DIPLOMACIA

Se percibe estos días una cierta tensa calma en la actividad política del Estado y eso parece resultar desconcertante por cuanto ya nos habíamos acostumbrado a las sorpresas que cada día nos deparaban los distintos medios de comunicación, siempre ávidos en poner en tela de juicio los ocultos entresijos en el seno de la mayoría de partidos políticos de nuestro país; por lo menos hasta hoy.

¿Se puede considerar bueno o malo el hecho de esta ausencia de novedades políticas en los medios?

Esa tensa calma anunciada por la ausencia de novedades en la prensa se deja notar, sobre todo, en Cataluña, donde parece ser que el cansancio de sus señorías también ha llegado hasta el interior de su Parlamento. Hasta el partido de fútbol habido entre el Sevilla y el Barça por la disputa de la copa del Rey, al contrario de lo que se esperaba, no produjo entre el público el grave conflicto que muchos anticipaban; si bien es verdad que ya puestos a despojar a los culés de sus reivindicativas camisetas amarillas, mejor hubiera sido haber empezado por la de los árbitros.

Incluso el partido PODEMOS también se apresuró a enterrar de inmediato el escándalo despertado con el que Bescansa pensaba liquidar a su mejor amigo, Pablo, convirtiendo el grave conflicto perpetrado en una simple anécdota sin ninguna otra trascendencia.

Hasta el PP ha dejado de inquietarse por todo lo atribuible a Cristina Cifuentes, convirtiendo en papel mojado arrojado al canal de Isabel II, el fraudulento máster de la Presidenta de la Comunidad de Madrid concedido por la URJC.

Empiezo a pensar que, por fin, esa positiva ausencia de graves noticias vividas estos últimos días, se deba, precisamente, a lo que muchos, durante largo tiempo, le hemos venido exigiendo al grueso de nuestros representantes políticos y que no es otra cosa que DIPLOMACIA.

Bien es verdad que si esto continuara así, sin escándalos aparentes que denunciar, habría que acostumbrar al conjunto de la sociedad española a que empezara ya a creer en la integridad moral de nuestros políticos elegidos y eso también nos llevaría un tiempo de transición muy desconcertante que, desgraciadamente, mermaría durante un cierto tiempo nuestras capacidades de credibilidad en clave positiva.  Aun así, si mis previsiones se vieran al fin cumplidas, creo que valdría la pena, cuanto menos, intentarlo.

PODEMOS

En todas partes cuecen habas, reza el dicho popular para referirse a que en cualquier lugar y circunstancias se dan problemas y disgustos. En las últimas semanas, al Partido Popular, por ejemplo, le ha tocado capear con lo del máster de Cifuentes, al Partido Socialista con la celebración de los juicios por los ERES en Andalucía y Podemos tampoco se ha librado últimamente del compromiso en que Bescansa ha puesto a Errejón además de en tela de juicio el liderato de Iglesias como futuro candidato a la presidencia del Gobierno. 

En mi opinión, ha sido el sensato de Errejón el más perjudicado en este caso por el comunicado, -según Bescansa sin su consentimiento-, emitido por su equipo de trabajo  habida cuenta de que si bien Errejón contaba desde siempre con su presencia y participación para abordar una supuesta presidencia de la comunidad de Madrid liderada por él mismo, no es menos cierto, sin embargo, que no aceptaría en ningún caso la propuesta del resto del cortejo que, según Bescansa, proponía como indispensable ante esa probabilidad aunque, por el contrario, no descartaba en absoluto poder contar con la presencia de Ramón Espinar y Lorena Ruiz.

Lo peor de todo no es que Bescansa, -quién rechazara la invitación de Errejón-, propusiera para su participación conjunta en conquistar esa importante plaza de Madrid a parte de su equipo de confianza sino en cuestionar sin ningún reparo el liderazgo de Iglesias si, como se prevé, decidiera presentarse por su partido a las elecciones generales de 2020.

Las ínfulas de Bescansa en poder llegar a ser la candidata por Podemos a las elecciones generales de 2020 le ha llevado a urdir un elaborado plan de desprestigio con la única intención de desbancar a Pablo Iglesias de la Secretaría General y beneficiarse así de las grandes ventajas que supone ocupar en el aparato del partido la posición que, medrando y con tiempo, ha logrado alcanzar hoy día.

Mientras tanto, Ciudadanos espera pacientemente a que el resto de partidos continúen auto-fagocitándose a la vez que las encuestas en su favor siguen en aumento.

ARROJAR LA PRIMERA PIEDRA

La llegada, por fin, de la primavera acrecienta las expectativas estéticas de mi jardín; no así las expectativas éticas de la política española de la que me siento víctima por cuanto mi contribución como jubilado al erario público no se ve compensada de alguna manera en la misma medida y proporción que dicha primavera compensa a su vez a la madre naturaleza en forma de tallos tiernos, flores, y, además, temperatura.

Las apocalípticas nieves de invierno en España ya casi se han derretido para dar paso a interminables horas de sol radiante, suaves mareas y transparencias al estilo del gran pintor Sorolla pero ni aún así los políticos han dejado de dibujar sólo borrones, amargas manchas de café colado encima de un grueso lienzo de descomunales proporciones sobre el que además se han arrojado toda clase de despojos, desperdicios de intereses más que dudosos y cuya plana superficie será muy difícil de poder restaurar mientras los partidos políticos en liza continúen pensando sólo en estrategias de escalada, destinadas únicamente a alcanzar la cumbre del poder.

Las últimas encuestan vaticinan una intención de voto que, en principio, no favorecen en absoluto al Partido Popular pero albergo serias dudas al respecto por cuanto, de momento, nadie parece estar libre de pecado y el que pudiera estarlo todavía no ha arrojado la primera piedra. En cualquier caso, -de ser arrojada-, esa primera piedra, paradojicamente, sólo conseguiría empeorar todavía más si cabe la situación del sucio lienzo sobre el que, en un principio, se habrían vertido todos los detritus que han sido capaces de generar los distintos partidos políticos que componen el arco parlamentario.

CURRÍCULUMS Y MÁSTERS

El caso del supuesto máster concedido a Cristina Cifuentes tiene unas connotaciones bien diferentes al de muchos de los distintos políticos cuyos anunciados estudios en sus respectivos currículums se han puesto también, -y con razón-, en tela de juicio por los distintos medios de comunicación de este país pero que a mí modesto entender no me parecen del todo comparables con los imputables a la todavía presidenta de la comunidad de Madrid, por la sencilla razón de que una cosa es mentir, aunque con descaro, como ha hecho ya alguno y otra bien distinta es no solo mentir sino, además, manipular documentos públicos en tu propio beneficio con la connivencia añadida de algunos de los responsables de la gestión pública de la Universidad Rey Juan Carlos. Si a todo ello le sumamos que la inculpada Cifuentes forma parte muy activa en el partido que gobierna la nación, mayor aún será también su grado de responsabilidad en los hechos que se denuncian.

Debo suponer que a partir de ahora cualquier currículum de cualquier político aparecerá en los medios, del todo inmaculado y así, en un futuro no muy lejano, podríamos asistir a la toma de posesión como ministro, por ejemplo, de Exteriores a un técnico en jardinería, o a la de Ministro del Interior a otro técnico en turismo de modo que en un próximo devenir ya no sea tan necesaria una especialización, ni licenciaturas, ni grados, ni doctorados, ni siquiera ningún máster que sirva para desempeñar con la suficiente eficacia las más altas funciones del Estado.

Hasta ahora y a la vista de algunos estudios supuestamente cursados y aparecidos en los distintos currículums descubiertos de determinados políticos españoles, uno siempre tuvo la ligera impresión, ante tamaña presunción, de que la eficacia para el desempeño de sus funciones ministeriales, cuanto menos, se les suponía. A partir de ahora, ni eso.