Venta de sombra en la Facultad de Bellas Artes de Barcelona.
El calor era tan intenso y el sol tan violento que tomé asiento bajo la higuera plantada en la terraza del bar y decidí vender sombra fresca a cualquiera que se sintiera agobiado por la temperatura del tórrido e inesperado verano.
En principio establecí un precio por persona y hora de 20 céntimos que a muchos les pareció razonable.
Tras el éxito inmediato, decidimos también vender sombra a domicilio. Retirar las del pasado año y sustituirlas por nuevas y frescas.
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