RETRODEZCAN

Este imperativo es del todo incorrecto pero me resulta más contundente que el original RETROCEDAN. Por lo tanto, si la Real Academia de la Lengua Española me lo permite, desde hoy en adelante haré uso exclusivo de él.
Con RETRODEZCAN pretendo dar a conocer parte de mi obra pictórica, escultórica, fotográfica y, en menor proporción, literaria y, a la vez, mantener una corriente de opinión sobre los acontecimientos de naturaleza artística de hoy día.
Espero que tomeis la sabia decisión de manteneros a una distancia prudencial de mis opiniones aquí vertidas que no siempre tienen por que ser del agrado de la mayoría; ¿o, sí?

martes, 18 de septiembre de 2018

CIRCO Y MÁSTERS

Tengo la gran suerte de contar entre mis numerosos amigos a uno cuyo nombre me reservo por discreción y que, según él, es Doctor Humoris Causa por la Universidad de risa JUAN CARLOS I, con la calificación máxima alcanzada de cum laude.

Ni que decir tiene que a juzgar por su meritoria calificación académica, para quienes le conocemos íntimamente resulta ser una persona extremadamente simpática y con un sentido del humor fuera de toda sospecha, Sin embargo y pese a todo, en otros círculos de menos relevancia que el nuestro, cómo puedan ser los empresariales o políticos, por poner sólo dos ejemplos, este entrañable amigo pasaba por ser  un individuo huraño, poco dado a la broma y de muy mal carácter, de modo que ante las opiniones adversas de sus propios colegas de profesión solía defenderse a menudo teniendo que mostrar a todo aquel que quisiera comprobarlo una copia de la tesis doctoral llevada a cabo durante su juventud en la mencionada Universidad de risa JUAN CARLOS I. Aun así, muy pocos, excepto sus más íntimos amigos, llegaron a creerse la absoluta legalidad del máster conseguido en su día a base de interminables horas de risas, de anécdotas contadas, de chistes intercambiados cuando no inventados durante las largas noches de cónclave con sus compañeros de clase en el interior de sus confortables habitaciones en las dependencias de la Risa-dencia de Estudiantes próxima a la facultad.

Una vez hubieron terminado con notable éxito sus estudios, uno de sus mejores amigos tuvo la enorme suerte de encontrar trabajo como payaso en el mejor circo por entonces en Europa y cuyo nombre, también por discreción, me reservo. Allí estuvo durante cierto tiempo haciendo reír con un éxito asombroso al numeroso público, tanto adulto como infantil, que a diario acudía al grandioso espectáculo que se representaba bajo la gran carpa de doble pista.

Tras un par de años de sólida actuación artística, el payaso en cuestión fue llamado al despacho del director de la entidad quién albergaba la intención de comunicarle lo que nunca hubiera querido escuchar y jamás creído que podría suceder: su despido fulminante e inmediato. ¿La razón? Pues que no se tomaba suficientemente en serio su trabajo.

¡Y ASÍ ESTÁN LAS COSAS!

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