RETRODEZCAN

Este imperativo es del todo incorrecto pero me resulta más contundente que el original RETROCEDAN. Por lo tanto, si la Real Academia de la Lengua Española me lo permite, desde hoy en adelante haré uso exclusivo de él.
Con RETRODEZCAN pretendo dar a conocer parte de mi obra pictórica, escultórica, fotográfica y, en menor proporción, literaria y, a la vez, mantener una corriente de opinión sobre los acontecimientos de naturaleza artística de hoy día.
Espero que tomeis la sabia decisión de manteneros a una distancia prudencial de mis opiniones aquí vertidas que no siempre tienen por que ser del agrado de la mayoría; ¿o, sí?

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lunes, 15 de enero de 2018

La CARIDAD como DELITO


DIEGO ENCINOSO Y ASOCIADOS (ABOGADOS)
El Sr. Encinoso, encargado desde hoy de mi defensa, trataría en principio de ponerme al corriente de la nueva reforma habida del Código Penal en materia relacionada con la llamada caridad mercantil y financiera entre particulares, amigos, familiares, etc., habida cuenta de la profunda crisis económica por la que atraviesa el país en estos últimos meses y el enorme desasosiego que tal situación provoca en el amplio sector de  población más necesitado. Según la reforma en cuestión, sería constitutivo de grave delito el amparo mercantil y financiero así como los préstamos personales sin intereses adicionales entre particulares. No así aquellas otras entidades profesionales colegiadas como Bancos, Cajas de Ahorro, Montes de Piedad, Agencias de préstamos, etc., etc., que se encuentren bajo la tutela del Estado.
-Y ahora, -me dijo-, cuéntame tu versión de los hechos.
Quince días antes de su fallecimiento, Oscar había venido a mi encuentro para pedirme prestados ciento cincuenta euros con los que paliar la grave situación económica en la que por el momento se encontraba. Me acompañó hasta la sucursal más próxima de mi banco y extraje en ventanilla la cantidad solicitada en su  favor si bien rogándole encarecidamente que no tuviera ninguna prisa en su devolución ya que me parecía que su angustiosa doméstica situación económica y personal en aquel momento resultaba aún mucho más dramática que la mía propia.
-Pues bien, -asintió con una enigmática sonrisa-, mi línea de defensa va a consistir en algo sumamente sencillo; precisamente en tratar de demostrar o, mejor dicho, de hacer creer al tribunal que te va a juzgar que la cantidad retirada de tu cuenta bancaria de ciento cincuenta euros y que aparece reflejada en el balance mensual de tu cartilla de ahorros no fue utilizada nunca con el propósito de conceder un préstamo particular y sin intereses a tu gran amigo Oscar sino, precisamente, para todo lo contrario; para saldar definitivamente una deuda contraída con él con anterioridad a su desgraciada muerte. Es muy posible que esta simple estrategia de mi bufete no demuestre del todo tu supuesta inocencia pero, en realidad, no estamos necesariamente por qué estar obligados a ello de la misma manera que tampoco sus Señorías del Tribunal podrían probar tu inesperada culpabilidad.

Desde que le prestara ciento cincuenta euros a mi amigo de la infancia Oscar hasta el momento mismo de su fallecimiento apenas habían transcurrido quince días. Los primeros rumores que llegaron a mis oídos no hacían más que presagiar que el verdadero y único motivo de su repentina y muy sentida muerte tenía bastante que ver con un préstamo solicitado por el finado a no se sabía quién. Al parecer los forenses habían achacado su repentina muerte a un certero ataque cardiaco, presumiblemente provocado por la angustia que supone en tales circunstancias la enorme responsabilidad de tener que devolver el dinero prestado en un plazo más o menos limitado y en las graves condiciones económicas en las que se hallaba la víctima como consecuencia de la gran crisis financiera por las que atravesaba el país en aquel momento.
Quince días más tarde, un inspector de policía y su ayudante se presentaron sin aviso previo en mi casa, en una visita que según el propio inspector calificaría de simplemente rutinaria. En ella, al parecer, el teniente trataba de ponerme oficialmente al corriente del trágico percance sufrido por mi amigo Oscar como consecuencia, según su propia versión, de un supuesto préstamo ilegal clandestino contraído con una segunda persona de su entorno más inmediato y que tras la última reforma habida del Código Penal en esa precisa materia económica resultaba hoy día constitutiva de un flagrante delito de caridad con resultado de homicidio imprudente. Llegados a este punto y mientras su ayudante continuaba bolígrafo en mano dispuesto a anotar lo que yo pudiera declarar al respecto, el inspector tuvo sin embargo la gentileza de advertirme seriamente de que todo lo que pudiera decir a partir de ese momento podría ser utilizado en mi contra. Yo fingí no saber nada del asunto y permanecí siempre en silencio, negándome del todo a declarar.
Antes de salir de casa, el policía, por propia experiencia según dijo, tuvo a bien aconsejarme la contratación inmediata de un buen abogado que se ocupara de mi defensa ante el Tribunal además de hacerme prometer la firme obligación que tenía para con la justicia de no abandonar la ciudad bajo ningún concepto hasta que el Juez, ocupado del caso, decidiera próximamente citarme a declarar como imputado en un grave delito de homicidio imprudente.
Llegó el día del juicio. Yo me declaré no culpable. Después de que el Tribunal oyera los alegatos de las partes el Juez dicto por fin sentencia:
-Este Tribunal absuelve al Sr. Zoilo López del delito de caridad mercantil y financiera y préstamo ilegal clandestino con resultado de homicidio involuntario.

viernes, 12 de enero de 2018

EL ABOGADO


¿Quién diría que este resoluto muchacho que aparece en la fotografía habría de ser con el tiempo el reconocido letrado que, por las referencias que tengo y mientras yo permanecía ausente de la isla, habría alcanzado gran notoriedad en el amplio círculo de la abogacía en Santa Cruz de Tenerife?
En aquel entonces en que le fotografié su espesa melena enmarcaba un simpático rostro juvenil tras unas grandes gafas de escasas dioptrías. Sin embargo, lo que realmente a mí más me impresionaba de él y que de ninguna manera podía haber sido fotografiada, era su extraordinaria voz profunda, áspera en ocasiones y que en realidad no se correspondía en absoluto con la de un joven de su edad. En cualquier caso, parecía ser uno de sus principales atractivos entonces, aparte de su extraordinaria locuacidad no exenta, desde mi punto de vista, de cierto buen criterio.
Hace unos años, una señorita se puso en contacto conmigo desde Tenerife para que le facilitara esta misma foto. Al parecer, ella no le había conocido entonces y nunca creyó que el prestigioso abogado que hoy era su amigo pudiera haber tenido un pasado juvenil de estas características de estilo. Me pareció sincera cuando me dijo que su intención era enmarcarla y regalársela por sorpresa en su cumpleaños.
Me estoy refiriendo a DIEGO ENCINOSO con quién me unió una sincera amistad durante una larga época en la que el Puerto se convertía cada verano en cita obligada de muchos jóvenes de Santa Cruz.

jueves, 11 de enero de 2018

¿HAY PARA RATO?


Hoy hemos conocido a través de un medio de comunicación de toda solvencia que cada mes y durante aproximadamente unos veinte años un ciudadano anónimo que responde a las siglas de J.L. retiraba con regularidad de una ventanilla de una sucursal de Bankia un sobre blanco que, al parecer, contenía cada vez distintas cantidades de dinero procedentes de otras tantas comisiones dedicadas a la supuesta financiación de las muchas campañas del Partido Popular organizadas durante las elecciones. La noticia, por su carácter estrictamente anecdótico, resulta de lo más interesante por cuanto y según el personaje sus cobros fueron logrados como consecuencia de un cúmulo de casualidades que nada tenían que ver con la verdadera intención que lo llevó aquel primer día hasta la sede de Bankia en Madrid.
Madrid, 2 de Julio de 1996
J.L, residente en Barcelona pero de vacaciones aquel verano en Madrid, dirigió sus pasos hacia la sucursal de Bankía más próxima a su domicilio. Atravesó el vestíbulo y esperó su turno ante la raya amarilla trazada sobre el brillante suelo de la entidad. Como quiera que ningún empleado le llamara, impaciente decidió acercarse al mostrador y preguntar en tono jocoso al cajero de turno:
-¿Tenemos para rato?
-Algo hay, -contestó el cajero sin apartar la mirada de la pantalla encendida del ordenador-
-¿Mucho? –inquirió sonriente J.L.
-¡Cuatro meses! -contestó el empleado mientras le extendía sobre el mostrador un sobre blanco con membrete en el que podía leerse sin dificultad Rolls Royce, escrito con rotulador a grandes y gruesos caracteres de color negro.
La intención de J.L. al llegar a ventanilla no era precisamente aquella primera inicial pero su curiosidad pudo mucho más que la necesidad del momento por lo que decidió volver sobre sus pasos y abandonar el Banco definitivamente. Una vez en el exterior buscó refugio de la cegadora luz de la mañana cobijándose al amparo de la sombra que le proporcionaba un gigantesco platanero del paseo. Levantó la solapa del sobre y en su interior descubrió cuatro mil euros en ocho billetes de quinientos. No le cabía duda de que, sin pretenderlo en absoluto, había dado con una contraseña secreta establecida que le habría facilitado en el futuro el cobro inmediato de ciertas comisiones previstas por alguien interesado a través de aquella fraudulenta entidad bancaria.
Atando cabos sueltos llegó a la conclusión de que la contraseña pactada pudo haber sido, precisamente, aquella primera frase que articulara al principio, fruto de la casualidad, frente a la ventanilla del cajero: ¿Tenemos para Rato? Con toda seguridad, el empleado, de su propia cosecha, habría interpretado la inicial de “rato” con la mayúscula que corresponde a todos los nombres propios y el milagro se habría obrado en su presencia. Los meses que según el cajero declaraba de espera, se corresponderían así mismo con el número de miles de euros depositados en el interior del sobre. Y por último, si a ello se le suma que las iniciales de Rolls Royce son dos erres, podrían muy bien resultar éstas la clave que encerrara la auténtica identidad de Rodrigo Rato. Como consecuencia de todo ello, J.L. se habría convertido por error y sin quererlo en su correo, lucrándose así en su propio beneficio durante veinte años.


miércoles, 10 de enero de 2018

LOLO (POR SIEMPRE)


En mi extensa galería de personajes populares del Puerto de la Cruz no podía faltar la  inefable figura de LOLO. No sé exactamente cuántos años habrán pasado desde su desgraciado accidente mortal de automóvil pero su imagen estará siempre presente y ligada a las rutilantes noches portuenses de las décadas 70-80 a las que con tanto esplendor contribuyó gracias a su delicada elegancia y glamour.
Apenas le conocía pero recuerdo haber entrado una noche en el DIANA, -restaurante situado entonces en lo que hoy es el mirador de la Punta del Viento y en cuyos bajos se abría el GOLDEN CLUB-, y jamás olvidaré la agradable sensación de libertad que me produjo viéndole bailar un cha-cha-cha francés en compañía de la atractiva propietaria del local, con aquel swing tan característico suyo, seguramente aprendido de Gene Kelly, Ginger Rogers o Fred Astaire.
Debo reconocer su extraordinaria valentía al no renunciar jamás, pese a todo, a su innata inclinación sexual que jamás trató de ocultar y que, sin embargo, no le impediría en absoluto cosechar cientos de amistades en todos y cada uno de los estamentos de la sociedad portuense de la época. Sin ni siquiera haberlo expresamente pretendido, con su actitud desenfadada y jovial, LOLO hizo que a lo largo de tantos años de entusiasmo colectivo los portuenses hubieran decidido desde siempre tomar conciencia del significado que suponía para muchos otros su condición de homosexuales durante la todavía difícil y oscura etapa del franquismo.
La tolerancia y permisividad que también pude constatar entonces asumida por parte del conjunto de la población portuense también fue muy digna de todo encomio lo que a su vez permitió a muchos a vivir permanentemente y sin traumas fuera del oscuro y misterioso armario, bajo la luz siempre radiante que la primavera eterna del Puerto de la Cruz ofrece.

lunes, 8 de enero de 2018

¿NUEVAS ELECCIONES EN CATALUÑA?


Entiendo muy bien a mis colegas de opinión cuando se declaran ya cansados para volver  a hablar sobre el contencioso catalán que nunca se cierra del todo pero yo, como charnego que me considero en Cataluña, sí que me siento casi obligado a hacerlo.
A pesar de que nos encontramos de nuevo en el punto de partida, el llamado procés catalán no termina de definirse del todo; ni siquiera gracias al conjunto de fuerzas independentistas que en estas últimas elecciones han alcanzado mayoría parlamentaria, hecho que a Ciudadanos, por otra parte y con ser el partido más votado, no le ha servido de mucho; ni tan siquiera para medrar frente al resto de sus oponentes políticos.
Todo hace suponer que si alguien no lo remedia, volveríamos a celebrar nuevas elecciones, toda vez que la aplicación del tan temido artículo 155 mantiene aún en prisión a Junqueras y prófugo de la justicia española a Puigdemont y, por lo tanto, con muy escasas esperanzas entre sus respectivos partidos en ponerse de acuerdo en elegir un presidente a tiempo.
Si a ello le sumamos la creación de un nuevo frente anti independentista en Cataluña que bajo las siglas PAB (Plataforma por la autonomía de Barcelona) aboga por la segregación de Barcelona y Tarragona bajo la denominación de TABARNIA y con la que tratan de aislar a ambas del desafío independentista, el panorama político catalán no ofrece, a priori, ninguna vía factible de solución inmediata.
En cualquier caso, una gran parte del electorado independentista no tan sólo confía plenamente en las promesas vertidas por sus distintos representantes elegidos sino que además creen llegar a lograr la ansiada independencia de Cataluña por la vía estrictamente pacífica que tanto se han molestado en demostrar desde el 1º de Octubre pasado. En concreto, durante esta última semana, Oriol Junqueras ya ha estado representando su papel de Gandhi occidental frente a los tribunales catalanes atribuyéndose cualidades de hombre de paz además de alegar en su propio favor la pasividad de sus  firmes creencias religiosas.

domingo, 31 de diciembre de 2017

PRÓSPERO AÑO NUEVO


A todos mis amigos les deseo desde mi Blog un PRÓSPERO AÑO NUEVO

sábado, 23 de diciembre de 2017

TEMORES


Mientras aguardaba impaciente a M.R, J.M. pidió su botella.
-¿La de siempre, Sr.? –preguntó el camarero de confianza-.
-Sí, ¡por favor! La de siempre.
Desde aquel discreto lugar, en el interior de La Pocilga, sentado ante una mesita circular situada en un apartado rincón del fondo casi en la penumbra, J.M. se sentía a gusto, máxime si se hacía acompañar de aquella sencilla botella verde vejiga a la que se sentía tan ligado desde hacía ya tantos años. Asiéndola suavemente por el cuello, J.M. la elevó como siempre hasta la altura de sus ojos y comprobó una vez más su fecha de caducidad. La descorchó con los dientes, ocultos éstos por el espeso bigote para, -girando con energía la cabeza y escupiendo con fuerza el tapón muy lejos de sí-, darle un tiento lento y largo en la medida que, perezosamente, inclinaba el codo apuntando en dirección al techo oscuro.
El primer trago le había causado el efecto deseado en tales circunstancias, cuando a solas los dos en aquel discreto lugar parecía siempre creer que ella le hablaba con ternura y en voz baja.


 -A pesar del mucho dinero de que dispongas, -creyó oirle murmurar-, aunque incluso logres ganar de nuevo las próximas elecciones presidenciales del país o te conviertas de pronto en el hombre más influyente de España, te juro, J.M., que nunca, nunca, sería capaz de abandonarte, -acabó por susurrarle-, mientras su enamorado bebedor le lamía con fruición el largo cuello desnudo-.
-En el gollete, J.M., bésame en el gollete, -suplicaba ella con trémula voz baja, hecha toda verde vejiga por fuera y completamente húmeda por dentro.
En ese preciso instante hizo su aparición M.R., al que J.M. llevaba esperando con insistencia desde que el camarero le trajera a la mesa su botella preferida.
-Déjanos solos, ordenó de pronto J.M. a su botella, apartándola discretamente con el codo, ante la inexcusable presencia de su colega M.R.
-¿Cómo te encuentras, M.R.? –preguntó con sumo interés por su salud su colega de partido J.M.
-No te lo creerás, J.M., pero a pesar de haberme sometido a la exploración de un TAC en urgencias, de haber sido auscultado en profundidad por el otorrino del hospital central, de consultar al oftalmólogo en la clínica Barraquer, el único que, por fin, ha sabido dar con el origen de las dolorosas cefaleas que, como bien sabes, vengo padeciendo día y noche desde hace ya un mes, ha sido un médico de cabecera magrebí que ocupa plaza como interino en la mutua privada de la que soy abonado. Y sirviéndose simplemente de un diminuto inhalador con el que, por vía nasal, he necesitado aplicarme sólo un par de pulverizaciones diarias ha conseguido que al cabo del segundo día, los intensos dolores de cabeza que sufría a diario hayan remitido por completo y, al parecer, para siempre.
-¿Te das cuenta, mi querido M.R., -reflexionó asombrado J.M.- Si, -esto entre nosotros-, un sólo morito, valiéndose simplemente de un diminuto inhalador ha sido capaz de conseguir tamaña proeza con tu ya de por sí precaria salud, que no conseguirían algunos cientos de ellos si pudieran disponer abiertamente de un arsenal de armas de destrucción masiva como, según Bush, al parecer ya cuentan?

martes, 19 de diciembre de 2017

DEFORMACIÓN PROFESIONAL


Mientras la Sra. Daniela envolvía sobre el mostrador de su tienda uno de mis últimos encargos, ésta me confesaba abiertamente que antes de dedicarse, -como ahora hace desde  que contrajera matrimonio-, a enmarcar espejos y cuadros para artistas, su auténtica profesión de soltera fue la de mecánico dentista y que por esa razón, en aquellos tiempos, lo primero en que se fijaba de un chico era en el estado de su dentadura.
-Eso tiene un nombre, -repliqué yo de inmediato-: deformación profesional. Sin embargo, -proseguí-, yo siempre creí que las jóvenes de entonces en lo primero que se fijaban de un chico era en el estado de su cuenta corriente.
-¡Naturalmente que no, Sr. Zoilo! -negó rotundamente la dueña-, porque en tal caso y según su propio criterio, yo hubiera tenido que haber estado empleada entonces como cajera de cualquier entidad bancaria, -¿no le parece?-. Deformación profesional lo llama Vd.


-Sr. Zoilo: por suerte y en cualquier caso, -agregó-, mi marido todavía hoy presume de una excelente, sana y blanca dentadura.
-No lo dudo y me alegro mucho por ambos Sra. Daniela, -respondí con una estúpida sonrisa mientras me tapaba la boca con el dorso de la mano-

miércoles, 13 de diciembre de 2017

REZADORAS


El proceso gripal por el que aún estoy atravesando me ha vapuleado sin compasión alguna. Me ha zarandeado de tal forma que me he visto obligado a arrojarme entre las frescas sábanas, -que cambiaba cada día,- durante más de dos semanas, sin conseguir siquiera erradicar la fiebre que, todavía hoy, me sigue produciendo intensos escalofríos.
Como consecuencia de las violentas palpitaciones en las sienes, he sufrido además la desagradable sensación de que me hubiera crecido el cerebro, aprisionado fuertemente tal y como llegué a creer contra la caja craneal, contra los parietales en concreto, de tal modo que también los párpados habrían soportado una inusitada tensión hasta el punto de albergar sospechas de que los globos oculares escaparían escandalosamente, de un momento a otro, del interior de sus cuencas. Por si esto fuera poco, el considerable espesor de la mucosidad en la nariz había venido provocándome una intolerable pertinaz sinusitis, incapaz de retirarse con simple agua de mar inhalada varias veces al día.
La sordera que produce tamaño embotamiento hacía que mi mujer perdiera la paciencia conmigo al tener que repetirme las cosas una y otra vez. Por último, las articulaciones que te permiten accionar los maxilares se encontraban tan rígidas que apenas he podido abrir la boca para probar bocado.
Retrocediendo muy atrás en el tiempo, siendo yo aún muy niño pero en las mismas circunstancias en las que, desgraciadamente, hoy me encuentro, las madres de aquellos años acostumbraban a solicitar la presencia de una eficaz rezadora, que en la mayoría de los casos y tratándose de La Cuesta, donde por entonces vivíamos, solían acudir desde La Higuerita, La Finca España, el Valle de Tabares o, incluso, de Geneto.
A su llegada, la madre del enfermo cuidábase siempre de poner en antecedentes a la rezadora sobre el estado de salud, -en este caso-, del niño, aparte de también advertirle que la criatura había sido ya convenientemente bautizada.
-Pues, déjeme a solas con él, solicitaba la rezadora.
Después de desnudarle el pecho y el vientre, la mujer invocaba de inmediato a una serie de santos de toda su confianza y con voz trémula, monocorde,  tranquila y sin variaciones, arrancaba con una serie de largas oraciones encadenadas, solicitando de todos ellos su eficaz intervención en favor de “….la salud de una inocente criatura que no ha tenido culpa alguna del pecado original contraído por nuestros primeros padres y del que nos sentimos tan arrepentidos, etc., etc.”

Mientras en su mano izquierda sostenía un amuleto o cuando no una estampita religiosa, las yemas de los dedos de su otra mano, a tiempo con el rezado, se deslizaban suavemente acariciando en su trayecto la piel de la frente primero, el pecho después y, por último, el vientre, sin cesar nunca en dudar de la inocencia del pequeño. Luego regresaba en sentido contrario y llegando a la frente dibujaba cada vez la señal de la cruz como garantía de su propia eficacia como rezadora. Así una y otra vez.
Después de un cierto tiempo, variable según los casos y sin explicación aparente, una intensa sudoración terminaba por cubrir del todo el cuerpecito del pequeño, desprendiendo a su vez un tenue y tibio vaho traslúcido que a medida que se alejaba lentamente, acariciando en su trayecto los perfiles del escaso mobiliario de la estancia, terminaba por fundirse en la penumbra sombría del fondo. Se había obrado el milagro.
Después de un largo silencio, cuando la madre intuía que todo había ya terminado, regresaba entonces junto al lecho donde su hijo le esperaba ya sonriendo. La rezadora aconsejaba entonces frotar al niño con un paño húmedo de agua fresca y después de cobrar por el rezado de acuerdo a la precaria situación económica de la familia del enfermo abandonaba el lugar de inmediato y en silencio.
Con la novedosa llegada al mercado español del popular VICKS VAPORUB, excepto algunos, ya casi nadie volvió a confiar la salud de sus hijos a las por entonces más que eficaces rezadoras en aquellos lejanos años de posguerra.
LEA LAS INTRUCCIONES DE ESTE MEDICAMENTO Y CONSULTE AL FARMACEÚTICO
¿Cuántas veces habré oído yo este consejo sanitario?
Luego de descartar definitivamente los consejos farmacéuticos me dirigí a la Seguridad Social. El diagnóstico del médico resulto ser GRIPE SEVERA y para combatirla me recetó un nuevo pulverizador nasal dos veces al día (mañana y noche) y dos inhalaciones cada vez por cada una de las fosas nasales. Al parecer se trata de un novedoso medicamento a base de fluorato de fluticasona que descongestiona la nariz con un solo par de aplicaciones. Eso sí, para el resto de los dolores lo de siempre IBUPROFENO, también un par de veces al día pero sólo en caso de dolor.
Hoy ya me siento mejor.

martes, 12 de diciembre de 2017

GRIPE


El proceso gripal por el que aún estoy atravesando me ha vapuleado sin compasión alguna. Me ha zarandeado de tal forma que me he visto obligado a arrojarme entre las frescas sábanas, -que cambiaba cada día,- durante más de dos semanas, sin conseguir siquiera erradicar la fiebre que, todavía hoy, me sigue produciendo intensos escalofríos.
Como consecuencia de las violentas palpitaciones en las sienes, he sufrido además la desagradable sensación de que me hubiera crecido el cerebro, aprisionado fuertemente tal y como llegué a creer contra la caja craneal, contra los parietales en concreto, de tal modo que también los párpados habrían soportado una inusitada tensión hasta el punto de albergar sospechas de que los globos oculares escaparían escandalosamente, de un momento a otro, del interior de sus cuencas. Por si esto fuera poco, el considerable espesor de la mucosidad en la nariz había venido provocándome una intolerable pertinaz sinusitis, incapaz de retirarse con simple agua de mar inhalada varias veces al día.
La sordera que produce tamaño embotamiento hacía que mi mujer perdiera la paciencia conmigo al tener que repetirme las cosas una y otra vez. Por último, las articulaciones que te permiten accionar los maxilares se encontraban tan rígidas que apenas he podido abrir la boca para probar bocado.


 LEA LAS INTRUCCIONES DE ESTE MEDICAMENTO Y CONSULTE AL FARMACEÚTICO
¿Cuántas veces habré oído yo este consejo sanitario?
Luego de descartar definitivamente los consejos farmacéuticos me dirigí a la Seguridad Social. El diagnóstico del médico resulto ser GRIPE SEVERA y para combatirla me recetó un nuevo pulverizador nasal dos veces al día (mañana y noche) y dos inhalaciones cada vez por cada una de las fosas nasales. Al parecer se trata de un novedoso medicamento a base de fluorato de fluticasona que descongestiona la nariz con un solo par de aplicaciones. Eso sí, para el resto de los dolores lo de siempre, IBUPROFENO, también un par de veces al día pero sólo en caso de dolor.

Hoy ya me siento mejor.

viernes, 1 de diciembre de 2017

MOTÍN Y NÁUFRAGO


En absoluto me gustaría que ocurriera lo que estoy a punto de imaginar porque, en el fondo, no le deseo ningún mal ni a mi peor enemigo pero a la vista de la ilustración que tengo enfrente, al Sr. Rajoy no le auguro un futuro nada halagüeño,  máxime, cuando entre los miembros más afines de su partido que esta última semana viajaban felizmente en su compañía durante una travesía náutica de placer por el Mediterráneo ha tenido lugar un silencioso motín a bordo, de imprevisibles consecuencias y que al Presidente del Gobierno de la nación podría costarle incluso la vida si como parece ser cierto la pequeña embarcación en la que fue  finalmente confinado y abandonada luego a la deriva y a su suerte en alta mar, pudiera ser fatalmente descubierta con el paso de los días por cualquiera de los habitantes de esa posible nueva república independiente llamada Catalunya, proclamada por mayoría como consecuencia de los comicios previstos para el próximo día veintiuno de Diciembre y del que pueda salir elegido cualquiera de sus más acérrimos enemigos, enfrentados como están al Artículo 155 previsto por la constitución y puesto en marcha por el presidente Rajoy al que, además, consideran culpable de su actual situación financiera. 
Por lo que respecta a las provisiones, por el momento, no habría por qué preocuparse. Las condiciones climatológicas que se vaticinan para las próximas semanas, según los expertos, también parecen favorables a la navegación por lo que tampoco se habría de temer por la vida del náufrago. El mayor peligro y para el que el Presidente no tendría la más mínima cobertura, provendría precisamente del resultado de esos comicios anunciados para el próximo día veintiuno de Diciembre, de tal manera que la vida de Rajoy ya sólo dependería del resultado final de esas fortuitas elecciones a la Generalitat de Catalunya.  

domingo, 24 de septiembre de 2017

¡LIBERTAD! (divino tesoro)

Dentro de la campaña orquestada por los distintos dirigentes de los partidos independentistas catalanes en favor al derecho a votar en el anunciado referéndum del próximo 1º de Octubre, me ha chocado en especial una invitación expresa e impresa sobre unos vistosos pasquines pegados en las paredes de los pueblos del interior de Cataluña en los que se puede leer lo siguiente: ¡VOTEMOS PARA SER LIBRES!

Tal afirmación me parece, cuanto menos, una enorme paradoja. Que ser libre dependa de una papeleta que me ate de nuevo y sin garantía alguna a un gobierno determinado, por muy republicano que éste sea y al que deba, en aras de una supuesta democracia, un sueño que he venido persiguiendo desde mi lejana juventud, lo considero una vergüenza. Un sueño que jamás he visto ni verán cumplido mis ojos durante los años que me restan de vida porque el concepto y grado de libertad del que pueda presumir un individuo, en mi modesta opinión, sólo depende de sí mismo y no de la voluntad de ningún otro. La libertad no se concede; se alcanza.

En cualquier caso, sentirse libre es considerado también un estado mental, espiritual si se quiere, cuyos límites habrían de encontrarse únicamente en la frontera de la razón; razón que, -por otra parte y en mi caso particular-, fue condicionada coercitivamente por una nefasta educación judeo cristiana impuesta en su día merced a una férrea dictadura y en connivencia con los postulados más rancios de nuestra santa madre iglesia a través de los llamados diez mandamientos y ciertos dogmas de fe preconizados por sus sesudos teólogos que yo nunca acabé de entender.

Despojado con el tiempo de aquella  castradora dictadura y de la obediencia ciega (que nunca llegué a tener) a los dogmas de la iglesia, sólo restaba, en aras de mi propia libertad, alejarme ya de las fronteras establecidas, de las banderas flameando en las astas de los estados y prepararme para aquello de lo que nunca he llegado a disfrutar del todo: ¡LIBERTAD! Esta es la única razón por la que con mucho ahinco continúo persiguiéndola.

La ocupación de la Universidad de Barcelona por parte de tantos miles de estudiantes jóvenes ha puesto de manifiesto sus inquietudes, sus verdaderas intenciones de formar parte de un nuevo país del que se sienten fervientes herederos. Sin embargo, espero de los muchos de ellos que hayan cursado estudios de filosofía entiendan que los ideólogos de esos atractivos pasquines impresos que tanto me han llamado la atención sólo tratan de vendernos a precio de aparente saldo el bien más preciado al que un ser humano pueda aspirar gratuitamente y al que todos y cada uno de nosotros debemos tener derecho a cambio de nada: ¡LIBERTAD!

Muchos otros, ideólogos también, a fin de obtener similares resultados, -como ocurriera recientemente en Las Ramblas-, no han dudado en recurrir de igual modo a los miles de jóvenes creyentes, garantizándoles, -en la mayoría de los casos-, alcanzar la Gloria a cambio de su leal contribución a la causa, sin ni siquiera sospechar éstos que con su propia muerte habrían comprado  el Paraíso por fin soñado desde siempre.