RETRODEZCAN

Este imperativo es del todo incorrecto pero me resulta más contundente que el original RETROCEDAN. Por lo tanto, si la Real Academia de la Lengua Española me lo permite, desde hoy en adelante haré uso exclusivo de él.
Con RETRODEZCAN pretendo dar a conocer parte de mi obra pictórica, escultórica, fotográfica y, en menor proporción, literaria y, a la vez, mantener una corriente de opinión sobre los acontecimientos de naturaleza artística de hoy día.
Espero que tomeis la sabia decisión de manteneros a una distancia prudencial de mis opiniones aquí vertidas que no siempre tienen por que ser del agrado de la mayoría; ¿o, sí?

martes, 14 de noviembre de 2017

PERFORMANCE

¿Cuánto hubo de simbolismo, según la Sra. Forcadell, en la pasada declaración de independencia de Cataluña y cuál ha sido el saldo positivo cosechado con su intervención como presidenta del Parlamento de Cataluña?
Desde mi punto de vista, cero. Cero en cuanto a carácter simbólico como también en cuanto a saldo positivo de toda la operación soberanista porque si la intención hubiera sido meramente simbólica, hubiera bastado con una simple performance que hubiera evitado tanto gasto a costa del erario público además de haber dado sentido a los anhelos de miles de catalanes sin que todos ellos hubieran tenido que verse arrastrados por sus líderes a salir tantas veces a la calle a exigirla de manera tan categórica y con un saldo tan negativo para sus republicanos intereses. Para ello existe, por ejemplo, el teatro.
Comprendo que cualquier estrategia frente al temido artículo 155 de la Constitución española con tal de evitar la entrada en prisión hubiera sido válida, sin embargo el cálculo de los graves riesgos a los que se enfrentaban los responsables no fueron lo suficientemente valorados para salir indemnes de la situación creada, de lo que se desprende que la Sra. Forcadell tuvo que verse en la imperiosa necesidad de mentir ante el Tribunal Supremo si lo que quería era conservar la libertad y, también, la de los suyos. Y eso es comprensible.  
Negarse a declarar, -ni siquiera en tu propio beneficio, a la fiscal-, como lo hicieran en su comparecencia el vicepresidente Junqueras y sus adláteres también comporta un cierto riesgo a tenor de la falta de tiempo alegada en su favor por los abogados para preparar la defensa.
Y, por último, ¿Qué decir de la rocambolesca salida de Cataluña del Presidente y el resto de miembros de su gabinete hacia Bélgica? ¿Es también un exilio simbólico el suyo? No lo creo; aunque si admito que intentar mantener un gobierno fuera de las fronteras de lo que pudo haber sido la República de Cataluña sí que me parece el acto más simbólico de todos los posibles.

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