cristianos). Pese a ello hay una clara conciencia de estar al final de un mundo y el comienzo de otro; esta conciencia es la que caracteriza a los hombres renacentistas. Hay también una supervivencia de la vida medieval, pero el hecho de que los pensadores de esta época tengan clara conciencia de ello, es precisamente lo que produce distancias y separa de raíz el Medievo del Renacimiento. La novedad y el carácter revolucionario del Renacimiento está en la actitud de los hombres ante el mundo, éste no es un lugar de paso, sino algo valioso y bello que el hombre puede transformar en su morada, siendo el hombre protagonista de su destino. La capacidad creadora del hombre hizo que muchos filósofos renacentistas abandonaran el mundo medieval de Adán por el de Prometeo (inventos de las artes y los instrumentos de la vida civil). El pensamiento renacentista rompe con la jerarquía universal de las cosas y sitúa al hombre como capaz de cambiar cualquier realidad enojosa y si sufre no es por decreto de la naturaleza o de Dios, sino por su falta de esfuerzo intelectual o manual, por su estupidez o por su perversidad. Esta concepción del hombre exige un espíritu de libertad que abarque todos los campos de la actividad humana y también especialmente la esfera del pensamiento. La libertad es una auténtica necesidad de los tiempos (S. XV y XVI ) y no es nada sorprendente que se constituyese en el centro de la axiología renacentista como valor conductor a cuyo alrededor se ordenaron todas las demás.

    Erasmo de Rotterdam La Religión:
    Se produce un proceso de secularización, tanto en el pensamiento como en su actitud ante el mundo, lo que no implicó la irreligiosidad o el ateísmo, que son fenómenos raros en el Renacimiento. La religión se convierte en asunto privado, adoptando una actitud de indiferencia y de desprecio hacia la autoridad de la Iglesia (esta es una raíz del protestantismo junto al pesimismo que angustia la conciencia al ver el destino fijado desde la eternidad y que nada lo puede modificar). Esta concepción del hombre es antirrenacentista y antimoderna y es precisamente este determinismo lo que impidió a Erasmo el adherirse al protestantismo. Tanto la reforma como la Contrarreforma son dos movimientos religiosos que ven al hombre y el mundo desde un prisma de Fe, no de Razón.

    El hombre renacentista adopta una actitud racional ante el mundo, pero sin abandonar la fe religiosa. Esta actitud, está en línea con la tradición clásica y su línea fue el del retorno a los clásicos, lo que permite sustituir el principio de la autoridad (método medieval) por el de libre investigación. Los filósofos humanistas situaron a los clásicos en el lugar que les correspondía. Aristóteles es visto como un gran filósofo, pero no como la encarnación de la ciencia, es simplemente un gran hombre; se dan cuenta de las limitaciones de las doctrinas de los antiguos y la reflexión y la experiencia personal se utilizan como nuevos métodos del pensamiento. Los renacentistas son conscientes de que todo está en duda, el nuevo orbe filosófico permite separar la filosofía renacentista de la escolástica medieval, tanto en los temas como en la metodología, pero sigue existiendo una problemática heredada en parte por la filosofía medieval cristiana (Preocupación por el lugar que ocupa Dios en el esquema de las cosas). La filosofía humanista fue el primer paso de un desarrollo intelectual en la línea de un pensamiento secular moderno; la rebelión no es tanto contra Dios como contra sus representantes e intermediarios, es decir contra los teólogos y la Iglesia. En el Renacimiento se dio importancia al hombre, a su dignidad y a su lugar predestinado en el Universo. En la Edad Media la dignidad del hombre no estaba en la libertad y capacidad de crear sino en ser una criatura hecha a imagen y semejanza de Dios.

    * La vida antigua fue Cosmocéntrica
    * La vida medieval fue Teocéntrica
    * La vida moderna fue Antropocéntrica

    El hombre protagonista de su destino:
    El espíritu del Renacimiento llevó a Pico della Mirandola a afirmar que el destino del hombre no viene de lo Alto, no está determinado por nada material ni espiritual, sino que surge del hombre inocuo: " La suerte es hija del Alma". El hombre pasa de ser un mero espectador en el Medievo a tener confianza en si mismo y convertirse en artífice de si mismo y su destino. En la Florencia del S.XV se escriben textos de exaltación a la grandiosidad humana, destacando la famosa oración sobre la dignidad del hombre de Pico della Mirandola, en la que de forma sencilla y sublime se recoge la nueva imagen del hombre que el califica y apellida como : "el gran milagro y animal admirable". La grandeza del hombre reside en su libertad para hacerse a si mismo, esto es, en convertirse en libre escultor y modelador de si mismo. Cuenta, Pico, que una vez que Dios terminó la creación del mundo, buscó alguien que apreciara el plan de tan grande obra, amara su hermosura y admirara su grandeza; fue entonces cuando creó al hombre y le dio libertad para escoger el camino que quisiera en directa alusión al mito de Prometeo, narrado por Platón en Protágoras. El hombre no tiene una naturaleza fija, concreta y determinada, él es el artífice de su propia suerte y según lo que cultive aquello florecerá. El hombre puede emplear mal su grandeza, pero la meta tiene que ser la perfección, por ello Pico dice que debe apoderarse de nuestra alma una cierta santa ambición de no contentarnos con lo mediocre sino anhelar lo bueno y tratar de conseguirlo con todas nuestras fuerzas. La libertad es una llamada hacia la perfección, hacia la plena realización; se desvanece el mito del Pecado Original rompiendo con la concepción medieval. Para, Pico, el hombre se hace a si mismo, actuando en el mundo, es dueño y señor de todas las cosas, modelador de sí mismo y del mundo. La libertad no es una meta sino un punto de partida para el proceso de realización de las potencialidades humanas. Bruno, también está contra la astrología y afirma que el verdadero cielo se encuentra en nuestro espíritu; el hombre necesita desarrollar el intelecto dejando el ocio de lado. Pompornazi, es otra corriente distinta a la de Pico, afirma con la misma intensidad la excelencia del hombre; la libertad quedaba limitada por el inmutable orden de las cosas a las cuales todos los seres están atados. Pompornazi es el máximo representante del aristotelismo paduano; en su libro: De incostationibus reduce a causas naturales todos los fenómenos maravillosos o milagros que se atribuían a causas sobrenaturales. Defiende una concepción de la naturaleza rígidamente naturalista y determinista (carácter antropológico).. El orden de la naturaleza es único e indestructible y el hombre está ligado y atado a ella; en nombre de la razón científica, Pompornazi atacará y polemizará a Pico, al que acusa de moverse por razones extracientíficas. Este califica el hombre de " Miraculu Magnum ", por su intelecto especulativo por el que puede convocar el orden del mundo y el margen de libertad posible dentro de las leyes generales de la naturaleza. En segundo lugar por su intelecto operativo que le permite actuar en el marco que le impone el orden universal y en tercer lugar el método ético, es decir la virtud universal que podemos lograr en esta vida. Pompornazi sostiene un punto de vista naturalista respecto al alma sin que sea lícito pensar en una vida inmortal. La grandeza del hombre reside en su virtud moral que es recompensa de sí misma; el valor de la vida humana no depende de la duración de la miseria. Para, Pico, el hombre alcanzó la perfección cuando se modula a sí mismo y exalta la libertad sobre la necesidad. Pompornazi reduce la libertad al marco de las leyes de la naturaleza y se realiza cuando actúa normalmente. El hombre puede recuperar la acción de los astros mediante su comportamiento moral. Estos son los dos polos opuestos del Renacimiento.

    Tommaso Campanella (1568-1639) El hombre constructor de la sociedad política:
    Los humanistas están muy preocupados por la sociedad política que debe conseguir un estado justo capaz de proporcionar el bienestar para la identidad de los hombres; los pensadores políticos del Renacimiento descubren a la humanidad como un todo independiente de la comunidad particular a la que cada uno pertenece. La sociedad estaba integrada por seres libres e iguales y los descubrimientos científicos y técnicos eran patrimonio de toda la humanidad. Este ideal explica las grandes utopías surgidas en el Renacimiento, en las que se establecen normas para toda la humanidad y en las que se aspira a la creación de una República Universal. Para, Maquiavelo, el conocimiento de los hombres es condición imprescindible para una acción política adecuada; Maquiavelo, en contra de la mayoría de pensadores de la época cree que el hombre es malo por naturaleza. En El Príncipe nos lo describe como egoísta, dominado por el miedo, vengativo, mezquino, ambicioso, inconstante. Sólo el Estado (orden estatal) puede garantizar una adecuada organización de la convivencia humana. Sólo la violencia del Estado, su poder soberano, puede frenar la violencia salvaje de los hombres y convertirse en garantía de la libertad de todos. Los filósofos del renacimiento coincidieron en afirmar que eran los hombres los artífices de la sociedad civil; sin embargo existen diferencias en el análisis de hasta que punto los hombres son dominados por la fortuna. Campanella, no reconoce ningún tipo de limitación y el poder del hombre le permite convertirse en "Señor de todas las cosas" y "constructor de este mundo" y de su propia unidad, estableciendo y quebrantando leyes como un Dios. Maquiavelo matiza mucho las relaciones y el margen de acción del hombre frente a la fortuna, ésta domina la mitad de las acciones humanas, pero no se entrega nunca al mero espectador indolente y ocioso. La fortuna siempre se pone del lado de quién obrando rápida y audazmente sabe asirla. Campanella en su utopía La ciudad del Sol quiere que todo el mundo sea partícipe de la felicidad alcanzada en esta ciudad. No utiliza la fuerza, sino que por medio del convencimiento hace ver las ventajas de esta forma de vida. La misma idea de universalidad aparece en el pensamiento político de los humanistas florentinos de finales del S. XIV y principios del XV que convierten a Florencia en la patria ideal de los hombres. Los pensadores del Renacimiento no coincidían en cual debía ser el ordenamiento social y político más adecuado para asegurar el ideal de libertad. Giordano Bruno difundió con entusiasmo la sociedad burguesa, la cual permite que los individuos progresen según sus actividades e intereses. Tal tipo de desarrollo frena el mal, la injusticia, pero también y en mayor medida el bien. El mal es el precio que hay que pagar por el progreso liberador. Los pensadores utópicos del renacimiento sostuvieron un modelo de estructura social distinto, formado por seres libres e iguales, donde lo más útil para la comunidad fuese al mismo tiempo lo más grato para el individuo. Campanella, (Ciudad del Sol) dice que los hombres deben ser todos iguales en el trabajo sin admitir ningún tipo de esclavitud o servidumbre. Nadie recibirá más de lo que merece pero tampoco le faltará nada de lo necesario. La mejor forma de organización tanto ética como económica se consigue a partir de un orden social igualitario, que disminuye la penosidad del trabajo, aumenta la utilidad y productividad y convierte a los hombres en creadores de su destino y ciudad. En oposición a las 2 concepciones anteriormente expuestas, se halla el modelo de estado concebido por el principal pensador político del Renacimiento.

    El camino hacia un pensamiento secular y libre:
    La libertad de pensamiento, sin la cual no hubiese sido posible la ciencia ni la filosofía moderna, fue uno de los más preciados dones que los renacentistas nos dejaron. Esta conquista supuso muchos sufrimientos:

    * Proceso a Galileo
    * Cautiverio de Campanella
    * Muerte de Bruno y Vanini

    Los filósofos renacentistas lucharon en todo momento por un pensamiento libre y autónomo, sustituyendo el principio de autoridad por el de libre investigación. Los problemas debían solucionarse mediante la razón y Pompornazi, guiado por este espíritu, toma como mediador a Aristóteles; afirma no necesitar de la fe religiosa para construir, la ciencia de la naturaleza, la psicología e incluso la ética. Separa la filosofía de la fe y sostiene la teoría de la doble verdad " Adhesión a la filosofía hasta donde lo quiera la razón y a la teología hasta donde lo quiera la Iglesia ". Esta actitud prudente es la que le mantiene con vida y le llevó a mantener en secreto, hasta su muerte, sus dos obras más importantes consideradas modelos del libre pensamiento. La teoría de la doble verdad es algo meramente formal que se pone de manifiesto en su teoría de las religiones, a las que considera fábulas para gobernar a los pueblos. Al igual que Pompornazi, Campanella proclama tenacidad al derecho de cada cual a regir su propia vida (a pensar y vivir libremente). El principio de la autoridad debía ser sustituido por el de libre investigación pensa uomo pensa. Su camino hacia la libertad fue difícil y pasó gran parte de su vida en la cárcel. De ahí su grito de desesperación y de exigencias al mismo tiempo Libertad signor Bruno. En sus poesías y sus cartas encontramos una denuncia contra la violencia que trata de esclavizar y someter al hombre y una defensa de la libertad y del pensar sin trabas, como derechos esenciales a todo ser humano. Intentar hacerle cambiar de idea por la fuerza pues mediante la razón les da mil vueltas. Campanella pudo resistir y defender su derecho a razonar sobre el mundo. Gentile, señala que era un hombre al que no pudieron hacerle desistir de su lucha de imponer al mundo su propio pensamiento. Estaba convencido que el tiempo le daría la razón y que el fin de la tiranía estaba próximo. Giordano Bruno es otro de los grandes filósofos renacentistas que lucharon por la libertad filosófica en contra del dogmatismo y la intolerancia. Hay que buscar la verdad utilizando la cabeza y no esperar que ésta venga a nosotros en forma de inspiración divina. Tuvo muchas dificultades, pero mayor fue su esfuerzo y valor; perseguido por católicos y protestantes, tuvo una vida peregrina por Europa. En Ginebra (1579) estuvo a punto de ser llevado a la hoguera por los calvinistas, pero se retractó. En Venecia y Roma, ante la Inquisición no quiso renunciar a sus ideas y el 8 de Febrero de 1600 fue sometido a tormento, declarado hereje y quemado en la hoguera. Sus obras fueron también destruidas y tardaron mucho tiempo en ser reeditadas. Como dice Campanella: " La pasión del filósofo es la pasión por la verdad y no dar gusto a las gentes, hay que anteponer la verdad a la propia vida ". El conflicto más famoso de esta época lo protagonizaron Galileo y la Inquisición romana. Éste defiende la libertad científica a la que considera independiente de la fe, a la que sitúa en otro campo. Fue condenado por sus teorías copernicanas y terminó abjurando. "En las ciencias mandan los hechos y los argumentos y contra ellos nada podemos hacer". Este ambiente de represión no fue nunca constante en el Renacimiento, pues durante la primera época hubo tolerancia y libertad, coexistiendo la religión, la ciencia y la filosofía. Durante el S.XVI esta armonía se romperá con el Concilio de Trento, que da paso a la Contrarreforma. La iglesia se lanza contra la reforma protestante y contra la libertad filosófica y científica, impidiendo a toda costa la libre circulación de ideas. La primera oleada represiva fue la más dura, convocándose a numerosos intelectuales ante la Inquisición; muchos se retractaron, pero otros como Giordano Bruno fueron quemados, poco antes de morir rechazó con energía el crucifijo que se le ofrecía, por considerarlo como un símbolo de la iglesia enemiga y de las ideas por las que había luchado.

    Revalorización del mundo humano:
    El amor a la vida.
    Con los humanistas se revaloriza toda manifestación de la vida, el tema de la muerte y la preocupación por el más allá pierde terreno; mientras se vive no existe la muerte, esta idea la refleja muy bien Bocaccio en el Decamerón, donde sus personajes, rodeados por la peste, nunca piensan en la muerte y se dedican a buscar la belleza y el placer. Son famosas las polémicas de los humanistas relacionados con la vida monástica y ascética, que ven como un freno a sus ideales de placer y pasión por la vida. En esta época asistimos a un descubrimiento del cuerpo, que deja de ser pecado para convertirse en objeto de goce y alegría. Se trata de superar la oposición entre carne y espíritu que dominaba en la Edad Media. Se ensalza el amor espiritual y el físico, que además de producir deleite y placer resulta fecundo para el género humano. Hay una exaltación del matrimonio y un culto a la belleza. Los renacentistas, en su búsqueda de la belleza, liberan al arte de su servidumbre teológica y lo convierten en fin de sí mismo. El gusto estético se manifiesta en el deseo de escuchar y hablar bien, de ahí su desprecio por la barbarie de los medievales. Durante el renacimiento, salvo casos excepcionales, no hay ateísmo; domina la idea de considerar la obra de Dios, tanto la Naturaleza como el hombre, como algo digno y valioso en su totalidad. No creen en el pecado original y por tanto tampoco hay corrupción o depravación y en consecuencia proclaman la alegría y el goce por la vida. La pérdida del sentido del pecado hace perder protagonismo a Satanás; valoran también los bienes terrenos producidos por el propio trabajo del hombre, en oposición al ideal de pobreza de la Edad Media. Durante el Renacimiento persistieron actitudes tradicionales propias del ascetismo cristiano, que resurgieron con fuerza a finales del S. XV, frenando el aire renovador y el espíritu de libertad que hubo en la época dorada de los humanistas.

    Nueva actitud ante la naturaleza. El mundo, objeto de contemplación:
    - Frente a un mundo visto como un valle de lágrimas y como tránsito hacia Dios, los renacentistas descubren su valor y su belleza y lo miran como objeto digno de contemplación y lugar adecuado para que el hombre construya en el su morada. Se estudia la naturaleza de forma objetiva, lo que da lugar a la aparición de la ciencia moderna y del método científico experimental: la exploración científica de la realidad va a desarrollarse en dos líneas de pensamiento diferenciados: La primera es la Escuela Paduana (Pompornazi) teniendo como modelo a Aristóteles "Dios no influye directamente sobre los seres, sino a través de las fuerzas naturales ". Para Pompornazi no hay lugar para los milagros, éstos los explica mediante causas naturales, atribuidas a los astros. La otra corriente, con Bruno como máximo exponente, mantiene una concepción unitaria inmanentista de la naturaleza; Bruno afirma que Dios está presente en todas las cosas y en sus escritos naturales hay una exaltación poética del universo. La inmensidad del universo y la divinización de la naturaleza abrirán inmensas posibilidades a la sed de expresión y de vida del hombre. "En cada hombre, en cada individuo se contempla un mundo, un universo". Su contraposición con la Edad Media es total; el universo inmutable, finito, definido, se transforma en abierto.

    El hombre dominador del mundo por su conocimiento y voluntad:
    El hombre renacentista deja de ser piadoso espectador de las maravillas de Dios para convertirse en un elemento activo, que desea hacerse dueño del mundo mediante el poder que le da su conocimiento. El hombre pretende poner a su servicio las fuerzas cósmicas; en un principio lo intenta mediante la magia, que ocupó un lugar central durante el Renacimiento, convirtiéndose en cuna de todas la ciencias, y la difundían como científica. La vertiente científica de la magia renacentista aparece en Campanella, que intentó reducirla a ciencia; misión imposible por no existir un método preciso de conocimiento y acción. Su ciencia moderna está en desacuerdo con el mundo de la magia, que es un universo vivo en todas sus partes. Esta imagen de universo será abandonada totalmente por la nueva ciencia en la que predomina una concepción mecánica del universo mismo. El mundo no es un ser vivo, sino un mecanismo de relojería divino, o bien como dice Galileo: un sistema matemático orgánico. Leonardo Da Vinci reacciona contra la magia y su mundo dominado por fuerzas ocultas; la magia se presentaba como ciencia activa al igual que la concepción del saber de Galileo, por lo cual es deudor de ella en este aspecto. Frente a los discursos vacíos y la mera pasividad contemplativa, él reivindicara el arte de la mecánica, la obra de las manos; símbolo de ese saber es la pintura. Francis Bacon también es deudor del pensamiento enérgico, al concebir la ciencia como poder: "Para que la ciencia sea fértil en obras, es necesario sopesar la experiencia arrática, es decir la falta de métodos de la magia y su carácter arbitrario". Para Bacon, el progreso de las construcciones teóricas y el progreso de la condición humana van unidos. El papel de Bacon consistió en poner de manifiesto el lugar que ocupaba la ciencia en la vida humana.

    Galileo Galilei De la magia a la ciencia: Galileo y el método científico:
    Hay una relación erótica del mago con la naturaleza, ya que su fuerza reside en el amor, es la llamada magia simpática que ve en el amor la fuerza del conocimiento y del poder humano. Galileo, presenta la naturaleza como un sistema sencillo y ordenado, en el que cada acción es totalmente regular y necesaria: la naturaleza es el dominio de las matemáticas. El gran libro de la naturaleza está escrito en lenguaje matemático, siendo sus caracteres los mismos círculos, triángulos, etc.., en consecuencia, el método de la filosofía será buscar la verdad con razones claras y no mediante fantasías y poesía. El científico se sitúa frente a la naturaleza, muy lejos de la actitud simpática del mago, con fría objetividad y rechaza cualquier tipo de concepción antropocéntrica; sus fantasías no llevan a ninguna parte, ni en el orden del conocimiento teórico ni en el orden de la acción práctica. Galileo será el innovador de la Edad Moderna.

    Progreso e Historia:
    Los humanistas introdujeron una modalidad de pensamiento historiográfico que rechazó la visión teológica y provindecialista de la historia, que había dominado en la Edad Media y había reducido la historiografía a una mera crónica y narración de hechos milagrosos. Los humanistas buscaron descubrir los principios que rigen la sucesión de los acontecimientos humanos; la historia tiene una trama que corresponde descubrir al historiador, unos pensaban que la trama era de carácter trágico, pues la humanidad había pasado de una edad de oro que se había perdido para siempre, el devenir histórico era un proceso de decadencias; otros, sostuvieron la idea de progreso histórico, pues veían un mundo más habitable que antaño. Los que sostuvieron la idea de progreso estuvieron de acuerdo en afirmar que la raíz y la causa del mundo, residía en el poder creador del hombre y en su voluntad. La superioridad de los clásicos se debía a su educación mundanera, que exaltaba a los hombres activos, en tanto la religión cristiana gratificaba a los humildes y contemplativos que ponen el sumo bien en el desprecio de las cosas del mundo. Así pues, la causa de la antigua prosperidad y la actual miseria, dice Maquiavelo: se debe al valor y actividad de los primeros y a la cobardía de los segundos. Guicciardini, continuador del pensamiento político de Maquiavelo, desprecia la tradicional virtud y antropomorfa de la naturaleza. El punto donde se separa radicalmente el pensamiento mágico del pensamiento científico, reside en la cuestión del método de investigación. Galileo, frente a la anarquía metodológica sostiene un método único y preciso para la construcción del saber científico. Las distintas clases de magias, permiten el uso de diferentes métodos de interpretación de la realidad y todos valen para alcanzar la verdad, por ello Galileo piensa que ningún fruto duradero se puede lograr con ella. El método científico es único y es aquél que parte de la experiencia sensible y concluye en las demostraciones; el mundo de los sentidos (dice Galileo) no es más que un jeroglífico sin descifrar y por eso no puede haber ciencia si junto a las experiencias sensibles, no se llevan a cabo las demostraciones necesarias en las que las matemáticas se convierten en instrumentos indispensables de prueba. Observación y demostración serán los dos elementos indispensables de su método científico, que producirán la llamada revolución científica del S. XVII. La verdad o falsedad se debe conocer por la experiencia y cuando existan demostraciones matemáticas; las diferencias entre la nueva ciencia y la tradicional forma de entender el saber filosófico acerca de la naturaleza se reduce a: utilización de distintos lenguajes, distintos métodos y pretensiones o métodos diferentes. La ciencia necesita un lenguaje preciso y exacto, distintos conceptos de método y de demostración; el camino de la ciencia es el único posible para la inteligencia humana, por lo que deben centrarse en ese saber, había que abandonar la filosofía especulativa por la ciencia experimental. La ciencia no puede basarse en fantasías, sino en hecho verificables; propone una disciplina de la mente, sometida a un método que permita un saber sólido y seguro de la humildad cristiana y alaba al hombre con ambición; ambos dan mucha importancia a la suerte. Maquiavelo, vio que la historia está sometida a un perpetuo movimiento ascendente o descendente y que está influenciada por factores imposibles de prever. No obstante gran parte de los asuntos humanos dependen de su propia virtud, no somos dioses pero tampoco sujetos pasivos sometidos a la diosa Fortuna. También Bodino, en línea con Maquiavelo y Guicciardini, concibe el desarrollo de la Historia como un proceso de cambios sucesivos en los que la fortuna juega un papel importante. Otra teoría afirmó la posibilidad para el hombre de un progreso sin límite y sin condicionamientos de ningún tipo (Pico, Campanella y Bruno ). Para ellos, el hombre proyectándose hacia el futuro puede llegar a serlo todo. Bruno, al rechazar el mito de una originaria edad dorada, concibe el progreso como un continuo alejarse de las formas rudimentarias de la vida humana, ascendiendo de la bestia hasta el hombre. Hay que huir de la ociosidad y la pasividad.

    Vico Vico:
    Con Vico, en el S. XVIII encontramos ya una filosofía de la Historia plenamente desarrollada con la ciencia nueva. En esta obra se nos presenta una historia de las ideas, costumbres y hechos del género humano, siendo los principios de la Historia Universal. La ciencia de la historia la fundamenta en dos principios:

    * El criterio de la verdad " verum ipsum factum " ( Conocemos sólo aquello que conocemos).
    * El principio que afirma que la Historia ha sido hecha por los hombres y por tanto puede ser por ellos conocida.

    Vico, está convencido de que la Historia transcurre según una ley, de la cual puede darse razón porque es de naturaleza humana. Critica a los filósofos monásticos que intentan comprender al hombre en abstracto, olvidando su carácter histórico. Su naturaleza, su lengua, su derecho, sus formas de gobierno, sus instituciones, su forma de pensar han ido originándose históricamente. Antes de llegar a la actual naturaleza que Vico denomina humana y que reconoce por leyes a la conciencia, la razón y el deber, el hombre tuvo una naturaleza poética, creadora y después heroica. Toda la ciencia nueva está concebida en oposición a Descartes y encaminada a desplazar el racionalismo de la historia. Para, Vico, el mundo humano no es sólo el mundo de las formas racionales, es el mundo también de las pasiones, de los sentidos, de los instintos de la fortuna; reivindica la validez de todo lo humano, que va desde casi la animalidad de los primeros hombres, hasta una humanidad plenamente racional. Cada época puede tener su propia barbarie y Vico, cree que en la época de la vida propiamente racional, puede aparecer lo que el llama la " barbarie de la reflexión " que convierte a los hombres en fieras, conduciéndolos a la primitiva simplicidad. Pero la caída no será definitiva, iniciándose un nuevo renacer.

    Giordano Bruno (1548-1600) Giordano Bruno (1548-1600):
    Giordano Bruno es el más famoso y celebrado de los filósofos renacentistas de la naturaleza. Filósofo ecléctico (escuela filosófica que pretende conciliar las doctrinas que parecen mejores o más verosímiles, aunque procedan de diversos sistemas), en su obra se aprecian las influencias de elementos tan dispares como:

    * El heliocentrismo de Copérnico.
    * El atomismo antiguo de Demócrito.
    * El neoplatonismo.
    * Los escritos herméticos (tradición de tipo religioso-mágico de notable influencia en la religiosidad y la filosofía durante el Imperio Romano, y que volvió a florecer durante el Renacimiento).

    Todas estas influencias muestran que el pensamiento de Bruno constituye una síntesis peculiar de ciencia, filosofía, religión y magia. La infinitud del universo La imagen medieval del universo, geocéntrico y finito, se acomodaba armónicamente a la concepción cristiana de lo real. Según ésta, el hombre el único ser racional y libre de la creación, objeto de una especial atención por parte de su creador que no solamente lo crea, sino que además irrumpe en la historia humana redimiéndolo y elevándolo a un orden sobrenatural. La distancia que separa al creador de lo creado encuentra una expresión adecuada en la finitud del universo, la importancia especial del hombre, como criatura suprema, encuentra una expresión igualmente adecuada en el geocentrismo: la Tierra, morada del hombre, se halla en el centro del universo. Bruno, relegó al hombre y a la Tierra a un puesto insignificante dentro del universo. Aceptando el heliocentrismo, Bruno niega que la Tierra ocupe el centro del universo; afirmando que la infinitud de este. Afirma que existen innumerables sistemas solares como el nuestro, que nuestro Sol no es sino una estrella más en el cosmos infinito. y llega mas lejos afirmando que nada impide que existan vivientes y vivientes racionales en otras partes del cosmos. Ni el hombre ni la Tierra, su morada, ocupan ningún puesto de privilegio en el universo. El universo como organismo viviente: Bruno tomó el heliocentrismo copernicano, aun cuando Copérnico no aceptara la infinitud del universo, (el heliocentrismo favorecía la tesis de que el universo posee unas dimensiones mucho mayores que las supuestas por la teoría geocéntrica). En cuanto a la idea de que existen innumerables sistemas solares, cada uno de ellos con seres vivientes y racionales tal vez, Bruno lo tomó seguramente del atomismo antiguo, a través de la obra del epicúreo Lucrecio. La imagen de universo de Bruno no es, sin embargo, mecanicista como la del atomismo griego. Su modelo de naturaleza no es mecanicista sino vitalista: el universo es un ser vivo, animado. El platonismo y la tradición mágica del hermetismo influyeron seguramente en este aspecto del pensamiento de Bruno. La infinitud del universo, juntamente con su carácter de organismo viviente, llevaron a Bruno a identificarlo con Dios. El neoplatonismo había situado el alma del universo, el alma universal, como tercer supuesto o momento de la escala de lo real (Del Uno procede el entendimiento y de éste el alma universal.) Bruno identifica el alma universal con la potencia divina, causa eficiente y formal del Universo: eficiente en cuanto que es la fuerza generadora de todos los seres; formal, en cuanto que está presente en todos los seres, animándolos, dotándolos de vida. El universo no es, pues, sino una manifestación o despliegue de Dios. La concepción del Universo como un sistema autosuficiente, infinito en extensión y fuerza generadora, es característica del Renacimiento. Esta exaltación de la naturaleza es expresada por Bruno a través del panteísmo.

    Los dioses le han dado al hombre el entendimiento y las manos, y le han hecho semejante a ellos, dándole facultades sobre los otros animales; lo cual consiste no solamente en poder obrar de ordinario según la naturaleza, sino también fuera de las leyes de la misma; y así, formando o pudiendo formar otras naturalezas, otros cursos, otras órdenes con el ingenio, con aquella libertad sin la cual no había dicha semejanza, vino a erigirse en dios en la tierra.(Bruno. Espaccio de la bestia trionfante)

    Me parece por lo demás, que Sarsi tiene la firme convicción de que para filosofar es necesario apoyarse en la opinión de cualquier célebre autor, de manera que si nuestra mente no se esposara con el razonamiento de otra, debería quedar estéril e infecunda; tal vez piensa que la filosofía es como las novelas, producto de la fantasía de un hombre, como por ejemplo la Iliada o el Orlando furioso, donde lo menos importante es que aquello que en ellas se narra es cierto. Sr. Sarsi, las cosas no son así. La filosofía está escrita en este grandísimo libro que tenemos abierto ante los ojos, quiero decir el universo, pero no se puede entender si antes no se aprende a entender la lengua, a conocer los caracteres en los que está escrito. Está escrito en lengua matemática y sus caracteres son triángulos, círculos y otras figuras geométricas, sin las cuales es imposible entender ni una palabra; sin ellos es como girar vanamente en un oscuro laberinto. (Galileo. El ensayador)

    El texto a comentar trata de dilucidar en que consiste la filosofía, cuestión que equivale a plantear la naturaleza del verdadero conocimiento científico. Galileo presenta una nueva concepción del saber que responde a una nueva visión de la naturaleza: el lenguaje de la naturaleza es matemático, se compone de caracteres geométricos que han de ser correctamente entendidos si queremos conocer el universo. Esta es la tesis que estructura el texto y que recoge el espíritu de la nueva ciencia renacentista. El concepto central es el concepto de ciencia o filosofía, concepto que no ha de entenderse como repetición o asentamiento a lo ya dicho por algún acreditado autor (escolasticismo), ni como construcción subjetiva de la imaginación de un hombre. A diferencia de estas concepciones defendidas, según Galileo, por Sarsi (primera parte del texto), que nos llevarían a vagar por un "oscuro laberinto", la nueva ciencia tiene un punto de partida objetivo e innegable: el universo estructurado matemáticamente que se nos presenta "como un libro abierto ante nuestros ojos". El texto ha de entenderse como exponente de la concepción moderna de la ciencia que se fragua en el Renacimiento. En este período el saber filosófico o científico se hace autónomo con respecto al saber teológico. Está secularización, que responde a la vocación renacentista de libre pensamiento e investigación, va acompañada de una revalorización del mundo: el mundo ya no es un lugar de paso en el camino hacia la salvación del alma, sino un lugar donde el hombre ha de construir su propia vida y la de la sociedad. El mundo es algo digno que merece la pena ser estudiado en beneficio de la humanidad: el saber ya no es una contemplación pasiva, sino un medio de actuar en la naturaleza para dominarla según los fines del hombre. El Pensamiento de Galileo se sitúa en este contexto, pero para él el control de la naturaleza no ha de llevarse a cabo de una forma asistemática y arbitraria (tal y como hacia la magia), sino siguiendo cuidadosamente un método de reglas fijas. Galileo parte de la experiencia y de la observación de os datos empíricos para establecer las leyes generales de la naturaleza, que se expresan y demuestran en formas matemáticas, a partir de las cuales se deducen los fenómenos de la naturaleza. La naturaleza, como expone el texto, es un sistema sencillo y ordenado, en el que cada acción responde a una ley necesaria. Lo cualitativo deja paso a lo cuantitativo y lo mesurable a lo matemático. Para Galileo la razón que descubre el orden de las cosas es la razón matemática. La ciencia pasa a ser el elemento central de la relación del hombre con el mundo. El Renacimiento inaugura un nuevo orden de la razón que es el orden de la razón científica y matemática. La ciencia galineana ejemplifica así el punto de partida de la ciencia moderna y de la concepción mecanicista del universo. El texto comentado ilustra el nuevo pensamiento que irrumpe con el Renacimiento y que hace de Galileo uno de los pensadores cruciales en el origen de la Modernidad.

    Pico della Mirandola Pico della Mirandola (1463-1494):

    Así pues, el Supremo Artesano hizo del hombre la hechura de una forma indefinida, y, colocado en el centro del mundo, le habló de esta manera: " No te dimos ningún puesto fijo, ni una faz propia, ni un oficio peculiar, ¡ oh Adán !, para que el puesto, la imagen y los empleos que desees para ti, esos los tengas y los poseas por tu propia decisión y elección. Para los demás, una naturaleza contraida dentro de ciertas leyes que les hemos prescrito. Tú, no sometido a cauces algunos angostos, te la definirás según tu arbitrio al que te entregué. Te coloqué en el centro del mundo, para que volvieras más cómodamente la vista a tu alrededor y miraras todo lo que hay en ese mundo. Ni celeste, ni terrestre te hicimos, ni mortal ni inmortal, para que tú mismo, como modelador y escultor de tí mismo, más a tu gusto y honra, te forjes la forma que prefieras para tí. (Pico della Mirandola. De la dignidad del hombre.)

    La grandeza del hombre no reside en ocupar un lugar privilegiado en el Universo ni en la excelencia de su naturaleza que le convierte en intermediario de todas la criaturas, ni en la capacidad inquisitiva de su razón; su grandeza no depende de su ser sino de su libertad que le permite convertirse en libre escultor y modelador de si mismo. Según Pico Della Mirandola, una vez Dios hubo concluido la creación del mundo, buscó a alguien que apreciara tan grande obra, la amara y admirara en su grandeza, creando entonces al hombre con propia decisión y elección, libre en el universo, artífice de su suerte, en busca de la perfección, aunque también se puede convertir en una opción perniciosa y embrutecerse. La ambición le aparta de la mediocridad para anhelar lo sumo con todas sus fuerzas. El mal uso de la libertad lleva un proceso corruptor. El mito del pecado original se desvanece, podemos corrompernos pero no somos seres depravados y corruptos. En esto se aprecia también la ruptura con lo medieval para la que el pecado de Adán fue el que hizo perder la dignidad natural del hombre. El hombre está íntimamente unido a la naturaleza en relación de dominio, el poder reside en que carece de una naturaleza concreta y poder de transformar el mundo que le rodea. El hombre es el dueño y señor de todas las cosas, moderador de sí mismo y del mundo, para Pico, radicalmente libre, con libertad como principio de ser. Pico luchó contra el determinismo astrológico que consideraba el mundo y el hombre histórico y natural, consecuencia del influjo de los cuerpos celestes, y no acepta la casualidad física. No acepta ningún tipo de determinación que le venga de fuera, ni material ni espiritual, él es el padre de sí mismo. Considera a la libertad como categoría antropológica. De ello deviene la posterior revolución científica necesaria para la realización efectiva de esa libertad, contando con la inteligencia y las manos del hombre como instrumentos para alcanzar la madurez y realizarse plenamente.

    * Cronología del Renacimiento. Por G.Papini | Renacimiento (III) | Academia Florentina

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  5. Leyendas medievales:
    Durante la edad media, la credulidad y la falta de sentido crítico eran el mejor alimento para que el error, las fábulas, las leyendas y la superstición crecieran y se multiplicaran. Relatos de viajes marítimos certificaban la existencia de islas míticas, razas monstruosas y animales maravillosos. La tradición cristiana intentó localizar en los mapas los parajes bíblicos que aparecían en la Biblia. Muchos mapas no basados en la observación condujeron a búsquedas imposibles y conjeturas contradictorias.

    Preste Juan:
    Un ejemplo de esa Europa medieval, crédula y religiosa, fue la leyenda del Preste Juan. Durate siglos se creyó en un poderoso y rico rey-sacerdote que moraba en las Indias que había vencido al islam.

    Detalle de mapa de establecimiento español en Florida

    Criaturas fabulosas:
    El unicornio:
    En la Edad Media se pagaba su peso en oro por los cuernos del unicornio, aunque nadie sabía en realidad a qué animal pertenecía aquella extraña defensa, de hasta dos metros, recta y como retorcida sobre sí misma. Se pintaba al unicornio de manera de extraño caballo de pezuña hendida, como los ciervos, y un gran cuerno único que surgía hacia adelante en su frente. Era, contaban las crónicas, un animal muy fiero y que sólo las más bellas doncellas podían amansar. Su cuerno era un fabuloso antídoto contra todo veneno. Bastaba limar un poquito en la copa del rey antes de cada bebida para que nunca muriera envenenado y, a poder ser, era preferible que la misma copa estuviera hecha de cuerno de unicornio. Algunas de aquellas copas, así como algunos cuernos, han llegado a nuestros días, lo que ha permitido saber que el material de que estaban construidas las primeras era la defensa nasal del rinoceronte indio, en tanto que los segundos pertenecían al narval.

    Calamares gigantes:
    En 1851 Melville incluyó en Moby Dick la descripción de un calamar gigante. Por aquella época esta criatura era considerada casi un ser mitológico y muchas de las leyendas que circulaban por Europa acerca de su existencia procedían de los marineros escandinavos, que aseguraban haber avistado cefalópodos tan enormes como una ballena y capaces de hundir un navío con sus tentáculos. En 1861 un barco militar francés capturó uno y desde entonces algunos más han sido atrapados accidentalmente en las redes de pescadores que faenan en el Pacifico y en el Atlántico. Se les dio el nombre científico de Architeutis dux y su anatomía ha sido bien estudiada. Pueden alcanzar los 22 metros y pesan entre 20 y 30 toneladas. De su cuerpo parten ocho finos tentáculos de tres metros cubiertos por una doble fila de ventosas, y otros dos de hasta 14 metros de longitud, que utilizan para atrapar a sus presas. El zoólogo Clyde Roper fue enviado por el Smithsonian Institute a Nueva Zelanda para estudiarlos.

    Razas monstruosas:
    También creían en la existencia de razas monstruosas, como las guerreras amazonas, antropófagos, pigmeos, hombres cíclopes, descabezados, cinocéfalos (con cabeza de perro), hipópodos (con pezuña de caballo), hombres con labios enormes que les servían de sombrilla. Con estos relatos, cualquier viajero o navegante con imaginación trataba de relacionar lo que veía con aquello que había leído o le habían contado.
    Colón, en su famosa carta de 1493 anunciando el descubrimiento, proclamaba a la cristiandad que en su viaje no había encontrado monstruos y los indios no tenían nada de seres extraños.

    "En estas islas hasta aquí no he hallado hombres mostrudos, como muchos pensaban, mas antes es toda gente de muy lindo acatamiento, ni son negros como en Guinea, salvo con sus cabellos correndíos, y no se crían adonde hay ímpeto demasiado de los rayos solares"

    Según Nieremberg está escrito en una obra de Pietro Martir d'Anghiera o Anglería (1457-1526) que los vascos decían haber oído en plena mar una música agradabilísima que atribuían a los hombres marinos. Tambien cuenta Nierember que el explorador Gil González Dávila afirmó haber encontrado a cien leguas de Panamá ciertos misteriosos peces que cantaban tan armoniosa y suavemente que producían sueño.

    Si creemos a Plinio y a Heródoto, hay en algunos lugares especies de hombres que muy poco parecido tienen con la nuestra. Hay formas mestizas y ambiguas entre la naturaleza humana y la animal. Hay regiones en las que los hombres nacen sin cabeza, con los ojos y la boca en el pecho; en las que todos son andróginos; en las que andan a cuatro patas, en las que no tienen más que un ojo en la frente y la cabeza más parecida a un perro que a la nuestra; en las que son peces de la mitad para abajo y viven en el agua; en las que las mujeres paren a los cinco años y no viven más que ocho; en las que tienen la cabeza y la piel de la frente tan dura que no puede penetrar el hierro, pues rebota en ellas; en las que los hombres no tienen barba; hay naciones que no usan ni conocen el fuego; otras que producen esperma de color negro. ¿Y qué me decís de aquellos que por naturaleza se transforman en lobos, en yeguas y luego otra vez en hombres? Y si es verdad, como dice Plutarco, que en algún lugar de las Indias hay hombres sin boca que se alimentan del aroma de ciertos olores, ¿cuántas descripciones nuestras serán falsas? (Michel de Montaigne. Apología de Raimundo Sabunde)

    Es muy curioso repasar las láminas que en la Cosmografía (1550) de Sebastián Münster se dedican a representar posibles razas humanas, interpretando relatos de viajeros y exploradores excepcionales, que se atrevían a adentrarse por las exóticas tierras de Lejano Oriente, y que si duda llevaban la cabeza cargada de prejuicios y fantasías medievales. Sólo así se explica que aquellos hombres creyesen a pie juntillas en aquellas deformaciones monstruosas del arquetipo humano: los cíclopes, gigantes con un solo ojo; los cinocéfalos, hombres con cabeza de perro; los unípodos, hombres con un solo pie gigantesco; los hipópodos, con pezuñas de caballo, etc. Junto a los monstruos humanos, hay que señalar también numerosos animales fantásticos que en aquellos parajes situaban los viajeros: los grifos, que eran en su mitad superior como águilas y en la inferior como leones; hormigas gigantescas, el basilisco, que mataba con la mirada; la famosa ave fénix, que renacía de sus propias cenizas; dragones cuyo hálito de fuego podía producir la muerte instantánea; sirenas, etc. (José Luis Abellán)

    Ante el Océano o Mar Tenebroso (nombres que en la época recibía el océano Atlántico), con sus miedos y fantasías, la imaginación empezó a alimentar el género de islas perdidas (San Brandán, Antilla o Antilia, Siete Ciudades) que para los navegantes tan pronto aparecían como desaparecían. Estaban dentro de la tradición de islas paradisíacas, de infinitas delicias que mezclaban reminiscencias de las islas de los Bienaventurados con las fantasías orientales de Las mil y una noches. Igualmente, respondían a los sueños cristianos del Paraíso Terrenal. Su fuerte arraigo las hizo aparecer en la cartografía durante siglos.

    ...se veían ciertas tinieblas impenetrables que se levantaban desde el mar hasta tocar con el cielo, sin notarse en ellas disminución, añadiendo que estas espesas sombras estaban defendidas de un ruido espantoso, cuya causa era oculta, y que no las consideraban sino como un abismo sin fondo o como la misma boca del infierno... (relato de portugueses sobre San Borondón)

    La Almiranta de la Mar Océana. Islas Salomón:
    En los ancestrales relatos de tradición oral de los indios del Perú. aparecían referencias a unas míticas islas conocidas por Hahuachimbi y Ninachumbi. Aquellas, a las que la memoria, que se perdía en la bruma de los tiempos, situaban al poniente, en donde el sol se hundía en el mar, en lo que ya entonces se conocía por los mares del sur, venían llamándose ya antes de su descubrimiento, de Salomón, y también del Oro, queriendo vincularlas así al recuerdo del rey de Israel y de Judá, hijo de David, paradigma de sabiduría y de opulencia. La creencia en la posible realidad de tales indicios determinó que el Gobernador Lope García de Castro tomase la iniciativa de llevar a cabo las gestiones para el envío de una expedición marítima. ... Así escribe Lope García de Castro al Rey Felipe II, su Señor, dándole cuenta con esta misiva que constata oficialmente el inicio de la hazaña, de los medios humanos y materiales que ponía al servicio del proyecto: 'Por tener gran noticia, como se tiene, de las islas que acá llaman de Salomón, envío a Alvaro de Mendaña, mi sobrino, con cien hombres, al descubrimiento dellas'. ... Completa la lista de gallegos embarcados en la expedición a los Mares del Sur, la esposa de Alvaro de Mendaña, Isabel Barreto, que a la muerte de aquel, es proclamada Adelantada. Desde el momento en que se pone al frente de la flota, demuestra grandes dotes de mando y es 'La Almiranta de la Mar Océana', -la primera y única mujer que ha ostentado este título dentro de la Armada Española- la que conduce sus naos a Filipinas.

    Peligros en la navegación:
    Nieblas que pueden ocultar islas enteras y hacer que se pasen de largo, temporales -y también terribles calmas, cuando el barco no avanza durante días-, accidentes, ataques de barcos enemigos, enfermedades, hambre. Hemos visto que las propias cartas marinas son poco fiables, y también que se cuenta con la presencia de lo desconocido, apariciones o monstruos.

    Monstruo marinoLos portugueses, en sus exploraciones al sur de África, ya habían temido llegar a tierras donde no se cumplieran las habituales leyes físicas y naturales a que estaban acostumbrados. Al temor se unía cierto inconfesable deseo de ver esos temidos mares verdes o oscuros y esas lagunas innavegables llenas de monstruos, que habían citado los geógrafos árabes. Más al sur deberían llegar a una zona tórrida, donde los hombres se tornaban negros, donde había ríos de fuego que descendían de las montañas y donde el mar estaba tan caliente que quemaba las naves. El milagro lo vivían cotidianamente, al no ver ni poder interpretar científicamente la realidad.

    "Aparecía en más de una ocasión el cuerpo Santo, esto es, Santo Elmo, como otra luz entre las nuestras, sobre la noche oscurísima; y de tal esplendor cual antorcha ardiendo en la punta de la gabia. Cuando esa bendita luz determinaba irse, permanecíamos medio cuarto de hora todos ciegos, implorando misericordia y creyéndonos muertos ya". (Pigafetta. Cronista del viaje de Magallanes)

    Se trata de la electricidad acumulada, del fuego fatuo. Los fuegos fatuos o fuegos de San Telmo, como llamaban generalmente los marineros a las "llamas" azuladas que aparecían sobre los extremos de los mástiles o en los cabos tras una tormenta, no son sino el resultado de la acumulación de la electricidad en el ambiente, bajo ciertas condiciones de humedad extrema. Pero para los campesinos de muchas regiones se trata de espíritus malignos, y el verse rodeados por ellos no hacía sino incrementar su terror. En caso de peligro extremo la sensibilidad acallada salía a flote en forma de llantos, gemidos y expresiones muy teatrales.

    Islas míticas:
    Para el marinero del siglo XVI existían islas en el Atlántico Norte que sólo eran verdaderas en los sueños o en la imaginación calenturienta, como:

    * Antilia: Isla fantástica mencionada por Aristóteles. Desde mediados del siglo XIV figuraba en algunos mapamundis como la más oriental de las tierras de las indias. El genérico Antillas para designar a todas las islas de la región, se impuso en la cartografía por iniciativa de Pedro Mártir de Anglería. Esta isla se recoge en el mapamundi de Ruysch, que la describe así: Se hallan en ella pueblos que hablan la lengua española, los cuales en tiempos del rey Rodrigo, que fue el último gobernante en tiempo de los godos, huyeron a ella escapando de los sarracenos, que a la sazón habían invadido Hispania. Tiene la isla arzobispo, con otros seis obispos, cada uno de los cuales cuenta con su sede. Por eso, muchos la llaman la isla de las siete ciudades.
    * La Isla de las Siete Ciudades:
    * La de San Brandán:
    * La de las Amazonas:

    AmazonasEn todas ellas creía Colón y creyeron todos los españoles durante siglos. Islas repletas de maravillas y de tesoros. Incluso podía buscarse y encontrarse la Fuente de la Eterna Juventud, en busca de la cual marchara Ponce de León, el descubridor de Puerto Rico, o el mismo Paraíso Terrenal, que Colón creyó localizar en el Orinoco:

    "porque el sitio es conforme a la opinión de estos sanctos e sacros theólogos, y asimismo las señales son muy conformes, que yo jamás leí ni oí con tanta cantidad de agua dulçe fuese así adentro e vezina con la salada; y en ello ayuda asimismo la suavísima temperancia".

    Brasil y Man Saxtania:
    Otra isla curiosa es la de Brasil o isla de la felicidad, en la que abundan los árboles tintóreos y las risueas doncellas sedientas de amor, que esperan ansiosas a sus visitantes. Este relato es una vieja fábula, soñada por muchos aventureros. La isla de Man Saxtania, en la que una mano monstruosa, accionada mecánicamente, atrapa a los barcos que navegan por sus proximidades.

    En la tradición grecorromana hallamos el Jardín de las Hespérides, los Campos Elíseos y la fantástica isla de Leuke, a la que fue llevado Aquiles. Memnón fue llevado a otra isla luminosa, en algún lugar de Oriente. Odiseo y Penélope viajaron en la dirección opuesta y disfrutaron de la inmortalidad con Circe en Italia. Todavía más al Oeste, estaban las islas de los Bienaventurados, primeramente mencionadas por Hesíodo y en las que se creyó tan firmemente que, en fecha tan avanzada como el primer siglo antes de Cristo, Sertorio proyectó enviar una flota desde España para descubrirlas. Hay también islas mágicamente bellas en el folklore de los celtas y, en el otro extremo del mundo, en el de los japoneses. Y entre Avalón en el extremo Oeste y Horaisan en el lejano Oriente, está el país de Uttarakuru, el otro mundo de los hindúes. (Aldous Huxley)

    Este país de los lagos de dorados lotos. Hay ríos a miles, llenos de hojas de color del zafiro y del lapislázuli. Y los lagos, resplandecientes como el sol de la mañana, están adornados con dorados mantos de rojo loto. Todo el campo está cubierto de joyas y piedras preciosas, con alegres mantos de lotos azules de dorados pétalos. En lugar de la arena, las perlas, las gemas y el oro forman las orillas de los ríos, a lo largo de los cuales se elevan árboles de un oro que brilla como el fuego. Estos árboles dan perpetuamente flores y frutos, despiden una deliciosa fragancia y están llenos de pájaros". (El narayama)

    * Leyendas sobre la creación de las islas | Leyendas III | Imágenes monstruos

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  6. La Inquisición:
    Institución judicial creada por el pontificado en la edad media, con la misión de localizar, procesar y sentenciar a las personas culpables de herejía. En la Iglesia primitiva la pena habitual por herejía era la excomunión. Con el reconocimiento del cristianismo como religión estatal en el siglo IV por los emperadores romanos, los herejes empezaron a ser considerados enemigos del Estado, sobre todo cuando habían provocado violencia y alteraciones del orden público. San Agustín aprobó con reservas la acción del Estado contra los herejes, aunque la Iglesia en general desaprobó la coacción y los castigos físicos.

    Orígenes:
    En el siglo XII, en respuesta al resurgimiento de la herejía de forma organizada, se produjo en el sur de Francia un cambio de opinión dirigida de forma destacada contra la doctrina albigense. La doctrina y práctica albigense parecían nocivas respecto al matrimonio y otras instituciones de la sociedad y, tras los más débiles esfuerzos de sus predecesores, el papa Inocencio III organizó una cruzada contra esta comunidad. Promulgó una legislación punitiva contra sus componentes y envió predicadores a la zona. Sin embargo, los diversos intentos destinados a someter la herejía no estuvieron bien coordinados y fueron relativamente ineficaces. La Inquisición en sí no se constituyó hasta 1231, con los estatutos Excommunicamus del papa Gregorio IX. Con ellos el papa redujo la responsabilidad de los obispos en materia de ortodoxia, sometió a los inquisidores bajo la jurisdicción del pontificado, y estableció severos castigos. El cargo de inquisidor fue confiado casi en exclusiva a los franciscanos y a los dominicos, a causa de su mejor preparación teológica y su supuesto rechazo de las ambiciones mundanas. Al poner bajo dirección pontificia la persecución de los herejes, Gregorio IX actuaba en parte movido por el miedo a que Federico II, emperador del Sacro Imperio Romano, tomara la iniciativa y la utilizara con objetivos políticos. Restringida en principio a Alemania y Aragón, la nueva institución entró enseguida en vigor en el conjunto de la Iglesia, aunque no funcionara por entero o lo hiciera de forma muy limitada en muchas regiones de Europa. Dos inquisidores con la misma autoridad --nombrados directamente por el Papa-- eran los responsables de cada tribunal, con la ayuda de asistentes, notarios, policía y asesores. Los inquisidores fueron figuras que disponían de imponentes potestades, porque podían excomulgar incluso a príncipes. En estas circunstancias sorprende que los inquisidores tuvieran fama de justos y misericordiosos entre sus contemporáneos. Sin embargo, algunos de ellos fueron acusados de crueldad y de otros abusos.

    Procedimientos:
    Los inquisidores se establecían por un periodo definido de semanas o meses en alguna plaza central, desde donde promulgaban órdenes solicitando que todo culpable de herejía se presentara por propia iniciativa. Los inquisidores podían entablar pleito contra cualquier persona sospechosa. A quienes se presentaban por propia voluntad y confesaban su herejía, se les imponía penas menores que a los que había que juzgar y condenar. Se concedía un periodo de gracia de un mes más o menos para realizar esta confesión espontánea; el verdadero proceso comenzaba después. Si los inquisidores decidían procesar a una persona sospechosa de herejía, el prelado del sospechoso publicaba el requerimiento judicial. La policía inquisitorial buscaba a aquellos que se negaban a obedecer los requerimientos, y no se les concedía derecho de asilo. Los acusados recibían una declaración de cargos contra ellos. Durante algunos años se ocultó el nombre de los acusadores, pero el papa Bonifacio VIII abrogó esta práctica. Los acusados estaban obligados bajo juramento a responder de todos los cargos que existían contra ellos, convirtiéndose así en sus propios acusadores. El testimonio de dos testigos se consideraba por lo general prueba de culpabilidad. Los inquisidores contaban con una especie de consejo, formado por clérigos y laicos, para que les ayudaran a dictar un veredicto. Les estaba permitido encarcelar testigos sobre los que recayera la sospecha de que estaban mintiendo. En 1252 el papa Inocencio IV, bajo la influencia del renacimiento del Derecho romano, autorizó la práctica de la tortura para extraer la verdad de los sospechosos. Hasta entonces este procedimiento había sido ajeno a la tradición canónica. Los castigos y sentencias para los que confesaban o eran declarados culpables se pronunciaban al mismo tiempo en una ceremonia pública al final de todo el proceso. Era el sermo generalis o auto de fe. Los castigos podían consistir en una peregrinación, un suplicio público, una multa o cargar con una cruz. Las dos lengüetas de tela roja cosidas en el exterior de la ropa señalaban a los que habían hecho falsas acusaciones. En los casos más graves las penas eran la confiscación de propiedades o el encarcelamiento. La pena más severa que los inquisidores podían imponer era la de prisión perpetua. De esta forma la entrega por los inquisidores de un reo a las autoridades civiles, equivalía a solicitar la ejecución de esa persona. Aunque en sus comienzos la Inquisición dedicó más atención a los albigenses y en menor grado a los valdenses, sus actividades se ampliaron a otros grupos heterodoxos, como la Hermandad, y más tarde a los llamados brujas y adivinos. Una vez que los albigenses estuvieron bajo control, la actividad de la Inquisición disminuyó, y a finales del siglo XIV y durante el siglo XV se supo poco de ella. Sin embargo, a finales de la edad media los príncipes seculares utilizaron modelos represivos que respondían a los de la Inquisición.

    El Santo Oficio:
    Alarmado por la difusión del protestantismo y por su penetración en Italia, en 1542 el papa Pablo III hizo caso a reformadores como el cardenal Juan Pedro Carafa y estableció en Roma la Congregación de la Inquisición, conocida también como la Inquisición romana y el Santo Oficio. Seis cardenales, incluido Carafa, constituyeron la comisión original, cuyos poderes se ampliaron a toda la Iglesia. En realidad, el Santo Oficio era una institución nueva vinculada a la Inquisición medieval sólo por vagos precedentes. Más libre del control episcopal que su predecesora, concibió también su función de forma diferente. Mientras la Inquisición medieval se había centrado en las herejías que ocasionaban desórdenes públicos, el Santo Oficio se preocupó de la ortodoxia de índole más académica y, sobre todo, la que aparecía en los escritos de teólogos y eclesiásticos destacados. Durante los 12 primeros años, las actividades de la Inquisición romana fueron modestas hasta cierto punto, reducidas a Italia casi por completo. Cuando Carafa se convirtió en el papa Pablo IV en 1555 emprendió una persecución activa de sospechosos, incluidos obispos y cardenales (como el prelado inglés Reginald Pole). Encargó a la Congregación que elaborara una lista de libros que atentaban contra la fe o la moral, y aprobó y publicó el primer Índice de Libros Prohibidos en 1559. Aunque papas posteriores atemperaron el celo de la Inquisición romana, comenzaron a considerarla como el instrumento consuetudinario del Gobierno papal para regular el orden en la Iglesia y la ortodoxia doctrinal; por ejemplo, procesó y condenó a Galileo en 1633. En 1965 el papa Pablo VI, respondiendo a numerosas quejas, reorganizó el Santo Oficio y le puso el nuevo nombre de Congregación para la Doctrina de la Fe.

    Inquisición española:
    Diferente también de la Inquisición medieval, la Inquisición española se fundó con aprobación papal en 1478, a propuesta del rey Fernando V y la reina Isabel I. Esta Inquisición se iba a ocupar del problema de los llamados marranos, los judíos que por coerción o por presión social se habían convertido al cristianismo; después de 1502 centró su atención en los conversos del mismo tipo del Islam, y en la década de 1520 a los sospechosos de apoyar las tesis del protestantismo. A los pocos años de la fundación de la Inquisición, el papado renunció en la práctica a su supervisión en favor de los soberanos españoles. De esta forma la Inquisición española se convirtió en un instrumento en manos del Estado más que de la Iglesia, aunque los eclesiásticos, y de forma destacada los dominicos, actuaran siempre como sus funcionarios. La Inquisición española estuvo dirigida por el Consejo de la Suprema Inquisición, pero sus procedimientos fueron similares a los de su réplica medieval. Con el tiempo se convirtió en un tema popular, en especial en las zonas protestantes, por su crueldad y oscurantismo, aunque sus métodos fueran parecidos a los de instituciones similares en otros países católicos romanos y protestantes de Europa. Sin embargo, su superior organización y la consistencia del apoyo que recibía de los monarcas españoles, descollando Felipe II, hicieron que tuviera un mayor impacto en la religión, la política o la cultura que las instituciones paralelas de otros países. Esta eficacia y el apoyo político permitieron a Tomás de Torquemada, el primero y más notable gran inquisidor, ejecutar por miles a supuestos herejes. El gran inquisidor y su tribunal tenían jurisdicción sobre los tribunales locales de virreinatos como México y Perú, donde estuvieron más ocupados con la hechicería que con la herejía. El emperador Carlos V introdujo la Inquisición en los Países Bajos en 1522, pero no consiguió acabar con el protestantismo. Se estableció en Sicilia en 1517, aunque no lo pudo hacer en Nápoles y Milán. Los historiadores han señalado que muchos territorios protestantes tenían instituciones tan represivas como la Inquisición española, por ejemplo el consistorio de Ginebra en tiempos del reformador francés Juan Calvino. La Inquisición quedó al fin suprimida en España en 1843, tras un primer intento, fallido, de los liberales en las Cortes de Cádiz, en 1812.
    Extraído de:http://www.geocities.com/CapitolHill/Lobby/2679/inquisic.htm
    Autor:

    Expulsión de los judíos de España:
    El año 1391 ve desatarse las crueles e injustas matanzas que asolan las juderías de Castilla, Cataluña y Valencia, en las que perecen miles de judíos. La presión antijudía se concreta con violencia en el siglo XV y se obliga a los judíos a llevar distintivos en la ropa. Las predicaciones de san Vicente Ferrer, la disputa de Tortosa entre judíos y cristianos y la Bula de Benedicto XIII, el papa Luna, contra los judíos, aceleran la destrucción del judaísmo español. Las predicaciones del arcediano de Écija, Ferrán Martínez, fanatizan a las turbas que asaltan las juderías y dan muerte a miles de judíos. En 1476 se establece el Tribunal de la Inquisición en Sevilla. Siete años más tarde, fray Tomás de Torquemada es nombrado Inquisidor General. Las persecuciones habían producido una oleada de conversiones forzosas. La Inquisición actuó con dureza contra los conversos y acentuó la presión sobre los judíos: los hebreos eran obligados a escuchar las predicaciones de los dominicos en las sinagogas, tras lo cual se producían las conversiones. Los Reyes Católicos, ocupados en la guerra de Granada, habían aceptado la financiación ofrecida por don Isaac Abravanel y don Abraham Senior, Contador Mayor de Castilla y Rabino Mayor del reino para sufragar los gastos de la guerra, lo que no les impidió firmar el 31 de marzo de 1492 el Edicto de expulsión. Las súplicas de don Isaac Abravanel en favor de sus hermanos fueron rechazadas por los Reyes Católicos. La política real basada en la unidad dinástica, el poder real y la unidad religiosa se apoyó en la Inquisición y en fray Tomás de Torquemada para conseguir la conversión de los judíos. Todos aquellos que no aceptasen el bautismo deberían abandonar España en el plazo de cuatro meses dejando todos sus bienes. Unos 100.000 judíos abandonaron España. Se distribuyeron principalmente por Grecia, Turquía, Palestina, Egipto y Norte de Africa. Sus descendientes son los sefardíes, que conservan aún el idioma de Castilla. En su Diáspora por todo el Mediterráneo llevaron en su corazón dos nombres: Sefarad y Jerusalén.
    Extraído de:http://www.geocities.com/CapitolHill/Lobby/2679/solucion.htm

    Desterrados de Sefarad:
    El decreto firmado el 31 de marzo obligaba a emprender el exilio, antes de finales de julio, a todos los judíos sin bautizar y amenazaba con la pena de muerte a quienes no lo acatasen. Y aunque les ofrecía la posibilidad de elegir entre el destierro y la conversión, fueron pocos los que escogieron la vía del bautismo cristiano, pese a la intensa campaña de predicación que se llevó a cabo para conducirlos por este camino. Y, también, pese a la labor propagandística que se hizo con la conversión de tres destacados rabinos de la comunidad judía, cuyo bautismo estuvo apadrinado por los propios Reyes Católicos y por el gran cardenal de España. Según han calculado los historiadores, de las 200.000 personas que integraban la comunidad judía en Aragón y Castilla, 150.000 optaron por el destierro. La mayor parte de los judíos castellanos se dirigieron a Portugal, desde donde muchos pasaron más tarde a Africa. Por su parte, los judíos aragoneses eligieron los puertos del Mediterráneo para embarcar hacia Italia y Turquía, donde fueron bien acogidos. Una de las consecuencias de esta diáspora fueron las colonias que crearon en distintas partes del mundo los expatriados, llamados sefardíes o sefarditas por la palabra Sefarad, como denominaban a España. Cinco siglos después, su herencia sigue viva, como prueba el hecho de que sus descendientes conserven el legado cultural y lingüístico -hablan un peculiar castellano antiguo- de aquellos desterrados. (Olmo del Río)

    Salieron de las tierras de sus nacimientos, chicos y grandes, viejos y niños, a pie y a caballeros en asnos y otras bestias, y en carretas, y continuaron sus viajes, cada uno a los puertos que debían de ir, e iban por los caminos y campos por donde iban con muchos trabajos y fortunas, unos cayendo, otros levantando, otros muriendo, otros naciendo, otros enfermando, que no había cristiano que no hubiese dolor de ellos, y siempre por do iban los convidaban al baptismo y algunos, con la cuita, se convertían y quedaban, pero muy pocos, y los rabíes los iban esforzando y hacían cantar a las mujeres y mancebos y tañer panderos y adufos para alegrar la gente, y así salieron de Castilla. (Andrés Bernáldez)

    Emigración Judía a América:
    Desde muy temprano en el Descubrimiento de América se unen a las expediciones Moriscos y Judíos que huyen de la persecución y se disfrazan. Esto ocurre desde las tres primeras Carabelas. Grandes descubridores y cartógrafos como Rodrigo de Bastidas son fuertemente sospechosos de Judaísmo y detestan a los Sacerdotes. Por no hablar de la inmensa lista de Conquistadores que tienen que obtener mucho oro para defenderse de las acusaciones de Sangre Judía. 'El Caballero de El Dorado', Gonzalo Jiménez de Quesada, tenía tanto oro obtenido de los Indios, que podía comprar a todos los jueces y a todas las conciencias de España. Las actas de persecución por 'Sangre Judía' contra Quesada se extraviaban, destruían y perdían misteriosamente. Habrá Judaísmo en nuestros Descubridores y Conquistadores? En lo que respecta a la Nueva Granada (es decir Colombia), la respuesta parece ser un filón de Oro. Es decir quienes pretendan investigarlo verán cientos de casos sospechosos e interesantes. Porqué había tantas quejas de las autoridades civiles y eclesiásticas acerca de la masiva llegada de Judíos ? Es absurdo que los Judíos emigren hacia la tierra prometida del Oro ? . Es decir de las nuevas y ricas minas ? En Cartagena la Paranoia llegó a un punto en que se temió golpe de Estado Judío. Y la Inquisición Neogranadina tenía fama de ser profundamente corrupta, comprada y operada por Judíos. A estos se les atribuía el Comercio de Mercancías y el Tráfico de Esclavos, actividades no honorables para los Hidalgos Españoles. El patrón se repite: en Cartagena de Indias, en Santafé de Bogotá, en Lima Perú, por doquiera se quejan del peligro del influjo masivo de Judíos. En Colombia hay libros muy interesantes que investigan costumbres Judías, Oraciones Judías, creencias y hasta Teología Judía en el Nuevo Reino de Granada. Hay otros aspectos que no se pueden desechar como los nombres Judíos de las personas y de los poblados. Y muy importante es la tradición familiar transmitida de padres a hijos de ser de origen Judío. Las costumbres muy sospechosas de encender velas los viernes, de cantar endechas a los muertos ( versos ), de regar agua en el piso de un recién difunto, de dejar agua para los ángeles, los baños rituales de inmersión, etc.... etc... etc.... Las costumbres de andar barbudos y casarse con parientes cercanos en forma endogámica. La misma furia de otras provincias cercanas que acusaban a Antioquia (Colombia) de ser comerciantes ladrones barbudos israelitas, etc...La pasión por el oro y por los juegos de azar. La religiosidad profunda o si lo prefiere el lector la intensa orientación a la superstición y los rituales. La ignorancia total y absoluta sobre el 'Misterio' de la Santísima Trinidad que se presentaba en algunas regiones. Mención muy fuerte merece la costumbre antioqueña (en Colombia) de celebrar con grandes luminarias el principio de Diciembre, se encienden luces por todas partes, originalmente velas, antes de la luz eléctrica, y esto por varios días. La fiesta coincide perfectamente con la Hakuna Judía. Y que decir de las oraciones que han quedado en viejos arcones y baúles y que son fuertemente monoteístas, invocando a Jacob y a Abraham. Muchos amigos me han confesado que según tradición familiar el bisabuelo o tatarabuelo era rabino. Esto ya no es motivo de verguenza como lo era hasta hace 50 o 100 años. La generación actual tiene más cultura, ilustración y está más globalizada. Es posible que ya se confiese 'La impureza de Sangre' con orgullo, pues significa pertenecer al pueblo de la 'dura cerviz', así sea lejanamente. Es decir a un pueblo muy histórico y de figuración muy destacada en las artes, las ciencias y el comercio. En cierto sentido este concepto de 'Judío' es lo contrario de lo que se ha admitido como ser 'Latinoamericano', pobre palabreja esta última con que nos dejaron a quienes por derecho de descubrimiento y conquista merecíamos más el apelativo de americanos o de colombinos. Pero ya están empezando a salir los esqueletos del closet.
    Autor: Vicente Duque
    Extraído de: www.geocities.com/coloria//c5.htm

    * Benjamín de Tudela | España: La Leyenda Negra

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  7. La cartografía:
    La aparición de los mapas se produjo antes de la historia, es decir, con anterioridad a la aparición del relato escrito, y se utilizaron para establecer distancias, recorridos, localizaciones... y así poder desplazarse de unos lugares a otros. En esta primera etapa dos son los tipos de mapas existentes: uno, el mapa instrumento, realizado con una finalidad informativa, utilitaria, como el de las islas Marshall, y otro, el mapa imagen, que representa un nuevo concepto más intelectual y que tiene un doble sentido, es un instrumento que tiene una utilidad inmediata pero, a su vez, es también una imagen, ya que en ellos aparecen la representación de la Tierra, conceptos cosmológicos o religiosos..., pero centrado principalmente en el mundo del autor que lo construye; un ejemplo, el mapa del mundo babilónico, mapa circular como corresponde al panorama natural del horizonte.

    El poema de los Argonautas nos narra que los egipcios ya tenían, desde tiempos remotos, tablas grabadas donde estaban señalados los caminos de la Tierra con los límites de los continentes y de los mares. En el comentario del poema del Universo de Dionisio El Periegeta, Eustacio nos refiere que Sesostris dio a los egipcios tablas donde estaban representados sus viajes; también conocemos las inscripciones geográficas encontradas en la ruinas de Thebas por Mariette, remontando su antigüedad a 17 siglos antes de Jesucristo. Estas inscripciones en nada se parecen a nuestros mapas actuales, puesto que en ellos sólo hay figuras etnográficas, tipos de hombres y de seres colocados en el orden de su posición geográfica y acompañados de leyendas indicadoras de los pueblos, aplicando un procedimiento análogo al que posteriormente utilizaron los romanos. Además de estos itinerarios, se estima que disponían de mapas catastrales que quizá dibujaban sobre ladrillos o tablas como os caldeos, de tal manera que situaban a Egipto en el centro de la Tierra cuando hacían la descripción del mundo por ellos conocido. (Angel Madariaga)

    Los mapas más antiguos que existen fueron realizados por los babilonios hacia el 2300 a.C. Estos mapas estaban tallados en tablillas de arcilla y consistían en su mayor parte en mediciones de tierras realizadas con el fin de cobrar los impuestos. También se han encontrado en China mapas regionales más extensos, trazados en seda, fechados en el siglo II a.C. Parece que la habilidad y la necesidad de hacer mapas es universal. Uno de los tipos de mapas primitivos más interesantes es la carta geográfica realizada sobre una entramado de fibras de caña por los habitantes de las islas Marshall, en el sur del océano Pacífico, dispuestas de modo que muestran la posición de las islas.

    Cartografía griega:
    Los mapas actuales se basan en la geografía matemática que se inició en la Grecia clásica, y aunque los avances cartográficos conseguidos por los griegos llegaron a niveles de perfección que no volvieron a ser igualados hasta el siglo XV, la idea general del mundo de la que partían no era muy distinta de la de los babilonios. Fueron los sabios cosmógrafos, astrónomos y matemáticos los que establecieron las primeras directrices para la representación científica de la superficie terrestre.

    Cartografía romana:
    En Roma, al contrario, no se nota ese avance de la cartografía experimentado en Grecia y hay que distinguir el mapamundi, que sigue el modelo circular jonio y que fue común en la Edad Antigua, y los itinerarios -totalmente prácticos- que despiertan un mayor interés y que señalan las rutas que iban a usar los ejércitos, los comerciantes...

    A partir del derrumbamiento del I. Romano se produce en Europa un vasto retroceso cultural, que también se observa en los conocimientos geográficos que habían permitido dibujar con sobrada precisión las tierras conocidas. En este momento desaparece el sistema de medición por coordenadas y la geografía matemática es sustituida por otra basada en expresiones de la Biblia, que induce a pensar que la Tierra es plana. Estos mapas que no tienen carácter científico son, en cambio, obras de una gran belleza que reflejan una concepción teológica del mundo. No tenían ninguna utilidad para la navegación.

    Cartografía árabe durante los siglos VIII y IX:
    Durante el estancamiento geográfico medieval europeo, los navegantes árabes realizaron y utilizaron cartas geográficas de gran exactitud. Después de un largo periodo de silencio, se inicia un movimiento de recuperación de los clásicos griegos por obra de los árabes en los siglos VIII y IX. A partir de esta última fecha, el mundo islámico produce su propia cartografía, convirtiéndose en el continuador del desarrollo científico antiguo. Estos avances cartográficos llegan principalmente hasta Europa gracias a los intercambios de carácter comercial que se mantienen con los árabes, relaciones que se hicieron más fluidas durante el siglo XIII, provocando un mayor conocimiento por parte de los occidentales del mundo oriental. La gran figura será Al-Idrisi que usó como principal fuente el trabajo de Tolomeo y realizó un mapa del mundo en 1154.

    Los avances de la cartografía en Europa fueron posteriores ya que los europeos no comenzaron a buscar nuevas vías de comercio hasta que no vieron cerrarse las rutas con Oriente, produciéndose en ese momento un florecimiento de la elaboración de mapas. El interés que despertó en los grandes reinos cristianos (España y Portugal) hizo que se financiaran grandes empresas marítimas abandonando el punto de vista del teólogo (el más importante durante el medioevo) y tomando en cuenta el del navegante. Surgen así los portulanos, término con el que se designan las cartas náuticas que tuvieron su apogeo desde el siglo XIII al XVI e incluso el XVII. En su origen esta palabra designaba los cuadernos de instrucciones en que los navegantes anotaban los rumbos y las distancias entre los puertos. Entre estos navegantes mediterráneos destacaban los mallorquines.

    Los portulanos están relacionados directamente con los modernos mapas. Estos libros de ruta trazaban, generalmente sin meridianos o paralelos, los rumbos principales de acuerdo a los 8 vientos más importantes, estos siempre de color negro. El procedimiento seguido era el de la "Raxon de Marteloio": líneas rectas de rumbo unían los puntos de salida con los de arribo. Estas cartas tenían dos características: sólo las costas se trazaban con cierta exactitud, y las cartas se hallaban siempre entrecruzadas por una red de líneas. Debido a su complejidad gráfica, estas cartas fueron constituyéndose en regalos para reyes y príncipes, hechas por importantes cartógrafos y artistas de la época.

    El arte de la cartografía también se desarrolló en las civilizaciones maya e inca. Los incas, ya en el siglo XII d.C., trazaban mapas de las tierras que conquistaban.

    A partir de la introducción del uso de la brújula en el Mediterráneo (finales del s. XIII) y del desarrollo del astrolabio, estas notas adquirieron una precisión cada vez mayor y comenzaron a redactarse libros de derrota en los que se detallaban los rumbos y las distancias. Trasponiendo los datos de estos libros a pergaminos y uniendo los distintos puntos entre sí, se trazaron las primeras cartas náuticas con ciertas garantías, a las que se denominó "cartas portulanas" o "portulanos". No tenían coordenadas pero se trazaban a escala, de tipo lineal, que permitía indicar las distancias entre los distintos puertos en leguas marinas. Este tipo de mapa coexistió con la cartografía tradicional que se realizaba en los ambientes monásticos. Sobresalen la Carta Pisana, el portulano de Angelino Dulcert, donde se representan por primera vez las Islas Canarias, y el Atlas catalán de Abraham Cresques. En el siglo XV un nuevo hecho viene a marcar un avance importante, es el redescubrimiento de Tolomeo, momento a partir del cual la cartografía comenzó a adoptar técnicas más innovadoras que permiten levantar nuevos mapas en la época de los grandes viajes de exploración. Los europeos cultos volvieron a pensar en una Tierra esférica y combinando las enseñanzas ptolemaicas con las aportadas por los portulanos, se creó el armazón del desarrollo cartográfico renacentista hasta la época de Mercator y Ortelius, quienes pusieron fin al imperio cartográfico de Tolomeo a mediados del siglo XVI.

    Martin Waldseemüller Martin Waldseemüller:
    Se considera que el mapa realizado en 1507 por Martin Waldseemüller, un geógrafo alemán, fue el primero en designar con el nombre de América a las tierras transatlánticas recién descubiertas. El nombre de América es un reconocimiento a la labor de Américo Vespucio, quien comenzó a trazar los mapas de sus viajes por el continente una vez instalado en Sevilla (1508) al servicio del rey Fernando. Tanto Solís, Pinzón, Juan de la Cosa como Vespucio contribuyeron con sus expediciones al trazado de los primeros mapas de los que se tiene conocimiento sobre el continente americano. Asimismo, los llamados planisferios de Salviatti y de Castiglione, ambos aproximadamente de 1525, son importantes documentos de la cartografía de la época en la cual se basaron mapas posteriores. El planisferio de Castiglione fue regalado a éste por el emperador Carlos V. El mapa de Waldseemüller, impreso en 12 hojas separadas, fue de los primeros en el que se separaban con claridad Norteamérica y Sudamérica de Asia.

    Abraham Ortelius:
    En 1570, Abraham Ortelius, un cartógrafo flamenco, publicó el primer atlas moderno. En el siglo XVI, muchos cartógrafos elaboraron mapas que iban incorporando la creciente información que aportaban los navegantes y los exploradores. Nació en 1527 y se convirtió en un famoso matemático antes de centrar casi su actividad en la geografía y la cartografía. En 1570 publicó su Theatrum Orbis Terrarum, considerada como el primer éxito comercial inmediato de este tipo de obras. Actualmente se sigue usando la clasificación y estructura de éste. Su primera versión contenía 70 mapas, 56 de Europa, 10 de Asia y África y uno de cada continente, realizó una selección de los mejores mapas disponibles que redibujó con un formato uniforme para la edición de su obra, estableció un orden lógico de los mapas: mapamundi, Europa, Asia, África, Nuevo Mundo. También incluyó una lista con los nombres de los autores de los mapas. Este atlas tuvo un gran éxito, sobretodo por su tamaño y formato y fue editado en diversos idiomas y no paró de actualizarse y mejorarse hasta 1612. En 1575 Ortelius fue nombrado geógrafo de Felipe II, un cargo que le permitió acceso a los conocimientos acumulados por los exploradores portugueses y españoles.

    Gerhardus Mercator (1512-1594):
    El eximio geógrafo y cartógrafo de origen germano-holandés Gerhard Kremer, en latín Gerhardus Mercator, nació en 1512 y murió 1594. Natural de los Países Bajos españoles, en su juventud estudió filosofía y matemáticas, convirtiéndose pronto en un eminente cartógrafo; entre otros, realizó trabajos para el emperador Carlos V. Sin embargo, en a década de 1540 fue acusado de herejía y estuvo encarcelado durante algún tiempo. Después se trasladó a Duisburgo, en el ducado de Kleve, donde se establecieron también muchos protestantes holandeses perseguidos. En 1554 se hizo internacionalmente famoso por un gran mapa de Europa. En un mapamundi del año 1569 utilizó el sistema de proyección de mapas que más tarde se bautizó con su nombre. Se trata de una representación cilíndrica con meridianos rectos y paralelos y círculos de latitud iguales, y tiene la ventaja de que la distancia más corta entre dos puntos en el globo (círculo máximo) viene representada como una línea recta, una loxodromia, Por ello esta proyección se sigue utilizando hoy día para navegar. En el mapamundi de Mercator, referido a coordenadas cartesianas los paralelos son rectas paralelas al eje de las abscisas, estando el ecuador representado por dicho eje, y los meridianos son rectas paralelas al eje de las ordenadas, estando el meridiano origen representado por dicho eje; los polos no son representables en el mapa. La proyección cartográfica de Mercator es, pues, una proyección cilíndrica rectangular directa en la que los paralelos son líneas que conservan las distancias. El valor del módulo de deformación lineal crece con la latitud hacia el polo norte o hacia el polo sur, siendo infinito en ambos polos, A paralelos equidistantes en la esfera terrestre corresponden así, en el mapa, rectas cada vez más distanciadas. Las loxodromias sobre la Tierra (líneas que cortan todos los meridianos según un ángulo constante) se representan en este mapa mediante rectas. Sólo la proyección de Mercator goza de esta propiedad. El uso de esta cartografía es general en navegación marina, porque permite encontrar el ángulo de ruta por simples procedimientos gráficos. No obstante, en este mapa la escala varía muy rápidamente, pobre todo en las latitudes altas, por lo que conviene dar siempre dar la escala del mapa de Mercator para un determinado paralelo de referencia, que puede ser el ecuador, o bien para el paralelo medio del mapa. El primer año después de la muerte de Mercator se publicó su gran libro do mapas del mundo. El lo denominó Atlas, en honor al gigante la mitología griega que sostenía la bóveda celeste, y desde entonces se han llamado las obras mayores de cartografía. Posteriormente, los famosos grabadores en cobre Jodocus y Hondius perfeccionaron y volvieron a publicar el atlas de Mercator.

    Mercator sigue considerándose como uno de los mayores cartógrafos de la época de los descubrimientos; la proyección que concibió para su mapa del mundo resultó de un valor incalculable para todos los navegantes. La precisión de los mapas posteriores aumentó mucho debido a las determinaciones más precisas sobre latitud y longitud y a los cálculos sobre el tamaño y forma de la Tierra.

    Declinación magnética y corrientes:
    Los primeros mapas en los que aparecían ángulos de declinación magnética se realizaron en la primera mitad del siglo XVII, y las primeras cartas que mostraban las corrientes oceánicas se realizaron hacia 1665. En el siglo XVII se establecieron los principios científicos de la cartografía y las inexactitudes más notables de los mapas quedan constreñidas a las partes del mundo que no se habían explorado.

    Aportación Francesa (s.XVIII):
    A finales del siglo XVII las determinaciones astronómicas tomadas en las diversas partes del mundo, y en particular, en Asia Oriental, eran lo bastante numerosas para que no se conservasen ya en los mapas los errores que los desfiguraban. Los datos falsos y los verdaderos mezclados desde siglos formaban un laberinto necesitado de una revisión total. El geógrafo francés Guillermo Delisle (1675-1726) publicó en 1700 un mapamundi que situaba en su lugar y con dimensiones correctas las regiones orientales del antiguo continente. Jean Baptiste Bourguignon D'Anville tenía 29 años cuando Delisle murió en 1726. Profesó por la geografía una vocación casi innata, ya que de niño era su juego y su distracción. Luego fue su constante preocupación y el pensamiento de toda su vida. Dedicó a ella todos sus estudios y sus cualidades unidas a un innegable gusto artístico. A los 22 años se dio a conocer por una serie de mapas de Francia, producciones que tenían ya un sello original que distinguieron siempre sus obras posteriores. La Academia de las Ciencias de Francia trabaja en perfeccionar la geografía astronómica y matemática y enviaba a viajeros aislados o comisiones a diferentes partes del Globo; unos, para resolver el problema de la física terrestre, como Ridrer, que en 1672 fue a la isla de Cayena, y otros, como M. De Chazelles, en 1694, para determinar la latitud y la longitud de algunas posiciones importantes en el interior del Mediterráneo, a fin de disipar algunas dudas que quedaban acerca de la longitud de este mar tan mal representado según los datos de Tolomeo. Otros se dirigieron a Laponia y al Perú, para medir al mismo tiempo dos arcos de meridiano, más allá del círculo Polar el uno y cerca del ecuador el otro. De este modo se comprobó la exactitud de la teoría newtoniana acerca del achatamiento del globo terrestre. Tanto las operaciones de Laponia, ejecutadas desde 1735 a 1737 por Clairant y Maupertius, como las del ecuador, desde 1735 a 1739 por La Condamine, Godin y Bouguer, acompañados de Antonio de Ulloa y Jorge Juan, confirmaron las deducciones teóricas y pusieron de manifiesto el aumento progresivo de los grados terrestres a partir del ecuador. Colbert pidió a la Academia de las Ciencias la descripción geométrica del reino y Cassini de Thury, director del Observatorio y nieto del gran astrónomo, concibió una proyección cartográfica que lleva su nombre. En 1744 comenzó las primeras operaciones, ayudado por su hijo, de muchos astrónomos y de una treintena de prácticos hábiles en el levantamiento de planos. Este trabajo fue terminado en 1773 y sirvió de modelo para proyectos similares llevados a cabo en otros países.

    Hacia finales del siglo XVIII, cuando decayó el espíritu explorador y comenzó a desarrollarse el nacionalismo, un gran número de países europeos comenzó a emprender estudios topográficos detallados a nivel nacional. El mapa topográfico completo de Francia se publicó en 1793, con una forma más o menos cuadrada y con una medida de aproximadamente 11 m de lado. El Reino Unido, España, Austria, Suiza y otros países siguieron su ejemplo. En los Estados Unidos se organizó, en 1879, el Geological Survey (estudio geológico) con el fin de realizar mapas topográficos de gran escala en todo el país. En 1891, el Congreso Internacional de Geografía propuso cartografiar el mundo entero a una escala 1:1.000.000, tarea que todavía no ha concluido.

    La cartografía en el siglo XX:
    En el siglo XX, la cartografía ha experimentado una serie de importantes innovaciones técnicas. La fotografía área se desarrolló durante la I Guerra Mundial y se utilizó, de forma más generalizada, en la elaboración de mapas durante la II Guerra Mundial. Los Estados Unidos, que lanzaron en 1966 el satélite Pageos y continuaron en la década de 1970 con los tres satélites Landsat, están realizando estudios geodésicos completos de la superficie terrestre por medio de equipos fotográficos de alta resolución colocados en esos satélites. A pesar de los grandes avances técnicos y de los conocimientos cartográficos, quedan por realizar estudios y levantamientos topográficos y fotogramétricos de grandes áreas de la superficie terrestre que no se han estudiado en detalle.(Martín A.Cagliani)

    * Navegantes y cartógrafos | Cartas náuticas | Cartografía griega | El astrolabio
    * (www)maphistory.info/webtexts.html

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  8. Cartografía griega:
    Los mapas actuales se basan en la geografía matemática que se inició en la Grecia clásica, y aunque los avances cartográficos conseguidos por los griegos llegaron a niveles de perfección que no volvieron a ser igualados hasta el siglo XV, la idea general del mundo de la que partían no era muy distinta de la de los babilonios. Fueron los sabios cosmógrafos, astrónomos y matemáticos los que establecieron las primeras directrices para la representación científica de la superficie terrestre. Destacan Anaximandro y Hecateo, que enlazan con las tradiciones babilónicas, pero, sobre todo, la figura de Eratóstenes, quien dividió la Tierra en meridianos y paralelos aunque únicamente trazados sobre lugares bien conocidos y a intervalos irregulares ( y no regulares como realizaría posteriormente, en el siglo II a.C. Hiparco de Nicea).

    Se cree que el primer mapa que representaba el mundo conocido fue realizado en el siglo VI a.C. por el filósofo griego Anaximandro. Tenía forma circular y mostraba el mundo conocido agrupado en torno al mar Egeo y rodeado por el océano.

    Los griegos en los tiempos de Homero y Hesiodo representaban el mundo como parte de la esfera (y no como un círculo), que se apoyaba en el cielo por medio del Atlas y cuyo borde superior rodeaba el Océano, dejando espacio en la parte inferior para el Tártaro, la región de la oscuridad, del fuego y de las tinieblas. Thales de Mileto, a quien los eclipses habían revelado la esfericidad de la Tierra, llegó a representarla en un globo de a pies de diámetro, modificando posiblemente las creencias de sus contemporáneos. A partir de entonces quizá cambió radicalmente la disposición de los elementos, dibujándose la parte habitada en el hemisferio superior, situando el océano en todo el resto de la superficie, es decir, en el hemisferio inferior. Entonces quedaba situado el Tártaro en el interior del globo, en donde los geólogos ubicaron el núcleo central incandescente, coincidencia curiosa en la que revive lo esencial de las ciencias antiguas.

    Mapa del mundo conocido Eratóstenes Eratótenes de Cirene (276-196 a.C.):
    Por su condición de geógrafo, matemático, astrónomo, poeta y filósofo algunos de sus contemporáneos le dieron el nombre de "pentatlos" que se aplicaba a los atletas que vencían en las cinco luchas delos juegos olímpicos. Uno de los mapas más famosos de la época clásica fue trazado por el geógrafo griego Eratóstenes hacia el año 200 a.C. Representaba el mundo conocido desde Gran Bretaña, al noroeste, la desembocadura del río Ganges, al este, y hasta Libia (Africa) al sur. Este mapa fue el primero en el que aparecieron líneas paralelas transversales para señalar los puntos con la misma latitud. En el mapa también aparecían algunos meridianos, pero éstos tenían una separación irregular.
    Eratóstenes determina las dimensiones de la Tierra:
    En el siglo III a.C., Eratóstenes de Cirene, bibliotecario de Alejandría en tiempo de Ptolomeo Evergetes, obtuvo la primera medida científica de la circunferencia terrestre, al comprobar en esa ciudad cómo el día del solsticio de verano no distaba del cenit más que la quincuagésima parte de la circunferencia del gran círculo de la esfera. Según la tradición, había un pozo en Siena (Asuan) a cuyo fondo sólo llegaban los rayos del sol del 20 al 22 de junio. Ello significaba que Siena estaba situada en el Trópico de Cáncer y como quiera que se conocía la distancia entre Siena y Alejandría, que era de 500 estadios, y en el supuesto de que esta última ciudad estuviera situada al norte de Siena, lo que hizo Eratóstenes fue medir el ángulo del sol al mediodía del 21 de junio, encontrándose que la inclinación de los rayos solares respecto de la vertical en Alejandría era una cincuentava parte del círculo (unos 7 grados aproximadamente), por tanto, un meridiano de la Tierra tendría que medir cincuenta veces más, es decir, 250.000 estadios. La compensación de sus errores le condujo a una precisión sorprendente; 250.000 estadios, es decir, 39.750 km para un valor real de 40.000 km.
    El mapamundi de Eratóstenes:
    Eratóstenes escribió un tratado de Geografía del que se conocen algunos fragmentos por Estrabón y otros. Este tratado fue destinado a ilustrar y explicar su mapa el mundo, el cual se ha perdido. Sin embargo, ha podido reconstruirse con suficiente detalle, merced a los relatos de diversos exploradores y marinos. Así los viajes de Patroclo al Caspio, de Hegastenes al Ganges, de Timosteno (jefe de la escuadra de Ptolomeo Filadelfo) por su tratado sobre puertos y de Filo, que visitó el Nilo. El mapa tiene forma rectangular y medía 75.800 estadios desde Sacrum Promontorium al Oeste, hasta la desembocadura del Ganges al Este y 46.000 estadios desde Tule al Norte, hasta el desierto de Libia. Dispone de siete paralelos por Meroe, Siena, Alejandría, Rodas Lisimaquia en el Helesponto, la desembocadura del Borystheme y Tule, los cuales se hallaban cauzados en ángulo recto por siete meridianos a intervalos irregulares y pasando por las Columnas de Hércules, Cartago, Alejandría, Tapsaco en el Eufrates, las puertas del Caspio y las desembocaduras del Indo y del Ganges. La parte habitada formaba una isla irregular rodeada por el océano. (Angel Madariaga)

    Toda distancia recorrida se medía en días de navegación, teniendo un supuesto de viento favorable que llevara la nave a 4 ó 6 nudos de velocidad. Los vientos eran fundamentales en toda travesía, ya que no sólo impulsaban a los barcos, sino también sugerían el clima a venir. De esta manera, los primeros viajes largos permitieron descubrir nuevos territorios. Apareció un primer documento cartográfico: el periplo de scylax (500 a.C.). Estos periplos describían los perfiles de las costas mediterráneas. En cada viaje eran anotados también los vientos, pues cada región tenía uno particular: los vientos recibían el nombre del país o región del cual procedían.

    Tolomeo Tolomeo (siglos I y II d.C.):
    Otro cartógrafo griego es Tolomeo, que vivió en el siglo I y II d. C. y cuya obra marca, a la vez, el apogeo de la cartografía antigua y el final del gran impulso investigador de los alejandrinos en ese campo. Aunque no ha llegado a nosotros ninguno de sus mapas, sin embargo, su famosa Geografía, nos ha legado una información fundamental para reconstruir posteriormente todos los lugares conocidos en aquel momento en Grecia -el ecúmene-, y levantar los mapas utilizando sus reglas: orientación con el norte arriba, el cálculo de las coordenadas y la reproducción de la esfera terrestre por medio de una proyección cónica. Fueron los primeros mapas en los que se utilizó de forma matemática un método preciso de proyección cónica, aunque tenía muchos errores como la excesiva extensión de la placa terrestre euroasiática. Hacia el año 150 d.C., escribió su Geographia que contenía mapas del mundo.

    Tolomeo El Almagesto:
    Tolomeo, uno de los primeros astrónomos reconocidos, creó el Almagesto, del cual se derivó el cuadrante (es decir, la cuarta parte de una circunferencia de 360º). El cuadrante fue el primer instrumento usado masivamente por los navegantes del mundo, que lograba determinar con precisión matemática -aunque con un ligero error- la ubicación del barco. Luego vinieron el astrolabio, la ballestilla, el cuadrante de Davis, el quintante, hasta el sextante, que se emplea actualmente. Los navegantes se han valido siempre de la posición de las estrellas para saber su ubicación en cualquier punto de la tierra cuando se navega. De acuerdo a esta posición, los pilotos de los barcos empleaban complicados instrumentos que permitían calcular los ángulos de latitud y longitud a través de fórmulas matemáticas. Por ejemplo, al tomarse como referencia la Estrella Polar (en las regiones septentrionales o del Norte), estos instrumentos ayudaban a determinar el ángulo que forman la altura y distancia de la estrella respecto al observador en el horizonte. En el siglo XV se imprimieron en Europa los mapas de Tolomeo que, durante varios cientos de años, tuvieron una gran influencia en los cartógrafos europeos.

    * Navegantes y cartógrafos
    * Desarrollo de la cartografía
    * El astrolabio

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  9. El astrolabio:
    Etimológicamente astrolabio proviene del griego "astron" astro y "lanbanien" tomar, buscar, es decir, buscador de astros. Más tarde pasó a ser una representación gráfica de la esfera celeste, siguiendo las teorías geocéntricas de Tolomeo. El invento del astrolabio se atribuye a Diógenes Laercio, Berosio el Caldeo, Arquímedes, Teodosio de Bitinia, etc.. Delambre atribuye a Hiparco la invención del astrolabio plano. Otros estudiosos de la cuestión opinan que fue Tolomeo el inventor del astrolabio plano. Tras caer en desuso, el astrolabio volvió a ser usado por los astrónomos árabes, que el califa Al Ma'mun reunió en la Casa de la Sabiduría de Bagdad, en la primera mitad del siglo X. El astrolabio era utilizado por los árabes para resolver algunos problemas de triángulos esféricos relacionados con las practicas religiosas, tales como predecir con exactitud el momento en el que comienza el Ramadán, que se produce cuando la luna y el sol tienen la misma longitud celeste y en el preciso instante en el que La luna aparece en el horizonte. El astrolabio más antiguo del mundo fue construido por Nastulus hacia el 927 y se conserva en el Museo Nacional de Kuwait.

    Astrolabio árabe El califa Al-Mamun (813 a 839) ordena calcular la longitud del grado terrestre: Por medio de un astrolabio, se determinó la altura del polo sobre el horizonte, en dos estaciones de un mismo meridiano que distaban entre sí un grado; la distancia entre las dos estaciones fue medida luego y se vio que era igual a doscientos mil codos hashemitas; esto daba para la circunferencia completa de la tierra cerca de veinte y cuatro mil millas de las muestras, determinación no muy apartada de la verdad. Mas como la forma esférica no podía ser determinada positivamente por una sola medición, mandó el califa ejecutar otra cerca de Cufa, en Mesopotamia. Sus astrónomos se dividieron en dos secciones, y partiendo de un punto dado, cada sección midió un arco de un grado, los unos hacia el Norte y hacia el Sur los otros; el resultado se expresó en codos, y si estos fueron como el conocido codo real, la longitud de un grado se obtuvo con una aproximación de un tercio de milla de su verdadero valor. (J.G.Draper.1876)

    Los astrolabios "esféricos" o redondos eran en realidad una "poma" o esfera sobre la que se montaba un casquete hemisférico. Se trazaban las coordenadas celestes horizontales, con el horizonte, los semicírculos verticales, eclíptica, etc. El astrolabio "llano" esta compuestos por varias piezas: la "madre" es un disco que tiene dos caras, la "faz" con apariencia de caja colindrica ahuecada, en cuyo interior se coloca el tímpano y la araña. La otra cara del astrolabio llamada "dorso" tiene una corona exterior graduada de 360 grados. La "lamina", llamada también tímpano o saphila, es un disco de latón con las caras pulimentadas en las que están grabadas las coordenadas horizontales de la esfera celeste. Están trazados también el cenit, el horizonte, el ecuador, los almicantarats, el azimut y los círculos de Cáncer y Capricornio, todo ello en proyección esteorográfica, con el polo sur como centro de una proyección sobre el plano del ecuador. Cada lamina esta grabada para una latitud determinada en cada cara. La "araña" o red es quizá la pieza más interesante del astrolabio. Es un conjunto de latón con curiosos dibujos, garfios, nervios y aros. En realidad es un mapa de las estrellas más visibles de la bóveda celeste. En cada uno de estos dibujos esta representada la posición de una estrella, por lo que al girar la "araña" adecuadamente se obtiene en la lamina las coordenadas de la estrella en cuestión. Dispone además de una "alidada" o "medeclina", que es una regleta giratoria con la cual el observador puede dirigir la visual a un astro, a través de dos pínulas. Algunos astrolabios tienen en el "dorso" un ábaco que se conoce como "cuadrado de las sombras". Los astrolabios flamencos suelen tener un Quadratum nautimcum" en el interior de la "madre".

    El astrolabio náutico:
    Es un instrumento mucho más simple que el astrolabio astronómico, ya que su objetivo queda reducido a tomar alturas de los astros, habiendo sido utilizados exclusivamente por los navegantes. Fundamentalmente es un círculo de bronce o latón (también los hubo de madera) atravesado por cuatro radios, situados a 90 grados uno del otro. La intersección con el círculo del radio situado en los 180 grados, tiene una mayor masa del material en el que se ha construido el astrolabio, para que haga el efecto plomada y disminuir la oscilación que el viento o el movimiento del buque puedan imprimirle. El diámetro vertical representa la línea zénit-nádir y el horizontal la línea del horizonte. En esta línea está situado el grado cero, correspondiendo el grado 90 al zénit. Los portugueses prefirieron situar el grado 90 en la línea del horizonte, con lo que la cifra señalada por la alidada o medeclina indicaba distancias cenitales en lugar de alturas; de este modo se ahorraba la operación de la resta. Dispone además de una anilla o "colgadero" para introducir por ella un dedo y sustentar el astrolabio.

    "El que quiera tomar el sol con el astrolabio en la mar, se asentará y pondrá cerca del mástil mayor, que es donde la nave da menos vaivenes y está más quieta, y colgando el dedo segundo de la mano derecha de su anillo, pondrá el rostro y el astrolabio frontero del sol derechamente y conocerá que está por la sombrea que el sol, y alzará o bajará el penicidio (alidada) hasta que entre el sol por los dos agujeros de las pínulas y estando así tomará del astrolabio los grados que muestre la punta del penicidio, y hará por ellos las cuentas según las reglas". (Dr.García de Palacio. Instrucción Náutica para navegar. Méjico 1587).

    Este instrumento es el más importante y capacísimo de la astrología y cosmografía de todos los que en las ciencias se han inventado".(Alonso Cháves 1537) A través de observaciones del sol de día y de las estrellas de noche se obtenía una de las coordenadas posicionales: la latitud; el procedimiento para obtener la longitud no sería resuelto hasta el siglo XVIII.

    * La brújula

    Latidud y Longitud:
    Coordenadas que permiten a los geógrafos, cartógrafos y navegantes definir la posición de cualquier punto sobre la superficie terrestre. La latitud de un punto es el ángulo formado por el radio terrestre hasta dicho punto y el plano del ecuador. La latitud se expresa en grados, minutos y segundos al norte o al sur del ecuador (0º). Los polos tienen latitudes de 90 grados N y S. Un grado de latitud mide 110,4 km sobre la superficie terrestre, cada grado contiene 60 minutos y cada minuto 60 segundos. Las líneas sobre la superficie terrestre que unen todos los puntos de igual latitud forman círculos menores paralelos al ecuador llamados por esta razón paralelos. Los paralelos van decreciendo en longitud a medida que aumenta su latitud, y desaparecen en los polos. La longitud de un punto es la distancia angular al este o al oeste con respecto a un "meridiano base" escogido arbitrariamente. Un meridiano es un círculo cuyo diámetro es igual al de la esfera sobre la que está trazado, que pasa por los polos norte y sur. El meridiano que pasa por Greenwich es el meridiano base y su longitud es 0º. Las longitudes de los restantes meridianos se miden sobre el ecuador hasta los 180ºE y los 180ºO con respecto al meridiano de Greenwich. La longitud de un grado varía con la latitud, reduciéndose gradualmente desde unos 110,4 km en el ecuador hasta desaparecer en ambos polos.

    Meridianos y paralelos:
    Prácticamente todos los mapas contienen un sistema de coordenadas que facilita la localización de puntos geográficos y sirve para indicar la situación de un lugar. El primer sistema de este tipo fue el sistema geográfico o de meridianos y paralelos desarrollado por los antiguos griegos. Se basa e el movimiento de a Tierra sobre su propio eje y en el sistema babilónico de medición del tiempo y de los grados: un día=24 horas, una revolución= 360 grados. En el sistema geográfico, la posición de un lugar se expresa por dos cifras medidas desde el punto medio de la Tierra. La superficie de la Tierra se divide en una serie de líneas imaginarias. Los meridianos van de polo a polo. Meridiano significa línea del medio día. Todos los puntos situados sobre el mismo meridiano tienen el Sol orientado sobre esta línea al mediodía. La longitud de un lugar indica el ángulo formado por el primer meridiano, convencionalmente elegido, y el meridiano al que corresponde el lugar considerado. Se mide hacia el este y hacia el oeste; por tanto, la longitud máxima, este u oeste, es siempre de 180 grados. Los paralelos son círculos paralelos al ecuador. La latitud de un determinado lugar es el ángulo formado por el ecuador y el paralelo sobre el que este lugar esté situado. Para dar una posición más exacta, el grado puede dividirse en 60 minutos, y el minuto, en 60 segundos. La designación del "primer meridiano", utilizado para las mediciones longitudinales, ha sido motivo de constantes polémicas a lo largo de la historia. En la actualidad los mapas utilizados en la mayoría de los países adoptan como primer meridiano el que pasa por Greenwich. Los meridianos y los paralelos son de gran importancia para la navegación marítima y aérea. Midiendo la altura del Sol o de la estrella Polar sobre el horizonte, por medio de un sextante, se puede determinar la latitud de un punto. Antes, todos los marinos dominaban esta técnica, aunque los instrumentos de que disponían eran muy rudimentarios. Mucho más difícil es determinar la longitud. El Sol parece moverse a un ritmo de 15 grados por hora. Si se dispone de un cronómetro, que daría la diferencia de tiempo en relación al primer meridiano, se puede determinar la longitud.

    * El cálculo de la longitud

    El cuadrante de altura:
    En opinión de Salvador García Franco, compartió con el astrolabio la misión de apuntar el cielo con sus pínulas para la obtención de alturas de astros sobre el horizonte. Con este dato y la declinación del astro se conseguía la latitud del lugar por un simple cálculo de suma o resta. En la época medieval el instrumento estaba constituido por la cuarta parte de un círculo, dos pínulas sobre radios limitadores y una graduación en el limbo de 0 a 90 grados en partes iguales. La última cifra correspondía al extremo del radio portador de las pínulas. Como índice para señalar la altura observada se utilizaba un hilo a plomada cuya extremidad se fijaba en el vértice del cuadrante. Este tipo de cuadrante está ya descrito en la Instrucción Náutica de García de Palacio, publicado en Méjico en 1587. Colón lo utilizó en sus viajes, pero en general los marinos de los descubrimientos utilizaron con mayor frecuencia el astrolabio y la ballestina.

    La ballestina:
    Es un instrumento náutico utilizado por los marinos para medir la altura de los astros desde mediados del siglo XV hasta el siglo XVIII. Era un instrumento con un manejo muy sencillo, de ahí el largo tiempo en que se utilizó por los navegantes, aunque también hay que destacar su menor precisión. Estaba formado por una vara de madera cuadrada, llamada báculo, virote o radio, por la que se deslizaban totalmente perpendiculares unas piezas también de madera, achaflanadas en sus extremos, llamadas martillo, corredera, sualla, franja o transversario. El piloto observador tomaba la ballestina, por el extremo opuesto del báculo y dirigía dos visuales a cada lado de la corredera o franja. Una visual al astro en cuestión y otra al horizonte, corriendo la pieza hasta situar las dos visuales en cada uno de los extremos de la corredera o franja. Una buena observacón dependía de la pericia del piloto observador, pero era frecuente tener errores importantes, a pesar de su fácil manejo. Dependiendo de la altura a que estuviese el astro, se utilizaba para tomar la altura una corredera o transversario del tamaño adecuado. Los aparatos náuticos de reflexión, mucho más precisos, acabaron con este tipo de instrumentos para tomar la altura de los astros.(Ricardo Arroyo)

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  10. Navegantes y cartógrafos:
    Juan de la Cosa (1449-1510):
    Nacido en Santoña (Cantabria), debió adquirir su experiencia como navegante en el mar Cantábrico y realizó varias travesías recorriendo la costa occidental de África.
    Primeros viajes:
    Desde 1492 participó en siete viajes y expediciones al Nuevo Mundo. Cuando Cristóbal Colón preparaba su primer viaje conoció a De la Cosa y le ofreció que participara con su nave La Gallega, que fue rebautizada como Santa María y utilizada como nao capitana. Descubiertas las nuevas tierras, la Santa María se hundió y Colón le acusó de impericia; sin embargo, la Corona le indemnizó por la pérdida. En su segundo viaje (1493-1496) Colón volvió a contar con De la Cosa, esta vez con el cargo de piloto mayor y la misión de trazar el mapa de las tierras que visitaran. En este viaje, que partió de la bahía de Cádiz, De la Cosa navegaba a bordo de la carabela Santa Clara. Se descubrieron las islas Dominica, San Juan de Puerto Rico, Montserrat, Guadalupe y otras. De regreso a España estuvo recorriendo las costas del Cantábrico, para fijar poco después su residencia definitiva en el Puerto de Santa María. El tercer viaje (1499-1500) lo hizo en calidad de primer piloto de la expedición de Alonso de Ojeda, en la que participaba también Américo Vespucio. Desembarcaron en la isla Margarita y recorrieron el litoral de Venezuela desde Paria hasta el cabo de la Vela. De regreso a España realizó el primer mapamundi en el que aparecían las tierras descubiertas. En el cuarto viaje (1501-1502) partió como primer piloto de la flota mandada por Rodrigo de Bastidas. Recorrieron las costas de Tierra Firme, llegaron al golfo de Urabá, al puerto de Retrete y a Nombre de Dios, en el istmo de Panamá. De regreso a España, en 1502, por haber sido arrestado Bastidas, la reina Isabel premió sus servicios nombrándole alguacil mayor de Urabá, por Real Cédula de 2 de abril de 1503. En ese mismo año permaneció un breve tiempo encarcelado en Portugal, ante cuya corte presentó la reclamación española por la actuación de los barcos portugueses fuera de su demarcación. El quinto viaje (1504-1506) lo hizo al mando de una expedición de cuatro buques para vigilar las costas de tierra firme hasta el golfo de Urabá. Cumplió perfectamente su misión, evitando las incursiones portuguesas y estudiando con detalle aquellas costas. De regreso a España, en 1507, se le encargó la vigilancia de las costas españolas desde el cabo de San Vicente hasta Cádiz, para apresar cualquier navío portugués que volviera de América. Dicha misión no dio resultado.

    Rodrigo de Bastidas Últimos viajes:
    El sexto viaje (1507-1508) lo realizó con Bastidas. Viajaron a América para obtener beneficios, consiguiendo 300.000 maravedíes. A su vuelta, la reina Juana I la Loca le confirmó en su empleo de alguacil mayor de Urabá, a título hereditario. En 1509 emprendió el séptimo y último viaje, en el que encontró la muerte. Partió al mando de un navío y dos bergantines rumbo a Santo Domingo, al encuentro de Alonso de Ojeda, que había sido nombrado gobernador de la Nueva Andalucía. Tuvo que mediar como árbitro entre Ojeda y Diego de Nicuesa, que se disputaban los límites de sus gobiernos en tierra firme, aceptándose su propuesta de fijar como límites ambas orillas del río Grande del Darién. Inició una expedición de conquista con Ojeda, a quien propuso la fundación de una colonia en la costa del golfo de Urabá sin hostigar a una tribu asentada en el emplazamiento de la actual Cartagena de Indias. Ojeda, desoyendo el consejo, optó por atacar a los indios y se internó hasta una ranchería en la que se habían hecho fuertes y se defendieron con gran ferocidad, llegando a rodear a Ojeda, quien salvó su vida por la valiente intervención de De la Cosa, que cayó abatido por las flechas envenenadas de los indios. Poco después, Ojeda y Nicuesa vengaron su muerte con una feroz carga sobre la tribu, en la que centenares de indígenas fueron degollados. Su viuda recibió la generosa suma de 45.000 maravedíes, en reconocimiento a los servicios prestados por el esforzado marino. Se desconoce cuál fue la suerte de su hijo, que hubiera heredado el título de alguacil mayor de Urabá.

    Eminente cartógrafo:
    El nombre de Juan de la Cosa ha pasado a la posteridad sobre todo, por su Carta de Marear o Mapamundi realizado en el Puerto de Santa María en 1500, según figura en una inscripción de esta joya de la cartografía que se conserva en el Museo Naval de Madrid después de numerosos avatares, ya que, en principio, fue archivado en la Casa de Contratación de Sevilla de donde fue robada y posteriormente vendida al barón Walcknaer en 1832. A la muerte de éste fué subastado y adquirido por el gobierno español por 4.200 pesetas. El mapamundi está trazado en una hoja grande de pergamino de forma ovalada. Su gran mérito es el representar las Indias Occidentales en el momento en que fueron reconocidas. Es admirable la semejanza con la realidad del trazado de las Antillas y de tierra firme, desde el Amazonas hasta Panamá. Supone el reconocimiento de la independencia del Nuevo Mundo respecto de Asia, y representa el enlace entre la vieja tradición medieval de elaboración de portulanos y el nacimiento de la nueva cartografía. Se sabe que Juan de la Cosa elaboró otros mapas importantes, entre ellos los de la costa Cantábrica, pero no han llegado hasta nosotros. Portulano de Juan de la Cosa Los portulanos constituyeron, en la edad media, unas cartas marítimas fundamentales para la navegación. Reproducían, sobre pergaminos, los accidentes costeros y la ubicación de los puertos del mundo conocido, principalmente del Mediterráneo y de una parte del océano Atlántico. El marino y cartógrafo español Juan de la Cosa trazó varios de estos portulanos, a partir de sus viajes transoceánicos.

    Juan Díaz de Solís (1470-1516):
    Sin certeza de su fecha de nacimiento, se discute también si era sevillano de Lebrija o de origen portugués. Hasta 1505 trabajó al servicio del rey de Portugal como cartógrafo en la Casa da India. Junto a Vicente Yáñez Pinzón y a Américo Vespucio, participó en la Junta de Burgos (1508) que decidió el envío de una expedición que buscase el canal o el paso a través del istmo centroamericano, hacia las islas de la Especiería. Díaz de Solís junto con Vicente Yáñez Pinzón firmó la capitulación de este viaje que resultó un fracaso y regresó a España en 1509. En 1515, tras firmar una nueva capitulación para buscar un paso por el sur del continente, partió de Sanlúcar con tres naves, navegó las costas brasileñas y uruguayas hasta llegar al río de La Plata (febrero 1516) que llamó mar Dulce. Se adentró en su estuario hasta la isla de Martín García y continuó por las aguas del Paraná, que se llamó de Solís. Al desembarcar fueron atacados por los indios charrúas o guaraníes, que le dieron muerte. De regreso una de las naves naufragó frente a Brasil y sus sobrevivientes quedaron en la isla de Santa Catalina. Las otras dos regresarona España donde sus comandantes que el mar Dulce, por su extraordinaria anchura, podía ser el paso hacia el mar del sur. Magallanes saldría para confirmarlo en 1519 y convencido de que no podía serlo, exploraría todas las bahías hacia el sur hasta dar con el estrecho.

    Rodrigo de Triana (fl. finales s. XV principios s. XVI):
    Triana, Rodrigo de , marinero español, miembro del primer viaje americano de Cristóbal Colón. Conocido como Rodrigo de Triana, su verdadero nombre, al parecer, era el de Juan Rodríguez Bermejo, vecino de Los Molinos (Sevilla). Formó parte de la tripulación del primer viaje colombino a América, y su nombre ha pasado a la historia por ser el primero en divisar tierra desde su puesto de vigía en La Pinta, en la madrugada del 12 de octubre de 1492. Lo que Rodrigo había avistado era una pequeña isla del archipiélago de las Lucayas (Bahamas), cuyo nombre indígena era Guanahaní, a la que Colón llamó San Salvador. Rodrigo de Triana no pudo cobrar los 10.000 maravedíes de recompensa que habían prometido los Reyes Católicos al primero que divisara tierra, ya que Colón adujo haberla visto antes que él. En 1525, participó en la expedición de García Jofre de Loaisa a las Molucas.

    Diego Méndez (c.1472-1536):
    Navegante y conquistador español. Nació en Castilla, probablemente en Zamora, de donde era natural su padre, entre los años 1470 y 1475. De muy niño marchó con su padre a Portugal, a la casa del conde de Penamacor, que lo educó con sus hijos. En 1484 regresó a España con el conde y lo acompañó por Francia, Inglaterra, Flandes, Noruega y Dinamarca. En 1492 llegó a Barcelona donde permaneció hasta la muerte del conde en 1494. Entre 1502 y 1504 participó como escribano de la Armada, en el cuarto viaje de Cristóbal Colón. Cuando la expedición se encontraba en Jamaica rumbo a La Española encallaron en la actual bahía de Santa Ana. Colón propuso a Méndez que se aventurase en canoa a pasar a la isla Española para comprar una nao en la que pudieran seguir. Méndez realizó dos tentativas. En la primera, con una sola canoa, fracasó. Durante la segunda (1503) empleó dos canoas al mando de Méndez y Bartolomé Fiesco, cada una con seis españoles y diez indios. Después de 72 horas y haber recorrido unas 100 millas de mar recalaron en una isleta de La Española llamada Navasa. Fiesco quiso regresar a Jamaica pero no encontró a nadie dispuesto a repetir la hazaña. Méndez informó al gobernador Ovando, el cual lo recibió pero tardó incomprensiblemente varios meses antes de darle la licencia para que intentara rescatar a los que habían quedado en Jamaica. Un año más tarde, en 1504, Méndez pudo fletar un navío y acudió a salvarlos. Esta hazaña de la canoa fue tan señalada que mandó que se dibujara en la losa de su sepultura y en su escudo de armas. En 1508 fue armado caballero de las espuelas doradas por el rey Fernando el Católico, en la villa de Fuente de Cantos, Badajoz. En 1509 pasó a Indias como secretario y contador del segundo almirante Diego Colón, de quien recibiría al año siguiente una encomienda de 80 indios. También recibió indios en el repartimiento de 1514. Diego Méndez demostró siempre ser un fiel criado de la familia Colón. En 1517 casó con Francisca de Ribera que le dio dos hijos legítimos y ese mismo año visitó la corte de Carlos V en Flandes para tratar algunos asuntos colombinos. Finalmente, en 1522 alcanzó uno de sus sueños: ser alguacil mayor de La Española. Falleció el 8 de diciembre de 1536 en Valladolid.

    Alonso de Ojeda (c.1466-c.1515):Descubridor y conquistador español. Nacido en Cuenca entre 1466 y 1470, estuvo al servicio del duque de Medinaceli y fue protegido del obispo Juan Rodríguez de Fonseca, por cuya mediación logró embarcarse a finales de 1493 con Cristóbal Colón en su segundo viaje.

    isla de La Española En la isla de La Española:
    En la isla de Guadalupe, Colón le confió la búsqueda del veedor Diego Márquez que con otros compañeros se habían internado en la isla y no regresaban a la flota. Ya en la isla de La Española Colón le encargó dominar a uno de los señores más aguerridos y opuestos a los españoles, de origen caribe, que reinaba en la zona central de la isla y en las minas de Cibao: Caonabo. Ojeda, en un alarde de temeridad, logró presentarse en el lugar de Caonabo, ganar su confianza y apresarlo. Tomó parte igualmente en la batalla de la Vega Real, frente a un numeroso ejército de indios que fray Bartolomé de Las Casas cifró exageradamente en cien mil.
    Nuevos viajes a América:
    De regreso en España, asistió a una política de cambios y novedades en materia descubridora, que comenzó en 1499. Fruto de esta política fue la firma de una serie de capitulaciones (contratos con los reyes) en las que no se tenía en cuenta a Colón. Ojeda fue el primero en inaugurar lo que se ha dado en llamar 'viajes menores' o 'viajes andaluces'. La primera expedición de Ojeda, tras formar sociedad con Juan de la Cosa y Americo Vespuccio, zarpó del Puerto de Santa María el 18 de mayo de 1499. Siguieron la ruta del tercer viaje colombino: Trinidad, Margarita -costa de las Perlas-, Curaçao y península de Coquibacoa o Goajira. La expedición estaba de regreso en Cádiz un año después y resultó poco rentable. Para una segunda expedición a la misma zona, Ojeda firmó una nueva capitulación con los reyes el 8 de junio de 1501 y fue nombrado gobernador de Coquibacoa. Formó compañía con Juan de Vergara y García de Campos y fletaron cuatro carabelas. Partiendo del cabo Verde, llegó a la isla Margarita, y recorrió la costa de Curiana hasta llegar a Paraguana. Durante el viaje cometió algunos excesos con los portugueses y con los indios, hasta el punto de ser encarcelado. En 1504 quedó libre con la ayuda de Fonseca. En 1508 recibió el nombramiento de gobernador de Urabá. Partió de La Española al año siguiente pero volvió a fracasar. En esta expedición perdió la vida Juan de la Cosa en un enfrentamiento con los indios. Tras este fracaso, Ojeda volvió a Santo Domingo, donde murió.

    Diego de Nicuesa (fallecido en 1511):
    Conquistador y explorador español. Nacido en Baeza (Jaén), en el último tercio del siglo XV, pertenecía a una rica familia de hidalgos. El rey Fernando II el Católico le otorgó, en 1507, los territorios conocidos entonces como Tierra Firme o Darién. El 9 de junio de 1508, tras llegar a un acuerdo con el descubridor Alonso de Ojeda, firmó junto a éste, y con el Rey, una capitulación según la cual Nicuesa recibía los derechos descubridores sobre Veragua (desde el golfo de Urabá hasta las costas de Panamá), así como el cargo de gobernador, y Ojeda obtenía lo mismo sobre Urabá. Después de reunir su propia flota, llegaron a la isla de La Española, de la que Nicuesa zarpó el 20 de noviembre de 1509, ocho días después de que lo hubiera hecho Ojeda, rumbo a su gobernaduría en Tierra Firme. Desembarcó en el lugar en el cual se habría de fundar 24 años más tarde la ciudad de Cartagena, donde ayudó a Ojeda, acosado por los indios de la zona. Se dirigió hacia Panamá, primero en sus embarcaciones, y, más adelante, con la tripulación de una de ellas, a pie. A principios de 1510, llegó al istmo panameño, donde fundó Nombre de Dios. Desde allí, se dirigió a la ciudad de Santa María la Antigua del Darién, recién fundada en su jurisdicción por Martín Fernández de Enciso y Vasco Núñez de Balboa. Desposeído del mando por éste, Nicuesa fue enviado rumbo a La Española el 1 de marzo de 1511. Se supone que murió en el trayecto o al desembarcar en la isla.
    Extraído de: www.isoft.es/INEM350/Javi1/HOJASWEB/navegantes2.html

    Núñez de Balboa Vasco Núñez de Balboa (1475-1519):
    Navegante y conquistador español, descubridor del océano Pacífico. Se embarcó en el año 1500 para el Nuevo Mundo en la expedición de Rodrigo de Bastidas, con quien exploró las costas del caribe. A su regreso en 1502 pasó por Jamaica y se estableció en La Española. En 1510 se embarcó como polizón en uno de los barcos de la expedición que Martín Fernández de Enciso que intentaba llevar auxilios a su socio Alonso de Ojeda, en Nueva Andalucía, en la costa colombiana de Urabá. A su llegada, Enciso, a propuesta de Balboa, trasladó el emplazamiento a Darién, en la costa panameña. Aquí fundaron en 1510 el primer asentamiento estable que perduró en América, el municipio de Santa María la Antigua del Darién. En 1511 fue nombrado por el rey capitán y gobernador interino del Darién. En 1513 organizó la expedición que descubrió el Pacífico. En 1514 fue nombrado adelantado de la mar del Sur y gobernador de Panamá y Coiba. Entre 1517 y 1518 exploró el golfo de San Miguel. Tras la repoblación de la ciudad abandonada de Acla, Balboa se propuso continuar las exploraciones por el mar del Sur. Fue decapitado por orden de Pedro de Avila en 1519.

    Andrés de Urdaneta Andrés de Urdaneta (1508-1568):
    Navegante, militar, escritor y religioso español nacido en Villafranca (Actual Ordizia, Guipúzcoa). En 1525 embarcó en la expedición que al mando de García Jofre de Loaisa zarpó de La Coruña con ánimo de descubrir una ruta que, por Occidente, permitiera alcanzar las islas de las Especias (Molucas). Urdaneta residió en estas islas hasta 1536, y a su vuelta a España comunicó sus descubrimientos acerca del itinerario de las Molucas a través de Nueva España. Trasladado a este virreinato, rechazó el cargo de general de la Armada que iba a explorar las islas de Poniente, y en la ciudad, y en la ciudad de México tomó el hábito de San Agustín en 1553. Seis años más tarde y por encargo de Felipe II, tomó parte en la expedición a las Filipinas a las órdenes de Legazpi, a la que acudió con el título de protector de los indios y de prelado. Entre 1564 y 1565 visitó diversas islas con esta expedición, a la que aportó su experiencia y sus grandes conocimientos cosmográficos. Con el encargo de describir la ruta de regreso, volvió a Nueva España con la nave capitana, arribando a Acapulco el 30 de octubre de 1565. De regreso a España informó al monarca de los resultados de su misión, tras lo cual se retiró a un convento en México. Al morir dejó escritas unas valiosas relaciones de sus expediciones, con diversos comentarios acerca de los viajes que había realizado alrededor del mundo.

    (*)Tierra Firme:
    Nombre que recibió el territorio continental del sur de las Antillas descubierto por Colón en su tercer viaje a las Indias. Rodrigo de Bastidas generalizó el nombre a partir de 1502 y fijó su dependencia de la Audiencia de Panamá. Fue un punto clave en las rutas hacia el Perú. En 1508 se creó la gobernación de Tierra Firme, puesta bajo la dirección de Alonso de Ojeda. Fue objeto de numerosos ataques de la piratería. En 1751 quedó suprimida la Audiencia.

    * Desarrollo de la cartografía | Cartografía griega | El astrolabio
    * La expedición Malaspina | Ulloa | Jorge Juan

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  11. La geografía y la Biblia:
    Tras la caída del imperio romano desaparece el sistema de medición por coordenadas y la geografía matemática es sustituida por otra basada en expresiones de la Biblia, que induce a pensar que la Tierra es plana. Las zonas conocidas se habían logrado cartografiar con buen detalle con anterioridad y el retroceso técnico que se produce es considerable. Estos nuevos mapas basados en la Biblia y que que reflejan una concepción teológica del mundo, no tienen carácter científico aunque son obras de una gran belleza. La tradición cristiana, al querer someter la geografía al dogma, se vio en la obligación de localizar en los mapas cada uno de los parajes bíblicos que aparecían en las Sagradas Escrituras:

    * Miguel Angel. Capilla Sixtina el Paraíso Terrenal y sus alrededores,

    Según el Génesis el Edén era un paraíso terrestre creado por Dios para el hombre, donde vivían Adán y Eva en una dichosa inocencia. Tras cometer el pecado original Dios los expulsó y envió a sus querubines de modo que nadie pudiese disfrutar de los frutos del Arbol de la Vida y por tanto lograr la inmortalidad. La Biblia situaba el paraíso terrenal entre los ríos Eufrates y Tigris, de lo que se deduce que el legendario paraíso de los judíos tenía un origen mesopotámico. Estas ideas existían entre los sumerios y los babilonios. Según la epopeya del héroe asirio Gilgamesh, el paraíso se hallaba en Dilmun, en las islas Bahrein. En el Nuevo Testamento se describe como la morada de los bienaventurados en el cielo, donde vivirán los justos después del Juicio Final. Según el libro del Apocalipsis, cuando Dios triunfará sobre los poderes del demonio, el paraíso descenderá a la Tierra como una nueva Jerusalén.

    * la región de Tarsis,

    Nombre que aparece en la tradición bíblica y fenicia para designar el "País de las piedras preciosas", y, posteriormente, por extensión , el "País de los metales". La mención bíblica arranca de las relaciones entre hebreos y fenicios en tiempos de Salomón; ese nombre, que en época anterior se había aplicado a un lugar indeterminado del Mar Rojo, se utilizó desde entonces para el gran emporio occidental que los griegos llamaron Tartessos. Durante el reinado de Hiram I de Tiro, los fenicios organizaron expediciones regulares a Tarsis, que duraban tres años: el nombre de las "naves de Tarsis" quedó consagrado para las naves de gran autonomía. En ellas se transportaba oro, plata, estaño y hierro, añadiéndose en algunas menciones el marfil, cuya procedencia del Africa occidental parece segura. Pero la mayor riqueza de Tarsis era la plata, hasta el punto de que las numerosas importaciones en época de Hiram y Salomón, provocaron su devaluación en los mercados orientales.

    * la región de Ofir

    Región del mundo antiguo donde arribaban, desde el puerto de Eziongeber, en el Mar Rojo, los buques de Salomón y el rey de Tiro, Hiram, en busca de oro, marfil, y piedras y maderas preciosas. Se cree que es la actual Arabia Feliz o Yemen, o bien el país de Nova Sofala (Africa austral) o alguna región costera de la India.

    * el reino de Saba.

    En el Antiguo Testamento se alude frecuentemente a los sabeos como oriundos de Saba o Sheba, la cita más importante es la relativa a la visita de la reina de Saba a Salomón (I Sam.10) El pueblo sabeo alcanzó gran riqueza e importancia comercial como intermediario en el comercio entre Oriente y los países mediterráneos. Poseía múltiples colonias en el continente africano. Floreció especialmente entre los ss. XI y I a.de J.C.

    División según la mística del número tres:
    Quizá hay una idea dentro de este tema de la Ecumene antigua en que no se ha insistido bastante, y es su clásica división en tres partes correspondientes a los tres continentes entonces conocidos: Europa, Asia y Africa. Estos tres continentes formaban parte de la organización cualitativa y jerárquica de la Ecumene, en conformidad con la concepción mítico-religiosa de la época. Esta jerarquía se iniciaba en Dios con su división en tres personas, según el dogma de la Santísima Trinidad, y se extendía hasta el reparto geográfico del mundo en tres continentes, en una múltiple división tripartita conforme con el carácter simbólico y alegórico de una cosmovisión en que la religión lo era todo. En esa mística del número tres encontramos la explicación de la múltiple división a que estamos aludiendo: el reparto del mundo entre -los tres hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet; la adoración del Niño Dios por los tres Reyes Magos: Melchor, Gaspar y Baltasar, a quienes se consideraba embajadores de las tres partes del mundo y, por lo tanto, representantes de toda la Humanidad; sus dones -oro, incienso mirra- eran símbolos del ofrecimiento que se hacía a Dios a través de la representación de los tres continentes. Esta división tripartita caló muy profundamente durante el Medievo en toda la cultura occidental, desde la división cósmica del mundo de ultratumba en Cielo, Purgatorio e Infierno, hasta la organización antropológica del hombre en tres facultades: Memoria, Entendimiento y Voluntad, pasando por la concepción espiritual de las tres virtudes teologales: Fe, Esperanza y Caridad. (José Luis Abellán)

    Preste Juan:
    Un ejemplo de esa Europa medieval, crédula y religiosa, fue la leyenda del Preste Juan. Durante siglos, todos hablaban de él y nadie sabía si localizarlo en Asia, África o a caballo de uno y otro continente. Lo que se creía de este rey-sacerdote es que moraba en un lugar extenso y poblado de las Indias, que su poder era tal que había vencido al islam, que poseía inmensas riquezas y además era cristiano. Fue una idea viva con la que soñaron misioneros, caballeros y navegantes.

    José de Arimatea y el Santo Grial:
    Según la tradición el Grial fue robado por un criado de Pilatos, que lo usó para lavarse las manos ante la multitud, y luego entregado al acomodado judío José de Arimatea. Este era posiblemente miembro del Sanedrín y pidió el cuerpo de Jesús a Pilatos para enterrarlo en un sepulcro suyo que había hecho abrir en una peña (Mt. 27:60). Con el Grial recogió la sangre que fluía del cuerpo de Cristo crucificado. Una leyenda muy extendida durante la Edad Media pretendía que el Santo Grial fue llevado a Inglaterra por José de Arimatea cuando se estableció en Glastonbury alrededor del año 63, fundando la primera iglesia británica. Los poemas de Arturo lo representan trasladando el Santo Grial a Inglaterra. La búsqueda del Santo Grial constituye uno de los principales temas de la leyenda artúrica. Al tomar los cruzados Cesarea (1101), encontraron lo que ellos creyeron ser el verdadero Grial: un plato hecho de un gran esmeralda, conservado en la catedral de San Lorenzo de Génova. Según otra leyenda el Grial fue traído del cielo por unos ángeles y confiado a un grupo de caballeros que lo guardaban celosamente en la cima de una montaña. Era invisible para todos menos para los inmaculadamente castos.

    En busca del Santo Grial:
    En el núcleo de la leyenda del rey Arturo está la búsqueda del Santo Grial, la copa en que bebió Jesús en la última cena y que supuestamente poseía milagrosos poderes curativos y regenerativos. Junto con la lanza usada por un soldado romano para herir el costado de Jesús crucificado, la copa fue dada a José de Arimatea, cuyos descendientes la trajeron a Inglaterra. Según la leyenda, uno de estos guardianes de las santas reliquias olvidó su voto sagrado y miró lascivamente a una mujer peregrina, por lo que la lanza cayó sobre él, provocándole una herida que no sanaría. Fue entonces cuando desapareció el Grial. Merlín envió un mensaje a Camelot, instruyendo a Arturo para iniciar la búsqueda de la copa perdida. Insinuó que pronto aparecería el caballero destinado a hallarla, Arturo y sus caballeros se reunieron en la mesa redonda en vísperas de la vigilia de Pentecostés, cuando un rayo y relámpagos anunciaron una visión del Santo Grial: estaba cubierto por una rica tela blanca mientras flotaba por el salón. Poco después, un anciano propuso a un candidato para el único lugar que en ese rnornento se encontraba desocupado de la mesa redonda: sir Galahad, hijo de Lancelot. Durante la búsqueda del Grial, los caballeros de la mesa redonda pasaron por muchas aventuras y rnuchas veces se les desafió a sacrificarse de modos que excedian sus posibilidades. Pero Lancelot fue finalmente rechazado por no poder olvidar su pasión prohibida hacia la reina Guinevere. Tal y como lo predijo Merlín, fue sir Galahad quien tuvo la fortuna de descubrir el Grial y tomar de él los sacramentos. Arrodillándose ante él, el joven caballero supo que había concluido la misión de su vida. Su alma fue llevada al cielo y su cuerpo yació muerto ante el altar. Dos años después de partir, los caballeros regresaron a Camelot para referir al rey su búsqueda y las aventuras que ocurrieron. La magia y la fantasía llenan de un color inconfundible la belleza de las legendarias aventuras. En otra versión de la historia, es sir Percival quien cumple la misión. Encuentra el vaso sagrado en el castillo de Monsalvat, en los Pirineos españoles, vigilado por Amfortas, rey de los caballeros del Santo Grial. Pero un hechicero ha herido a Arnfortas con la lanza de la crucifixión y el rey yace moribundo, rechazando los sacramentos de la Eucaristia debido a que sus pecados no han sido perdonados. Sólo cuando Percival cura la herida tocándola con la lanza, el Santo Grial aparece en el altar.
    (Extraído de: www.geocities.com/Augusta/5130/arturo.htm)

    Una de las tradiciones míticas más importantes del Medievo español está en relación con la leyenda del Santo Grial, de origen iranio, pero introducida en toda Europa a partir del siglo XII. El argumento, muy simplificado, es que Parsifal, rey del templo del Santo Grial, donde se guarda la copa con la sangre que José de Arimatea recogió del costado de Cristo rasgado por la lanza, falta al juramento de su Orden, seducido por los encantos de Elsa, y pierde el tesoro cuya custodia tiene encomendada. El hijo de Parsifal, Lohengrin, se encargará de rescatar este tesoro, para lo que permanecerá incólume a toda clase de tentaciones. Hay una enorme variedad de tradiciones y desarrollos de esta leyenda, que tuvo una impresionante penetración en las capas populares de la Edad Media. El fondo crítico de la leyenda aparece en cualquiera de las versiones, sobre todo en las que giran en torno a las hazañas del rey Artús y los caballeros de la Tabla Redonda. El profundo simbolismo de las múltiples leyendas gira casi siempre en torno al Santo Grial, expresión de la pureza, fuente de toda sabiduría y de todo bien espiritual. Un detalle que no carece de significación para nosotros es que el templo del Santo Grial se situaba en los "confines de España". (José Luis Abellán)

    La reina de Saba. Piero Salomón y la reina de Saba:
    Salomón (970-936 a.C.) fue el segundo hijo de David y Betsabé y tercer rey de Israel. Era una personalidad influyente, yerno del faraón egipcio Psusennes II y amigo del rey fenicio Hiram de Tiro. Su activa política exterior se basó en concertar tratados con sus vecinos para preservar la paz e impulsar el comercio. Llegó a almacenar riquezas fabulosas. Llevó a cabo el proyecto de su padre de construir un templo. Sus operaciones militares fueron sobre todo defensivas, fortificando ciudades y reforzando el ejército. Su famosa sabiduría consistía en un gran sentido común con grandes dotes de comerciante, estadista y guerrero. Esta fama creció después de su muerte cuando siglos después fue admirado por musulmanes y judíos por igual. Se le atribuye la autoría del Cantar de los Cantares, El Eclesiastés y algunos Salmos. Su reino fue desmembrado tras su muerte (936 a.C.). Con el incesante crecimiento de su harén, oficiales y servidores, su gobierno degeneró en la explotación y la esclavitud de sus súbditos.
    La reina de Saba:
    Ignoramos si realmente existió la reina Balquis de Saba que se entrevistó en Jerusalén con el rey Salomón.

    Beduinos y comerciantes árabes llevaban incienso y mercancías preciosas con destino al Mediterráneo por una importante ruta que terminaba en Palestina. Y vino a Jerusalén con camellos cargados de especias y mucho oro y piedras preciosas y se presentó a Salomón y le habló de todo lo que se había propuesto decirle.(Primer Libro de los Reyes).

    Es muy posible que la reina de Saba no se limitara a plantear acertijos al monarca judaico, sino que es probable que tuvieran una animada conversación política. Y los presentes que le hizo de oro y especias raras fueron menos un premio a su "sabiduría y su excelencia" que la compensación de unas concesiones políticocomerciales que Israel hizo a los sabeos. Las fuentes históricas abisinias indican cosas completamente distintas: el contacto entre Salomón y la reina de Saba resultó un idilio. En el siglo XIV d. J.C. nació en Abisinia una novela fabulosa que lleva el título Kebra Nagast ("La magnificencia de los reyes") y que se basa probablemente en antiguas tradiciones populares. En Abisinia, la citada novela es considerada todavía una fuente histórica de primerísima calidad., y lo que en ella se dice acerca del rey judaico y de la reina Balquis, es dogma de estado indiscutible. La reina Balquis, según sostiene el Kebra Nagast, de su viaje a Jerusalén no sólo se llevó es testimonio de la sabiduría de Salomón, sino también el de su virilidad: dio a luz un hijo de Salomón, al que puso el nombre de David y que más tarde, bajo el nombre de Menelik I, había de fundar la dinastía "salomónica" de Abisinia, actualmente reinante. (Wendt)

    El Templo de Salomón en Jerusalén:
    El pueblo de Israel huyó de Egipto después de sufrir la persecución, la semi-esclavitud y el trabajo forzado. Se asentó en Palestina y con un esfuerzo militar durísimo y prolongado llegó a imponerse a filisteos (palestinos) y jebuseos. Salomón fundó su capital en una ciudadela jebusea a la que llamó Yerushalayim (Ciudad de la Paz). Para señalar el fin del nomadismo y remarcar el carácter teocrático del pueblo de Israel el rey David mandó construir un gran templo. Su hijo Salomón pagaba siete mil toneladas de trigo y siete mil hectólitros de vino al año a Hiram a cambio de madera de cedro, arquitectos, especialistas y albañiles. La cortina que separaba el Sancta Sanctorum del santuario era de púrpura y oro. El Arca de la Alianza estaba rematada por dos gigantescas estatuas en forma de querubín de casi cinco metros de altura. En el año 586 a de C. Nabucodonosor de Babilonia arrasó Israel, saqueó e incendió el Templo y deportó a los habitantes de Jerusalén a Mesopotamia. Según la tradición el Arca de la Alianza no fue profanada porque el profeta Jeremías la ocultó en el lugar donde permanece perdida desde entonces. Sesenta años después Zorobabel con la ayuda del rey persa Ciro (el destructor de Babilonia) reconstruyó el Templo, que volvió a ser saqueado. Herodes el Grande, en la época de Jesús no había terminado la restauración promovida principalmente por Judas Macabeo dos siglos antes. En el año 70 de nuestra era, Tito, hijo del emperador Vespasiano destruyó el templo hasta sus cimientos durante una sangrienta represión. 62 años más tarde, tras la revuelta de Bar Kokheba, Jerusalén perdió su población y su nombre. Los árabes conquistaron Jerusalén en el año 638 y construyeron sobre el Templo la mezquita de Omar (Al-Aqsa). El bien más precioso del estado de Israel, unas desgastadas piedras donde se llora la libertad perdida, es lo único que se conserva del Templo.

    La defensa del geocentrismo por la iglesia:
    Copérnico retrasa hasta 1543 la publicación de su obra De revolutionibus orbium caelestium, temeroso de la censura eclesiástica. La teoría del doble movimiento de la tierra fue considerada herética y su obra fundamental prohibida. En 1600 la Inquisición romana condena a Giordano Bruno. Uno de los cargos es el de difundir que los mundos son infinitos y que la Tierra no es el centro del Universo. Las autoridades eclesiásticas defendían la concepción aristotélica-ptolemaica. La teoría de los cuatro elementos y la teoría de los lugares naturales es la única aceptada.

    Entonces Josué habló a Jehová entregó a los amorreos ante los hijos de Israel, y dijo en presencia de los israelitas: ¡Sol, detente sobre Gabaón; y tú Luna, sobre el valle de Ajalón¡ Y el Sol se detuvo y la Luna se paró, hasta que el pueblo se hubo vengado de sus enemigos. El Sol se detuvo en medio del cielo, y no se apresuró a ponerse casi un día entero.

    Defender la tesis de que el sol está inmóvil y la Tierra gira alrededor de él es ir en contra de lo revelado por Dios. Galileo mantiene que además del Libro Sagrado, obra literaria que utiliza metáforas, está el Libro de la Naturaleza, creado también por Dios. En 1615 es acusado formalmente ante un tribunal de la Inquisición. Es obligado a abandonar la defensa de las teorías copernicanas y se le prohibe su defensa o enseñanza. Los libros de Copérnico son incluidos en el índice de Libros Prohibidos y se declara que el sol está en el centro del Mundo y que la Tierra no lo sea y que no esté inmóvil es una teoría absurda en filosofía y herética en cuanto a la verdad teológica.

    El Génesis contiene numerosas historias, incluyendo dos versiones y media de cómo se creó el universo. En ellas se nos dice que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, y que se nos ordenó "dominar" la Tierra y todas sus criaturas. Pero yo estoy convencido de que fuimos nosotros los que creamos a Dios a nuestra imagen y semejanza, y no al revés... En la actualidad ya no leemos el Génesis en busca de información exacta sobre la historia del cosmos y de la vida sobre la Tierra. Pero deberíamos leerlo con atención para saber lo que pensaban sobre la naturaleza humana algunos de aquellos sabios ancestrales, hace tantos miles de años. Porque el Génesis encierra una verdad fundamental: el reconocimiento de que los seres humanos han alterado su posición en el mundo natural. (Niles Eldredge)

    La Biblia y la tradición católica:
    El contenido doctrinal de la Iglesia no está limitado a la palabra escrita de los libros bíblicos del Antiguo y Nuevo Testamento, libros sagrados e inspirados por Dios como fuente infalible de la verdad revelada. La voz que reconoce en ellos tal virtud es la de la propia Iglesia, que habla en nombre de Cristo, su cabeza. Los libros del Antiguo Testamento nacieron, por así decirlo, en las entrañas de la misma Iglesia y fueron confiados por el Espíritu Santo y sus coautores humanos a la voz viviente de la Iglesia para su presentación e interpretación. Que la Iglesia esconde la Biblia a sus miembros es pura calumnia; lo que hace es salvaguardarlos de todo error en el uso de la misma (II Pet. 3:15-16) con la gracia del espíritu Santo que vive en ella y, por tanto, en todo aquel que se halle en comunión con ella. Otra fuente doctrinal es la "tradición" católica. Al hablar la Iglesia con la voz viviente del Cristo místico, cuanto ella ha enseñado en todo momento y lugar desde su fundación constituye la doctrina de Cristo. Tal doctrina no deja de ser divinamente verdadera, aunque no esté expresada directa o plenamente en las palabras de la Biblia. Un particular ejemplo de esta doctrina puede apreciarse hoy estudiando las actas, decretos, oraciones y prácticas nacidas en el seno de la Iglesia al recorrer de los siglos y las enseñanzas de los obispos del mundo entero. Una verdad que constituye parte indubitable de la tradición católica puede ser declarada oficialmente por el papa o un concilio general como parte obligatoria de fe que han de acatar todos los miembros de la Iglesia. Toda doctrina así declarada recibe el nombre de dogma de fe, bien tenga por fuente la Biblia, la tradición o ambas. Un sumario autorizado de los fundamentos de la doctrina católica se denomina credo; entre los más conocidos figuran el llamado Credo de los Apóstoles y el Credo Niceno.

    * Esfericidad de la Tierra | Fósiles marinos y el diluvio
    * Mitos sobre la creación de las islas | Quotations: The Bible and the sea

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  12. Vida a bordo:
    Objetivo:El principal objetivo de la navegación durante el siglo XV era llegar a las Indias occidentales por las grandes riquezas existentes en ese territorio y el comercio de especias. Sevilla era llave de las Indias: Regulaba los viajes mediante la Casa de Contratación. Se armaban flotas regulares, destinadas al comercio y expediciones descubridoras.
    Los marineros tenían que ser castellanos y cristianos viejos (no reconvertidos). Los pasajeros seleccionados por la Casa de Contratación debían reunir estas características:

    * Reputación intachable
    * Probados sentimientos religiosos
    * Excluye a los conversos y musulmanes.
    * Se imponían severas penas por embarcar sin autorización.

    Tripulantes:
    En el S.XVI la tripulación mínima para un navío de 100 Tm eran 31 personas.

    * Primer viaje de Colón (expedición reducida), 6 de cada 10 tripulantes eran profesionales.
    * Segundo viaje de Colón -17 navíos, Cádiz (1493).- 500 marineros, 700 pasajeros y 300 imprevistos.

    Ej. expedición de Magallanes (1520) - 1ª vuelta al mundo. 265 embarcados y 125 expertos.

    * Capitán
    * Pilotos
    * Maestres y contramaestres (distribuyen el trabajo a la orden de los anteriores)
    * Alguaciles (orden)
    * Cirujanos y barberos (atención médica)
    * Despenseros (despensa)
    * Carpinteros y calafates (calafatear el casco del navío)
    * Toneleros
    * Marineros
    * Grumetes(47) - entre 18 -20 años. Pajes. Entre 13 y 18 (criados, aprendices)
    * Lombarderos (artillería)
    * Criados (de capitanes y gente rica)
    * Sobresalientes (combate)
    * 4 Clérigos
    * Merinos (oficiales del rey)
    * Armeros (armas)
    * Herreros
    * Lenguaraz (intérprete)
    * Contador (impuestos)

    Si no se encontraban bastantes tripulantes llevaban forzosos.

    Provisiones:
    Los viajeros se ocupaban de su mantenimiento. Sólo se les facilitaba agua racionada por persona. Llevaban su propia comida, mantas, ropa... Solían llevar jaulas de animales, que utilizaban para la compra, venta y trueque. Al llegan al barco, se situaban en los pocos espacios que quedaban libres. Cada uno debía defender su sitio frente a los demás. El poco espacio estaba lleno de piojos y cucarachas. La tripulación tenía una ración diaria, que consistía en:

    * 1,5-2 libras de bizcocho o galleta.
    * 1 litro de agua.
    * 1/2-1 libra de tasajo o carne salada
    * 3/4 l de vino
    * 1/4 libra de arroz o legumbres
    * 1 galón de cerveza a la semana
    * 50 g de vinagre - Ron
    * 1/4 l de aceite

    La bebida consistía un problema, ya que el agua no se conservaba durante mucho tiempo, volviéndose verde y viscosa. La comida con exceso de salazón producía más sed.
    También se llevaban: ajos, almendras, azúcar, carne de membrillo, ciruelas, pasas, harina, higos, miel, pescado seco, sardina blanca (pescar), tocino, vacas.
    Suben a bordo alimentos y objetos que permitan la conquista, el comercio o el asentamiento:

    * Armas (protecciones, municiones, lombardas, pólvora)
    * Instrumentos náuticos (relojes de arena, cartas de marear, libros en blanco, astrolabio, rosas de mar).
    * Mercancías para el rescate (paños de colores, peines, cascabeles, cuchillos, tijeras, espejos, cristales de colores...)
    * Y útiles varios (ollas, calderos, escudillas, hierro en barras, anzuelos, leña, esteras, sacos de cáñamo, sierras, medicinas, banderas...)

    Según todo lo expuesto, es fácil deducir el alto coste de las expediciones. La gente de tierra, se aburría por hacinamiento.

    Día a bordo:
    Los marineros se desperezan, estiran la ropa, se lavan la cara y manos: han dormido en distintos rincones. Si la noche hubiera sido de tempestad, habrían estado sin dormir. Una de las primeras tareas: evaporado el rocío comprueban las velas y achican el agua: carpinteros y calafates. *Tareas habituales: mantener las cubiertas limpias, reparar e izar las velas cuando fuera preciso, atar cabos, arreglar cuerdas y velas, trepar por los palos, hacer cuerdas nuevas, remendar redes, revisar los aparejos, chapuzas y reparaciones.

    Equipaje:
    Era escaso, así como la indumentaria, que era diferentes entre ellos. Sobre todo de lana, y como rara vez se bañan, había tufo en el barco.

    Higiene:
    La higiene era muy escasa, pero no inferior a la de la época. Se bañaban en el mar en época de calmas, pero como eran malos nadadores, hacían esto en pocas ocasiones. Para satisfacer las necesidades naturales, se utilizaba un procedimiento sencillo y poco discreto: "Los jardines"

    Comida:
    Desayuno: pan, ajos, queso El almuerzo era la única comida caliente. Se encargaban cocineros profesionales. Con el paso del tiempo se añade a la dieta la yuca. Los oficiales poseían una despensa propia. Las frutas y verduras se consumían sólo los primeros días, lo que ocasionaba diversos problemas de salud.

    Las pocas distracciones:
    Por la tarde, el marinero está más relajado. Se dedica a pescar, charlar, añorar, cantar, quitarse mutuamente los piojos... Se celebran las fiestas religiosas y los aniversarios de reyes e infantes. Se narraban numerosas aventuras.

    Enfermedades:
    La mayor preocupación consistía en disponer de comida suficiente para todo el viaje, por lo que embarcaban alimentos de sobra. En la ruta habitual de Las Indias, incluso cuando había temporales y se desviaban, no faltaban alimentos. Pero, en los viajes de exploración por tierra o incluso grandes temporales y accidentes, se pasaba hambre y sed, produciendo enfermedades como:
    escorbuto: se producía por la falta de vitamina C, ya que pasaban meses sin tomar frutas y verduras. No se habían descubierto las vitaminas ni su papel esencial. Esta enfermedad provocaba grandes sufrimientos y la muerte en muchas ocasiones. En 1795 se encuentra el remedio, que consistía en repartir regularmente jugo de lima a los tripulantes. Enfermedades profesionales: Artritis y reuma. Se contraían a través de las ropas mojadas. La comida y bebida en malas condiciones producía el tifus, que era propagado por gusanos que prosperaban en cuerpos de escasa higiene y ropas sucias.
    Transmisión sexual: Sífilis: Su origen probablemente estaba en América. Los conocimientos médicos de la época eran escasos. El boticario y el barbero eran los encargados de paliar esas infecciones como podían.

    Cuidado del alma:
    Tan importante era el cuidado del alma como el del cuerpo. Rezaban oraciones dos veces al día: antes del desayuno y la cena. La asistencia era obligatoria, y como castigo a los que no asistían se les cancelaba la ración diaria de bebida alcohólica.
    Autores: Javier Crespo Expósito y Lucía Fernández Díaz
    Proyecto Nereida - abril 1999 | Extraído de: nti.educa.rcanaria.es

    * Higiene y alimentación

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  13. William Kidd (Greenock 1645-Londres 1701):
    Nació en Escocia alrededor de 1645, posiblemente en Greenock. Se hizo a la mar siendo un muchacho y emigró a América. En la década posterior a 1690 vivía en Nueva York. Poseía su propio barco mercante y en 1689 se distinguió como capitán al servicio del rey contra Francia en las Indias Occidentales. Prosperó y quedó bien situado casándose con una viuda inglesa, Sarah Oort, que poseía propiedades heredadas de sus dos anteriores maridos. Se introdujo en política y conoció al coronel Benjamen Fletcher, gobernador de Nueva York, conocido por sus tratos comerciales con piratas. Para terminar con la piratería en la costa, el rey nombró gobernador al conde de Bellmont. El capitán Kidd se encontraba en Londres en 1695 con su sloop Antegoa. El neoyorquino Robert Livingston le propuso el negocio de capturar piratas y sus botines. Lord Bellmont, que se encontraba en su residencia de Londres, les presentó a personas influyentes que pudieran financiar la empresa. Así entraron en contacto con amigos cercanos del rey, Sir John Sommers, el Lord canciller duque de Shresbury, el secretario de estado Sir Edward Russell, Lord Oxford, el conde de Rommey. Los bienes capturados serían divididos y un 10 por ciento era para la Corona, un 60 por ciento para los financieros de Bellmont y el restante 15 por ciento para Livingston y Kidd. Se le suministró una patente de corso autorizándolo a capturar bienes pertenecientes a los enemigos franceses. También la corona le encomendó la misión de apresar piratas, barcos y mercancías con la advertencia de no molestar a amigos y aliados. William Kidd trató de abandonar la empresa en sus comienzos pero fue presionado por sus influyentes financieros, quienes prometieron respaldarlo. Kidd tuvo que vender su barco para aportar su parte de los gastos y comenzó su empresa a bordo del barco the Adventure Galley. Tomó como tripulación a hombres con familia como precaución para que no tuvieran la tentación de dedicarse a la piratería. Su primer incidente desafortunado sucedió cuando omitió saludar a un barco de la Marina que hizo fuego para que mostraran respeto. Sus hombres respondieron mostrando el trasero con el resultado de que fueron abordados y la Marina sustituyó a su tripulación por hombres rechazados para el servicio. Regresó a Nueva York y reclutó el resto de su tripulación entre hombres en situación desesperada. Después de un año en el mar no habían conseguido ni una presa y la tripulación comenzó a especular con dedicarse a la piratería. En abril de 1697 ancló en el mar Rojo aguardando el paso de un barco francés o pirata. Tras una espera de tres semanas atacaron un barco mercante moro. El barco "Spectre", al mando del capitán Barlow, que hacía de escolta a la flota del mercante, hizó el pabellón inglés y disparó sobre el Adventure Galley. Cuando Edward Barlow llegó a Karwar el 14 de octubre describió a Kidd en su informe como convertido en pirata. En noviembre Kidd tuvo que amenazar a su tripulación para evitar un motín. Había aparecido un mercante con bandera inglesa que deseaban abordar. En un enfrentamiento con William Moore, Kidd le golpeó con un cubo en la cabeza y murió al día siguiente. El primer botín logrado dos años después fue el barco árabe Maiden al que renombraron November. Kidd pensaba que había obrado dentro de la ley porque el capitán holandés había mostrado pases franceses. Después de la Navidad de 1697 capturaron un barco árabe que había partido de Malabar y un barco portugués con productos de las Indias Orientales. El 30 de enero de 1698 capturaron el Quedah Merchant capitaneado por un inglés llamado Wright. Mostrando bandera francesa abordaron la presa que les mostró pases franceses. La tripulación se negó a devolver el barco cuando se descubrió su verdadera identidad. Trece miembros de la tripulación desertaron en Culliford, incuído Robert Bradinham y Joseph Palmer, quien testificó contra Kidd en su juicio. Su tripulación quemó el November y encerraron a Kidd en su camarote. Tras la rendición de Kidd, vaciaron el Adventure Galley que presentaba peligrosas vías de agua, permanecieron en el Quedah Merchant, reclutaron una nueva tripulación y regresaron a casa con el botín. Una flota inglesa había sido enviada para su captura. Un perdón fue ofrecido a todos los piratas excepto a Kidd y otros dos. Después de tres años en el mar, regresó con su mujer e hijas y el gobernador Bellmont lo arrestó y encerró en la prisión de Stone. En marzo de 1701 compareció ante la Cámara de los Comunes que recomendó que fuera llevado a juicio el 8 de mayo. No le fue permitido declarar en su favor. La primera sentencia recibida fue la de culpable del asesinato de William Moore por lo que no fue sentenciado por piratería. Fue condenado a ser colgado y su cuerpo permaneció de la misma forma en el Támesis como advertencia a los piratas.

    Bartholomew Roberts (Gales 1682-1722):
    Su verdadero nombre era John Roberts y fue conocido con el sobrenombre de Black Bart". Fue el pirata de más éxito. Era alto, bien parecido y elegantemente vestido. Sólo bebía té. En junio de 1719 el barco en que viajaba fue capturado en Gahna por Howell Davis, a quien se unió y a quien sucedió por elección como capitán cuando Davis cayó muerto por el gobernador de isla Príncipe. En 1720 capturó al gobernador de Martinica y lo colgó del mástil. La bandera que eligió lo muestra vengándose de las islas de Barbados y Martinica. Su carrera solamente pudo durar cuatro años y terminó por un balazo que recibió en el cuello de un soldado inglés en un enfrentamiento que tuvo lugar el 10 de febrero de 1722. Su tripulación arrojó su cuerpo al mar antes de rendirse para impedir que cayera en manos de los británicos.

    El pirata Barbanegra ("Blackbeard". Bristol 1680-1718):
    Fue quizás el más famoso de los piratas. Su verdadero nombre era Edward Drummond y usaba el nombre de Edward Teach antes de dedicarse a la piratería. Su barco "Queen Anne´s Revenge" fue tomado a los franceses. Llevaba una enorme barba negra adornada con cintas. Antes de una batalla ató mechas lentas a su sombrero que dejaban una estela de humo negro. Trataba a los prisioneros salvajemente. Su actividad duró solamente dos años. En 1718 el gobernador de Virginia ofreció una recompensa por él vivo o muerto. El teniente Robert Maynard de la Royal Navy, lo persiguió con dos barcos y lucharon mano a mano sobre cubierta. Murió con veinte heridas de machete y cinco disparos de pistola. Maynard le cortó la cabeza, la colgó en su barco y regresó a por la recompensa.

    William Dampier (1652-1715):
    Aventurero y escritor inglés. Corsario, explorador y bucanero, tomó parte en numerosas travesías de carácter privado a las posesiones españolas en Centroamérica, Australia y las Indias Orientales. Hijo de un granjero de Somerset, se enroló a los 17 años en un buque mercante. En 1673 entró en la Royal Navy con la ayuda de sus conocimientos de navegación. A bordo del Royal Prince combatió contra los holandeses. Partió para Jamaica en 1674, ejerció diversos trabajos duros y volvió a Inglaterra donde se casó. De 1679 a 1681 formó parte de la tripulación del bucanero Bartholomew Sharp, que abordó gran número de barcos españoles y saqueó muchas poblaciones incluyendo Portobelo. En la costa de Chile capturarom al San Pedro con una rica carga de vino, pólvora y 37.000 reales de a ocho. La entrega de unas cartas de navegación que contenían importante información proporcionó a los hombres de Sharp el perdón de Carlos II. En 1683 embarca con el bucanero John Cook en un viaje de dos años. Desembarca en Panamá y se une a la expedición del capitán Swan a Filipinas, China y Australia. En 1700 embarca al mando del HMS Roebuck, es procesado por su hundimiento y declarado incompetente. En 1703 se le puso al frente de una nueva expedición a bordo del St George y del Cinque Ports. Por su enfrentamiento con el capitán del Cinque Ports Alexander Selkirk fue abandonado en la isla de Juan Fernández, de donde fue rescatado después de permanecer solo desde 1704 hasta 1709. En este hecho de basó Dafoe para escribir su Robinson Crusoe. En 1697 escribió su New Voyage Round the World, y en años posteriores publicó otros vívidos relatos de viajes como Voyage to New Holland (1709).

    defensas Ataques de piratas británicos a las colonias españolas (Marqués de Lozoya):
    Las expediciones inglesas constituyen una página gloriosa en la historia de la navegación y preparan el predominio británico en los mares. El héroe admirado y temido de los españoles es Francis Drake, el lugarteniente de Hawkins en San Juan de Ulúa. Había nacido en Tavistock, en el condado de Devon, hacia 1540, a lo que se dice en la cala de un navío. Después de la derrota de John Hawkins en San Juan de Ulúa, había concebido contra los españoles un odio terrible, que con la codicia fue el móvil de toda su vida. No tuvo España enemigo más tenaz, más peligroso y más inteligente. No nos es posible señalar sino un resumen muy somero de sus ataques al Imperio español. En 1572 saqueó a Nombre de Dios, en el Atlántico, llave del istmo de Panamá y lugar de concentración de los tesoros que del Perú venían a España; atravesó el istmo y dio vista al Pacífico. Aún más atrevido fue el viaje efectuado en 1577. Pasó el estrecho de Magallanes, saqueó a Valparaíso y Arica, y en el Callao, el puerto de Lima, se apoderó de un galeón cargado de oro. Prosiguió el viaje por el Pacífico, hacia el Norte, saqueando ciudades y apresando navíos hasta la bahía de San Francisco, y luego regresó dando la vuelta al mundo por el océano Indico y por el Atlántico. El 3 de noviembre de 1580 llegaba a Plymouth. Como navegación, la de Drake sólo tiene rival en la de Magallanes y Elcano. A pesar de las protestas del embajador de España, don Bernardino de Mendoza, y de los temores de los que recelaban de la reacción del coloso español ante la afrenta, la reina Isabel armó caballero al genial marino y concurrió a una fiesta a bordo de su nave en Doptford. A la benevolencia de la reina contribuyó, sin duda, la magnitud del negocio realizado. Según un autor del siglo XVII, Gewes Roberts, que aseguraba haber visto papeles de Drake, el viaje produjo a cada uno de los accionistas 47 libras esterlinas por cada libra invertida. El ataque de sir Francis contra las posiciones españolas del Nuevo Mundo en 1585 fue terrible. Saqueó las ciudades de Santo Domingo y de Cartagena de Indias y destruyó la colonia de San Agustín, en la Florida. La última expedición del gran corsario en 1594, la más poderosa y mejor armada, fue, en cambio, la más desdichada. Los colonos españoles habían aprendido a defenderse y la construcción de fortificaciones hacía grandes progresos. La poderosa armada, en la cual iba el viejo John Hawkins, fue rechazada en el puerto de Las Palmas de Gran Canaria (27 de septiembre), en Puerto Rico (12 de noviembre) y en Portobelo. Enfrente de esta plaza murió el gran almirante el 9 de enero de 1595. Había llegado a producir en las provincias ultramarinas de España verdadero terror. Lope de Vega se inspiró en sus hazañas para su poema La Dragontea. Francisco Caro de Torres, en su Relación de los servicios de don Alonso de Sotomayor (Madrid 1620), reconoce la grandeza del mayor enemigo que ha tenido el nombre de España.

    "Fue uno de los señalados hombres que ha habido en el mundo de su profesión, pues, después de Magallanes, fue el segundo que lo rodeó."

    Y, en efecto, sir Francis Drake, no contento con haber robado tantas alhajas de las iglesias y tanto oro de los galeones, quiso robar a los españoles la gloria de la hazaña y adoptó en su nuevo blasón de armas la misma divisa de Elcano: un globo con la leyenda Primum circumdedisti me.

    Cavendish Numerosos imitadores prueban fortuna:
    Innumerables marinos ingleses, estimulados por la fabulosa ganancia, siguieron el ejemplo de John Hawkins y de Drake. En 1578, William Parker saqueó las costas de La Española y de Honduras; en 1586, Thomas Cavendish, siguiendo el itinerario de sir Francis, asaltó varios poblados en la costa del Perú y volvió a Inglaterra por el cabo de Buena Esperanza. En una segunda expedición pasó otra vez el estrecho de Magallanes, pero la escasa moral de su marinería le obligó a regresar y murió en el Atlántico, frente a Pernambuco (1591-1592). Otro corsario, Edward Felton, aparecía por este tiempo en aguas del río de La Plata. En 1586, John Oxenham, desde Jamaica, llegaba al Darién y, atravesando el istmo, conseguía en la isla de las Perlas un copioso botín. De 1593 a 1594 tuvo lugar el periplo de Richard Hawkins, hijo de John y nieto de William, por la costa de Chile. En las postrimerías del reinado de Felipe II iniciaba sir Walter Raleigh sus famosas expediciones por la Guayana en busca de El Dorado, y los piratas Clifford y Grenville aterrorizaban a las colonias del mar Caribe. (Marqués de Lozoya)

    * Mujeres piratas | Sir Francis Drake (1543-1596) | Sir Richard Grenville (1541-1591)

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  14. Tráfico de esclavos para la América española:
    El tráfico de esclavos en Africa, que primero habían dominado los árabes para vender su mercancía en los mercados mediterráneos, comenzó a caer bajo el control de los europeos durante el s. XV.

    Empleo de esclavos en América:
    Como mano de obra más apta se utilizó en toda América al negro esclavo. España fue la que menos se dedicó al tráfico negrero, limitándose a conceder licencias de entrada, inicialmente a los genoveses, después a las compañías alemanas y a los portugueses, y por último a franceses e ingleses; éstos obtuvieron la exclusiva en 1713 por el "derecho de asiento", hasta que se concedió la libertad en 1789. Aunque la entrada de esclavos negros fue general para todos los reinos y provincias de la América española, su número fue mayor en el área del Caribe y golfo de México, tanto por razones climáticas como por el rápido descenso de la población indígena en estas zonas.

    Sustitución de la población diezmada en las Antillas:
    La Española fue la isla más rápidamente colonizada y explotada. En 1502 Ovando implantó el sistema de los repartimientos, de consecuencias fatales para la población indígena, que fue diezmada por el trabajo forzado y por las enfermedades. Las discordias entre los colonizadores y la rápida extinción de los indígenas, dirigieron a los españoles hacia Cuba, cuya ocupación metódica había emprendido el adelantado Diego Velázquez (1510). En la primera mitad del siglo XVI imperó en Cuba una economía basada en la minería intensiva del oro, a base del trabajo forzado. Cuando en 1540-1550, agotados los yacimientos, fue suprimido el régimen de repartimientos, la población de las Grandes Antillas estaba aniquilada y tuvo que ser sustituida por mano de obra esclava. Igual suerte corrieron los indios de Trinidad y las Bahamas, donde de momento no hubo establecimientos coloniales permanentes, pero que sufrieron las incursiones de los cazadores de esclavos.

    Fue en las colonias francesas (Haití, Martinica, etc.) y en las inglesas (Jamaica, Virginia, Carolina, Georgia y en general en el Sur de las Trece Colonias) donde el empleo de esclavos alcanzó mayor densidad.

    La concesión de los asientos en la América española:
    Los asientos fueron muy frecuentes en la América española hasta bien entrado el s. XVIII. Se aplicaban a materias muy diversas: la venta de determinados artículos (bebidas, tabaco, etc.), el abastecimiento de una población, las exportaciones mineras, etc. El más conocido e importante fue el asiento de negros, esto es, el monopolio de introducción de esclavos africanos en la América española. Aunque la primera concesión de este asiento fue hecha a favor de una compañía genovesa (1516), puede decirse que hasta 1640 sus beneficiarios exclusivos fueron los portugueses, sustituidos a partir de entonces por los neerlandeses, que explotaron este monopolio hasta 1695. Apenas subido al trono, Felipe V lo concedió a la Compañía real de Guinea (1701), empresa comercial francesa en la que tenía intereses su abuelo, Luis XIV. Una de las concesiones más importantes obtenidas por Gran Bretaña en la Paz de Utrech (1713), que puso término a la guerra de la Sucesión española, fue precisamente la de asiento, que se arrendó a la South Sea Company (Compañía del Mar del Sur). Los ingleses se comprometían a enviar a América un total de 144.000 negros en 30 años, a razón de 4.800 por año. El tratado autorizaba a la compañía a introducir las mercancías necesarias para el sustento de los negros en los puertos de desembarco: amparados en esta cláusula, los ingleses desembarcaron y vendieron gran cantidad de mercancías de primera calidad, que no estaban destinadas al consumo de los esclavos negros. El acuerdo de la Compañía del Mar del Sur fue renovado en 1748, por el tratado de Aquisgrán; pero en 1750 el soberano británico abandonó el derecho que había obtenido, mediante una fuerte compensación económica.

    Período de decadencia del corso:
    El corso euroamericano y mediterráneo entró en plena decadencia paralelamente a la de las viejas políticas económicas. También cesó el apoyo, al constituirse sus propios imperios coloniales por parte de los estados que fueron excluidos de la repartición del Nuevo mundo efectuada por el papado en beneficio de españoles y portugueses. El gran corsario se hizo entonces negrero, mercader o marino, mientras el corsario de poca monta se hizo pirata o contrabandista; las bases terrestres de bucaneros y filibusteros en las Pequeñas Antillas aceleraron su transformación en colonias de explotación normales -inglesas, francesas y neerlandesas- sin dejar de ser trampolines para toda clase de tráfico ilegal con los puertos coloniales del Caribe.

    Duras condiciones del transporte (s.XVII):
    El padre Alonso de Sandoval relata como testigo que los negros "van de seis en seis encadenados por argollas en los cuellos, asquerosos y maltratados, y luego, unidos de dos en dos con argollas en los pies. Van debajo de la cubierta, con lo que nunca ven el Sol o la Luna. No se puede estar allí una hora sin grave riesgo de enfermedad. Comen de 24 en 24 horas una escudilla de maíz o mijo crudo y un pequeño jarro de agua. Reciben mucho palo, mucho azote y malas palabras de la única persona que se atreve a bajar a la bodega, el capataz". Sobre un cómputo de 29 barcos llegados a las Indias de forma consecutiva, de los 7.143 esclavos en las lejanas costas de Africa, sólo 5.551 llegaron vivos. La travesía duraba 50 días desde Angola a Cartagena de Indias y 40 desde Guinea. Debido al elevado número de muertes se autorizó al principio un recargo del 20 por ciento sobre el numero de cabezas autorizadas por la licencia, en concepto de demasía para pasar más tarde al 40 por ciento. En los almacenes de destino fueron frecuentes las epidemias, incluidas las de viruela. Los esclavos continuaban viaje con destino a minas y plantaciones. De Veracruz a México aún quedaba un viaje de 17 días en mula. Desde Cartagena embarcaban para Buenos Aires, Tucumán y Potosí. La ruta a Chile era la más penosa. Comenzaba desde Portobelo a Panamá y después de cruzar el istmo se embarcaba en Callao.

    Los barcos de la trata:
    Los costos de la operación negrera resultaban elevados (licencias, registros, mercancía de trueque). Existía la obligación de armar el barco debido a la piratería para revender ilegalmente esclavos tomados como presa. Un patache de 30 toneladas debía llevar ocho mosquetes y dos arcabuces, tres arrobas de pólvora y dos de plomo. Si el barco es de 100 toneladas son obligatorias cuatro piezas de artillería, 150 balas, 15 mosquetes, 12 picas, un quintal de plomo y pólvora.

    Dimensiones del más grande de los comercios de esclavos:
    Hacia 1818 casi la mitad de la población de Brasil, que se componía de 4.000.000 de habitantes, era de esclavos, en 1847 más de la mitad de los 9.000.000 cubanos eran esclavos. Los franceses también se comprometieron en este comercio y llevaron muchos negros esclavos a Haití, donde en 1950 sólo 2000 de los 3.500.000 habitantes de la isla eran blancos y el resto eran descendientes de esclavos. En 1560 John Hawkins introdujo en Inglaterra el negocio esclavista. Durante el s. XVII la English Adventure Trading Company utilizaba la mano de obra de esclavos negros en su industria de la caña de azúcar en las Indias Occidentales. En el período 1700-86 unos 610.000 negros fueron transportados a Jamaica y 2.130.000 a otros lugares de las Indias Occidentales Británicas. El estallido de la Guerra de Independencia norteamericana dio fin, por algún tiempo, al comercio británico de esclavos en Norteamérica, donde los esclavistas habían ya transportado 500.000 personas. Pero el tráfico prosiguió y en 1800 había alrededor de 1.000.000 de esclavos negros en Estados Unidos, que en 1860 se convertirían en 4.500.000 dentro de una población total de 30.000.000 de individuos. Los holandeses, que asolaban el Africa, vendían la mayor parte de los esclavos capturados a los españoles, y en el s. XVII, al conquistar Indonesia, esclavizaron a su población.

    Movimiento abolicionista europeo:
    En los últimos años del s. XVIII se fue creando en el mundo una corriente de opinión antiesclavista que enraizó firmemente en los postulados de la Revolución Francesa. Pero la nación que más decididamente abogó por la abolición de la esclavitud fue Inglaterra. La Cámara de los Comunes aprobó una moción encaminada a procurar la abolición gradual del comercio de esclavos (1792) y en 1807 quedó prohibido el comercio de esclavos en las colonias inglesas. En Francia la esclavitud había sido abolida por la Convención (1794); pero, restaurada por Bonaparte en 1810, perduraría hasta 1848. Portugal inició la emancipación de sus esclavos en 1856; los Países Bajos en 1863. España, que se había adherido decididamente a la abolición de la trata, declaró libres a todos los nacidos de esclava en 1868; en 1873 emancipó a los esclavos de Puerto Rico y en 1878 a los de Cuba. Para esta fecha, prácticamente ningún país europeo mantenía esclavos en sus colonias ni mucho menos en la metrópoli.

    Abolición en los países americanos:
    La pugna entre esclavistas y abolicionistas revistió sus caracteres más dramáticos en América del Norte, donde dio origen a la sangrienta Guerra de Secesión. Aunque Abraham Lincoln , aun después de iniciada la guerra, abogase más bien por la emancipación gradual, el Congreso Federal prohibió en 1862 la esclavitud y el 1 de enero de 1863 declaró libres a todos los esclavos. Con el triunfo de los nordistas, la esclavitud desapareció de los Estados Unidos. Mucho mejor fue la situación de los estados sudamericanos; el triunfo de los movimientos nacionalistas era el triundo de la libertad, y los países de habla hispana se apresuraron a concederla a los esclavos a poco de alcanzar la independencia: México emancipaba a sus esclavos en 1813, Venezuela y Colombia en 1821 y Centroamérica en 1823-24, con lo que se anticiparon incluso a Gran Bretaña. Poco después seguían el mismo camino Ecuador (1852-56), Argentina (1860), Paraguay (1869) y Brasil (1888).

    Participación de esclavos negros en la exploración americana:
    Los españoles comenzaron a utilizar los servicios de esclavos negros en América en una fecha tan temprana como 1501. Cierto número de ellos participaron activamente en la exploración del continente. Y, a pesar de las tristes condiciones en que se les capturaba, transportaba y mantenía, muchos descollaron incluso desde el principio en la ingente tarea de la conquista del nuevo mudo. Así, hallamos mención de la presencia de esclavos negros en las expediciones realizadas en Guatemala, Chile, Perú y Venezuela; en las aventuras de Ponce de León en Florida; en la expedición de Ayllón, con Cabeza de Vaca y fray Marcos der Niza en el sudoeste de los actuales Estados Unidos. Con Alarcón y Coronado en Nuevo México y con De Soto en el Misisipí. Nuflo de Olano se distinguió como fiel compañero de Balboa en el camino hacia el océano Pacífico. En el lugar donde actualmente se alza Jamestown (donde en 1526 los españoles establecieron un fuerte, al que llamaron San Miguel de Gualdape) los esclavos negros desempeñaron un papel primordial en el establecimiento de la colonia, que finalmente, debido al trato cruel de que eran objeto, no prosperó. Quizás el personaje más destacable de entre los africanos, que colaboraron con los españoles en la exploración y conquista de América, fue Estebanico, verdadero explorador de lo que es hoy Nuevo México y Arizona. Nacido hacia 1500 en Azamor (Marruecos), era esclavo de Pánfilo de Narváez y como tal participó en la infortunada expedición que éste realizó a las costas de Florida. Tras embarrancar las naves en las costas de Texas y caer todos los miembros de la expedición como esclavos de las tribus indias, Estebanico acabó con unos pocos supervivientes que lograron volver a pie a las costas mexicanas. Por su valor y sus decisivas pruebas de inteligencia, convertido ya en compañero del tesorero de esta primera expedición, Alvar Núñez Cabeza de Vaca, Estebanico fue elegido para ir en busca unas famosa siete ciudades de Cibola. Pereció en el intento, pero su colaboración y el respeto demostrado por los jefes españoles, era un signo de las peculiares relaciones que, por aquellos años, se iban estableciendo entre los tres grupos de pueblos.

    Encomienda: Trabajo indígena Dominicos de La Española (1511):
    ¿Estos no son hombres? ¿No tienen ánimas racionales? ¿No sois obligados a amarlos como a vosotros mismos? pregunta Antonio Montesinos a sus feligreses. La actitud de los dominicos hacia el trato que daban los colonos españoles a los indios consiguió que se convocara la Junta de Burgos, de donde saldrían las famosas leyes de 1512 (promulgadas el 27 de diciembre) en que se legitiman las encomiendas, si bien reconociendo la libertad de los indios e imponiendo graves responsabilidades a los encomenderos; el dictamen de la Junta se resumió en siete puntos, que luego serían desarrollados en 35 leyes más cuatro complementarias en 1513. Estos siete puntos eran los siguientes:

    1. Los indios son libres.
    2. los indios deben ser instruidos en la Fe.
    3. los indios tienen también la obligación de trabajar, pero de modo que les sea provechoso a ellos y a la república, y que no les impida recibir la instrucción de la Fe.
    4. el trabajo debe ser soportable e ir acompañado de los necesarios descansos.
    5. además, deben tener los indios casa y haciendas propias con tiempo para labrarlas y conservarlas a su modo.
    6. tendrán comunicación con los cristianos.
    7. por último, habrán de recibir el salario conveniente por su trabajo.

    Las Nuevas Leyes suprimen las encomiendas (1542):
    La discusión que se centró sobre la legalidad, esencialmente desde un punto de vista cristiano, de la encomienda fue una de las causas de que la corona española promulgara las Leyes Nuevas de 1542, por las que aquélla, si bien no se suprimía, debía quedar extinguida a la muerte del posesor y no podían tener lugar nuevas concesiones; no podía obligarse a los indios a trabajos determinados ni podían ser reducidos a esclavitud. Mucho se ha discutido y escrito sobre si las Leyes Nuevas se practicaron o no. Los autores que se inclinan por creer que jamás fueron obedecidas citan con frecuencia la fórmula pregonada al comunicarlas a Benalcázar: "Obedézcase, pero no se cumpla". Aun en los textos de los historiadores actuales podemos encontrar esta dualidad.

    Las encomiendas fueron también restringidas y sometidas a creciente vigilancia, aunque fracasaron las leyes que en 1542 intentaban suprimirlas; los encomenderos también fracasaron en su intento de que fuesen perpetuas; la encomienda de servicios personales fue desapareciendo para ser sustituida por la encomienda de tributos; el importe de éstos, inicialmente casi al arbitrio de los beneficiarios, fue moderándose hasta términos justos, procurándose que el importe del tributo se pagase en moneda y no en especie, para evitar fáciles abusos, y que no excediera de la cantidad que los indios pagaban en tiempos prehispánicos... Hacia 1570 se calcula que, de unas 23.000 familias españolas en Indias, sólo 4.000 viven ya de las encomiendas. A fines del siglo XVI, son en general una simple renta en metálico, mermada por algunas cargas fiscales; su número ha disminuido muchísimo y ya casi nunca implican autoridad directa sobre los indios. La edad de oro de las encomiendas ha concluido. (Céspedes del Castillo)

    Persistieron las encomiendas, Y la verdad es que, si tenemos en cuenta la calidad de la mayor parte de los colonizadores, entre los que no había quien quisiese dedicarse a los trabajos agrícolas, difícilmente podía existir otra solución de orden económico. Por otra parte, el régimen de encomiendas no había de ser forzosamente un régimen de crueldad. Se comparó el encomendero al señor feudal, en el sentido que debía protección al encomendado, no en el de que ejerciera poder jurisdiccional sobre los indios. No podía tampoco enajenarlos ni expulsarlos de la encomienda. En teoría, la encomienda, pues, no involucra dominio. En la práctica distó mucho de ello (F.Soldevilla)

    Aunque la conciencia del emperador y la de sus ministros se vio conmovida por los incesantes esfuerzos de Las Casas, es muy poco probable que se hubiesen llevado a cabo tantas realizaciones si la Corona española no hubiese estado ya predispuesta a favor de las ideas de Las Casas por motivos particulares menos altruistas. Para una Corona deseosa de consolidar y asegurar su propio control sobre los territorios recientemente adquiridos, el auge de la esclavitud y el sistema de encomienda constituía un serio peligro. Desde el principio, Fernando e Isabel se habían mostrado decididos a evitar el desarrollo, en el Nuevo Mundo, de las tendencias feudales que durante tanto tiempo habían minado, en Castilla, el poder de la Corona. (Elliot)

    * Cronología trata esclavos | Esclavos en Tenerife (s.XVI y XVII)
    * Portugal y la trata de esclavos | Fray Bartolomé de las Casas (1474-1566)

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  15. La esclavitud en Tenerife:
    Los nativos de estas islas fueron en ocasiones materia de cesión o venta, en especial en la Península. Los conquistadores llegaron a abonar parte de las deudas contraídas durante la preparación y gastos de la conquista con nativos, o más bien, como los que se habían rebelado o presentado batalla, que en Tenerife fueron mayoría, aunque bien es cierto que el conquistador Lugo, traicionando la palabra dada, hizo esclavos también entre los hombres de paz. Recuérdese que el conquistador Alonso de Lugo había pedido, para la conquista, préstamos al duque de Medina Sidonia (Enrique de Guzmán), a los mercaderes genoveses Viña y Palomar, al clérigo mallorquín Angelate, y al comerciante Guillermo de Blanco (comerciante de esclavos), e incluso llegó a empeñar a sus hijos Pedro y Fernando a Inés Peraza para "que le diese sobre ellos batimentos para la dicha conquista". Finalizada la conquista, el duque de Medina Sidonia reclamó la devolución del capital invertido y sus intereses, abonando Lugo con "dineros, esclavos y ganados". A Angelate y a Blanco les entregaría, según lo convenido, "de los esclavos e ganados que ay o se ovieren de los de la dicha conquista a cumplimiento de setenta esclavos e mil e quinientas cabezas de ganado"; a Mateo Viña, treinta y cinco esclavos; a Palomar, ochenta esclavos (Romeu de Armas "Alonso de Lugo en la corte de los Reyes Católicos"); a Suárez de quemada le entregó "catorce o quince esclavos" por haber acudido a Castilla "a concertar la venida de la gente del duque de Medina Sidonia"; al bachiller Soto, le agració con "seys esclavos"; a Diego Maldonado, "otros seys esclavos"; incluso un Mencey, que Viera y Clavijo opinaba era Bencomo, rey de Taoro, fue regalado al embajador de Venecia por el rey Fernando.

    Número de esclavos en Tenerife durante el s.XVI y XVII:
    Si tomamos La Laguna como pieza de análisis de la mano de Marcos Martín y de Manuela Marrero, vemos que todo parece indicar que éstos (los esclavos) debieron de ser numerosos en esta época. La isla apuntaba cifras del 33,13% de la población, que M.Marrero cree procedían, en especial, de una creciente importación de extranjeros que fueron sustituyendo paulatinamente al esclavo indígena; La Laguna superaba el porcentaje antes señalado, y, como ejemplo, véase como en la parroquia La Concepción, entre 1548 y 1599, de las 222 partidas de bautismo registradas, 137 correspondían a esclavos. La población de La Laguna en 1514, según la más antigua relación o censo conocido, redactado en el mes de octubre con el fin de limpiar La Laguna, de , cuyas aguas se abastecía la villa, aunque incompleta, nos habla de 1580 habitantes y también de 3000, este último número mucho más probable y donde parece se incluían los esclavos o parte de ellos, dado que en este año se censan 1658 esclavos (o sea, más que ciudadanos libres), lo cual sitúa a La Laguna entre las ciudades con más número de esclavos en orden a la población residente. Procedencia de los esclavos y de los comerciantes negreros: El 75% de los esclavos del s.XVI eran negros africanos, siguiéndoles en número los llamados prietos con un 10%, moriscos el 12% y moros el 1%. Los suministradores más importantes eran portugueses, pues al fin, eran ellos quienes controlaban las costas de Africa, abasteciendo de esclavos desde sus factorías de Cabo Verde y Santo Tomé, lo cual hace que la presencia portuguesa en La Laguna fuera relativamente importante. En la relación para la limpieza de La Laguna de 1514, vemos varios portugueses: Juan Alvarez, residente en la Villa de Arriba; a Ximón González y Gonzalo Estévanes con residencia en la calle que va a Sta.María; a Fernando Martín como residente en la calle Sancto Spiritus; a un sastre, portugués, de la calle Rafael Font; a Alfonso Peres; a Francisquianes; a Juan Afonso, a Alonso Ramos; a Fernad Baes; y a Alonso Yanes, como residente en la calle Santa María; todos, o casi todos, mercaderes de esclavos. No obstante lo dicho, no debemos descartar ni olvidar la conquista de esclavos por los propios hispanos en Berbería hasta 1572 en que se prohibió por Real Cédula,

    "porque avemos sido ynformados que algunos particolares desas yslas van a hazer entradas en Berbería por cobdicia de traer algunos moros os mandamos que de aquí adelante ni dexeys ni consintays que ninguna persona vezyna ni natural vaya a la dicha Verberia..."

    ; a pesar de ello, Felipe II volvió a conceder licencias a los vecinos de Gran Canaria para hacer dos entradas al año, para, finalmente, no ponerles ninguna limitación.

    Laguneros propietarios de esclavos:
    En el s. XVI se comerciaba en los lugares de Castilla con esclavos, lo mismo que con cualesquiera otras mercancías; los poseedores de esclavos laguneros eran casi siempre personas de las consideradas de calidad o categoría, o por lo menos adineradas. Analizando un grupo de 688 dueños de esclavos nos dan los siguientes resultados:

    Entre labradores hay 22 esclavos.
    Entre industriales (vestido, calzado, madera, etc.) hay 103 esclavos.
    Entre funcionarios de la administración americana hay 26 esclavos.
    Entre titulados académicos hay 90 esclavos.
    Entre soldados, hombres de armas hay 19 esclavos.
    Entre profesionales liberales hay 70 esclavos.
    Entre religiosos hay 33 esclavos.
    Entre comerciantes al por mayor hay 93 esclavos.
    Entre transportistas hay 6 esclavos.
    Entre nobles hay 59 esclavos.

    Partiendo de asientos de diversa procedencia, se podría dar con precisión el nombre de alguno de los propietarios de esclavos de esta época. Como síntesis valgan los siguientes:
    "María de Soria, mulata, a quien su dueño, Pedro de Soria, regidor, había dado..".
    "Francisco Alarcón, concede la libertad el 6-03-1575 a cambio de 15.000 mrs. A Alarcón, negro de 50 años de edad...".
    "Juan, esclavo de Andrés Fonte, regidor, contaba...".
    "Hernando, morisco, esclavo de Hernán González de Hinojosa...".
    "Juan Alonso, guanche, bautiza a un hijo suyo cuya madre es Juana de Peña, esclava de Leonor de la Peña...".
    "Simón Alvares, portugués, hace bautizar a una esclava llamada Juana...".
    "Cornieles Van Enden, bautiza a tres criaturas hijas de María, su esclava".
    "Pedro Rico, morisco, bautiza a siete esclavos...".
    "Malgarida, criada que había sido se Simón Alvarez, hace bautizar a una esclava suya...".
    "Baltasar Marrero y María Hernández, recibieron 106 ducados por liberar a su esclava Isabel Hernández, negra, de 40 años de edad...".
    "Juan, esclavo de Francisco Pérez de Vitoria...".
    "Gaspar, esclavo de Martín Sánchez...".
    "Juan, hijo de Tomás Garvin y de Luisa su esclava...".
    "Gonzalo Ianes bautiza a su hijo Domingos, fruto de sus relaciones con Isabel, su esclava...".
    "Juan Alvarez de Fonseca dueño de Ana..."... etc.

    Esclavos tinerfeños:
    En relación con los esclavos procedentes de la propia isla de Tenerife, se suponía sólo serían esclavizados aquellos que se opusieron a la ocupación, o sea, los "alçados" en armas, mas, sin embargo, según poder dado por Alonso de Lugo a sus socios en presencia del escribano público y testigos, éstos podrían

    "pedir et demander en juisio a fuera de él e recibir, e recobrar, en su nombre e para ellos, cualesquier esclavos e ganados e otras cosas pertenecientes a la dicha conquista, que sean, asy en poder de doña Veatriz de Bobadilla como de otras cualesquiera personas, asy dados en guarda e en encomendados o hurtados...".

    En cuanto a los esclavos llamados "de las paces", por concesión de la Corona hecha efectiva en las capitulaciones, pertenecían a don Alonso de Lugo, y entre ellos se encontraban todos los canarios de Anaga, Adexe, y Abona; pues bien, el conquistador los repartió con sus socios poniéndoles la condición de que no podían venderlos fuera de los reinos de Sus Altezas y que la transacción se hiciera por escritura ante escribano público y con anotación de precio, lo cual era debido a que era de temer que, en un futuro próximo (como así sucedió), los Reyes declarasen libres a los mencionados esclavos y obligasen en 1498 a devolverles los bienes confiscados. Tal proceder, en Alonso de Lugo, era de lo más natural, dado que era conocido como hombre de poca palabra; recuérdese, en la retirada de Acentejo, cómo cometió la felonía de engañar y cautivar a un buen número de indígenas auxiliares, vasallos del Mencey de Güimar, aliado suyo que le proporcionó mantenimientos para el ejército, así como la información valiosísima de la tierra que se proponía conquistar, y sin que tal proceder creara problemas a su conciencia, los lleva a Valencia, donde fueron vistos entre los días 5 al 9 de octubre de 1494 por el alemán Jerónimo Münzer, y, vendidos en los diversos mercados esclavistas de la península, lo que confirman los calificativos que él, o sea sobre Alonso de Lugo se hicieron de "hombre de dudosa solvencia moral y de más dudosa fidelidad de palabra" (Alonso de Lugo. Consejo Superior de Investigaciones Científica. Pág.20), lo que reafirma haciendo esclavo al hijo del rey Bentor de Taoro, para quien Lugo fue irrespetuoso y desalmado. Cierto (como dice Valencia Castañeda) es que una Ley de estos reinos, si no prohibía la servidumbre, a lo menos reconocía ser "contra razón de natura" y mandaba a los jueces a que ayudasen a la libertad, mas, el Castilla del s. XVI se comerciaba en los pueblos y ciudades con esclavos igual que con cualquier otra mercancía; por ejemplo, el 27 de agosto de 1521, Juan Bizcaíno, criado del conde de Benavente, cambió un esclavo negro y con una señal en el rostro, apreciado en 7.000 maravedís y por una mula tasada en el mismo valor, Bennassar en su tratado Valladolid en el Siglo de Oro nos comenta la gran población esclava existente en la ciudad en 1570, procedente, dice, de entre moriscos fundamentalmente, y luego de negros de Angola y Mozambique, siendo sus propietarios la nobleza, los licenciados, corregidores, algunos funcionarios, y empresarios, artesanos y hasta el propio clero (ejemplo de canónigo de la Catedral de Santiago, Francisco Estaquero, residente en Valladolid; Santiago López, canónigo de la Iglesia Mayor, entre otros, poseían uno o varios esclavos.
    Autor: José Alvarez Fernández

    * El sistema esclavista canario

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  16. La esclavitud en Huelva y Palos (1570-1587). Julio Izquierdo Labrado:

    I. INTRODUCCIÓN.
    Pocos temas como el de la esclavitud son tan atractivos y apropiados para analizarlos con la perspectiva de un "historiador de las mentalidades", ya que el dominio y la explotación de los hombres por sus semejantes ha generado en el tiempo multitud de ideas controvertidas, justificaciones, condenas, cómodas hipocresías, que se han ido adaptando en cada época y en cada lugar a las peculiaridades religiosas, filosóficas, políticas o económicas de cada sociedad,de cada civilización. Ciertamente, la esclavitud ha generado muchas reflexiones y no se puede considerar un tema novedoso como objeto de atención de los historiadores. Sin embargo, el tratamiento sintético y globalizador, carente de matices, presenta muchas dificultades de comprensión y concreción que sólo "se solventarán el día, aún lejano, en que podamos haber rescatado del anonimato tanto documento que aún sólo es papel en el polvo de los archivos". Mi afición a desempolvar papeles en los archivos es una de las razones que me impulsan a abordar este tema, junto a otra, no menos personal, como es la de complementar alguno de mis primeros trabajos, donde abordé la cuestión de la esclavitud sin previamente acercar la mentalidad de la época a los posibles lectores profanos, lo cual, me consta, provocó desconciertos y precipitados juicios "morales".
    II. METODOLOGÍA Y FUENTES
    El presente trabajo, espero que prólogo de un estudio más amplio y profundo, se basa fundamentalmente en fuentes documentales, hasta hoy inéditas, del Archivo de Protocolos Notariales de Huelva y su homónimo de Moguer, especialmente, en este último, los fondos relativos a Palos de la Frontera. Concretamente, abarco en mi investigación el período, al que se alude en el título, de 1570 a 1587, ya que 1572 es el año más antiguo que aparece en la documentación de Huelva, y he ajustado aproximadamente al mismo la documentación relativa a Palos. Y en cuanto a 1587, es lo máximo que he podido abarcar en esta etapa de la investigación. Existen lamentablemente lagunas documentales, reflejadas en el gráfico Nº 2, ya que, exceptuando 1570 y 1571 cuyos datos corresponden exclusivamente a Palos, el escaso número de esclavos de los primeros años se debe a que la documentación está incompleta. En cuanto a 1583 y 1585, sobre los que no aparecen inventariados ningún documento en este Archivo de Protocolos de Huelva, circunstancia rara por existir una documentación completa de los años que les preceden y siguen, me complace comunicar a los investigadores que estén interesados en ello que la documentación total correspondiente a 1585 pueden encontrarla en la Caja 9, archivada como perteneciente a 1587, y no me extrañaría que, de forma similar, pueda aparecer 1583. No obstante,al tener elaborado gran parte del trabajo cuando encontré la documentación de 1585, ésta no quedará reflejada en los gráficos, aunque iré puntualizando los datos de este año que afecten en forma notable al estudio. Así pues, será la documentación notarial el pilar básico y casi exclusivo de este estudio, y, aunque ya han sido notablemente exaltadas por la moderna historiografía las excelencias de dichas fuentes, no hay que olvidar que en ellas sólo aparecerán los esclavos que por necesidades de sus amos hayan dejado constancia de su existencia en escritura pública, que, obviamente, reflejará más la mentalidad y perspectiva de los propietarios, tamizada por el formulismo de los escribanos, que la de sus siervos. Por lo cual, he procurado completar la fría y aséptica información protocolaria con una breve pero selecta bibliografía que iré citando a lo largo de estas páginas. En total, sustentan este estudio algunos miles de documentos -naturalmente no me he parado a contarlos- incluidos en las 9 primeras cajas del Archivo Histórico Provincial de Huelva, fondos de Protocolos (al que mencionaré en adelante APH) y los 3 libros iniciales del Archivo de Protocolos de Moguer, fondos de Palos de la Frontera ( APM ), que, como se puede observar en el Gráfico Nª 1, presentan una proporción de documentos sobre esclavitud de casi 5 a 1 en favor del onubense debido a la mayor población de Huelva, y que se estructuran de la forma siguiente: A.P.M. A.P.H. 1º.Escrituras Públicas 1547-1574. 1ª.Nº Inventario 777. 1572-1572. 2º. " " " 1575-1576. " " 773.1578-1578. 3º.- " " " 1584-1596. 2ª.Nº Inventario 484. 1580-1580. 3ª. " " 334.1581-1581. 4ª. " " 320.1582-1582. 5ª. " " 401.1584-1584. 6ª Sin documentación de esclavitud. 7ª.Nº Inventario 327. 1586-1586. 8ª. " " 363. 1587-1587. 9ª. " " 332. 1585-1585. (aparece erróneamente atribuida a 1587). La totalidad de la documentación de Huelva corresponde al escribano Juan de Segura, lo que le proporciona a la serie continuidad y orden pese a su no muy buen estado de conservación. En cambio, el mejor estado de los documentos del Archivo moguereño se descompensa por ser fruto nada menos que de 5 notarios, de los cuales es Alonso de Balmaseda quien permanece más tiempo (Gráfico Nº3). Información sobre un total de 107 esclavos ha sido el resultado de leer uno a uno estos documentos, salvo los que por su gran deterioro eran ilegibles, hasta descubrir si trataban o no de esclavitud. Un lento pero seguro método utilizado con toda la documentación, detallada arriba, del A.P.M. y las cinco primeras cajas del A.P.H, renunciando a continuación a considerar algunos tipos de documentos por su escasa o nula aportación y rentabilidad. Es el caso de las Obligaciones, con sólo un 0,9 % , y de otros tipos que no se mencionan por no tratar en absoluto el tema. Por el contrario, según se aprecia en el Gráfico Nº 4, son los Testamentos los que aluden con mayor frecuencia a los esclavos (34,6 %), ya que en ellos aparecen todos los pertenecientes al que expresa sultimavoluntad, si bien se les describe más generosa y detalladamente en las Ventas, por razones obvias, y también en elevado porcentaje (27,1 %). Les siguen en cuantía los Poderes,para vender o recuperar a fugitivos, (17,8 %), los Recibos de Dotes (10,3 %) y las Cartas de Libertad u Horría (6,5 %). Siendo en cambio sintomáticamente escasas las Donaciones (0,9 %). Y para concluir preámbulos que no sean excesivos, sólo me resta expresar el propósito y voluntad de ser objetivo en una cuestión tan apasionante y "pasional" como el de la esclavitud, más que nada para advertir al lector que no tome en consideración ningún calificativo, apreciación o juicio sobre el tema, que sospeche pueda pertenecer más a la mentalidad del que escribe que a la de los protagonistas de esta historia.
    III. LOS ESCLAVOS.

    III.1. Orígenes o Procedencia.
    A tenor de lo que nos muestra la documentación notarial en el periodo que abarca este estudio, parece que quedó totalmente atrás la época, unos cien años antes, o segunda mitad del siglo XV, en la cual Huelva, pero sobre todo Palos, eran importantes núcleos demandadores y proveedores de esclavos africanos, en función de ser destacados puertos, pioneros en las navegaciones atlánticas.. Por el cronista Alonso de Palencia, sabemos que el tráfico de esclavos era en 1476 de un volumen considerable: "...(el Rey Católico) envió contra los portugueses una fuerte armada de andaluces con orden de quebrantar su audaz soberbia y abatir el orgullo que les había infundido las riquezas de Guinea... y mientras en el puerto de Sevilla se preparaba una armada de 30 naves, algunos pescadores de Palos, ya avezados en las expediciones guerreras y afortunados contra los portugueses, se reunieron con otros marineros del Puerto de Santa María, y en dos carabelas arribaron a las costas más próximas a Guinea. Llámase aquel territorio de los Azanegas, con cuyo nombre se distingue a los de color cetrino de otros de color más negro... Los marineros de las dos carabelas se apoderaron de 120 azanegas y los trajeron a Andalucía...". A pesar de que todavía subsiste en los contratos de compraventa el formulismo "avido en buena guerra e no de paz", refiriéndose a los esclavos, todo indica que se trata más que nada de una de tantas fórmulas arcaizantes de los modelos notariales, por lo general bastante reacios a la evolución y, con frecuencia, retrasados respecto a las realidades de su época. En realidad, segun puede apreciarse en el Gráfico Nº 5,la mayoría de los esclavos proceden de la misma Huelva, seguida en segundo lugar pero a gran distancia por Palos, siendo prácticamente insignificantes las aportaciones de otras villas vecinas y del cercano Algarve portugués, aunque hay que tener en cuenta que precisamente los datos provienen de la documentación onubense y palerma. Cabe deducir de ello que, en su mayoría, estos esclavos han nacido en Huelva y son descendientes de aquellos que trajeron un siglo antes los marinos-pescadores-mercaderes-corsarios de la zona. Habiendo sufrido también la trata y tráfico de esclavos la misma decadencia observable en otros sectores económicos de la costa onubense, especialmente los marítimos, desde el Descubrimiento de América. No obstante, en tres casos, curiosamente dos con la participación de intermediarios de Palos y vendidos el mismo año, la procedencia es más lejana. Se tratan concretamente de la esclava Catalina, negra de 30 años, de "naçión conga", que Antonio Quintero Príncipe, vecino de Palos, vende a Juana Martín, viuda de la misma villa, por 100 Ducados, precio que incluye a Ynés, niña de 11 meses hija de Catalina. El otro es Antón,negro de 25 años "de Santo Tomé", barbado y con buen cuerpo, vendido nueve días después al "módico" precio de 65 Ducados. Reducida cantidad teniendo en cuenta que está en la mejor edad para trabajar, debido a su condición de "ladrón,borracho y huidor", y que el palermo Diego González cobra a Alonso Hernández, "vecino de Calçadilla". En cuanto al último caso de esclavo foráneo, cronológicamente muy próximo a los anteriores, es el de Asadún, moro al que Juan Rodríguez, vecino de Huelva, envía a buscar por mediación del mulato Juan Dorantes, al que otorga poder para que vaya a la cárcel de Tarifa, donde se encuentra el citado Asadún y lo traiga a Huelva.Para cumplir esta misión, el mulato pagaría 40 Reales al Almojarife de la villa gaditana por derechos de entrada, y medio real al Alcaide de la cárcel por cada día que hubieran dado de comer al moro, -(interesante dato sobre el, suponemos que mínimo, coste de manuntención de un esclavo)-. Según Juan Rodríguez, trajo a Asadún de un lugar, creemos que de la costa marroquí, llamado "Mazagán", topónimo muy sugerente por su analogía a Mazagón, playa de Palos, y quién sabe si pervivencia de pasados contactos entre los marinos de uno y otro litoral. Así pues, pese a que lo normal por frecuente era el esclavo originario de la propia comarca, signo de una decadencia en la trata que se desvía como veremos a otros mercados más ricos, todavía perviven algunos marinos en la zona, especialmente en Palos, que esporádicamente realizaban incursiones a los lugares de la costa africana tradicionalmente proveedoras de mano de obra servil, navegando por las viejas rutas antaño tan frecuentadas.
    III.2. Rasgos físicos y características esenciales.
    III.2.1. Raza o color. Entre los múltiples factores determinantes en la esclavitud, la raza, o más exactamente el color de la piel, no sólo fue de los más importantes, sino que llegó a ser distintivo esencial, por sugerir en la época todo un conjunto de rasgos característicos, cualificación, docilidad, hábitos y cultura, asociados a los esclavos. En el Gráfico Nº 6, queda reflejado como el predominio de la raza negra es prácticamente absoluto entre la población esclava de esta comarca, para el período estudiado. Nada menos que un 43 % del total de esclavos que aparecen en la documentación son negros, distinguiéndose a veces entre negros "atezados", más oscuros, y "aladinos", que entendemos serían ladinos, es decir conocedores del castellano y por lo tanto con una notable y apreciada adaptación a las costumbres de sus amos. Además, le sigue en importancia, con un 20,6 %, el color amulatado o mulato, mezcla de blanco y negra, ya que a la inversa debió ser mucho más improbable, salvo casos excepcionales como el de Palos que veremos más adelante. El vocablo mulato, no está relacionado con los de similar sonido que hacen referencia a la hibridez entre equinos. Se llamaron mulatos a los nacidos de blanco y negro por semejanza a la mula, "como ésta nacía de dos seres diferentes...", como podría pensarse en principio, - máxime teniendo en cuenta que en Argentina "mula" es apócope de mulata - , sino que proviene del árabe "muwallad", que significa mestizo de árabe y extranjera, con etimología análoga a muladí. En ningún caso, aparecen mencionados en las fuentes onubenses como "loros",( de color laurel ), lo que, considerando la abundancia con que aparecen en Sevilla un siglo antes, nos hace pensar que "loro" es un término latino utilizado en los inicios de la trata, desplazado con el tiempo por la palabra mulato de origen árabe, pues no en vano fueron los musulmanes, en muchos aspectos relacionados con la esclavitud, verdaderos maestros de los cristianos. En cualquier caso, y salvo contadas excepciones como las del esclavo Agustín "de color mulato, de condición berberisco", la mayoría de ellos pertenecerían a la raza y cultura negras. Lo mismo podría decirse del 28 % de esclavos que aparecen en los documentos sin que se especifique su color, tal vez por sobreentenderse cuando su preponderancia hizo prácticamente sinónimos "esclavo" y "negro", y del escaso 2,8 % de blancos, que más debieron ser "blanqueados" en varias generaciones de mestizaje. Así pues, como población esclava, para la zona y la época estudiadas, totalmente diferente de la negra en color o raza,entendida en sus connotaciones culturales, sólo encontramos un 5,6 % de "moros" de color "membrillo cocho" ( o sea cocido). Dando ello lugar a varias posibles reflexiones, algunas de las cuales expondremos más adelante, y de las cuales por ahora destacamos que: 1º. Con cerca de un siglo transcurrido desde el final de la Reconquista o toma del reino de Granada por los cristianos, cada vez era más difícil conseguir un esclavo moro en la Península. Aunque ciertamente, tal vez procedentes de la sofocada rebelión de los moriscos, se dan algunos casos como el de María, esclava mora "de las del reino de Granada". 2º. El corsarismo y la trata en el Atlántico, al contrario de lo que sucedería en el Mediterráneo, casi exclusivamente orientado hacia la Berbería, va a llegar hasta las factorías árabes o portuguesas del África negra, directamente sobre todo antes de los Tratados de Alcáçovas y Tordesillas, para lo cual no dudarán incluso en pactar con los musulmanes. 3º. Los esclavos negros, por su docilidad y capacidad de trabajo, entre otras razones que analizaremos detalladamente en las próximas páginas, van a ser progresivamente preferidos, y por tanto más cotizados, que los moros.
    III.2.2.El Sexo.
    Después del color o raza, el sexo, junto con la edad, son los factores primordiales que determinan la elección, consideración, ocupación o precio de los esclavos, y por lo tanto, elementos dignos de analizar con detenimiento para una mejor comprensión de la esclavitud. Para Huelva y Palos, entre 1570 y 1587, existe un ligero predominio del sexo femenino, 54,2 %, sobre el masculino entre la población esclava que aparece en la documentación, apreciable en el Gráfico 7. Un signo más de la decadencia de la trata y la estabilización del mercado local que en esta cuestión, obviamente, obedece tan sólo a las leyes de la genética. Todo parece indicar que se ha superado ya la etapa en que los navíos regresaban de África con sus cargamentos humanos, cuando la elección del sexo obedecía preferentemente las leyes del mercado, decantándose con claridad por el femenino. Y había buenas razones para ello. En primer lugar, todo hijo de esclava era esclavo desde su nacimiento, incluso algunos tratadistas piensan que desde su concepción, y pertenecía al amo de la madre. Lo que, en buena lógica, pesaba al considerar la rentabilidad de las hembras, capaces de incrementar fácilmente la hacienda de sus propietarios. Igualmente, influyó en esta preferencia el tipo de uso al que se dedicaba esta servidumbre, por lo general trabajos domésticos, cuidado de las casas o de los niños, que se consideraban, casi igual que en la actualidad, particularmente femeninos. Sin despreciar la idea de que muchos propietarios se sintieran más cómodos dejando en su hogar, para servir al ama de casa fundamentalmente, a una mujer. Lo que además, no en pocas ocasiones, tuvo para el amo el aliciente del concubinato o "salario del placer", como elegantemente lo llama Bennassar. Más aventurado nos parece extender estas evidentes ventajas del sexo femenino aludiendo a su mayor docilidad, o menores posibilidades reales de huida, que en el caso que estudiamos son exactamente al 50 % para cada sexo, según puede observarse en el Gráfico(32). No obstante, son suficientes las cualidades expuestas, frente a las cuales, los esclavos masculinos sólo podían ofrecer fortaleza física, apenas interesante si no podía emplearse, por los motivos que veremos, en la agricultura, aunque ciertamente atrajeron la atención de algunos artesanos como ayudantes en las tareas más penosas de oficios especialmente duros. Aparecen con mayor frecuencia esparteros, herreros, cordoneros, calceteros, y otras que detallaremos en las próximas páginas. Pero todo ello, como al inicio de este apartado queda dicho, había quedado estabilizado con el normal crecimiento vegetativo de la población esclava, que, en esta época y comarca, presenta una "sex ratio" muy equilibrada, lo que no quiere decir, como a continuación veremos, que el sexo de los esclavos no influya decisivamente en los precios, trato, usos y otras importantes cuestiones.
    III.2.3.La Edad.
    Como lógicamente cabría suponer, los esclavos se prefieren adquirir jóvenes, cuando no son ya nacidos en la propia casa del amo, y así se observa en el Gráfico Nº 8, que presenta un claro predominio de esclavos registrados documentalmente cuando contaban entre 16 y 20 años, seguidos a cierta distancia por los grupos de 21 a 25 y de 26 a 30 años. Los motivos de esta predilección no necesitarían siquiera explicación, se busca una mano de obra joven, en plena edad para producir o procrear, cuando presentan mayor atractivo, en todos los sentidos, y por lo tanto también mejores precios de los que se beneficiarán sus vendedores. Lo suficientemente jóvenes para su "desarraigo" o, visto desde la perspectiva de los amos, con suficiente capacidad para adaptarse a su nueva vida, sus nuevas ocupaciones, sus nuevas costumbres, que serán siempre las del propietario. Pero, al mismo tiempo, no tan jóvenes como para requerir muchos años de inversiones en su manuntención y cuidado antes de que fueran productivos, con el riesgo, muy probable dada las altas tasas de mortalidad infantil en la época, de perderlo en cualquier momento. Ésto, junto a los menores beneficios que produciría su venta respecto a los adolescentes, motiva que aparezcan menos en los documentos de compraventa, como queda reflejado en el Gráfico Nº 8, donde lógicamente si constan los que aparecen en los testamentos. Tampoco se suelen vender con tanta frecuencia como en la etapa juvenil a los cautivos que están en plena edad de trabajo, de ahí la notable caída de la columna que representa a los esclavos entre 31 a 40 años, ni, por supuesto, con mayor edad, pues apenas un par de esclavas aparecen con más de cuarenta años en cualquier tipo de documento, lo que hace sospechar por otra parte que la esperanza de vida, no muy elevada para la población en general del XVI, podría ser aún menor para los esclavos.
    III.3. El Nombre.
    De suma importancia, para el conocimiento de la población sometida a servidumbre, es el estudio de sus nombres, y no sólo para conocer las principales advocaciones de la época, al ser sus amos los que presumiblemente elegían sus nombres. Ciertamente, existía la obligación para los amos de acristianar o bautizar a sus esclavos, pues esta misión de tutela y evangelización había sido la perfecta e hipócrita -(calificativo del que escribe,no de la época)- justificación de la esclavitud por parte de la Iglesia Católica, por lo que en efecto, los propietarios expresarían en su elección de santos abogados o custodios de sus valiosas pertenencias a los que les merecieran más confianza, en muchos casos acudiendo a los de su propio nombre. Desde este punto de vista, basta decir que, en la época y zona estudiadas, los nombres de esclavos más frecuentes, según se puede apreciar en el Gráfico Nº 9, eran por igual Juan y Antón, seguidos de Andrés, y algo más distanciados, Francisco, Sebastián o Domingo, todas advocaciones perfectamente identificadas y que se correspondían también con las predilecciones de los propietarios para ellos mismos. Respecto a las esclavas, Gráfico Nº 10 , lo primero que se observa es una mayor diversidad en los nombres, y por tanto una menor repetición de los mismos, causado tal vez por la que parece una constante en la mentalidad femenina: el deseo de distinguirse y diferenciarse de sus congéneres. Los nombres más utilizados por las cautivas son, lógicamente, los relacionados con la madre de Cristo y sus más directas allegadas, en primer lugar María, seguido de Isabel y Ana, seguidos muy de cerca por Juana, que no en vano es el femenino del apóstol predilecto. Sin embargo, a pesar de lo dicho sobre la diversidad de los nombres femeninos y de la lógica preferencia por María, la verdad es que el nombre de esclava que sobresale con diferencia, incluso superando a los marianos, es Catalina. Una preferencia todavía más interesante teniendo en cuenta que este nombre, aunque frecuente, no destaca entre las propietarias. ¿ Qué significado puede tener esta predilección ?. ¿ Acaso la elección de los nombres de los bautizados cautivos la ejercían los padres esclavos, si eran cristianos naturalmente, en lugar de sus propietarios con mayor asiduidad de la que se cree. ?. En todo caso ¿por qué Catalina ?, ¿ quién era Catalina?, ¿ cuál era la santidad de Catalina que provocaba tanta devoción ?. Mucho me temo que mis escasos conocimientos hagiográficos dejen muchas de estas preguntas sin respuestas, y sólo me consuela al plantear las interrogantes que algún posible lector pueda hacerme llegar unas hipótesis válidas. Por lo que he podido llegar a saber sobre esta cuestión, descartadas algunas santas nombradas Catalina por no haber existido con suficiente anterioridad a la época estudiada, o por no encontrar en sus vidas ninguna relación satisfactoria con nuestro tema, la más idónea que he hallado para justificar esta devoción es Santa Catalina de Siena, nacida en esta bella ciudad italiana en 1347, a la cual le bastaron los treinta y tres años que duró su existencia para, vistiendo hábito de los dominicos,dejar memoria de sus grandes dotes como teóloga, en una época difícil para la Iglesia por el Cisma de Aviñón, y sobre todo, y ésto es lo que más nos interesa, por su exaltación de la caridad, puesta en práctica cotidianamente con sus atenciones a pobres, enfermos y marginados en general. Pero el estudio onomástico sobre los cautivos puede ofrecer otras interesantes respuestas, como pueden ser la procedencia, las relaciones con sus amos,o el mayor o menor grado de desarraigo, por citar algunos ejemplos posibles. Sobre tales cuestiones, sin entrar en detalles que requerirían un análisis más detenido, podemos decir basándonos en las casos encontrados, que el casi absoluto predominio de nombres cristianos prueba que los amos cumplían su obligación de bautizar a los esclavos, aunque esto no supone un adoctrinamiento muy profundo, para lo cual la mayoría de los propietarios no estaban preparados, ni aún siendo sacerdotes, y porque su misma condición de amos les haría entrar en graves contradicciones morales de adentrarse en las enseñanzas evangélicas. Entre los nombres que se escapan a la generalidad expuesta, si bien no se puede realizar una precisa localización de los orígenes de la población servil, al menos sin mucha dificultad, por las lógicas extravagancias de las grafías con que los notarios escribían estos exóticos nombres, si pueden reconocerse a primera vista los dos grandes focos proveedores de esclavos: Guinea, con nombres como Izeo, Belizia, Erjarilla, curiosamente todas mujeres, y la costa islámica norteafricana, con nombres como Asadún. También por los nombres, que los musulmanes conservan en mayor medida, podemos comprender el gran desarraigo de los negros, arrancados de su cultura, indefensos ante la exigida aculturación a la que la voluntad de sus propietarios le obliga. Para los casos de Palos, incluso se puede observar que estos negros no "se llaman", sino que "son llamados", hasta tal grado llega la sutil matización de una total dependencia de sus amos, su docilidad, su sumisión, su imposibilidad de acceder a otras costumbres y actitudes que las de sus dueños. Más resistencia a la aculturación ofrecían los esclavos moros, los cuales tenían por lo general unas creencias más sólidas, además de la posibilidad de reforzarlas con una tradición cultural islámica que, más o menos encubiertamente, pervivía en la zona. Ellos lógicamente siempre "se llaman", y sus nombres responden a su fe y a sus raíces, por lo que son reacios a cambiarlos, ya que eso significa siempre la aceptación del cristianismo. Y convertirse en un renegado implicaba el desprecio de los de su raza, además de la pérdida de toda esperanza de alcanzar la libertad, porque nadie pagaría su rescate, e incluso, si conseguía fugarse, no tendría donde ir, porque en su tierra "le freirían en aceite". Probablemente la costumbre islámica no fuera tan dura con sus mujeres renegadas, o no lo considerasen tan importante, pues todas las que hemos encontrado aparecen con nombres cristianos como Isabel, Lucía o María, de los cuales ninguno aparece cristianizado, son "huidores", rebelándose y huyendo a la menor posibilidad, como se puede comprobar comparando los Gráficos Nº 6 y Nº33 para advertir que los esclavos musulmanes, un 5,6 % de la población cautiva total, protagonizaron el 50 % de las fugas. En definitiva, vemos cómo los nombres sirven para conocer a los hombres, y no sólo a los santos.
    IV. LOS AMOS.
    A pesar de que todavía quedan muchos aspectos que tratar sobre los esclavos, o tal vez a causa de ello, nos decidimos a cambiar al capítulo de los amos por considerar que muchas de las cuestiones a estudiar se verán favorecidas desde esta perspectiva. Al mismo tiempo aclaro que, siendo nuestro objetivo estudiar la esclavitud, o las relaciones entre amos y esclavos, toda esta estructura en capítulos no es más que un intento de lograr la necesaria, por útil, sistematización y ordenación, sin olvidar que seguimos rodeando y observando la misma realidad desde distintos ángulos.
    IV.1. Intermediarios o vendedores de esclavos.
    A pesar del encabezamiento de este apartado, lo característico de la esclavitud en Huelva y Palos, desde 1570 a 1587, era como ya hemos señalado la decadencia de la trata y, por lo tanto, la inexistencia de intermediarios o mercaderes profesionales de la venta de cautivos. No aparecen ni siquiera los "especialistas" portugueses, finalmente ganadores de la pugna por el control de las colonias, omnipresentes en todos los mercados, porque, como ha quedado dicho, el mercado esclavista de la zona, deprimida económicamente en esta época, se surte casi exclusivamente de lo que podríamos llamar "producción propia". Así se aprecia en el Gráfico Nº 11, donde quedan reflejadas las personas que intervinieron más frecuentemente en la transacción de esclavos, dos lo hicieron en cuatro ocasiones, Juan Rodríguez de Astorga y el clérigo Juan Rodríguez Lorido, y otras tres, incluyendo a una viuda, en tres ocasiones. Como se comprenderá, nada más lejos de una trata realizada por profesionales. Las transacciones se hacían al por menor, uno o dos esclavos a lo máximo, y presumiblemente en las viviendas particulares de los propietarios, sin que pueda suponerse la existencia de un lugar especializado para ello o mercado, ni nada que se le parezca. Una conclusión reforzada con el Gráfico Nº 12, en el cual hemos pretendido reflejar las características definitorias de estos intermediarios o vendedores, y digo sólo que hemos pretendido porque la gran mayoría, un 72,3%, aparecen "sin especificar, o sea, sin que en la documentación haya quedado recogida, posiblemente porque no la tuvieran, ninguna peculiaridad digna de mención. En el escaso porcentaje restante, poco más de uno de cada cuatro, surgen clérigos, armadores, artesanos, alcaldes, viudas y hasta un mulato. En cuanto al mínimo porcentaje de mercaderes que aparecen, apenas un 4,3 %, dudo mucho que se les pueda considerar como tratantes de esclavos en lugar de simples y normales comerciantes, ya que ninguno aparece implicado en más de un par de transacciones. ¿Que había ocurrido con los mercaderes, indiscutibles merecedores, si hubiera existido en esa época, del calificativo de "negreros", que habían controlado la importación de esclavos de África unas décadas antes ?. Sería ingenuo pensar que estos hombres, emprendedores, muy ambiciosos y con una mentalidad que calificaríamos de "absolutamente moderna", se quedaran a contemplar la ruina que, por diversas causas, se abatía sobre estas tierras. No. Ni mucho menos. Las noticias difusas que de ellos hemos podido reunir por las más diversas fuentes nos confirman que también ellos se sintieron tentados por las riquezas y oportunidades del Nuevo Mundo, al que trasladaron sus prácticas y negocios, con tanto ahínco, que dejarían en juego de niños las actividades de sus mayores. Y para ejemplificar su participación en los orígenes del que llegaría a ser "comercio triangular", sin detenernos en exceso en su suerte, baste citar un documento sobre las actividades económicas de Ginés Pinzón, descendiente de los famosos capitanes palermos que llevaron a Colón a América: En la cibdad de San Joan de Puertorrico desta ysla de San Joan de las Yndias del mar Oçéano, a trece días del mes de julio de mill e quinientos e ochenta e cinco años, ante mí el ilustre señor capitán Diego Menéndez de Valdés, gobernador y justicia mayor en esta cibdad e ysla de San Joan por su Magestad Cathólica...paresció presente Ginés Pinzón, piloto residente en esta dicha cibdad e presentó unas cartas y ciertas preguntas del tenor siguiente. Ilmo. Sr.: Ginés Pinzón, residente en esta cibdad, paresce ante V. Md. en aquella vía e forma que mejor en derecho lugar aya, e digo que conviniéndome hacer una ynformación ad perpetuum para la presentar ante su Magestad, en su Real Consejo de las Yndias y adonde a mi derecho convenga, en la cual pienso averiguar de cómo vine por piloto con Antonio Rodríguez de Lisboa en un navío nombrado la Concebción que entró en el puerto desta dicha cibdad cargado de esclavos negros, do yo traía quatro esclavos negros que se me habían dado y pagado por razón del dicho pilotaje, y se me tomaron por perdidos para Su Magestad..." Un Ginés Pinzón mencionado por Bowman, probablemente padre del anterior, e integrante de una abundante familia trasladada a América, ya aparecía en Cuba en 1518, para desde allí participar en la conquista de México por Hernán Cortes, y conquistas de Michoacán, Yopelcingos, Zacatula, Colima y Jalisco, donde también prepararon el terreno para el asentamiento de los traficantes de esclavos. Así lo deducimos del asentamiento en Ciudad de México, inmediatamente después de la conquista, de varios emigrados de Huelva y Palos que aparecen como "propietarios", "mercaderes" y uno de ellos, abiertamente, como "vendedor de esclavos". Nos referimos concretamente a Fernando Medel, también miembro de una numerosa familia y con conocidos y frecuentes contactos con otras procedentes de la costa onubense, quien aparece en 1527 como vecino de Ciudad de México, vendedor de esclavos, que al siguiente año debía de tener tan bien asentado su negocio, y su casa, que mandó a un marino amigo suyo que le trajera a su esposa desde Palos. Pruebas todas de cómo los intermediarios o especialistas de la trata de esclavos también emigraron a tierras americanas, atraídos por un mercado, forjado por ellos mismos , más rico y por unas posibilidades de expansión inexistentes en la Península.
    IV.2. Los amos. Sus relaciones y actitudes con los esclavos.
    El conocimiento de las características más notables de los propietarios de esclavos, su condición, o clase, social, posición económica, actividad profesional o costumbres, es lógicamente esencial para acercarnos a la esclavitud en sus más prosaicos y cotidianos aspectos, al modo de vida de los cautivos y las relaciones que mantenían con sus propietarios. En primer lugar, hay que decir que la esclavitud, en la época y zona estudiadas como en otros tiempos y lugares, era una práctica totalmente normal y perfectamente asumida que apenas si despertaba pequeños debates entre teólogos y juristas, más por cuestiones de forma que de fondo, que casi no trascendían a la población en general, la cual sobre este asunto, como sobre muchos otros, se limitaba a seguir los ejemplos ofrecidos por la Iglesia, la Corona y la Nobleza, durante mucho tiempo, y por este orden, principales propietarios de esclavos en España. Como podemos observar en el Gráfico Nº 14, en Huelva y Palos no existían por estos años grandes propietarios de esclavos. La mayoría de los propietarios sólo poseían uno o dos cautivos, que hemos renunciado a representar por razones de espacio, siendo únicamente siete personas las que aparecen como amos de tres o más esclavos, y de ellas, Alonso Gómez que recibió seis siervos como dote de su mujer Inés Muñoz, es el mayor propietario. Esta carencia de grandes poseedores de esclavos denota, por otra parte, la inexistencia en Huelva y Palos de individuos pertenecientes a las más altas y privilegiadas clases sociales. No aparecen familias relevantes de la nobleza de sangre, ni altos funcionarios eclesiásticos, militares o civiles, ni familias burguesas que destaquen por su riqueza material. Lo cual tampoco es de extrañar, ya que, como hemos indicado, la paupérrima situación económica no era la más adecuada para retener, ni mucho menos para atraer, a personas de los mencionados grupos sociales. Así pues, tres "particulares", dos viudas, un clérigo y un bachiller, tienen el dudoso honor de representar a los máximos propietarios de esclavos de la época (Gráfico 14) y zona.Y ésto, unido a que, según se aprecia en el Gráfico Nº 15, obtuvieron sus cautivos exclusivamente por matrimonios (85,7 % de Recibos de Dotes) o herencias (14,3 %), nos dibuja el triste panorama de una oligarquía local compuesta por los "restos" de tiempos mejores, mujeres, segundones, clérigos y los hombres menos cualificados y emprendedores, que continúan viviendo de las rentas de años más prósperos, definitivamente pasados, explotando, transmitiendo y enajenando, entre otros bienes, a sus esclavos. Incluso, considerando la penosa situación de esta oligarquía local, cabe preguntarse si la notable generosidad que manifiestan en sus manumisiones de cautivos, el 48,1 % que refleja el Gráfico Nº 17, no obedece a la necesidad de reducir gastos, disminuyendo el número de bocas que alimentar en la familia, de la que naturalmente formaban parte los esclavos. En cualquier caso, esta integración del esclavo en las familias de sus amos no es ninguna novedad respecto a las prácticas esclavistas de la Antigüedad, por lo que la mejora que la totalidad de los autores admiten en las condiciones de vida de la población servil de la Edad Moderna, tesis con la que estamos plenamente de acuerdo, requiere de algunas explicaciones complementarias. La mentalidad o cultura judeocristiana que se impuso en el Bajo Imperio Romano, y que impregnaría posteriormente a los pueblos germanos y musulmanes, probablemente contribuyó en gran medida a suavizar el trato a los esclavos y a mejorar sus formas de vida. La Iglesia Católica, en hipócrita (como ya dije) connivencia con intereses seculares, admitió la esclavitud y llegó a convertirse en destacada propietaria de cautivos, justificando esta contradicción del cristianismo original con la necesidad de tutelar y catequizar a los paganos. En su favor está la oposición, con matices, a la esclavización de cristianos por cristianos, muy bien documentada con las devoluciones de gomeros que se hicieron en estas costas onubenses durante el reinado de los Reyes Católicos, y el trato más humanitario a los siervos. No obstante, las peores condiciones de vida de los esclavos negros en las plantaciones americanas, hace surgir la duda de si el trato dispensado a los cautivos no estará determinado, más que por las mentalidades o "superestructuras" culturales y religiosas, por factores puramente económicos relacionados con las mayores o menores posibilidades y necesidades de producción de un todopoderoso mercado. Sea como fuere, en la zona y época estudiadas, ambas razones, religiosa y económica, propician unas buenas condiciones de vida para los esclavos. Los sentimientos piadosos y afectuosos de los amos hacia los esclavos, sobre todo en documentos tan impregnados de religiosidad como los testamentos, con frases como "porque nació en mi casa", "porque lo he criado", o "por el mucho amor que le tengo", justificando casi siempre horrías y manumisiones, se complementan con las escasas posibilidades de explotarlos en trabajos agrícolas, por la relativa pequeñez de unas parcelas que imposibilitaban los cultivos extensivos y, sobre todo, por disponer para tales labores un buen número de jornaleros, más cualificados para desarrollar estas tareas, reacios a dejarse desplazar por la población servil, y con frecuencia más rentables, por ser menos costosos de mantener que los esclavos y tener obviamente más estímulos para producir. En muchas ocasiones se ha comparado al esclavo con una pura y simple "mercancía". Y, ciertamente, su condición jurídica y social, casi totalmente inexistente si no es a través de la voluntad del amo, así parecen confirmarlo. Pero, ¿significa ésto que para los amos sus esclavos eran semejantes a una mera cosa ?. Lo dudo mucho, por no decir que lo considero rigurosamente falso. La misma existencia de mulatos prueba que una cosa era carecer de derechos o personalidad jurídica propia, y otra muy distinta que los propietarios considerasen a sus esclavos esencialmente diferentes de ellos mismos. ¿Cómo si no entenderíamos que Francisca Gutiérrez, por citar uno entre varios posibles ejemplos, conceda en testamento la libertad a su esclavo Francisco, a condición de que encargue cuando ella fallezca una misa rezada y ruegue a Dios por la salvación de su alma ?. Y por seguir con el mismo caso, descubramos también que el esclavo Francisco había sido arrendado por su ama y que, de los 46 ducados que ganó en dos años, gran parte fue destinado al rescate de dos yernos de su propietaria, maridos de sus dos hijas y probablemente marineros, cautivos en tierras de moros. O sea, un esclavo rescatando con su trabajo a los parientes esclavizados de su ama. ¿Cómo iban a sentirse muy diferentes amos y esclavos en estas costas, cuando sabían perfectamente que el ser dueño o cautivo dependía tan sólo de un leve golpe de la Fortuna, de tener un color de piel o unas creencias religiosas en la orilla equivocada ?. Los esclavos, a los que tanto, y tan melodramáticamente,nos empeñamos en llamar "mercancías" o "cosas", podían poseer bienes muebles e inmuebles, contraer matrimonio, incluso contra la voluntad del propietario, declarar en juicios, recibir dotes y herencias, y algunas otras cosas más , de las cuales sin duda la más importante es que podían llegar a conseguir la libertad, o lo que es lo mismo, la "mercancía" podía llegar a tener la misma condición jurídica de su propietario, algo difícil de entender si se piensa en cualquier otra "mercancía" distinta al esclavo. En definitiva, el esclavo era para el amo rigurosamente un ser humano, bastante cercano en el afecto, un tanto paternalista, en la mentalidad y en las costumbres. Lo cual no quiere decir que, a pesar de ello, o tal vez mejor a causa de ello, se imputasen normalmente a los cautivos todas las tachas y vicios, el origen de todo escándalo y conflicto, como puede fácilmente entenderse en la normativa al respecto de las Ordenanzas Municipales, o en las fórmulas de garantías de venta, cuando se asegura de un esclavo que no es mentiroso, ladrón o borracho. Características todas, además de otras como la de vago, atribuidas a una población servil que, por lógica, no tenía muchos estímulos positivos para esforzarse en sus obligaciones, con la relativa inmunidad de saber que los castigos, de prisión o físicos, representaban siempre un perjuicio económico para sus propietarios. Los más inteligentes de los amos, con promesas de libertad y otras fórmulas parecidas, lograron que sus esclavos se interesaran por realizar lo mejor posible las tareas que se le encomendaban.
    IV.3. Usos y destinos. Valor económico de los esclavos.
    Se ha debatido con frecuencia si los esclavos eran artículos de lujo o no, incluso, algún autor de cuyo nombre no puedo acordarme, afirmaba el carácter suntuario de los cautivos en un capítulo para negarlo en el siguiente. ¿Cuál era en realidad el valor económico de los esclavos ?. Por lo que hemos podido encontrar en la documentación estudiada, ambas afirmaciones son al tiempo tan verdaderas como falsas, pues, en mala comparación, igual que hoy sucede con los automóviles, había esclavos , como la negra Esperanza, de 30 años "buen cuerpo" y 150 ducados de precio, que debía de ser verdaderamente "de lujo". En cambio otros eran "utilitarios de segunda mano", como la negra de 40 años llamada Marcelina, que su amo cambia por Antonia, negra de 50 años, más 20 ducados. Que duda cabe que un esclavo era una valiosa posesión para sus amos, pero el mercado ofrecía una amplia gama de posibilidades, por lo que pudieron acceder a la propiedad de cautivos sectores sociales de economía media, o incluso baja. Todo dependía, además de las características propias del esclavo, del uso y el lugar de destino que se le diera. Entramos así en el complejo mundo del mercado, de los precios, de la oferta y la demanda, y, en definitiva de la valoración estrictamente económica de la población servil.
    IV.3.1. Lugares de destino.
    Como ya adelantábamos, y queda corroborado en el Gráfico Nº 18, el mercado tenía unos marcados límites comarcales, destacando Huelva y Palos como lugares de destino de los cautivos. Si bien, igual que advertíamos respecto a la procedencia, debe tenerse en cuenta que ésto es lógico considerando que son los documentos de estas dos villas los estudiados. Igualmente resulta explicable que los esclavos destinados a Palos sean apenas la cuarta parte de los que van a Huelva, ya que su mayor población así lo demandaría. Menos obvio es que, como se puede apreciar en el Gráfico Nº 19, que relaciona las variables de procedencia y destino, Huelva pierda población esclava mientras que, por el contrario, la gana Palos casi en la misma magnitud. Encontramos algunos documentos de venta en los que, sin ser el vendedor ni el comprador de la villa palerma, se halla el esclavo en "la cárcel de Palos". ¿ Existía una prisión especializada en tratar a los cautivos más rebeldes ?. ¿ Eran estos esclavos desviados hacia otros lugares desde la villa palerma ?. Todavía no tenemos datos suficientes para responder a esas cuestiones, aunque si conocemos algunas peculiaridades del poder de "atracción" de Palos sobre los esclavos, que veremos más adelante. Por el momento, diremos que entre las escasas excepciones de esclavos vendidos en este mercado comarcal, merece destacarse un 3,7 % de ellos, normalmente pertenecientes a los más acomodados amos con posibilidades de sufragar su transporte, que son entregados a intermediarios para que los vendan en América, sin duda porque al otro lado del Océano podían obtener un mejor precio por ellos.
    IV.3.2. Usos y ocupaciones.
    Respecto al uso que podía darse a los cautivos, en esta época y zona, que naturalmente incidiría en los precios, ya dijimos al hablar de los amos, que apenas se dedican a la agricultura, apuntando las razones que considerábamos explicaba esta situación. Tampoco hemos encontrado marinos, principal actividad de los hombres libres, lo que además de admitir razones análogas a la escasez de esclavos en la agricultura, una población más cualificada, más estimulada y celosa de las ocupaciones que le sirven para ganarse el sustento, admite, dada la necesaria promiscuidad y estrechez de los navíos, otras causas relacionadas con las imputaciones, verdaderas o falsas, que se vertían sobre los esclavos, mayoritariamente negros. Además de mentiroso, ladrón, borracho, camorrista y vago, era creencia generalizada que olían mal, paradójicamente no entre los amos, algunas de cuyas muestras de consideración y afecto ya hemos citado, sino , -miserias de la vida y el ser humano- , entre los más desposeidos y menesterosos, los que tenían muy en cuenta los factores diferenciales, sobre todo el color de la piel, porque salvo ésto practicamente nada les diferenciaba de los esclavos, que en no pocas ocasiones, según la riqueza de su amo, podían estar mejor vestidos y comidos que ellos, lo que suscitaría envidias y mayor grado de discriminación y rechazo. Objeto de burlas sobre su sentido del ritmo, sobre su forma de caminar, o de hablar, el llamado "negresco", se le acusa además de falta de higiene, de oler mal, diferente, por por lo que mal podía pretender que, de habérsele ocurrido a alguno, lo hubiesen admitido como marino en una tripulación. Los esclavos, aunque raramente se indica en la documentación, se dedicaban especialmente al servicio doméstico, como podemos ver en fuentes literarias de la época: "Guiomar: ¡ Ay, siñor Jesús Crisso ! ¿ Qué fazendas me lo pides?. Primero por las mañanas, ¿ no barremos la casa ?. En apué, ¿ no ponemos la oya? En apué ¿ no paramo la mesa ?. En apué no fregamo la cudeya y la pratoz ?". Como también se deduce en la documentación mediante frases como "por los buenos servicios", "haberse ocupado de mí", o "haberse criado en mi casa". Además, también los esclavos servían de ayudantes, hay que suponer que realizando las labores más pesadas e ingratas, a al gunos propietarios que eran artesanos, destacando oficios como esparteros, cordoneros, calceteros o barqueros, o también, dando prestigio a aquellos amos dedicados a profesiones liberales, médicos, bachilleres, escribanos, o como escuderos de oficios militares, tal como "alcabuzero". En cualquier caso, todos estos usos hacían que se prefirieran, y por tanto se cotizaran más, a los "ladinos", conocedores del idioma y costumbres de sus propietarios, que a los "bozales", recién llegados que necesitarían algún tiempo de aclimatación, adaptación o aprendizaje. Tampoco puede desdeñarse, en el caso de las esclavas, sus servicios como concubinas: "...porque tratando de que un clérigo le comprase una esclava que tenía, dijo que se la comprase que era hermosa y la serviría también de amiga, y diciéndole que era pecado dijo: mira, que pese a Dios, llevadla a vuestra casa y estaréis harto de joder y quito de pecado...". Que en ocasiones, llegaría a la prostitución: "...haber dicho no ser pecado ser puta, pues se permitían las mancebías..." O la propia capacidad de reproducción de las cautivas : " que no era pecado tener cuenta carnal con una esclava para que se empreñase, como se echaba a una borrica un caballo para que pariese un muleto...". En Palos, los amos que más hijos tuvieron de sus esclavas fueron: el clérigo Martín Núñez, que obtuvo 8 de sus esclavas Elena, Inés y Marina; el armador Francisco de Chinchilla, que logró 6 de Teresa; y el mercader Matheo de Ayón, que consiguió 4 de su sierva Juana.
    IV.3.3. Los precios.
    Vistos los usos, se entenderán mejor los precios y sus razones. En el Gráfico Nº 20, que relaciona los precios medios de los esclavos con su sexo y edad, comprobamos que son las esclavas entre 21 y 30 años las que se cotizan más, con un precio medio de 122 ducados, muy por encima del precio medio global de 86,7 ducados (siempre ligeramente superior en las mujeres, 88,7, frente a los hombres, 84,7), e incluso de los cautivos varones de esas mismas edades, que le siguen con 98 ducados.De lo cual se deduce que se prefería a las mujeres sobre los hombres, y jóvenes, pero no adolescentes, cuando podían ya rendir al máximo en sus capacidades de trabajo o reproducción, cuando contaban con mejor aspecto físico y salud, prometiendo años de servicio, sin requerir de sus compradores de invertir en su crianza y preparación, con el riesgo de perderlos. Por los motivos aducidos, creemos se puede explicar también que no aparezcan ventas de mujeres con más de treinta años, estarían todas ya colocadas, y sus precios bajarían mucho por peor aspecto y menos futuro de edad fértil, ni varones de menos de 11 años, que por tardar más en ser rentables por su fuerza física, necesitarán de largos años de manuntención. En cuanto a las razas, según vemos en el Gráfico 21, y en discrepancia con lo expuesto por Cortés López cuando afirma que los negros ocupaban el escalón inferior y más despreciado de la servidumbre, es la negra la raza preferida y más cotizada, con un precio medio de 100 ducados, en tanto que moros y mulatos presentan valores de 78,3 y 79 ducados respectivamente. Considero que Cortés López, ha recogido, magníficamente por cierto, unos sentimientos o actitudes hacia los negros en fuentes literarias especialmente, que ciertamente reflejan la autoestima de mulatos y moros, que por supuesto se consideran superiores a los negros. Pero la realidad de los precios de ventas ofrecen una clara preferencia de los compradores por la raza negra, muy posiblemente porque, su gran desarraigo y aculturación, les hacía más dóciles que los moros, además de que éstos, como los mulatos, por su color de piel que les posibilita pasar más facilmente desapercibidos entre los libres, solían ser más "huidores", o sea, más propensos a la fuga, como veremos. En cualquier caso, a despecho de sexo, color o edad, los esclavos son siempre valiosas posesiones para sus amos, -como ha quedado incluso reflejado en refranes populares del tipo "tener el oro y el moro"-, susceptibles, por su valor económico y como cualquier otra propiedad, de ser objeto de donación, trueque, embargo, hipoteca, venta, arrendamiento, garantía, dote, legado y un largo etcétera de transacciones o funciones estrictamente económicas. Un valor económico que, además de propiciar el cuidado y buen trato, estaba naturalmente sujeto a las fluctuaciones del mercado, que, según se aprecia en el Gráfico Nª 22, en la época y zona estudiadas, oscilaron entre los 50 y 130 Ducados. Y si lo relacionamos con el Gráfico Nº 2, que expresa el número de esclavos que aparecen cada año en la documentación, nos explica los normales dientes de sierra de los precios, ya que, cuanto menor es la oferta o cantidad de esclavos que aparecen, mayores son los precios, por lo que al siguiente año aparecen más esclavos, cuyos amos pretenden realizar una buena venta, ésto hace bajar los precios, y así sucesivamente. Tanto lugares de destino, usos de los esclavos, o fluctuaciones de los precios, nos confirman que el mercado obedece a factores estrictamente comarcales, sin notables interferencias del exterior.
    V. LA LIBERTAD.
    Como ya hemos adelantado en algún lugar de este trabajo, la posibilidad de ser libres, de equipararse jurídicamente, al menos en teoría, con sus antiguos propietarios, diferencia al esclavo de cualquier propiedad o mercancía. Así, son muy interesantes las cartas de libertad u horría, ya que las fórmulas notariales nos dicen cuáles eran básicamente las principales diferencias de esclavos y manumitidos: "Sepan cuantos esta carta vieren como yo, Lázaro Martín Cordero, vecino y natural de Huelva, digo que por cuanto yo tengo amor y buena voluntad a Ginés de la Cruz, mi esclavo captivo, hijo de Ginesa, mi esclava captiva difunta, que la día de hoy sois de diez y siete años de edad, color mulato, de buen cuerpo, sin barbas, con una señal de herida sobre la ceja izquierda, y por razón de que vuestra madre en su vida me dio y pagó por vuestra libertad veinte y cinco ducados, de que soy contento y renuncio a la fianza y prueba de la paga, atento lo dicho y por servicio de Dios Nuestro Señor y por obrar de misericordia, otorgo e conozco por esta dicha presente carta que ahorro y liberto a vos el dicho Ginés de la Cruz, mi esclavo, de la sujeción y cautiverio y servidumbre en que me sois mi esclavo cautivo, y vos aparto de mí y de mis bienes y de mis herederos, y vos doy poder cumplido, cual de derecho se requiere, para que podáis estar e vivir de por vos y con quien vos quisiéreis, y estar y parecer en juicio, y hacer a vuestro antojo y estar en escrituras y testamentos y establecer herederos y contraer matrimonio, y los hijos que tuviéreis sean legítimos sin obligación de servidumbre, y dejar y mandar vuestros bienes, los que hoy día tenéis y tuviéreis a vuestros hijos y herederos, y en todas las demás cosas y casos que un hombre puede y debe hacer, podáis usarlo libremente sin pena ni calumnia alguna. Que yo me obligo, por mí y mis herederos y sucesores para siempre jamás, a ver por firme y valedera esta escritura, so pena de 500 ducados de oro que me obligo a vos pagar, e pechar en venado con las costas, y para ello me obligo mi persona y bienes avidos y por haber, y doy poder cumplido e bastante a todos e cualquier alcaldes e jueces e justicias de cualesquier partes que sean, para que por todo rigor de derecho y en otra manera me compelan y apremien a lo ansí pagar y cumplir como dicho es". La libertad podía conseguirse de dos formas, legalmente, con el consentimiento del propietario manifestado en testamento o carta de libertad, horría o manumisión, que, como puede verse en el Gráfico Nº 23, es la más frecuente afectando nada más y nada menos que a un 23,4 %, casi uno de cada cuatro de todos los esclavos que aparecen en los documentos. O también, de manera ilegítima, mediante la peligrosa fuga, sólo intentada por el 3,7 % de los esclavos, sin que ni uno tuviera éxito.
    V.1. La huida.
    La escasez de intentos de fuga nos indica que los esclavos eran en general bien tratados, que había mejores medios para conseguir ser libres, que se tomaban muchas precauciones para evitar las huidas y que, si aún así, llegaban a producirse se castigaban severa y hasta cruelmente. Dado el abundante porcentaje de manumisiones, ¿quiénes eran los esclavos que se arriesgaban a huir?. Según el Gráfico Nº 24, contradiciendo la opinión de algunos autores respecto a la mayor docilidad de las hembras, se fugan al 50 % tanto hombres como mujeres, pues si bien éstas podían tener más dificultades físicas para escapar, también es cierto que algunos de los "servicios" que debían prestar podían ser a veces lo suficientemente desagradables como para empujarles a huir. No obstante, es en el Gráfico Nº 25, que relaciona a los fugitivos con su raza, donde empezamos a comprender que algunos cautivos cometan la locura de huir. Son los cautivos moros, que sólo representan el 5,6 % del total de esclavos, los que protagonizan el 50 % de los intentos de fuga. ¿ Por qué?. Si recordamos que la evangelización o cristianización era uno de las obligaciones esenciales del amo, que justifica la esclavitud para la Iglesia, comprenderemos que los moros jamás podrían obtener la libertad, ni comprándola ni por gracia de sus amos, en tanto siguieran perteneciendo a la aborrecida secta de Mahoma. Y si renegaban de su fe, como ya hemos dicho en estas páginas, serían despreciados por los suyos o "fritos en aceite", sin posibilidades de volver a su tierra con sus gentes. Por tanto, considerando también que la presión sobre ellos debía ser mayor, la arriesgada fuga es para ellos la única manera de conseguir ser libres con dignidad. Además los moros, como los mulatos, que le siguen con un 25 % en intentos de huida, tienen sobre el negro, también un 25 %, aunque debe tenerse en cuenta la menor importancia relativa de este porcentaje ya que en valores absolutos los negros eran mayoría, la ventaja de un color más claro, que les facilitaría pasar desapercibidos entre los blancos. De hecho, los dos únicos casos que hemos encontrado de esclavos herrados, es decir marcados con un hierro al rojo, lo eran en un sitio tan visible como en los carrillos porque eran "casi blancos" y habían intentado fugarse. Normalmente, se le marcaba en un carrillo una "S" y en el otro una "I", o clavo, iniciales de los vocablos latinos "Sine Iure", sin derecho, que ponían de manifiesto su condición servil. Aunque el pueblo, lo entendía, con el mismo resultado, como S-clavo, de forma que incluso hay autores que sostienen es ésta la procedencia de la palabra, y no, como se suele admitir, su etimología a partir de "slavus", de donde según dicen eran la mayoría de los esclavos, no sé cuando ni donde, pero desde luego no en las costas onubenses a fines del siglo XVI. Este castigo, de intención práctica, y muy raramente aplicado como he dicho, sustituyó en esta zona, no en otros lugares como las colonias americanas, a castigos más crueles, tales como mutilación de narices, orejas, pies, genitales, además del cepo, el palo, la garrocha,el "pringue" (derretir tocino en las heridas de látigo) y ejecuciones en la horca. Como se comprenderá, la ausencia de estas crueldades en la documentación puede obedecer a que debía concurrir en los amos una inusual combinación, ser lo suficientemente sádicos como para desafiar a los convecinos y a la Iglesia, a las buenas costumbres y el sentimiento cristiano, al mismo tiempo que tan estúpidos como para deteriorar una valiosa posesión. Por lo general, estas fugas, temidas porque representaban graves pérdidas, intentan evitarse con la precaución, de ahí que, en las ventas, igual que se aseguraba el buen estado de salud del cautivo que "no tiene al presente enfermedad pública ni secreta", se garantice su docilidad, su carencia de vicios o males que podían enloquecerle lo suficiente para huir "no es borracho", "no padece gota coral" (la gota coral o epilepsia es muy mencionada, por temida, porque podía ocasionar problemas de control), y asegurar además que "no es huidor", de manera que si el esclavo se fugaba, el comprador podía reclamar al vendedor el precio pagado o la restitución del esclavo. Es el caso de la esclava mulata Giomar, huida de su amo el mercader de Huelva Francisco de Messa, el cual otorga poder a Juan Rodríguez de Ayamonte, que se la vendió para que la encuentre y se la traiga. Y ésto fue finalmente lo que sucedió, porque Giomar fue detenida y presa en la cárcel de Évora, Portugal. Un suceso que nos ejemplifica muy bien, además, el lugar preferido de los esclavos fugitivos de Huelva para esconderse. Efectivamente, según podemos comprobar en el Gráfico Nº 26, el 50% de los cautivos que huyeron se dirigieron a Portugal, el 25 % permaneció en la misma Huelva, y la cuarta parte restante no queda especificado en la documentación. El motivo de esta preferencia por Portugal se nos escapa, habida cuenta que desde 1580 el reino lusitano quedaba unido en la persona de Felipe II a las demás tierras hispanas. Quizás lo que pretendían los fugitivos era instalarse en algunas ciudades portuguesas con abundante población negra, no olvidemos que fueron los pioneros del tráfico esclavista, donde pudieran pasar desapercibidos con mayor facilidad. En resumidas cuentas, las fugas eran muy escasas, y no tenemos constancia de ningún caso en que un esclavo hubiese tenido éxito, o dicho de otro modo, hubiera logrado la libertad por este medio. Aunque también debe considerarse que, al ser la documentación generada por los propietarios, tal vez no se estimara prudente constatar esta circunstancia si llegó a producirse. V.2. La manumisión u horría. Más fácil, como ya hemos dicho, era conseguir la libertad por manumisión u horría, es decir con el consentimiento de los amos. De esta manera fueron liberados una importante cantidad de cautivos, casi uno de cada cinco, según apreciábamos en el Gráfico Nº 23. Por Archivos, un 61 % de las liberaciones son de los fondos de Huelva frente a un 39 % correspondiente a Palos (Gráfico Nº 27). Ahora bien, en valores relativos, o sea comparando liberados con totales en cada zona, verificamos en el Gráfico Nº 28, que el porcentaje elevadísimo de manumitidos en Palos, al que ya calificamos si lo recuerdan de caso atípico, cercano al 40 %, dobla al de Huelva. ¿Que ocurre en Palos ?. ¿ A que se deben las peculiaridades de la villa palerma ?. V.2.1. La villa de Palos. Un caso atípico. Recapitulando sobre las especificidades de Palos que hemos resaltado hasta ahora diremos: 1º. Los marinos del Puerto de Palos habían sido pioneros en la trata de esclavos, compitiendo con los vecinos portugueses en la colonias africanas, lo cual va a tener por principal consecuencia una antigua y nutrida población negra en esta villa que, en la segunda mitad del siglo XVI, rondará el 25 % de la población total. 2º. Después de producirse el Descubrimiento de América, por diversas causas que ya hemos analizado en otros trabajos, la población palerma disminuye en más de un tercio durante las dos primeras décadas del siglo XVI, lo que causó un aumento de la importancia relativa, cuantitativa y cualitativamente, de esa población cautiva. 3º. Al contrario de lo que suele suceder en otros lugares, incluso de la misma comarca, donde el mestizaje o "blanqueo" se produce a través de individuos blancos masculinos, cuando se produce, casi siempre mediante uniones vergonzantes o ilícitas, en Palos, muy probablemente por el acusado desequilibrio de sexos que produce la emigración masculina a América, también serían, por lógica deducción, frecuentes las uniones de negro o mulato y blanca, hasta la integración o asimilación racial total. 4º. La relación entre lugares de origen y destino de los esclavos, Gráficos Nº. 19 y Nº 34, sólo es positiva en Palos, es decir acuden a ella más esclavos de los que se van. 5º. En valores porcentuales relativos, Gráfico Nº 28, la documentación palerma ofrece el doble de manumisiones que Huelva, síntoma claro de que se produjo esa mayor integración que hemos propuesto en razón de las peculiares circunstancias citadas. Tales características debieron hacer de Palos un lugar especialmente atractivo para la población negra, sobre todo para los libertos que podían decidir libremente su residencia, ya que la equiparación jurídica del manumitido no significaba una fácil integración si existía la discriminación o el rechazo social. En la villa palerma, la abundancia relativa de negros, esclavos y libertos, que a veces recibían de sus amos además de la libertad algunos bienes en herencia, o lo que es lo mismo una posición económica y social, creó unas condiciones bastante favorables para la integración de los manumitidos. Por tanto, no es de extrañar que, como se aprecia en el Gráfico Nº 28, Palos fuera en más ocasiones destino que origen de los liberados, acudían más de los que se iban. Curioso crecimiento en una población general absolutamente sumida en irreversible declive, que en una ocasión nos hizo escribir que la villa palerma posiblemente deba su supervivencia al trabajo y las vidas de estos esclavos o manumitidos.
    V.2.2. Principales característica de las manumisiones.
    No obstante, debe recordarse que, como hemos destacado, el de Palos es un caso atípico por sus especiales circunstancias demográficas y económicas. Por lo que ofreceremos a continuación los datos más sobresalientes de la que podríamos denominar manumisión normal o general. La mayoría de las liberaciones, según puede observarse en el Gráfico Nº 29, se producen en los testamentos, nada menos que un 69,6 %, mientras que por carta de libertad u horría tan sólo lo hacen un 26,1%, o un 4,3% más si le añadimos los que liberan a través de poderes a sus representantes. Tal vez ésto sea indicativo de que, pese a la normalidad conque era aceptada la esclavitud según la mayoría de los autores, los amos tengan una sombra de duda sobre su legitimidad moral que les impulsa, después de haberse servido de los cautivos en vida, a liberarlos como un requisito importante en su preparación para "bien morir", librando sus conciencias de una carga. Y en este sentido, podrían comprenderse mejor en estos testamentos, que los propietarios, tras conceder la libertad, añadan frases como las que ya citamos de "a condición de que ruegue a Dios por mi ánima..", o "..por el perdón de mis pecados..". De todos modos, contra la teoría expuesta, se puede argumentar que con frecuencia en los testamentos no se libera a todos los esclavos, ni a los que se libera se hace con las mismas condiciones. Por ejemplo en el testamento de Juan López, vecino de Huelva, se otorga la libertad a su esclavo Francisco, negro de veinte años, a condición de que sirva a sus herederos por cuatro años y les pague 50 ducados, mientras que a su esclava Ximona, mulata de cinco años "que nació en su casa", no sólo le concede la libertad gratuitamente, sino que manda le sean entregados 50 ducados para ayuda a su casamiento, "y si no se casare sea para su sustento. Muy probablemente, las tesis de los dos párrafos anteriores sean verdades a medias o complementarias. Que los amos crean que liberar a sus siervos sea un mérito que presentar ante la suprema justicia divina, que esta acción reconforte sus conciencias en la cercanía de la muerte, consideramos que son hechos probados. Ahora bien, como buenos cristianos, también debían pensar en el bienestar de sus viudas, hijos o parientes, de ahí que se matice la manumisión con el condicionante de unos años de servicio a estos familiares o la entrega de una suma de dinero. Al mismo tiempo, muchos propietarios creían en su labor tutorial "paternalista" sobre sus esclavos, y la extienden más allá de su muerte, liberando a aquellos que le han "servido bien", fieles, leales, trabajadores y buenos cristianos, que a juicio de ellos estaban capacitados para ser dueños de sus actos. A los demás, posiblemente consideraran que sirviendo a sus herederos u otros cristianos -cederlos a judíos o musulmanes era una mala acción, mal vista, y en muchos lugares prohibida- podrían completar su formación o, cuando menos, al estar vigilados se evitaría que causaran males a otras personas o a ellos mismos. Y para demostrar que el beneficio económico no era un factor principal de estas manumisiones, téngase en cuenta que las cantidades que en estos casos pagan los cautivos, cuando su liberación no es totalmente gratuita, oscila entre la mitad y la tercera parte de lo que se conseguiría por sus ventas. Además de que, observando el Gráfico Nº 30, comprobamos que los años en que se liberan mayor número de esclavos, 1571, 1581, y, sobre todo, 1584, coinciden con años de buenas cotizaciones o precios de los cautivos en el mercado. Asimismo, la extensión de la tutela de los amos, tras su muerte, sobre sus siervos más débiles o peor preparados, también queda corroborada en cierta medida con el Gráfico Nº 31, donde las mujeres, el 54,2% de la población cautiva según veíamos, sólo representan el 43,5% de esclavos liberados. Tampoco hemos encontrado confirmación a la tesis de algunos autores según la cual se manumitían, o "ahorraban", los esclavos cuando por su edad elevada no era ya rentable mantenerlos. Según nuestro Gráfico Nº32, la inmensa mayoría de las liberaciones se realizaban cuando los cautivos tenían menos de 30 años. De 31 a 40 años, en plena edad productiva, no aparece ni una sola horría. Y de 41 a 50, ninguno mayor, se produce una manumisión como recompensa a una vida de servicios. ¿ Por qué eran liberados tan jóvenes ?. Todo parece indicar que estas tempranas manumisiones obedecen a un deseo de los amos de liberar del cautiverio a aquellos indivíduos que llevan su propia sangre, la de sus parientes, o la de sus amigos. Casi nunca queda constancia en las actas de bautismo de los padres de estos jóvenes esclavos.Como afirma Vicenta Cortés, no podemos determinar si la "simple omisión se refiere a los padres esclavos o si se añadía la coletilla (desconocido) porque se sospechaba que fueran blancos". La documentación parece inclinada hacia la segunda hipotética respuesta de Cortés Alonso. Los cautivos liberados son muy niños, el grupo de edad más numeroso es de 1 a 10 años, y abunda la "piel clara". Por razas, un 8,7% son blancos, un 30,4% mulatos y un 21,7% no consta en la documentación su color. Ciertamente, continúa siendo la raza negra, con un 39,1 la más abundante también en liberaciones, aunque tal vez sería más que probable que ésto no fuera así de haberse especificado el color de los no descritos, y, en cualquier caso, nótese si es significativo o no que únicamente sea un 39,1% la manumisión de negros,cuando eran el 43% de la población cautiva, en tanto que los blancos, el 2,8%, son el 8,7% de los liberados. Se hace patente la preferencia por liberan la sangre "blanqueada", normalmente con bastante tacto, aunque no faltan pícaras, y hasta socarronas, indiscreciones como la de quien liberó a un niño de seis meses "en atención a un vecino suyo sastre". Si atendemos al estado o condición de los propietarios que otorgan la libertad, Gráfico Nº 35, veremos que salvo un 4,3% de Alcaldes y un 13% de Clérigos, a los que podemos considerar casi lógicos libertadores, la mayoría, un 43,5% no especifican nada respecto a ellos mismos. Lo más significativo en este apartado es que en el 39,1% de los casos de manumisión las otorgantes de libertad son viudas. Curioso dato que muy probablemente denota el deseo de estas señoras de enmendar algunos "desaguisados" de sus difuntos, además de cumplir sus últimas voluntades, ya que, como hemos dicho, frecuentemente en los testamentos se manumitía al cautivo a condición de que, muerto el amo, siguiera sirviendo a la viuda mientras viviera. El aspecto económico, ya lo hemos visto, no era lo más importante en estas liberaciones. Y de hecho, según se aprecia en el Gráfico Nº 36, nada más que el 17,4% de los manumitidos compró su libertad, casi siempre con precios muy inferiores a los del mercado como hemos indicado. El 73,9% de los esclavos recibieron su libertad gratuitamente, todo lo más con la condición de servir unos años a los herederos de su propietario, e incluso un 8,7% de los cautivos reciben además de la libertad algunos bienes de la herencia de sus amos. No obstante, salvo en el atípico caso de Palos que ya comentamos, la integración de los libertos no debía ser fácil. Sospechamos que, exceptuando el sin duda importantísimo cambio cualitativo de ser teóricamente dueños y responsables de sus vidas, muy poco se modificarían sus existencias, permaneciendo muchos al servicio de sus respectivas "familias".
    VI. EPÍLOGO.
    Dada la brevedad de este estudio, considero innecesario cansar al lector con un resumen de los más relevantes aspectos tratados. E igualmente, por ser pocos los años estudiados, sería algo prematuro ofrecer conclusiones, porque hay en este trabajo más preguntas que respuestas, debiéndose considerar estas últimas como meras hipótesis de un, esperamos que próximo, análisis más exhaustivo y profundo. Por tanto, colocaremos de momento un punto y seguido, no sin antes expresar que para los amos, "El hombre que topa con una mujer que es necia, o loca, o chocarrera, o liviana, o glotona, o rencillosa, o perezosa, o andariega, o incorregible, o celosa, o absoluta, o disoluta, más le valiera ser esclavo de un buen hombre que marido de tal mujer...". Particularmente, argumento con tan dantesco panorama nos convence plenamente. Lástima que no conozcamos lo que al respecto pensaban los esclavos. Todavía.
    Extraído de:http://www.paisvirtual.com/ciencia/humanistica/julioil/esclavoc.html
    Autor: Julio Izquierdo Labrado

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  17. El comercio de esclavos: Gibraleón. Por Julio Izquierdo Labrado:
    Desde que Arcadio Larrea Palacín publicara su artículo Los negros de la provincia de Huelva, en 1952, Gibraleón ha venido aguantando estoica y resignadamente el sambenito de ser el pueblo de los negros, de los esclavos, de los "panturranos" o "panzurranos", de los "barrigas verdes". Vamos a tratar de mostrar, al mismo tiempo que una sucinta historia del comercio de esclavos en estas costas onubenses, que se trata de un tópico histórico donde los haya, aunque ya nos consta lo difícil que es luchar contra ellos, pues se enquistan en el conocimiento humano que tiende por defecto -nunca mejor dicho- a que le cuenten lo que presuntamente sabe. Sin ir más lejos, el propio título de este artículo: "El comercio de esclavos: Gibraleón", es una prueba de ello.

    Naturalmente, detrás de cada tópico suele haber algo de verdad, de ahí su éxito, por eso se ha dicho también que una verdad a medias es la peor de las mentiras. ¿Hubo negros descendientes de esclavos en Gibraleón? Sí, rotundamente los hubo y los hay. Ahora bien, ¿acaso no los hubo y los hay también en otras poblaciones cercanas? Pues claro que sí. El propio Arcadio Larrea nos habla en el citado artículo de las poblaciones negras de Huelva, Palos, Moguer y Niebla. Entonces, ¿por qué razón ha quedado unido el nombre de Gibraleón a los residuos que el fenómeno esclavista y los siglos han arrojado a estas costas? Podríamos pensar que se debe a que, en 1952, ciertamente Gibraleón contaba con una de las poblaciones negras y mulatas más abundantes de la zona, pero es casi seguro que no, que sencillamente se deba a que Larrea ilustró su artículo con fotografías de presuntos descendientes de esclavos, ¿no adivinan de dónde? Acertaron. Efectivamente, eran de Gibraleón. Lo que nos lleva directamente a la admisión del poder de la imagen, o, lo que es lo mismo, a que hay mucha más gente de la que parece que no lee los artículos, sino que se limita a ver sus fotos.

    Encontrada la posible causa del tópico, pasemos de fotos, y vamos a considerar los argumentos de don Arcadio. En efecto Larrea Palacín afirmaba en 1952 que era Gibraleón la población que contaba con una población negra más numerosa y diferenciada, concretamente "el número de los que la integran excede de los 200, y de ellos la mayoría son puros, si bien se da algún que otro caso de mestizaje". Consideramos que, precisamente la pureza racial a la que hace referencia, la cual denota dificultades de integración y, por consiguiente, de absorción por parte de la mayoría blanca, la que explica fundamentalmente la presencia de estos negros en Gibraleón, y no el hecho de que esta villa hubiera tenido un papel preponderante, durante los siglos pasados, en el comercio de esclavos. El propio autor se hace eco de este segregacionismo en el siglo XX:

    "Son llamados "morenos" y "negros". Tiempo atrás no eran recibidos con agrado por los blancos en su compañía, ni siquiera en las labores del campo, donde suelen ocuparse los hombres; las mujeres venden escobas, espárragos, caracoles, picón, palmitos, uva palma e higos chumbos, no sólo en el pueblo, sino en los vecinos, particularmente en Huelva donde también con frecuencia se colocan como domésticas las muchachas, que son muy apreciadas por fieles, limpias y laboriosas. (…) Muchos de ellos habitan en chozas; de ellas es por entero el barrio de Villalatas. (…) En general, la situación económica es pobrísima, rayando en mísera".

    Esta situación le permitió a Larrea concretar, mejor que en otros pueblos, a este colectivo por apellidos como Moreno, Gómez, Pata, Pérez, González, Rodríguez, Pineda, Flores, Conde, Velasco, Martín, Sierra y Tocino. Y también por los apodos de Marquillo, Pelao, Balona, Carato y Pepón. Tal vez sería exagerado hablar de "ghetto", pero ciertamente la comunidad vivía en una zona bien diferenciada, sumándose al prejuicio racial el económico, que si no siempre lo antecede, con frecuencia lo complementa. En definitiva, lo que en pleno siglo XX mostraba Gibraleón era un ejemplo de segregacionismo que otras villas de las zonas, por diversas causas, habían superado y que, en un nuevo alarde de la tradicional autoexculpación racista de los blancos, Larrea atribuye a los propios marginados:

    "Gibraleón nos muestra una situación muy aproximada, en lo que cabe, a la que debió ser tradicional en el resto de las poblaciones". (…) "La situación actual es de plena igualdad jurídica, que ya viene de antiguo, y social; ésta más moderna, exceptuando un sólo caso: Gibraleón. Y aun aquí la excepción está muy atenuada y proviene más de los morenos que de los blancos".

    Así pues, llegamos a la conclusión de que la excepcionalidad de Gibraleón no era tanto su relativamente numerosa población negra, como la perdurabilidad del antiguo segregacionismo, y explicarlo como automarginación es una salida fácil pero nada convincente. ¿Por qué entonces pudo pervivir esta discriminación racial con mayor intensidad que en otras villas cercanas?

    Responder a esta pregunta con honestidad y argumentos sólidos rebasaría con creces el espacio de este artículo, porque, entre otras cosas, exigiría un análisis comparativo del fenómeno esclavista y su evolución entre diversas poblaciones de la comarca, no obstante podemos afirmar, sin ninguna posibilidad de error, que todas las respuestas posibles están contenidas en la propia historia de Gibraleón. Buscarlas nos alejaría del comercio de esclavos, por lo que abordaremos el pasado olontense para resaltar algunos vínculos con aquellos pueblos que encabezaron este tráfico humano, especialmente Palos.

    En 1262, Alfonso X conquistó el reino almohade de Niebla, estableciendo en su territorio tres concejos: Niebla, Huelva y Gibraleón. A continuación, tras producirse en menos de media docena de años dos expulsiones consecutivas de musulmanes, el rey sabio concede varios privilegios a las personas que acudan a repoblar Gibraleón, entre ellos la exención del derecho de portazgo, por lo que los olontenses no pagarían este impuesto sobre los productos que exportasen, con tal de que no fuera a Sevilla, Toledo o Murcia, concediéndoles además casas y heredamientos, es decir tierras que cultivar, a condición de que no las abandonaran durante dos años.

    Desde su conquista por los cristianos, Gibraleón tuvo un carácter eminentemente militar, de marca fronteriza organizada en función de la guerra, lo que debió influir en el repartimiento repoblador, otorgándose mejores lotes a quienes debían combatir a caballo, los caballeros "fijosdalgos", miembros de la baja nobleza castellano-leonesa, y sus escuderos, que a los peones, mayoritariamente campesinos y algunos modestos artesanos. Poniéndose con ello las bases discriminatorias, económicas y sociales, de la tradicional sociedad estamental y feudal, poco propicia, por cierto, a mezcolanzas y mestizajes.

    Pleito sucesorio:
    En 1284 murió el rey Sabio y le sucedió su hijo Sancho IV, usurpando los derechos de la descendencia de su hermano mayor don Fernando de la Cerda. Esta cuestión sucesoria originó un conflicto grave en Castilla, que degeneró en verdadero desorden cuando, muerto el rey Sancho, doña María de Molina queda como reina regente en representación del hijo de ambos, el rey niño Fernando IV. Un conflicto que no se resolvería hasta 1304 con la paz de Torrellas, en la que el rey se comprometió a compensar a don Alfonso de la Cerda, a cambio de su definitiva renuncia al trono, con bienes y señoríos entre los que se encuentra la villa de Gibraleón. De esta forma, la villa olontense, que previamente había sido donada de forma vitalicia por Alfonso X a su hija doña Beatriz, con todo el antiguo reino de Niebla, pero que no llegó a materializarse en señorío por impedirlo Sancho IV, pasó de ser realenga a señorial, bajo la jurisdicción de los de la Cerda y posteriormente de los Stúñigas, con etapas de vuelta al realengo en un conflictivo siglo XIV. Y es precisamente la vinculación con los Stúñigas, o Zúñigas, la que ahora nos interesa. Vencido Pedro I en la llamada guerra trastamarista, que le enfrentó a sus hermanastros por el trono de Castilla, un victorioso Enrique II agradeció a los Pérez de Guzmán la ayuda prestada otorgándoles las villas de Huelva, Gibraleón, Beas y Trigueros. Pero, años más tarde, Isabel de la Cerda, casada con el conde de Medinaceli, reclamó los antiguos derechos de su linaje sobre estas tierras, aprovechando su buen entendimiento con el rey Juan I, quien, en 1379, despojó al joven Álvar Pérez de Guzmán, que apenas contaba con 14 años, de las villas de Huelva y Gibraleón, entregándole como compensación las de Palos y Villalba. En 1401 el pleito entre ambos linajes llegó a un acuerdo de compromiso: Huelva seguiría siendo de los Medinaceli, pero se restituía Gibraleón a la hija de Álvar Pérez, Isabel de Guzmán, casada con Pedro de Stúñiga, hijo del Justicia Mayor de Castilla -excelente parentesco para ganar un pleito-, señor de Béjar, y, atención, de la mitad de la villa de Palos, por su matrimonio con la mencionada Isabel.

    Son los años en que la villa de Gibraleón delimita su término, establece una serie de normas destinadas a mejorar su producción agropecuaria e inicia una serie de pleitos, especialmente con Huelva, por la utilización de la vía fluvial del Odiel, esencial para su comercio, ya que le permitía comunicarse más rápidamente con las localidades próximas, ahorrándose el pago de derechos de paso, y además permitía su acceso al mar, aunque la pesca no se desarrolló tanto en Gibraleón como en Palos o Huelva, y el comercio marítimo, pese a ser intenso con puertos gaditanos y otros de la Península Ibérica, discurrió por las rutas más conocidas y seguras, aventurándose sólo en raras ocasiones a las costas africanas. La libre circulación de esclavos entre Huelva y Gibraleón, a la que se hace referencia en la carta de hermandad de ambas villas fechada en 1445, todavía no podía ser de guineos.

    De cualquier forma, como señala el profesor Ladero Quesada, estos pleitos suponen el interés creciente de los señores por los ingresos cada vez más cuantiosos que proporcionaba el mar, entre los cuales ya no eran nada desdeñables los derivados del tráfico de esclavos. Fueron sobre todo los Medina Sidonia los que intentaron monopolizar esta fuente de ingresos, consiguiendo la posesión de casi toda la costa, por compras y matrimonios, desde Ayamonte hasta Sanlúcar de Barrameda, incluida la villa de Huelva que llegaría pronto a ser el segundo puerto más importante de este ducado.

    Sin embargo, no lograron hacerse más que con un doceavo de Palos, pese a que Don Enrique de Guzmán llegó a tomar la villa con hombres de a caballo, pero su afán monopolista fue truncado definitivamente cuando el 20 de Junio de 1492 los Reyes Católicos adquirieron la mitad de la villa de Palos por 16.400.000 maravedíes, una cifra que, además del propósito de la Corona de que Colón saliese de un puerto realengo, sólo podía justificarse económicamente porque la alota de Palos, la más importante de la zona hasta entonces, pese al Tratado de Alcáçovas (1479), sobrepasaba a la de Huelva en ingresos anuales procedentes de la pesca y el comercio marítimo.

    Por su parte, Gibraleón se enfrentaba a estos intereses monopolistas litigando con Huelva por el Portil y Punta Umbría, además de por mantener los derechos de su puerto de Tarracona en el Odiel, verdadera puerta de todo su comercio. En cierta forma, Gibraleón y Palos compartieron a los Stúñigas como señores y también, como era lógico, sus intereses en el mar frente a Huelva y al Duque de Medina Sidonia. Gibraleón en el Odiel y Palos en el Tinto. Pero no todas las villas marineras de la comarca pudieron enviar sus naves a surcar las rutas más arriesgadas:

    "la navegación en África, más allá del Cabo Bojador, exigió un perfeccionamiento técnico que sólo parecen haber poseído en este tiempo los marineros de Palos y el Puerto de Santa María, conocedores del régimen de corrientes y vientos que en aquellos parajes imperaban...".

    Sin duda alguna, la cercanía del Algarve y los frecuentes contactos con los marinos del Sur de Portugal, supondrían una preciosa fuente de información para los palermos sobre las rutas africanas y la localización de los bancos de pesca, lo que representaba una ventaja adicional sobre otros puertos de la costa andaluza. Guinea representaba para los portugueses un enclave demasiado valioso como para permitir la intromisión de pescadores y comerciantes de otras nacionalidades, pero los pescadores de Palos y el Puerto de Santa María frecuentaron aquellas aguas. Y siguiendo el ejemplo portugués, muy pronto los andaluces aprendieron que los beneficios obtenidos de la pesca podían superarse, o complementarse, con los habidos del comercio con seres humanos. Para los marinos de la comarca del Tinto - Odiel los esclavos eran otra mercancía a transportar -no consta que se dedicaran a capturarlos-, especialmente al mercado sevillano, quedándose en la zona algunos para el servicio doméstico de los que, aún hoy, se conservan huellas en la población:

    "... las naves que conducían esta odiosa mercadería aportaban casi siempre a puertos inmediatos a Niebla, donde se negociaban los esclavos, y comúnmente quedaban muchos en el país, y cuando llegaba el caso de ahorrarlos, moraban en aquellos mismos pueblos, donde la raza se mantiene y perpetúa casi sin mezcla; pero al cabo de tantos años ha perdido su primitivo color y degenerado en trigueño, y sólo mostrando su origen en la forma de sus fisonomías y en algunos rasgos del ángulo facial de la raza etiópica".

    Primero se obtuvieron negros que eran cautivos de los moros de Berbería, entregados por ellos para su propio rescate. Posteriormente se llegaría directamente a la tierra de negros, si bien, dado el dominio de los portugueses, fue menos frecuente que los andaluces llegaran a conseguir ellos mismos los esclavos, los cuales generalmente obtenían de sus asaltos a las naves portuguesas o por compra a los moros, que los ofrecían a bajos precios por la hambruna que sufrían en la época. Según Rumeu de Armas, fue a comienzos de la decimoquinta centuria cuando se inició un comercio entre la Baja Andalucía y el Norte de África. Tánger, Arcila, Azamor y Messa, al sur del Cabo de Aguer, fueron enclaves fundamentales de este comercio. No obstante, se potenciaron al máximo tras el descubrimiento y posterior explotación que los portugueses realizaron de las costas de Guinea. Las posibilidades que presentaba un comercio basado en mercancías de gran valor, como el oro, las especias y los esclavos, atrajeron muy pronto la atención de los marinos de la zona, que vieron en esta actividad un óptimo y rápido medio de lucro.

    Las expediciones a Berbería, primero de los portugueses y luego de los andaluces, hay que considerarlas inicialmente como una continuación del mismo impulso que durante siglos llevó a los cristianos de la Península Ibérica a reconquistar los territorios que, según consideraban, les habían arrebatado los musulmanes a sus antepasados visigodos. También eran las "cabalgadas" con las que devolvían a los berberiscos sus incursiones de pillaje en tierras cristianas. Y, por último, la forma de capturar hombres que después serían canjeados por cristianos cautivos en tierras de moros, o "rescatados" por una buena cantidad de oro, o esclavos. Precisamente, el hecho de rescatarse algunos musulmanes por varios de sus esclavos negros puso en contacto a los cristianos con los que, por su color de piel, llegarían a ser sinónimo de esclavitud. La búsqueda de una ruta marítima hacia el oro y los esclavos negros, sin necesidad de que intervinieran los musulmanes como intermediarios, alentó a los cristianos en sus expediciones por la costa noroccidental africana. Ciertamente se produjo una extensión del islamismo en el África negra, pero también se utilizó una argucia, detectada más de una vez, consistente en identificar a los cautivos negros con musulmanes, justificando de ese modo que se les hacía una guerra justa como a enemigos de la fe, excusa muy extendida en la época que disculpaba actuaciones de notable dureza. Sirva de ejemplo la bula papal de Eugenio IV, verdadera arenga animando a los hermanos de la Orden de Cristo a la guerra justa contra los infieles y prometiéndoles, a cambio, el perdón de todos sus pecados.

    La verdad es que estas cacerías de esclavos no tenían nada de justas, ni siquiera de guerras. Como depredadores, los cristianos actuaban de forma ventajista, con nocturnidad y alevosía, aprovechando el factor sorpresa y la confusión, rehuyendo el combate con auténticos guerreros, mientras se ocupaban en perseguir con mentalidad de mercaderes más que de militares a las presas fáciles de capturar, especialmente niños y mujeres. Los episodios que narran las capturas, -hay que pensar que son sólo los que se creían confesables-, rezuman suficiente dolor y espanto para no necesitar comentarios. Si acaso, recordar que eran realizados por "hermanos de la Orden de Cristo", que se apoderaban de estos seres "en buena guerra" y que lo hacían "por la salvación de sus almas". La indefensión en que se encontraban los moradores de estas aldeas costeras era bien conocida por los cristianos, que se congratulaban de la poca resistencia hallada y la facilidad con la que podían obtener sus cautivos.

    En la costa onubense, igual que en Portugal, hubo hombres dispuestos a aprovechar esta debilidad para conseguir unos pingües beneficios. Y, del mismo modo, justificaron su negocio como una especie de cruzada contra los enemigos de la fe. Sin embargo, cuando el cronista dice "como sy fuesen moros", está admitiendo implícitamente que no los consideran exactamente iguales:

    "... diz que los traxieron presos a las dichas villas de Moguer e Palos e los tienen cautivos en fierros como sy fuesen moros...".

    Efectivamente, los azanegas, primer pueblo que encontraron, eran musulmanes, de color rojizo, vivían en la costa de la abundante pesca que capturaban con sus redes hechas de corteza de árbol y fueron los primeros esclavos que se desembarcaron en Palos. Debían recelar de los extranjeros, ya que a su llegada se refugiaban en el interior, dejando sólo sus huellas como constancia de su presencia, en una costa llamada Río de Oro, porque parece que los cristianos encontraron un poco de oro en la arena.

    Las capturas se van convirtiendo progresivamente en una cacería de niños por tres razones: podían oponer menos resistencia, corrían menos en la huida y cabían mayor número de ellos en los barcos. Como se puede ver, razones impropias de guerreros defensores de la fe, y sí argumentos de una aplastante e impía lógica mercantil. Naturalmente, estos azanegas, o azenegues como los llamaban los portugueses, aprendieron pronto a desconfiar de estos extranjeros y debieron establecer sistemas de vigilancia para evitar desagradables sorpresas, así como refugios más alejados de las costas. Era por tanto necesario conocerlos mejor, encontrar entre ellos guías e intérpretes y proceder con más astucia. Realizados los primeros contactos, se hacen las primeras descripciones sobre la forma de vida de estos aborígenes, con un énfasis en la bestialidad de sus costumbres que, más allá de la lógica extrañeza, hace sospechar en un propósito consciente de descalificación cuyo objetivo final no puede ser otro sino la justificación de la esclavitud. Además de las exageraciones y descalificaciones, se añaden noticias más verosímiles, según las cuales, los azanegas eran pastores nómadas, con una economía basada fundamentalmente en la ganadería de vacas, carneros, cabras y camellos, y una gran movilidad de sus campamentos, lo que les hacía apreciar, sobre cualquier otra cosa, a los caballos, de los cuales poseían pocos, circunstancia que tendrá, como veremos, su influencia en el tráfico esclavista.

    Su alimentación estaba lógicamente basada en su ganado, especialmente en la leche, que alternaban con algunos frutos que recolectaban y, en la zona costera, con pescado. Las referencias, un tanto despectivas, de los cristianos sobre sus bebidas, parecen indicar que no tomaban alcohol. Con ojos codiciosos observaban los cristianos cualquier atisbo de riquezas que puedieran convertir en botín. Llamaban su atención las buenas vestiduras de los notables y las joyas de sus mujeres. Al mismo tiempo, puesto que la calidez del clima hacía poco necesaria la ropa, critican las impúdicas desnudeces como signos de barbarie, sobre todo de las indígenas musulmanas que cubren su rostros y muestran sus cuerpos. La organización social y política de estos pastores nómadas no debía ser muy compleja, probablemente de carácter tribal sin mucha diferencia entre sus miembros ni normas o jerarquías. Además de al pastoreo, estos azanegas o alarves, a los que los cronistas consideraban menos peligrosos y fuertes que a los negros, también practicaban con los hombres de piel más oscura el tráfico de esclavos, a los que vendían por un "trozo de pan". La esclavitud, pues, no era desconocida para ninguno de los protagonistas de esta historia.

    Los cristianos empezaron ya aquí a interesarse por estos negros, procedentes de un mítico reino, el de Melli, en el que se niegan a creer, como impropio de la barbarie que atribuyen a los hombres de tal color. Y, tal vez para convencer a sus señores de que las ganancias de estas empresas eran fáciles y no requerían de mucha inversión, insistieron una y otra vez en la indefensión de estos pueblos. Conceptos como los de guerra justa y defensa de la fe caen por tierra cuando se argumenta que estas personas no tienen capacidad de resistencia, ni pueden esperar auxilio de los reinos musulmanes vecinos, pues, aunque seguidores de Mahoma, los propios cristianos observan que no deben ser moros como los otros, cuando sus mismos correligionarios los esclavizan. El rescate de los moros, que naturalmente tenían de sí mismos mucho mejor concepto que de sus vecinos negros, resultó ser un buen negocio para los cristianos que, puestos a salvar almas, indiscutiblemente preferían salvar varias de negros que sólo la de un mahometano. Poco a poco se fue fijando en la mentalidad de la época una equiparación entre esclavos y negros. Y no faltaron sabios teóricos que se empeñaron en encontrar los argumentos necesarios para explicar que Dios, en su omnisciencia y para facilitar las cosas a los torpes humanos, había coloreado de negro a las criaturas que debían estar sometidas a servidumbre para expiar el abominable crimen de ser descendientes del fratricida Caín, pues astutamente equivocan a éste con Cam, el hijo de Noé, supuesto padre de la raza negra.

    El descubrimiento de estas poblaciones negras en las zonas tórridas, que muchos creían antiguamente que debían estar deshabitadas por la inclemencia del clima, así como la posibilidad, legitimada por papas y reyes, de conquistarlos y esclavizarlos, obteniendo así cuantiosos beneficios, animó en gran medida la continuación de las exploraciones a tierras cada vez más lejanas, hacia donde retrocedían los mitos, empujados por la desmedida ambición de los hombres. Además de las posibilidades de conseguir esclavos, así como otras exóticas mercancías entre las que se nombran los colmillos de elefantes, recibieron noticias de que a estos lugares llegaban las caravanas de oro de los árabes, por lo que decidieron instalar allí, en Arguim, aprovechando la existencia de agua potable, una factoría y construir una fortaleza, lo que, como no podía ser de otra forma, provocó enfrentamientos y matanzas, preparando el posterior comercio con los musulmanes.

    Sin embargo, la miserable suerte de estos inocentes no dejó de conmover a algunas personas influyentes de la época, los cuales, mientras los cristianos se sorprendían de no encontrar monstruos, si es que no los encontraban adecuando la realidad a imágenes preconcebidas y prejuicios, intentaron ofrecerles el pretendido consuelo de una religiosidad, naturalmente superficial e incomprensible para los indígenas, que aceptarían con la misma resignación que su esclavitud. Pero entre los indígenas se extendió la noticia de la violencia de los cristianos, por lo que, al vislumbrar sus naves huían a esconderse. Había que actuar con mayor tacto y astucia si se quería seguir obteniendo beneficios. De modo que se hicieron tratados con estos moros, se intentó evangelizarlos, se comerció con ellos y se les atrajo para que colaboraran en la explotación esclavista de las tierras del Sur. La suerte de los negros estaba echada.

    Se llegaba, por fin, más allá de los rojizos azanegas o azanegues, a la verdadera Tierra de Negros y, siguiendo el nuevo plan, no capturaron sino que compraron los esclavos a otros negros, los cuales los tenían como botín de guerra de sus frecuentes reyertas. De Geloffa trajeron hermosas esclavas, pero la belicosidad de los jelofes dificultó su comercialización, y probablemente contribuyó a que los cristianos evitaran participar directamente en las capturas. "De hecho sólo había un tipo de negros que se consideraban incapaces de soportar la esclavitud, que fueron los jelofes, cuya importación quedó terminantemente prohibida en el siglo XVI". Los jelofes unían a su agresividad unas armas terribles, aunque primitivas, porque acostumbraban a poner veneno en sus flechas. Una ponzoña tan eficazmente mortal que llevó el pánico a las filas cristianas, donde empezaron a contarse las víctimas en número apreciable. La trata se va a ir endureciendo. Mercaderes y pequeños nobles van a ser acompañados, cuando no sustituidos por personajes mucho más duros y siniestros que actuarán, llegado el caso, sin piedad alguna. Ya no había lugar para el respeto a ningún sentimiento, a ninguna ley humana o divina, con tal de domar la fiereza con que estos seres humanos estaban dispuestos a luchar por su libertad amenazada. Los cristianos buscaban presas fáciles, por lo que esta resistencia hacía que se tambalease la voluntad de muchos de ellos, aventureros, mercaderes, ventajistas, que no tenían en absoluto ningún valor guerrero, que no sentían escrúpulos de la sangre derramada, pero les aterraba que fuera la suya.

    El negocio de la esclavitud ya estaba en marcha, legalizado y justificado, por lo que, cuando una zona estaba esquilmada, la continuidad en el avance estaba asegurado. Probablemente no se haya valorado lo suficiente la importancia que el tráfico de esclavos ha tenido en los descubrimientos geográficos. Portugal puso toda la carne en el asador enviando a sus mejores navegantes como Nuño Tristao, que llega a la línea equinoccial, a la altura de Cabo Verde, donde se topan con unos hombres negrísimos, los Serreos, que poseían muchas balsas, cuyo rey "malo" Besegighi, dirigió un durísimo ataque con flechas envenenadas contra los cristianos, en el que murió el mismo Tristao. Los lusos iban progresivamente asentándose sobre el territorio. Su colonia del río Senegal funcionaba con regular frecuencia, "cada mes iban allá carabelas a comerciar con mercancías". En un viaje de Diogo Gomes, pasaron de Cabo Verde y llegaron a Río de Santo Domingo. Remontaban los ríos cuanto podían para internarse profundamente en el continente, a fin de contactar con el mítico reino etíope del Preste Juan y con un objetivo político y económico: se buscaba sobre todo el oro en las tierras mandingas de la ribera del Gambia. Y por fin se contactó con los poderosos mandingas, cuyos reyes, o "mansas", aunque no tenían buen vino, animales domésticos provechosos, ni muchos conocimientos arquitectónicos, sí tenían miles de millares de súbditos y acceso a las minas de oro, además de numerosos esclavos. La abundancia devaluó el valor de los seres humanos hasta el mínimo:

    "de parte del rey les di doce negros por un caballo y di después cada caballo por catorce y quince negros".

    Jean de Bethencourt Captura de aborígenes canarios:
    Mientras tanto, las islas Canarias, que se convirtieron en la base de operaciones de los andaluces, en África primero y luego en América, jugaban también su papel en el tráfico de esclavos. Un noble de Picardía (Francia) llamado micer Jean de Bethencourt, por ser leproso, buscaba un lugar desierto para vivir. Fue a Sevilla y desde allí a Fuerteventura y Lanzarote. Los descendientes de Bethencourt, por matrimonio con señores portugueses, entraron en la órbita de Portugal. No obstante, parece que realmente las islas quedaron muy pronto vinculadas al condado de Niebla y, por tanto, a las expediciones de los marinos de la comarca del Tinto-Odiel:

    "Juan de Bethencourt dejó el gobierno de Lanzarote, Fuerteventura e Hierro a su sobrino -y no su hijo- Miciot o Maciot, quien le vendería las mencionadas islas al Conde de Niebla en 1418..".

    Las islas, pese a que las excelencias de su clima eran desde antiguo conocidas, estaban expuestas a los asaltos de todos los desalmados que se encontraban con ellas, por lo que, a mediados del siglo XV, contaban con una población escasa: en la isla de Lanzarote moraban sesenta hombres, en la de Fuerteventura ochenta, y la de Hierro sólo contaba con doce hombres, 500 vivían en la Palma, 6.000 en Tenerife y 5.000 en Gran Canaria. Los canarios, aunque valerosos y aguerridos, no contaban para su defensa más que con las piedras de su isla. La benignidad del clima hacía que estos pueblos se preocuparan muy poco por los vestidos, casi siempre ornamentales, cuando renunciaban a ir sencillamente desnudos. Pero la prueba más contundente de su barbarie, siempre según los cristianos, era que despreciaban el oro, y consideraban necios a los que ansiosamente buscaban algo tan inútil. Desde luego, siempre fue más asequible para los andaluces obtener los esclavos en Canarias que en Guinea, evitando el enfrentamiento con los portugueses. A este respecto, es bastante reveladora la condena del tráfico de esclavos por parte del Obispo de Rubicón fray Juan de Frías, quien con toda energía asumió la protección de los indígenas canarios bautizados.

    Era usual que los marinos de la costa suratlántica, al llegar a Canarias, apresaran a los aborígenes de estas islas que, vendidos luego en Andalucía, les proporcionaban cuantiosos ingresos. Las quejas del Obispo llegaron a los Reyes Católicos, que prohibieron taxativamente la captura de canarios cristianos y ordenaron, además, el secuestro y devolución de los esclavos de estas características a la isla de la Gomera. En una carta ejecutoria de 1477, los Reyes, al prohibir estas actividades, citan expresamente a las villas de Palos, Moguer, Huelva, Gibraleón y Lepe, como principales proveedoras, ya que el obispo de Rubicón acusaba a Alonso Gutiérrez, Juan Martínez Nieto, Diego Gil, Alonso Yáñez, Juan de Triana y Juan Martínez del Monte, capitanes de carabelas, vecinos de Palos y de Moguer, de que "avian traydo a esta tierra çiertos canarios... de la dicha ysla de la Gomera, los quales eran cristianos e libres, pues estavan en amparo de la Santa Madre Iglesia". Estas capturas contaban, por lo general con la complicidad de Fernando Peraza, como aseguraba el propio Fray Juan de Frías en su denuncia, donde afirmaba textualmente:

    "Ferrand de Peraza, hijo de Diego de Ferrara, cuya es la Gomera... mandó entrar cierta gente de Palos e Moguer con ciertas caravelas en la dicha ysla de la Gomera, e que estando ellos en salva fe, fizo prender ciertos vezinos de las dichas yslas e los dio por cautivos, los quales diz que los traxieron presos a las dichas villas de Moguer y Palos...".

    Según Rumeu de Armas el número de esclavos gomeros se elevó a un centenar. Algunos vecinos de la comarca hallaron un medio de obtener aún mayores beneficios del lucrativo tráfico: asaltar las naves que regresaban de las costas africanas a la Península y apoderarse de sus valiosos cargamentos. Así, en 1481, Pedro Pérez, jurado del Puerto de Santa María, acusa ante los Reyes a ciertos vecinos de Palos, Huelva y Moguer, del robo de dos carabelas:

    "...la una cargada con ciento e dos moros e la otra con mill e quinientos miticales de oro e doze moros e cierta cera... cruzando los mares del cabo Aguer... que podían valer fasta dos cuentos de maravedíes".

    Debemos destacar en este documento, por una parte, el considerable volumen de esclavos transportados, y por otra, la argucia de llamar moros a dichos esclavos, eufemismo que se repetirá con frecuencia cuando la corona prohibe cautivar cristianos. Más datos sobre la ruta del tráfico esclavista encontramos en una ejecutoria real, dada en Alcalá de Henares en 1485, según la cual:

    "...puede aver once años, poco más o menos, que él (Pero Bueno, justizia e vezino de Xerez de la Frontera) viniendo por la mar del cabo Aguer en una caravela que ay a nombre la Machorra, trayendo en ella mercadería e diez e ocho esclavos e esclavas... salieron contra dicha caravela... dos caravelas de Huelva e Palos, de que eran capitanes Diego Rodríguez Peguero y Fernando Martínez Nieto... que por las fuerzas de las armas y contra su voluntad de los que en dicha caravela venyan diz que le tomaron la dicha caravela... esclavos e esclavas... e les llevaron a la villa de Huelva e de allí a Niebla, donde les tuvieron más de quatro o cinco meses e non les soltaron de la dicha prisión fasta tanto que le llevaron veynte mill maravedíes".

    Es decir que, a veces, el botín logrado en un asalto no se revendía, sino que se rescataba. No obstante, ello no significa que los palermos no contasen con la red de distribución necesaria para vender los esclavos por su cuenta. Todo lo contrario, en la documentación existente al respecto, Palos aparece como un núcleo de abastecimiento de esclavos en la zona. Sabemos que un vecino de Palos, Alonso de Cota, era un facedor en la comarca de Doña Beatriz de Bobadilla, viuda del gobernador de Canarias, Fernando Peraza, que a la muerte de su marido había continuado con tan próspero negocio. Este Alonso de Cota vendió, por encargo de Doña Beatriz, ciertos gomeros que, como cristianos, resultaron ser libres y horros, por lo cual los compradores reclamaban su dinero. Doña Beatriz de Bobadilla tuvo que depositar 500.000 maravedíes a fin de restituir lo cobrado por la venta de dichos canarios.

    Son numerosos los casos en que los Reyes decretaron el secuestro de esclavos canarios bautizados, que habían sido vendidos en aquellos lugares por los factores de Fernando Peraza, Beatriz de Bobadilla o Pedro de Vera. Las quejas de sus propietarios reclamando la devolución de los cautivos, o bien, del dinero que por ellos pagaron, aportan valiosas informaciones sobre la identidad de vendedores y compradores, sobre las características de estos esclavos y sobre sus precios:

    Entre los esclavos incautados por la Corona a sus propietarios palermos, citaremos como ejemplo el caso de Francisco Martín, zapatero vecino de Palos que, en 1491, reclama la cantidad de 12.000 maravedíes que había pagado por "...un muchacho gomero de hedad de quatro años e una gomera del governador (Pedro Vera) que ha nombre Ynés, por prescio el uno de seis mill maravedíes e la otra de otros seys mill...", declarados libres y que le han sido tomados por el obispo de Canarias. Especialmente interesante nos parece la reclamación de Fernando Martínez Daza, vecino de Palos, quién, en 1491, declaraba "... que viniendo de las pesquerías de los cazones de Guinea, aportó a la ysla de la Gomera, donde diz que estaba Doña Beatriz de Bobadilla... que por un varco suyo que traya le dio dos muchachas canarias".

    En definitiva, los ingresos por este mercadeo humano, a tenor de los elevados precios, debieron ser cuantiosos. Los esclavos que mejor se cotizaban eran los niños y las jóvenes. El mercado, que se extendía más allá de los límites comarcales, llegaba hasta Sevilla, núcleo de confluencia de todo el tráfico esclavista. Muy pronto, los embajadores de Alfonso V de Portugal ante la Santa Sede consiguieron ratificar en Roma su privilegiada posición en Guinea mediante dos bulas pontificias: la Romanus Pontifex, dada por Nicolás V el 1 de Enero de 1455, y la Inter Caetera, otorgada por Calixto III el 13 de Marzo del siguiente año. Por ello, las prácticas de apresamiento directo, o "filhamentos", fueron pronto abandonadas ante la facilidad de conseguir grandes contingentes de negros, prisioneros por sus frecuentes escaramuzas tribales, sólo con ofrecer al reyezuelo de turno algunas baratijas. De la constatación de esta realidad surgirían las factorías: Arguim (1448), Santiago de Cabo Verde(1458), San Jorge da Mina(1482), Sâo Tomé(1486)... En cambio España no tuvo en el África noratlántica mas que la factoría de Mar Pequeña, ubicada en algún lugar indeterminado de la costa de Berbería.

    Sin embargo, esta desigualdad, por la cual casi la totalidad de los esclavos que llegaban a Andalucía procedían directamente de estas factorías lusitanas en África, o llegaban a través de los mercados negreros de Lagos y Lisboa, será superada al inventar los andaluces otra forma, y desde luego no la menos importante, de procurarse esclavos: el robo. En efecto, al mismo tiempo que se producía un auge en las actividades marítimas de los palermos en el litoral atlántico africano, durante la segunda mitad del siglo XV, comenzaban a ser frecuentes los testimonios de esclavitud en la villa. La coyuntura propiciaba un aumento del tráfico marítimo en aquellas aguas, que se hacía posible gracias al desarrollo de las técnicas de navegación. Coincidiendo con los primeros contactos con los mercados de esclavos en tierras africanas, la población de Palos crecía y se hacía más rica, convirtiéndose en un importante núcleo de la trata negrera en sus inicios.

    Los marinos de la costa occidental de Andalucía, y en el litoral onubense concretamente Palos, Huelva, Lepe, Moguer o Gibraleón, se veían a menudo involucrados en acciones piráticas contra las carabelas negreras lusas, a las que esperaban y asaltaban cuando pretendían llegar a Portugal desde Guinea. Una lucrativa actividad que se incrementaría a lo largo de la segunda mitad del siglo XV por tres razones fundamentales: primera, la desigual presencia de España y Portugal en África, a la que debe sumarse la superioridad de la bien organizada armada portuguesa; segunda, porque era mucho más barato, y por tanto rentable, apoderarse de estas cargas humanas cuando ya se encontraban próximas a las costas andaluzas, máxime cuando los mercaderes portugueses, por reducir los precios de las mercancías porteadas, disminuyeron el número de personas necesarias para defenderse de tales asaltos; y tercera, el progresivo apoyo de la Corona castellana a estas actividades, que pasaron con ello a ser corsarias, o sea con patente de corso real, porque los monarcas no estaban dispuestos a perder su correspondiente y substancioso quinto. Así se expresa en la carta firmada por la Católica Isabel en Sevilla el 13 de Septiembre de 1477:

    "Sepades que yo he seydo informada como agora nuevamente algunas personas, vezinos de la villa de Palos, tomaron çiertas caravelas de portogueses, que venían de la Guinea, que trayen oro de la Mina e esclavos e otras mercaderías... Las quales dichas caravelas de portogueses e todo lo que en ellas trayan es mío e me pertenesçe..".

    Fue por tanto el robo, asalto, piratería o corso sobre las naves portuguesas, realizados fundamentalmente por marinos de la costa onubense, el principal medio de entrada de esclavos negros en España. Una práctica que se inició casi desde el comienzo mismo de la trata por los lusos, pues ya en 1452, el Infante portugués Don Enrique el Navegante, reclamaba la devolución de 34 esclavos negros que algunas gentes de Sevilla y Palos habían robado de una carabela portuguesa procedente de Guinea.

    Según el cronista Alonso de Palencia, en 1476 era considerable el tráfico negrero, porque "... algunos pescadores palermos, ya avezados a las expediciones guerreras y afortunados contra los portugueses, se reunieron con otros marineros del Puerto de Santa María, y en dos carabelas arribaron a las costas más próximas a Guinea. Llámase aquel territorio de los Azanegas, con cuyo nombre se distingue a los de color cetrino de otros de color más negro y de costumbres también más negras.. Los marineros de las dos carabelas se apoderaron de 120 azanegas y los trajeron a Andalucía, despreciando las órdenes del Rey Don Fernando, que prohibía terminantemente el tráfico fraudulento con los de Guinea".

    La turbulencia de la época, según afirma el propio cronista, propiciaba este tipo de hazañas, y añade a continuación que los palermos, animados por las procaces palabras de Gonzalo de Stúñiga, alcaide de la fortaleza de Palos, armaron otras tres carabelas y arribaron a las costas de Guinea con intento de cargar esclavos. Esta vez los palermos en solitario, logran con argucias apresar al rey de aquella región y a sus hombres de confianza, a quienes trajeron a Andalucía. El conflicto con Portugal había sido inevitable, aunque sólo se hiciera oficial cuando la Beltraneja le disputó el trono castellano a Isabel la Católica.

    La guerra entre Castilla y Portugal (1475-1479), llamada Guerra Peninsular o de Sucesión, ha sido también considerada por algunos historiadores como la primera guerra colonial europea. La armada que se preparó en Sevilla no contó con la participación de los palermos, ante la negativa de Gonzalo de Stúñiga a que éstos formasen parte de la empresa. Fue un fracaso. Y los Reyes comprendieron la necesidad de apoyar las acciones aisladas de los palermos, así que en 1476 ordenaron al Concejo de Sevilla que permitieran sacar trigo y cebada para el mantenimiento de la villa de Palos y el aprovisionamiento "de la armada que iban a hacer contra Portugal", por lo que los de Palos pasarían a convertirse de hecho en verdaderos y mimados corsarios reales.

    Más tarde, ante estas nuevas circunstancias, Gonzalo de Stúñiga otorgaba su permiso y las naves palermas se unieron a la expedición castellana capitaneada por Charles de Valera. Según Alonso de Palencia, las tripulaciones conseguidas en principio, de andaluces y vascongados, carecían de práctica en viajes semejantes "porque sólo los de Palos conocían de antiguo el mar de Guinea". Cuando al fin zarpó, la armada puso rumbo a la isla de Antonio Nolli, que descubriera este marino de Génova mercenario portugués, y arribando a ella se apoderaron de Antonio y los demás habitantes, robaron cuanto tenían y, al saber que Hernán Gómez con su armada venía de vuelta a Portugal, los andaluces, para resarcirse de los gastos de la expedición y hastiados de la traidora actitud de los nobles, se dirigieron a las costas africanas y apresaron las dos carabelas que el Marqués de Cádiz enviara para avisar a los lusitanos. Con todo el botín y los 500 esclavos azanegas que les tomaron, los marinos, especialmente los de Palos, se negaron a seguir a Charles de Valera , y continuaron solos el viaje. De este modo, "la rapacidad de los grandes hizo perder al Rey y a los maestres de las carabelas todos los gastos de la expedición".

    En 1477, los de Palos asaltaron con 26 carabelas la costa portuguesa y retaron a combatir a ciertas naves francesas aliadas de los lusitanos, a las que vencieron, apresando además dos carabelas portuguesas. Después saquearon el arrabal de Tavira ocasionando graves daños. Portugal perdió la guerra, pero se quedó con todas las colonias menos Canarias. Por eso, contrariando el Tratado de Paz de Alcáçovas, los palermos siguieron pescando y comerciando en las aguas prohibidas, pasando de ser considerados como corsarios contra los portugueses a meros delincuentes. Alcáçovas supuso el sacrificio de los palermos, y de sus actividades marítimas, en aras de la nueva coyuntura política respecto a Portugal. En Palos produjo un sentimiento de estupor y decepción, origen de las tensas relaciones con la Corona, que se agudizaron más aún cuando los Reyes adquirieron la mitad de la villa en 1492. En cierta forma, las tierras americanas se buscaron porque se habían perdido las africanas.

    Y, naturalmente, se llevaron esclavos a América porque había que sacarles frutos a unas tierras inmensas en unas condiciones tan difíciles que los propios aborígenes sucumbían cuando se les obligaba a realizar trabajos tan duros, o había que eliminarlos cuando se sublevaban para no realizarlos. La poca rentabilidad de los indios se verá siempre reflejada en sus precios. Decir que el esclavo negro se llevó a América para proteger al indio es una contradicción que ya algunos han observado con ironía. Muy pronto América se convirtió en un gran mercado de esclavos, con unos precios muy elevados, por lo que primero se llevaría a los mejores esclavos de la Península y, posteriormente, se iniciaría un tráfico directo desde África hasta América. Fueron los inicios de lo que sería el "comercio triangular", apreciable ya en casos concretos como el de Fernando Medel, miembro de una numerosa familia y con conocidos y frecuentes contactos con otras procedentes de la costa onubense, quien aparecía en 1527 como vecino de Ciudad de México, vendedor de esclavos, que al siguiente año debía de tener tan bien asentado su negocio, y su casa, que mandó a un marino amigo suyo que le trajera a su esposa desde Palos. Prueba de cómo los intermediarios o especialistas de la trata de esclavos también emigraron a tierras americanas, atraídos por un mercado más rico, forjado por ellos mismos, y por unas posibilidades de expansión inexistentes en la Península.

    Es cierto que la Corona española, en las Instrucciones de 1501, intentó evitar que pasaran a Indias los esclavos, judíos y moros conversos, pero pronto tuvo que cambiar esa política ante la necesidad de mano de obra. Así que no le quedó otro remedio que permitir y reglamentar la importación de esclavos negros. Este cambio de actitud se justificó, por un lado, argumentando que era necesario importar negros para aliviar el trabajo de los indios. Por otro lado, se utilizó ya entonces una razón de productividad incuestionable: un negro trabajaba como cuatro y hasta como ocho indios. Inicialmente, los negros fueron vendidos por mercaderes portugueses en Sevilla, desde donde eran embarcados para América. Pero luego se consideró mucho más rentable exportarlos directamente desde África. El Emperador Carlos V otorgó, en 1518, la primera licencia para introducir esclavos en América, con carácter de monopolio, al francés Laurent de Gouvenot. Y diez años después, cuando aquella caducó, concedió otra similar a una casa holandesa. Pero estos monopolios encarecían artificialmente el precio de los esclavos, ya que se producía una reventa de licencias hasta llegar a los "rendeiros" portugueses que dominaban el tráfico en las costas africanas. Ésta fue la causa de que, en 1532, se intentara que el negocio negrero fuese controlado totalmente por la Casa de Contratación y el Consulado de Sevilla, que otorgaron numerosas licencias a españoles.

    No obstante, y pese a este régimen que duró hasta 1582, en la práctica las licencias seguían yendo a parar, en última instancia, a los mercaderes lusitanos que eran los verdaderos traficantes. Así pues, teniendo en cuenta que Portugal se integraba con Felipe II a los inmensos dominios de este monarca hispano, se decidió otorgar directamente las licencias a los portugueses, obligándolos a desembarcar los esclavos en los puertos de ingreso a Indias autorizados, a fin de que fueran debidamente controlados. Pero los portugueses se las ingeniaron, con una variada gama de artimañas, para desarrollar un importante contrabando. Definitivamente, Portugal había ganado la partida a la costa onubense en el comercio de esclavos. Pero esto no quiere decir que los marinos de Palos, Huelva y Moguer se quedaran al margen de este negocio que habían contribuido a crear, por lo que se enrolaron en naves portuguesas, en las que eran bien acogidos por su experiencia náutica, su conocimiento de los mares americanos y porque, con su presencia, facilitaban el contrabando. En la mayoría de los casos el camino de América supuso para los negros una selección, no precisamente natural, donde, después de un hipócrita bautizo masivo, los menos fuertes y robustos iban a perecer con toda certeza. No en balde, los portugueses llamaban a los barcos donde llevaban a los esclavos "tumbeiros", es decir, ataúdes.

    Así pues, el hecho de que a mediados del siglo XX Gibraleón contara con la más abundante población negra de la comarca no significa que su participación en el tráfico esclavista, especialmente desarrollado en la segunda mitad de la decimoquinta centuria, fuera más importante que el de otras villas de la comarca. Palos, Huelva y Ayamonte, como puerta de Portugal, fueron los principales suministradores de esta mano de obra servil hasta que los portugueses pudieron asentarse directamente en Sevilla. Tampoco, pese a que a estos onubenses descendientes de esclavos les enorgullezca llamarse la "raza de Colón", o "los del barco", están relacionados con estos episodios de la "gesta" americana, tan grata en la comarca, sino a otros, anteriores, mucho más siniestros y, probablemente por eso, menos estudiados.
    Autor:Julio Izquierdo Labrado
    Palos de la Frontera, 1999.

    * Relaciones Palos-Algarve
    * Esclavos en Huelva y Palos

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  18. Portugal y la trata de esclavos:
    La aparición de los esclavos negros en la Europa de la Baja Edad Media fue un momento decisivo para la historia de la humanidad. Se produjo una caza del hombre que duró cuatrocientos años y que convirtió Africa en un continente manchado de sangre y de lágrimas.

    Creencia en la inferioridad del hombre africano:
    En una descripción de la época se les califica de "grandes monos, tan hábiles que, bien adiestrados, son capaces de ocupar el lugar de un criado". Las crónicas de los descubridores suelen ser muy subjetivas: "caníbales bárbaros, que sacrifican a sus prisioneros", "negros, que adoran al demonio", "desde la más tierna infancia tienden a la inmoralidad y se hacen cortes lastimosamente en el rostro y en el cuerpo y se los pintan de colores para mayor ostentación". El desconocimiento inicial fue seguido de justificaciones interesadas.

    La idea de un "negro bárbaro" es una creación europea que continuó ejerciendo sus efectos sobre Europa hasta los inicios del siglo veinte (Leo Frobenius).

    En 1704, en una enciclopedia, la última palabra de la ciencia, decía: "Los africanos suelen ser negros y se les llama negritos o moros. Son viciosos, salvajes, crueles y muy fuertes, y cada año, se venden gran cantidad de ellos como esclavos a los europeos".

    Implicación de otras potencias coloniales:
    Lo iniciado por los portugueses (y antes por los árabes) fue muy pronto adoptado por las demás potencias coloniales. Los españoles, los holandeses, los ingleses, los franceses, los alemanes, los daneses y los norteamericanos se dedicaron en los siglos siguientes al comercio de negros. A principios del siglo XIX, según Livingstone, se capturaban anualmente trescientas cincuenta mil personas en Africa, de las cuales sólo de una quinta a una décima parte llegaba al lugar de destino. El cardenal francés Lavigerie, uno de los hombres que más decididamente luchó contra la esclavitud, suponía que en el siglo XVIII, la esclavitud costaba unos dos millones de vidas al año. El sistema de la esclavitud se convirtió en un elemento indispensable de la economía. Ligado al cultivo del azúcar, del algodón y del café. Carlos V dio la concesión del comercio entre Africa y América Central a partir del año 1517 a mercaderes flamencos. John Hawkins, entre 1563 y 1570 atacaba con su barco que llevaba el nombre Jesús, los transportes de esclavos portugueses y los poblados africanos y gracias a su comercio de esclavos llegó a ser el hombre más rico de su tiempo, caballero y tesorero de la armada real. Las compañías inglesas "African Company" y "Company of Barbary Merchants" en el transcurso de cuarenta años transportaron tres millones y medio de esclavos negros a América.

    El papel destacado de Portugal:
    Portugal se convirtió en el comerciante de esclavos número uno de toda Europa. Se llegó a considerar el trabajo de los esclavos como la base de la existencia nacional. La actitud que transformó un pequeño pueblo de la Península ibérica en una verdadera nación de navegantes esforzados, se deterioró con el paso del tiempo. Hasta fines del siglo XV el comercio de esclavos estuvo casi exclusivamente en manos de los árabes y de los portugueses. Los árabes proveían al mundo oriental, los portugueses a las potencias occidentales. Al abrigo de las fortalezas construidas por João II los esclavos eran reunidos y embarcados. Cuando la colonización de América requería, ochenta años más tarde, mayor cantidad de esclavos, Portugal creó en Lagos y en Angola una organización aún más importante. Había cristianos portugueses que insistían en que la finalidad principal de los viajes a Africa no debía ser el comercio de esclavos, sino la conversión de las almas de los indígenas.

    Actitud cristiana de Enrique El Navegante:
    Personajes idealistas como el propio príncipe Enrique esbozaron programas utópicos, según los cuales los negros, después de bautizados, tenían que ser devueltos a su país, para hacer proselitismo entre los que se habían quedado allí. Estos programas también contribuyeron a que se considerara a los africanos como hombres verdaderos. El príncipe Enrique hizo devolver a Africa a algunos negros bautizados, con la esperanza de ganar así pueblos enteros para la fe cristiana. Pero los cristianos negros desaparecieron rápidamente en la selva y no volvieron a dar señales de vida.(Wendt)

    (el impulso de los viajes y de los descubridores) era una mezcla de fe y de codicia, de religión y de rapacidad. Allí se juntaron el espíritu de los cruzados y de los apóstoles con los más viles intereses de lucro y condujeron a la caza de los negros desarmados, que eran apresados por sorpresa y hechos esclavos de la manera más indigna y desconsiderada. (Georg Friedrici)

    Desembarco en Lisboa de los africanos capturados por Tristao (1441):
    Se desembarcaba a los prisioneros. Estos eran negros y tan feos de rostro y de figura, que parecían venir de un mundo inferior. Pero nadie hubiera tenido el corazón tan duro que no sintiera compasión por ellos. Algunos inclinaban el rostro cubierto de lágrimas. Otros dirigían la mirada al cielo y se lamentaban amargamente. Otros, por fin, se golpeaban el rostro con los puños. Luego se tendieron sobre el duro suelo. Algunos entonaron cantos de lamentación de su tierra. No podíamos comprender su lengua, pero aquel tono tan triste nos llegó al corazón. Su dolor aumentó aún por el hecho de que separaban a las familias. Arrancaron a los padres de sus hijos y a los maridos de sus esposas. Los empleados no tenían en cuenta nada y lo arreglaban todo a capricho. Pero apenas se había hecho la distribución, cuando los hijos corrieron hacia sus padres y las madres abrazaron desesperadas a sus pequeños. Se acurrucaron en el suelo; no profirieron la menor queja cuando cayeron los latigazos sobre sus cuerpos desnudos. Pero en vano esperaban que al final les dejaran a sus hijos. (Gomes Eannes Azurara, 1444)

    Consecuencias del tráfico para Africa:
    Efectos demograficos:
    El tráfico de esclavos provocó estragos en Africa, los cuales aún hoy en día se hacen sentir. Durante cuatro siglos este continente fue escenario de guerras y razzias por la captura de esclavos. Millones de africanos fueron exportados para tierras lejanas, otros tantos millones murieron en largas marchas hasta la costa y en los almacenes a la espera de ser embarcados. Este éxodo forzado de millones de personas provoco la disminución del crecimiento vegetativo de la población africana, ya que los hombres y mujeres en edad de procreación eran vendidos. Algunos investigadores llegan a decir que entre los siglos XV y XIX el continente perdió más de cien millones de hombre y mujeres jóvenes. Varias regiones africanas quedaron casi totalmente despobladas. El investigador André Gunder Frank en su libro La Acumulación Mundial 1492-1789 señala la cifra de 13.750.000 esclavos traídos a América entre los siglos XVI y XIX, a lo que el investigador Enrique Peregalli añade un 25% por muertes en el trayecto y un 25% más por muertes en Africa con motivo de las guerras de captura, lo que da un total de 20.625.000 africanos perdidos para el continente en ese período(). Igualmente, se calcula que en ese período sólo desde la costa de Angola a los puertos de São Tomé y América fueron transportados tres millones de esclavos. Así se explica que las zonas más pobladas en el Siglo XV como el Congo, Ndongo y Quissana, en el Siglo XVII estuviesen ya despobladas. Además, muchas poblaciones, ante el peligro de la esclavitud, abandonaron sus zonas originales, refugiándose en las regiones interiores, ayudando a la despoblación.
    Efectos políticos:
    El comercio de esclavos era el más lucrativo y los europeos se encargaron de persuadir a los jefes locales y a los mercaderes africanos para participar en él. De este modo se produjo una reacción en cadena. La aristocracia, los jefes y los comerciantes africanos querían aumentar su riqueza, autoridad y poder, queriendo también defender su independencia. Para ello, necesitaban de armas de fuego y mercancías de Europa. En este contexto, la fabricación de armas de fuego se transformó en un gran negocio de exportación. Con ellas se organizaban extensas cazas de hombres, ataques a otros pueblos, tribus y aldeas, con el fin de someterlos y venderlos como esclavos. De este modo, se deterioraron las relaciones entre los diversos estados y pueblos. Los pueblos del litoral y del interior más próximo se encontraban en guerra continua. Así, a partir del Siglo XVI los reinos de Benín, Congo y Angola en Africa Occidental, tal como el Imperio Mutapa en Africa Oriental, se desmoronaron. En los siglos XVII, XVIII y XIX, en las selvas del Golfo de Guinea y en el valle del río Zambeze se desarrollaron estados militares con base en el comercio de esclavos. Tenían una rígida organización militar, poseían grandes ejércitos permanentes y se enriquecían con la venta de sus propios hermanos, haciendo la guerra a los pueblos vecinos.
    Efectos económicos:
    Además de la captura de hombres y mujeres, el tráfico promovió el saqueo sistemático de los bienes producidos. Ya sea a través de tributos o de pillaje, los traficantes saqueaban el producto de las cosechas, ganado, marfil, pieles, cera, maderas preciosas. Las actividades económicas como la agricultura, minería, artesanía, alfarería y el comercio local fueron abandonados y se orientaron a una actividad económicamente más productiva: la esclavitud. El tráfico de esclavos trajo al continente africano un estancamiento, por no decir un retroceso económico. La agricultura, los tejidos, la fundición y la forja de metales se fueron reduciendo. En contrapartida, se desarrollo la exportación de seres humanos. En lugar de poner a la venta productos, ahora el único producto de fácil venta en el mercado eran los propios productores. Las pequeñas industrias locales no pudieron sobrevivir. Por lo tanto, el tráfico de esclavos retardó el desarrollo y creó condiciones para el actual estado de subdesarrollo(). (Marco Antonio Barticevic)

    Livingstone relata la liberación de un grupo de esclavos:
    Al cabo de unos instantes, Mbamé nos dijo que una cuerda de esclavos iba a cruzar el poblado para ir a Tete. ¿Debíamos intervenir? Esta era la pregunta que nos hacíamos. Todo nuestro equipaje personal que contuviera algo de valor estaba en manos de los habitantes de Tete. Si liberábamos a los esclavos, era posible que, en compensación, nos arrebataran nuestros bienes, e incluso objetos que nos habían sido confiados por necesidades de la expedición. Pero estos negreros que penetraban gracias a nosotros en un lugar a donde no se atrevían a aventurarse hasta entonces, estos cazadores de hombres que fomentaban la guerra civil para abastecerse de cautivos y que se llamaban hijos nuestros para mejor alcanzar su meta, se oponían tanto a la misión que se nos había encargado, misión aprobada por el gobierno portugués, que no podíamos permanecer con los brazos cruzados. Se decidió pues que intentaríamos detener este odioso comercio que se aprovechaba de nuestros descubrimientos para ampliarse. Llevábamos sólo unos pocos minutos sobre aviso cuando una larga cuerda compuesta de hombres, mujeres y niños, atados en fila uno tras otro y maniatados, serpenteó en la colina y tomó el sendero hacia el poblado. Los agentes negros de los portugueses, armados con fusiles, ataviados con vistosos atuendos, y situados en la vanguardia, en los flancos y en la retaguardia de la tropa, caminaban con paso decidido. Algunos le arrancaban alegres notas a unos largos cuernos de hojalata; todos ponían cara de gloria, como gente convencida de que ha llevado a cabo una noble acción. No obstante, en cuanto nos vieron, estos triunfadores se precipitaron tan rápidamente bosque adentro que sólo pudimos entrever sus gorros rojos y las plantas de sus pies. El jefe, que iba delante, fue el único en permanecer en su puesto. Uno de mis hombres lo reconoció y le estrechó fuertemente la mano. Era un esclavo del antiguo comandante de Tete; nosotros mismos lo habíamos tenido a nuestro servicio. [...] A las preguntas que se le dirigieron con respecto a los cautivos, contestó que los había comprado, pero cuando más tarde se interrogó a los cautivos, nos dijeron todos, excepto cuatro de ellos, que habían sido apresados en combate. Pronto tuvimos cortadas las ataduras de las mujeres y de los niños, pero liberar a los hombres resultaba más difícil. Todos estos desgraciados tenían el cuello apresado en la horcadura de una gruesa rama de unos dos metros de largo, mantenida en el cuello por una varilla de hierro firmemente clavada en los dos extremos. Sin embargo por medio de un serrucho, que por fortuna se encontraba en el equipaje del jefe de la diócesis, les devolvimos la libertad. Les dijimos entonces a las mujeres que cogieran la harina que transportaban y que hicieran con ella unas gachas para ellas y para los niños. Al principio no se lo quisieron creer: era demasiado bonito para ser verdad. Pero cuando se les reiteró la invitación, rápidamente se pusieron manos a la obra, hicieron un gran fuego y arrojaron las cuerdas y las horcaduras, sus malditas compañeras durante tantas noches dolorosas y de tantos días de fatiga. Muchos de los niños apenas tenían cinco años de edad, e incluso los había más jóvenes. Un pequeño le decía a nuestros hombres, con la simplicidad propia de su edad: "Nos habéis desatado, y luego nos habéis dado de comer. ¿Quiénes sois y de donde venís?" La víspera habían sido matadas dos mujeres por haber intentado desatarse las correas. Se les había advertido a todos los cautivos que les ocurriría lo mismo si intentaban evadirse. Una desafortunada madre, que no había querido coger un fardo que le impedía llevar a su niño, vio inmediatamente cómo le saltaban la tapa de los sesos de un tiro al pobre pequeño. Un hombre que no podía seguir a los demás debido al cansancio, había sido despachado de un hachazo. Ya que no la humanidad, el interés al menos debería haber impedido estos asesinatos. En este horroroso comercio siempre hemos visto que el desprecio por la vida humana y la sed de sangre prevalecían sobre la razón.(David Livingstone.)

    Isla de Goree Ultimos años de la trata:
    A mediados del s. XIX, Zanzíbar era el único centro comercial de cierta importancia situado en la costa oriental del continente africano. Cada año llegaban a la isla entre 20.000 y 40.000 mil esclavos de los que, aproximadamente la mitad, eran exportados a países islámicos como Arabia, Egipto o Turquía. Aunque los buques de guerra británicos y franceses patrullaban las inmediaciones del enclave para evitar el tráfico de esclavos, éste constituía la principal fuente de ingresos del floreciente emporio que, junto al Sudán, en el otro extremo del continente, era el foco fundamental de la esclavitud en África. Sin embargo, el tráfico de esclavos no se encontraba en manos de las potencias europeas sino que seguía firmemente controlado por negreros de religión musulmana que no sentían la menor compasión hacia aquellos a los que denominaban despectivamente kafires. De las potencias occidentales, sólo Portugal seguía recurriendo a la esclavitud y oponiéndose a los intentos antiesclavistas porque, incluso en aquellos lugares donde la esclavitud sería legal todavía algunos años, como en EEUU o en la Cuba española, no se recurría a la importación de esclavos, sino al aprovechamiento de los desdichados hijos de los ya existentes. Poco puede negarse la responsabilidad de las potencias occidentales en la trata de negros desde finales del siglo XV a la segunda mitad del siglo XIX. (César Vidal)

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  19. Bartolomé de las Casas (Sevilla 1474-Madrid 1566):
    Hijo de encomendero. Entró en la orden de los dominicos en 1523. Mantuvo hasta el fin de sus días la pasión por la defensa de las poblaciones de Indias. Su obra Brevísima relación de la destrucción de Indias le dio gran fama. Este informe fue leído por él mismo en Valladolid, ante una comisión especial, con ideas que influyeron en la promulgación de las Leyes Nuevas de Indias, dictadas en 1542. Sus encendidos alegatos quizá sirvieron de base a la leyenda negra contra España. En los últimos años de su vida llegó a sentar el principio de indiscutible modernidad de que las riquezas obtenidas en América pertenecían a sus pueblos aborígenes.

    Palabras de Fray Bartolomé de Las Casas:
    "No y mil veces no, ¡paz en todas partes y para todos los hombres, paz sin diferencia de raza! Sólo existe un Dios, único y verdadero para todos los pueblos, indios, paganos, griegos y bárbaros. Por todos sufrió muerte y suplicio. Podéis estar seguros de que la conquista de estos territorios de ultramar fue una injusticia. ¡Os comportáis como los tiranos! Habéis procedido con violencia, lo habéis cubierto todo de sangre y fuego y habéis hecho esclavos, habéis ganado grandes botines y habéis robado la vida y la tierra a unos hombres que vivían aquí pacíficamente... ¿Creéis que Dios tiene preferencias por unos pueblos sobre los demás? ¿Creéis que a vosotros os ha favorecido con algo más que aquello que la generosa naturaleza concede a todos? ¿Acaso sería justo que todas las gracias del cielo y todos los tesoros de la tierra sólo a vosotros estuvieran destinados?" [...]

    "Yo creía que los negros eran más resistentes que los indios, que yo veía morir por las calles, y pretendía evitar con un sufrimiento menor otro más grande"... Su proyecto había sido "un error y una culpa imperdonable, que era contra toda ley y toda fe, que era en verdad cosa merecedora de gran condenación el cazar a los negros en las costas de Guinea como si fueran animales salvajes, meterlos en los barcos, transportarlos a las Indias Occidentales y tratarlos allí como se hacía todos los días y a cada momento".

    "en estas ovejas mansas... entraron los españoles, desde luego que las conocieron, como lobos e tigres y leones cruelísimos de muchos días hambrientos. Y otra cosa no han hecho de cuarenta años a esta parte, e hoy en este día lo hacen, sino despedazallas, matallas, angustiallas, afligillas, atormentallas, y destruillas por las extrañas y nuevas y varias e nunca otras tales vistas ni leídas ni oídas maneras de crueldad."

    "todo el oro, plata, piedras preciosas, perlas, joyas, gemas y todo otro metal y objeto precioso de debajo de la tierra, o del agua o de la superficie que los españoles tuvieron desde tiempo en que se descubrió aquel mundo hasta hoy, salvo lo que los indígenas... concedieron a estos en donación o gratuitamente o por razones de permutación en algunos lugares voluntariamente, fue robado todo, injustamente usurpado y perversamente arrebatado; y, por consiguiente, los españoles cometieron hurto o robo que estuvo y está sujeto a restitución". (De las Casas. De Thesauris. 1563)

    Cubagua:
    Autor del segundo ensayo de colonización pacífica en las costas de Cumaná en 1521, intento que fracasó en 1522 tanto por las animadversión de los indígenas como por las entradas de esclavistas cubagüenses en busca de mano de obra para la pesquería de perlas. Defensor de los indígenas, debatió en España en los años 1550 y 1551 con Juan Ginés de Sepúlveda, partidario del trato con vara de hierro a los pobladores autóctonos. Dejó conmovedores testimonios de la vida de los indios buceadores de perlas en Cubagua:

    Es, pues, la vida de los indios que se traen para pescar perlas, no vida, sino muerte infernal, y es ésta: llevándolos en canoas, que son sus barquillos, y va con ellos un verdugo español que los manda; llegados en la mar alta, tres y cuatro estados de hondo, mandan que se echen al agua; zambúllense y van hasta el suelo y allí cogen las ostias que tienen las perlas, y hinchen dellas unas redecillas que llevan al pescuezo o asidas a un cordel que llevan ceñido, y con ellas o sin ellas deben salir arriba a resollar, [...] y si se tarda en mucho resollar, dales prisa el verdugo que se tornen a zambullir, e a las veces les dan de varazos que se zambullan, [...] están en esto todo el día, desde que sale hasta que se pone el sol, y así todo el año si llegan allá; [...] Algunas veces se zambullen y no tornan jamás a salir, o porque se ahogan de cansados y sin fuerzas y por no poder resollar, o porque algunas bestias marinas los matan o tragan [...] [los indios] mueren comúnmente de echar sangre por la boca y de cámaras de sangre por el apretamiento del pecho, por causa de estar casi la mitad de la vida sin resuello. (Citado por Enrique Otte, en Las perlas del Caribe, p. 25.)

    El mal que hay en ello es haber hecho trabajar demasiadamente a los indios en las minas, en la pesquería de perlas y en las cargas. Oso decir sobre esto que todos cuantos han hecho morir indios así, que han sido muchos, casi todos han acabado mal. En lo cual, paréceme que Dios ha castigado sus gravísimos pecados por aquella vía. (López de Gómara, 1552)

    Encomienda: Trabajo indígena Los misioneros españoles y las lenguas indígenas:
    La porción de continente americano cubierta hoy por el español era la sede de más de cien familias de lenguas indígenas diferentes, cando llegaron a él los conquistadores. Este hecho constituyó inicialmente una gran dificultad para los soldados y para los misioneros: la lengua que aprendían en un territorio, de nada les valía en otro vecino; los indios a los que enseñaban español para que les sirvieran de intérpretes, sólo les eran útiles como mediadores con su tribu. Ello desesperaba a Colón, que se queja alguna vez de tamaña dificultad. Añádase a esto que los indígenas tampoco ponían mucho celo en aprender el idioma de los conquistadores. Y en la resolución de este problema, se plantea un auténtico conflicto entre el interés de los militares y políticos, que propugnaban la imposición del español a los indios, y el de los misioneros, contrarios a que se ejerciera una violencia sobre ellos que los apartara de la predicación evangélica. Estos se aplicaron con fervor a aprender aquellos idiomas, y favorecieron la enseñanza de las lenguas indígenas más extendidas entre quienes no la conocían, con el fin de formar auditorios más amplios para su doctrina. Enseñaban ellos mismos tales "lenguas generales" a los indios, los cuales las aprendían con mejor gana que el español. (Hubo, con todo, indígenas y mestizos que aprendieron con entusiasmo nuestro idioma; el Inca Garcilaso de la Vega, mestizo, hijo de uno de los conquistadores. Es el primer gran escritor que dio América a las letras españolas). Por otra parte, los misioneros trataron de reunir a los indios nómadas en grupos urbanos, para protegerlos del contacto con los españoles. El propio Hernán Cortés escribía: "Es notorio que la más de la gente española que acá pasa son de baja manera, fuertes y viciosos, de diversos vicios y pecados." El mantenerlos, pues, recluidos en su idioma parecía imponerse como necesidad evangélica. La corona, atenta al beneficio espiritual de sus nuevos súbditos, dictó en principio instrucciones para que los eclesiásticos aprendieran las lenguas de los indios, sin descuidar por ello la enseñanza de la nuestra. El clero secular y las autoridades insistían en esto último, y el Consejo de Indias llegó a redactar una cédula, en 1596, por la que se ordenaba la enseñanza del español a todos los indígenas, con la subsiguiente prohibición de emplear la propia. Pero Felipe II no quiso poner su firma al pie del documento y resolvió:

    No parece conveniente apremiarlos a que dejen su lenga natural, mas se podrían poner maestros para los que voluntariamente quisieren aprender la castellana, y se dé orden como se haga guardar lo que está mandado en no proveer los curatos sino a quien sepa la de los indios.

    (Fernando Lázaro)

    * Francisco de Vitoria y Las Casas | Esclavos en la América española
    * Esclavos en Tenerife (s.XVI y XVII) | Portugal y la trata de esclavos | Utopías

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  20. Relaciones de Palos de la Frontera con el Algarve a finales del siglo XV.
    Aunque los orígenes míticos o legendarios de Palos de la Frontera se remontan a épocas antiquísimas, y ciertamente, sin la entidad que estas fuentes le otorgan, el poblamiento de la zona está confirmado desde el Paleolítico Superior, podemos considerar que la Villa de Palos nace a la Historia en 1379, cuando Juan I se la concede a Alvar Pérez de Guzmán, que por aquel entonces contaba con unos catorce años, como compensación de las villas de Huelva y Gibraleón que le había arrebatado para otorgarlas a la Duquesa de Medinaceli. Y fue Alvar Pérez, verdadero padre y fundador de la Villa, quien en 1385 consigue una carta de repoblación, eximiendo de tributo real, a las cincuenta primeras familias que se asentaran en Palos, sobre todo lo que produjeran para su propio consumo. Esta medida consiguió su objetivo. Sin embargo la escasa población y, sobre todo, las actividades agropecuarias que penosamente la sustentaban, no ofrecían realmente una notable diferencia con épocas pasadas.

    A medida que iba creciendo el número de habitantes de la Villa palerma, se ponía dramáticamente de manifiesto que su escasez de tierras, 4873 Hectáreas, poco fértiles y mal regadas por un clima parco en precipitaciones, no iban a permitir su crecimiento y normal desarrollo. En cambio poseía la zona unas condiciones muy favorables para dedicarse a las actividades marítimas.

    I. El Puerto de Palos.
    I.1. Ubicación.
    El histórico Puerto de Palos, hoy prácticamente desaparecido, aunque mejor conocido por los recientes estudios de que ha sido objeto por el Departamento de Geofísica Aplicada de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de Madrid y el Departamento de Arqueología de la Universidad de Sevilla, estaba ubicado en el curso inferior del río Tinto, llamado en esta zona Canal de Palos, a unos cuatro kilómetros de su desembocadura en el Atlántico y confluencia con el Odiel, donde, por influencia de las mareas, se han creado estuarios que albergan, desde hace siglos, excelentes puertos.

    El Puerto de Palos debió surgir de forma coetánea al crecimiento de la propia villa. En sus inicios sería sólo un fondeadero para pequeñas naves dedicadas, casi exclusivamente, a la pesca en playas y esteros, y a ocasionales transacciones comerciales de abastecimiento de la reducida población.

    Cuando se habla del Puerto de Palos suele pensarse en en un Muelle, influidos tal vez por la triste imagen del viejo muelle de la Calzadilla. Es un error. En las Ordenanzas Municipales de Palos (1484-1521), dedicadas en su mayoría a regular las actividades marítimas de la villa, jamás se utilizan los términos de puerto o muelle. Las carabelas palermas "aportaban a la ribera", donde se descargaban las mercancías y se procedía a la subasta o "almoneda" del pescado. Es decir, las actividades portuarias no se concentraban en un punto, sino que se repartían a lo largo de la orilla del Tinto, lo que, obviamente, es más lógico teniendo en cuenta el volumen de naves y mercancías, relativamente elevado, que debían atender.

    Porque, a pesar de que Palos poseía una extensa línea litoral que abarcaba toda la fachada atlántica desde la desembocadura del Tinto hasta el Río de Oro, lindante con el término de Almonte, donde se integran las playas de Julián, Morla y Mazagón, las características de esta costa de configuración rectilínea, con abundante arena y expuesta a los vientos, la descalificaban para el asentamiento humano y el establecimiento de un puerto estable.

    En cambio, el río Tinto ofrecía magníficas condiciones para la creación de un puerto interior o fluvial: fácil acceso al mar y resguardo contra los vientos y ataques piráticos, principales inconvenientes de los puertos marítimos. La existencia, además, de marismas con inextricables canales, acentuaban su carácter de refugio para los navíos.

    Progresivamente, el río se convirtió en la principal vía de comunicación para los palermos, y el Puerto en el eje de sus relaciones con las otras villas de la comarca. Esta orientación marítima modificó la estructura de poblamiento cónico que, alrededor de la Iglesia y el Castillo, se había desarrollado desde la fundación. La calle de la Ribera, que unía el núcleo del pueblo con su Puerto se convirtió en la arteria principal de la localidad, y el Puerto en el auténtico corazón de la economía palerma.

    A partir del primer tercio del siglo XV, el Puerto de Palos experimentó un auge continuo que rebasó el estrecho marco comarcal alcanzando dimensiones internacionales, como lo atestigua el hecho de que naves inglesas, bretonas, flamencas e italianas fondearan en sus aguas con cierta frecuencia. En vísperas del Descubrimiento de América, toda la ribera comprendida entre los actuales muelles de Palos y La Rábida debió ser testigo de las actividades portuarias de la Villa. Las carabelas anclaban en el centro del río, donde la profundidad era suficiente para sus calados, y pagaban por ello los derechos de anclaje correspondientes. Desde ellas, barcas y chinchorros cargaban o descargaban las mercancías "amarrando en la ribera".

    Por otra parte, a través del estero, actualmente seco, que conectaba con la ría, los marinos podían llegar a un embarcadero situado junto a la Fontanilla, en el núcleo de la población. Y era utilizado, sobre todo, por los vecinos del lugar, ya que los marinos de otras zonas se aposentaban en las instalaciones de la Ribera, fuera del casco urbano.

    I.2. Principales instalaciones.
    Cerca de la orilla del Tinto existía un edificio para bodegones y almacén conocido con el nombre de ALOTA. Era en este bodegón de la Alota donde se procedía al registro de las mercancías que llegaban a la villa por mar, y también era el lugar donde se subastaba el pescado. En la Alota palerma se contrataban las pesquerías de buena parte de la comarca, e, incluso, dos palermos, Juan Venegas y Pedro Alonso Cansino, se encargaban de conceder licencias para pescar en agua atlanticoafricanas, en la zona comprendida entre el Cabo Bojador y el Río de Oro, que tenían arrendada a los Reyes Católicos.

    La Alota, propiedad señorial, era además arrendada como Mesón o Posada para marinos forasteros. El arrendador del bodegón de la Alota se comprometía a conservar el edificio y "las dos chozas que tiene fuera, la fuente y el horno". Asimismo, se obligaba dicho arrendador a estar siempre suficientemente provisto de pan, vino, carne, fruta, sal, etc.., para servir a sus huéspedes cuyo número debió ser considerable, nunca inferior a un centenar, considerando el volumen del tráfico de embarcaciones foráneas.

    Otra importante instalación del Puerto era el ASTILLERO, donde los artesanos mejor considerados de Palos en aquella época, los carpinteros de ribera y los calafates, construían embarcaciones, sobre todo carabelas, cuya calidad dio tanta fama a la villa como las actividades marítimas que desarrollaron.

    Este tipo de navíos, de escaso calado y velas latinas, se adaptaba perfectamente a las necesidades de los marinos palermos, ya que era muy adecuado para navegar a lo largo de la costa, para remontar los ríos y avanzar contra el viento, especialmente al regreso de Guinea. La CARABELA se conocía ya en la comarca a mediados del siglo XV, cuando los marinos del Tinto-Odiel la copiaron de los portugueses. No obstante, la carabela andaluza, tipo que se construyó en Palos, presentaba algunas diferencias respecto a la portuguesa: (casco angosto, popa bastarda, timón a la navarina, tolda, aparejo redondo con cebadera y mesana latina). La capacidad de producción de estos astilleros era considerable. Documentalmente existe constancia de que podían realizar más de ocho carabelas al año. Aunque verdaderamente Palos contaba, al menos, con otros dos astilleros: uno junto a la fuente de Villafrías en la desembocadura del Tinto, y otro en Mazagón en un lugar "do dizen Huesas".

    Enlazando estas instalaciones entre sí y con la Villa, existía una Calzada de una legua de longitud (5,5 kms.) que estaba empedrada en el tramo más próximo a la Ribera. Con semejante longitud, sólo cabe una posible trayectoria: que la Calzada, llegando al Río, discurriese paralela al Tinto en dirección a la Rábida durante uno o dos kilómetros. Este sería el tramo empedrado que se correspondería con el espacio de ribera donde se realizaban actividades portuarias.

    La distribución y situación exacta de estas instalaciones no están determinadas documentalmente. Es muy probable que las más importantes de ellas se ubicasen a lo largo de unos centenares de metros a uno y otro lado del actual muelle de la Calzadilla, y el que podríamos denominar Muelle Colombino en las proximidades de la Fontanilla. Precisamente, las excavaciones realizadas en la zona durante los dos últimos años por Departamento de Arqueología de la Universidad de Sevilla, que contó con las prospecciones previas del Departamento de Geofísica Aplicada de la E.T.S. de Ingenieros de Minas de Madrid, han localizado en las proximidades de la Fontanilla unos cimientos y pavimentación que, por sus características y dimensiones, así como por su cercanía a los restos de un horno deben corresponder a la citada Alota, la instalación más importante del Puerto de Palos, como ya hemos dicho.

    I.3. Capacidad
    La densidad de habitantes del Puerto de Palos debió ser similar a los del pueblo. Al menos, así cabe deducirlo de la Ordenanza Municipal que prohibe portar armas en la Ribera por estar allí las gentes "tan aparejadas como en la Villa".

    En cuanto al número de naves que componían la flota palerma a fines del siglo XV, es muy difícil establecerlo con exactitud. No obstante, si tenemos en cuenta que, en 1484, el Concejo mandó construir ocho carabelas para ocupar a los marinos desempleados de la Villa, y considerando que esta población marinera desocupada oscilaba en torno al 15 % del total de la población activa, podemos deducir que Palos contaría con no menos de 50 carabelas, además de un número indeterminable de embarcaciones más pequeñas. La Carabelas tenían una capacidad media de 35 o 40 toneladas, según se desprende de la clasificación de navíos que realiza el Concejo para la percepción de impuestos.

    II. Los inicios de la expansión atlántica.
    II.1. La Pesca
    Demasiado a menudo, las espectaculares acciones llevadas a cabo por los palermos en actos de corsarismo han ensombrecido el resto de las actividades que realizaron en la mar. Y sin embargo, es la pesquera la primera y más importante de las actividades por ellos desarrolladas, si bien es cierto, que no podemos establecer una clara diferencia entre la pesca, el comercio y el corsarismo. De hecho, los palermos fueron, en primer lugar y antes que nada, pescadores. Fue el trabajo en las pesquerías africanas durante generaciones, lo que les dio un auténtico conocimiento de la navegación en el Atlántico. Y no obstante, no es nada extraño que encontremos a los mismos hombres pescando alosas en Azamor y asaltando una carabela portuguesa. No fueron sino dimensiones diferentes de una misma realidad.

    Dos fueron las áreas pesqueras más frecuentadas por los palermos. La primera, que abarcaba el ámbito del Tinto, se caracterizaba, sobre todo, por la pesca en los esteros y el litoral palermo, continuándose en aguas gaditanas hasta Sanlúcar de Barrameda. L a segunda gran zona pesquera, que es la que ahora nos interesa, se encontraba en la costa noroccidental africana, desde Marruecos a Guinea.

    La pesca en aguas africanas, llevada a cabo por los palermos a lo largo del siglo XV, reviste una especial importancia no sólo desde un punto de vista económico, sino por la coyuntura histórica en la que se encuadró. Las actividades marítimas de los palermos en esta zona se desarrollaron en una época de rivalidad castellano - portuguesa por el dominio de las costas africanas. A consecuencia de ello, sufrieron grandes altibajos en función de la política regia, hasta que una serie de tratados fueron mermando paulatinamente las áreas pesqueras a las que podían acceder los andaluces.

    Los marineros de la Baja Andalucía faenaron en aguas africanas desde el primer tercio del siglo XV, o incluso antes. En el mar, los castellanos se limitaron a seguir la estela de las navegaciones portuguesas, auténtica pionera en el Atlántico. Desde el Norte de África, las actividades pesqueras fueron ampliándose hacia el Sur, aumentando progresivamente las áreas de pesca y diversificándose las especies capturadas. De esta manera:

    "..la pesca de las alosas adquirió un portentoso desarrollo en Azamor, en la desembocadura del Umm-al-Rabia, lo que provocó una gran concentración en sus aguas de embarcaciones andaluzas, en especial de Palos y el Puerto de Santa María. Posteriormente fueron al Cabo de Aguer, donde se buscaba la pescada. En San Bartolomé, en la desembocadura del río de la Mar Pequeña, al igual que en los bancos del Cabo Bojador, se capturó el cherne, las bogas y la corvina. A mediados del siglo XV, los pescadores andaluces realizaban sus faenas hasta Angra de los Caballos y Río de Oro, donde se hallaban las más variadas y ricas especies".

    Guinea, descubierta entre 1441 y 1443 por el portugués Nuño Tristao, además de su riqueza en oro y esclavos -por la que se hizo famosa-, poseían magníficas pesquerías que los palermos no debieron ignorar. Efectivamente Guinea supuso un incremento del ámbito pesquero en aguas africanas, extendiéndose el área de capturas más al sur aún y abriéndose insospechadas posibilidades de explotación. Pero no todas las villas marineras de la Baja Andalucía pudieron llegar a una zona tan meridional, pues si bien es cierto que en el resto de las pesquerías africanas rivalizaron marinos de Palos, Moguer, Lepe, Cartaya, Sanlúcar, Puerto de Santa María, etc..

    "..la navegación en África, más allá del Cabo Bojador, exigió un perfeccionamiento técnico que sólo parecen haber poseido en este tiempo los marineros de Palos y el Puerto de Santa María, conocedores del régimen de corrientes y vientos que en aquellos parajes imperaban..".

    Sin duda alguna, la cercanía del Algarve y los frecuentes contactos con los marinos del Sur de Portugal, supondrían una preciosa fuente de información para los palermos sobre las rutas africanas y la localización de los bancos de pesca, lo que representaba una ventaja adicional sobre otros puertos de la costa andaluza. Jaime Cortesao resumió así estos contactos:

    "..sublinhemos a propósito que Palos de la Frontera, aos marinheiros de Palos, é o porto andaluz mais proximo da costa algarvia de Portugal, do qual dista breves horas de viage em barco a vela; que os seus pescadores lançavan redes nos mesmos mares frecuentados per los algarvios; que os contactos entre uns e outros eran continuos e ñao faltavan pescadores portugueses en barcos andaluces e viceversa...".

    Guinea representaba para los portugueses un enclave demasiado valioso como para permitir la intromisión de pescadores y comerciantes de otras nacionalidades. Es posible que durante el reinado de Juan II, cuando aún se reclamaban ciertos derechos sobre Guinea por parte de la Corona, los pescadores de Palos y el Puerto de Santa María frecuentaran aquellas aguas. Sin embargo, en años posteriores, durante el reinado de Enrique IV, las faenas por esta zona debieron complicarse mucho ante la despreocupación de este soberano por los temas africanos. De hecho, la recomendación a los navegantes castellanos de que pagaran el quinto al rey de Portugal, suponía un reconocimiento de la soberanía lusitana, dejando en una muy difícil posición a los pescadores que faenaban en aquellos caladeros.

    Esta coyuntura fue aprovechada por Portugal para monopolizar la zona, excluyendo de esos mares a los barcos andaluces, en un primer intento de establecer un "mare clausum". Es importante destacar que la "cuestión guineana" fue abordada por Portugal como una empresa de índole nacional, mientras los andaluces se aventuraban en estas empresas por su cuenta y riesgo, en desigual competencia con la organizada armada portuguesa.

    A pesar de este claro dominio portugués de la zona, tenemos noticias de algunos pescadores palermos que iban a capturar cazones más al Sur del Río de Oro, en el Golfo de Sintra. Por una carta otorgada en 1467, los Condes de Miranda y Cifuentes establecieron, con los regidores de la villa de Palos, un acuerdo por el que se comprometían a entregar al mayordomo de la Condesa de Plasencia y a dos mercaderes sevillanos la cantidad de "80.000 caçones alvarynos que vendrían en los navíos de Synca". El intento de los portugueses de controlar la mayor parte posible de la costa africana chocó con la resistencia de pescadores y mercaderes andaluces, lo que dio lugar a un estado de conflicto semipermanente que desembocó en una situación de inseguridad en las aguas africanas.

    "...la osadía de estos envalentonados marineros (portugueses) a que dio pábulo la apatía del Rey Don Enrique, les impulsó a atacar los barcos de pesca andaluces que por la costa del mar de Marruecos empleaban las redes llamadas jábegas para sacar cierto pescado en las aguas próximas a Tánger. Pronto se apoderaron de muchos de esos barcos con sus tripulantes y aparejos..".

    Esta situación de peligro, motivó que algunos vecinos y moradores de Palos, que se dedicaban a pescar o comerciar en tan conflictiva zona, aceptaran la soberanía portuguesa en aquellas aguas y trataran de conseguir un seguro por parte de la Corona de Portugal. Así lo comprobamos en la carta de "segurança real" firmada por D. Alfonso V, el 6 de Octubre de 1468, en Sintra:

    "Dom afomso etc. A quantos esta carta vírem fazemos saber que os vezinhos e moradores da vila de Pallos nos Regnos de Castella nos emuyaram dezer que elles querjam mamdar seus navjos e caravelas a tractar Em nossos Regnos com mercadarias E outras cousas / / E que porquanto se temyam lhe ser fecto em elo alguu dampno ou desagisado nos pedíam que lhe mandasemos dar nosa carta de segurança real / / E visto per nos seu pídir porquamto noso desejo (he) hos estramgeiros e cousas suas serem em nosa terra bem tractados / aprouue nos delo E porem Nos per esta presemte seguramos todollos navíos caravellas da dicta Villa de Pallos mercadarjas mercadores meestres e companha / que em elles veerem E todas outras cousas que seguramente da feitura desta nosa carta a çímquo annos primeiros segííntes posam vijr a nosos Regnos E estar em elles e vemder suas mercadorías e conprar outras quaesquer que lhe prouuem / / nam seemdo das que teemos defesas / E se tornarem com todo ljvremente pera sua terra Cada vez que quíserem / / Sem lhe ser fecta nenhuña tomada. Nem represaría nos dictos navjos E caravelas mercadarías e cousas suas e cada huña dellas por nenhuñs Roubos malles mortes tomadjas nem outros quaesquer dampnos que atee ora os Naturaaes de Castella tenham fectos ou ao deamte façom a nosos sobdictos e Naturaaes Com tamto que esses que asy veerem Nam seJam culpados nos dictos malefiçios E que ljuremente nos pagem nosos dereitos como teemos hordenados / / E víjmdo caso o que deus defemda que venha descordea antre nosos naturaaes e os de Castella a nos praz que por ellos os dictos navyos e companha delles nem suas suas mercadorías non le sejam por ello retheudos nem represados/ mas amte despachadamente posam todo levar pera homde lhe prouuer./ E porem Mandamos aos nosos capitaaes das nosas fromtarías de Çepta e Alcaçer e ao noso Almirante e ao capitam moor do mar e a todollos outros capitaaes dos navjos e naaos de nosos Regnos que amdam asy darmada como merchantes e aos meestres e companhía delles e a quaeesquer nosos Corregedores Juizes e Justiças ofiçiaaes e pesoas a que esto pertemçer e esta nosa carta for mostrada que lhes conpram e guardem e façam enteraimente conprir e guardar todo o en ella conteudo/ sem outra duujda nem embargo que hûus e outros a ello ponham porque Nos realmente auemos todo por seguro segundo díto he. E nam comsemtam que noJo nem sem rezam lhes seJa fecto/ mas amte aJam todo em sua guarda e emcomenda, porque asy nossa merçee. Dada en Sintra bj dias doutubro pero dalcaçova a fez Ano do naçimento de noso Senhor Jhesu christo de mjll iiij Lxbiij".

    Como muy acertadamente afirma el académico de la historia portugués de la Historia, Joaquim Alberto Iria, merece la pena destacarse en este documento la importancia otorgada a los marinos y navíos de Palos, tanto en su comercio con Portugal como con sus actividades en Guinea, por eso el seguro hace un llamamiento específico a los capitanes responsables de las principales plazas portuguesas africanas. Obviamente, en tanto que estos marinos y mercaderes pagaban los quintos correspondientes al monarca luso, cuando se les estorba en sus negocios no sólo se les perjudicaba a ellos, sino, como se deja ver en la carta de seguro, también al propio Alfonso V.

    En el caso estricto de la pesca se llegó incluso más lejos en esta colaboración, cuyo objetivo no era otro sino asegurar la actividad de los pescadores palermos que representaban unos interesantes ingresos para la Corona de Portugal, pues el 1 de Noviembre de 1468 el Rey Don Alfonso V firma en Lisboa un seguro del arrendamiento de las pesquerías en el Río de Oro para el rico armador palermo Álvaro Alonso Rascón, que por cierto llegaría a ser en 1492 Alcalde de Palos junto al famoso Diego Rodríguez Prieto. Con este documento el armador podía envíar tranquilamente a pescar en aquella zona no sólo a sus propias naves, sino a todas las castellanas que le pagaran la licencia correspondiente:

    "Dom Afomso etc. A quamtos esta carta virem fazemos saber que Álvaro Afomso Rascam morador em a vjlla de Pallos regnos de castella nos disse/ / Como porquanto elle tijnha a nos arrendadas as nosas pescarias do Rio do Ouro pera as caravellas que no dicto logar de Pallos e Moger ouuesse/ / E por rezam dos naujos que se ora filharam do dicto logar de Pallos e doutros lugares de castella per nosos naturaaes se temya que aquelles que armam pera as dictas pescarias em cada huû ano per arremdamemto ho nam faryam agora por este caso e temor de lhe filharem seus nauyos e que se asy fose lhe daría mujta perda/ aalem de ser aazo pera nos nom poder pagar assi como Nos he obrigado./ Nos pidia que em tal caso lhe segurasemos os dictos naujos que assy pera as dictas pescarias quiserem armar/ / E veemdo Nos seu dezer e pedir ser Justo e por lhe fazermos merçee/ Teemos por bem e seguramos os dictos naujos que asy armarem per su liçença pera as dictas pescarias E esto em durando o tenpo de seu arremdamemto que nos dellas tem fecto./ / E porem mandamos a todollos capitaaes mestres senhorios e companha de naujos que nos mares amdarem darmada e merchantes que topamdo com os dictos naujos de Palos e Moger que asy pera as dictas pescarias do Rio do Ouro forem por leçemça e arremdamemto do dicto Álvoro Afonso/ hos nom filhem nem tomem nem mandem tomar nem filhar nem fazer por elo outro alguû noJo nem sem rezam por nenhûs Roubos malles mortes tomadjas nem outros quaeesquer danos que atee ora os naturaaes de castella tenham fecto..".

    No obstante, y según Alonso de Palencia, pescadores palermos -subrayemos que eran pescadores- ya habían iniciado en esta época acciones contra las naves portuguesas, -probablemente a ellas se refiera el seguro del rey Alfonso V-, esperándolas en lugares propicios para asaltarlas cuando regresaban del litoral africano:

    "El continuado favor de la fortuna y, sobre todo, las inmensas riquezas adquiridas en sus felices empresas marítimas, les habían hecho creer que podrían dominar a su antojo en las costas occidentales. Por sus frecuentes navegaciones por el Mediodía, (los portugueses), se habían erigido en señores del litoral etiópico, hasta el punto de que a cuantos castellanos se encontraban por aquellos mares sin permiso del Rey Don Alfonso, los hacían morir entre atroces tormentos... Poseídos de tal orgullo, diéronse al comienzo de la guerra a correr las costas de Andalucía y de Cádiz, apresando los barcos pesqueros y de mercaderes, sin que pudiese oponérseles resistencia por falta de embarcaciones,.. . Ya antes, sin embargo, tres o cuatro pescadores de Palos, curtidos en las cosas del mar, habían refrenado la ferocidad portuguesa apresándoles muchas embarcaciones al regreso de Etiopía, dando muerte a la tripulación y apoderándose de las mercaderías, esclavos y esclavas que traían..".

    II.2. El Comercio : La trata de negros.
    También tuvieron los andaluces que competir por los beneficios de un floreciente mercado de esclavos, procedentes de Guinea, con Portugal, que ya desde 1444 había organizado la trata. Concretamente, el 8 de Agosto de dicho año, según el cronista Gomes Eanes de Zurara, cuando son puestos a la venta en el mercado de Lagos 235 esclavos traidos por la expedición de Lanzarote:

    "No outro día... muito cedo pela manhâ por razâo da calma, comemçaram os mareantes de correger seus bateis e tirar aqueles cativos, para os levarem segundo lhes fora mandado; os quaes, postos juntamente naquele campo, era uma maravilhosa cousa de ver que entre eles havía alguns de razoada brancura, fremosos e apostos; outros menos brancos, que queríam somelhar pardos; outros tâo negros como etíopes, tâo desafeiçoados assim nas caras como nos corpos, que quasi parecía, aos homens que os esguardavam, que víam as imagens do hemisferio mais baixo."

    Muy pronto, los embajadores de Alfonso V ante la Santa Sede consiguen ver ratificadas por Roma su privilegiada posición en Guinea mediante dos Bulas Pontificias: la Romanus Pontifex, dada por Nicolás V el 1 de Enero de 1455, y la Inter Caetera, otorgada por Calixto III el 13 de Marzo del siguiente año.

    Mientras tanto, los castellanos, ajenos o impotentes para sumarse a esta trata negrera, parecen más interesados en controlar otras mercancías como las Conchas, Orchillas, o Caurís, singular moneda para tratar con los indígenas.

    Las prácticas de apresamiento directo, o "filhamentos", fueron pronto abandonadas por irrentables, ante la facilidad de conseguir grandes contingentes de negros, prisioneros por sus frecuentes escaramuzas tribales, sólo con ofrecer al reyezuelo de turno algunas baratijas. De la constatación de esta realidad surgirían las factorías: Arguim (1448), Santiago de Cabo Verde(1458), San Jorge da Mina(1482), Sâo Tomé(1486)... En cambio España no tuvo en el África noratlántica mas que la factoría de Mar Pequeña, ubicada en algún lugar indeterminado de la costa de Berbería.

    Sin embargo, esta desigualdad, por la cual casi la totalidad de los esclavos que llegaban a Andalucía procedían directamente de estas factorías lusitanas en África, o llegaban a través de los mercados negreros de Lagos y Lisboa, será superada al inventar los andaluces otra forma, y desde luego no la menos importante, de procurarse esclavos: el robo.

    En efecto, al mismo tiempo que se produce un auge en las actividades marítimas de los palermos en el litoral atlántico africano, durante la segunda mitad del siglo XV, comienzan a ser frecuentes los testimonios de esclavitud en la Villa. La coyuntura propiciaba un aumento del tráfico marítimo en aquellas aguas, que se hacía posible gracias al desarrollo de las ténicas de navegación. Coincidiendo con los primeros contactos con los mercados de esclavos en tierras africanas, la población de Palos crecía y se hacía más rica, convirtiéndose en un importante núcleo de la trata negrera en sus inicios.

    Los marinos de las costas occidentales de Andalucía, y en el litoral onubense concretamente Palos, Huelva, Lepe, Moguer o Gibraleón, se ven a menudo involucrados en acciones piráticas contra las carabelas negreras lusas, a las que esperan y asaltan cuando pretendían llegar a Portugal desde Guinea. Una lucrativa actividad que se incrementaría a lo largo de la segunda mitad del siglo XV por tres razones fundamentales:

    1. La desigual presencia de España y Portugal en África ya comentada, a la que debe sumarse la superioridad de la bien organizada armada portuguesa.
    2. Era mucho más barato, y por tanto rentable, apoderarse de estas cargas humanas cuando ya se encontraban próximas a las costas andaluzas, máxime cuando, como afirma el profesor Antonio González Gómez:

    "...los mercaderes (portugueses), por rebajar los precios de las mercancías porteadas, redujeron el número de personas necesarias para defenderse de tales asaltos".

    3. El progresivo apoyo de la Corona castellana a estas actividades, que pasan con ello a ser corsarias, o sea con patente de corso real, porque los monarcas no están dispuestos a perder su correspondiente, y al parecer sustancioso, quinto. Así se expresa en la carta firmada por la Católica Isabel en Sevilla el 13 de Septiembre de 1477:

    "Sepades que yo he seydo informada como agora nuevamente algunas personas, vezinos de la villa de Palos, tomaron çiertas caravelas de portogueses, que venían de la Guinea, que trayen oro de la Mina e esclavos e otras mercaderías... Las quales dichas caravelas de portogueses e todo lo que en ellas trayan es mío e me pertenesçe..".

    Fue por tanto el robo, asalto, piratería o corso sobre las naves portuguesas, realizados fundamentalmente por marinos de la costa onubense, el principal medio de entrada de esclavos negros en España. Una práctica que se inició casi desde el comienzo mismo de la trata por los lusos, pues ya en 1452, el Infante portugués Don Enrique el Navegante, reclamaba la devolución de 34 esclavos negros que algunas gentes de Sevilla y Palos habían robado de una carabela portuguesa procedente de Guinea.

    Según el cronista Alonso de Palencia, en 1476 era considerable el tráfico negrero, porque:

    "...(el Rey Católico) envió contra los portugueses una fuerte armada de andaluces con orden de quebrantar su audaz soberbia y abatir el orgullo que les había infundido las riquezas de Guinea... y , mientras en el puerto de Sevilla se preparaba una armada de treinta naves, algunos pescadores palermos, ya avezados a las expediciones guerreras y afortunados contra los portugueses, se reunieron con otros marineros del Puerto de Santa María, y en dos carabelas arribaron a las costas más próximas a Guinea.

    Llámase aquel territorio de los Azanegas,con cuyo nombre se distingue a los de color cetrino de otros de color más negro y de costumbres también más negras.. Los marineros de las dos carabelas se apoderaron de 120 azanegas y los trajeron a Andalucía, despreciando las órdenes del Rey Don Fernando, que prohibía terminantemente el tráfico fraudulento con los de Guinea".

    La turbulencia de la época, según afirma el propio cronista, propiciaba este tipo de hazañas, y añade a continuación que los palermos:

    "..Animados por las procaces palabras de Gonzalo de Stúñiga, alcaide de la fortaleza de Palos, armaron otras tres carabelas y arribaron a las costas de Guinea con intento de cargaresclavos." Esta vez los palermos en solitario, logran con argucias apresar al rey de aquella región y a sus hombres de confianza, a quienes trajeron a Andalucía.

    "Al arribar a Palos, los andaluces quisieron obligarlo (al rey Azanega) a caminar entre el rebaño de los demás esclavos, pero él se resistió y dijo que le llevasen arrastrando con una soga o a caballo".

    "Gonzalo de Stúñiga, admirado por la nobleza del rey cautivo, le cedió su montura.Posteriormente, Fernando el Católico ordenó ponerlos en libertad"

    Los testimonios de asaltos a navíos portugueses portadores de esclavos son muy numerosos, sobre todo después de la firma del Tratado de Alcáçovas(1479). Ello no quiere decir obviamente que en estos años fueran más numerosos, probablemente sería todo lo contrario, ya que Alcáçovas supuso en definitiva el reconocimiento castellano de la soberanía portuguesa en África, lo que ocurre sencillamente es que estas acciones son tras el Tratado ilegales y dejan por ello una mayor constancia documental.

    Aunque los palermos obtuvieron esclavos guanches o canarios, más fáciles de conseguir por no tener que enfrentarse para ello con la armada portuguesa y por la complicidad en el tráfico esclavista de los señores de La Gomera Fernando Peraza y Beatriz de Bobadilla, esta fuente de cautivos, notable sobre todo tras Alcáçovas y la prohibición de acceder a los negros, fue muy pronto desarticulada por las denuncias de Fray Juan de Frías, Obispo de Rubicón, que denunció a los Reyes Católicos ésta práctica por ser cristianos los canarios apresados.

    Sin embargo, los marinos de la costa suratlántica peninsular encontraron un modo de seguir en el negocio esclavista, y éste no fue otro que enrolarse en los barcos portugueses, cuyos armadores y capitanes les aceptaron de buena gana porque ellos mejor que nadie sabían de la gran experiencia y pericia de estos navegantes, a lo cual se añadió otra razón importante: la mayor posibilidad de poder introducir esclavos de contrabando en América con estos marinos.

    Y para ejemplificar esta colaboración en los orígenes del que llegaría a ser "comercio triangular", sin detenernos en exceso en su suerte, baste citar un documento sobre las actividades económicas de Ginés Pinzón, descendiente de los famosos capitanes palermos que llevaron a Colón a América:

    "En la cibdad de San Joan de Puertorrico desta ysla de San Joan de las Yndias del mar Oçéano, a trece días del mes de julio de mill e quinientos e ochenta e cinco años, ante mí el ilustre señor capitán Diego Menéndez de Valdés, gobernador y justicia mayor en esta cibdad e ysla de San Joan por su Magestad Cathólica...paresció presente Ginés Pinzón, piloto residente en esta dicha cibdad e presentó unas cartas y ciertas preguntas del tenor siguiente:

    Ilmo. Sr.: Ginés Pinzón, residente en esta cibdad, paresce ante V. Md. en aquella vía e forma que mejor en derecho lugar aya, e digo que conviniéndome hacer una ynformación ad perpetuum para la presentar ante su Magestad, en su Real Consejo de las Yndias y adonde a mi derecho convenga, en la cual pienso averiguar de cómo vine por piloto con Antonio Rodríguez de Lisboa en un navío nombrado la Concebción que entró en el puerto desta dicha cibdad cargado de esclavos negros, do yo traía quatro esclavos negros que se me habían dado y pagado por razón del dicho pilotaje, y se me tomaron por perdidos para Su Magestad..."

    Así pues, como se desprende de los textos citados, los palermos, también en el tráfico esclavista, no hicieron más que seguir el ejemplo de sus rivales y maestros portugueses.

    III. La Guerra Colonial.
    A mediados del siglo XV, la villa de Palos iniciaba una etapa de desarrollo demográfico y prosperidad económica. Sus naves, siguiendo las rutas descubiertas por los portugueses, comenzaban a beneficiarse de la pesca y el comercio en la zona noratlántica africana, sin que la Corona de Castilla tuviera más noción de su existencia que las meras donaciones realizadas por Alfonso XI y Juan II.

    Ya desde comienzos del siglo XV, según Rumeu de Armas, existió un comercio entre la Baja Andalucía y el Norte de Africa, cuyos enclaves más notables fueron Tánger, Arcila, Azamor y, más al Sur del Cabo de Aguer, Messa. No obstante, se potenció a lo largo de la centuria, culminando tras los descubrimientos portugueses de Guinea y la Mina de Oro (1471), entablándose una fuerte competencia entre los marinos del Tinto-Odiel y los del Algarve por la explotación de un lucrativo comercio, basado en productos de enorme valor como el oro, los esclavos y las especias, y unas ricas zonas de pesca, donde destacarían los palermos, pues, como afirma el cronista Alonso de Palencia, fueron marinos de esta villa los que desde más antiguo y con mayor frecuencia navegaron estas aguas.

    Este comercio se caracterizó, especialmente en la etapa previa al reinado de los Reyes Católicos, por ser exclusivamente privado, es decir, por la ausencia de una intervención efectiva de la Corona castellana en el mismo. Las empresas estaban constituidas por particulares que aportaban las naves y el capital necesario, repartiéndose proporcionalmente luego los beneficios obtenidos. Pero la magnitud de los ingresos generados debió ser tan considerable que indujo a la Corona a intervenir para reclamar la percepción de los "quintos" que le correspondía:

    "..ésto sabido por el rey y por la reina, viendo la gran utilidad que en ésto había, pusieron la mano en ello, y mandaron que ninguno fuese a aquellas partes sin su licencia, porque de lo que ende se hubiese, ellos recibiesen la quinta parte que, como a señores de la tierra, les pertenecía, de lo cual se hicieron grandes derechos para su cámara real..".

    Desde el advenimiento al Trono de los Reyes Católicos, la libertad de comercio imperante tiende a ser paulatinamente sustituida por un riguroso control. La guerra peninsular representó para los Monarcas una gran oportunidad para intervenir en el comercio con África y participar de los beneficios de este tráfico. Isabel la Católica no duda en reivindicar, frente a Portugal, sus derechos, pretendidamente heredados de sus antecesores, sobre el África atlántica. Así se exponía en una provisión dada en Valladolid el 19 de Agosto de 1475:

    "Bien sabedes o debedes saber que los reyes de gloriosa memoria, mis progenitores, de donde yo vengo, siempre tuvieron la conquista de las partes de África y Guinea, y llevaron el quinto de todas las mercadurías que de las dichas partes de África y Guinea se rescataban, hasta que nuestro adversario de Portugal se entremetió a entender, como ha entendido y entiende, en la dicha conquista, y lleva el quinto de las dichas mercaderías por consentimiento que el Señor Rey Don Enrique, mi hermano, que haya gloria, le dio para ello...".


    También por Real Cédula de 1475, se establecen en Sevilla receptores autorizados para conceder licencias a las expediciones que se dirigieran a Guinea y a la Mina de Oro, con el objetivo de mantener un control de estas navegaciones y asegurarse, al regreso de las naves, de la percepción del quinto real. Se instituyeron penas de confiscación de barcos

    y mercancías para quienes violasen el mandato regio. En 1476, se proclamaron en Sevilla, Palos, Puerto de Santa María, Jerez y otros puertos, las Cartas Reales que obligaban a llevar un escribano en cada una de las carabelas que fuesen a los "resgates" de Guinea, cuyo objetivo, obviamente, era el control de mercancías e intercambios para la posterior deducción del quinto.

    Y así fue como los Reyes Católicos tuvieron noticia de la villa de Palos, uno de los pocos puertos de la costa suratlántica peninsular que osaba, por necesidad, desafiar a la armada portuguesa y escamotearle algunos recursos de su explotación colonial. Ahora la Corona reclamaba la quinta parte de estos ingresos, ofreciendo a cambio una dudosa protección que estaban lejos de poder hacer efectiva y que, por otra parte, nadie le había pedido.

    La Reina Isabel, que achaca a la dejadez de su hermano y antecesor en el trono, Enrique IV, el dominio de Portugal en Africa, está dispuesta a defender su soberanía en la zona. Obviamente, Alfonso V de Portugal no iba a admitirlo, máxime cuando, casado con Juana "la Beltraneja", hija del fallecido Enrique IV, y con el apoyo de la alta nobleza castellana, reclamaba para su esposa el trono de Castilla.

    La guerra entre Castilla y Portugal (1475-1479), llamada guerra Peninsular o de Sucesión, ha sido también considerada por algunos historiadores como la primera guerra colonial europea, y es en este sentido en el que ahora nos interesa por su vinculación a Palos y el Algarve.

    Los pescadores palermos, que frecuentaban las aguas del África Noroccidental, participarían en el conflicto desde sus inicios asaltando los navíos portugueses que volvían de Guinea, apoderándose de sus mercancías y esclavos. Actividad en la que poseían una dilatada experiencia. Ya en 1452, Pedro Alonso, escudero del Infante de Portugal, mandó una requisitoria para que pescadores de Palos, Moguer y Sevilla, que apresaron una carabela portuguesa procedente de Guinea, le devolvieran los 66 esclavos negros capturados.

    Eran acciones corsarias apoyadas por los señores de Palos. La cobertura señorial queda patente en la queja que en 1473 el Rey de Portugal hizo ante el Concejo de Sevilla para que le devolvieran unas carabelas apresadas al Conde de Villarreal por gentes de Palos. El Concejo sevillano transmitió la queja al palermo, el cual respondió que no era esta Villa la que tenía que entender, en justicia, de la toma hecha por vecinos de Palos contra gente de Portugal, sino don Gonzalo de Stúñiga "en cuya mano y poder estaba el gobierno de la Villa".

    Iniciada la guerra, los Reyes nombraron a Álvaro de Nava capitán mayor de la flota, quien se dedica, sobre todo, a guardar las costas andaluzas de las incursiones del corsario portugués Alvar Mendes. Y mientras en Sevilla la Corona preparaba una armada "nacional" de 30 naves que pudiera enfrentarse a la hegemonía de los lusitanos en Guinea, a fines de 1475 algunos pescadores de Palos, avezados en diversos conflictos con portugueses, y otros vecinos del Puerto de Santa María, llevando sus carabelas a las costas más próximas a Guinea, llamada de los Azanegas.

    La Armada que se preparó en Sevilla no contó con la participación de los palermos, ante la negativa de Gonzalo de Stúñiga a que éstos formasen parte de la empresa. Fue un fracaso. Y los Reyes comprendieron la necesidad de apoyar las acciones aisladas de los palermos, así que en 1476 ordenan al Concejo de Sevilla que permitan sacar trigo y cebada para el mantenimiento de la Villa de Palos y el aprovisionamiento "de la armada que iban a hacer contra Portugal", por lo que los de Palos pasarían a convertirse de hecho en verdaderos corsarios reales.

    Más tarde, ante estas nuevas circunstancias, Gonzalo de Stúñiga otorga su permiso y las naves palermas se unieron a la expedición castellana capitaneada por Charles de Valera. Según Alonso de Palencia, las tripulaciones conseguidas en principio, de andaluces y vascongados, carecían de práctica en viajes semejantes "porque sólo los de Palos conocían de antiguo el mar de Guinea", y la incorporación de los palermos fue un importante refuerzo para Valera.

    La armada, considerando que encontraría en el camino a las naves portuguesas de vuelta de Guinea, no quiso llevar más cargamento que las armas para arrebatarles el oro, pimienta y esclavos que Hernán Gómez, capitán de la armada portuguesa, hubiese cambiado por baratijas. A pesar de todo, los preparativos fueron lentos. El Duque de Medina Sidonia y el Marqués de Cádiz, sabiendo que el control real les sería desfavorable, estorbaron su organización todo lo posible, llegando a acciones que bien pudieran calificarse de alta traición. Y en cuanto a la oligarquía palerma, Pedro de Stúñiga, aunque en sus palabras se mostraba favorable a la expedición, en realidad la entorpecía, apoyando la tiranía y las astucias de Gonzalo de Stúñiga, usurpador del señorío de Palos, que se había resistido por mucho tiempo a que las naves palermas se reunieran con las demás carabelas.

    Cuando al fin zarpó, la armada puso rumbo a la isla de Antonio Nolli, que descubriera este marino de Génova mercenario portugués, y arribando a ella se apoderaron de Antonio y los demás habitantes, robaron cuanto tenían y, al saber que Hernán Gómez con su armada venía de vuelta a Portugal, los andaluces, para resarcirse de los gastos de la expedición y hastiados de la traidora actitud de los nobles, se dirigieron a las costas africanas y apresaron las dos carabelas que el Marqués de Cádiz enviara para avisar a los lusitanos. Con todo el botín y los 500 esclavos azanegas que les tomaron, los marinos, especialmente los de Palos, se negaron a seguir a Charles de Valera , y continuaron solos el viaje. De este modo, "la rapacidad de los grandes hizo perder al Rey y a los maestres de las carabelas todos los gastos de la expedición".

    El intento de crear una armada nacional castellana había fracasado, la Corona iba a tener que recurrir a las expediciones particulares, entre las que destacaban las palermas, como único medio de estorbar, ya que no se tenía capacidad para más, la presencia portuguesa en África. Son significativas al respecto las órdenes cursadas por la Reina a los Concejos de Sevilla, Jerez y sus comarcas para que permitieran a los vecinos de Palos comprar el pan que precisaban para el abastecimiento de la villa y de los navíos que enviaban contra Portugal.

    En 1477, los de Palos asaltaron con 26 carabelas la costa portuguesa y retaron a combatir a ciertas naves francesas aliadas de los lusitanos, a las que vencieron, apresando además dos carabelas portuguesas. Después saquearon el arrabal de Tavira ocasionando graves daños.

    La dilatada experiencia de los palermos en las navegaciones atlánticas y en los enfrentamientos con los portugueses fue reconocida y requerida por los Monarcas. El salvoconducto y seguro que los reyes concedieron a todas las personas que fuesen en los navíos que llevaba en cargo Mosén Juan Boscán para ir a la Mina de Oro, fechado en 1478, lleva implícito el interés de la Corona porque los marinos palermos participaran en estas navegaciones. Tanto las naves como sus tripulaciones serían reclutadas mayoritariamente en Palos, por orden de los Reyes y mediación directa del propio Capitán de la Armada. El salvoconducto iba significativamente dirigido en primer lugar a la Villa de Palos:

    "A la Villa de Palos e a todas las cibdades e villas de mi reyno:.Sepades que Yo he mandado e mando a ziertos vezinos de Palos e de otras villas e logares de la Costa de la Mar de la Andaluzía e de otras partes de mis reynos y señoríos, que vayan con ciertos sus navíos a la Mina de Oro..los quales me fizieron relación diziendo que ellos..andan e navegan por los mares e puertos de los dichos mis reynos e señoríos con sus barcos e mercadorías a tratar e vender e trocar e comprar paños e joyas e fierro e azero e ferraje e lanas e otras mercadorías, e se reçelaban que vos, los sobredichos alguaziles, les prenderedes e les tomaredes los dichos sus navíos e vienes e mercadorías..."

    Así se aseguraba oficialmente a estos hombres que no serían molestados por sus deudas con la Corona, para que libremente pudieran contratar y proveerse de lo necesario a fin de comerciar en Guinea y la Mina de Oro. Tan sólo se les prohibía comerciar con Francia y Portugal, enemigas de Castilla en esta época. Obviamente, la concesión de estos seguros beneficiaba en última instancia a los Reyes, pues se impedía de esta manera que las autoridades locales pudieran entorpecer la marcha de los marinos a una zona donde los Monarcas intentaban reafirmar su presencia.

    En las Ordenanzas Municipales de Palos, se advierte el acatamiento de las oligarquías locales a esta actitud real en la exención de algunos tributos sobre productos de monopolio señorial cuando son para avituallar las naves que se dirigen a las colonias, y también en la excepción que se hace sobre la prohibición de portar armas en la Villa, permitiendo que fueran armados los marinos que se disponían a partir para la Mina o Guinea en la Calzada y en el Puerto, circunstancia que también denota las dificultades que encontraban estos hombres para pescar o comerciar en unas zonas casi totalmente dominadas por los navíos portugueses.

    Como en el resto de las ocasiones en que se intenta hacer una gran armada, se fracasa ante la superioridad lusa. Sólo en encuentros singulares y muy rápidos los palermos, sin más respaldos, conseguían sorprenderles. Ciertamente, también algunos palermos aprovecharán la confusión de la guerra para dedicarse simple y llanamente a la piratería. Pero, pese a todo, los servicios que brindaban a la Corona al enfrentarse a los de Portugal, indirectamente, les hacía acreedores de su aprecio y respaldo.

    La situación va a cambiar radicalmente cuando en 1479 se firma la Paz de Alcáçovas, que supuso la retirada del apoyo que la Corona venía prestando a la navegación en aguas de Guinea. El acuerdo constaba de dos pactos esenciales. En primer lugar el Tratado de las Tercerías de Moura, que regula los arreglos matrimoniales directamente destinados a resolver la cuestión dinástica, mediante el compromiso entre el príncipe heredero portugués, Alfonso, y la hija mayor de los Reyes Católicos, la infanta Isabel.

    En segundo lugar, el Tratado de la Paz Perpetua, que ponía fin a la guerra peninsular. Por lo que se refiere a navegaciones en el Atlántico y expansión ultramarina de ambos reinos, el Tratado adjudicaba a los reyes de Portugal:

    "..la posesión e casi posesión en que están todos los tratos, tierras, rescates de Guinea, con sus minas de oro e qualesquier otras yslas, costas, tierras descubiertas e por descubrir, falladas e por fallar, yslas de la Madera, Puerto Santo e Desierta, e todas las yslas de los Açores, e yslas de las Flores, e asy las yslas de Cabo Verde, e todas las yslas que agora tiene descubiertas e qualesquier otras yslas que se fallaren e conquirieren de las yslas de Canaria para baxo contra Guinea...tyrando solamente las yslas de Canaria...las quales fincan a los reynos de Castilla".

    Pero, además de las tierras cedidas, los Reyes Católicos se comprometen taxativamente no sólo a no enviar, sino incluso a impedir que sus súbditos, o extranjeros desde sus reinos, "non vayan a negociar a los dichos tractos, nin yslas, tierras descubiertas e por descubrir" sin licencia de los monarcas portugueses. Es decir, el Tratado de Alcáçovas reservaba a los marinos lusos el control exclusivo y absoluto de la navegación en el Océano, camino de Guinea.

    Respecto a las rutas del mar libre hacia Occidente, el Tratado no dice nada en su letra, aunque en su espíritu se deja también entrever que el derecho corresponde a Portugal. Sólo cuando Colón y los hermanos Pinzón descubran América será este punto conflictivo hasta el Tratado de Tordesillas (1494).

    Entre tanto, los castigos que recibirían los navegantes que incumpliesen el pacto de los Reyes, en lo relativo a Guinea, nos lo aclara una carta del rey portugués Juan II, de fecha 6 de Abril de 1480, que dispone que los capitanes de los navíos portugueses enviados a Guinea, si encontraban allí navíos de cualquier gente de España o de otro cualquier país, los tratasen en son de guerra, y que llegado el caso no hicieran prisioneros, sino que inmediatamente que fueran apresados, y sin juicio previo alguno, fuesen dejados en el mar para que murieran.

    Los palermos, lógicamente ajenos a estas sutilezas de alta política, siguieron asaltando las naves portuguesas, sus enemigas seculares, y haciendo incursiones a las posesiones lusitanas en África, entre otras razones, porque sólo podían optar entre morir de hambre o desobedecer el Tratado. El escaso término palermo, con unas tierras poco fértles y escasamente regadas, impedían a los más de 2.500 habitantes de Palos vivir de las actividades agropecuarias. Su única posibilidad de subsistir era, como había sido siempre, el mar.

    Excelentes carpinteros de ribera, sus astilleros siguieron funcionando a buen ritmo. Y también su alota seguía siendo un lugar atrayente para los pescadores de la comarca, hasta el punto que los palermos Juan Venegas y Pedro Cansino arriendan en 1490 a los Reyes Católicos la zona pesquera comprendida entre el Cabo de Bojador, Angra de los Caballos y Gran Canaria hasta la isla de Hierro, concediendo después ellos las licencias de pesca.

    Pero ésto era insuficiente para sobrevivir y, contrariando el Pacto de Alcáçovas, acuden a las aguas prohibidas pasando de ser considerados como avezados guerreros contra los portugueses a meros delincuentes. Alcáçovas supuso el sacrificio de los palermos, y de sus actividades marítimas, en aras de la nueva coyuntura política respecto a Portugal. En Palos produjo un sentimiento de estupor y decepción, origen de las tensas relaciones con la Corona, que se agudizarán más aún cuando los Reyes adquieran la mitad de la Villa en 1492.

    En definitiva, la guerra colonial supuso una época de auge para el Puerto de Palos en todos los sentidos, al saberse sus habitantes respaldados por los Monarcas, que llegan a conocer esta Villa por necesidades del conflicto, para abandonarla cuando éste concluye. No obstante, ni los Reyes Católicos, ni el mercenario de Portugal Colón, se olvidarían de la extraordinaria pericia marinera mostrada por los palermos durante la contienda. No en balde, se dijo de Martín Alonso Pinzón que "hera el más valeroso hombre por su persona que avía en toda esta tierra, e con un navío que tenía le temían los portugueses en los tiempos pasados, que no avía navío de portugués que le osare aguardar".

    Aunque probablemente sea Pero Vázquez de la Frontera, el viejo marino de Palos que animó a Colón y los hermanos Pinzón a realizar el viaje que culminó con el Descubrimiento de América, quien mejor simbolice las estrechas relaciones, a veces pacíficas y a veces no, que mantuvieron los navegantes de la costa suratlántica peninsular a una y otra orilla del Guadiana. La fama de Pero Vázquez en el Puerto de Palos se debía a su gran experiencia como navegante en la armada portuguesa, sin duda la más temida pero también admirada de la época por su pericia y prestigio.

    Así lo afirma, en los Pleitos Colombinos, Fernando Valiente:

    "Quel dicho Cristóbal Colón, antes que fuese a negociar con los Reyes Cathólicos sobrel dicho descubrimiento, vino a esta Villa de Palos...e posó en el monesterio de La Rábida, e de allí venía algunas vezes a esta Villa e hablava con un Pero Vasques de la Frontera, que era onbre muy sabio en el arte de la mar e avía ydo una ves a fazer el dicho descubrimiento con el ynfante de Portugal...".

    Y lo corrobora en su declaración Alonso Gallego:

    "Conosció (a Colón) y le vio harto pobre y nesçesitado..., y oyó dezir a un Pero Vasques de la Frontera, vezino de la villa de Palos, al tiempo quel dicho Colón vino a querer yr al dicho viaje, quel dicho Colón venía a tomar lengua y aviso del dicho Pero Vasques de la Frontera, como perona que avía sido criado del rey de Portugal y tenía noticia de la tierra de las dichas Yndias".

    El viejo y respetado marino de Palos, según los testigos de aquellos acontecimientos animaba a Colón, los Pinzón, y sus tripulaciones, para que no desmayasen y siguieran adelante al llegar al "mar de yerbas", muy posiblemente los Sargazos, admitiendo que la decisión de retornar en aquella zona era la que seguramente había impedido a su expedición, en época del Infante D. Enrique, llegar a aquellas míticas y deseadas costas orientales de legendaria riqueza.

    El viaje al que se hace referencia, que ya fue objeto de estudio por Cortesao, es el de Diego de Teive en 1452, donde iba el palermo Pero Vázquez, por entonces bastante joven, como piloto. Probablemente estuvo motivado por el retorno de algún navío que accidentalmente fue arrastrado a las costas americanas, e iba en busca de la legendaria isla de las Siete Ciudades.

    Salieron de la isla de Fayal en las Azores, y tras navegar rumbos S y E para encontrar los alisios se adentraron más de 150 leguas al SO según Las Casas y Hernando Colón, posiblemente debieron ser el doble, ya que el "mar de yerbas" del que hablaron, seguramente se corresponde con una zona amplia y densa de los Sargazos, alrededor de los 29º N y 40º O.

    Desesperados de poder seguir avanzando, deciden volver en un gran arco por el Norte, buscando los vientos de occidente, lo cual hace sospechar a algunos autores que también tenían referencias sobre el modo de "retornar". Descubren la Isla de las Flores (Azores), para subir hasta el Cabo Clara, en Irlanda, por lo que el profesor Demetrio Ramos piensa que debían de esperar al otro lado del Atlántico, no sólo islas, sino un gran continente que probablemente identificaran con las costas asiáticas. En definitiva, aunque no obtuvo éxito, y ello motivó una cierta frustración y rechazo de la tesis de llegar a Oriente por Occidente, como afirma Quinn, fue la primera expedición y exploración seria del Atlántico.

    Pero Vázquez de la Frontera, marino al servicio de Portugal y Castilla, en una época y un lugar que concentraron las más altas cotas del arte de navegar con una mentalidad ávida de aventuras y nuevos horizontes, es un buen representante de los hombres de mar de la costa suratlántica peninsular que, compitiendo o colaborando, adquirieron en la segunda mitad del siglo XV, con sus incursiones en África, una enorme experiencia que llevaría a las naves de esta costa a los más remotos mares, poniendo en contacto a civilizaciones que hasta entonces permanecían aisladas, e iniciando con ello una nueva era en la cual las relaciones humanas de toda índole adquirieron una dimensión global, planetaria.
    Extraído dehttp://www.paisvirtual.com/ciencia/humanistica/julioil/articuls.html
    Julio Izquierdo Labrado
    La Rábida, 1993

    * Esclavos en Gibraleón
    * Esclavos en Huelva y Palos

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  21. Casa de la contratación (1503-1790):
    Creada por los Reyes Católicos para estimular, encauzar y controlar el tráfico con el Nuevo Mundo. Tenía precedentes en instituciones semejantes creadas anteriormente en otros países, en especial la "Casa da India" de Lisboa. En principio se organizó como una agencia de la corona castellana, para realizar, por cuenta propia, y en régimen de monopolio, el comercio con las tierras recién descubiertas, pero la ampliación insospechada del escenario americano hizo imposible este proyecto, y la Casa de contratación se convirtió en el órgano destinado a inspeccionar y fiscalizar todo lo relativo al tráfico indiano. La Casa conoció su mayor apogeo en el sXVI, a lo largo del cual fueron fijadas su organización y atribuciones en "Ordenanzas" ampliadas y rectificadas varias veces (1503, 1510, 1536, 1543, 1552, 1585, etc). Gozó de amplia autonomía hasta que se creó el Consejo de Indias (1524), del que pasó a depender, como más tarde los haría de los de Hacienda y Guerra. Su personal estaba compuesto, al principio, por

    * un factor, a cuyo cargo estaba el aprovisionamiento y revisión de los buques y la compra y expedición de ciertas mercancías por cuenta de la Hacienda (armas y municiones, azogue para extraer la plata, etc)
    * un tesorero, que recibía todos los caudales procedentes de América, tanto de particulares como de la corona, y se hacía cargo de los bienes de las personas fallecidas allí, en tanto no eran entregados a sus herederos (los bienes de difuntos)
    * un contador-secretario, encargado de la contabilidad de cuantas operaciones realizaba la Casa.

    Estos tres funcionarios (oficiales reales) actuaban y eran responsables conjuntamente en ciertos trámites fiscales: registro de navíos, concesión de licencias de embarque y cobranza y administración de ciertos gravámenes sobre el tráfico (en especial la avería, fondo destinado a sufragar los gastos que originaba la protección armada de los buques mercantes). Tenían también la facultad de administrar justicia en los pleitos relativos al comercio y la navegación, previo asesoramiento de un letrado: su actividad en esta esfera provocó numerosos conflictos con otros organismos judiciales. Cuando se creó el Consulado de Sevilla (1542), tribunal mercantil, muchos pleitos sobre responsabilidad civil pasaron a él, pero lo criminal siguió bajo la jurisdicción de la Casa de contratación, con lo que la función de cargos de fiscal (1546) y juez asesor (1553). En 1583, se creó una sala de justicia dentro de la Casa de la contratación, con lo que la función judicial quedó totalmente separada de las tareas administrativas y fiscales, encomendadas a los oficiales reales. En 1596, la sala de justicia fue equiparada a una audiencia. La Casa de contratación desempeñó ciertas funciones de gobierno, como el reclutamiento de colonos para poblar las nueva tierras, el registro y la expedición de licencias para los que querían trasladarse allí, pero sobre todo fue órgano consultivo de los reyes para todo lo referente al comercio, a través del cual se cursaban órdenes acerca del tráfico mercantil indiano.

    Corredera y reloj Técnicas de navegación:
    También fue notable su labor en lo que respecta a las técnicas de navegación y a la ciencia náutica. No sólo inspeccionaba los navíos destinados a efectuar la traveía sio que incluso creó un cargo de carácter técnico, el de piloto mayor, en que se sucedieron figuras tan destacadas como Américo Vespucio, Juan Díaz de Solís, Sebastián Caboto, etc. Bajo su dirección se desarrolló una oficina hidrográfica y una escuela de navegación que atendió a la enseñanza y examen de pilotos y a la construcción y reparación de instrumentos náuticos. En ella se registraban, sobre un mapa modelo (el padrón real), los descubrimientos que se iban realizando, y a él ajustaban los navegantes sus cartas náuticas. La primera institución oficial creada para el conocimiento de los saberes náuticos fue la Casa de la Contratación de Sevilla en 1503. En 1508, por cédula de Fernando el Católico, se nombra a Américo Vespuccio, Piloto Mayor de la Casa de la Contratación, para "oficio que se constituyó para examinar y graduar a los Pilotos y censurar las cartas e instrumentos necesarios para la navegación. Años después, en 1552, se crea la "Cátedra del Arte de la Navegación y la Cosmografía". Complementando este centro dedicado a la formación de marinos y como consecuencia del interés que Felipe II sentía por la geografía y la astronomía funda en 1583 la Academia de Matemáticas de Madrid. Fue su primer director Juan de Herrera, quizás más conocido como el arquitecto del Monasterio de El Escorial, que además desarrolló otra faceta que ha trascendido menos: la de inventor de instrumentos náuticos; así nos lo relata Andrés García de Céspedes que fue piloto mayor de la Casa de la Contratación, cosmógrafo del Consejo de Indias y también hábil constructor de instrumentos, pues como atestigua Salvador García Franco (1947), fabricó la ballestina que sirvió de "padrón" para comprobar las que llevaban los pilotos en sus navegaciones.

    Con el tiempo las tareas de la Casa de contratación adquirieron tal complejidad que fue preciso adjuntar a los oficiales reales una serie de ayudantes: escribanos, diputados, comisarios delegados, etc., y se crearon unos cargos con misiones concretas y específicas, como los de correo mayor, proveedor general de la armada, artillero mayor, visitadores de navíos. Para coordinar tan diversas actividades se instituyó (1557) el cargo de presidente de la Casa de contratación, que era la suprema autoridad ejecutiva dentro de ella. Al contador se le asignaron numerosos ayudantes, y se acabó creando un Tribunal de la contaduría de la avería (1596). La Casa de contratación tenía su capilla propia y también su cárcel. Durante más de doscientos años (1503-1717), Sevilla fue sede de la Casa, debido al monopolio del tráfico con América de que gozaba. Sólo hubo un intento (1529-1573) de alterar esta situación, permitiendo a ocho puertos españoles que enviasen barcos directamente a Indias, aunque la supervisión de delegados de la Casa, y con la obligación de terminar en Sevilla el viaje de regreso. El calado no siempre permitía a los buques navegar con toda su carga por el Guadalquivir hasta Sevilla, por lo que fue preciso autorizar que, eventualmente, pudiesen efectuar en Cádiz las operaciones de carga y descarga. Al amparo de esta licencia se desarrolló un activo contrabando, por lo que se estableció en Cádiz un Juzgado de Indias (1535), compuesto por un juez oficial y tras delegados de la Casa de contratación, cuya finalidad era lograr un mejor control de este tráfico. La rivalidad entre los comerciantes de Sevilla y de Cádiz fue grande, y los primeros intentaron en vano suprimir el juzgado. A lo largo del s.XVII, la Casa de contratación se vio afectada por los defectos característicos de la administración española en esta época: estancamiento, ineficacia, venalidad de los oficios públicos. Aparecieron los jueces supernumerarios, que, habiendo obtenido por compra el derecho a ocupar algunos de los cargos de la Casa, tenían que esperar a que quedase vacante. En el s.XVIII, la política innovadora de los Borbones trajo como consecuencia el traslado (1717) de la Casa de contratación a Cádiz y el Juzgado de Indias a Sevilla; al mismo tiempo, la nueva estructura administrativa y la progresiva descentralización del comercio le fueron mermando atribuciones, hasta que en 1790 fue definitivamente suprimida.

    Sevilla en el siglo XVII. Sánchez Coello. Museo de América Auge y decadencia de la ciudad de Sevilla:
    Después de una larga campaña militar y tras un sitio tenaz, Fernando III de Castilla reconquistó Sevilla (23 nov. 1248). Con el repartimiento de la ciudad y el establecimiento en ella de la corte, la convirtió en capital de su reino, situación que continuó Alfonso X el Sabio. Sus sucesores mostraron cierta predilección por Sevilla que culminó con Pedro I, quien reformó el alcázar para vivir en él. En tiempo de los Reyes Católicos, Sevilla inició otra gran etapa de apogeo y esplendor que culminó con Carlos V y Felipe II. Se construyó su gigantesca catedral; su universidad recibió el impulso creador de maese Rodríguez; se estableció en ella la primera imprenta de la Corona de Castilla; comenzaron a organizarse sus gremios y sus industrias adquirieron una inusitada importancia al igual que las artes.

    Monopolio del comercio con América:
    Pero todo su auge y el haber alcanzado el primer auge dentro de las ciudades hispanas, se debió a su puerto, punto de partida y arribada de todas las expediciones del Nuevo Mundo, sobre todo a partir de la creación de la Casa de la contratación de las Indias (1503). Sevilla fue entonces sinónimo de cosmopolitismo y, en opinión exagerada, la "capital del comercio ecuménico y el centro del mundo". La expulsión de los judíos (1492) privó al país de sus súbditos más emprendedores, activos y preparados tanto en lo económico como en lo intelectual. Habían ocupado los puestos más relevantes en todas las esferas del reino y con su intervención como financieros el oro y la plata llegados de América hubieran dado mucha más riqueza, progreso e industria en lugar de acabar cayendo en manos alemanas y genovesas, que fueron los que sacaron el principal partido.

    La ciudad debió aumentar su población de 60 o 70.000 h en 1500 a 150.000 en 1588; esta es la época de máximo apogeo de Sevilla: en 1543 se creó el consulado y en 1624 el almirantazgo. Las posibilidades de grandes beneficios ofrecidas por los nuevos mercados americanos, así como las dificultades y el coste elevado de los transportes terrestres en la península, determinaron la creación de numerosas industrias en Sevilla por parte de mercaderes y banqueros. Entre estas industrias destacan las textiles (de larga tradición), en particular la seda, la cerámica instalada sobre todo en Triana, y el jabón, y a continuación, en un plano menor, los astilleros (siempre a remolque de los vascos), la pólvora, los bizcochos, la industria de lujo y la tonelera, etc.

    doblón Crisis (s.XVII y XVIII):Algunas de ellas (cerámica) lograron superar la crisis en que se vio sumida la ciudad a partir de la segunda mitad del s.XVII y a lo largo del XVIII, pero la mayoría entraron pronto en una fase de decadencia. Sin embargo, incluso en la época de mayor auge, Sevilla no logró equilibrar su balanza comercial debido al déficit en las exportaciones y por ello se vio precisada a exportar gran cantidad de metales preciosos. Esto no imprimió la imposición de una tributación creciente sobre la ciudad por parte de la corona. Este hecho, unido a la competencia extranjera (los neerlandeses, genoveses y florentinos se instalaron en Sevilla poco después de la conquista de América), que llegó a arruinar a muchas industrias locales y favoreció el drenaje de moneda hacia otros países, y a la guerra de Separación de Portugal (1640), que determinó la emigración de un gran número de portugueses e impidió el tráfico comercial con Lisboa, provocó el declive de Sevilla, iniciado aproximadamente a partir de 1640. Pero a todo ello hay que añadir la catástrofe demográfica provocada por la epidemia de 1649, que supuso la pérdida de 60.000 h, de la que Sevilla no se repuso hasta entrado el s.XIX, y el traslado de la Casa de contratación a Cádiz en 1717. En realidad la rivalidad de ambas ciudades arrancaba del s.XVI y el motivo que se alegaba para apoyar la necesidad del traslado era la dificultad que encontraban los buques en pasar la barra de Sanlúcar, que no había sido corregida a pesar de que en 1687 una real cédula concedía la facultad de profundizar el Guadalquivir. A finales del s.XVIII la población de Sevilla se cifraba en unos 96.000 h y hasta mediados de la centuria siguiente no logró rebasar los 120.000 h.

    escribano Los impuestos del transporte marítimo:
    Aunque en los primeros tiempos de los viajes a Indias se habían dictado normas para que las mercancías transportadas tanto de ida como de vuelta quedasen exentas del pago de impuestos, el volumen de lo transportado y las necesidades de la hacienda, condujeron al cobro de un serie de impuestos.

    Avería:
    La voz avería es un vocablo de origen árabe que significa mercancías estropeadas. Aunque la avería es anterior a la Carrera de Indias puesto que ya estaba contemplada en el negocio marítimo por el Consulado de Burgos, Haring, refiriéndose al comercio indiano, define el impuesto de avería como una contribución para costear los gastos de los convoyes u otras flotas mantenidas para la defensa de la navegación de las Indias. Solórzano va más allá defendiendo la avería como el pago por la seguridad que daban los galeones, al que se agregaba para su reparto el valor de las averías o daños que en la navegación sufrieran las mercaderías. Aunque el impuesto de avería se crea en 1518, no se configura totalmente hasta 1552. Antes de la salida de cada flota, al efectuar el registro de las mercancías transportadas, los funcionarios de la Casa de la Contratación calculaban el costo mínimo de la protección a fin de recaudarla. El cálculo se hacía tanto para los viajes de ida como para los de vuelta. En principio la tasa oscilaba entre el 1 y el 2 por 100. Sin embargo , años más tarde llegaba al 5 por 100. Para los viajes efectuados entre 1555 y 1556 , los gastos invertidos en la flota de Pedro Menéndez de Avilés ascendieron a más de 37 millones de maravedíes.

    El almojarifazgo:
    Que también es una palabra de origen árabe, era un impuesto ad valorem de las mercancías que entraban o salían de España; equivalía a los actuales derechos de aduanas. Al principio, la navegación americana estuvo exenta del pago de tributos de cualquier clase, aunque esta exención no se aplicaba, pero al parecer las mercancías llevadas a la Española pagaban una tasa del 7,5 por 100 equivalente a las tasas combinadas de exportación e importación que se abonaban en Andalucía. Carlos V lo instituyó por decreto en febrero de 1528. Inicialmente el impuesto suponía un 2,5 por 100 para las mercancías exportadas y un 5 por 100 para las importadas, pero como en el caso de la avería, este impuesto sufrió variaciones.

    La alcabala:
    Otra voz de origen árabe, era un gravamen que se fijaba sobre el precio de las cosas vendidas, y en el caso de permuta, sobre el valor de los productos intercambiados. Tardó algún tiempo en implantarse en América. Por un decreto de 1543 se ordenaba que las mercancías exportadas desde las Indias pagasen derechos de almojarifazgo y alcabala. Haring puntualiza que al 5 por 100 de las mercaderías importadas se sumaba una alcabala del 10 por 100 sobre la primera venta, con lo que las mercancías destinadas al mercado español pagaban en origen un 15 por 100, fuesen vendidas o no.
    En 1566, las mercancías destinadas a las Indias, entre el derecho de almojarifazgo e impuestos fiscales, quedaron gravadas en un 15 por 100, y las importadas de allí en un 17,5 por 100 de su valor. Además de estos impuestos estaban los de visitas, registro, palmeo, tonelaje, etc., y los que se percibían por su reexportación a Chile o Perú. Chaunu estima que el valor de las mercancías en las Indias era un 50 por 100 más elevado que en Castilla (otros autores lo elevan al 70 por 100). Guimerá Ravina considera que los impuestos representaban entre el 20 y el 30 por 100 del capital invertido y que para hacer un viaje remunerable, la diferencia de precios entre España y América debía ser de un 200 por 100 como mínimo. Algunos autores, al comentar la alta fiscalidad de la Carrera, interpretan ésta y el contrabando --tan frecuente en la Carrera- como una relación causa efecto. (Ricardo Arroyo)

    * Flota de Indias | Comercio canario con Indias | Portobelo
    * La Giraldilla de La Habana | Pilotos de la Armada

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  22. "En la Argentina, la primera presencia española es la expedición de Juan Díaz de Solís, quien enviado por el rey de España, desciende desde las costas del Brasil buscando un paso que comunique los dos océanos. En febrero de 1515, entra con sus buques en 'un agua espaciosa y no salada' que nombra como 'Mar Dulce' y que es el actual Río de la Plata. Ancla en la isla que luego le pone el nombre de su segundo, Martín García, fallecido durante la expedición. Desembarca en la costa del actual Uruguay y es muerto, junto con siete de sus hombres por los indios charrúas, salvándose sólo el grumete Francisco del Puerto."
    La Patagonia: "En el año 1536 Simón de Alcazaba y Sotomayor realiza el primer intento colonizador, ya que había recibido la concesión de las tierras patagónicas, denominadas por la corona como Provincia de Nueva León. Su expedición desembarca en lo que hoy es Camarones, instalan un guarnición, descubre también los cauces de los ríos Chubut y Chicoy realizan una serie de exploraciones en busca de un paso hacia el Pacífico. Por problemas de organización y sublevaciones entre los hombres propios de dicha expedición, el intento colonizador falla y Simón de Alcazaba muere asesinado por sus propios hombres."

    Descubrimiento Islas Malvinas:
    1520.- Deserción de Esteban Gómez, con el navío San Antonio. Presunto primer descubrimiento de las Islas Malvinas. Los marinos las llamaron islas Sanson (abreviatura del nombre del navío).
    1523.- Primera presunta localización cartográfica de las Malvinas según la carta náutica de Reinel, descubierta últimamente en Estambul.
    1529.- Mapa de Diego Ribero donde se señala la posición de las Islas.
    1535.- Expedición de Simón de Alcazaba, presunto redescubridor de las islas.
    1540.- Presunto redescubrimiento del archipiélago por Alonso de Camargo, al mando de La Incógnita.

    Mapa moderno Malvinas Las Malvinas. Soberanía:
    Situadas a unos 500 km de la boca oriental del estrecho de Magallanes. Es posible que el explorador británico John Davis las avistara en 1592. El navegante holandés Sebald de Weert las descubrió en 1600. Posteriormente fueron visitadas por británicos y franceses, que se establecieron allí. Los españoles pagaron una indemnización a los franceses para que abandonaran la factoría que habían fundado. Luego ocuparon una de las islas en 1767 y, tres años más tarde, consiguieron expulsar a los ingleses. El Gobierno de Londres presionó diplomáticamente al español y éste consintió, a cambio de la promesa de que las islas serían abandonadas en un futuro inmediato, que los ingleses regresaran de nuevo a sus establecimientos. En 1774 Inglaterra cumplió lo prometido. Argentina se independizó de España en 1816 y reclamó la soberanía de las islas en 1820. En 1833 Gran Bretaña retomó el control. En 1892 adquieren el estatuto de colonia. Las reclamaciones de Argentina se suceden repetidamente. Hasta 1985, Georgia del Sur, a 1.290 kilómetros al sureste de las Malvinas y las Sandwich del Sur, a unos 750 kilómetros al sureste de Georgia del Sur, fueron gobernadas como dependencia de las Malvinas. Una nueva Constitución hizo que ambas se convirtieran en un protectorado británico separado de las Malvinas. Geológicamente son una parte de la Patagonia argentina unida al continente por una elevada meseta submarina.

    Malvinas Posesión y expulsión de los argentinos (1820-1833):
    La Argentina efectuó su primer acto de posesión del archipiélago el 6 de noviembre de 1820 cuando el Coronel de Marina David Lewit, comandante de la fragata Heroína, ancló en Puerto Soledad, capital española de las islas, izando la bandera nacional. Estuvo a cargo de las islas hasta enero de 1821. Otro Comandante le sucedió hasta mayo de 1821. En 1824 se hizo cargo de la Comandancia el Comandante militar Pablo Areguatí, indio de origen guaraní. En 1828 fue nombrado Comandante Luis Vernet, que se hizo cargo efectivo en Puerto Soledad. El 2 de enero de 1833 entró en Puerto Soledad la fragata inglesa Clío comandada por John Onslow, quien forzó la rendición de la plaza al comandante sustituto -en ausencia del Gobernador Vernet-, el capitán José María Pinedo. El 6 de enero, ante la superioridad numérica, el capitán Pinedo se retiró con las tropas bajo su mando. La población local fue perseguida y expulsada, y sus bienes robados. Como dice el himno a nuestras Malvinas que todos los escolares aprenden:

    Tras su manto de neblinas, bajo extraño pabellón, no las hemos de olvidar... Las Malvinas Argentina !!, brama el viento, ruge el mar! Quien nos habla aquí de olvido, de renuncia, o de perdón, ningún cielo más querido de la Patria en su extensión".

    (Martín Fernández)

    * Ocupación argentina y conflicto armado (1982)


    Cartagena de Indias y costa de Colombia. Alonso de Ojeda 1499 y Rodrigo de Bastidas 1501:
    "En Colombia, Ojeda tuvo su primer gran acierto: escogió, para colonizarla, la gran bahía de Cartagena, Hasta ahí sólo llegó su prudencia, pues en seguida autorizó la toma de Esclavos, pero los Indios Cartageneros no se dejaron....... Rodrigo de Bastidas, siguiendo el ejemplo de Ojeda, obtuvo permiso para zarpar en febrero de 1501 con dos carabelas, y con el gran Juan de la Cosa. Bastidas tomó nota del magnífico puerto de Santa Marta, de las bocas del Magdalena frente a la Barranquilla de hoy, y también de las dos entradas a la gran bahía de Cartagena. Localizó pues, los tres grandes puertos que todavía dominan la costa Caribe Colombiana,...... El descubrimiento de la costa colombiana lo completó Vasco Nuñez de Balboa, quien, como Ojeda, pertenecía a la generación siguiente a la de Colón. Cuando Balboa llegó a la costa colombiana, convenció a Enciso de que convenía más bien colonizar el otro costado del golfo de Urabá, cerca de las bocas del río del Darién. Así nació Santa María la Antigua, la primera ciudad Española, en 1509, en tierra firme que alcanzó a tener cédula real, gobernador y hasta obispo."

    Fundación de Cartagena de Indias. Pedro de Heredia 1533:

    "Llegó el hechicero a la puerta de la casa del cacique en medio de la mayor algarabía, y , concedió el permiso de Carex para poder entrar junto con su orquesta de caracoles, así lo hizo; y ya frente al trono de su dueño y señor, empezó a bailar una danza infernal, hasta que jadeante y sudoroso, cayó a pocos pasos del cacique, presa de convulsiones epilépticas. Cesó de tocar la orquesta, frotaron a Caron con hierbas aromáticas, y , luego que le hubo pasado la excitación del baile, púsose de pie y esperó a que Carex le interrogase. ¿Qué has visto en tus noches de fiesta con los demonios negros y sus cuervos que hablan nuestra lengua? - He visto -replicó Caron- incendios y guazabaras (batallas), hambres y pestes, y a mi señor en medio de sus guerreros, combatiendo contra los blancos venciéndolos a todos, a pesar de que lanzan rayos y fuego y con ellos pelean sus demonios de cuatro brazos (caballos). -Piensas, pues, que debemos aprestarnos para la lucha? -Ya es tiempo, porque sus hombres se preparan para invadirnos y robarnos nuestras mujeres y nuestras haciendas."

    Historia de Cartagena:
    Origen del Nombre 'Nueva Granada' "... en 1511 Balboa remontó el río Atrato hasta Murindó, descubriendo el océano Pacífico en 1513; y de 1524 a 1526, Pizarro y Almagro recorrieron la costa colombiana situada al sur del río San Juan. El granadino Gonzalo Jiménez de Quesada, considerado el conquistador de Colombia, remontó el Magdalena por su orilla derecha con sólo 700 hombres; Siguiendo adelante, cruzó varios poblados indígenas y llegó a Bocatá, capital del cacicazgo de Muequetá; sorprendido Quesada ante la belleza que ofrecía la sabana de Bogotá, con las vastas mansiones de los caciques adornadas con oro y esmeraldas y sus bien cuidados jardines, la denominó 'valle de los Alcázares' y al país que acababa de conquistar 'Nueva Granada'." Tres expediciones distintas y un solo 'Dorado' "Vasco Núñez de Balboa, partiendo de Urabá, halló el Océano Pacífico en 1513 y allí, bajo su mando directo, se construyeron los barcos que habrían de emprender con Pizarro la conquista de Perú y Chile. Los adelantados volvieron más tarde por el centro del litoral (Santa Marta, 1525; Cartagena, 1533) y pasaron luego al interior. Un extraño azar guió tres expediciones que coincidieron en su llegada al corazón del país por diversas rutas y con distintos motivos, pero buscando con idéntica codicia el tesoro de el Dorado: Gonzalo Jiménez de Quesada ascendió por el Río Magdalena explorando un enlace terrestre con el Perú, por encargo del gobernador de Santa Marta, quien a su vez obedecía órdenes de La Española. De cierto punto en adelante, Quesada hizo planes propios de adueñarse del centro del nuevo país."

    Francisco Pizarro Francisco Pizarro (1478-1541):
    Conquistador del Perú. Perteneció a una familia de conquistadores. Se dice que en su infancia se dedicaba a guardar cerdos. Marchó a Sevilla y luego a Italia, donde fue soldado del Gran Capitán de 1498 a 1501. En 1502 hizo su primer viaje a la Indias con Nicolás de Ovando; después estuvo con la expedición de Alonso de Ojeda a Urabá, donde Ojeda le dejó al mando de los que quedaban. Intervino con Núñez de Balboa en la llegada al Océano Pacífico (1513), y también estuvo en la fundación de Panamá, donde se instaló. Se asoció con Diego de Almagro y con el clérigo Hernando de Luque con la pretensión de llegar a las tierras del Perú, de las que habían oído hablar. En el primer intento (1524) se tuvieron que volver por falta de medios, tras un encuentro con los indios del que Pizarro salió con siete heridas. También se frustró la segunda expedición; quedó Pizarro, sin embargo, algún tiempo con otros 13 hombres. Cuando volvieron a Panamá con muestras de riqueza, el Gobernador no les prestó mucha atención y Pizarro regresó a España. En 1529 negoció en Toledo con la Corona el título de Gobernador y adelantado de las nuevas tierras; estos privilegios fueron a su vuelta a América motivo de las primeras rencillas con Almagro. Se volvió a embarcar hacia Panamá en 1530 con sus hermanos Hernando , Gonzalo y Juan, y con su tío Francisco Martínez de Alcántara. De allí salió a finales de año hacia Perú, con tres navíos, 180 hombres y 37 caballos. Tras muchas penalidades logró llegar a Cajamarca, capital de imperio inca, donde vivía el emperador Atahualpa. Entró en la ciudad el 15 de noviembre de 1532 y en una breve entrevista con Atahualpa éste les instó a que le devolviera ls tierras tomadas y aplazaran la entrevista para el día siguiente. Aquella noche los españoles se escondieron alrededor de la plaza. Cuando al otro día llegó el Inca con su escolta y se empezó a impacientar, cayeron sobre ellos de improviso, ahuyentándoles y apresando a Atahualpa. La leyenda indica que Atahualpa ofreció una habitación llena de oro por su rescate, pero esto no tiene fundamento histórico. Los ejércitos incas regresaron a Quito, y esto fue entendido como un movimiento de tropas hacia Cajamarca. Se acusó a Atahualpa de traició al pacto que se había acordado, se le procesó y se le condenó a muerte. Después marcharon sobre Jauja, y luego tomaron Cuzco, donde Pizarro nombró soberano a Manco Cápac. En 1535 fundo su capital, la Ciudad de los Reyes, hoy día Lima. Su hermano Hernando fue este mismo a España a entregar el quinto real, y regresó con el título de marqués para su hermano y con el de adelantado para Almagro, que debía situarse 200 leguas al sur de los territorios de Pizarro.. Al producirse el alzamiento de Manco Cápac, los incas sitian a Cuzco. Será Almagro con sus tropas quie logra liberarlo en 1537, pero se quedará con la región apresando a Hernando.. Francisco acude desde Lima lográndose el acuerdo de paz en Mala, por el que Almagro puso en libertad a Hernando. Este atacaría cogiendo desprevenido a Almagro y derrtando a sus tropas. Almagro fue juzgado y condenado a muerte. Pizarro estuvo entonces dedicado al gobierno tranquilo de la Ciudad de los Reyes, fundó Arequipa y Chuquisaía, y mandó a su hermano Gonzalo a inspeccionar Quito, Valdivia y Chile. Fue asaltado en su palacio por una docena de almagristas que lo mataron. Caído en el suelo, trazó con su dedo mojado en su propia sangre la señal de la cruz en suelo, y murió besándola.

    Diego de Almagro (1475-1538):
    Conquistador español. Estuvo al servicio de Pedrarias Dávila en Panamá, donde se asoció con Francisco Pizarro y Hernando Luque para realizar la exploración y conquista del Perú. Participó en las tres expediciones que culminaron con la conquista del Imperio incaico (1524, 1526 y 1532) y consiguió, junto con Sebastián de Benalcázar, que Pedro de Alvarado desistiera de ocupar el sector de Quito (1534).Pronto surgió la rivalidad entre él y Pizarro, pues mientras éste era reconocido como gobernador y capitán general de las tierras conquistadas, a Almagro se le designó alcaide de la fortaleza de Túmbez. Nombrado luego por el emperador adelantado de los territorios situados al sur de los dominios de Pizarro, partió en 1535 hacia Chile; regresó al no encontrar las riquezas esperadas y se apoderó de Cuzco (1537), ciudad disputada por ambos. Las tropas enviadas por Pizarro fueron vencidas en Abancay (1537). Pizarro envió nuevas tropas, mandadas por su hermano Hernando, que derrotaron en Las Salinas (1538) a las de Almagro. Sentenciado éste a muerte, fue estrangulado en la cárcel y su cadáver decapitado.

    Escudo de Cortés Hernán Cortés (1485-1547):
    Hijo de familia hidalga, estudió en la Universidad de Salamanca, pero pronto abrazó la carrera militar. En 1504 se alistó en la expedición de Alonso Quintero y se estableció en La Española. En 1511 participó en la conquista de Cuba y en compensación recibió una encomienda en Santiago de Baracoa. Designado en un principio por el gobernador de Cuba, Velázquez, para dirigir una expedición en socorro de Grijalva que había llegado a las costas de México, le fue denegada la autoridad poco después. Sin embargo, Cortés partió haca México en 1519 con una flota de once naves y un contingente de 660 hombres. Desembarcaron en Cozumel, en Yucatán, y avanzaron hasta San Juan de Ulúa; en este lugar surgieron los primeros conflictos con los expedicionarios. Fundó la ciudad de Veracruz, pero la llegada de un barco procedente de Cuba incitó a los descontentos a preparar la huida. Descubierta la conjura por Cortés, fue reprimida duramente y después de enviar una nave hacia España, destruyó las restantes, dejó una pequeña guarnición en Veracruz,y prosiguió su marcha hacia México. Se alió con los tlaxcaltecas, enemigos de los aztecas, y entró en Cholula, donde realizó un ataque preventivo, en que murieron unos 3000 indios, al enterarse de que preparaban una conjura contra ellos. Prosiguió su marcha, a pesar de que los emisarios de Moctezuma le instaron para que se retirase, y el 8 de Noviembre de 1519 entraba en Tenochtitlán. Aparentemente fue bien recibido, pero al poco tiempo se enteró de que la guarnición de Veracruz había sido aniquilada por los aztecas. Cortés aprovechó este suceso para ejecutar en la plaza a los que habían tomado parte en esta expedición. En 1520 tuvo que dejar una pequeña guarnición al mando de Alvarado y abandonar la ciudad con el resto de sus hombres para enfrentarse a las tropas que, al mando de Narváez, había enviado el gobernador de Cuba. Sin demasiadas dificultades consiguió que la mayor parte de los soldados de Narváez pasaran a engrosar sus tropas y con ellos regresó a la capital, donde se encontró con la población azteca sublevada a causa de la matanza hecha por Pedro de Alvarado en el Templo Mayor. Moctezuma murió en condicones no aclaradas, y después de resistir algunos días, Cortés y Alvarado decidieron salir de México la noche del 30 de Junio de 1520, la Noche Triste. Perseguido por los aztecas, sus tropas se vieron diezmadas, pero lograron derrotarles en la batalla de Otumba (7 de Julio), lo que permitió a Cortés recomponer sus tropas y poner sitio a Tenochtitlán los últimos días de 1520. A mediados de 1521 consiguieron vencer la enérgica resistencia de los aztecas y el 30 de Mayo, el último emperador azteca, Cuauhtémoc, rindió la ciudad a Cortés. Los reinos de Michoacán y Zapotecapán se soometieron voluntariamente, y los capitanes de Cortés realizaron la conquista de toda la región central. Estas tierras constituyeron la Nueva España y su gobierno fue encomendado a Cortés, quien inició su organización y administración (Ordenanzas de Cortés), pero las disputas con Narváez y Velázquez decidieron al Consejo de Indias a desposeerlo del gobierno de Nueva España (1528). Se le concedió el título de Capitán General y de marqués del Valle de Oaxaca, y se le cedieron 22 villas y 23.000 vasallos, lo que fue motivo de una larga controversia con la Ciudad de México. En 1530 regresó a Nueva España, donde continuó sus expediciones, llegando en una de ellas hasta la Baja California (1536). De nuevo en España, participó en la expedición a Argel (1541) y vivió el resto de su vida aislado de la corte.

    Pedro de Valdivia Pedro de Valdivia (1502-1554):
    Conquistador extremeño. Soldado desde su juventud, hizo sus primeras armas en la lucha contra el rey de Francia. Combatió en Flandes y pasó a Italia bajo el mando del Marqués de Pescara, a cuyas órdenes participa en la batalla de Pavía, que puso fin a la guerra entre el emperador y Francisco I. Su amigo Jerónimo de Alderete, su amigo, le persuadió a unirse a la expedición que se preparaba hacia las Indias. Al estallar la rebelión del Inca Manco en el Perú, los hermanos Pizarro, sitiados en el Cuzco, piden refuerzos, y entre los primeros en acudir está Pedro de Valdivia. En esta ocasión obtuvo su primer triunfo en tierras peruanas. El Marqués de Pizarro y sus hermanos le colman de honores y se convierte en un gran personaje, rico hacendado, encomendero del Valle de la Canela y minero. Pero su sed de aventuras le lleva a intentar la empresa en que fracasara Almagro, la conquista de Chile. Comenzó la penetración a través de un desierto, hasta llegar a los fértiles terrenos del Valle de Copliapó, de que tomó posesión en nombre del rey de España dándoles el nombre de Nueva Extremadura. En 1540, después de atravesar el valle del Aconcagua, en luchas incesantes con los indios, los españoles llegan al valle de Mapocho y en él fundan la primera ciudad chilena, Santiago. A la muerte de Pizarro Chile es ya una gobernación separada del Perú. Valdivia comenzó a organizar la colonia, que tuvo que luchar incesantemente con los indios, que atacaron Santiago en masa. A su regreso, Valdivia encuentra la ciudad casi destruida. Sin embargo, con sus grandes dotes de administración, reorganizó la vida de la colonia y mantuvo su espíritu durante los difíciles años que siguieron. Al estallar la sublevación de Gonzalo Pizarro, Valdivia vuelve al Perú y se pone a las órdenes del gobernador Pedro de La Gasca. Fue nombrado jefe del ejército que organizó y dirigió con tal acierto que en menos de dos meses puso fin a la lucha, tras vencer al temido capitán Francisco de Carvajal, llamado el 'demonio de los Andes'. La Gasca le confirmó como gobernador de Chile. Vuelto a Chile en 1549, prosigue su obra de colonización, y funda las ciudades de Concepción (1550), Imperial (1551). Valdivia (1552) y Villarica (1552). Los araucanos, mientras tanto, prepararon una sublevación. Esto llegó a oídos de Valdivia, que ordenó la construcción de fuertes en Purén, Tucapal y Arauco, en el segundo de los cuales cayó en poder del indio Lautaro, cuyas tropas le dieron cruel muerte tras martirizarle durante tres días. Su obra había echado hondas raíces en Chile, siendo continuada por sus sucesores. Por su tarea civilizadora, su amplia visión política y su amor a la tierra conquistada, visible en las cartas que envió al rey, Valdivia abrió allí un horizonte histórico. Puede considerársele como el fundador de la nacionalidad chilena.

    Francisco de Orellana (1511-1546):
    Explorador y conquistador español. De espíritu joven e impetuoso, y gran conocedor de lenguas indígenas, fue el que navegó por primera vez el río Amazonas. Partió hacia el Nuevo Mundo probablemente en la expedición de Alvarado, pues en 1528 se encontraba en Panamá. Pronto se trasladó al Perú con Pizarro, al que ayudó en sus conquistas. Posteriormente, fue elegido lugarteniente de Pizarro, aunque más bien se trataba de una división de poderes, pues Pizarro se ocupaba de la parte bélica y Orellana de la administración interna. Buscan el mar del Norte, y aunque Orellana no está del todo conforme, accede a las órdenes de Pizarro. La marcha es tan penosa que Pizarro ordenó a Orellana que se adelantara con algunos hombres en el bergantín, con el fin de ganar tiempo y poder llegar cuanto antes a los lugares poblados. Sin embargo los hechos fueron muy distintos, pues la confluencia del rió Coca con el Napo constituía un terreno cenagoso. Pero siguieron adelante, hacia la desembocadura del Aguarico, donde encontraron ya los primeros habitantes. Luego llegaron al delta del Amazonas y desde la desmbocadura del Amazonas a la isla Margarita tardaron 15 días. El viaje terminó en septiembre de 1542. El Consejo de Indias le concedió el título de adelantado de la Nueva Andalucía y un permiso para preparar una nueva expedición. Salió nuevamente de España en 1546, pero esta vez no con tan buena fortuna, pues de cuatro barcos que llevaba sólo se salvó uno en la travesía hasta América. Con él intentó remontar el río, pero murió de fiebres poco después.

    Errores, violencias y grandezas (dic 2003):
    Las Conferencias Iberoamericanas, de las cuales llevamos ya trece, han revitalizado la idea de que una veintena larga de repúblicas hispanohablantes y Brasil, más sus "primos ibéricos" -como dijo recientemente Kofi Annan en la XIII de esas cumbres, en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia-, constituyen una auténtica comunidad a escala mundial; y no sólo con muy antiguos entronques históricos, sino también en la fase actual de globalización económica, por toda clase de conexiones al alza en términos de comercio, inversión de capitales, servicios financieros, navegación aérea y marítima, intercambios culturales, etcétera. Esa extensa área es lo que en los siglos XVI a XIX constituyó el antiguo Imperio de los pueblos ibéricos, que iba más allá del norte de California, incluso con algunos enclaves en Alaska, como Córdova y Valdez, hasta la Tierra de Fuego; agrupando tan extenso territorios como los virreinatos de Nueva España, Nueva Granada, el Perú y el Río de la Plata; más las capitanías generales de toda una serie de zonas como Cuba, Puerto Rico, Florida, Guatemala, Venezuela y Chile. Además, naturalmente, del cuasicontinente brasileño. Sin ninguna saudade por aquellos tiempos -pues como dice José Luis de Vilallonga, "la nostalgia es un error"-, pero sí con el orgullo de haber contribuido nuestro país a tantas cosas, no exentas muchas veces de errores y violencias, pero también indudables grandezas, tenemos que sentir algo muy próximo a nosotros, entre la obligación y el interés, para seguir los acontecimientos de ese cúmulo de países prácticamente como si fuera cosa propia. [...] podríamos decir que las Américas más próximas a nosotros están en pleno movimiento. Es un esfuerzo al que tenemos que contribuir a dar prestancia y fuerza a una de las áreas idiomáticas más extensas del planeta, junto con el inglés y el chino. Y con las más estrechas vinculaciones de todo tipo, que van mucho más allá de lo meramente económico y financiero. (Ramón Tamames)

    Portada Loor de españoles. López de Gómara (1552):
    Tanta tierra como dicho tengo han descubierto, andado y convertido nuestros españoles en sesenta años de conquista. Nunca jamás rey ni gente anduvo y sujetó tanto en tan breve tiempo como la nuestra, ni ha hecho ni merecido lo que ella, así en armas y navegación como en la predicación del santo Evangelio y conversión de idólatras; por lo cual son españoles dignísimos de alabanza en todas las partes del mundo. Bendito Dios, que les dio tal gracia y poder! Buena loa y gloria es de nuestros reyes y hombres de España que hayan hecho a los indios tomar y tener un Dios, una fe y un bautismo, y quitándoles la idolatría, los sacrificios de hombres, y el comer carne humana, la sodomía y otros grandes y malos pecados, que nuestro buen Dios mucho aborrece y castiga. Hanles también quitado la muchedumbre de mujeres, envejecida costumbre y deleite entre todos aquellos hombres carnales; hanles mostrado letras, que sin ellas son los hombres como animales, y el uso del hierro, que tan necesario es a hombre; asimismo les han mostrado muchas buenas costumbres, artes y policía para mejor pasar la vida; lo cual todo, y aun cada cosa por sí, vale, sin duda ninguna, mucho más que la pluma ni las perlas ni la plata ni el oro que les han tomado, mayormente que no se servían de estos metales en moneda, que es su propio uso y provecho, sino contentarse con lo que sacaban de las minas y ríos y sepulturas. No tiene cuenta el oro y plata, ca pasan de sesenta millones, ni las perlas y esmeraldas que han sacado de bajo la tierra y agua; en comparación de lo cual es muy poco el oro y plata que los indios tenían. El mal que hay en ello es haber hecho trabajar demasiadamente a los indios en las minas, en la pesquería de perlas y en las cargas. Oso decir sobre esto que todos cuantos han hecho morir indios así, que han sido muchos, casi todos han acabado mal. En lo cual, paréceme que Dios ha castigado sus gravísimos pecados por aquella vía. Yo escribo sola y brevemente la conquista de Indias. Quien quisiere ver la justificación de ella, lea al doctor Sepúlveda, cronista del emperador, que la escribió en latín doctísimamente; y así quedará satisfecho del todo. Francisco López de Gómara (1511-1565). Historia general de las Indias y conquista de México [CCXXIV]

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  23. Filipinas:
    Los primitivos pobladores de las Filipinas fueron los pigmeos negritos, empujados posteriormente hacia el interior del país por las invasiones de pueblos malayos (tagalos, igorrotes, etc.). Magallanes descubre el archipiélago y lo bautiza con el nombre de San Lázaro o Poniente (1521). Juan Sebastián de Elcano, a su llegada a España, dio cuenta de su descubrimiento a Carlos V. Tras el fracaso de las expediciones de García Jofre de Loaisa (1525) y de Alvaro de Saavedra (1527), Ruy Gómez de Villalobos, al frente de una nueva expedición, desembarcó 22 años después del descubrimiento de Magallanes en Mindanao y Leyte. Esta última isla recibió el nombre de Filipina en memoria de Felipe II. La denominación se hizo luego extensiva a todo el archipiélago. De Nueva España llegó la expedición mandada por el adelantado Miguel López de Legazpi y el fraile Andrés Urdaneta (1565), iniciándose así la conquista y colonización de las islas, cuya capital, Manila, fue fundada el 24 de junio de 1571. Urdaneta regresó de nuevo a México, quedando establecida así, la ruta de ida y vuelta que tanto iba a favorecer las expediciones comerciales entre Nueva España y Filipinas; sobre todo, el comercio de la plata, tan codiciada por los chinos y con los que, ya entonces, se iniciaron los primeros contactos. Dificultaron la labor las incursiones piráticas de portugueses, holandeses, ingleses, chinos y malayos, ya que las Filipinas están estratégicamente situadas en el camino del comercio con el Oriente, siendo la base comercial que permitía participar en el tráfico de las especias y de la seda. En 1583 se erige la Audiencia de Manila. En 1611 se funda la Universidad de Santo Tomás en Manila. En la segunda mitad del siglo XVIII Inglaterra, enemiga de España por las alianzas matrimoniales de esta con Francia, intentó apoderarse de Filipinas. En 1762 el almirante Samuel Cornish atacó Manila, consiguiendo su rendición; sin embargo, el oidor Simón de Anda, con el apoyo de las órdenes religiosas y de la población indígena, logró mantener la independencia del interior del país. Los ingleses tuvieron que devolver Manila en la Paz de París (1763). Los primeros conatos de independencia datan de 1823, intentos, al igual que los suscitados por José Cuesta en 1854, que fueron rápidamente sofocados. Los Estados Unidos subvencionaron las guerrillas afiliadas al partido de la independencia o Katipunam, fundado por Marcelo Hilario del Pilar y al que pertenecían los que más tarde fueron los principales cabecillas de la rebelión de 1896, Andrés Bonifacio y Emilio Aguinaldo. Pese a la ejecución del patriota Rizal y las medidas adoptadas por los generales españoles Blanco y Polavieja, la destrucción de la Armada española en Cavite frente a la de los EEUU hizo que el caudillo Aguinaldo proclamara la independencia del archipiélago. Por el tratado de París pasaron a depender de los EEUU y obtuvieron su independencia al final de la Segunda Guerra Mundial.

    El archipiélago de Joló:
    Integrado por más de 400 islas que suman una superficie total de 2.816 km cuadrados. Desde las primeras expediciones españolas supuso un foco constante de agresiones y actos de piratería. No cedió en su rebeldía ni siquiera a partir de su primera sumisión lograda por Almonte (1639). El deseo de conservar el archipiélago frente a las amenazas holandesas, hizo que los españoles permitieran al sultán Salicala firmar (1645) un nuevo tratado de vasallaje. La intervención de los ingleses y las actitudes tomadas por los diferentes sultanes continuaron creando constantes problemas a España, que envió (1851) una expedición al mando del capitán general de Filipinas, Antonio de Urbistondo, y creó la provincia de Isabela de Basilán con el fin de someter definitivamente al archipiélago. Pero las aspiraciones británicas y alemanas al libre comercio entre las islas no permitieron que se lograse nunca la estabilidad del territorio. En 1898 pasó a poder de los Estados Unidos.

    La isla de Luzón:
    La mayor isla de Filipinas fue explorada por primera vez por la expedición mandada por Goyti y Salcedo, que actuaban a las ódenes de Legazpi. En 1574 Manila, la plaza más importante de la isla, fue atacada por los piratas chinos. En 1581 recibió a su primer obispo, Fray Domingo de Salazar. Los incendios de 1583 y 1603 y la epidemia de peste de 1628 dejaron a la ciudad en un lamentable estado de miseria. Fue atacada por los moros en 1754 y conquistada por los ingleses en 1762. Vuelta al poder de España, se suceden las revueltas nacionalistas. En 1898 pasó a poder de los Estados Unidos. Desde 1942 hasta 1945 fue ocupada por los japoneses.

    El comercio con Filipinas:
    Las islas Filipinas dependían del virrey de México. El comercio directo con la península Ibérica, obstaculizado al principio, acabó por ser prohibido por Felipe II en 1593. Durante las décadas posteriores dependió del tráfico de galeones que se efectuaba anualmente entre el puerto de Manila y el de Acapulco. Los intereses andaluces consiguieron limitar el tonelaje de los galeones y los contingentes de las mercancías. Se asignó a cada exportador una cantidad determinada por medio de un sistema llamado de la "boleta". Los cargamentos permitidos se dividían en 4000 boletas. Mil de ellas correspondían al rey; otra cuarta parte era para las órdenes religiosas (importante factor de cristianización y conquista de las islas); y el resto venía atribuido a los comerciantes. Las boletas podían enajenarse si el beneficiario lo deseaba. Su valor era de 250 pesos aunque llegó a pagarse la cantidad de 2000. Este extraño y burocratizado sistema comercial fue nefasto para las islas.

    * Favoreció la apatía y la tendencia a la especulación
    * Consolidaba el poder latifundista de los sectores eclesiásticos
    * Dejó a los chinos el monopolio del comercio al detall
    * Creó en las clases dirigentes de las islas una peculiar mentalidad monopolística
    * Oficializaba la corrupción y hacía estériles las iniciativas renovadoras
    * Puso trabas seculares al desarrollo de la agricultura.

    (*) La Compañía Real de Filipinas fue fundada por Manuel Arriaga en 1733. En 1783 aumentó considerablemente su capital y sufrió una profunda transformación. Carlos III, que era uno de los mayores accionistas, concedió a la Compañía el privilegio de comerciar con Filipinas, Africa y las Indias durante veinte años. La guerra de la Independencia la sumió en un considerable estado de crisis, y fue disuelta en 1834.
    El San Diego aborda al Mauritius. Grabado de T.de Bry

    El combate del galeón San Diego contra los holandeses (Isla Fortuna 1600):
    El 16 de octubre de 1600 la flota holandesa formada por el Mauritius, el Hope, el Eendracht y el Hendrik Frederik fondea cerca de Luzón haciéndose pasar por francesa. A bordo del buque insignia Mauritius, el almirante Olivier de Noort comandaba una operación contra Manila. El Gobernador Francisco Tello organizó la defensa. Embarcó los cañones que defendían Manila a bordo de un galeón que se encontraba fondeado en Cavite, el San Diego, al que se unió el patache bautizado San Bertolomé y dos pequeñas galeras. Tras el combate el San Diego resultó hundido y sus náufragos masacrados desde el Mauritius, el Eendracht capturado por el San Bartolomé.En adelante los holandeses rehusaron el combate con los barcos españoles. En 1992 Frank Goddio, a bordo del catamarán Kaimiloa localizó el pecio del San Diego a unos 1200 metros de la Isla Fortuna. Se extrajeron 6000 piezas desde una profundidad de unos 50 metros.

    Hundimiento del San Diego:
    El San Diego, con catorce cañones de bronce de diferentes calibres y las provisiones necesarias para varios días, partió el 11 de diciembre de 1600, al mando de Antonio de Morga, acompañado con la otra flotilla. Más de cuatrocientas cincuenta personas se embarcaron en los barcos españoles, entre los que se encontraban unos ciento cincuenta nobles de Manila y algunos mercenarios japoneses. Y así, tres días después, se encontraron frente a frente ambas flotas, la española y la holandesa, librándose inmediatamente una batalla naval donde inicialmente el galeón San Diego en su maniobra aborda y apresa al buque insignia mandado por Olivier de Noort, el Mauritius. Los españoles toman el navío holandés al abordaje y, después de varias horas de combate, donde ya los holandeses se habían refugiado en las bodegas para su última defensa que presumía una victoria española, le aparece al San Diego una vía de agua en el barco, debajo de la línea de flotación. Antonio de Morga, indeciso, no sabiendo si quedarse a bordo del galeón holandés que le confirmaba una victoria segura, inexplicablemente se decide por picar y soltar amarras, que aguantaban al navío holandés, y navegar con parte de los españoles a bordo del San Diego, rumbo a la Isla Fortuna, pero con la mala suerte de que el galeón español comenzó a hundirse rápidamente, salvándose de este naufragio el almirante Antonio de Morga y un centenar de hombres que, por sus propios medios, llegaron hasta esta isla. (Juan Manuel Gracia Menocal)

    Flota española hundida en Cavite La insurrección. Por Enrique de La Vega:
    Un levantamiento como el que estalló allí, en agosto de 1896, sólo es atribuido a diferentes causas, y se puede considerar dentro del modelo típico de insurrección colonial. El sentimiento separatista venía gestándose desde tiempos atrás, fundamentalmente, por la deficiente administración colonial española, agudizada por la inestabilidad política de la España isabelina, y el apoyo norteamericano a dichos movimientos separatistas, encabezado por el rebelde Datto Utto. Estas rebeldías fueron resueltas en principio por el entonces Capitán General de Filipinas en 1886, el sevillano, General Terrero Perinat, pero no pudo evitar que algunas sociedades secretas se encargaran de canalizar el descontento hacia acciones revolucionarias. El ejército en Filipinas estaba compuesto en su mayoría por indígenas, excepto los mandos. Cuando comienzan las deserciones, aquel ejército ve sus filas reducidas, y al adversario más fuerte y peligroso. A partir de 1890, el nacionalismo filipino fue tomando gran auge. Los más radicales, encabezados por Andrés Bonifacio, fundan Katipunan, que significaba en español "Suprema y Venerable Asociación de los Hijos del Pueblo", y lo constituían una sociedad eminentemente revolucionaria, adaptada al ideario indígena, cuya finalidad era luchar con métodos violentos contra el régimen español. La influencia del Katipunan, fue decisiva en la sublevación tagala. La revolución da comienzo en agosto de 1896. Era a la sazón Capitán General de las islas D. Ramón Blanco, Marqués de Peña Plata. El primer combate serio se llevó a cabo en Malbón y triunfaron los sublevados. Ante el cariz de los acontecimientos, el Capitán General Blanco, telegrafía el 29 de agosto de 1896 al Ministro de la Guerra, pidiéndole mil hombres y permiso para crear un Batallón de Voluntarios. Entre los meses de septiembre y diciembre se extiende la insurrección sin que el General Blanco pudiera hacerla retroceder. Ante esta situación, el Gobierno de Madrid sustituye al mando de Filipinas y lo entrega al General D. Camilo Polavieja, que toma posesión el día 13 de diciembre de 1896. Los éxitos y los fracasos cambian de mano continuamente aunque los españoles llevan la iniciativa. Con la toma de Noveleta queda toda la costa y caminos, desde Manila a Cavite, en poder de los españoles. Polavieja, que tiene rodeados a los rebeldes en los pueblos altos de Cavite, pide refuerzos a Madrid. Ante la negativa de Cánovas, que no lo considera necesario, el general presenta la dimisión alegando problemas de salud. Le sustituye el General D. Fernando Primo de Rivera, que toma el mando en abril de 1897. Nombrado por un gobierno que le había negado los refuerzos a Polavieja, tuvo que buscar nuevas fórmulas que no necesitaran refuerzos de la Península. A los pocos días de su llegada, Primo de Rivera tras conquistar algunos pueblos de la provincia de Cavite, comienza a aplicar lo que sería llamado "Política de atracción". Tras el asesinato de Cánovas en agosto de este año, el gobierno de Sagasta confirma a Primo de Rivera en el cargo. Por fin, a través de una serie de negociaciones, se llega al convenio conocido como la "Paz de Biacnabato", en diciembre de 1897, que obligó a exiliarse al general filipino Emilio Aguinaldo en la colonia inglesa de Hong-Kong. Pero en marzo de 1898 estalla la guerra entre España y EE.UU. y el 1 de mayo, Dewey, comodoro de la escuadra norteamericana, destruye a la española. A partir de entonces los norteamericanos ayudan a los filipinos y ofrecen al general Aguinaldo volver a Filipinas en condiciones de generalísimo. Finalmente, el gobierno español envía a Manila al General de División Diego de los Rios, para que se haga cargo de los restos de la Capitanía General y resuelva la liberación de los prisioneros españoles, que alcanzaban la cifra de 9000 personas. El general envía emisarios a Aguinaldo y le propone una entrevista para resolver la cuestión. Pero la ruptura de hostilidades entre americanos y filipinos obligó al General Ríos, a tomar la decisión de infiltrar personas de su confianza en el campo revolucionario. (Enrique de La Vega)

    Magallanes en Filipinas:
    Magallanes comprende que se halla en un archipiélago. Esas ínsulas bien pueden ser las ansiadas Molucas. En honor al santo patrono del día, las bautiza como de San Lázaro. No tiene la más pequeña idea de que acaba de descubrir las Filipinas, agregando con ello más tierras al imperio de Carlos V. Lo que sí advierte con perfecta claridad, es su rango de gobernador de ellas; y que, conforme a las capitulaciones reales, dos de estas islas le pertenecen por cuanto ha descubierto más de seis. Después de la gloria de haber encontrado el codiciado paso al Mar del Sur, había descendido, en su navegación por el Pacífico, hasta el fondo de la ciénaga. No hace treinta días surcaba por un mar interminable con una tripulación moribunda. Sus naves, maltrechas y desvencijadas, se hallaban a punto de naufragar. Los víveres, podridos y hediondos, ya no alimentaban a nadie. Ninguno de sus marineros daba un maravedí por sus vidas. Sólo interesaba sobrevivir, aunque para ello masticaran ratas o cueros. ¿Nuevas tierras? Ya los descubrimientos no conmueven a nadie. Las tierras que se avisten sólo significan comida. Pero cuando todos se encuentran en la borra, revolviéndose en sus propias miserias, un solo hombre no pierde de vista su objetivo. Únicamente Magallanes, que sufre los rigores al igual que los demás, se mantiene firme en sus propósitos. A él no le basta con existir. Su vida no tiene incentivo si no cumple la promesa al rey. Su única meta son las islas de las especias y a ellas llegará, así tenga que comer sabandijas o gusanos. Y he aquí como han cambiado los vientos y con ellos su existencia. Desde el fondo del abismo ha subido a la cima de la gloria. De marino moribundo y fracasado, a gobernador y señor de esas islas. De la bulimia al hartazgo. De timonel sin tripulantes a capitán general de su flota. Magallanes puede sentirse tranquilo. Ha cumplido su misión. La noche del 27 de marzo divisan fuegos en otro islote cercano y hacia allá zarpan al amanecer. Si hay lumbre hay habitantes. Al acercarse a la ribera, les reciben ocho nativos en una chalupa. Manifiestan temor de subir a los barcos. Magallanes lanza algunos regalos al agua atados en un madero. Los recogen y llevan a la playa. Poco rato después se presenta el rey lugareño con oro y jenjibre para retribuir los obsequios. Magallanes da muestras de agradecimiento, pero no los toma. No quiere dar la impresión de codicia. En cambio, entrega más peines, espejos y bisutería. En la tarde desembarcan frente a las cabañas de los isleños. El almirante envía a su esclavo malayo para que trate de entenderse con ellos. A las primeras palabras de Enrique, los nativos dan gritos de contento. Es un instante maravilloso para ese muchacho que ha sido arrancado de su país. ¡Hablan su idioma! ¡Al fin se encuentra entre los suyos! Ha tenido que esperar años y dar la vuelta al mundo para regresar a sus regiones. Las palabras, torpes al comienzo, fluyen luego con rapidez. Todos hablan al mismo tiempo. No sólo es sorpresa para el esclavo, sino también para los moradores. Magallanes manda a Enrique donde el rey de la isla. Le hace saber que son súbditos de España, que vienen en paz, que su deseo es comerciar con ellos y que él, como jefe de aquellos marinos, anhela vivir como hermano del soberano. Recibe de vuelta una invitación para que bajen dos, a fin de agasajarlos y mostrarles sus dominios. Los festejos son enormes y los pantagruélicos banquetes se suceden. No hallan otra cosa con qué atender a sus visitas: sólo las exquisitas comidas y las más variadas bebidas. Su sabor es tan agradable, que el acompañante de Pigafetta se embriaga. Y al almuerzo sigue la cena «en grandes platos de porcelana». La sorpresa de los nativos llega al máximo cuando ven escribir al cronista. Observan que garrapatea unos signos, y días después les repetirá fielmente lo que se ha dicho. Pigafetta toma nota de todo. Describe minuciosamente su estado de civilización. Su vajilla de es oro o porcelana. Las candelas de resina con que se alumbran. La forma de sus cabañas levantadas del suelo. Sus hermosas vestiduras y adornos. Todo es nuevo para él. Allí saben que la isla se llama Masaguá o Massana y se halla al sur de Leyte. El rey les informa que su hermano, también monarca, vive ordinariamente en «una isla donde se hallan los países de Butuan y Calahan» (Mindanao). El 31 de marzo (justo al año de descubrir la Patagonia), desembarcan para asistir a la misa que celebrará el padre Valderrama. Al oficio de ese día de Pascua, asisten el rey y su hermano. [...] (Carlos Valenzuela)

    * Trasatlántica en Filipinas
    * Descubrimientos españoles en el Pacífico
    * Socorro a los defensores de Filipinas

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  24. Oceanía:
    El descubridor de Oceanía fue Magallanes, quien después de descubrir el estrecho que lleva su nombre, penetró en el océano Pacífico, y después de varios días de navegación llegó a la isla de San Pablo, que quizá sea la de Pukapuka, y más tarde las de Taburones o Desventuradas. Cruzado el Ecuador, las primeras tierras pobladas que encontró fueron las islas de los Ladrones, hoy llamadas Marianas. Había atravesado gran parte de Oceanía sin ver más islas, por ser bajas y coralinas las de la zona recorrida y por el rumbo periférico que siguió. Durante el siglo XVI los viajes a Oceanía fueron llevados a cabo por españoles. En 1527 Alvaro de Saavedra llegó a la costa norte de Nueva Guinea, y después de recorrer el archipiélago se encontró con las Carolinas centrales. En 1529, descubrió algunas islas del archipiélago de Marshall. La expedición de Hernando de Grijalva, que salió de Nueva España en 1536, pudo ver las islas del archipiélago de Bismarck. Otra expedición llevada a cabo por Ruy López de Villalobos en 1542 llegó a las islas Marshall y a las Carolinas. Bernardo de la Torre y Gaspar Rico hallaron las islas Volcanes, en el norte de la Micronesia (1543), e Iñigo de Retes recorrió otra vez Nueva Guinea, a la que dio este nombre. En 1555 Juan de Gaitán descubrió las islas Hawaii. La expedición de Legazpi (1564), en ruta a Filipinas, llegó al archipiélago Marshall y tomó posesión de Guam, en las Marianas. En 1567 partió del Perú Alvaro de Mendaña, que se dirigió al sur del ecuador, descubriendo las islas Salomón, en Melanesia. Quirós en 1605 llegó al archipiélago de Tuamotu, pasó por los grupos de Manihiki y Tokelau y descubrió Taumaco y Espíritu Santo. Su piloto Luis Torres descubrió el estrecho que lleva su nombre, pero no logró ver Australia. Finalizada la acción española en Oceanía, se iniciaron en el siglo XVII los descubrimientos por parte de los holandeses e ingleses. Por el tratado de París (1898) España cedió a los Estados Unidos la isla de Guam. En 1899 vendió las Carolinas, Marianas y Palaos a Alemania.

    Magallanes Las islas Marianas:
    Fueron descubiertas por Magallanes el 6 de marzo de 1521, siendo conocidas con el nombre de Velas Latinas o con el de islas de los Ladrones. Evangelizadas en el siglo XVII por los jesuitas enviados por la reina Mariana de Austria, se las conoció desde entonces con el nombre de islas Marianas. Durante esta centuria se consiguió el dominio definitivo de las islas, logrando la completa sumisión en 1698. Después del tratado de Versalles pasaron a ser un mandato japonés hasta 1945 en que se otorgaron a Estados Unidos como fideicomiso de la ONU.

    La isla de Formosa:
    Conocida por los portugueses en el siglo XVI, había ya sufrido diversos intentos de conquista por parte de los japoneses, chinos y holandeses e incluso por los españoles, en tiempos de Felipe II. Durante su reinado, el monarca había ordenado la conquista de Formosa (1593), pero la expedición, que había salido de Filipinas, naufragó. La presencia de los holandeses, establecidos en la parte occidental de la isla, y la amenaza de los piratas al galeón de Acapulco movieron al Gobierno español a establecer una base en Formosa. De esta manera, desde Filipinas salió una expedición al mando de Antonio Valdés, que en mayo de 1626 fundó el puerto de la Santísima Trinidad, en el norte de la isla, y construyó un fuerte. A continuación se levantaron grandes fortificaciones, iniciándose una activa labor misional. En tiempos de Antonio Carreño, primer gobernador de Formosa, el Gobierno de Filipinas envió una flota para expulsar a los holandeses de la isla, pero resultó un fracaso. Aunque a partir de entonces los españoles fueron ocupando posiciones en Formosa, como la de Tamsui, donde se construyó un fuerte, el nuevo gobernador de Filipinas, Sebastián Hurtado de Corcuera, en 1635, se desentendió completamente de la isla, haciendo, incluso, destruir los fuertes. Aprovechando este desorden, los holandeses decidieron acabar con la soberanía española. En 1642 se rindió el último gobernador español, Gonzalo Portillo. El dominio holandés duró hasta 1662, en que fueron expulsados de la isla por el jefe manchú Koxinga, cuyos sucesores, a su vez, perdieron la isla, conquistada por los chinos.

    Henry Kamen, suspendido en historia. Por Natividad Castro y Boga:
    Cuando a los niños ingleses les enseñan en el colegio que el primero en dar la vuelta al mundo fue Drake -que además de hacerlo cincuenta años después que Juan Sebastián de Elcano lo consiguió con la ayuda de los pilotos españoles Alonso Sánchez Cordero y Martín de Aguirre, a quienes había tomado como prisioneros, y a quien tuvieron la desfachatez de concederle en su escudo de armas el mismo lema que ostentaba Elcano Primus Circumdedistime- es señal de que las fuentes historiográficas que se manejan en ese país no son muy de fiar. Lo realmente sorprendente es que los españoles nos traguemos sin rechistar argumentaciones publicadas en su periódico el pasado 7 de junio, de boca del historiador Henry Kamen sobre nuestro pasado. Afortunadamente los españoles somos producto de nosotros mismos, nadie ha venido a salvarnos, no debemos nada a nadie, nos hemos hundido solos, y solos nos estamos levantando. Ese es el secreto de nuestra falta de hipocresía, a diferencia de otros que tergiversan la historia para esconder las deudas pendientes. Los españoles descubrimos América y medio mundo no por casualidad, sino porque teníamos los mejores astrónomos, geógrafos, navegantes, médicos, ingenieros, etcétera. Cuya ciencia se venía acumulando desde 300 años antes, cuando el Rey Alfonso X el Sabio funda la Escuela de Traductores de Toledo. Y la otra mitad del mundo la descubrió el país hermano, Portugal, que compartía el liderazgo científico con España, que ellos localizaban en la Escuela de Pilotage de Sagres, primer centro náutico del mundo, fundado por Enrique el Navegante. Tal era la competencia entre ambos países, y la ventaja que llevaban al resto, que se repartieron el mundo con el tratado de Tordesillas de 1494. España y Portugal, después de 800 años de reconquista contra los moros, estaban curtidos en la guerra, en la mar y en las ciencias. Y frente a eso el mundo cayó como piezas de dominó, y no por casualidad como dice Kamen.

    La leyenda negra española, empezó en Inglaterra y los Países Bajos, con la publicación de algunos de los trabajos de Fray Bartolomé de las Casas, a quien se debió, con el apoyo de la Corona, que España estuviera a la cabeza en la abolición de la esclavitud, cuando precisamente aquellos países lideraron el tráfico negrero. Por eso la hipocresía, ellos hacían el gran negocio de la carne negra, pero el sambenito se lo colgaban a los españoles, del mismo modo que hace algunos años tuvimos que soportar la película estadounidense La Amistad sobre un supuesto barco negrero español. La prueba está en América, sólo hay que ir allí y ver dónde están los descendientes del tráfico esclavista.

    Dice Kamen en su periódico que los castellanos no colonizaron las islas, que fueron los portugueses y los italianos. Sin embargo en 1611, 90 años después de la expedición Magallanes-Elcano, los navegantes españoles habían descubierto los grupos insulares de Marianas, Filipinas septentrionales, Palaos, Yap, Marshall, Carolinas, Nuevas Hébridas, Nueva Guinea, Galápagos, Volcano, Bonin, Schonten, Salomón, Juan Fernández, Ellice, Marquesas, Santa Cruz, Tuamotu, Banks, Australia, y Haway. En Europa se denominaba al Pacífico como el Lago Español -Spanish Lake- que se extendía desde la costa occidental de América a la oriental de Asia. En 1611 se fundó la Universidad de Manila, la primera de Asia, que junto con la de Lima, fundada en 1553, difundían el saber de la época en ambas orillas, en español.
    (Natividad Castro y Boga, junio 2003)

    Expediciones holandesas del s.XVII:
    Wilhelm Janszoon:
    Los navíos holandeses pusieron rumbo a Insulindia financiados por la Compañía de las Indias Orientales creada en 1602. Wilhelm Janszoon a bordo de la Duifken (Palomita) costeó la gran isla de Nueva Guinea, y si bien avistó Australia, no comprendió que se trataba de un gran continente. En 1619 se fundó Batavia, la actual Yakarta, gracias a la iniciativa del gobernador Jan Pieterzoon.
    Jacob Le Maire:
    En la primera mitad de este siglo, Jacob Le Maire, hijo de un rico mercader holandés, realizó con Schouten un viaje a las costas meridionales de América y doblaron el cabo de Hornos a bordo del Hoorn (1616), barco que vino a dar su nombre al extremo más austral del Nuevo Mundo. Este viaje, que tiene un gran parecido, en cuanto a la ruta, con el de Magallanes, también tuvo un trágico fin para Le Maire puesto que murió en el camino de regreso a Holanda después de haber tocado las Molucas.
    Abel Tasman:
    También al servicio de la Compañía de las Indias Orientales, impulsado por Van Diemen, llegó a la isla que lleva su nombre aunque él la llamó Tierra de Van Diemen. Luego, Tasman reconoció la isla de Nueva Zelanda del Sur pasando por el estrecho de Cook. Puso rumbo a las islas Fidji que también descubrió, y después de recorrer aquellos mares llegó a Nueva Guinea. Parece increíble que después de recorrer tanto camino llegara a Australia y no la reconociera como una gran isla. Tasman pensaba que Nueva Guinea y la costa australiana, que no exploró, eran una misma tierra. El español Torres había descubierto en el siglo anterior el estrecho que lleva su nombre.

    Isla de Juan Fernández Expediciones del s.XVIII:
    Jacob Roggeveen llevó a término una de las grandes exploraciones impulsadas por la Compañía de las Indias Orientales de Holanda. En 1721 zarpó con tres veleros y 290 hombres, del puerto de Texel con destino a los mares australes, pero llegaron a las costas del Brasil y allí una parte de la tripulación desertó. Las tempestades se cebaron con la pequeña flota y Roggeveen fue impulsado en el navío El Aguila hasta las islas Shetland del Sur, luego tomó rumbo Norte y en la isla de Juan Fernández se encontró con otro buque de su flota, el Tienhoven. Finalmente, en el domingo de Pascua de 1722 arribó a una extraña isla a la que dio el nombre de Pascua y donde los tripulantes tomaron contacto con las enormes esculturas. Más tarde Roggeveen llegó al archipiélago de Tuamotú, luego a las Salomón y a Nueva Guinea. Cuando desembarcó en Batavia, a pesar de ser holandés fue apresado y confiscados su barcos. En 1729 murió en Holanda, siendo uno de los expedicionarios más infortunados de aquellos tiempos.
    George Anson:
    A mediados del siglo XVIII, un inglés, el comodoro George Anson, al frente de seis naves y tripulando el Centurión dobló el estrecho de Magallanes y se adentró por los mares del Sur, aunque esta expedición tenía más de militar que de científica, puesto que Inglaterra y España estaban enfrentadas en la Guerra de la Sucesión Austríaca. En acciones de gran violencia, Anson atacó la costa chilena saqueando y robando hasta que una flota española le obligó a tomar rumbo hacia las costas chinas arribando a Macao, que, por ser portugués, era un puerto amigo. Desde allí lograron atacar al "galeón de China" que hacía la ruta de Filipinas a América, al que apresaron arrebatándole un gran botín. No se crea, sin embargo, que Anson fue únicamente un corsario amparado con la protección de Su Majestad Británica, puesto que al mismo tiempo legó un Diario que tuvo gran interés científico y fue el primero en divulgar los secretos de la ruta del "galeón de China" que se procuraba mantener oculta. George Anson murió en 1762 siendo Primer Lord del Almirantazgo. Interrumpidas por las guerras de mitad de siglo, las exploraciones fueron reemprendidas hacia 1763. Sin embargo, en esta segunda mitad del siglo, las grandes exploraciones organizadas por los gobiernos francés e inglés, además del espíritu científico de la época, se verificarán animadas por una importante cuestión de prestigio, sin olvidar la búsqueda de las riquezas del nuevo y desconocido. Interesaba a los franceses como una compensación por la pérdida de las Indias, y a los ingleses como una avanzada comercial a conservar. Progresivamente, las exploraciones fueron preparándose con medios y métodos cada vez más científicos.
    Byron:
    Veinte años después de la expedición de Anson, el gobierno de Londres envíó la expedición del comodoro Byron (1723-1786). En 1764 el abuelo paterno de George Gordon Byron partió hacia el sur con dos naves en una expedición que terminaría en mayo de 1766. La expedición de Byron hizo un reconocimiento completo de las islas Malvinas y un buen estudio del estrecho de Magallanes, descubrió las islas del Desengaño, del Rey Jorge y una de las Mulgraves. En las instrucciones recibidas a la partida se decía:

    Nada más propio para elevar la gloria de un país entre las potencias marítimas, y nada puede contribuir tanto a la dignidad de la Corona, a los progresos de la navegación y al desarrollo del comercio, como hacer descubrimientos en las nuevas regiones; y hay motivos para creer que pueden encontrarse en los mares del Sur, entre el cabo de Buena Esperanza y el estrecho de Magallanes, grandes tierras e islas aún desconocidas, en latitudes cómodas para la navegación y en climas propios para la producción de géneros útiles al Comercio.

    Isla de Pitcairn Wallis y Carteret:
    En agosto de 1766 salió de Plymouth una nueva expedición de dos navíos mandados por el capitán Wallis (m.1795) y el capitán Carteret, explorador inglés perteneciente también a la Armada. Aunque salieron juntos fueron separados por una tempestad poco después de haber cruzado el estrecho de Magallanes. Wallis descubrió sucesivamente varias islas Tuamotú y Tahití, la cual ejerció sobre él un poderoso atractivo hasta tal punto que "la abandonó con lágrimas en los ojos". Pasó después a las islas de Samoa y exploró las Marianas. Carteret descubrió la isla de Pitcairn y la situó en el mapa con el error de 200 millas que posibilitó la fuga del los amotinados del HMS Bounty. Llegó a las islas de Santa Cruz, de Salomón, y vio que Nueva Bretaña estaba compuesta por dos islas.

    * Andrés de Urdaneta (1498-1568) | Islas del Pacífico

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  25. Las compañías comerciales:
    Las Compañías por acciones constituyeron la expresión más típica del capitalismo comercial del s.XVII, y fueron ligadas a la expansión colonial de las potencias atlánticas. Eran sociedades con cartas constitucionales especiales otorgadas por sus gobiernos. Desempeñaron un importante papel en la expansión colonial de los países europeos. Se les concedieron importantes privilegios, a veces monopolísticos y tuvieron funciones colonizadoras y administrativas. En el siglo XVII tuvieron especial importancia en Norteamérica y Lejano Oriente. También proliferaron en el último cuarto del siglo XIX, especialmente en Africa. La más poderosa fue la Compañía de las Indias Orientales holandesa, pero la primera de este tipo surgió en Inglaterra. En España el estado detentó el monopolio del tráfico colonial hasta el siglo XVIII. Con la creación de la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas (1728) se inicia un nuevo sistema de comercio. Más tarde le seguirían la Compañía de La Habana (1740) y la Real Compañía de Filipinas (1785) ente otras.

    Compañías inglesas:
    La fundación de la Compañía de las Indias Orientales fue una de las postreras grandes realizaciones de la reina Isabel I Tudor, en 1600. Consistía en una asociación, no de mercancías, como las "join stock" del siglo anterior, sino de capitales, a base de acciones, que se negociaban por venta y en la Bolsa. En esta sociedad poderosísima el capital estaba despersonalizado, es decir, desvinculado de su propietario, que ya no era un comerciante aventurero, sino un simple accionista. La compañía recibía del estado el monopolio comercial de las Indias Orientales, por la ruta de El Cabo. Los ingleses no lograron establecerse en Insulindia, emporio holandés, pero colocaron los cimientos de a conquista de la India: Surate, Madrás, Bombay (ésta como dote de boda), etc. A mediados del s.XVII el tráfico de la Compañía de las Indias Orientales se llevaba a cabo mediante unos 25 barcos anuales.
    Colonias del Norte de América:La actividad de las compañías de América alcanzó gran trascendencia. Más que el traslado de mercancías, su objetivo era fundar colonias de poblamiento. Eran compañías libres, a las que la corona inglesa concedía en monopolio la colonización de determinadas regiones y, lo más importante, la facultad de organizarlas según los propios estatutos de cada una.
    Colonias del Sur: Las colonias del Sur nacieron de la iniciativa de la Corona, que concedió su poblamiento a algunos nobles. Imperó en ellas la tolerancia religiosa (las del norte eran calvinistas) y la tierra se repartió en latifundios. Tuvieron un carácter marcadamente aristocrático. Lord Baltimore emprendió, en 1632, la colonización de Maryland, y los lores Albemarle, Ashley y Clarendon, la de Carolina en 1663.

    Compañías holandesas:
    La Compañía de las Indias Orientales holandesa, creada en 1602, fue modelo de sociedad capitalista, y evolucionó más rápidamente que la inglesa en lo que se refiere a la especulación. Viajes a India y a Insulindia se habían realizado con anterioridad, e incluso se constituyeron sociedades para tal fin; la novedad de aquélla reside en unificarlas a todas, y en su carácter permanente. Esta fabulosa compañía se fundó por iniciativa de los Estados Generales. Tengamos presente que Holanda era el único país en que los burgueses gobernaban. De hecho, los magistrados de las Provincias Unidas y los directores y consejeros de la Compañía eran las mismas personas. El Estado le dio a la Compañía el monopolio absoluto de las Indias Orientales, subordinó todos sus intereses a los de ella, y a su vez contribuyó con ciertos impuestos y puso a la disposición del Estado la potencia de su flota. La Compañía estableció su centro de operaciones en Batavia, en la isla de Java, que se convirtió en el corazón de una zona intensamente activa y codiciada por los demás. En Batavia se organizó una nutrida burocracia, se afincó un ejército de 10.000 a 12.000 hombres y tuvo una dotación de 40 a 60 barcos. Desde Insulindia y las Molucas los neerlandeses fundaron factorías en Siam, Annam, China y Japón. En 1623 arrojaron a los ingleses de su zona de influencia. En 1621 los holandeses crearon una Compañía de las Indias Occidentales, de régimen más liberal que la primera, pues los accionistas, a través de sus inspectores controlaban la actuación de los directores. Sin embargo, esta participación activa de los numerosos accionistas promovió diferencias y partidos, y la Compañía acabó disolviéndose en el año 1674. Entretanto, los holandeses se establecieron en Curaçao y Pernambuco (Recife) y otros puntos del Brasil, sembrando la inquietud en las comunidades hispánicas con sus piraterías. En América del Norte fundaron una pequeña factoría en 1626, Nueva Amsterdam, que al pasar a manos inglesas en 1664 fue denominada Nueva York. La Compañía del Norte se especializó en la pesca de la ballena, actividad en la que consiguieron, una vez más, la supremacía. La flota más importante era la holandesa, que sumaba cerca de 200.000 toneladas, siguiéndole la inglesa. Al adentrarse el sXVII esta relación se inclinó a favor de Gran Bretaña. Las rutas por mar del s.XVII apenas experimentan cambios, y se hallan determinadas por las mercancías. La importante ruta de las especias que iba de Insulindia (por El Cabo y contorneando Africa) hasta Lisboa y Amberes, al ser acaparada por los holandeses tuvo ahora por objetivo a Amsterdam, cuyos burgueses señoreaban en el Indico. La pimienta perdió su primacía como producto comercial y pasó a ocupar un lugar secundario, tras la seda y las porcelanas chinas.

    Compañías francesas:
    Las primeras compañías comerciales francesas se remontan al ministerio de Richelieu (1642). Fueron las de Canadá (Nueva Francia) y las de las islas de América. La primera trató de robustecer la penetración francesa en las orillas del río San Lorenzo (Canadá), donde, en 1608, Champlain había fundado Quebec. La colonización de este territorio, evangelizado por los jesuitas, progresaba muy poco a pesar del atractivo de sus pieles finas. Su promoción se debió sobre todo a Colbert (1649-1683), quien lo convirtió en el almacén de trigo de Francia. La Compañía de las islas de América (1635), Antillas, llevó a cabo una actividad con frecuencia extralegal, pues los colonos que se apoderaron de Martinica, Guadalupe, Granadina, Santo Domingo, etc., además de cultivar azúcar e importar negros, practicaban la piratería y el contrabando, siguiendo las huellas de los holandeses. En 1651, la Compañía fue liquidada y las tierras vendidas a los colonos. Pero las islas permanecieron, y aún permanecen algunas, bajo la soberanía de Francia. A Colbert se debe también la creación de la Compañía del Norte (para el Báltico), la de Levante (para el Mediterráneo oriental), la del Senegal y las de las Indias Occidentales y Orientales. Esta última abrió la perspectiva de las futuras colonias de Madagascar y la India.

    Rutas en el s.XVII:
    En el Indico las naves holandesas recalaban en innumerables factorías, con creciente competencia inglesa. También fueron los holandeses quienes desde 1620 en adelante se establecieron en las Antillas, y protegiendo abiertamente a los filibusteros y piratas, arrebataron a los españoles la supremacía en el Caribe. Los ingleses tuvieron una ruta particular en la colonias atlánticas de América del Norte, y los franceses las suyas de la región de Quebec y Mississippi.

    Metales:
    La ruta de los "metales", plata y oro, que iba de Veracruz y Lima hasta Cádiz o Sevilla, perdió la magnífica vitalidad que poseyera en el siglo anterior, debido al agotamiento de las minas y al anquilosamiento de la economía española. La plata desembarcada en Andalucía ya no era trasladada a Bilbao y luego a Amberes, sino que, tras la decadencia de esta ciudad, se prefirió la ruta Sevilla-Barcelona-Génova ("el puente de oro"), para desde aquí distribuirse entre los acreedores europeos. Avanzado el s.XVII, se abandonó también dicha ruta porque apenas entraba plata.
    Esclavos:
    La ruta de los esclavos, en cambio, creció con la trata de negros, realizada legalmente o de contrabando por franceses, portugueses, holandeses e ingleses. Iba del golfo de Guinea hasta las Antillas y Brasil.

    Puertos:
    Los puertos más importantes del s.XVII fueron Amsterdam (la metrópoli de la economía colonial y de las finanzas) en Holanda; Londres, que seguía sus huellas; Copenhague, en Dinamarca; Ruan, Nantes y Burdeos, en Francia; Cádiz, y ya no tanto Sevilla, en España. En este país, Alicante, por donde antes se exportaban las lanas castellanas, había contraído su movimiento; y Barcelona, que en la Edad Media había creado un imperio en el Mediterráneo, ahora no se atrevía a avanzar más allá de Sicilia. Incluso las especias y los tejidos que procedían de Oriente los compraba en Marsella, Génova o Livorno. El Mediterráneo se había convertido en un mar local, alejado de las grandes rutas oceánicas, arrastrando a la decadencia a las florecientes repúblicas italianas (como Venecia) y a Barcelona. Sólo Marsella, beneficiada por sus pactos comerciales con Turquía, continuaba vigorosa. También los puertos hanseáticos (del norte de Alemania) perdieron su antigua hegemonía.

    Compañías con actividad en Africa (s.XIX):
    En el siglo XIX se emplearon compañías privilegiadas para el desarrollo del poder europeo en Africa. Destacaron la Compañía de Sierra Leona (1791), dedicada a la colonización de esclavos liberados, la Compañía Real de Níger (1886), la Compañía Imperial del Africa Oriental británica (1888) y la Compañía Británica de Africa del Sur (1889). Leopoldo II de Bélgica empleó el método de compañías en los primeros años de colonización del Congo. La compañía Británica del Norte de Borneo, fundada en 1881, sobrevivió hasta 1946 como importante medio de influencia en dicha zona. La mayor parte de las compañías de este último período tuvieron un poder más limitado que las primitivas y su ejercicio de las funciones administrativas fue relativamente pequeño.

    * Comercio canario con Indias | Comercio canario con norteamérica (s.XVIII)
    * Casa de la Contratación | Flota de Indias | Lewis y Clark

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  26. La isla de Manhattan:
    En 1524, Giovanni da Verrazano, florentino al servicio del rey de Francia Francisco I, fue el primer hombre blanco que puso los ojos en lo que sería Nueva York. Observó el estrecho de Narrows a la entrada del puerto, ahora cubierto por el puente que lleva su nombre. Viajaba hacia el norte después de abandonar un lugar que llamó Arcadia, probablemente Kitty Hawk, en Carolina del Norte. Navegó alejado de la costa y no llegó a divisar las bahías de Chesapeake y Delaware. Los indios wampanoags le mostraron un lugar muy apropiado para anclar (hoy Newport), donde permaneció dos semanas comerciando mientras esperaba mejores condiciones meteorológicas. Tras su vuelta a Dieppe el 8 de julio, presentó al rey un relato del viaje contándole su gran pesar al abandonar la región porque, según sus palabras, "parecía tan espaciosa y tan encantadora y la considerábamos enormemente rica". El rey no se interesó ni por el maravilloso paisaje de Long Island ni por sus grandes riquezas. Su interés se limitaba a encontrar un paso a las Indias orientales.

    Hemos encontrado una posición muy agradable entre unas colinas empinadas, a través de la que un río muy ancho, profundo en la desembocadura, avanzaba al mar. Desde el mar al estuario del río, podría pasar cualquier barco muy cargado, con la ayuda de la marea, que se alza a ocho pies".(Verrazano. Carta a Francisco I)

    Henry Hudson (m.1611) Henry Hudson ancla frente a Coney Island:
    Casi un siglo después llega a la entrada de los Narrows (1609) Henry Hudson, inglés al servicio de la Dutch East India Company. Partió a bordo del Half Moon, pequeño barco de sesenta toneladas, en marzo de 1608. Incumpliendo las órdenes de explorar la costa septentrional de Rusia, se dirige en busca de un paso por el noroeste. Avistó la costa de Terranova en julio y ancló el la bahía de Penobscot. En tierra cometieron múltiples actos hostiles con los nativos, que en un principio se habían mostrado muy amistosos. Buscando alguna rada o estuario y divisaron Harbour Hill, en Long Island. Anclaron frente a Coney Island y comerciaron con los nativos que acudieron pacíficamente. En el transcurso de una expedición en bote a través de los Narrows, una flecha atraviesa la garganta de John Coleman. El Half Moon remontó el río en busca del paso al Pacífico. Ancló en algún lugar de Albany y en un bote, el segundo de a bordo continuó río arriba y regresó al anochecer tras haber comprobado que el canal se estrechaba. Hudson regresó a Dartmouth y fue retenido por los ingleses acusado de emprender una expedición en detrimento de su propio país. Algunos mercaders holandeses enviaron un año más tarde una expedición para explorar el segundo de los ríos descubiertos que se llamaba Manhattes.

    Mapa Nueva Amsterdam Establecimiento de Nueva Amsterdam:
    En 1613 la Compañía holandesa envía cinco barcos a remontar el río Hudson que regresaron cargados de pieles fácilmente compradas a los indios. En 1621 se funda la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales con el fin de establecer la colonia de Nueva Holanda. Se erigieron dos fuertes con puestos de intercambio comercial: uno en Nueva Amsterdam, en la isla de Manhattan, y el otro a 240 kilómetros subiendo por el río Hudson, en la actual localización de Albany, entonces llamada Fort Orange. En 1626 a los ilustres y poderosos señores de los Estados Generales de Holanda les llegó información de que todo marcha bien en Nueva Amsterdam y de que la gente de allí es de buen carácter y vive en paz. Sus mujeres han dado a luz. Peter Minuit había comprado la isla de Manhattan a los salvajes por el valor de sesenta florines.

    Nueva York: mapa de John Speed (1676) El gobernador Peter Sutyvesant:
    Cuando el autoritario gobernador Peter Stuyvesant llegó a Nueva Amsterdam (1647) encontró casi en ruinas la administración, los recursos y la moral. Los habitantes no pasaban de 300, las casas eran muy rudimentarias y las calles estaban embarradas. Sólo 450 metros separaban un extremo del pueblo del extremo más meridional, Wall Street. Seguía acogiendo a refugiados religiosos, especialmente cuáqueros y judíos. En 1663, último año del gobierno de Stuyvesant, se estableció el primer consejo municipal. Las primeras inversiones no fueron restituidas y las arcas de la colonia eran muy pobres. En 1664 el coronel británico Nicholls tomó con cuatro barcos de guerra la colonia para Inglaterra. El rey Carlos II regaló la colonia a su hermano Jaime, duque de York y la colonia fue rebautizada como Nueva York.

    Los ingleses ocupan Nueva Amsterdam (1664):
    Ya en 1663 Jacobo [el duque de York] había encargado la navegación de cuatro barcos a lo largo de la costa africana y que se apoderasen del territorio de Nueva Holanda que estaba en poder de los holandeses. Este descarado acto de agresión estaba justificado como reacción a las "acciones inhumanas" perpetradas en Amboyna cuatro décadas atrás. "Ya es hora de hacerles perder la capacidad de cometer aquí las mismas fechorías", declaró la comisión real. Al decidirse por atacar Manhattan, James había elegido un objetivo fácil. La principal defensa de la isla, el fuerte Amsterdam, era un bastión decrépito con los muros en avanzado estado de derrumbe. Los cuarteles y la iglesia eran de madera y vulnerables al fuego, mientras que casas de madera se alineaban contra los muros exteriores. Además, el gobernador de la plaza, Peter Stuyvesant, se veía entorpecido por la falta de armas. Los veinticuatro cañones del fuerte estaban oxidados y eran inútiles, y la pólvora disponible era vieja y estaba húmeda. "Si empiezo [a disparar] antes del mediodía -informó el artillero jefe-, por la tarde habremos consumido la pólvora". Los ingleses contaban con la ventaja añadida de que su flota tenía un aspecto mucho más impresionante de lo que valía en realidad. Mientras Stuyvesant examinaba el Hudson desde el fuerte Amsterdam, distinguió cuatro barcos que llevaban un total de cien cañones. Pero sólo uno de ellos, el Guinea, era un buque de guerra. Los otros eran mercantes desvencijados que habían sido adaptados apresuradamente antes de zarpar de Portsmouth. El número de hombres a bordo también se había exagerado mucho. Según los informes de Stuyvesant, el total de las tripulaciones sumaba ochocientos hombres. En realidad eran menos de la mitad de esa cifra. Sin embargo el gobernador no se dejó disuadir y juró que caería luchando. Pero sus hombres habían perdido la confianza, a causa de lo que se contaba acerca de los belicosos soldados ingleses, y nadie en Nueva Amsterdam tenía valor para la lucha. (Giles Milton)

    Rendición y consecuencias:
    Sin posibilidades de hacer frente a la superioridad inglesa, Stuyvesant se vio obligado a aceptar la rendición que le ofrecieron y firmó la cesión de los derechos holandeses sobre Manhattan (8 septiembre 1664), los defensores abandonaron solemnemente el fuerte portando sus armas y banderas. Los dos países entraron en una guerra marítima que duró dos años. Por el tratado de Breda los holandeses conservaron la isla de Run, una de islas de Banda, y los ingleses la de Manhattan, que prosperó con gran rapidez. Las conversaciones habían fracasado por la inicial negativa de los ingleses a ceder la pequeña isla de Run. La firma de este tratado por el que los holandeses renunciaban a Manhattan tuvo enormes consecuencias.

    CabotThe first Spanish vessels to reach the New World were commanded by the Italian Cristoforo Colombo. The first English vessels to reach the New World were commanded by the Italian Giovanni Caboto (John Cabot). The first French vessels to reach the New World were commanded by the Italian Giovanni da Verrazano. No italian vessel explored the New World. (Isaac Asimov)

    Orígenes de la rebelión:
    A mediados del siglo XVIII las 13 colonias inglesas tenían una población de 2 millones de habitantes, una rica economía y una cierta libertad política. La victoria sobre los colonos franceses de Canadá eliminó una amenaza y les dio una conciencia colectiva. La guerra con Francia había sido costosa para Inglaterra y quiso resarcirse con nuevos impuestos y monopolios comerciales sobre las colonias. La protesta de los colonos consiguió la anulación de los impuestos salvo una tasa simbólica sobre el té. La minoría ilustrada se sintió herida en sus derechos y organizó una campaña de protesta contra las medidas de Inglaterra. En 1970 reinaba en Boston una gran tensión por la elevación de los impuestos y un encuentro con soldados británicos produce cuatro muertos y causa gran impresión entre los colonos. En 1773 volvieron a estallar nuevos motines arrojando los colonos varios sacos de té al mar. La dura represión de las tropas inglesas fue un exceso que precipitaría la independencia. Los colonos se organizaron y pidieron la ayuda exterior. En el III Congreso de Filadelfia de 4 de julio de 1776 se formuló una Declaración de Independencia y otra de Derechos Humanos.

    Levantamiento de los rebeldes contra la metrópoli (1774-1776):
    1774 - 1 de junio: Los ingleses cierran el puerto de Boston en represalia contra los colonos americanos, quienes, disfrazados de indios, han tirado al mar el té de la Compañía de las Indias Orientales, que había sido introducido libremente en Nueva Inglaterra (Boston, diciembre de 1773) 1775 - 19 de abril: Thomas Gage, gobernador militar de Massachusetts, envía setecientos soldados de la guarnición de Boston a Concord, para requisar las armas y municiones almacenadas por los coloniles. Avisados durante la noche por Paul Revere, William Dawes y el doctor Samuel Prescott, las milicias coloniales, compuestas por setenta hombres, forman en la entrada a Lexington. En la batalla caen ocho rebeldes. Cuando los ingleses logran llegar a Concord, la mayor parte de las armas y municiones han sido puestas a buen recaudo. Durante el viaje de regreso, siempre acompañados por el fuego de los rebeldes, las tropas de Gage pierden 73 hombres y registran 174 heridos y 28 desaparecidos. 1775 - mayo: Para el asedio a Boston, el Congreso Provincial autoriza el ingreso de 13.600 colonos en las filas de la milicia. Los soldados ingleses reciben varios apelativos casacas rojas, regulares, realistas o peluquines. Los americanos: coloniales, provinciales, yanquis, continentales, o milicianos o rebeldes. Los indios, por la dimensión de sus bayonetas, les llaman cuchillos largos. 1775 - 10 de mayo: El coronel Ethan Allen y Benedict Arnold, comandantes de las milicias de Vermont, se apoderan de Fort Ticonderoga. 1775 - 15 de junio: El Congreso Provincial nombra a George Washington comandante general del ejército colonial. 1775 - 17 de junio: En la batalla de Bunker Hill, los ingleses, mandados por el general Howe, pierden 1.100 hombres, contra sólo 140 coloniales. 1775 - agosto a noviembre: Las milicias continentales llevan a cabo diversas operaciones contra los ingleses en Canadá. 1775 - septiembre a diciembre: El general Benedict Arnold está al mando de la expedición colonial contra Quebec. 1775 - 31 de diciembre: Durante una tormenta de nieve, los milicianos atacan Quebec. Son rechazados por las tropas del general Guy Carleton, y dejan sobre el campo de batalla 100 hombres; otros 300 son hechos prisioneros. 1776 - de enero a mayo: No pudiendo hacer frente al nuevo ejército inglés mandado por el general John Burgoyne, que cuenta en sus filas con mercenarios alemanes, los continentales se retiran desde Quebec hacia Montreal. 1776 - 7 de junio: En Trois Rivières, las milicias continentales al mando de John Thomas son dispersadas por 8.000 soldados, entre inglese e indios. 1776 - junio y julio: Los continentales abandonan Montreal y se retiran definitivamente del Canadá. 1776 - 4 de julio: Declaración de la Independencia de los Estados Unidos de América. (H.Pratt) 1781 Los ingleses son derrotados decisivamente en Yorktown. 1783 Paz de Versalles. Inglaterra reconoce la independencia de las 13 colonias.

    Consecuencias de la independencia:
    La independencia de las 13 colonias fue una guerra de liberación y una revolución burguesa. En 1789 entró en vigor la Constitución de los Estados Unidos, inspirada en las ideas de Locke y de Montesquieu, que establecía el gobierno por la burguesía del país. Era la primera de las grandes revoluciones burguesas que abría un proceso que duraría hasta principios del siglo XIX. Su influencia en la América española y en Europa será grande. Para los ilustrados europeos el triunfo de los colonos era una prueba de que sus ideas eran realizables y de que gracias a ellas, los burgueses americanos habían construido un Estado donde se cumplían sus aspiraciones de democracia y felicidad.

    * Mayflower | Colonización de Canadá | Fotos

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  27. Explotación colonial española (s.XVII):
    España consideró la explotación y colonización de las Indias como un monopolio, realizado a través de la Casa de Contratación de Sevilla. En dicha oficina debían registrarse los nombres de todas las personas y las manufacturas con camino hacia América, y las materias primas y la plata que se traían del Nuevo Mundo. Los extranjeros debían estar representados por cónsules en Sevilla, o en su sucursal. Cádiz. Los genoveses gozaban de un trato especial. El mercantilismo limitaba la creación de manufacturas en las colonias para obligarlas a comprar en la metrópoli los tejidos y herramientas que necesitaban. Castilla poseía el monopolio de este comercio. Pero en Castilla, la despoblación, el exceso de burocracia y el peso de los impuestos habían arruinado las industrias pañeras, de la seda, de cuchillería, etc. Ya en el s.XVI, cuando florecieron, eran insuficientes. Para proveer a América, España necesitó comprar previamente al extranjero los artículos que debía vender luego (tejidos, papel, libros litúrgicos, naipes, etc.). Castilla se convirtió en simple intermediaria. Pronto los propios mercaderes portugueses, holandeses, genoveses, franceses y hanseáticos se establecieron en Sevilla y efectuaron directamente sus negocios. España efectuó su mercantilismo al revés que Europa. Exportaba a los países vecinos gran parte de su lana, mineral de hierro, las especias indianas, etc., y luego volvía a comprarlo ya elaborado. Se dieron leyes que gravaban fuertemente las importaciones, pero éstas fueron inevitables.

    La avalancha de plata que invadió los reinos peninsulares en el s.XVI les hizo concebir una idea errónea acerca de su riqueza; y al no promocionarse el trabajo nacional, las adquisiciones de fuera y las soldadas de los ejércitos filtraron los doblones hacia las otras arcas. Como el oro se escapaba más rápido que llegaba, los reyes, desde Carlos I recurrieron a prestamistas. En el s.XVII sólo Madrid y Cádiz (sucesora de Sevilla) reflejaba el brillo de los metales preciosos. Los Reyes Católicos consideraron a Sevilla la urbe más apropiada para monopolizar a través de ella el tráfico de Indias. Esta ciudad andaluza, a la que llegaban los barcos remontando el Guadalquivir, se convirtió en un emporio mercantil frecuentado por especuladores de toda Europa. En su época expansiva proliferaron en Sevilla las industrias navieras y la confección de artículos de lujo, especialmente de sedas. Su población se elevó a 150.000 h, y era, en el s.XVI, la primera ciudad de España. Pero su situación privilegiada devino particularmente crítica al acelerarse las desventuras económicas de los Austrias. Felipe II y Felipe III recurrieron a la suspensión de pagos, a la devaluación de la moneda y al embargo de mercancías y tesoros indianos, recién llegados, y que pertenecían a particulares. Se produjo un colapso, y los antes beneficiados sufrieron el golpe más que nadie. Otras circunstancias agravarían la anemia sevillana. La primera que cada vez les costaba más a las naves subir Guadalquivir arriba, siendo tan fácil anclar en Cádiz. La segunda fue la terrible peste de 1649, que se llevó a unos 60.000 sevillanos, confiriendo un aspecto fantasmal a la alegre y colorida población. En cambio, Cádiz, que desde 1537 tenía sucursal de la Casa de la Contratación, fue atrayendo a los mercaderes y conquistando progresivos derechos de embarque. Así desbancó a Sevilla y acaparó el comercio indiano, hasta que en 1717 se realizó el traslado definitivo de la Casa de la Contratación a Cádiz y en Sevilla se estableció una sucursal.

    Los precedentes de las compañías de navegación. Por José Cervera Pery:
    Institucionalizada la actividad naviera bajo mentalidad ministerial borbónica, no exenta naturalmente de influencia francesa, la nueva política española se materializa en la Real Pragmática de 5 de abril de 1720 refrendada por Miguel Fernández Durán que aprueba el "Proyecto para los Galeones y Flotas del Perú y Nueva España" y para navíos de registro y aviso que naveguen a ambos virreinatos, estableciéndose los días de partida de la flota, fijándose normas sobre la carga, regulándose los fletes y exigiendo los derechos de salida y entrada. Es evidente que ello responde a un replanteamiento total de la política naviera española en función especialmente de los progresos de la construcción naval, y los navíos de registro cuyas licencias proliferaron, fueron adquiriendo mayor volumen, hasta hacer redundantes los fletes y galeones. La otra medida adoptada este mismo año fue la de fomentar la industria naval española al decretarse que los buques dedicados a la Carrera de Indias tendrían que ser de construcción nacional -astilleros del reino- aunque también se permitió el tráfico colonial a las embarcaciones extranjeras propiedad de españoles con una mayor tasa arancelaria. Pero la marina mercante no podrá responder con firmeza al estímulo real hasta no ser liberada de las incautaciones por parte de la Armada. La creación de compañías mercantiles privilegiadas, semejantes a las ya establecidas por Holanda, Inglaterra y Francia, podía sustituir con éxito el arcaico sistema de flotas y galeones utilizados en las comunicaciones con América que provocaban interminables demoras y encarecía extraordinariamente el transporte. Este al menos era el pensamiento de Patiño, su principal promotor, por lo que en 1728, bajo la presidencia del conde de Peñaflorida, se eleva al Rey un memorial con la petición encaminada a obtener su consentimiento para la constitución de una empresa naviera procedente de las líneas regulares españolas que unieran comercialmente los puertos del norte español a los de Venezuela. La nueva empresa se llamó Real Compañía Guipuzcoana de Navegación, siendo también conocida con el nombre de Real Compañía de Caracas, y obtuvo el monopolio del tráfico del cacao con facultad de reprimir su contrabando. Desde el primer momento los beneficios obtenidos por la Compañía fueron muy saneados y el número de sus buques aumentó considerablemente, sobre todo a partir de 1734 en el que se le permitió incrementar ilimitadamente los viajes comerciales a Venezuela. A mediados de siglo llegó a disponer de doce grandes embarcaciones para el tráfico oceánico, apoyadas por diecinueve guardacostas, pero este indudable florecimiento no se logró sin superar numerosas nuevas dificultades. Los acontecimientos internacionales entorpecieron su desenvolvimiento, ya que la guerra contra Inglaterra trastocó los planes de la Compañía que se vio obligada a cooperar con sus buques con la Armada Real, Pero el éxito de este primer ensayo capitalista de nuestras comunicaciones marítimas fue decisivo, ya que el precio del cacao se estabilizó, se anuló prácticamente el contrabando y como queda dicho, la Compañía repartió a la postre cuantiosos beneficios. El éxito obtenido por la Compañía de Caracas propició la creación en La Coruña de la Compañía de Galicia que intentó llenar el hueco de la desaparecida Compañía de Honduras, de poca fortuna como su predecesora y todavía en el reinado de Felipe hay que referirse a la Compañía de Comercio de La Habana, establecida por Real Cédula de 1740, a la que se le concedió el monopolio de las transacciones comerciales entre la Península y Cuba, con el compromiso de abastecer a ésta de manufacturas y géneros españoles y de importar a España productos coloniales, muy especialmente tabaco y azúcar. En el reinado de Fernando VI se accedió a la petición de un grupo de comerciantes catalanes y fue autorizada en 1775 la Real Compañía de Comercio de Barcelona, que ejercía el monopolio del comercio de la isla de Santo Domingo, Puerto Rico y Margarita, y ya bajo la égira de Carlos III se expidió la Cédula de establecimiento de la Compañía de Filipinas (1785) que provocó reacciones encontradas con críticas y aplausos (Jovellanos y Foronda) por los privilegios que conllevaba para la introducción de productos foráneos a territorios españoles.

    Prosiguiendo el proceso de desarrollo de la recuperación del poder naval y el asentamiento de la marina mercante, iniciado por Patiño, su sucesor José de Campillo y Cossío logró avenir a los Borbones franceses y españoles mediante la firma del segundo Pacto de Familia en cuyo artículo 11 se decía "que habiendo expirado el tiempo por el que se le concedió a Inglaterra el asiento de negros por el tratado de Utrech, no volvería a otorgársele este privilegio que en adelante sólo concedería el rey a sus vasallos, por haber demostrado la práctica cuál perjudicial era para España que se ejecutase ese tráfico por otra nación". De este modo España venía a nacionalizar la actividad negrera para lo que iba a precisar un mayor potencial naviero, aunque el mismo no fuera para enorgullecerla precisamente. Con mejores auspicios, otro ilustrado, Jerónimo de Ustariz, traza un plan comercial para robustecer las comunicaciones marítimas con una reorganización racional del sistema de flotas y galeones de mayor fluidez y eficacia, proponiendo al rey desempeñar el erario "para que este noble imperio disfrute en substancia y robustez que por su falta de comercio y de marina mercante le usurpan lastimosamente otras naciones". Con tal fin propone una serie de medidas desgravatorias del comercio de Indias, pero lo que determina exactamente el creciente despliegue comercial de la época es obra de Campillo, con el "Nuevo sistema de gobierno económico para la América" escrito en 1743, de donde surgió entre otras cosas el establecimiento de un servicio regular de correos marítimos y la restricción e incluso supresión del monopolio portuario gaditano en lo referente al tráfico de Indias, opinión sostenida igualmente por otros economistas. Durante el reinado de Fernando VI -el primer Borbón autóctono- prosiguen los intentos renovadores de una coherente política marítima. Buena parte de ello habrá que adjudicárselo a un ministro tan capaz como el marqués de la Ensenada, aunque también influirán en el ánimo del rey pacifista, las ideas del economista Bernardo Ward sobre el comercio americano (reproducción del pensamiento de Campillo) que en lo esencial coincidían con las "noticias secretas" de Ulloa y Jorge Juan. Se produjo también el final del sistema de flotas y galeones para Nueva España, como antes lo había sido el de Tierra Firme, y la suspensión de esta línea fue compensada por la mayor implantación de navíos de registro que realizaban la navegación entre España y sus territorios de ultramar aisladamente y sin seguir las rutas de sus flotas. En 1748 se intentó liberalizar el comercio indiano habilitando a varios puertos españoles para la navegación de América, pero la reacción de los comerciantes gaditanos fue tan violenta que el proyecto fue suspendido. De todos modos con Ensenada se continúan y mejoran la serie de innovaciones iniciadas por los ministros del reinado anterior y se fomentan de múltiples formas todas las facetas de la actividad económica, aunque el sector marina mercante no sea el más favorecido. Pero es evidente que la preocupación por las Indias y el comercio -como ha escrito Comellas- prevalece definitivamente, y así cuando al promediar el siglo y tras la paz de Aquisgrán, se pasa del concepto del equilibrio europeo al equilibrio mundial, el papel de España en el juego de las potencias se revaloriza de un modo extraordinario, por la sencilla razón de que se siguen poseyendo unos inmensos y apetecidos territorios ultramarinos.

    Carlos III La política marítima de Carlos III:
    En el reinado de Carlos III (1759-1788), cuya política marítima va a estar determinada por condicionantes coyunturales, se asume el más alto grado del reformismo borbónico con la del movimiento ilustrado, que comporta la madurez del siglo. Como ha escrito González Climent, hasta la llegada del tercer Carlos al trono, los servicios españoles con las Indias habían recorrido un amplio espectro que iba desde "el cazador furtivo" de finales del siglo XVI y principios del XVII, hasta las flotas de galeones, pasando por los navíos de permisión y continuando con los de aviso y registro, siendo éstos los que sacaron mayor ventaja a la situación. Pero Carlos III frente al panorama de Indias enderezó sus miras, no tanto con el criterio paternalista vigente hasta entonces, sino con una visión más fría y positivista entre estatal y burocrática. En 1763 creaba la Junta Interministerial integrada por los ministros de Estado, Hacienda e Indias, además de una Junta Técnica de especialistas, en esfuerzos tendentes a la radicación de un objetivo básico de la política española: la garantía y seguridad de sus Indias. Y al tiempo que se decide impulsar la construcción naval con intención de fortalecer la Armada, se adoptan una serie de disposiciones respecto del futuro de América, entre la que no es la de menor importancia, una más restrictiva regulación impositiva, aspecto este que los anteriores Austrias no habían asimilado en toda su importancia. De igual modo el Consejo de Indias sigue perdiendo jirones de su pasada grandeza, reflejada transitivamente en la Casa de la Contratación. Las reformas emprendidas por Carlos III en el sistema de comunicaciones trasatlánticas tienen una gran importancia.

    Servicios marítimos regulares:
    De la nueva máquina administrativa que se dispone para América, surgirá una iniciativa considerada como auténtica revolución en la actividad naviera del mundo: los servicios regulares sobre itinerarios fijos y con fechas precisas de salida. En 1764 se promulgó el "Reglamento Provisional que manda S.M. observar para el establecimiento del nuevo correo mensual que ha de salir de España a las Indias Occidentales". Tras este título tan largo como la distancia marina a la que se refería, se fijaban los requisitos para el buen quehacer del navío-correo que debía zarpar el primer día de cada mes del puerto de La Coruña con destino a La Habana, pero con escalas en Santo Domingo y Puerto Rico. En la terminal de La Habana se concentraba todo el correo que afluía de Nueva España, Tierra firme y Perú, transportados en balandras procedentes de Veracruz, Cartagena de Indias y Portobelo, para que pudiese emprender el viaje de regreso, esta vez desde La Habana a su puerto originario sin escalas intermedias. La repercusión más acusada sobre las actividades marítimas comerciales de la época ilustrada surgió de la Real Instrucción de 16 de octubre de 1765 que autorizaba las salidas y llegadas directas desde los puertos españoles de Santander, Gijón, La Coruña, Málaga, Cartagena, Alicante y Barcelona, -además de los ya favorecidos de Sevilla y Cádiz- hacia las islas de Barlovento, Trinidad, Margarita, Puerto Rico, Santo Domingo y Cuba, incrementándose más tarde la relación de puntos de partida con la inclusión de las Canarias (1772) y destinos americanos como Luisiana (1768), Campeche y Yucatán (1770), Santa Marta (1776). En febrero de 1778 se autorizó la navegación libre a los virreinatos de Perú, Chile y Buenos Aires desde los citados puertos españoles y la pragmática del 12 de octubre de 1778, además de fijar un reglamento y aranceles reales para el comercio con las Indias, aumentaba el número de puertos hábiles para su ejercicio. Este año considerado como clave en las relaciones comerciales hispanoamericanas, más de doscientos navíos tocaban en La Habana. Este servicio de navíos-correo se creó en base a una empresa naviera estatal llamada "Correos Marítimos", cuya administración se confió a la Real Renta de Correos de España e Indias, y cuyos ingresos se formaban con fletes de la correspondencia y las cargas, además del transporte de pasajeros.

    Nueva política fiscal:
    Estas medidas reformadoras del monopolio comercial responden al intento de obtener una mayor flexibilidad en los ingresos fiscales del Estado para hacer frente a los cuantiosos gastos que ocasionan la defensa costera de la España peninsular y las Indias y el empeño del monarca en crear una poderosa flota de guerra. Con las medidas de liberalización portuaria se observa un espectacular aumento del volumen comercial, pero no hay que olvidar que van acompañadas por una unificación impositiva que apuntaba a la simplificación de tan difíciles recaudaciones. Restablecía con ello y en cierto modo, Carlos III, el equilibrio propugnado por los Reyes Católicos para la Marina Mercante, aunque la guerra entre España e Inglaterra vuelva a dejar en suspenso el brillante desarrollo del comercio marítimo. El reglamento de 1778 vino acompañado de un fuerte incremento en la presión fiscal sobre el tráfico mercantil entre España (Península) y sus dominios americanos, pero de todas formas es una normativa de evidente proteccionismo, ya que dispone que todas las naves empleadas en este comercio han de pertenecer únicamente a españoles y deben ser de construcción nacional. Y contempla igualmente otra serie de disposiciones que no le van a la zaga. Se tratará en realidad de un "comercio libre" protegido en un doble sentido: en cuanto al diferencial de los derechos de entrada y en cuanto al servicio naviero preferencial. La guerra archivaría después la nueva política naviera y comercial que pasó a ser reemplazada por las habituales medidas de emergencia combinadas con otras cuya aparición no era deseada, y aunque más tarde vuelve a observarse un aumento del tráfico comercial de la metrópoli con sus posesiones ultramarinas, la realidad es que el nivel de intercambios sigue bajo, ya que no existía una capacidad suficiente en la Península como para abastecer de forma competitiva el mercado americano. (José Cervera Pery)

    * Comercio canario con Indias | Comercio canario con norteamérica (s.XVIII)
    * Casa de la Contratación | Flota de Indias

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  28. Guerras anglo-holandesas:
    Los holandeses defendían la teoría del "mare liberum", elaborada por su conciudadano Hugo Grocio, o sea el libre tránsito y comercio por todos los mares (excepto, naturalmente, los que bordeaban sus colonias). Sin embargo no eran los únicos que descubrían e el mar su vía de engrandecimiento. Los ingleses, encerrados en su isla, no hallaban otro medio de expansión que el mismo mar. Pero cuando estuvieron en condiciones de fundar factorías y abrirse mercados (a mediados de siglo, tras la revolución de Cromwell), en todas las latitudes tropezaron con los holandeses que ya los acaparaban. Para proteger a sus Compañías de Indias, Inglaterra constituyó una base jurídica opuesta al librecambismo de las Provincias Unidas: la del "mare clausum". La solución oceánica no fue improvisada. Ya desde tiempos de Isabel I Tudor los corsarios y los aventureros habían creado un imperio pirata, y las Compañías habían trasladado contingentes humanos a las costas orientales de los Estados Unidos de Norteamérica. La Compañía inglesa de las Indias Orientales (la que monopolizaba el comercio con la India, Insulindia, China, etc.), había sido creada incluso dos años antes (en 1600) que la holandesa. Ambas acabaron por chocar. En 1623 los holandeses hicieron una carnicería en las colonias británicas de Banda y Amboina (en Insulindia), que los súbditos del Reino Unido no olvidaban. En 1649 los ingleses aceptaron la República. Cromwell representaba los intereses de la burguesía puritana, que veía en sus éxitos comerciales la bendición de Dios, y en 1651 promulgó el "Acta de Navegación". Con esta ley trascendental, Inglaterra inauguraba su política proteccionista ideada en perjuicio de los intereses comerciales de Holanda. Inglaterra acordaba no importar ningún producto forastero que no procediera del mismo país de origen. Hasta el momento, Inglaterra había sido un importante cliente del comercio neerlandés. Los ingleses pudientes que no deseaban quedarse sin las especias, debían ir a buscarlas directamente en el futuro. Tras la derrota de Holanda, Jan de Wit suscribió las exigencias del tratatado de Westminster (1654): Saludar al pabellón inglés en el Canal de la Mancha, reparar los daños causados en la matanza de Amboina, pagar derechos por pescar en aguas inglesas, aceptar el derecho de visita a sus barcos, excluir a los Orange de los cargos públicos.

    Oliver Cromwell (1599-1658):
    Jefe de la oposición parlamentaria contra Carlos I Estuardo en Inglaterra; luego, artífice de las victorias sobre el rey en la guerra civil: posteriormente, animador de las dramáticas vicisitudes que culminaron en el proceso y en la condena capital de Carlos. Sometió con sangrientas represiones Irlanda y Escocia, violó el Parlamento haciendo expulsar de él, manu militari, a los diputados; se convirtió en el árbitro supremo del país, con el título de Lord Protector. Puritano, privó a los católicos y anglicanos de toda libertad de culto. En política exterior dio impulso fortísimo a la expansión inglesa. Con el Acta de Navegación hirió de muerte al tráfico marítimo de la poderosa Holanda y echó la base del dominio sobre los mares. Renovadas oposiciones en el interior le indujeron a disolver, en 1658, el Parlamento , elegido asimismo en régimen de dictadura militar, con las famosas palabras: "Que Dios sea juez entre vosotros y yo". Después de su muerte, tanto en la opinión pública (ultrajes a su tumba y al cadáver, estatua en Westminster) como entre los historiadores, encontró enorme disparidad de juicios.

    Segunda guerra anglo-holandesa:
    Las dos potencias marítimas continuaron chocando en los mismos mares. En 1661 Carlos II de Inglaterra se casó con Catalina de Braganza. La princesa aportaba con su dote Bombay y Tánger, y prácticamente ofrecía a su esposo la tutela y todas las garantías económicas del imperio Portugués (Portugal se hallaba en plena guerra de la independencia con España). En 1664 chocaron violentamente en las costas del golfo de Guinea, donde se disputaban la captura de esclavos negros para venderlos en las Antillas. En el mismo año los colonos de Nueva Inglaterra conquistaban la ciudad de Nueva Amsterdam, a la que pusieron otro nombre: Nueva York. En 1665 se declararon la guerra formalmente. El almirante holandés Ruyter obtuvo una resonante victoria (batalla de los Cuatro Días) que coincidió con acontecimientos adversos y especialmente impopulares en Londres: en 1665 una gran peste y en 1666 un incendio demoledor. Ruyter aprovechó con gran oportunidad la desmoralización del enemigo para remontar el Támesis y bombardear las poblaciones ribereñas. Desde Londres se oyeron los disparos de los cañones. La paz de Breda ratificaba la victoria holandesa pero sin humillar el honor británico. Gran Bretaña conservaba el "Acta de Navegación" atenuada.

    El buque Henry Grâce à Dieu(1514):
    Botado en Erith (Kent), en junio de 1514. El llamado Great Henry era el buque de guerra más grande del mundo. Construido por orden de Enrique VIII, contaba con cuatro mástiles, tres de los cuales disponían de dos partes superiores circulares. Se utilizaban de plataformas desde las que los soldados disparaban sus mosquetes sobre el enemigo. Al igual que muchos buques de la época tenía castillos de proa y de popa grandes. Pesaba unas 1000 toneladas y tenía una dotación de 700 hombres. Tenía 21 cañones y 231 armas más ligeras. No participó en ningún combate porque un incendio accidental lo destruyó en Woolwich (Londres), en 1553.

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  29. Conflictos hispano-holandeses. Por Vicente Duque:
    En 1560 los Países Bajos son posesión dinástica de España bajo la regente Margarita de Parma, hija natural de Carlos V y hermana de Felipe II. Las peticiones de algunos nobles, comerciantes y marinos que son discriminados por los españoles son rechazados por la regente Margarita tratándolos de 'Limosneros'. Ellos se siguen llamando a sí mismos 'Mendigos' por Ironía y este es el origen de los Mendigos del Mar que van a actuar en esta historia. Desde 1560 empieza a entrar fuertemente el Calvinismo en los Países Bajos y el Príncipe Willem van Oranje 1533-1584 (William of Orange, Guillermo de Orange) se declara por los Calvinistas. Willem es llamado el Silencioso o Taciturno por Ironía, pues tenía grandes dotes de diplomático y lo que no ganaba en el campo de batalla, lo ganaba en la mesa de negociación. El Papa le pidió a Felipe II que visitara sus súbditos Nederlandeses y fuera blando y suave con los rebeldes. Pero Felipe II era prisionero de sus ideas las cuales arruinaron a España como veremos. En 1566-67 empiezan algunas revueltas contra España y en 1568 se intensifican. 1568 es la fecha oficial de la rebelión de Protestantes contra el Oficialismo Católico Hispano en Nederland y comienza la guerra de 80 años contra España. Los Calvinistas son los más activos en la rebelión de Holanda y Zeeland.

    El Conde de Egmont (1522-1568):
    También participa en la protesta en forma pacífica y leal el Conde Egmont, general Flamenco al servicio de Felipe II que ayudó a derrotar a los Franceses en Saint-Quentin 1557 y Gravelines 1558 y en estas batallas fué el más valiente y el mejor líder. Fué el actor principal en ellas. Egmont era gobernador de Brabant y Artois. Devoto católico, Egmont protestó lealmente contra la persecución a los protestantes. En 1565 fué a Madrid para persuadir a Felipe II de una política tolerante pero fracasó. Fue arrestado (1567) por el duque de Alba junto con el Conde Hoorn, otro inocente. Egmont sostenía que Felipe era el gobernante legítimo y dinástico de los Paíse Bajos y quería la paz. Egmont, Hoorn y algunos hugonotes son ejecutados en Bruselas el 5 de Junio de 1568 en la 'Grande Place', allí les cortan la cabeza con un hacha. También a algunos hugonotes (Huguenots) Franceses. Cuando le iban a cortar la cabeza, Egmont declaró ser leal a la Religión Católica y a su rey Felipe II y les encomendó el cuidado de su esposa y sus 11 hijos que finalmente les fue confiscada su fortuna. Goethe se conmovió con este inocente personaje histórico y compuso su tragedia 'Egmont', Beethoven compuso la overtura y música incidental para ella. El conde de Hoorn (Horn) 1518-1568, noble, de Netherlands miembro del concejo de Margarita de Parma. En 1562 hizo oposición ( leal y honesta ) al cardenal Granvelle, que trajo tropas Españolas e Inquisición a los Países Bajos. El Duque de Alba le cortó la cabeza injustamente y con eso empeoró mil veces más la revuelta.

    El duque de Alba (1597-1582):
    Llegó a Bruselas en 1567. Condujo con crueldad y despotismo muchos otros casos, también derrotó al Príncipe de Orange que había huído a Alemania y a su hermano Louis de Nassau, luego que regresaron para invadir a Flandes con mercenarios Alemanes. Pero Alba fué llamado a España en 1573, debido a sus excesos y a pesar de sus grandes éxitos militares.
    Los Mendigos del Mar Holandeses:
    España se arruinó contra Holanda (en todo sentido). Los refugiados Nederlandeses de las revueltas de 1566-68, que España sofocó fueron organizados como Mendigos del Mar por Willem van Oranje, e Inglaterra y Francia les permitieron usar algunos de sus puertos (Dover y la Rochelle) para hacer Piratería contra España. Pero había muchos canallas que atacaban barcos de otras naciones y por eso Elizabeth les prohibió sus puertos Ingleses en 1572. Recordemos que los 'Mendigos' se llamaban así por ironía: (Gueux de la mer, Sea Beggars). En 1572 Holanda y Zeeland eligen a Willem, el Príncipe Willem van Oranje no es un monarca sino un magistrado de una República, la soberanía reside en una asamblea y esto conlleva cierta democracia ajena a lo dinástico medieval. El nombre de la magistratura es 'Stadholder'. En 1572, solamente la ciudad de Amsterdam quiso permanecer leal a España. Y Amsterdam ayudó a los Españoles a capturar a Haarlem (Harlem). Pero los Mendigos del Mar empezaron a actuar y Amsterdam quedó aislada, Un tratado de paz con el resto de la provincia de Holanda se firmó en 1978 y pronto la ciudad fué tomada en forma no violenta por un gobierno nuevo de protestantes y aliados de Willem van Oranje (Guillermo de Orange). En 1572 los Sea Beggars se toman a Brill (Brille, Brielle). Los Españoles tercos y obstinados establecen un "Camino Español' por territorio Habsburgo o sea por Europa Central para aprivisionar sus ejércitos, llamados 'tercios'. El duque de Alba no pudo impedir la toma de Brille, pues los Españoles eran excelentes para pelear en tierra pero perdían en los combates navales con los Mendigos del Mar.

    Elizabeth Tudor permite el uso de puertos ingleses (1568-1572):

    "En el año 1568 unos barcos españoles, que se dirigían hacia los Países Bajos, fueron arrastrados por una tormenta hasta Southampton y la reina de Inglaterra ordenó su captura. A este acto siguió una campaña de agresiones sordas por lo que los barcos españoles navegaban con el temor de ser atacados desde allí. Ese mismo año contempló también la aparición de una segunda amenaza marítima para España: los hugonotes formaron una armada en La Rochelle, integrada por 70 bajeles para colaborar en la causa de los protestantes franceses mediante la piratería. Los piratas medraron principalmente a costa del botín que capturaban a los mercaderes españoles en el Golfo de Vizcaya. Pronto se unieron a este lucrativo negocio los mendigos del mar, ... Con base en La Rochelle, Dover y en otros puertos que se lo permitieron, acosaron sin piedad a los barcos españoles." (El camino español. Joaquín Navarro Méndez)

    Elizabeth niega puertos a Mendigos del Mar Después de la desastrosa Invasión de 1568 en que Willem van Oranje fue derrotado por el Duque de Alba, el Stadt-Holder necesitaba mucho dinero y este lo proporcionaron los Mendigos del Mar con sus piraterías. Así se mantuvo una llamita de Esperanza. Desde 1568 Elizabeth Tudor les dejó usar los puertos Ingleses para robar a los Españoles, pero como estaban cometiendo depredaciones contra Ingleses y amigos les quitó el privilegio en 1572. Estando desesperados por puertos, los Mendigos del Mar capturaron el puerto de Brill en Zeeland. Fué el primer gran éxito de los Mendigos y fué pronto seguido por otros, hasta que fueron capturando muchos de los villorios costeros de Holanda y Zeeland.

    IsabelElizabeth Tudor envía tropas a los Países Bajos:
    De 1585 a 1587 llegan tropas Inglesas a auxiliar a sus hermanos Protestantes Holandeses y la marea cambia en favor de los rebeldes anticatólicos y antiespañoles. Los Españoles al mando de Diego Pimentel pelean contra la flota Anglo-Holandesa. Había cuatro buques principales, la nave capitana era la San Mateo de Pimentel que pelea como un León y deja asombrados a varios Veleros enemigos por su Bravío y Furia. La batalla ocurrió en Zeeland (Zealand), El San Mateo fué aislado de los demás buques y peleó por 3 días del 8 al 10 de Agosto de 1588. Fué rodeado por varias naves enemigas y llevado a la playa. Tenía algunos de los marinos más expertos que se preparaban para invadir a Inglaterra. Según sus enemigos quedó como un colador de los cañonazos que le dieron en 3 días de batalla. Quedó en la playa con 350 agujeros, el Almirante Pieter van der Does dirigió el ataque creyendo que pronto se rendirían, pero el objeto lastimoso resistió descarga tras descarga de los determinados Holandeses y luego perecieron Holandeses en lucha cercana, pues la infantería Española en la playa fué muy audaz. La batalla tuvo lugar entre Ostend y Sluys. Había dos naves Holandesas y 3 Inglesas. Lo que sabemos es por los enemigos Nederlandeses e Ingleses. Fué la intervención Inglesa en los Países Bajos de 1585 a 1588, la que precipitó el terrible error Español de la Armada Invencible. Episodio que acabó de arruinar la ya maltrecha economía Española. Esta guerra acabó con la inmensa flota pesquera de los Vascos en Terranova y Labrador, pues los Ingleses se apoderaron de esta región y además Felipe II cometió el error de requisar estos buques y otros barcos comerciales para sus absurdas ilusiones navales.

    Asedio de Leiden e Inundación:
    En 1574 Derrota de España en Zuider Zee, el asedio Español de Leiden se resuelve inundando los 'polders' (terrenos cultivados arrebatados al mar) . Los Holandeses inundan sus cultivos para traer suministros por barcos a la ciudad sitiada. La ciudad no tenía ejército y estaba escasa de provisiones. Sólo una minoría resuelta quería resisitir, los burqueses y magistrados querían entregarse. William convenció a los Estados de inundar los campos vecinos pese a las grandes pérdidas agrícolas, y a que mucha gente quedó sin techo. La más notable acción de los Mendigos del Mar fué librar a Leiden de su asedio, según las instrucciones de la inundación dadas por Willem. El Almirante de la flota de Gueux de la Mer era Louis Boisot. Estas actividades dieron comienzo al poderío naval (y pirata) Holandés. La liberación de Leiden supuso un gran triunfo moral para los protestantes y patriotas antiespañoles y redobló su entusiasmo por la independencia. Fué en esta misma ciudad heroica antiespañola de Leiden que los 'Padres Peregrinos', Ingleses del barco Mayflower, vivieron desde 1609 hasta 1620, fecha en que viajaron a Massachusetts para buscar una mayor libertad religiosa sin abandonar su cultura Inglesa. Para esta fecha de 1620 se aproximaba el fin de una tregua de 12 años entre España y los Países bajos (de 1609 a 1621). Un descanso en la guerra de los 80 años. Estos Pilgrim Fathers Ingleses se habían establecido en Leiden, gracias a la libertad religiosa que se les ofrecía allí y temían la reanudación de las hostilidades con España. O sea que los Primeros Colonos Norteamericanos no debían amar mucho a España.

    Saqueo de Amberes:
    Los Españoles obstinados en el error de la guerra. Sobre Antwerp caen tres desgracias: los iconoclastas en 1566, la Furia Española 1576 (saqueo de Antwerp porque Felipe II no paga a sus tropas) y finalmente la caída de Antwerp en 1585. Después de la caída, la ciudad volvió a quedar bajo Felipe II y las provincias del norte Nederlandés le cerraron el Schelde a Antwerp. Es decir se acabó el tráfico fluvial. Esto fué un desastre económico. No solo se fueron los Protestantes sinó los comerciantes e intelectuales. De 100,000 habitantes en 1570, a 40,000 en 1590. Lo más irónico de este relato es que Antwerp era un centro financiero y comercial de primerísima magnitud desde 1500, y muchas veces acudió allí la corona Española para salvarse de la bancarrota que producen las guerras : Carlos V que vivía en guerra con Francia y Felipe II desde su ascenso al trono en 1556. Los Españoles habían matado la gallina de los huevos de oro. Cualquier arreglo por vergonzoso que fuera para España hubiera sido mejor que lo que efectivamente pasó. En 1579 se forma la 'Unión de Utrecht', de 7 provincias del Norte que declara su independencia de España en 1581. Como vemos la rebelión es muy gradual y ocurre sobre todo en las conciencias de los Nederlandeses, siendo secundarios los campos de batalla, donde los Españoles se desempeñaban muy bien. En 1584 Willem van Oranje, el Príncipe Magistrado Stadholder, es asesinado, según dicen los Protestantes por instigación de Felipe II. Por un tiempo la guerra favorece a los Españoles y en 1585 España es dueña del Sur, incluyendo al importantísimo puerto de Antwerp.

    Elizabeth Tudor interviene en los Países Bajos:
    Pero la caída de Antwerp en 1585 alarma extraordinariamente a Elizabeth I de Inglaterra y Ella decide en 1585 enviar a su favorito el Earl of Leicester con 6,000 hombres. El Conde de Leicester es desde 1564, el jefe del partido Puritano, que quiere la guerra con España. Robert Dudley (1532-1588), Conde de Leicester es el favorito número uno de Elizabeth desde la juventud de esta Reina y circulan muchas versiones escandalosas sobre la paternidad de un bastardo Elizabethiano que puede ser Francis Bacon. Además, pese a ser jefe Puritano, se habla de la muerte por 'accidente' o misterioso 'suicidio' en 1560 de su esposa, muerte nunca explicada. Esta muerte es muy conveniente en época en que Leicester quiere casarse con Elizabeth. Pero esta Tudor puede ser vanidosa y romántica pero no es tonta. Robert Dudley es bien parecido, bien vestido, buen cortesano y tiene rendidas de amor a todas las damas, pero estas no son las mejores recomendaciones para otras actividades. Las cualidades que subyugan a Elizabeth Tudor son inútiles en la Política Internacional para la cual Leicester es malo y para la guerra, para la cual es pésimo. Y el oponente del Conde de Leicester es nada más y nada menos que el Duque de Parma Alejandro Farnesio (Alexander Farnese), curtido en terribles escenarios bélicos de Italia y en violentas guerras Españolas en Francia. Leicester se enreda en la política de los Estados Nederlandeses, son derrotadas sus tropas en el Asedio de Zutphen en 1586 y sus hombres se amotinan en el Yssel. Además muere su inteligente y competente sobrino poeta Phillip Sidney (1554-1586), y este ayudaba y aconsejaba a Leicester. Pero si el Duque de Parma es un zorro de la guerra, Elizabeth lo es de la política y decide traer de vuelta a Inglaterra a sus inconformes tropas Inglesas, sin importar que se pierda prestigio, y antes de que se produzcan males peores para los intereses Británicos. Y así regresan en 1587 los expedicionarios Ingleses del continente. Decisión muy sabia, inteligente y prudente de Elizabeth.

    Escudo de Amsterdam Errores de Felipe II:
    Felipe II cae en la trampa que le tiende su propia soberbia y arrogancia, alimentada por la competencia militar y las hazañas de los Duques de Alba y De Parma. Las victorias militares no son un buen remedio para la demencia de los locos. Pero algo va de ganar batallas en Flandes a intentar una Invasión a una Gran Isla, densamente poblada como Inglaterra. En los Países Bajos los Españoles cuentan con muchos simpatizantes Católicos, amigos dinásticos, o con personas ligadas por relaciones de familia y comerciales a los intereses Habsburgo-Católicos-Españoles. Lo de la Armada Invencible es una Estupidez y un Absurdo de Felipe II, megalónamo introvertido fuera de la realidad. Un hombre que no oye consejos de nadie que no sea uno de sus arrodillados lambones. Además Felipe es tan importante que no recibe a nadie que no coincida perfectamente con su inteligencia y sabiduría. Son famosos los desplantes de grandes personajes que no son recibidos por Felipe, tales como el mismísimo Duque de Alba y el Conde de Egmont que viene a prevenirle como el más leal y honesto de sus súbditos y pierde la cabeza en 1568. Pero estamos ya en 1588 y Felipe está más deteriorado mentalmente que en 1568. Se produce la pérdida de la Armada Invencible en 1588, miles de vidas humanas y de recursos económicos. Pero España no cesa en su agresividad, y lo que es peor, las victorias Españolas traen peores males para España. Las victorias en la guerra en Francia en 1594 y 1596, que culminan con la toma de Calais en 1596 por parte del Duque de Parma, alarman de nuevo a Elizabeth Tudor que envía al Almirante Charles Howard y al Earl of Essex Robert Devereux 1566-1601 a saquear a Cádiz en 1596. Pero en 1597 el Conde de Essex falla contra la flota Española al intentar tomarse las Islas Azores, esto ocurre 4 años antes de perder su cabeza ante el hacha Elizabethiana de La Torre de Londres. En 1604 los Españoles capturan Ostend en Bélgica después de 3 años. En 1625 toman Breda después de 11 meses. Todo esto es inútil. En 1648 concluye la horrible guerra de 80 años con los Países Bajos, que destruyó, arruinó y empobreció a España en todo sentido: económico, moral, humano y espiritual. No solo fué la guerra, también el fanatismo, el dogmatismo y la intolerancia, ayudaron mucho a que España se atrasara respecto a Europa. A los Países Bajos por el contrario la guerra le sirvió para aprender muchas cosas, no sólo nacionalismo y desprecio por las boberías dinásticas.
    Autor: Vicente Duque


    Batallas de las Dunas:
    Nombre que recibieron tres batallas, dos terrestres y una naval, que tuvieron lugar en los montículos de arena (dunas) del litoral entre Dunkerque y Nieuport, y frente a la costa del condado de Kent (Inglaterra). La primera batalla enfrentó al ejército de las Provincias Unidas, al mando de Mauricio de Nassau, y al hispanobelga, al mando del archiduque Alberto (22 de julio de 1600). El ejército español fue derrotado, pero la batalla impidió que Mauricio tomara Nieuport y Dunkerque, que era su objetivo, y se vio obligado a regresar a Holanda. En 1639 (21 de octubre) se enfrentaron la flota española, al mando de Antonio de Oquendo, y la holandesa, mandada por Van Tromp, frente a las costas del condado de Kent. Las naves españolas sufrieron una importante derrota que acabó con el poderío naval español y agudizó aún más el aislamiento de las posesiones españolas en Flandes. La tercera batalla se desarrolló en 1658, en el transcurso de la guerra de los Treinta Años. Un ejército anglofrancés mandado por Turena puso sitio a Dunkerque, y las tropas españolas, al mando de Juan José de Austria y de Condé, que acudían a levantar el cerco, fueron derrotadas en las playas cercanas a aquella ciudad (14 de junio). El resultado de la batalla permitió a Turena conquistar Dunkerque, Link, Gravelinas y algunas otras plazas más, invadir los Países Bajos y decidir el resultado de la guerra.

    * El duque de Alba (1507-1582)
    * Comercio Holandés s.XVI

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  30. Independencia de Portugal (1640):
    El último descendiente legítimo de la casa de Avís, el cardenal Enrique, ciñó la corona (1578-1580) a los sesenta y seis años. Felipe II de España, nieto de Manuel el Afortunado, alegó derechos sucesorios por parte de su madre, Isabel, y fue reconocido heredero del trono en las cortes de Almeirin (1579); pero tuvo que enfrentarse con el prior de Ocrato, Antonio, sobrino de Enrique, quien, apoyado por el pueblo, se proclamó rey en Santarém (1580), tras la muerte del monarca. Un ejército español, bajo mando del duque de Alba, invadió Portugal (1580-1581), tomó Lisboa y derrotó en la batalla de Alcántara (ag. 1580) al prior, quien se refugió en la corte de Francia. Felipe II se trasladó a Lisboa, y, en las cortes de Tomar (15 abr. 1581), fue reconocido rey de Portugal; allí juró las condiciones en que había de reinar: unión personal de las dos coronas en su persona y respeto a las libertades portuguesas. Posteriormente en sus rencores contra España, este año de 1580 sería considerado por los portugueses como la confirmación de la decadencia portuguesa. En realidad, Portugal no perdió nada: la unión ibérica le permitió infiltrarse en las colonias españolas y explotarlas en provecho propio. Ahora bien, las circunstancias se hicieron menos favorables: el resurgimiento de la Persia de los safawíes con 'Abbas, la constitución del imperio mongol de la India y el triunfo del shogunado en Japón hicieron imposible que los portugueses continuaran comportándose allí como amos.

    Cuando Felipe II cerró el mercado de especias de Lisboa a los neerlandeses sublevados y a los ingleses hostiles, los marinos del N intentaron a su vez el viaje al Extremo oriente, se instalaron al lado de los portugueses y arruinaron su monopolio, aunque no su comercio. Poco a poco, los soberanos asiáticos, los ingleses y, sobre todo, los neerlandeses cercenaron la larga línea de factorías portuguesas; sin embargo dichas agresiones no triunfaron, y las pérdidas no fueron verdaderamente irreparables hasta después de 1640, cuando faltó la protección de las tropas españolas. En la época de la unión, Portugal no tuvo que lamentar en oriente más que la debilitación de su monopolio en las Molucas, la pérdida de Amboina (1605) y de Ormuz (1622) y el cierre de los puertos de Japón (1637); pero, por lo menos hasta 1642, pudo conservar sus vínculos con Asia gracias a la ruta Macao-Manila-Acapulco-Veracruz-Sevilla. Cuando los neerlandeses crearon centros comerciales en Brasil (1630) y se instalaron en las factorías africanas de trata de esclavos (Sao Tomé, Sao Paulo de Luanda)[1641], los portugueses hicieron responsable de su derrota a la monarquía española. Pero en realidad, el descontento se manifestó ya en las insurrecciones anicastellanas de 1637. La política de Felipe II respecto a Portugal no fue seguida por sus sucesores, y el malestar estalló durante el reinado de Felipe IV debido a las medidas del condeduque de Olivares (fusión administrativa, cargas financieras, etc.). Al producirse la sublevación de Cataluña (1640), los portugueses se negaron a enviar tropas; la nobleza y la burguesía, acaudilladas por el duque de Braganza, apoyaron el movimiento (ayudado indirectamente por Richelieu): La regente Margarita de Saboya fue depuesta (1 dic.); varios miembros del gobierno, entre ellos el ministro Vasconcelos, asesinados, y el duque de Braganza, coronado rey (15 dic.) con el nombre de Juan IV (1640-1656). Este monarca tuvo que enfrentarse a varias conspiraciones nobiliarias procastellanas, que reprimió con energía (ejecuciones del marqués de Vila Real y del duque de Caminha; prisión perpetua del primado de Braga e inquisidor general, etc.). Durante su reinado los portugueses consiguieron expulsar a los neerlandeses de sus factorías africanas (1643-1648), y, después, de Brasil (1654), que se sublevó a favor de la corte de Lisboa. Gracias a esto pudieron resignarse al hundimiento de sus posiciones de Asia (Malaca, 1641; Mascate, 1648; Tidore, 1657; Ceilán, 1658; Cochín, 1663). La monarquía portuguesa cedió Tánger, Azemmur, y Bombay (1661) a Inglaterra, cuya flota la protegía contra los neerlandeses. Al año siguiente, la boda de Catalina de Braganza con Carlos II de Inglaterra selló el apoyo de ésta a Portugal a favor de su independencia. Alfonso VI (1656-1683), niño enfermizo, gobernó bajo la regencia de su madre. El ejército portugués, reorganizado por el general francés Schönberg, venció a los españoles en Elvas (1659). Francia, que al principio de la causa independentista había apoyado a Portugal, tras el tratado de los Pirineos con España (1659) practicó una política tortuosa. Después de una larga y costosa guerra, y a pesar del apoyo de una importante fracción de la nobleza portuguesa, Felipe IV se vio incapaz de conquistar el reino vecino; Schönberg derrotó a las tropas de Juan José de Austria en Ameixial (1663) y al marqués de Caracena en Villaviciosa (1665), con lo que puso fin al intento de unidad política; en 1668, por el tratado de Lisboa (18 feb.), España reconoció la independencia de Portugal.

    Unión económica con Inglaterra:
    Entretanto, después de una grave crisis monárquica (destierro a las Azores[1667] de Alfonso VI; regencia [1667-1683] y reinado [1683-1706] de Pedro III) y de una tentativa de colbertismo, Portugal unió su destino económico al de Inglaterra: el tratado de Lord Methuen (1703), firmado durante la guerra de Sucesión española. Pedro II intervino a favor del duque de Anjou, y, después, del archiduque Carlos, y ocupó temporalmente Madrid [1705], reservó el mercado inglés a los vinos de Madeira y de Oporto; a cambio, Inglaterra podía colocar libremente el trigo y sus géneros de lana en Portugal, que a partir de entonces se dedicó al monocultivo de la vid, y participar en el comercio de Brasil.

    La invasión ordenada por Felipe II:
    Durante su reinado no hubo conquistas en América. Claro que España emprendía periódicamente ejercicios militares, pero esos ejercicios estaban orientados a la seguridad y no al dominio mundial. Tampoco las palabras del rey eran imperialistas. Las declaraciones de intenciones pecíficas que hizo desde el comienzo hasta el final de su reinado podrían llenar un libro. Incluso la más flagrantemente agresiva de sus acciones, la ocupación de Portugal en 1580, tuvo objetivos dinásticos y fue precedida por una cautelosa campaña propagandística en la que personalmente le aseguró a los portugueses (quienes, de hecho, habían votado en las Cortes para que fuera su rey) que sua autonomía estaría garantizada. Tanto durante como después de la ocupación se tomó las molestias necesarias para asegurarle a los portugueses que eso no era una invasión. El duque de Alba, quien tuvo que hacer el trabajo pesado, estaba absolutamente en desacuerdo con esta postura e insistía en que el proceso de ocupación no era meramente un paseo turístico, sino una conquista con todas las letras. Parker también sugiere que la postura imperialista "llegó a impregnar la corte". Parecía que en realidad sucedió lo contrario. En la década de 1570 Felipe ya había declarado el fin de una mayor expansión militar en el Nuevo Mundo. Una muy conocida carta privada de un jesuita de la corte del cardenal de Toledo, datada en 1580, demuestra que sin lugar a dudas que en aquélla había profundas sospechas respecto a dónde conduciría la aventura portuguesa. La nobleza castellana nunca fue partidaria de las aventuras en el extranjero (y no sirvió en ellas). De hecho, tampoco lo era el secretario de Estado, el cardenal Granvel, quien estaba convencido de que la única estrategia militar debía dirigirse contra Francia. En la corte se oían fuertes críticas tanto contra la ocupación de Portugal como contra el papel desempeñado en ella por Alba. Si algún publicista ambicioso en Madrid o Lisboa escribió algún artículo al rey alentando el imperialismo milenario, el rey ni leyó ni prestó atención a sus palabras. (Henry Kamen)

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  31. Comercio holandés:
    Artes e Industrias de Holanda en el s.XVI: Prosperidad técnica, científica y comercial de Nederland. Mientras ocurren todos estos desórdenes, España se ha vuelto retrógrada e intolerante. Y Holanda se ha vuelto un país del arte, del comercio, de la banca.

    Instrumentos de Navegación:
    En 1585 Lucas Janszoon Waghearen publica "Spiegel der Zeevaart", un libro de Navegación con muchos mapas marinos que es traducido del Holandés a los idiomas importantes: Inglés, Francés y Alemán, Este libro tiene muchas ediciones en los próximo 30 años, pero ninguna en Español. El libro, muy pintoresco, tenía veleros a pleno viento sobre las cartas geográficas y gran cantidad de monstruos marinos. Es significativo que el libro Spiegel se publicó en Inglaterra en 1588, año de la destrucción de la Armada Invencible de Felipe II. Había sido precedido el Spiegel de Waghearen por muchos otros libros de cartografía y navegación Holandeses de 1570 a 1584, que se tradujeron a los idiomas importantes, incluído el Italiano, pero no al Español. Y los Holandeses continuaron siendo por décadas los mejores cartógrafos del mundo y suministradores de este material para los marinos. Los Holandeses inventan instrumentos de navegación y ópticos, inventan cheques y negocios, inventos mecánicos e industrias. España se pierde en la intolerancia y no progresa técnicamente. El popular adagio Holandés: Dios hizo al mundo, pero los Holandeses hicieron a Holanda nos informa simpáticamente de este pueblo de diques y molinos de viento para propósitos útiles. En 1584 Holanda empieza a comerciar con Rusia. En 1595 Holandeses colonizan Islas en el Sudeste Asiático. En 1609 traen té de la China por primera vez a Europa. En 1612 están en la isla de Manhattan (en New York), esto ocurre antes de que llegue el barco Mayflower en 1620 con colonos Ingleses. En esta época en que se funda a Nueva Amsterdam (New York) y llega el Mayflower, los Holandeses son la máxima potencia mundial, basados en su comercio, en sus posesiones de las Indias Orientales y en sus invenciones técnicas y naúticas. También colonizan el Caribe y entran en Brasil.

    Escudo de Amsterdam La conexión entre Holanda como potencia exploradora y Holanda como centro cultural e intelectual fue muy fuerte. El perfeccionamiento de los barcos fomentó todo tipo de tecnología. La gente disfrutaba trabajando con sus manos. Los inventos se apreciaban. El avance tecnológico exigía la búsqueda del conociminto lo más libre posible, y así Holanda se convirtió en el principal editor y librero de Europa, traduciendo trabajos escritos en otras lenguas y permitiendo la publicación de libros prohibidos en otros países. Las aventuras en países exóticos y los encuentros con sociedades extrañas pusieron en tela de juicio la satisfacción propia, retaron a los pensadores a reconsiderar la sabiduría convencional y demostraron que las ideas aceptadas durate milenios -en geografía, por ejemplo- eran fundamentalmente erróneas. En una época en que reyes y emperadores mandaban en casi todo el mundo, la República Holandesa estaba más gobernada por el pueblo que cualquier otra nación. El carácter abierto de su sociedad y el estímulo que daba a la vida del pensamiento, subienestar material y sus ansias de exploración y de utilización de nuevos mundos, generaron una alegre confianza en la empresa humana. (C.Sagan)

    Pintura:
    La prosperidad capitalista de los Países Bajos, influída por el advenimiento del protestantismo, tiene su efecto en la Pintura. Gran cantidad de hermosas Pinturas de Veleros de Holanda datan de esta época. Los Países Bajos son los únicos que se preocupan por pintar barcos en los s.XVI y XVII. Inglaterra vendrá mas tarde en el s.XVIII y sus pintores marinos serán alumnos de los Holandeses.

    Piet Heyn Cronología de Holandeses en Brasil:
    1590. Primeros colonos Holandeses en Guyana. Suramérica.
    1600. Holandeses Establecen a Fort Nassau y Fort Oranije cerca a Belem (Desembocadura del Río Amazonas)
    1624. Holandeses invaden Salvador da Bahía en Brazil
    1625. Expulsados de Bahía por flota Española y Portuguesa
    1628. Piet Heyn captura flota Española con tesoro cerca a cabo Matanzas (Cuba). Con la plata capturada embisten en 1630.
    1630. Holandeses capturan a Recife, ocupan el Nordeste de Brasil.
    1634. Holandeses se apoderan de Curaçao
    1637-44. Administración de Johan Maurits van Nassau-Siegen en Brasil.
    1638. Holandeses son derrotados al atacar a Salvador de Bahía.
    1640. Derrota naval Española por Holandeses en aguas Brasileñas, en enero de 1640.
    1640. Independencia de Portugal
    1648-1649 Fuerzas Portuguesas y Criollas derrotan Ejércitos Holandeses doblemente grandes en dos grandes Batallas.
    1653. Flota de 77 barcos Portugueses ataca a Recife Holandés
    1654. Holandeses capitulan y rinden Recife y otras ciudades.

    Los Holandeses invanden Brasil (1624):
    Posesión del Monarca Español "In the late sixteenth century, Holland, -- then under the Habsburg king of Spain, Phillip II -- rebelled against Spain and coincidentally, began a maritime, commercial, and naval expansion that took the tiny country into all corners of the world as merchants, warriors, and colonizers. Protestant Holland went at it tooth and nail against Catholic Spain, and as the Lowlands expanded, they hit Brazil in 1624. That year a Dutch fleet attacked Brazil and within two years had captured most of the colony." Holandeses invanden a Brazil en 1624 LLega una Invasión Holandesa en 1624 "The expedition for the conquest of Salvador da Bahia started in December 1623. It totaled 26 sailing ships, 450 guns and 3300 men. The Admiral was Jacob Willekens, the commander of the troops was Jan Van Dorth. The Admiral arrived off Salvador on 8 May 1624. On the morning of 9 May 1624 the Dutch troops landed a few miles from Salvador, advanced and entered the town in the morning of 10 May 1624. The Portuguese governor, Diogo de Mendonça surrendered. This conquest turned out to be short lived. Indeed, on Easter Eve 1625, a Portuguese fleet of 52 ships, 1185 guns and 12566 men appeared off Salvador. The Dutch were demoralized and capitulated on 30 April 1625, the day after the Portuguese entered the town. This was the end of the first, but not the last, Dutch attempt to capture Portuguese Brazil."

    Amsterdam El conocimiento y el auge económico holandés (s.XVII):
    Le República revolucionaria holandesa del siglo diecisiete es un paradigma de la época de exploraciones y descubrimientos navales. Se había declarado recientemente independiente del poderoso Imperio español, y por ello abrazó con más fuerza que cualquier otro país europeo de su época la Ilustración europea. Fue una sociedad racional, ordenada, creativa. Pero al estar cerrados los puertos y los barcos españoles a los buques holandeses, la supervivencia económica de la diminuta república dependía de su capacidad de construir, tripular, y desplegar una gran flota destinada a la navegación comercial. La Compañía Holandesa de las Indias Orientales, una empresa conjunta del gobierno y la iniciativa privada, envió barcos a los rincones más lejanos del mundo para adquirir mercancías raras y revenderlas provechosamente en Europa. Estos viajeros fueron la sangre viva de la República. Las cartas y los mapas de navegación se consideraban secretos de estado. Con frecuencia los barcos embarcaban con órdenes selladas. Los holandeses hicieron de repente su aparición en todo el planeta. El mar de Barents en el océano Artico y Tasmania en Australia tienen el nombre de capitanes de barco holandeses. Estas expediciones no eran simples empresas de explotación comercial, aunque de eso hubo mucho. Entraban en ellas poderosos elementos de aventura científica, y la obsesión por descubrir nuevas tierras, nuevas plantas y animales, nuevos pueblos; la búsqueda del conocimiento en sí. El Ayuntamiento de Amsterdam refleja la imagen confiada y secular que tenía de sí la Holanda del siglo dieciséis. Se precisaron naves enteras cargadas de mármol para construirlo. [...] Un gran mapa embutido, que data de finales del siglo diecisiete o principios del dieciocho, y alcanza desde Africa occidental hasta el océano Pacífico. El mundo entero era un escenario para Holanda. Y en este mapa los holandeses, con una modestia encantadora se omitieron a sí mismos, utilizando sólo el viejo nombre latino de Belgium para la parte de Europa que les correspondía. En un año corriente muchos barcos partían para recorrer medio mundo, navegaban descendiendo por la costa occidental de Africa, atravesaban el mar que ellos llamaban Etíope, doblaban la costa sur de Africa, pasaban entre los estrechos de Madagascar, alcanzaban la punta más meridional de la India, y se dirigían finalmente a uno de sus puntos de mayor interés: las islas de las Especies, la actual Indonesia. Algunas expediciones fueron de allí a hasta una tierra bautizada Nueva Holanda y llamada hoy Australia. Unos cuantos se aventuraron por los estrechos de Malaca, bordearon Filipinas y llegaron a China. Lo sabemos por una relación de mediados del siglo diecisiete que escribe una "Embajada de la Compañía de las Indias Orientales de las Provincias Unidas de los Países Bajos, al Gran Tártaro Cham, Emperador de la China". (Carl Sagan. Historias de viajeros. Cosmos)

    Decadencia del comercio holandés (s.XVIII):
    En las Provincias Unidas no existía separación entre Política y Economía, y mucho menos desde que, fallecido el estaúder Guillermo III de Holanda, rey consorte de Inglaterra, los Estados Generales de la República acapararon nuevamente el poder. Prácticamente el gobierno se convirtió en un directorio de negociantes atentos sólo a los intereses económicos. Se atribuye la decadencia de Holanda a la pérdida de su marina de guerra y de su sentido político. Los holandeses, hundidos en una riada de oro y dividendos, se encerraron en su caparazón comercial. Su divisa fue el lucro. Entre tanto, Inglaterra empezaba a disputarles seriamente la primacía en los mares, hasta lograr, en 1674, que liquidara la Compañía de las Indias Occidentales. En el s.XVIII, Francia e Inglaterra se lanzaron a la conquista del Indostán, y reemplazaron la preeminencia económica de los Neerlandeses en Cádiz, Lisboa, en el Báltico, en el comercio con las ciudades del norte de Alemania, y en las Antillas. Holanda no pudo contener la embestida porque en la segunda mitad del s.XVIII contaba sólo con algo más de treinta barcos de guerra. Su Armada había ido sucumbiendo a lo largo de sucesivas guerras europeas. El comercio de la otrora Compañía de las Indias Orientales se contrajo; a principios de siglo representaba únicamente el 10% del tráfico global de Holanda, y a mediados de siglo se hallaba en déficit. Sin embargo, los holandeses proseguían acumulando numerario por otros medios. Uno de ellos era el comercio de productos coloniales con Occidente; el volumen de sus transacciones, con Inglaterra solamente, era ocho veces superior a los intercambios efectuados con Insulindia . Vendían seda, algodón, porcelana, azúcar y té, y para mantener altos los precios de la mercancía, en más de una ocasión quemaron los excedentes.

    Puerto de Rotterdam Explotación colonial de Insulindia:
    Desalojados parcialmente de sus mercados habituales, concentraron su actividad económica en Insulindia. Hasta entonces se habían establecido en la capital, Batavia, que contaba 50.000 h y dominaba económicamente la isla y los archipiélagos vecinos. En el s.XVIII llevaron a cabo la explotación sistemática de Java, firmando alianzas con los tres príncipes indígenas reinantes, los cuales se sometieron a la soberanía neerlandesa. Sus principales negocios fueron la plantación de caña de azúcar y el monopolio de importación a la isla de algodón y opio. En Insulindia los holandeses fueron protagonistas de uno de los episodios más vergonzosos de la ya en sí lamentable explotación colonial: atrajeron a Java mano de obra china para emplearla en los cultivos, pero finalmente entró allí una cantidad tan grande de amarillos que resultaba imposible controlarlos. La Compañía de Indias solucionó la cuestión obligándoles a realizar trabajos forzados, y, cuando los chinos se sublevaron, se decretó una matanza total, pagando una prima en dinero por cada cabeza de chino. Esto sucedía en 1740, en la época que la libertad de Prensa en las Provincias Unidas permitía la publicación de los escritos más progresistas, en que la gente culta hablaba de humanitarismo y felicidad, y en que los ilustrados ponían al "sabio chino" como modelo de buen sentido.

    Banca holandesa:
    Por encima del comercio colonial, la principal fuente de riqueza la constituía la Banca, a la que afluían los enormes capitales sobrantes del Comercio exterior. Los banqueros holandeses obraban con prudencia, no se mezclaban en especulaciones e invirtieron su dinero en la instalación de industrias en el extranjero, y en la explotación de cultivos coloniales, en compañías de seguros o en empréstitos a otras potencias europeas. Se ha comparado la intensa actividad bancaria holandesa en el s.XVIII con la desempeñada en el XVI por Génova o Florencia, que habiendo perdido su capacidad comercial se dedicaron a suministrar fondos a Carlos V o a Felipe II. De igual modo, Holanda fue en el s.XVIII el principal centro bancario de Europa, con mayor envergadura que Londres o Zurich. Pero el caos producido por la revolución francesa primero, y las guerras napoleónicas más tarde, precipitaron su próspero negocio a la ruina.

    Bélgica. Intentos comerciales:
    El intento, aunque fallido, de Carlos VI de Austria de crear una Compañía Comercial de Ostende (1721), estimuló el antiguo dinamismo de los flamencos, que en el s.XVII habían estado sumidos en crisis políticas y económicas. Por los tratados de Utrecht-Rastadt, Bélgica pasó de la soberanía española a la de Austria, país del interior que vio en esta salida al mar la posibilidad de realizar su propio comercio internacional. Contaba con capitales inmovilizados, con una agricultura muy desarrollada y con industria textil y del hierro. A la oposición presentada por Inglaterra y Holanda a que se reanudara su expansión comercial, repuso Bélgica depositando capitales privados en Dinamarca, Suecia, Austria y los Estados Unidos, y organizando una red de carreteras y vías fluviales que atraía hacia el país el tráfico de mercancías que se dirigían al Rin.

    * Conflictos hispano-holandeses

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  32. Mercantilismo:
    Aunque es a partir del siglo XVI cuando aparecen las primeras teorías económicas que dan forma a la doctrina mercantilista, no es hasta fines del siglo XVII cuando se puede hablar con propiedad y toma cuerpo de doctrina económica el mercantilismo entendido como enriquecimiento de las naciones mediante acumulación de metales preciosos. Los rasgos esenciales del mercantilismo son:

    1. La esencia de la actividad económica se centra en la adquisición de monedas y metales de oro y plata como única forma de enriquecerse el estado.
    2. El mercantilismo es centralista al considerar que es el propio estado el que debe organizar y programar la adquisición de metales preciosos.
    3. Con el mercantilismo aparece por primera vez el concepto de balanza comercial, ya que los países se ven forzados a desarrollar al máximo las exportaciones de productos pagaderos en oro y plata y reducir en lo posible las importaciones que supongan pagos en este tipo de moneda. El mercantilismo propicia una balanza comercial constantemente favorable.
    4. Esta doctrina implica una gran dedicación al marco legal que regula la producción y el comercio, como vías de conseguir una óptima organización que lo facilite: desarrollo de la infraestructura del país, comunicaciones, puertos, desarrollos de mercados exteriores que absorban exportaciones, etc.

    A lo largo de los siglos XVII y XVIII en los que se desarrolla esta doctrina económica, el mercantilismo se presenta con matices y modalidades distintas según los países o las épocas.

    El mercantilismo español se basó más que en un actividad puramente exportadora en la defensa de los metales preciosos que entraban a España procedentes de América, atesorándolos en forma de lingotes básicamente.

    El mercantilismo francés:
    El mercantilismo francés es muy diferente al español, al carecer Francia de minas de oro y plata, por lo que ésta intenta adquirirlos en los mercados exteriores. Colbert (1619-1683), ministro de Luis XIV, institucionalizó la exportación de productos franceses para crear oro y a cuyos efectos desarrolló de forma muy importante la industria gala. Por ello, el mercantilismo francés es conocido por colbertismo. Colbert consiguió el progreso de Nueva Francia (Canadá) y convirtió este territorio en el almacén de trigo de Francia. Hasta entonces la penetración francesa en las orillas del río San Lorenzo había sido poco intensa.

    Jean Baptiste Colbert (Reims 1619-París 1683) Jean Baptiste Colbert (Reims 1619-París 1683):
    Pertenecía a una familia de comerciantes textiles. Fue intendente de la fortuna personal de Mazarino y durante la Fronda, intermediario entre éste y la reina. Trabajaba dieciséis horas diarias. Reprochaba en vano a Luis XIV los dispendios de Versalles. Mme. De Sevigné lo llamaba por su frialdad "el Norte". Creó la contabilidad pública moderna, obligando a llevar un libro de entradas, otro de salidas y un tercero de fondos.

    * La industria:
    No tenía el menor interés en enriquecer al pueblo. El Estado creaba industrias para proveer el mercado interno. Protegía empresas particulares e impulsaba la creación de otras. Con créditos, franquicias para determinados impuestos, subvenciones, reducción de los intereses de préstamo al 5%, libertad para despedir trabajadores, etc. Quebrantó la rigidez del corporativo sistema laboral francés de la época. Favoreció el aumento de la población para disponer de mayor cantidad de mano de obra. Concedió la exención tributaria temporal a las familias con más de diez hijos y a los que se casan jóvenes. Prohibió la emigración de obreros y procuró atraer a oficiales extranjeros con sus familias, aprendices y herramientas. Creó manufacturas reales, empresas con producción controlada por el Estado donde se imparten enseñanzas técnicas. Intendentes e inspectores fijan precios y analizan calidades.
    * El comercio:
    Protegió el comercio interior de la competencia extranjera. En 1664 y 1667 se decretó un aumento de las aduanas de puertos: los holandeses, máximos perjudicados, adoptaron idéntica medida sobre las mercancías francesas que se repartían mundialmente desde Amsterdam. Colbert decidió prescindir de este intermediario y planeó la construcción de una flota mercante y de guerra suficiente (se pasó de 18 buques en 1661 a 276 en 1683), mediante subvenciones. Los empresarios que adquiriesen naves extranjeras cobrarían 2,5 libras por cada tonelada de su capacidad; pero si la construían en su propio país, el premio sería de 5 libras. Se fundaron Compañías Comerciales al estilo inglés y holandés: Compañías de las Indias Orientales, Occidentales, del Senegal, del Levante y del Norte, cuyo éxito no duró más que la vida de Colbert. Francia en realidad no sentía el empuje colonial de sus vecinos. Los tributos constituían una pieza fundamental. Los privilegiados no pagaban impuestos directos sobre la renta (talla). Sólo los campesinos tributaban. Constituían el 90% de la población (17 ó 18 millones). Dedicaban al menos 30 días al año a las obras públicas del Estado como caminos y acequias y otros 30 a su respectiva jurisdicción señorial. Colbert ejercía un control directo sobre los nombramientos en el ejército y la Administración.

    Distintos grados de progreso como resultado:
    El mercantilismo inglés y francés es una forma mercantilista mucho más comercial que las anteriores, ya que primero Holanda, a finales del siglo XVI y principios del XVII, y después Inglaterra, se especializaron en el transporte y en la intermediación a través de sus dominios de los mares. En este sentido, el mercantilismo inglés puede ser el más puro de todos, ya que además de un fuerte desarrollo de la industria y exportaciones propias, propició todo tipo de intercambios comerciales, siempre que supusiera para ellos un diferencial medio en oro y plata. Pese a las críticas muy fuertes de que fue objeto el mercantilismo por la sociedad de su tiempo, este hecho no impidió la expansión del sistema, incluso bajo su forma más dictatorial, como fue el colbertismo, que no sólo pretendía un fuerte incremento de la industria como medida de hacer posible las exportaciones, sino que también suponía conservar y aumentar el poder del rey, poder que se medía a través de la abundancia de dinero; por ello, el colbertismo, además de ser una doctrina que suponía la industrialización, implicaba, también, un régimen muy ordenancista o burocrático, al situar todo el poder en manos del aparato del estado. Este tipo de mercantilismo rígido se extendió por Rusia y Alemania en el siglo XVIII, dentro de la generalización de la cultura francesa. En realidad, el auténtico mercantilismo fue una importante vía de progreso en países donde fue aplicado con más rigor como Holanda, Inglaterra y Francia, y fue precisamente su éxito lo que suscitó la necesidad y preparó el triunfo de las doctrinas liberales del siglo XIX.

    Fue Keynes, en su teoría general del dinero (1936), el que presentó un nuevo apoyo a las doctrinas mercantilistas, al defender y demostrar que un excedente de exportaciones podría aumentar el empleo, la producción y la renta interior, aunque también sostuvo que estaban indicadas restricciones importantes al comercio internacional. (José Luis Carranza)

    La formación de los imperios coloniales. Ramón Tamames:
    El gran salto hacia un futuro comercio mundial se habría de producir a finales del siglo XV con el avance de los pueblos ibéricos en la ruta de la India (Portugal) y de América (primeramente España). Con las exploraciones y factorías comerciales y zonas de colonización de ambos países ibéricos, se inició una fuerte recuperación no sólo del comercio intraeuropeo, sino que al propio tiempo nació el verdadero intercambio mundial. A mediados del siglo XVI se extendió la penetración comercial europea hasta ambas costas del Pacífico; los navíos españoles hacían la ruta del Perú a Europa vía Portobelo (Panamá), y los portugueses llegaban hasta las Molucas (actualmente Indonesia), haciendo entrar en la corriente internacional no sólo nuevas mercancías (las especias traídas ahora en grandísima abundancia), sino sobre todo un elemento reactivador de la circulación económica: los metales preciosos, procedentes de la América española, que causaron lo que los historiadores de la Economía -y entre ellos, fundamentalmente E.J.Hamilton- llamaron justamente "La revolución de los precios". Sin embargo, aun con el control de extensos territorios (España) o factorías ultramarinas (Portugal), las dos naciones ibéricas no supieron o no pudieron convertirse en verdaderas metrópolis comerciales e industriales. La Corona portuguesa negociaba fundamentalmente a través de su "Factor" de Amberes, verdadero emporio comercial de Europa, desde donde se distribuía la mayor parte de las plusvalías comerciales, reforzándose así la vieja burguesía flamenca.
    España no consigue un centro de comercio mundial:
    Por su parte, la Corona Española, no obstante los intentos de crear un centro comercial de primer rango en Sevilla -tan bien estudiada por el historiador Chaunu-, apenas pudo retener el flujo de metales preciosos al resto de Europa, fundamentalmente a Flandes e Italia, llegando sus efectos a Alemania a partir de la entronización de los Habsburgo en España. Surgió así en Alemania una primera generación de banqueros, como los Welser, los Hochstetter y los Fugger (conocidos en España como los Fúcares), bien estudiados en la obra de Carande. Las guerras de religión que se desatan con los intentos de Carlos V de frenar la expansión del Luteranismo y el poder de los reyes y príncipes del Sacro Imperio, fueron la causa -junto con la desgraciada política económica seguida en España- de esta casi puro tránsito del oro americano por el suelo español. En definitiva, el exterminio de las Comunidades de Castilla por Carlos V fue el toque decisivo para impedir el progreso de la burguesía castellana; no en vano calificó Maravall el movimiento de las Comunidades como la primera revolución moderna de Europa. El segundo paso que había de frustrar la aspiración de convertir España en el centro del comercio mundial no tardó en darse. Se inició con la prohibición de Felipe II a los "rebeldes" holandeses, autoindependizados en Flandes, de comerciar en Amberes y Lisboa (entonces bajo dominio español en ambos casos). La prohibición puso en marcha a una nueva potencia comercial, Holanda, que entró a saco en los establecimientos portugueses en Oriente. Y el capitalismo holandés, organizado por primera vez en la Historia en forma de sociedades anónimas (la más famosa de ellas la "Compañía de las Indias Orientales", creada en 1602), fue el punto de arranque no sólo de un activo comercio, sino también de la creación de industrias transformadoras en los Países Bajos, que por entonces traían en jaque casi simultáneamente a España y a Inglaterra. La entrada de Francia en el comercio internacional fue mucho más tardía y menos fructuosa. Los franceses fundaron sus primeros establecimientos americanos en Canadá, y más concretamente en Quebec. Pero esas colonias no dieron el fruto apetecido, y algo parecido sucedió con las factorías francesas en la India, que quedaron muy a la zaga de las que Holanda había montado más hacia el Este, en las Indias Orientales (actual Indonesia) e incluso en Japón.
    Inglaterra se convierte en potencia comercial:
    Las guerras entre Francia y Holanda y entre Francia y España, y el golpe de muerte que para las pretensiones de Felipe II representó la derrota de la Armada Invencible, fueron las grandes acciones históricas que habrían de facilitar la emergencia de una nueva y más definitiva potencia comercial: Inglaterra. Los corsarios ingleses buscaron nuevos horizontes en las zonas de América que España no había llegado a ocupar. En 1585, Walter Raleigh fundó la primera de las que habían de ser trece colonias (Virginia). Y con la posesión de varias Antillas menores, los ingleses no tardaron en asegurarse las bases territoriales de lo que ulteriormente sería "fecundo" comercio triangular: envío de desde Inglaterra al golfo de Guinea de géneros diversos y quincalla para la adquisición de esclavos; esclavos que se "exportaban" a las nuevas plantaciones del Caribe y de las trece colonias; desde allí se embarcaba algodón, azúcar y tabaco hacia Europa. El 1651 los avances de Inglaterra -que hacía presa en los galeones españoles del Caribe y del Pacífico- se consolidaron con la Navigation Act, de Cromwell, que reservó el tráfico de productos ingleses a la flota de Inglaterra. Una medida que junto a la creación de las compañías comerciales reforzó el poderío marítimo de Inglaterra y su comercio internacional. Avances que a su vez se vieron acelerados con el tratado de Methuen de 1703, que de hecho convirtió a Portugal y a su extenso imperio colonial en una colonia económica británica; tanto a cambio de las preferencias concedidas a los vinos portugueses, como por las garantías que prestó Londres para preservar la integridad de los territorios de la Corona de los Braganza de las apetencias de España o de otros países (Holanda y Francia). Frente a España, también supo Inglaterra arrancar concesiones importantes. Desde el tratado de Utrech (1714), la presencia inglesa en las Ferias de Portobelo -punto de paso de las mercancías del Perú a Europa- ya fue permanente. El comercio y el contrabando británicos se convirtieron en un hecho institucionalizado en todo el Imperio español en América. (Ramón Tamames)

    (*) Texto de José Ignacio del Castillo:
    [...] Con el nombre de mercantilistas, la Historia del Pensamiento Económico identifica a una serie de pensadores asistemáticos, cuya obra se desarrolla durante los siglos XVI, XVII y primera mitad del XVIII, y cuyo común denominador es la defensa de las restricciones económicas con la intención de beneficiar los intereses y el desarrollo de industrias particulares. En ellos ya se advierten las principales ideas del inflacionismo, entre otras:

    1. La identificación de prosperidad con consumo -inclusive el suntuario. Véase por ejemplo: La Fábula de las Abejas de Bernard de Mandeville. Esta idea se entiende, no como que un mayor consumo es signo de prosperidad, sino como que el consumo crea la prosperidad.
    2. Énfasis en la importancia de la balanza de pagos y en el hecho que las exportaciones superen a las importaciones, todo ello con el fin atraer poder adquisitivo hacia el país.
    3. Proteccionismo arancelario, para que las compras de los nacionales impulsen a las industrias del país y no se pierdan "creando empleo" en el extranjero.
    4. Aumento de la "masa monetaria" a través del envilecimiento de la moneda (rebaja de su contenido metálico).
    5. Fomento de las obras públicas.
    6. Confiscación por parte del soberano de todo el metal, lo que equivale a la nacionalización de los pagos internacionales.

    Las consecuencias lógicas de estas doctrinas son absurdas, a la vez que terribles. Absurdas, porque renunciar a las ventajas del comercio internacional implica tener que producir a un coste mayor lo que puede obtenerse de modo más económico. Significa que los ciudadanos de Groenlandia no deben comprar café en Colombia, sino producirlo en la Tundra, o que los cirujanos no deben contratar enfermeras, para evitar así la competencia de la mano de obra "cualificada". Llevada a su conclusión lógica, la doctrina debería defender el autoconsumo individual completo, para asegurarse de que el trabajo nunca falta. Decía el americano Henry George que había que ser muy necio para pensar que es bueno establecer en tiempos de paz, lo que los enemigos tratan de imponerte en tiempos de guerra: el bloqueo de los puertos para evitar el aprovisionamiento desde fuera. También son terribles porque, de acuerdo con estas teorías, no puede existir armonía de intereses entre las naciones. Un país que carezca de determinado recurso (por ejemplo petróleo), no tiene forma de adquirirlo entregando otra cosa que no sea dinero, -recordemos que, según la doctrina mercantilista, el resto de países no deberían comprar productos extranjeros elaborados. Por tanto, si dicho país no produce dinero -entiéndase dinero-mercancía, como el oro-, su única salida es la conquista militar. En este sentido, la doctrina hitleriana del Lebensraum fue la conclusión lógica de las políticas proteccionistas keynesianas de los años 30, al igual que el colonialismo constituyó el ideal de la etapa mercantilista. El economista francés Fréderic Bastiat resumió la idea con su célebre frase: "Si las mercancías no cruzan las fronteras, lo harán los soldados" Este evangelio de la escasez, este "miedo a las mercancías" como lo denominó el sueco Eli Heckscher, se fue haciendo popular durante el Renacimiento, y podemos asegurar que su auge fue el resultado de la paulatina generalización de la economía monetaria y crediticia y de la transición desde el autoconsumo hacia la producción para el mercado. Los mercantilistas se fijaron como objetivo proteger al productor nacional, para garantizar tanto los aprovisionamientos indispensables, como el empleo. Sin embargo, cegados con este deseo, perdieron de vista el objetivo final de la producción, que no es otro que la satisfacción más abundante posible de las necesidades del consumo. De este modo, abogaron por una serie de medidas restrictivas que garantizasen la escasez de mercancías, los precios altos y la abundancia de poder adquisitivo. En general, no fueron capaces de advertir que, en condiciones normales, el poder de compra radica en la propia producción; que los bienes se cambian por bienes a través de esa gigantesca cámara de compensación que es el crédito comercial; que la función del dinero es servir como unidad de cuenta y como garantía de la soberanía del consumidor y que en general, sólo se requiere su presencia física para ajustar las diferencias entre pagos y cobros. Tampoco alcanzaron a comprender que las tasas de atesoramiento inusualmente elevado, se producen únicamente, cuando se destruye el crédito y no queda otro modo de conservar riqueza que a través del atesoramiento de moneda. Todos estos puntos quedarán aclarados conforme avancemos en nuestra exposición. (José Ignacio del Castillo)

    * Librecambio

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  33. Supresión de aranceles. El Librecambio:
    A partir de 1750, las críticas de algunos ilustrados y el desarrollo de la Industria y las teorías revolucionarias de economistas liberales terminaron con los últimos reductos del mercantilismo. Los Estados, poco a poco, abrieron sus colonias al mercado internacional, se restringieron los monopolios de las Compañías privilegiadas, se reconoció al artesano la libertad de trabajo.
    Etapa final del Pacto Colonial:
    El Pacto Colonial fue uno de los principios mercantilistas que más se resistió al cambio. Argumentaba que las colonias constituían el mercado que debía absorber la producción industrial de la metrópoli, y proveer a ésta de las materias primas necesarias. El Pacto Colonial impedía a las colonias americanas desarrollar una industria propia, y las relegaba al cultivo de productos agrícolas. La práctica británica de este absolutismo colonial contribuyó decisivamente en la emancipación americana. Inglaterra defendía el libre comercio en Europa. Por los tratados de Methuen y Utrech dominaba las colonias portuguesas y se había infiltrado en las españolas. Sin embargo mantenía con sus colonias de América del Norte un exclusivismo total.

    A medida que perdían valor las teorías mercantilistas y se incrementaba la potencia de la industria inglesa, su economía dio un viraje hacia el librecambio. Se llegó a la conclusión cada vez más firme de que la riqueza y fuerza de una nación residían no en la cantidad de metales preciosos, sino más bien en la extensión de las actividades económicas.

    Los fisiócratas:
    Vauban criticaba a principios del s.XVIII el exceso de impuestos, Boisguillebert (1646-1714) la obsesión de amontonar dinero en vez de estimular el trabajo. Quesnay (1694-1774) aconsejaba la libertad económica, la supresión de privilegios y monopolios y dejar que el comercio se regulara por sí solo, por la libre competencia. Su consigna era Laissez faire, laissez passer. Expuesta en Tableau économique (1758) y Physiocratie ou gouvernement de la Nature. Uno de sus principales adeptos fue el ministro de Luis XVI, Turgot.

    Adam Smith (1723-1790):
    Los primeros economistas, especialmente Adam Smith, abogaron por la reducción de las barreras arancelarias y de las restricciones comerciales en atención a las ventajas que reportaría la especialización y la liberalización del comercio internacional. Smith presenció el nacimiento de la mecanización británica, viajó por toda Europa y conoció a fondo el programa de los fisiócratas. En La riqueza de las naciones define su propio concepto de riqueza que no reside en la posesión de dinero, ni en la agricultura, sino en el trabajo individual, y en los bienes de consumo producidos por éste. Hay que aumentar e intercambiar los bienes entre las naciones y regiones, con toda libertad, eliminando privilegios y aduanas. La legislación económica es un estorbo, la libertad de producción y de comercio crea la competencia, las relaciones económicas se equilibran por la ley de la oferta y la demanda, que fija por sí misma el justo precio.

    Aunque el movimiento no fue plenamente adoptado hasta el s. XIX, ya en 1786 concluyó Inglaterra un tratado con Francia para la eliminación de restricciones, tratado que representaba un primer paso hacia el librecambio entre ambos países. El convenio apenas tuvo resultados prácticos, pues quedó abolido no bien se iniciaron las campañas napoleónicas, pero marcó la pauta al librecambio británico. En 1791 la Asamblea Constituyente francesa promulgó un arancel liberal, que quedaría sin efecto al estallar la guerra un año más tarde. Durante las guerras napoleónicas (1799-1815) los gravosos derechos protectores, generales por aquel entonces en toda Europa, no fueron aliviados en modo alguno, porque los beligerantes, además de precisar dinero para sus campañas, utilizaron los derechos arancelarios como parte de su política de guerra. Al terminar el conflicto, Inglaterra seguía gravando con pesadas cargas las materias primas, la mayoría de los artículos de consumo general y especialmente los productos alimenticios.

    La Revolución Industrial:
    En 1815 la Revolución Industrial y el naciente sistema fabril convencieron a la nación de la conveniencia e incluso de la necesidad de aligerar la carga que suponían las restricciones comerciales. El primer paso, y el más decisivo, fue dado en 1824 por William Huskisson, presidente de la Cámara de Comercio, que aspiraba no al librecambio, sino a eliminar las gravosas trabas impuestas al comercio. Durante el año citado y el siguiente, el complicado sistema arancelario inglés fue simplificado mediante la reducción de derechos y la fusión en 11 leyes de más de 450 decretos referentes al comercio y a las cargas aduaneras.

    Si existe libre comercio las preferencias de los consumidores crean la competencia entre los productores, que tratarán de bajar los precios, sus propios costes y de aumentar la calidad del producto. Cuanto más mejora un rival en el mercado más deben mejorar sus competidores.

    Robert Peel El movimiento para abolir las Corn Laws:
    Algunos cambios realizados entre 1830 y 1840 en el sistema protector acentuaron esta orientación hacia el librecambio, pero el hecho más significativo del período fue el movimiento abolicionista de las "Corn Laws" (Leyes de granos). Estas disposiciones, que databan de 1660, tendían a proteger la agricultura nacional contra las importaciones extranjeras de grano garantizando un precio mínimo independiente de las variaciones del mercado mundial. Se había establecido una escala progresiva que variaba en razón inversa al precio en el mercado del producto: si aumentaban los precios domésticos, se aplicaban los tipos inferiores. Aunque el sistema protegía eficazmente a la clase agrícola, no estaba preparado apara adaptarse a los cambios económicos y sociales que sufrió la estructura de la sociedad británica desde mediados del s. XVIII. El extraordinario aumento demográfico y la rápida expansión fabril transformaron a Gran Bretaña en un país importador de alimentos. El sistema de las "Corn Laws" empezó a resquebrajarse finalmente en 1842 cuando sir Robert Peel cambió la escala progresiva por un tipo fijo. Cuatro años más tarde, una cosecha desastrosa y el hambre que azotó a Irlanda obligaron al gobierno a abolir casi totalmente los impuestos sobre cereales. En 1842 y 1846 fueron reducidos los gravámenes sobre otros productos. En 1860 fue derogado el último derecho protector (quedaron vigentes impuestos sobre unos 50 artículos a fines fiscales) y Gran Bretaña entró en un largo período de comercio sin restricciones. (Jesús María Marín Ortiz)

    Hume David Hume y la cuestión de la balanza de pagos. Por José Ignacio del Castillo:
    Hacia mediados del siglo XVIII con el escocés David Hume, comienzan los primeros ataques teóricos contra las inconsistencias mercantilistas. Desgraciadamente Hume se apoyó para hacerlo en la teoría cuantitativa del dinero. Para Hume, el nivel de precios subía o bajaba en el interior de un país según el volumen de disponibilidades metálicas que circulaban por él. Si una determinada nación se empeñaba en acumular metales preciosos sin límite y en vender más mercancías que las que adquiría, necesariamente vería subir sus precios al existir "más dinero persiguiendo menos mercancías." Dicho incremento de precios convertía en atractiva la importación de los productos foráneos que no habían subido, disuadiendo al tiempo la exportación de los encarecidos bienes nacionales. El metal fluía como el agua para igualar los precios internos y externos. El ideal de mantener una balanza de pagos siempre positiva carecía de sentido. A largo plazo era imposible de alcanzar. A corto, implicaba soportar precios más altos La balanza de pagos es el estado financiero que recoge la totalidad de pagos y cobros realizados por los nacionales de un país con el extranjero durante un determinado periodo. Muchos modernos economistas han argumentado lúcida a la vez que ingenuamente, que carece de sentido fijarse en tal estadística. La gente conoce bien sus disponibilidades monetarias, señalan. Es extremadamente improbable que las personas gasten irracionalmente sin límite hasta ver reducidas sus tesorerías a cero. Todo eso es muy cierto. Sin embargo, lo que parecen olvidar quienes desdeñan el "equilibrio de la balanza de pagos" es que, a través de un sistema bancario que multiplica los depósitos, sí que es posible girar contra las tesorerías de terceros, sin que éstos a su vez vean restringidas sus disponibilidades. Un ejemplo de ello es la monetización del déficit. El soberano entrega su deuda pública a los banqueros a cambio de que éstos le concedan el derecho de girar cheques contra el dinero que tienen en sus cuentas los demás clientes. Dicho abuso produce efectos dado que alguien está demandando sin ofrecer. Algunos están girando contra cuentas sin fondos. Por tanto, la cantidad de pagos que debe hacer el banco (o todo el sistema bancario nacional), es superior a los cobros. Aparecen los problemas en la Cámara de Compensación Internacional - confusamente denominados balanza de pagos deficitaria. Los acreedores extranjeros exigen metal. Los pagos a realizar en el extranjero, ya no pueden compensarse con los cobros. Todo esto se refleja en el valor de la divisa extranjera que se aprecia hasta hacer rentable la exportación del metal (el tipo de cambio refleja el valor que tiene el metal en la plaza extranjera). Los banqueros se ven próximos a la suspensión de pagos. Fue en este contexto en el que apareció el mercantilismo. Bastaba culpar a los ciudadanos de gastar su dinero en productos extranjeros. Con ello se conseguía desviar la atención y justificar ulteriores abusos del soberano. Hay que comprar sólo mercancía nacional, guardando la reserva metálica para exclusiva disposición del Príncipe. También está justificado rebajar el contenido metálico de la moneda y saldar las deudas con una parodia de pagos. Todo con tal de salir airoso de la quiebra. Ya vemos a lo que se refería Keynes cuando más de siglo y medio después hablaba de "la inevitable filtración de dinero hacia el extranjero".

    La refutación del mercantilismo. Adam Smith:
    Con la publicación en 1776 de La Riqueza de las Naciones, el escocés Adam Smith asestó un devastador golpe a las falacias mercantilistas. Desde entonces, sus defensores se vieron obligados a transitar por los "bajos fondos" del pensamiento económico. Hubieron de transcurrir 150 años para que este ideario volviese a introducirse en el mundo académico, merced sobre todo a la nueva presentación pseudo-científica a cargo de John Maynard Keynes. Adam Smith ridiculizó a aquellos comerciantes que, incapaces de colocar su producción, se quejaban siempre de la falta de dinero. Como diría el especialista en banca húngaro Melchior Palyi siglo y medio después al criticar el keynesianismo, no parece serio exigir que el consumidor lo compre todo, no importa el precio que se le pida, la calidad que se le ofrezca, la cantidad de cada bien que se produzca, o los costes en que se incurran. Smith también estableció los primeros fundamentos teóricos del librecambismo, si bien su teoría de la ventaja absoluta habría de ser mejorada y ampliada con la ley de la asociación de Ricardo. Finalmente, al desarrollar la teoría de la liquidez del crédito comercial, conocida popularmente como doctrina de las real bills, demostró que el mercado no tiene problemas para crear los instrumentos monetarios necesarios para facilitar el comercio, siempre y cuando las mercancías que se trasmitan sean las más urgente e intensamente demandadas por los consumidores. Sin embargo Adam Smith cometió dos graves errores que habrían de pasar factura en el futuro. El primero y más conocido fue explicar el precio de mercado a través de los costes de producción. Incapaz de construir una teoría del precio de mercado a partir de la utilidad, buscó en el ahorro de trabajo el origen del valor. El segundo error, y el que aquí más importa, fue menospreciar al dinero como signo de riqueza. Los mercantilistas estaban equivocados al identificar exclusivamente la riqueza con el dinero, pero Smith se excedió al desdeñarlo. Smith pensaba que si el dinero sólo servía para comprar, lo que tenía importancia eran los bienes y servicios que se podían adquirir y no el medio de intercambio que se utilizaba. En realidad, el dinero se había convertido en medio de intercambio porque era apreciado por sí mismo. Fue necesario, también aquí, el genio de Carl Menger para refutar las ideas erróneas que, sobre el dinero, habían venido prevaleciendo.

    John Maynard Keynes (1883-1946) La imposibilidad de una superproducción generalizada: Jean Baptiste Say y su famosa ley de los mercados:
    El economista francés Jean Baptiste Say (1776-1832), alcanzó fama universal al establecer lógicamente la imposibilidad de una superproducción generalizada. En su formulación original, la ley establecía que "la producción se compra con producción". La teoría fue reformulada por Keynes: "la oferta genera su propia demanda", para así poder ser mal interpretada. De este modo, su "refutación" pasa por ser uno de los méritos atribuidos a Keynes. Si bien es cierto que Say no trató adecuadamente el supuesto de un incremento del atesoramiento deseado (cosa que sí hizo, por cierto, John Stuart Mill, y que trató con maestría el banquero y economista francés Jacques Rueff, como luego veremos), sostener que Say ignoró la posibilidad de que existiesen crisis periódicas a causa de desequilibrios en la producción, es algo infundado. De hecho, Say escribió sobre la posibilidad de una superproducción parcial, cuando los bienes producidos no fuesen aquéllos más urgentemente demandados por los consumidores. Say sencillamente, incidió en algunas verdades irrefutables: Es la producción, y no el consumo, la que genera las rentas y, por tanto, el poder de compra. Los productores producen para poder comprar; la venta sólo es un paso intermedio. Cuanto más próspera sea la comunidad en que se viva, mejores mercados se tendrán para colocar la producción. No hay nada que ganar comerciando con gente que no tiene nada que entregar a cambio. Confundir circulación monetaria con prosperidad es invertir causa y efecto: la producción precede lógicamente al intercambio. (José Ignacio del Castillo)

    * Mercantilismo | La tarea según Adam Smith

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  34. Carlos V (Gante 1500-Yuste 1558):
    Primer monarca español de la casa de Austria, nace en Gante el 24 de febrero de 1500. Era hijo de Felipe el Hermoso y de Juana de Castilla y nieto por línea materna de los Reyes Católicos. Por incapacidad de su madre heredó el trono de España a la muerte de su abuelo, el rey Fernando, en 1516. En marzo del mismo año, Carlos de Gante fue proclamado rey de Castilla y Aragón en la iglesia de Santa Gúdula de Bruselas. Carlos había sido educado en Gante por Guillaume de Croy, señor de Chièvres (1458-1521), y por Adriano de Utrech, que más tarde sería papa con el nombre de Adriano VI. Viajó a España para hacerse cargo de su reino sin conocer la lengua castellana y acompañado del todopoderoso Guillaume de Croy. Había sido escoltado desde Flesinga por tres escuadras de Holanda, Zelanda y España. En conjunto 40 naves gruesas y 12 naves menores. Desembarcó en la villa asturiana de Tazones (cerca de Villaviciosa), en lugar de Santander donde le aguardaban las autoridades para la recepción de bienvenida. Según García Cárcel, la llegada a Tazones se debió a un error de los pilotos vizcaínos. El regente Cisneros había salido al encuentro del rey, pero al llegar a Roa le sorprendió la muerte, aunque ya anteriormente Carlos le había relevado de todos sus cargos. En 1518 otorgó las primeras licencias para la venta de esclavos hacia las Indias. En cien años, constituyeron el diez por ciento de la población de los virreinatos españoles.

    Es nombrado emperador (1520):
    En 1519, al morir su abuelo paterno el emperador Maximiliano de Austria, heredó los estados de la casa de los Habsburgo. Fue coronado emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico en Aquisgrán, ante la tumba de Carlomagno, el 20 de octubre de 1520, con lo que se convirtió en el soberano más poderoso de Europa. El carácter religioso del título marcaría su política posterior. Lo que le importó fue hacer prevalecer una Europa cristiana al frente de la cual había sido elegido él mismo, designado por la deidad.

    Entretanto en España surgió en Castilla la llamada Guerra de Comunidades, como protesta por las imposiciones de los gobernantes extranjeros. Los comuneros fueron derrotados por los imperiales el 23 de abril de 1521 en Villalar. Sus jefes, Bravo, Maldonado y Padilla fueron ejecutados. Más tarde se produjo en Levante el movimiento de las Germanías -o "hermandades de menestrales"- contra la nobleza y sus privilegios. El movimiento también fue vencido.

    Numerosas Guerras:
    Carlos V sostuvo seis guerras con Francia; en la primera derrotó a los franceses en la batalla de Pavía (1525), haciendo prisionero al rey Francisco I.

    Durante la segunda guerra con Francia el papa Clemente VII (1483-1546) miembro de la familia Medici, que había sucedido al papa Adriano VI en 1523, receloso del empuje imparable de Carlos V, se alió con Francisco I, Venecia, Florencia, Milán y Enrique VIII en la Liga de Cognac (1526). La respuesta del Emperador provocó el violentísimo Saco de Roma (1527) a manos de los lansquenetes alemanes, dirigidos por el condestable de Borbón, haciendo prisionero al papa. Tras la paz de Cambray o de las Damas, el Papa corona por dos veces a Carlos V (22 y 24 de febrero de 1530) como emperador en Bolonia. Clemente VII no llevó a cabo el último intento de Carlos V de convocar un concilio que hiciera posible un acuerdo con los luteranos.

    Ese mismo año se produce la apertura de la Dieta de Aubsburgo, que da lugar a la ruptura entre católicos y protestantes. Las 95 tesis de Lutero, relativas a las indulgencias, se habían hecho públicas por primera vez en 1517 en la iglesia de Wittemberg. Sus teorías habían convencido a muchos alemanes. En 1531 se inicia la guerra entre los príncipes protestantes y Carlos V. En 1532 como consecuencia de una caída durante un viaje a Ratisbona sufre su primer ataque de gota que se repetirán con frecuencia durante los años cuarenta. Enrique VIII de Inglaterra provoca el cisma con Roma. Tras las dietas de Worms y Spira, los enfrentamientos entre católicos y protestantes desembocaron en una guerra: En la batalla de Mülberhg (1547), los imperiales derrotan a las tropas protestantes del elector Federico de Sajonia. Cuatro años más tarde estuvo a punto de caer prisionero en Innsbruck y tuvo que asumir el fracaso del sitio de Metz, para el que había logrado reunir con muchos apuros económicos un gran ejército que fue diezmado por por el frío y las enfermedades. Tuvo que reconocer más tarde, con la paz de Augsburgo (1555), la libertad religiosa a ambos bandos. Enrique II de Francia (sucesor de Francisco I en 1547) consiguió unir un extraordinario ejército, al que se unió el príncipe Mauricio de Sajonia (compañero de armas del Emperador). Carlos V se conformó con conservar a los Países Bajos fuera del dominio francés y abandonó su plan para que Felipe II le sucediera como Emperador. En enero de 1553 el ejército de Enrique II (1519-1559) había avanzado sobre el Imperio Germánico tomando Metz, Toul y Verdún. Fue derrotado en San Quintín (1557), tomó Calais (1558) y en 1559 firmó con Felipe II la Paz de Chateau-Cambresis.

    Pizarro Expansión del imperio en el Nuevo Mundo:
    Su pasión y verdadero mundo es Europa. En 1533 Francisco Pizarro toma Cuzco, capital del imperio Inca. En 1541 los españoles logran someter a los mayas. El vasto imperio que le ofrece Hernán Cortés no le impresiona, salvo en las ingentes cantidades de oro y plata que llegan a Sevilla, para él siempre insuficientes. En 1540 Valdivia inicia su marcha hacia Chile y funda Santiago, centro de sus exploraciones, en 1541. El 25 de octubre de 1555, en el palacio de Bruselas, en el acto de abdicación solemne de los Países Bajos dice:

    "Nueve veces fui a Alemania la Alta, seis he pasado en España, siete en Italia, diez he venido aquí a Flandes, cuatro en tiempos de paz y de guerra he entrado en Francia, dos en Inglaterra, otras dos fui contra Africa, las cuales son todas cuarenta, sin otros caminos de menos cuenta, que por visitar mis tierras tengo hechos. Y para esto he navegado ocho veces el mar Mediterráneo y tres el océano de España, y agora será la cuarta que volveré a pasarlo para sepultarme; por manera que doce veces he padecido las molestias y trabajos de la mar".

    En enero de 1556 tuvo lugar la abdicación de los reinos de Castilla y Aragón, Sicilia y Nuevas Indias en sus habitaciones privadas, renunció a la Corona de España a favor de su hijo Felipe II, y el imperio de Alemania a favor de su hermano Fernando II. A mediados de septiembre de 1556 emprende el último viaje de su vida. Partió del puerto de Flesinga en los Países Bajos y las 56 naves que componían la flota llegaron a Laredo el 28 del mismo mes.

    Las gestiones pacificadoras de Juan Luis Vives (1492-1540):
    Preocupado por las contiendas que dividían Europa y soñando obtener la paz entre los reinos cristianos redactó una serie de cartas-opúsculos. Una al papa Adriano VI sobre el malestar y los disturbios de Europa, donde reclamaba la pronta reunión de un Concilio que pusiere fin a tanta división. Las guerras entre Francisco I y Carlos V le movieron a escribir dos cartas a Enrique VIII como posible mediador. A Juan Longland, confesor del Rey de Inglaterra, escribía en 1524 sobre los obstáculos y remedios para conseguir la paz. En 1529 publicaba De Pacificatione. Pero en esta línea su obra más ambiciosa es De Concordia et Discordia in Humano Genere (1529), dirigida al César Carlos V. En ella le dice que Europa, asolada por tantas guerras, «de ninguna otra cosa necesita con más agudo apremio que de su inmediato apaciguamiento y concordia» y en la que dibuja también el panorama de las causas de la discordia y la imagen del príncipe ideal. [...] En 1522 fue propuesto para desempeñar la Cátedra vacante en Alcalá por la muerte de Nebrija, con un sueldo de 200 florines de oro anuales; pero no aceptó. Al año siguiente se traslada a Inglaterra. En Oxford explicó Humanidades y Jurisprudencia. Su amistad entrañable con Enrique VIII y Catalina de Aragón llegó, según el testimonio de Wood y Vossio, a que los reyes y la corte acudieran a las clases de Vives. [...] En 1528, con motivo de la separación de Enrique VIII de su esposa Catalina de Aragón para unirse a Ana Bolena, abandonó definitivamente la corte inglesa. (R.Marín)

    Retiro en el monasterio de Yuste (Extremadura):
    Permaneció alojado varios meses en el palacio que los duques de Oropesa tenían en Jarandilla. Esperaba a que acabaran las obras del palacete que había mandado a construir adosado al monasterio. Le acompañaba el retrato de Isabel de Portugal que pintó Tiziano. Mirándolo, lamentaba que los asuntos de estado le hubieran alejado de ella tanto tiempo (la mitad de los trece años que duró el matrimonio). Murió el 21 de septiembre de 1558 de unas fiebres palúdicas que contrae en Yuste.

    Tenía algunas cualidades destacables, sombras defectuosas y profundas debilidades. Más allá de su probada honestidad y coherencia como hombre de Estado, alcanzó una profunda perspicacia en el conocimiento y uso de los otros hombres. Fue melancólico, piadoso y audaz. Desde el punto de vista religioso, trató de llegar a un acuerdo que conciliara la reforma que la iglesia necesitaba con los intereses del papado, pero no lo consiguió. Cuando la reforma se produjo en oposición al papado y las posiciones se radicalizaron, no dudó en situarse del lado de la ortodoxia.

    Galeón Interpretación de los liberales (1835):
    El primer gran desastre lo había representado Carlos V, quien pisoteó las libertades en España. Esta fue básicamente una interpretación libre de la revuelta de los comuneros (1520-1521), en la que las principales ciudades del norte de Castilla protestaron en contra de ciertos aspectos de las políticas de Carlos, aunque finalmente fueron derrotadas en la batalla de Villalar. Una frase clave utilizada por Argüelles fue: "Perecen las libertades públicas en los campos de Villalar". En su Examen histórico de 1835, Argüelles sentó las líneas de la interpretación liberal. La más alta nobleza traicionó al pueblo y ayudó al rey a aplastar la rebelión popular. Carlos aprovechó la oportunidad para ejecutar a sus opositores y el reino quedó "a discreción del rey", quien ahora era absolutista. Carlos completó su triunfo al volverse contra los nobles y excluirlos de las Cortes en 1538. Esta opresión dio paso a "una nueva era en que la nación comenzó a decaer rápidamente". El mito de la "decadencia" se puso así en marcha. En el caso de que el emperador obtuviera logros políticos y militares en Europa, éstos eran meramente una falso "brillo". Modesto Lafuente puso por escrito la versión liberal definitiva. Su presentación, que reinó de manera absoluta hasta comienzos del siglo XX, e incluso puede encontrarse en nuestros días en algunos escritos sobre historia española, comenzaba con la premisa básica de una España arruinada por los soberanos extranjeros y sometida al absolutismo extranjero. Lógicamente, la solución se encontraba en el rechazo a la monarquía y en el apoyo a las tradiciones democráticas esenciales de España. "El reinado de Carlos V -expuso Lafuente con firmeza- nos admira pero no nos entusiasma". Tenía dos razones. En lo político, el régimen Habsburgo era tiránico, debido a que había destruido las instituciones representativas que Castilla había heredado de la Edad Media. "Perecen las libertades públicas de Castilla en los campos de Villalar. Fue la última protesta armada de la libertad contra la opresión". La conclusión de Lafuente no pudo haber sido más enérgica:

    Las libertades españolas, cuya conquista había costado tan heroicos sacrificios, tan preciosa sangre por espacio de siglos, fueron ahogadas en sangre española por dos príncipes de origen extranjero. En política esto fue lo que debió España a los dos primeros soberanos de la casa de Austria. (Lafuente)

    En cuanto a lo económico, los Habsburgo llevaron a la ruina a una nación que había sido próspera. Los españoles, bajo la soberanía de Carlos V, estaban

    ofuscados por el brillo de las adquisiciones y de las hazañas, iban olvidando poco a poco la pérdida de sus libertades, la emigración de sus tesoros y de sus hijos, con cuya sangre se compraban aquellos lauros. Aquí se paralizaba la industria interior, y se agotaba la sangre de los hombres. Obstinada la dinastía austriaca en dominar Europa, despobló la España, sacrificó sus hijos, agotó sus tesoros y agotó sus libertades políticas. (Lafuente)

    Emilio Castelar, historiador y presidente de la Primera República, miró hacia atrás en 1876 para ver, sin simpatía, "aquel gran cadáver que era la España absolutista" de los Habsburgo. En cuanto a este panorama, la única voz que disentía era la del escritor Angel Ganivet, quien en su Idearium (1897) presentó un punto de vista bastante diferente sobre Villalar. Para él, los comuneros representaban el pasado tradicional y regional, y temían aceptar la nueva Europa progresista representada por Carlos V. Esta interpretación corregida sobre el emperador, la cual recibió el apoyo de la nueva revaluación conservadora del papel "imperial" del emperador, empezó a reemplazar, a comienzos del siglo XX, la anterior visión liberal. (Henry Kamen)

    Carlos V Parte sobre la persecución de la herejía luterana. Codicilo, Yuste (1558):
    [... ] mandará proseguir en ello hasta que se ponga en execución, todavía por lo que debo al servicio de nuestro Señor, ensanchamiento de su Fee y conservación de su yglesia y Religión Christiana, en cuya deffensión he padecido tantos y tan grandes trabajos y menoscabo de mi salud, como es notorio, y por lo mucho que desseo quel Rey, mi hijo, como tan cathólico haga lo mismo, como lo confío de su virtud y christiandad, le ruego y encargo, con toda la instancia y vehemencia que puedo y devo, y mando como padre, que tanto le quiere y ama, por la obediencia que me deve, tenga desto grandíssimo y special cuydado como de cosa más principal y en que tanto le va, para que los ereges sean pugnidos y castigados con toda demostración y rigor, conforme a sus culpas, y esto sin excepción de persona alguna, ni admitir ruego, ni tener respecto a nadie, y que para effecto dello favorezca y mande favorecer el santo Officio de la Inquisición, por los muchos y grandes daños que por ella se quitan y castigan, como por mi testamento se lo dexo encargado. Por que demás que en hazello assi, cumplirá con los ques obligado, nuestro Señor encaminará sus cosas y las favorecerá y deffenderá de sus enemigos y dará buen sucesso en ellas, y a mí, grandíssimo descanso y contentamiento.

    * Carlos V: Enfrentamientos en el mar

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  35. Felipe II:
    En 1554 se casa en Inglaterra con la reina María Tudor. En 1556 deja Inglaterra para hacerse cargo de sus nuevos estados. En 1557 tiene lugar la batalla de San Quintín y una crisis financiera en Amberes. En 1558 mueren su esposa María Tudor y su padre Carlos V. Los franceses toman el enclave inglés de Calais. En 1559 Francisco II sucede a Enrique II como rey de Francia. Isabel I accede al trono de Inglaterra, durante los primeros años de su reinado se inclinó por la continuación de la alianza con España. En 1560 Carlos IX sucede a Francisco II. En 1568 el Tribunal de los tumultos condena a muerte por traición contra el rey, a los aristócratas Egmont y Horn, que fueron ajusticiados en la plaza de Bruselas.

    Política:
    Su política inicia un período de orientación cerrada y antiprogresista. Un núcleo intransigente (cardenal Granvela y el duque de Alba) tiene mucha influencia. Al mismo tiempo el auge del calvinismo y el aumento de la presión turca condicionan esta política. La monarquía hispana se convierte en un reducto inmovilista, diferenciado del resto de la Europa moderna donde se iba acrecentando el progreso científico, el racionalismo filosófico y el empuje de los capitalistas burgueses. El conjunto hispano le planteó pocos conflictos internos (sublevación de las Alpujarras, cuestión Antonio Pérez, conflictos aragoneses). Los más importantes asuntos de guerra, paz y rebelión nunca fueron dominios exclusivos del rey. Derivaba hasta el más mínimo detalle, a sus asesores y su Consejo. Nunca tomó decisiones basadas únicamente en sus opiniones o preferencias [H.de Schepper]. Siempe insistía en que antes de proceder a la acción era necesario obtener la información y hacer las consultas adecuadas.(Kamen)

    Surgimiento de los gueux del mar (1568):
    Tras los levantamientos de los neerlandeses, en 1568 Guillermo el Taciturno (1533-1584), señor de Orange, libra letras de cobro a los pescadores de Holanda, Zelanda y Frisia en que les autoriza , como estaúder o lugarteniente real, a atacar las naves y los puertos leales a Felipe II. Surgen así los "Wassergeussen" o "gueux" del mar. Inglaterra y Francia les permiten establecerse en algunos de sus puertos (Dover y La Rochelle). El mismo año (1568) una flota de 70 naves formada por los hugonotes franceses se dedican a la piratería especialmente en el golfo de Vizcaya. Los ataques piráticos a buques ingleses hace que Isabel I los expulse de sus puertos (1572). Necesitados de puertos, los Mendigos del Mar capturaron el puerto de Brill en Zelanda, primer gran éxito pronto repetido hasta llegar capturar muchos pueblos costeros de Holanda y Zelanda. Amsterdam, leal a España, permaneció cercada hasta que cedió a admitir un gobierno protestante.

    En 1571 los moriscos de la Alpujarra son derrotados definitivamente tras una guerra cruel. Habían contado hasta el final con la ayuda turca. Juan de Austria se reveló como buen soldado y logró el mando del ejército.

    Juan de Austria La batalla de Lepanto (1571):
    La campaña había sido alentada por el papa Pío V ante el riesgo que entrañaba la evidente primacía de los turcos en el Mediterráneo. Durante los preparativos de la armada las partes tratantes no supieron olvidar sus intereses particulares. El jefe supremo fue don Juan de Austria. La coalición causó gran alarma a Isabel I y a los protestantes alemanes. La victoria no fue aprovechada debido a la desconfianza entre los aliados. Por causa de la larga demora española del verano de 1571, el mal tiempo impuso una obligada tregua aprovechada por la armada vencida.

    En 1572 Se produce un levantamiento general contra los gobernantes y las fuerzas militares españolas en Holanda, Güeldres, Utrech y Frisia. En 1574 tiene lugar el fracaso en el asedio de Leyden. Los turcos toman Túnez y La Goleta. En 1576 se produce la unión de las provincias de Holanda y Zelanda. En 1578 muere Juan de Austria y le sucede Alejandro Farnesio. En 1579 tiene lugar la Unión de Utrech y la formación de las Provincias Unidas. En 1580 se convierte en rey de Portugal (Cortes de Thomar). En 1585 Isabel I auxilió a los neerlandeses con un ejército, dirigido por el conde de Leicester, que fue reconocido como gobernador general de las Provincias unidas.

    Felipe II. Por Sánchez Coello. Museo del Prado El desastre de la Armada Invencible (1588):
    Como respuesta a la política agresiva de Isabel I, se encarga a don Alvaro de Bazán los preparativos de la invasión de Inglaterra en 1586. En 1587 Drake saquea a Cádiz y ataca las costas españolas. El 20 de mayo de 1588 la Armada parte de Lisboa. El mal tiempo, el superior alcance de la artillería británica, la mayor maniobrabilidad de sus barcos y errores tácticos españoles producen graves pérdidas a la Invencible. La victoria alentó a Isabel I a llevar a cabo los ataques a La Coruña y Lisboa (1590). Las naciones del norte inician su poderío naval sobre las potencias ibéricas.

    En 1591 Se produce una importante derrota del almirante Howard al atacar la flota de Indias. En 1594 Enrique IV se convierte al catolicismo y entra en París. En 1596 tiene lugar el tratado de Greenwich entre Francia, Inglaterra y las Provincias Unidas contra Felipe II. Las victorias en la guerra en Francia en 1594 y 1596, que culminan con la toma de Calais en 1596 por parte del Duque de Parma, alarman de nuevo a Isabel I que envía al Almirante Charles Howard y al Earl of Essex Robert Devereux (1566-1601) a saquear a Cádiz en 1596. En 1597 el Conde de Essex falla contra la flota Española al intentar invadir las Islas Azores En 1598 muere Felipe II y comienza el reinado de Felipe III iniciándose el valimiento del duque de Lerma.

    Exageración de su imagen desfavorable:
    Era enemigo de Francia, de Inglaterra, de los rebeldes de los Países Bajos, de los protestantes en Alemania, y de los italianos orientados al nacionalismo, entre los que se encontraba el papa. Todos ellos contribuyeron a la imagen desfavorable (Kamen). Mayores críticas que las inglesas y holandesas le llegarían un siglo y medio más tarde de autores españoles. Murió dejando su pueblo extenuado por las guerras, afeminado con el oro y la plata de América, disgustado con tantas desgracias (José Cadalso). Las actitudes de los historiadores Mignet (1796-1884), Gachard (1880-1885) y Motley determinaron la desfavorable opinión que se formaron los liberales españoles, que lo convirtieron en un absolutista enemigo de la libertad de pensamiento y tirano de las regiones. El odio que le profesaba a la libertad bajo cualquier aspecto que se presentase, y el empeño de entrometerse en los asuntos domésticos de otras naciones para extender por todas vías su dominación, fueron causa de que se malograsen las esperanzas que ofrecían a España el más próspero porvenir. (Martínez de la Rosa 1787-1862). Las cortes de Castilla, heridas de muerte en Villalar, llegan a desfallecer, acabando por sucumbir al peso del férreo brazo de un monarca poderoso, incansable en oprimir todo lo que pudiera servir de traba a su omnímodo poder. Y los fueros de Aragón caían despedazados por la venganza e implacable mano del despotismo. (Modesto Lafuente [1806-1866], Historia 1850) En Europa esta imagen de Felipe II fue utilizada para luchar contra el absolutismo de Napoleón, Fernando VII y Metternich.

    Fernando Alvarez de Toledo. Duque de Alba Fernando Alvarez de Toledo. Tercer duque de Alba (Piehadrahita 1507-Lisboa 1582):
    Hijo de don García de Toledo, muerto en combate en la isla de Gelves y de doña Beatriz Pimentel, sucedió a su abuelo, el segundo duque, y tomó parte en todas las grandes empresas de Carlos I y Felipe II. Ganó contra los protestantes alemanes la batalla de Mülberg (1547). Siendo virrey de Nápoles invadió (1557) los Estados Pontificios y obligó al papa Paulo IV a pedir la paz, tras de lo cual solicitó y obtuvo su perdón. Fue en Italia donde se ganó su reputación basada en la crueldad. En 1567 pasó a Flandes para acabar con los excesos que allí se cometían; con tal fin creó el Tribunal de los Tumultos, que condenó a muerte a los condes de Egmont y de Horn, jefes principales de la revuelta. Los ejércitos controlados por España se manejaron de forma despiadada en los Países Bajos. Protestantes y católicos se unieron contra él, aunque en realidad el duque no hacía más que cumplir órdenes reales, lograron en 1573 que fuera sustituido por Requens. Después el rey le retuvo preso en Uceda por culpa de un hijo suyo, pero le encargó dirigir la conquista de Portugal, lo que hizo diciendo a Felipe II: "Sois el único monarca de la tierra que sacáis de la prisión a un general para daros otra corona". Al morir fue asistido por fray Luis de Granada. Excelente político, hábil guerrero y tan altivo que únicamente el propio Felipe II pudo someterle.

    La Casa de Alba:
    Juan II de Castilla concedió el condado de Alba de Tormes a Hernando Alvarez de Toledo. Su hijo García alcanzó de Enrique IV el título de duque (1469). En la primera mitad del s.XX era una de las casas grandes con mayores propiedades agrícolas. De la larga lista de duques de la casa de Alba, fueron los más importantes Fadrique Alvarez de Toledo (m 1531), segundo duque de Alba. Entre sus hechos militares destaca la ocupación del reino de Navarra (1512), durante la regencia de Fernando el Católico. Fue componente del consejo de Estado con Carlos I. Su nieto, Fernando Alvarez y Pimentel, fue el tercer duque. Su hijo Fadrique Alvarez de Toledo, era famoso por sus devaneos amorosos, que en más de una ocasión le llevaron a la cárcel. Participó en la campaña de Flandes al lado de su padre. Murió en 1585.

    * La batalla de Lepanto (1571) | La Armada Invencible (1588)
    * Alvaro de Bazán (1526-1588) | Críticas sobre su reinado

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  36. Decadencia económica de la España de los Austrias (s.XVII):
    Errores del capitalismo estatal:

    * La política interior se orientaba a la obtención de dinero para los crecientes gastos.
    * La corte representaba una carga excesiva.
    * Los grandes recursos, las Indias, estaban monopolizadas por el Estado.
    Algunos sectores económicos fueron entregados a manos extranjeras. Los extranjeros establecidos en Sevilla acabaron por controlar el Comercio. En los últimos años del s.XVII, de 53 millones de libras de mercancías llegadas a la Península, sólo 2,5 estaban consignadas a mercaderes españoles. Esto se debía a la incapacidad industrial del país. España importaba productos manufacturados por un valor doble de los que exportaba. El negocio lo hacían los extranjeros, que vendían y se llevaban la plata. La escasa producción española resultaba mucho más cara que la extranjera. El dinero que se ingresaba en las arcas del estado se lo embolsaban los prestamistas y mercenarios que peleaban en los frentes.
    * La burocracia era incontable. Existían innumerables departamentos. Un quinto de la población vivía a expensas de la Hacienda pública como cortesanos y funcionarios.
    * El régimen fiscal era oneroso para el pueblo. La exención de impuestos motivó muchos ingresos en el clero. La política del duque de Lerma (valido de Felipe III, en el trono 1598-1621) fue corrupta, nepotista y esclava de intereses particulares. Existían aduanas y peajes interiores que encarecían el comercio intercomarcal.
    * Decayeron la agricultura (siempre pospuesta a la ganadería) y la artesanía.
    La Mesta, sociedad de ganaderos nobles, consiguió el restablecimiento de sus antiguos privilegios (1633). Era aliada de la Monarquía a la que prestaba dinero.

    Ya en el siglo XVI, con Carlos V y Felipe II, la Mesta experimenta una nueva etapa de expansión económica. Se establecen dos rutas para el transporte por vía marítima de los vellones o cargamentos de lana esquilada: la primera parte de los puertos de Levante y tiene como destino los centros manufactureros del norte de Italia; la segunda enlaza los puertos cántabros con Francia, Inglaterra y Flandes, donde existen factorías de comerciantes ibéricos. Aunque el reinado de los Austrias menores coincide después con un período de decadencia de la actividad mesteña, con los primeros Borbones experimentará un renovado auge. En 1765 se alcanza el techo numérico de cabezas trashumantes en toda la historia del Honrado Concejo: nada menos que 3.500.000 ovejas.(Castiñeira)

    La enorme inflación hizo subir los salarios y las manufacturas propias dejaron de ser competitivas. Se clausuraron las industrias pañeras de México y Perú para no estorbar el mercado de las de la península.
    * La mentalidad era poco emprendedora.
    Entre la población se daba la antipatía al trabajo y al comercio. Se valoraba en exceso la honra, la limpieza de sangre y se ansiaba formar parte de la nobleza. Los ingresos en el clero aumentaban las clases improductivas. Estructuras sociales muy rígidas. El latifundio, el mayorazgo y la centralización eran trabas al desarrollo.
    * Los gremios se convirtieron en oligarquías monopolizadoras.
    Su egoísmo paralizaba la actividad laboral. Se transformaron en sociedades cerradas. Se eludía la competencia. Practicaban el nepotismo. Sufrían las consecuencias del control estatal.
    * Reducción de las remesas de oro y plata por agotamiento de las minas:
    Hacia 1630 se manifestó un agotamiento de las minas, que no fue superado hasta el descubrimiento de los yacimientos brasileños, en 1680. Como ejemplo desde 1591 a 1595 se habían importado 35 millones de pesos, el máximo; de 1631 a 1635, unos 17 millones; de 1660 a 1665 medio millón.
    * Asaltos de la piratería que causaban grandes pérdidas.
    Corsarios y piratas ingleses, y sobre todo holandeses desde 1620. En las Antillas los filibusteros o bucaneros, asentados en la isla de Tortuga, y respaldados por los ingleses desde Jamaica y los holandeses desde Curaçao, saqueaban las ciudades costeras y acechaban el tráfico intercolonial. Los pesados galeones españoles eran más lentos que las modernas naves de sus enemigos.
    * Se empleó el recurso de depreciar la moneda, acuñando moneda de vellón (cobre).
    * La expulsión de los moriscos (descendientes de los moros y bautizados), en 1609, causó un abandono y despoblación de enormes consecuencias.
    * Participación en multitud de frentes militares:
    o Pérdida de Holanda (1648)
    1609 Tregua de los Doce Años.
    1621 Fin de la tregua. Muere Felipe III.
    1629 Holanda se va apoderando de colonias portuguesas.
    1639 Derrota naval de Las Dunas: Tromp aniquila la escuadra castellana.
    1643 Derrota de Rocroi, la intervención francesa es decisiva
    1643 Cae Olivares
    1648 Derrota de Lens ante Condé y Turena.
    o Guerra de los Treinta Años (1618-1648):
    La guerra más cruel que se recuerda. Destacó el fanatismo religioso y la codicia de mercenarios. Se empleó como instrumento el terror, el hambre y la enfermedad. Alemania perdió más de dos tercios de su población. Arrasar Magdeburgo en 12 horas produjo 30.000 víctimas.
    o Levantamiento secesionista en Cataluña (1640):
    1626 Cataluña no accede a la ayuda económica solicitada por Olivares para la guerra europea.
    1635 Tropas castellanas y extranjeras son enviadas a ocupar Cataluña. Richelieu alienta la sublevación.
    Luis XIII fue nombrado Conde de Barcelona (la máxima autoridad que reconocían los catalanes).
    1652 Se rinde la capital. El levantamiento causó un empobrecimiento profundo.
    1659 Francia renuncia a alentar las rebeliones en Cataluña con la Paz de los Pirineos.
    o Levantamiento secesionista en Portugal (1640):
    La población estaba irritada por las exigencias fiscales. España no había evitado las usurpaciones de muchas factorias en Oriente por parte de Holanda. La gente se amotinó ante el decreto de Olivares para reclutar hombres que reprimieran la sublevación de Cataluña. Contaron con la ayuda de Richelieu e Inglaterra.
    1659 Francia renuncia a alentar la sublevación de Portugal.
    1665 Derrota de Villaviciosa.
    1668 Carlos II reconoce la independencia de Portugal.
    o Guerra con Francia (1635-1659):
    1635 Richelieu declara la guerra a España.
    1648 Derrota de Lens.
    1659 Paz de los Pirineos.

    # La política imperialista de Olivares (valido de Felipe IV, en el trono 1621-1665) fracasó
    # La población disminuyó entre 1600 y 1700 en dos millones de habitantes (de ocho millones a seis) por la emigración a América y las guerras del siglo anterior

    Pésima administración de los Austrias:
    Bajo este último [Carlos V], el Estado, gracias al fuerte impulso que había recibido, avanzó en el camino de la prosperidad, pese a la ignorancia y la mala administración de aquellos que lo guiaban... No hay otro país que haya sido culpable de experimentos tan salvajes o que haya demostrado, en general, tan profunda ignorancia de los verdaderos principios de la ciencia económica como España bajo el cetro de la familia de Austria. (Prescott, History, 1838)

    Interpretaciones sobre la decadencia: La incapacidad de España:
    Es evidente que el rico tapiz de territorios unidos gracias a la herencia bajo la soberanía de Fernando de Aragón y de los primeros Habsburgo comenzó a desmoronarse hasta que, llegado el siglo XVII, ya estaba en franca decadencia. Movidos por la convicción de que España, o Castilla, había creado ese tapiz, financiado sus gastos, ganado sus batallas y poblado sus colonias, y de que los escritores castellanos desde el siglo XVII parecían estar de acuerdo con ellos, no dudaron en afirmar que la decadencia del imperio era una consecuencia de la decadencia de la propia capacidad de España. En resumen, no había diferencia entre la decadencia de España y la decadencia de su imperio. Claro que este punto de vista era intensamente nacionalista, dado que identificaba a España con el crecimiento del imperio. El mito de una España que todo lo conquistaba fue un componente esencial. De esta sencilla premisa se desprendió una enorme cantidad de conclusiones, pero la más importante fue ésta: España había desperdiciado su fuerza de trabajo y sus enormes riquezas en guerras infructuosas en lugar de invertir ese dinero en mejoras, arte, ciencia y cultura. (Henry Kamen, Del imperio a la decadencia)

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  37. La Habana y sus defensas:
    La protección de La Habana de los esporádicos ataques de piratas y flotas extranjeras que se produjeron entre los siglos XVI y XVIII fue casi una obsesión para los gobernantes españoles, que a toda costa querían mantener a salvo de estos peligros a la próspera ciudad, pero vulnerable también. Ello explica el cúmulo de obras que se realizaron, de las que se conservan bastantes. La primera fortaleza que se construyó en La Habana fue el Castillo de la Real Fuerza, cuyos trabajos se iniciaron en 1558, después de que unos corsarios franceses arrasaran la ciudad. La obra concluyó en 1577 y durante casi dos siglos fue la residencia de los capitanes generales españoles que gobernaron la isla. Desde 1632 reina en la torre del homenaje de este recinto la estatua-veleta de la Giraldilla, hecha en bronce, que es símbolo de La Habana y hermana de la que coronaba la Giralda de Sevilla. El Castillo de la Real Fuerza, con su foso, los puentes que sirven de entrada a la fortaleza, las grandes puertas y las piezas de artillería situadas en el exterior, junto a la Plaza de Armas, en el corazón de La Habana histórica, se dedica en la actualidad a museo y sala de exposiciones. El auge comercial de La Habana a finales del siglo XVI y su creciente importancia explican el interés de las autoridades españolas por proteger su puerto natural, ante el continuo acoso de los piratas. Este es el origen del Castillo de los Tres Reyes Magos del Morro y de la Batería de San Salvador de la Punta. Estas dos construcciones militares, que siguen las pautas de la arquitectura renacentista, se establecieron frente a frente en las dos márgenes de la boca del puerto de La Habana. Ello permitía una cómoda defensa de la rada. Durante muchos años el estrecho canal que conducía a la ensenada habanera se cerró al anochecer tendiendo cadenas entre el Morro y la Punta. Los dos castillos se empezaron a construir en 1589, pero sus obras no estuvieron concluidas en su totalidad hasta 1630. Desde entonces, el Morro permanece íntimamente ligado a la fisonomía y a la historia de la ciudad.

    Toma del Morro por los ingleses Ocupación inglesa (1762):
    Especial protagonismo tuvo esta fortaleza en el año 1762, cuando una impresionante escuadra inglesa , con más de 50 navíos, 14.000 hombres y 2.000 cañones tomó La Habana. Para ello los invasores tuvieron que rendir el Castillo del Morro, bravamente defendido por una guarnición al frente del capitán de navío Luis de Velasco y el marqués Vicente Gómez, que murieron como héroes tras un sitio que se prolongó durante mes y medio y que concluyó después de que los británicos volaran con explosivos los gruesos muros del fuerte. Tras la caída del Morro, la ciudad se rindió y permaneció en poder de Inglaterra durante once meses, hasta que España la recuperó a cambio de la Florida. Tras los graves daños que sufrió durante el asedio inglés, el Morro se empezó a reconstruir al año siguiente. Fue entonces cuando la torre del fuerte comenzó a utilizarse como faro, una ocupación que mantiene hasta nuestros días. La primitiva torre fue demolida en 1844 para dar paso a la que todavía hoy se alza 30 metros arriba sobre el morro de piedra que da nombre al castillo que la resguarda.

    San Carlos de la Cabaña. Batería de la Divina Pastora La Fortaleza de San Carlos de la Cabaña(1763):
    Muy cerca del Morro se encuentra la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, la mayor de las construidas por España en el Nuevo Mundo, con más de 700 metros de muralla, y que apuntaló el sistema defensivo de La Habana tras la amarga experiencia que supuso la ocupación inglesa. Empezó a construirse en 1763 y las obras se prolongaron por más de once años, con un costo enorme para su tiempo. La formidable fortaleza, en forma de polígono con baluartes, terrazas, fosos, puentes levadizos, cuarteles, aljibes y almacenes, defendida además por gruesos muros de piedra, era una ciudadela prácticamente inexpugnable. Su posición privilegiada le convertía en un bastión para defender la ciudad y el puerto, para lo que contaba con un elevado número de piezas de artillería. Un buen número de cañones fundidos en Barcelona en el siglo XVIII, siguen guardando simbólicamente este fuerte, mostrando su lujosa decoración de escudos en altos y bajos relieves, cada uno con su nombre grabado. La Fortaleza de la Cabaña albergó a regimientos españoles en su época. Hoy en día sigue manteniendo su carácter militar y un destacamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias tiene allí su base. De la historia más reciente se conserva casi intacto el edificio dentro del alcázar que Ernesto Ché Guevara utilizó como comandancia general cuando entró en La Habana en enero de 1959 al mando de sus tropas revolucionarias.

    * Defensas de La Habana
    * Flota de Indias | Portobelo
    * Casa de la Contratación

    Explotación colonial de las Antillas:
    En Cuba, tras el período de minería intensiva de los comienzos, la base de la explotación colonial la constituyó en principio el latifundio ganadero, que perduró hasta el siglo XVIII, período en el que la proliferación de las vegas de tabaco y el alto desarrollo de la industria azucarera promovieron la disolución de buen número de estas haciendas. Las Pequeñas Antillas no atrajeron a los primeros colonizadores, por lo que los caribe tuvieron poco contacto con los españoles. En el siglo XVII los progresos de los ingleses y franceses en la región acarrearon la aniquilación de la población indígena que fue sustituida por mano de obra esclava importada de Africa. En los primeros tiempos estas islas fueron focos de piratería y centros de contrabando con las colonias españolas, actividad que se incrementó en el siglo XVII con los establecimientos fijos de ingleses (Jamaica 1655), franceses (San Cristóbal 1625, Guadalupe 1635), daneses(en las Vírgenes 1684) y holandeses (Curaçao 1634). En las islas mayores y fértiles se desarrolló pronto una economía típicamente colonial: las plantaciones de tabaco, de índigo, caña de azúcar y café. El comercio triangular inglés llevaba quincallería y tejidos desde Liverpool a Gambia y Guinea donde se cambiaban por esclavos que transportados a las Antillas eran cambiados por azúcar, algodón, tabaco, melazas y ron muy demandados en Europa. El tráfico francés tenía una estructura semejante y los colonos de América del Norte mantenían estrechas relaciones con las Antillas. Desde 1713 las Antillas inglesas atravesaron una grave crisis, en parte a causa del agotamiento del suelo: la necesidad de importar más esclavos y emplear más abonos hizo subir los costos, de modo que el azúcar de las islas francesas resultaba un 40% más barato. Incluso los colonos de Nueva Inglaterra se abastecían en las Antillas francesas, y los colonos de las islas inglesas tuvieron que vivir del contrabando sobre el imperio colonial español, a la vez que trataban de obtener del gobierno medidas proteccionistas (actas de 1733 y 1739). Los colonos de América del Norte querían dominar enteramente el mercado antillano, anexionándose las Antillas francesas u obteniendo una completa libertad de comercio con ellas. Así, estas islas fueron ásperamente disputadas en todas las guerras que enfrentaron a franceses e ingleses a la vez en Europa y en América a lo largo del siglo XVIII: La guerra de la Sucesión de Austria, que afectó a las colonias españolas, la guerra de los Siete Años, la guerra de independencia de los Estados Unidos y las guerras de la Revolución francesa.

    * La Giraldilla de La Habana | Colón en Cuba | República Dominicana
    * La escuadra de Cervera (1898) | Imágenes de La Habana

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  38. La muerte de Pedro de Valdivia (Tucapel 1553):
    Pedro de Valdivia se dedicó en principio a restablecer la concordia entre los españoles y la disciplina entre sus tropas. También se dedicó a reedificar las poblaciones asoladas por los araucanos, como La Serena, que repobló Francisco de Aguirre y a preparar las conquistas que debía acometer por el sur del país. En esta etapa fundó las ciudades de la Concepción (1550), la Imperial, Villarrica y la de Valdivia, con su propio nombre (en 1552 estas tres ciudades). También fundó Angol o Los Confines y tres fuertes: Arauco, en la costa; Tucapel y Purén. Al mismo tiempo, Valdivia envió una expedición al otro lado de la cordillera de los Andes al mando del capitán Francisco de Aguirre, quien fundaría la ciudad de Santiago del Estero. Por la costa envió al capitán Francisco de Ulloa, en 1552, con dos barcos para reconocer el estrecho de Magallanes, con el fin de facilitar las comunicaciones con España. Mientras tanto, los indios araucanos, muy celosos de su perdida libertad y que aguantaban, como es lógico suponer, de mal grado los pesados trabajos en las minas que les imponían los conquistadores, al observar la excesiva extensión de las conquistas de Valdivia, se levantaron en armas. La poca cuantía de las guarniciones españolas no pudo evitar el levantamiento dirigido por Caupolicán, el héroe del levantamiento araucano, inmortalizado por Alonso de Ercilla en su poema épico La Araucana. Valdivia se enfrentó a los indígenas en Tucapel, foco de la rebelión, y en la llanura de esta plaza fue atacado por los araucanos dirigidos muy inteligentemente por Lautaro. En esta acción murió Pedro de Valdivia con todos sus soldados, menos uno, que logró escapar y dar cuenta del desastre sufrido por los españoles. Ante estas noticias, los conquistadores abandonaron la Concepción, refugiándose en la Imperial. También en Valparaíso embarcaron otras muchas gentes, despoblándose y perdiéndose casi todo el territorio conquistado hasta el momento. (Emilio Soler Pascual)

    Islas Chinchas. Mapa de Paz Soldán (1821-1886) Ataques piráticos británicos:
    Francis Drake (1577):
    Después de la derrota de John Hawkins en San Juan de Ulúa, había concebido contra los españoles un odio terrible, que con la codicia fue el móvil de toda su vida. No tuvo España enemigo más tenaz, más peligroso y más inteligente. No nos es posible señalar sino un resumen muy somero de sus ataques al Imperio español. En 1572 saqueó a Nombre de Dios, en el Atlántico, llave del istmo de Panamá y lugar de concentración de los tesoros que del Perú venían a España; atravesó el istmo y dio vista al Pacífico. Aún más atrevido fue el viaje efectuado en 1577. Pasó el estrecho de Magallanes, saqueó a Valparaíso y Arica, y en el Callao, el puerto de Lima, se apoderó de un galeón cargado de oro. (Marqués de Lozoya)

    Campaña de Richard Hawkins (1593):
    Después de un viaje a Brasil con su tío acompañó a Francis Drake en una operación de ataque a los establecimientos españoles en las Antillas y Florida. Hizo el viaje de regreso en compañía de los colonos que Sir Walter Ralegh había trasladado a Roanoke. Participó en el ataque de la Armada Invencible (1588) al mando del buque Swallow. Dos años más tarde Acompañó a su padre en el intento de capturar la flota de Indias en las costas de Portugal. Esta primera prueba para apropiarse de las riquezas americanas durante su traslado a la Península no tuvo éxito. En 1593, a bordo del buque bautizado Dainty por la reina Isabel, embarca en una larga expedición pirata a las costas sudamericanas. Tras atravesar el estrecho de Magallanes saqueó Valparaíso. Fue atacado por seis barcos españoles y se vio obligado a rendirse. Estuvo tres años preso en Perú y fue liberado en 1602 a cambio de un rescate de 3.000 libras.

    Beagle Llegada a Valparaíso (23 de julio). Charles Darwin:
    Durante la noche el Beaqle echa el ancla en la bahía de Valparaíso, principal puerto de Chile. Al amanecer nos encontramos en cubierta. Acabamos de abandonar Tierra del Fuego; ¡que cambio!, ¡que delicioso nos parece todo esto aquí: tan transparente es la atmósfera, tan puro y azul es el cielo, tanto brilla el sol, tanta vida parece rebosar la naturaleza! Desde el lugar en que hemos anclado, la vista es preciosa. La ciudad se alza al pie de una cadena de colinas bastante escarpadas y que tienen cerca de 1.600 pies (480 metros) de altitud. Debido a esa situación, Valparaíso no es sino una larga calle paralela a la costa: pero cada vez que un barranco abre el flanco de las montañas, las casas se amontonan a uno y otro lado. Una vegetación muy escasa cubre esas colinas redondeadas y los lados rojo vivo de los numerosos barranquillos que las separan brillan al sol.

    Valparaíso 1795 El color del terreno, las casas bajas blanqueadas con cal y cubiertas de tejas, me recordaban mucho a Santa Cruz de Tenerife. Hacia el nordeste hay una vista espléndida de los Andes, pero desde lo alto de las colinas vecinas se les ve mucho mejor; se puede apreciar la gran distancia a que se hallan situados y el panorama es magnífico. El volcán Aconcagua ofrece un aspecto particularmente imponente. Esa inmensa masa irregular alcanza una altitud más considerable que el Chimborazo, porque, según las triangulaciones hechas por los oficiales del Beagle, llegan a una altitud de 23.000 pies (6.900 metros). Sin embargo, vista desde donde nos hallamos, la Cordillera debe una gran parte de su belleza a la atmósfera a través de la que se divisa. Qué admirable espectáculo el de esas montañas que se destacan sobre el azul del cielo y cuyos colores revisten los más vivos matices en el momento en que el sol se pone en el Pacífico. (Darwin)

    Isabel II Méndez Núñez bombardea Valparaíso (1866):
    España se veía envuelta también en un extraño conflicto con Perú y Chile, entre 1864 y 1866, cuya chispa inicial resulta un misterio. En cualquier caso, España, que todavía no había reconocido la independencia del Perú, enviaba un comisario al país andino para que resolviera las viejas cuentas pendientes desde el virreinato colonial. El gobierno peruano exigió la presencia de un plenipotenciario español, a lo que la escuadra española comandada por el almirante Pinzón respondía el 14 de abril de 1864 con la toma de las islas Chinchas, vitales por su producción de guano. El 27 de enero de 1865 surgía un amago de negociación favorable a España, desautorizada por la opinión pública peruana, y las islas eran devueltas, pero la declaración de guerra a España por parte de Chile, aliada con Perú el 5 de diciembre del mismo año, reavivaba las hostilidades. En septiembre de 1865. el almirante español José Manuel Pareja entregaba en Valparaíso un ultimátum al gobierno del presidente chileno Pérez Mascayano, al que exigía un saludo con 21 cañonazos al emblema español, indemnización de tres millones de reales por la negativa chilena a abastecer de carbón a la flota española y la petición de excusas a la agraviada reina Isabel II. Chile respondía con su declaración de guerra a España el 14 de septiembre de 1865. En la batalla de Papudo, La Esmeralda capturaba la goleta española Covadonga lo que provocaba el suicidio de Pareja, que era sustituido por Méndez Núñez. Mientras tanto, la alianza entre Chile, Perú, Ecuador y Bolivia por su temor a una reconquista colonial dejaba sin base de operaciones a la flota española. Ante su fracaso, el gobierno español ordenaba a su escuadra que atacara los depósitos de carbón, las minas de Lota o el puerto de Valparaíso. Méndez Núñez bombardeó durante tres horas Valparaíso, hasta devastarlo el 31 de marzo de 1866, y luego, en mayo, ya sin éxito, El Callao. Después, las naves españolas se retiraban sin esperar a recibir las indemnizaciones que habían reclamado. (Manuel Irusta Cerro)

    Fragata NumanciaEl 5 de diciembre de 1865, Chile y Perú firmaron un tratado defensivo destinado en realidad a hostigar los intereses españoles. Dos días después Perú declaraba la guerra a España y mandaba lo mejor de su flota a unirse con la armada chilena en el puerto de Valparaíso. Los barcos mercantes españoles empezaron a ser interceptados, mediante abordajes considerados piratería por los españoles y allí, de desagravio tras tantos años de dominación y deshonra. Se prohibió a los súbditos de la antigua metrópoli comerciar e incluso en algunas ciudades, salir a la calle. España envió una flota corta de efectivos, desigual en sus capacidades y muy justa de aprovisionamientos. Méndez Núñez, marino capaz y convertido en héroe nacional tras la limpieza de los piratas de los mares de Filipinas. Los Peruanos, conscientes de su inferioridad naval por la vejez de sus barcos, se retiraron a aguas poco profundas para disminuir la maniobrabilidad de los españoles. Al no poder forzar un combate en mar abierto, cambió de estrategia, y amenazó con bombardear los puertos de Valparaíso y El Callao. Concedió cuatro días para evacuar el puerto, primero de sus objetivos e, informado de que buques americanos y franceses allí atracados amenazaban con oponerse al bombardeo, les comunicó que si era así, tendría que empezar por hundirles. La reina y yo preferimos honra sin barcos a barcos sin honra. La Numancia, Blanca, Villa de Madrid, Resolución y Vencedora bombardearon a discreción sin que los buques extranjeros intentaran intervenir. La escuadra española se dirigió después a El Callao, parece que entre fuertes discusiones sobre la conveniencia o no de volver a España. El 1 de Mayo de 1868 llegó un despacho urgente en el que el gobierno le daba la orden de volver de inmediato. Su contestación fue: Mañana bombardeo el Callao, usted no ha llegado aún, llegará mañana, me entregará la carta y en cuanto que la lea, me apresuraré a cumplir las órdenes... España no hace las cosas a medias.

    Neruda en ruta hacia Valparaíso (Tenerife 26/06/70):
    En junio de 1970 Neruda embarcó rumbo a Valparaíso a bordo del buque Verdi para participar en la campaña electoral que daría la presidencia a Salvador Allende. La escala de cuatro horas que debía hacer el buque italiano hizo posible que participara en una tertulia que tuvo lugar frente al mar, en la terraza del Atlántico. No supo resistirse a los ruegos de algunos escritores tinerfeños aunque tiempo atrás se había hecho el propósito de no pisar España mientras durara la dictadura que había acabado con tantas vidas de amigos. Estaba a punto de cumplir 66 años, desbordante de proyectos e ilusionado por la oportunidad que ofrecía la candidatura de Allende. Acudió acompañado de Matilde Urrutia, con corbata roja, gorra verde-olivo y pipa. Los fundadores de Gaceta de Arte, publicación desaparecida en julio de 1936, entregaron al poeta el último número de la revista que, en 1973 se salvó del asalto a la casa de Neruda en Santiago.

    Valparaíso El mar. Roque Dalton:
    [...]
    Valparaíso como una gran cascada en suspenso
    Manta Puná puertos del Ecuador que me negaron las hojas
    Buenaventura aromática como un gran puerto sucio
    Panamá con los ojos punzados por la depravación
    Cartagena siempre aguardando a los piratas hambrienta
    willemstadt náufraga en los dominios del petróleo
    Tenerife y su dulce copa de vino
    Barcelona bostezando entre los bancos y los carabineros
    Nápoles bellamente tumefacta
    Génova Leningrado Sochi La Guaira Buenos Aires
    Montevideo como una margarita
    Puerto Limón Corinto
    Acajutla en una lenta playa de mi patria
    todos mirándose en el espejo grave que surcan los delfines
    apartando como un sable veloz
    las infinitas espigas de esmeralda
    (1962)

    * Chile

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  39. Isleños en La Florida:
    Para evitar la influencia inglesa, a mediados del siglo XVIII se ordena la salida de 50 familias canarias durante diez años, que desembarcando en el puerto de San Agustín, se les llevará a aquellas tierras americanas, con el ofrecimiento de tierras, ganados, y semillas para la primera y segunda cosecha (dos vacas, una puerca de vientre, cinco gallinas, un gallo, un caballo y una yegua).

    Este desplazamiento se realizará con ayuda de la recién creada "Compañía de La Habana" en 1740 para el transporte de las familias canarias, siendo obligada por ésta, el suministrar los alimentos necesarios para la travesía, además de 150 pesos, dos campanas, dos misales y ornamentos para el culto. En 1757 salen 42 familias, y dos meses después embarcan 43 más, y un año más tarde, 36 familias. No obstante, en 47 años de continuas salidas embarcaron rumbo a la Florida 984 familias de las 2.350 que pretendía la Corona, porque la gente isleña prefería seguir embarcándose hacia Caracas o La Habana. A finales de 1763, los canarios que estaban situados en un pequeño distrito al oeste de San Agustín, totalizaban 246 personas. Posteriormente en 1778, comienzan los canarios a emigrar a un nuevo destino: La Louisiana, que había sido cedida a España. (Carlos García)

    Antonio Benavides Gonzáles de Molina (La Matanza 1678-S.C.Tenerife 1763): [...] Poco fue el tiempo que el rey [Felipe V] le permitió descansar en Tenerife. Deseoso de utilizar sus servicios y de premiar su lealtad, le nombró gobernador y capitán general de la Florida, que constituía entonces un gobierno de difícil y peligrosa administración; y a fin de que no se dilatara su viaje y pudiera con más prontitud entrar en el ejercicio del delicado encargo que le encomendaba, le dispensó de prestar el acostumbrado juramento ante el Consejo Real, previniéndole lo hiciera ante la autoridad que mandaba en las Canarias, y que luego se embarcase en la escuadra compuesta de los navíos de guerra S. José, S. Francisco y S. Antonio, que al mando de don Juan del Hoyo Solórzano, canario también de justa y merecida reputación, hacía escala en Tenerife para dirigirse seguidamente a la isla de Cuba.

    Hallábase por entonces la Florida en un estado lamentable de desorganización. Atacada con frecuencia por las tribus indias que ocupaban el país limítrofe, y por los colonos ingleses de la Carolina que diariamente procuraban hostilizar la colonia para entorpecer su comercio y obtener el abandono o la evacuación de una provincia que tanto codiciaban y que difícilmente se podía conservar, preciso era que el jefe que viniera a remediar estos males y a sostener la vacilante dominación española, estuviera dotado de un tacto exquisito, de una perseverancia a toda prueba, y de un valor y arrojo indomables. Afortunadamente todas estas cualidades las poseía en grado heroico el nuevo general. Llega, pues, estudia y visita la comarca, se informa de sus necesidades y de sus recursos, reconoce la causa de su malestar, adivina el nombre de los que medran fomentándolos; y queriendo cortar de raíz el mal, separa los empleados malversadores, aleja a sus cómplices, premia a los que han cumplido con su deber, y llama a otros a su lado de cuya probidad y especiales conocimientos tiene pruebas repetidas. Para evitar las quejas de los descontentos y la torcida interpretación que pudieran dar estas medidas, informó de ellas extensamente al rey refiriéndole el estado de la colonia y las reformas que necesitaba y había empleado, teniendo la satisfacción de ver aprobada su conducta, y de que se previniera continuase siempre con el mismo celo y acertada prudencia en la gestión de los negocios de aquella apartada comarca. En efecto, así lo hizo sin tregua ni descanso durante el largo transcurso de su administración, cuyo plazo le fue prorrogado, obteniendo varias victorias de los ingleses en tierra y mar reprimiendo sus piraterías, consiguiendo ajustar un tratado de paz con los indios apalaches, que eran los más terribles enemigos que tenía la colonia, y reducirlos con su trato afable y bondadoso, y sus ofertas religiosamente cumplidas, a que respetasen a los súbditos españoles y cambiasen con ellos recíprocas pruebas de amistad y cariño, que duraron con fidelidad y sin interrupción mientras estuvo gobernando la provincia. En premio de estos servicios, el rey le ascendió al grado de mariscal de campo y le aumentó el sueldo que disfrutaba como una muestra del aprecio que le merecían sus altas dotes militares, políticas y administrativas. Grande era la estimación que había logrado conquistarse entre los habitantes de su gobierno, y el cariño que todos le profesaban, no tan sólo por su acertada administración, sino por su carácter recto y justiciero, su ardiente caridad con los pobres y la afabilidad de su trato, sin distinción de clase ni de personas. Así fue que cuando se recibió la inesperada noticia de que el rey le había nombrado gobernador de la provincia de Veracruz y del castillo de S. Juan de Ulúa, hubo en la Florida un sentimiento general de disgusto porque todos estaban convencidos de que jamás un general que pudiera parecerse a Benavides. Las demostraciones de afecto con que le despidieron aquellos naturales fueron expresivas y entusiastas; los pobres perdieron en él un padre, los indios un protector, los ciudadanos todos un amigo complaciente, atento e ilustrado. En su nuevo empleo continuó demostrando las mismas excelentes condiciones de mando que tanto le habían distinguido en la Florida, creciendo, sin embargo, su inagotable caridad, por lo mismo que encontró más ancho campo en que ejercitarla. Los años, entretanto, principiaban ya a paralizar su actividad y energía, y antes de que esto sucediera de un modo perjudicial a los intereses de la provincia que administraba, solicitó con instancia su relevo y su cuartel. El rey, que lo era entonces Fernando VI, no quiso acceder a sus deseos, y como la guerra con Inglaterra volvía a encenderse de nuevo, se le confió la capitanía general del Yucatán, y se le dio el mando de la expedición formada para defender las costas de Tabasco y Honduras, con el grado de teniente general.(Ana Lola Borges)

    (*) Florida, desde su descubrimiento por Juan Ponce de León (1513), recibió numerosísimas expediciones españolas sin ningún éxito, hostigados por los elementos naturales y por los nativos, hasta el asentamiento definitivo realizado por Menéndez de Avilés, en los diez años que ejerció el cargo de gobernador y adelantado de la Florida (1564-1574). La ciudad más antigua de la hoy nación de Estados Unidos, fue creada por este gobernador. La Florida comprendía los territorios que hoy conforman los estado de Carolina y Georgia hasta la bahía de Chesapeake. Por el sur se extendía hasta la desembocadura oriental del Mississippi. La gobernación dependía de la Audiencia de La Habana, así también la jurisdicción eclesiástica de la capital antillana abarcaba la iglesia de Florida. La provincia sufrió el azote pirático por parte de hugonotes franceses y de holandeses. En tanto que, desde 1607, los ingleses se asentaron definitivamente al norte, en Virginia, y los franceses en su expansión norte-sur lograron establecerse en la desembocadura del Mississippi, fundando la ciudad de Mobile (1702). La situación estratégica frente a las costas de Cuba, su pobreza y despoblación, así como el cerco de las colonias inglesas y francesas, hacían de esta provincia una de las más conflictivas del territorio americano. Esta gobernación, como las restantes provincias indianas, se benefició de la emigración canaria, pero esto ocurrió 35 años después de que Benavides cesara en la gobernación, y ya de regreso en Tenerife, quizá, influyera en el envío de estas familias a aquella primera provincia de su mando.

    (*) La provincia yucateca había sido gobernada hasta 1561 por alcaldes mayores, en esta fecha se elige gobernador y capitán general, uno de los primeros fue el isleño Guillén de las Casas. Yucatán dependió de la audiencia de Guatemala. Esta provincia, con las regiones de Honduras, Tabasco y Campeche, fueron objeto de repetidos intentos de invasión por parte de los ingleses, sobre todo desde que en el siglo XVII habían conquistado a los españoles la isla de Jamaica, base de operaciones no sólo de piratas sino de planes de establecimiento organizados por la metrópoli; además de las consiguientes repercusiones de las guerras entre España e Inglaterra.

    Cronista Expediciones narradas por Garcilaso de la Vega, el Inca (Cuzco 1539-Córdoba 1616):
    Hijo de madre india y padre español, llegó a España en 1560. Decepcionado en sus aspiraciones en la Corte y en la carrera militar, se entregó a la vida rural andaluza y a las letras. Escribió dos obras muy importantes: Comentarios reales del Perú, cuya segunda parte tituló Historia General del Perú, y La Florida del Inca. La Florida del Inca narra la historia de la expedición española capitaneada por Hernando de Soto y, después de su muerte, por Luis de Moscoso al sureste de Norteamérica durante los años de 1539 a 1543. Se trata lógicamente de la versión que le dio oralmente a Garcilaso su amigo Gonzalo Silvestre, un viejo soldado que había participado en la expedición, bien que después fue cotejada y completada con otras fuentes consultadas por Garcilaso. El libro resultante ha suscitado polémicas en torno a su valor como fuente histórica, por algunos errores constatados, y por la imprecisión de los datos geográficos y cronológicos. No obstante, leída con las debidas precauciones, La Florida del Inca constituye una importantísima fuente de conocimientos de múltiples aspectos humanos, culturales, económicos y militares que ofrecía esta magnífica expedición de descubrimiento y conquista. Como testimonio de la sensibilidad y creatividad literarias de un representante del temprano mestizaje demográfico y cultural de la América española, su valor es inestimable, a pesar de la postura apologética que adopta Garcilaso ante Soto. (Emilio Soler)

    Segunda expedición a Montevideo (1729). Por Juan Arencibia:
    Quienes hayan visitado la capital de Uruguay habrá tenido la oportunidad de comprobar la similitud del habla de sus habitantes con la nuestra. Lo lógico en una ciudad que fue fundada por familias canarias hace menos de 300 años. Ya aludí en anterior "paisaje" a la primera expedición de familias canarias que dieron lugar a la fundación de Montevideo. Sucedía en 1726. No tardó en organizarse la segunda, pero hubo de posponerse por causa de la guerra que sostenían España e Inglaterra. Fue en enero de 1729 cuando se organizó la segunda, de la que formaban parte tres navíos: San Francisco, 70 cañones, con soldados con destino a Buenos Aires y Montevideo; San Bruno, 50 cañones, en el que viajaban sacerdotes jesuitas, franciscanos y un dominico; y San Martín, 30 cañones, en el que habían de acomodarse treinta familias canarias con destino a Montevideo. Los tres navíos permanecieron en Tenerife unas tres semanas para aprovisionarse de agua y leña y acondicionar mejor los barcos. A finales de enero salieron rumbo al Plata. La travesía fue durísima or la escasez de espacio en el navío y porque el calor fue asfixiante, hasta el extremo de que el bizcocho (pan sin levadura, de uso corriente en las embarcaciones de la época) se llenó de gusanos. Tampoco faltaron piojos, chinches y pulgas. El navío que conducía a los canarios llegó a Montevideo el 27 de marzo. Como curiosidad estos datos. Entre los expedicionarios estaban: Domingo Alberto López, de Santa Cruz; Juan Camejo Soto, de La Laguna, con su mujer Victoria María Alvarez y sus hijos; José Domínguez de la Sierra, de Vilaflor, y su mujer María de Torres; Juan Bautista de Sáa, de La Laguna, y su mujer Antonia Suárez, Pedro de Almeida; José de León, de La Laguna, y su mujer, etcétera. Lanzaroteños como Cristóbal Cayetano de Herera, su mujer y sus hijos, o Antonio Méndez y su mujer. También los había de otras islas. (Juan Arencibia)

    James Monroe (1758-1831):
    Nació en el condado de Westmoreland, hijo de padre escocés y madre galesa, participó en la guerra de Independencia, a cuyo término fue alumno de Thomas Jefferson, por entonces gobernador de Virginia y que pronto se convertiría en presidente. Entre 1783 y 1786 fue diputado y en 1790 fue elegido senador. Poco después, en 1794, ingresó en el gabinete ministerial del presidente Washington y fue uno de los principales artífices de la compra de Louisiana a Francia. Entre enero y noviembre de 1811 fue gobernador de Virginia y, a partir de esta última fecha, secretario de Estado en la administración del presidente Madison. Tras la guerra de 1812 entre Estados Unidos y el Reino Unido fue nombrado ministro de Defensa. Elegido presidente en 1816, en las elecciones de 1820 revalidó el cargo por abrumadora mayoría. Durante su mandato adquirió Florida. Estableció el compromiso de Missouri para regular la esclavitud y amenazó a la Santa Alianza con represalias si intervenía militarmente en América, lo cual vino a llamarse doctrina Monroe, cuyo célebre lema sería América para los americanos. Murió en Nueva York en 1831.

    * Isleños en Luisiana | Historia de Miami. Por Mario Martí | Juan Ponce de León | La Giraldilla de La Habana. Por Mario Martí

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  40. Suministro de agua (1706):
    Los pozos y norias que mandó el primer Adelantado se abrieran en terrenos próximos a la costa del Real o campamento de Santa Cruz de Añazo, estaban secos la mayoría desde el s.XVII, en cuyo tiempo el agua de abasto público venía de la fuente de Tamaide. En 1660 se pone otra a disposición del vecindario, con mayor caudal, a cargo de Sebastián Hernández "El Pulgo" que llega al Lugar por pésimas atarjeas. Por eso en todas las viviendas había un aljibe que recogía la lluvia, sistema doméstico que llegó, en muchísimas casas, hasta bien entrado el s.XX. La aguada a los buques se traía en barriles, a lomos de cabalgaduras, de La Laguna, los valles cercanos y San Andrés.

    Agua corriente en Santa Cruz:
    Un antecesor de Valhermoso, el capitán general de Canarias Agustín de Robles y Lorenzana (1705-09) dotó de agua corriente a Santa Cruz, con mejores conducciones y obra de distribución, como la pila de basalto que mandó a colocar en la plaza del Castillo, en 1706, y que desde ese momento -y hasta principios del s.XIX- se llamaría Plaza de la Pila. Aquellas conducciones mejoradas consistían en canales de madera, pagados por la Real Hacienda, pósitos del Cabildo y personas del lugar santacrucero. Para su buena conservación y los debidos reparos, se impuso a las naves, beneficiadas también de ese racional aprovechamiento del agua, los siguientes derechos:

    * cien reales de plata por cada embarcación con rumbo a América
    * seis pesos por cada navío o fragata
    * cuatro pesos por los paquebotes, bergantines y goletas del comercio de fuera
    * cuatro reales de plata a los barcos del tráfico de estas islas, siendo de cruz
    * dos reales de plata por los pequeños con los de primera tierra de Gran Canaria

    Los Capitanes Generales nombraban a un "Alcalde de agua" para la administración de esos derechos, cobrados por la Real Aduana y de los cuales disponían aquellas máximas autoridades para afrontar todos los gastos de ese servicio, eficaz recurso para la recalada de gran cantidad de navíos que "llegan a Santa Cruza refrescarse y a hazer aguada".

    Suministro de agua a barcos s.XIX:
    Desde fines del siglo XVIII el agua se servía a los navíos directamente en el muelle, si se trataba de embarcaciones pequeñas, o por lanchas que transportaban las pipas del muelle a los navíos. Había en efecto un sistema de conducción de agua desde la pila hasta el muelle, por medio de una atarjea continuada por caños de madera introducidos profundamente en la obra. Había también, desde la misma época, una pila que servía para las aguadas, situada en la esquina que formaba el muelle con la playa, por debajo de la alameda de Branciforte; era tan cómoda como la otra, con la diferencia que había que descargar los barriles o rodarlos un poco por la playa, para llegar al surtidero. Hacia 1811 se estropeó la cañería del muelle y la dificultad de poner otra nueva sin descomponer todo el muelle hizo que se quedara abandonada. A partir de esta época, la aguada se hizo exclusivamente en la pila del muelle. En 1856 Juan Cumella fue autorizado para poner a espaldas de la fuente de Isabel II un depósito de agua , con cañería propia para conducirla a la punta del muelle, con el propósito de surtir los buques directamente, pagando el 10% de la recaudación al ayuntamiento. Hacia 1881 se disponía de un buque cisterna o aljibe flotante, con una capacidad de 77 pipas, para llevar el agua al flanco del navío. En 1957 se surtía el agua de dos depósitos cubiertos de 6.000 y 2.000 metros cúbicos respectivamente, por medio de tuberías que la conducían a los muelles, con un rendimiento máximo de 350 metros cúbicos por hora. Ambos depósitos pertenecen a la Junta de Obras del Puerto, quien administra ahora el servicio de la aguada; el depósito mayor está en situado en el barranco de la Leña y el menor en las proximidades del dique del Este. (Cioranescu)

    Consumo anual de agua en Canarias:
    El Gobierno de Canarias prevé que el 27,1 % de la oferta de agua en el Archipiélago proceda de plantas desaladoras en el año 2002 y alcance el 30% en 2006. En los últimos 30 años se ha producido un cambio radical. El uso de agua subterránea en 1996 abarcaba el 79,83 % de la oferta mientras que las previsiones para el 2002 es que se reduzca al 59,2 y en el 2006 al 50%. En 1996 la oferta de agua desalada era de 60,7 hectómetros cúbicos. La previsión es que se sitúe en 140 hectómetros cúbicos en 2002 y en 162,2 en el 2006. Se estima un incremento del agua reutilizada de un 54% en 2002 con respecto a 1996, cuando la oferta fue de 16,2 hectómetros cúbicos. En 2006 la oferta de agua reutilizada será de 71,3 hectómetros. El consumo de agua urbana fue de 122,9 hectómetros cúbicos en 1996, la previsión es que su consumo ascienda a 148,4 hectómetros cúbicos en 2002 y a 166,3 en 2006, lo que supondrá un incremento del 35% en 10 años. El sector turístico consumió 35,3 hectómetros cúbicos de agua en 1996. El Gobierno canario estima un consumo de 43,8 hectómetros cúbicos en 2002 y de 51,7 en 2006. El incremento en 10 años será del 46% y será el sector que registre mayor aumento. El agua para usos agrícolas será de un 5% menos en 2006 respecto a 1996, año en que se demandó 276,5 hectómetros cúbicos. La demanda estimada de 2006 es de 262,8 hectómetros. La oferta de agua subterránea de Las Palmas en 1996 fue de 85,5 hectómetros cúbicos mientras que en Santa Cruz de Tenerife fue de 217 hectómetros. La previsión es ofertar en Las Palmas 35,7 hectómetros en 2006 y 158 en Santa Cruz de Tenerife. La mayor parte de agua desalada que se ofertará en 2006 pertenecerá a Las Palmas (117 hectómetros) frente a los 44,5 de Santa Cruz de Tenerife.

    Pluviosidad en Canarias:
    La máxima cantidad de lluvia anual se registra en el noroeste de La Palma y en las medianías septentrionales de Tenerife y de Gran Canaria, donde se sobrepasan los 900 Litros por metro cuadrado de media anual. En el otro extremo, las áreas más secas corresponden a los litorales meridionales y, en particular, a la totalidad de Fuerteventura y Lanzarote, donde la precipitación media anual no supera 100 L/metro cuadrado. Un segundo mínimo de pluviosidad se registra en las cumbres de Tenerife y La Palma, que, por su altitud, se encuentran habitualmente por encima de las nubes y donde la lluvia anual no excede de 500 litros por metro cuadrado. Un análisis detallado de la distribución de la pluviosidad indica que las laderas norte y noreste, en todas las islas, entre los 600 y 1.500 metros de altitud, son las que reciben las mayores cantidades de lluvia. Además, a esa altitud también se produce el estancamiento del mar de nubes, que, por su frecuencia, aporta una notable humedad ambiental y un considerable volumen de agua, que contribuye a la pervivencia de una vegetación exuberante. Según su origen y cuantía, se distinguen tres tipos de precipitación que repercuten en el paisaje de las islas: a) Lluvias muy débiles, de menos de 5 L/metro cuadrado en 24 horas, debidas al contacto del mar de nubes con las medianías septentrionales de las islas más montañosas. Son frecuentes durante todo el año y a pesar de la dificultad para medirlas no se discute su papel en la pluviosidad total. a) Lluvias moderadas, inferiores a 30 L/metro cuadrado al día, producidas por la llegada de un frente borrascoso por el noroeste. Estas precipitaciones se registran sobre todo en invierno y afectan a las vertientes septentrionales de las islas occidentales. c) Lluvias muy fuertes, con una intensidad superior a 50 L/metro cuadrado en 24 horas, que responden a una gran inestabilidad del aire por la proximidad a las islas de una borrasca templada en superficie un embolsamiento de aire frío en las capas medias y altas. En estos días, las medianías meridionales de las islas más montañosas son las más afectadas. Estos chubascos producen importantes daños materiales y, en ocasiones, causan marcados cambios de paisaje. (Victoria Marzol)

    Elementos añadidos al suministro de agua:
    En 1905 el médico David Marine estudió la relación por zonas con distinta presencia de yodo y la frecuencia de bocio. Experimentó con animales y al cabo de 10 años administró yodo a los pacientes con buenos resultados. Más tarde sugirió que debían añadirse compuestos que contenían yodo a la sal de mesa y a la provisión de aguaen las ciudades del interior en las que el terreno fuera pobre en yodo. Esto despertó una fuerte oposición y se necesitaron otros 10 años para conseguir que fuese aceptada de un modo general la yodación del agua y la sal yodada. Una vez que los suplementos de yodo se convirtieron en una rutina, el bocio simple perdió importancia como enfermedad.

    Fluoración del agua:
    El asunto de la fluoración del agua fue mucho más polémico. A principios del siglo XX los odontólogos se dieron cuenta de que la población de ciertas zonas de EE.UU. tendían a mostrar dientes oscuros. Esta particularidad fue estudiada hasta hallar un contenido de compuestos de flúor superior al promedio en el agua natural bebida en aquellas regiones. Cuando el contenido de flúor era superior al promedio, la población mostraba un índice infrecuentemente bajo de caries dental. La caries representa un enorme gasto en cuidados dentales y en el de otras muchas enfermedades que agrava. Los investigadores obtuvieron apoyo económico para el estudio a amplia escala de la conveniencia de la fluoración del agua. Hallaron que una proporción de flúor de 1: 1.000.000 con un costo estimado de 5 a 10 centavos por persona y año, no llegaba amanchar los dientes y sin embargo producía un efecto beneficioso en la prevención de la caries. Adoptaron como medida dicha proporción para probar los efectos de la fluoración en las reservas de agua de la comunidad. La presencia de flúor asegura la incorporación de pequeñas cantidades de este elemento a la estructura dental e impide el ataque de las bacterias. Mediante una pequeña inversión se puede reducir la caries en al menos dos tercios ahorrando dolor y miles de millones de gasto. Las organizaciones odontológicas y médicas de EE.UU. ,el Servicio de Salud Pública y las agencias estatales sanitarias recomiendan la fluoración de los suministros públicos de agua, y, sin embargo, en el terreno político la fluoración ha perdido la mayoría de las batallas. Cerca de 2.000 comunidades, con un total de 37 millones de personas, habían fluorado el agua al iniciarse la década de 1960, pero ha continuado existiendo mucha oposición. Un grupo llamado Comité Nacional Contra la Fluoración ha impulsado a una comunidad tras otra a votar contra la fluoración, e incluso a rechazarla en algunos lugares donde había sido adoptada. Se han usado los argumentos principales con el máximo efecto por los oponentes al sistema. Uno es que los compuestos de flúor son venenosos. ¡Lo son, en efecto, pero no en las dosis utilizadas para la fluoración! El otro es que la fluoración constituye una medicación obligatoria, lo cual infringe la libertad individual. Tal vez sea así, pero es un asunto discutible si el individuo en cualquier sociedad puede tener la libertad de exponer a los demás miembros a una enfermedad prevenible. Si la medicación obligatoria es algopernicioso, entonces tenemos un problema no solamente con la fluoración, sino también con la cloaración, la yodación e, igualmente con todas las formas de inoculación, lo cual incluye la vacunación contra la viruela.

    * El agua y la tierra | Uso del agua en Canarias | Salinidad

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  41. VIDEOS DE LA SEMANA SANTA EN EL PUERTO DE LA CRUZ


    http://es.youtube.com/watch?v=Mt-uwWNPxGI

    http://es.youtube.com/watch?v=SLB8zTAOlu0&feature=related

    Procesión del Gran Poder de Dios de Puerto de la Cruz, 2008.

    http://es.youtube.com/watch?v=MEXof3t9eGs

    31 de agosto de 2008 6:48
    Suprimir
    Blogger Antonio Dorta dijo...

    VIDEOS DE LA PROCESIÓN DE LA VIRGEN DEL CARMEN DEL PUERTO DE LA CRUZ


    http://es.youtube.com/results?search_query=VIRGEN+DEL+CARMEN+%22PUERTO+DE+LA+CRUZ%22&search_type=&aq=f

    31 de agosto de 2008 6:48

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