RETRODEZCAN

Este imperativo es del todo incorrecto pero me resulta más contundente que el original RETROCEDAN. Por lo tanto, si la Real Academia de la Lengua Española me lo permite, desde hoy en adelante haré uso exclusivo de él.
Con RETRODEZCAN pretendo dar a conocer parte de mi obra pictórica, escultórica, fotográfica y, en menor proporción, literaria y, a la vez, mantener una corriente de opinión sobre los acontecimientos de naturaleza artística de hoy día.
Espero que tomeis la sabia decisión de manteneros a una distancia prudencial de mis opiniones aquí vertidas que no siempre tienen por que ser del agrado de la mayoría; ¿o, sí?

viernes, 19 de septiembre de 2014

LAS MANOS (Alex Matilla)




        LAS MANOS
                                           -A mi amigo Zoilo-
                                                                              
A todo buen lector seguro que le gusta una buena película. Os recomiendo una llamada “Her”. No es mi intención hacer una crítica de ella, sólo quiero resaltar la imaginación para conseguir este cine de ciencia ficción que pronto será una realidad. También quiero destacar las manos que escribieron este guión. Es algo inusual hablar de las manos, lo sé,  cuando es una de las partes más importantes del ser humano. Por ello, aquí lo quiero reseñar:
Hace tiempo, un hombre con pocos medios y cierta facilidad, golpeaba y  reparaba todo aquello que giraba por el hogar, incluido niños. Después por los patios de la vecindad se podía oír esta cariñosa frase.”Tu marido es un manitas.”
La mujer hacía encaje de bolillos, sobre todo con el dinero. Bordaba a los pudientes, a las vírgenes y a los santos. Zurcir un pantalón todavía no está en los escritos. Todo ello sin hacer un Máster.
Un chapista, con un tas, un soplete y un martillo reparaba las heridas de una “Berlina” o de un “Chevrolet”.
Las máquinas del tren eran  poco más que un depósito de agua y unos quilos de carbón. Con esta materia las manos de un fogonero la transformaba en vapor. Después los cilindros se encargaban de transmitir  el movimiento a las bielas y ruedas. Así, con mucho sudor y lagrimas negras, subían el Despeñaperros camino del sur. La juventud y la cantina hacían el resto.
En la actualidad, las manos más importantes son las manos de colores de un cirujano. De tu carcasa sacan el motor, limpian y reparan las válvulas.  Después vuelven a ponerte en marcha. Al final, rellenan unos papeles dándote permiso y así poder subir el tortuoso Tour que es la vida. Gracias.
Las herramientas como la gubia, el cincel, el formón, la paleta; son utensilios que prolongan las manos de un artista. Con ellas hacen figuras dando vida a los metales.
En la República de Marinaleda, las manos y brazos de hombres y mujeres han conseguido de un erial hacer un vergel. Tienen cooperativas, hacen sus propias casas, escuelas, auditorios, parques…No existe el paro, todos cobran el mismo sueldo, nadie se hipoteca. El paraíso está en un pueblo rojo de Sevilla.
Otras manos sólo han nacido para manejar el timón de un yate, el volante de un Ferrari o el hierro número 7 del golf. Algunas de estas manos también sirven para robar. Manos que nos quieren ahogar.
Cada día que pasa queda menos gente buena. Menos manos solidarias. Espero que nunca se cansen esas manos humildes que dan de comer a niños y mayores. Los demás solo repetimos que los culpables son los corruptos o los centros financieros. Todo es cierto, pero es necesario esta reflexión: “El hombre bueno, que sabe y se calla, también es culpable”. Está en nuestras manos.   


 Alejandro Matilla García. 

¡¡MUCHAS GRACIAS, ALEX!! Me parece un espléndido trabajo de reflexión social que comparto toalmente     

viernes, 5 de septiembre de 2014

OFIDIO ALONSO y "LOS SABANDIJAS"

Acabo de terminar de leer el magnífico libro con el que bajo el título de LOS SABANDEÑOS (Las otras voces del mito) sus autores, Francisco García Yanes y Gonzalo Hernández, han conseguido introducirme en los avatares, desde sus comienzos hasta nuestros días,  de este magnífico grupo que supo hacerse un sitio en el panorama folclórico de las Islas Canarias y en la memoria colectiva de la mayoría de los isleños del Archipiélago.

En mi opinión, también el libro refleja con acierto la especial idiosincrasia de la sociedad canaria y ausculta además el particular sentido del humor vivido por unos músicos (parranderos) ante unos acontecimientos padecidos como miembros de un colectivo cuyo "alma mater" no supo o no quiso en su momento gestionar, -tal y como democráticamente se le exigía,- ninguna de las tres llamadas virtudes teologales como la FE, la ESPERANZA y, sobre todo, la CARIDAD en favor de la mayoría de ellos.

Sobre el escenario conincidí con LOS SABANDEÑOS sólo una vez y ocurrió en un teatro de LA OROTAVA en los años en que Miguel "El orejas", tristemente fallecido, aún era componente del magnífico grupo. Yo formaba parte de un cuarteto, Folklore4, que actuaba ese mismo día y en la llamada "apoteosis final", ambos grupos nos despedimos del numeroso público cantando a la vez un tema común de nuestros respectivos repertorios que fue escandalosamente aplaudido.

Felicitaciones a Francisco García Yanes y Gonzalo Hernández.

Aclarar que para nosotros, Folklore4, a LOS SABANDEÑOS lo designábamos cariñosamente OFIDIO Alonso y "LOS SABANDIJAS"