RETRODEZCAN

Este imperativo es del todo incorrecto pero me resulta más contundente que el original RETROCEDAN. Por lo tanto, si la Real Academia de la Lengua Española me lo permite, desde hoy en adelante haré uso exclusivo de él.
Con RETRODEZCAN pretendo dar a conocer parte de mi obra pictórica, escultórica, fotográfica y, en menor proporción, literaria y, a la vez, mantener una corriente de opinión sobre los acontecimientos de naturaleza artística de hoy día.
Espero que tomeis la sabia decisión de manteneros a una distancia prudencial de mis opiniones aquí vertidas que no siempre tienen por que ser del agrado de la mayoría; ¿o, sí?

miércoles, 4 de octubre de 2017

ARTÍCULO 155 (CLV) de la Constitución










POEMA VISUAL, Obra del artista catalán y amigo, RAFAEL FERRÀN 

CATALUÑA, 2 DE OCTUBRE

¿Tan difícil resulta entender el concepto del derecho a decidir?

Independientemente de que lo reclame hoy Cataluña, el derecho a decidir es consustancial al propio significado de democracia y al que deberían tener derecho todos los pueblos del orbe, sobre todo, cuando éstos desean un futuro fiable y mejor para todos aquellos que lo componen.

¿Acaso el Gobierno de Rajoy ha prestado alguna vez oídos a las reiteradas reivindicaciones que han venido sucediéndose a lo largo de los últimos años por parte de los catalanes? ¡No! Los catalanes no han sido escuchados durante todo el tiempo en que el PP ha permanecido instalado en el poder. 



El Gobierno no debería haber ignorado nunca el sentimiento general en Cataluña, incubado durante tantos años, de su no pertenencia a un estado que nunca ha intentado corregir las desigualdades económicas y financieras habidas desde siempre y que han reclamado constantemente para sí los sucesivos y distintos gobiernos de la Generalitat en beneficio de un tratamiento mucho más acorde con su contribución al estado y que en virtud del cual, los catalanes, han terminado por exigir el derecho a un mejor trato por parte del gobierno central en forma de referéndum; referéndum inconstitucional a criterio de los celosos guardianes de la Constitución española.

Me jacto de conocer bien el sentido común (seny) de los catalanes como para no haberme sorprendido en absoluto las distintas estrategias empleadas el 1º de Octubre pasado por Puigdemont y Junqueras con la intención de llevar a cabo y con éxito, -en connivencia con los propios actores y representantes de barrios y vecinos-,  una histórica cita multitudinaria ante las urnas a pesar de la contundente oposición de los miles de guardias civiles y policías armados enviados desde el resto del estado y que no pudieron lograr el propósito esperado de abortar el sufragio ni tampoco socavar la voluntad explícita de los votantes.

¿Puede poner alguien en duda la manera pacífica de los catalanes de ejercer su derecho al voto? 

En mi opinión, Cataluña ha sentado un precedente muy difícil de contrarrestar con la aplicación del artículo 155 de la Constitución española porque muy por encima de connotaciones de carácter económico que se deriven de la confrontación, el arraigo tradicional y sentimental  al pretendido concepto de nación independiente, permanecerá siempre ligado, -no sólo como reserva espiritual del pueblo-, sino, además, como un deseo estratégicamente depositado en el acervo histórico y cultural de la pretendida soberanía de Cataluña.

lunes, 2 de octubre de 2017

domingo, 1 de octubre de 2017

sábado, 30 de septiembre de 2017

ENEMIGOS ÍNTIMOS



MARIANO RAJOY Y JOAN TARDÀ

viernes, 29 de septiembre de 2017

miércoles, 27 de septiembre de 2017

martes, 26 de septiembre de 2017

DERECHO A VOTAR NO

No se percibe nada nuevo ni extraño en el horizonte. Todo parece en calma. A esta hora, sobre el sky line de Barcelona flota una delgada capa de monóxido de carbono de tan baja intensidad que aún permite filtrar los verticales rayos de sol de un mediodía cualquiera en la víspera del tan temido primero de Octubre. Sin embargo, sería una temeridad por parte de Paco acercarse más de lo necesario al núcleo urbano. Se encuentra en las inmediaciones de Montcada i Reixac y ha podido comprobar esta misma mañana la presencia silenciosa de miembros de la Guardia Civil, merodeando en  torno a su Ayuntamiento; no parece que vayan armados aunque algunos de ellos sí que se cubren con dramáticos tricornios acharolados.

La tensa calma que se percibe en todo el vecindario le recomienda cierta prudencia, hasta el punto de tener que aventurarse, -para no parecer catalán-, a canturrear en voz baja Doce cascabeles lleva mi caballo…… En realidad no es catalán pero en caso de ser detenido por error, al menos la benemérita habrá tenido también en cuenta sus gustos por el folklore andaluz; ¡vamos! un atenuante en toda regla, aunque no está del todo seguro si los prismáticos que aún lleva por descuido colgados del cuello sobre el pecho, bastaría para parecerles un turista común recién llegado y libre de toda sospecha.

Luego de un corto paseo hasta el Ayuntamiento, ha decidido regresar hasta la estación de tren silbando. Ahora le ha tocado el turno a Mi carro, de Manolo Escobar. Aprovecha los compases del estribillo para guardar los prismáticos en el interior de una holgada cartera en bandolera, apoyada en su cadera izquierda. La papeleta del NO la lleva a buen recaudo. Ha hecho con ella un cilindro de poco diámetro y a través del gollete la ha introducido por si acaso en el interior de una opaca botella de cerveza vacía que ahora reposa en el fondo de su cartera. No es que tenga miedo pero toda precaución parece ser poca.

En el casino de Llagostera, mientras tomaba ayer un cortado, le había llegado el rumor de que en Montcada i Reixac se podrían encontrar sin dificultad aunque con la debida precaución papeletas destinadas al derecho a decidir el próximo futuro de Cataluña y esa era la razón por la que Paco se encontraba en aquel momento en la estación de aquella localidad próxima a Barcelona. A la hora de comprar el billete de vuelta en ventanilla debía acordarse de solicitarlo para tercera clase; esa era la contraseña prevista para que el ferroviario, además del billete, le extendiera discretamente un sobre blanco con su papeleta en el interior. Y así lo hizo.

Ya en el tren y con la deseada papeleta por fin en su poder, Paco reflexionaba profundamente durante el viaje sobre la conveniencia y legalidad de un referéndum organizado aparentemente de forma unilateral y que todavía tanto le costaba admitir. No se sentía en absoluto en contra del derecho a decidir del conjunto del pueblo catalán pero no lo aceptaba de aquella manera tan desordenada, de modo que, no obstante, su propuesta de NO como rechazo respondía tan sólo a la forma y no al fondo de tan delicada cuestión. Paco se prometía para sí mismo y sin ninguna duda el SÍ para cuando las partes implicadas en el proceso, -Gobierno de la nación y Generalitat de Catalunya-, llegaran a mostrarse de acuerdo en una convocatoria pactada y con todas las garantías que establece no sólo la constitución española sino los distintos acuerdos internacionales relacionados con dicha materia. Y se quedó profundamente dormido

domingo, 24 de septiembre de 2017

¡LIBERTAD! (divino tesoro)

Dentro de la campaña orquestada por los distintos dirigentes de los partidos independentistas catalanes en favor al derecho a votar en el anunciado referéndum del próximo 1º de Octubre, me ha chocado en especial una invitación expresa e impresa sobre unos vistosos pasquines pegados en las paredes de los pueblos del interior de Cataluña en los que se puede leer lo siguiente: ¡VOTEMOS PARA SER LIBRES!

Tal afirmación me parece, cuanto menos, una enorme paradoja. Que ser libre dependa de una papeleta que me ate de nuevo y sin garantía alguna a un gobierno determinado, por muy republicano que éste sea y al que deba, en aras de una supuesta democracia, un sueño que he venido persiguiendo desde mi lejana juventud, lo considero una vergüenza. Un sueño que jamás he visto ni verán cumplido mis ojos durante los años que me restan de vida porque el concepto y grado de libertad del que pueda presumir un individuo, en mi modesta opinión, sólo depende de sí mismo y no de la voluntad de ningún otro. La libertad no se concede; se alcanza.

En cualquier caso, sentirse libre es considerado también un estado mental, espiritual si se quiere, cuyos límites habrían de encontrarse únicamente en la frontera de la razón; razón que, -por otra parte y en mi caso particular-, fue condicionada coercitivamente por una nefasta educación judeo cristiana impuesta en su día merced a una férrea dictadura y en connivencia con los postulados más rancios de nuestra santa madre iglesia a través de los llamados diez mandamientos y ciertos dogmas de fe preconizados por sus sesudos teólogos que yo nunca acabé de entender.

Despojado con el tiempo de aquella  castradora dictadura y de la obediencia ciega (que nunca llegué a tener) a los dogmas de la iglesia, sólo restaba, en aras de mi propia libertad, alejarme ya de las fronteras establecidas, de las banderas flameando en las astas de los estados y prepararme para aquello de lo que nunca he llegado a disfrutar del todo: ¡LIBERTAD! Esta es la única razón por la que con mucho ahinco continúo persiguiéndola.

La ocupación de la Universidad de Barcelona por parte de tantos miles de estudiantes jóvenes ha puesto de manifiesto sus inquietudes, sus verdaderas intenciones de formar parte de un nuevo país del que se sienten fervientes herederos. Sin embargo, espero de los muchos de ellos que hayan cursado estudios de filosofía entiendan que los ideólogos de esos atractivos pasquines impresos que tanto me han llamado la atención sólo tratan de vendernos a precio de aparente saldo el bien más preciado al que un ser humano pueda aspirar gratuitamente y al que todos y cada uno de nosotros debemos tener derecho a cambio de nada: ¡LIBERTAD!

Muchos otros, ideólogos también, a fin de obtener similares resultados, -como ocurriera recientemente en Las Ramblas-, no han dudado en recurrir de igual modo a los miles de jóvenes creyentes, garantizándoles, -en la mayoría de los casos-, alcanzar la Gloria a cambio de su leal contribución a la causa, sin ni siquiera sospechar éstos que con su propia muerte habrían comprado  el Paraíso por fin soñado desde siempre.