RETRODEZCAN

Este imperativo es del todo incorrecto pero me resulta más contundente que el original RETROCEDAN. Por lo tanto, si la Real Academia de la Lengua Española me lo permite, desde hoy en adelante haré uso exclusivo de él.
Con RETRODEZCAN pretendo dar a conocer parte de mi obra pictórica, escultórica, fotográfica y, en menor proporción, literaria y, a la vez, mantener una corriente de opinión sobre los acontecimientos de naturaleza artística de hoy día.
Espero que tomeis la sabia decisión de manteneros a una distancia prudencial de mis opiniones aquí vertidas que no siempre tienen por que ser del agrado de la mayoría; ¿o, sí?

miércoles, 23 de mayo de 2018

CICLISMO


Se acerca el verano y con las subidas de las temperaturas, aquí en Cataluña resulta corriente avistar a lo largo de los arcenes de las carretas comarcales equipos multicolores europeos que vienen a esta zona no sólo a entrenar sino también a aclimatarse con tiempo a las duras condiciones de calor que exige la Vuelta a España además de otras muchas competiciones de estío en Europa.

Vale la pena precisar que bajo tales condiciones climatológicas la visibilidad en carretera es impecable, nítida, por cuya razón no he llegado nunca a comprender aún cómo pueden ciertos automovilistas ocasionar atropellos tan graves y con resultado incluso de muerte.

He oído comentar muchas veces a cierto tipo de avezados automovilistas el incordio que supone para ellos encontrarse con uno o varios ciclistas circulando por carretera en su misma dirección sin tener en cuenta que esa misma tolerancia que debiera para con ellos es la que nos ha proporcionado presumir durante tantos años de grandes corredores a lo largo de la historia del ciclismo español.

Citemos los casos de Federido Martín Bahamontes, primer ganador del Tour (1959),  Luis Ocaña (1973), Perico Delgado, ganador del Tour de 1988, el propio Induraín, quién entre 1991 y 1995 ganara cinco Tours consecutivos en Francia, record de la hora en 1994, además de campeón del mundo de contrareloj (1995) y, por si fuera poco, campeón olímpico de cotrarreloj (1996), Oscar Pereiro (2006), Carlos Sstre (2008), Alberto Contador (2007, 2009). 

A todos ellos y a los otros muchos que todavía siguen entrenándose por esas interminables rutas comarcales de España, les debemos un serio respeto a sus ímprobos esfuerzos, a esa soledad del corredor de fondo que nos anima a levantar el pie del acelerador durante unos segundos y guardar la distancia de seguridad que garantice su equilibrio, su salud, su vida. El poco tiempo perdido por cualquier automovilista con esta tolerancia recíproca, podrá ser recuperado sin ninguna dificultad a lo largo de los próximos cien metros de carretera despejada y seguir manteniendo así la esperanza en los futuros triunfos que, -con nuestra humana colaboración-, nos hagan sentir felices a todos. A ellos por su tesón y éxitos a conseguir y a nosotros por nuestra modesta colaboración en carretera.

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