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Carmen y yo hemos estado de nuevo de vacaciones en Tenerife y como casi siempre la estancia en la isla nos deparó nuevas y agradables emociones. Esta vez, las sorpresas fueron varias: desde el encuentro con los amigos de juventud hasta el descubrimiento en Santa Cruz de la Sede de LA AFILARMÓNICA NI FÚ NI FÁ sita en la popular calle de la Noria.
La primera de las siempre agradables sorpresas nos la produjo la eficaz rehabilitación de la vivienda de mis difuntos padres llevada a cabo por Pepe "El cubano". Pepe se ocupó de la puesta a punto del piso siguiendo las instrucciones que desde Barcelona le aconsejaba Carmen pero haciéndole partícipe a su vez de su propio y acertado criterio.
El reencuentro con los amigos de siempre se produjo por sorpresa en la terracita que sobre el muelle dispone CAYAYA. En ella coincidimos un Lunes Paco Pérez, Aurelio Camacho (Lelo) y Rafael Cobiella (Rafa). Es lo que ellos denominan LUNES A SOL por ser el día en que coinciden todos de común acuerdo.
Uno de aquellos días Carmen y yo decidimos desplazarnos hasta Garachico pero al llegar a la altura de San Juan de la Rambla la policía nos obligó a parar en el arcén para facilitar el curso de una carrera ciclista que se disputaba por aquella ruta coincidiendo con las Fiestas de la Virgen del Carmen. Durante la espera barajé la posibilidad de bajar hasta Las Aguas, barrio de San Juan de la Rambla, con la intención de saludar a Peter "El holandés" al que no veía desde hacía unos treinta y cinco años. Encontré la casa que Peter había comprado entonces y nos recibió su mujer Amparo. Nos ofreció hospitalidad y esperamos a que Peter regresara de su sesión natatoria en la piscina del pueblo a pesar de que su casa se encuentra junto al mar. El encuentro resultó entrañable pues Peter y Amparo son unos excelentes anfitriones y agradables conversadores, sin embargo nos faltó tiempo para rememorar del todo las múltiples situaciones vividas juntos en el Puerto de la Cruz entre los años 70 y 80.
La última y más íntima de las sorpresas vividas esta vez tiene como protagonista a mi propio padre ya fallecido. Invité a Carmen a un paseo por Santa Cruz y llegamos hasta la Iglesia de la Concepción para tomar unas fotos de su arquitectura pero al desembocar luego en la popular calle de la Noria nos topamos de improviso con la sede de la muy popular AFILARMÓNICA NI FÚ NI FÁ que, para quién no lo sepa, es una de las murgas pioneras del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife. Carmen y yo ignorábamos su existencia y solicitamos permiso para visitarla al marido de Amparo que en ese momento accedía al local cerrado.
Siempre supe desde niño que mi padre había pertenecido a esa murga pero nunca supuse que entre otros diecisiete hubiera sido fundador de la misma. Una vez dentro de la sede, Amparo que es el
alma mater de la fundación nos ratificó la importancia que tuvieron aquellos dieciocho miembros que en un principio dieron en llamarse "LOS BIGOTUDOS" origen de lo que algo más tarde sería LA FILARMÓNICA NI FÚ NI FÁ.
En aquellos primeros años mi padre trabajaba como
barman en el bar "EL PORVENIR" sito en una esquina, al principio de la Calle del Castillo y cuyo propietario se llamaba D. Bernardo. En la acera de enfrente y en una esquina algo más arriba abría sus puertas la Ferretería "EL MARTILLO" cuyo propietario se llamaba Enrique. El compromiso de ámbas entidades y propietarios facilitó los primeros pasos de lo que más tarde sería la conformación de la célebre murga santacrucera.
Existe un libro escrito por la historiadora Amparo G.H. sobre el origen, conformación y evolución de la murga cuya edición está agotada y del que se esperan nuevas y revisadas ediciones.
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