RETRODEZCAN

Este imperativo es del todo incorrecto pero me resulta más contundente que el original RETROCEDAN. Por lo tanto, si la Real Academia de la Lengua Española me lo permite, desde hoy en adelante haré uso exclusivo de él.
Con RETRODEZCAN pretendo dar a conocer parte de mi obra pictórica, escultórica, fotográfica y, en menor proporción, literaria y, a la vez, mantener una corriente de opinión sobre los acontecimientos de naturaleza artística de hoy día.
Espero que tomeis la sabia decisión de manteneros a una distancia prudencial de mis opiniones aquí vertidas que no siempre tienen por que ser del agrado de la mayoría; ¿o, sí?

viernes, 22 de agosto de 2008

continuación...Vista parcial de una generación. (PTO. de la CRUZ)

De origen finlandés, Carlos Defrosterus es hijo del segundo matrimonio de la que fuera la modista más célebre del Puerto de la Cruz por aquellos años. De su primer matrimonio nació Peter, gran amigo nuestro y hermano, por parte de madre, de Carlos.
De jóvenes y a espaldas de su propia madre, acudíamos a su apartamento simplemente para degustar alguna de las exquisiteces del menú que aquel día habría sido preparado para ellos por su experto cocinero filipino, contratado exprofeso para tal menester.
También consumíamos alguna copita de Sangre de Toro hurtada de la bodeguilla de la cocina de tanto en tanto.
Debido a la naturaleza del trabajo de su madre, ésta se veía obligada, por razones de exhibición de sus diseños, a contratar frecuentemente a vistosas modelos venidas del extranjero que terminaban entablando una sincera amistad con el hijo de la jefa y de lo que se jactaba Carlos, cuando podía, ante nuestra sorpresa.
Cuando le conocí hacía muy poco que había sufrido un aparatoso accidente de automóvil en Madrid, donde al parecer residió un tiempo. Como consecuencia de este accidente se vió obligado a lucir un parche en uno de sus ojos afectados que le proporcionaba un aspecto entre misterioso e inquietante pese a su juventud.
La última vez que le ví fue atendiendo al público junto a su mujer en una tienda de su propiedad especializada en temas esotéricos en el Puerto de la Cruz.
Casado con una ex-modelo de su madre hoy es padre de dos niños.

6 comentarios:

  1. PUERTO DE LA CRUZ SEGÚN ANDRÉS CHAVES

    PARKER 51

    1.- Mi abuelo me dejó, entre otras cosas, una Parker 51. Nunca pudo imaginar que aquella pluma extraordinaria, que aún escribe maravillosamente, iba a ser el germen de una colección que alimento constantemente. Desde hace tiempo he descubierto que sólo grabando con mis iniciales las plumas y los bolígrafos valiosos que componen mi colección no caeré en la tentación de regalar alguno. En Argentina he descubierto a los vendedores y coleccionistas de las series de Parker de los años 50/60, las famosas 21, 51 y 61, con sus variantes. Volveré allí próximamente, así que posiblemente encontraré nuevos ejemplares para incrementar este pequeño tesoro. Un coleccionista y especialista argentino, Ariel Kullock, ha transformado alguno de los viejos modelos, los ha grabado, los fabrica en plata y los ha enriquecido con motivos de la historia del mundo. Me ha dicho que le cuente algo de Canarias para realizar una serie especial de Parker. Y me lo estoy pensando.

    2.- El coleccionismo ha sido mi fuerte, pero de niño y de joven no le di valor a algunas cosas que tenía que haber guardado. Mi padre vendió una caja fuerte familiar que era una joya y su pistola de la guerra civil; yo tiré a la basura antigüedades que se amontonaban en casa de mis abuelos cuando la piqueta inexorable la derrumbó; era una mansión preciosa, en plena plaza del Charco del Puerto de la Cruz. Cuando la veo en fotos se me caen las lágrimas. Jamás teníamos que habernos desprendido de ese caserón del siglo XVIII. Pero nos engañó el progreso. Y la oferta que nos hizo aquel gran caballero, Marcos Cohen Loya, un verdadero amigo de mi padre, fue tentadora. Él alquiló los bajos del inmueble para construir la primera gran tienda de moda portuense, que ya no existe: Bo-Ti-Su.

    3.- Esas plumas americanas, las Parker, se fabricaron también en Argentina. En Casa Pintos, en la avenida Mayo, un establecimiento casi centenario, he encontrado algunas sin estrenar y las he comprado, con gran emoción. También en la pequeña tienda que Ariel Kullock posee en San Telmo, regentada por su primera admiradora: su hermana Jesy. Ustedes saben que yo en Buenos Aires me encuentro como en mi casa. Si no fuera por las 12 horas y pico de avión estaría todo el día allí. O en Montevideo, otra gozada de ciudad.

    http://www.eldia.es/2007-05-26/criterios/criterios8.htm

    ResponderEliminar
  2. LA RANILLA SEGUN ANDRES CHAVES

    La Ranilla

    1.- Nunca estuvieron claros los límites del barrio de La Ranilla, pero posiblemente su jurisdicción natural abarque desde el desaparecido bar Capitán -el inmueble sigue en pie-, en la plaza del Charco, hasta el mismo Peñón, lugar donde se ubica el estadio de toda la vida.

    La Ranilla era un barrio de pescadores y aún quedan algunos. Si Buenos Aires, por ejemplo, tiene en el Boca al máximo exponente del "sentirse bonaerense", el Puerto de la Cruz no se puede concebir sin este barrio, posiblemente el más antiguo desde la fundación de la ciudad, al parecer por el capitán Antonio Luzardo de Franchy. Existe una larga lista de nombretes para todos los ciudadanos del pueblo, pero en La Ranilla estos motes cobran especial importancia, ya que muchas veces sus habitantes eran empadronados con sus apodos, en vez de con sus nombres, por irrelevantes; así que se mantuvieron vigentes durante años y durante siglos, hasta hoy.

    2.- Si en el pasado el término "ranillero" era considerado peyorativo, ahora los portuenses se enorgullecen de emplear el nombre del barrio para revelar su procedencia. Existen muchas leyendas sobre determinados comportamientos femeninos antiguos de ciertas bellas jóvenes de La Ranilla; a mí no me constan posturas indecorosas, si acaso alguna broma; la chanza y el buen humor estuvieron presentes siempre en un barrio pobre de solemnidad, que vivía de la pesca, una industria local artesanal que se disparó en los años 50, con los primeros turistas del llamado "boom". Yo recuerdo a Luisa, Candelaria y María del Carmen descamando el pescado en los viejos mostradores de piedra de la pescadería del muelle, ante la mirada de cientos de turistas. Aquello era un espectáculo. Y ellas eran mujeres ejemplares que sacaron adelante a sus familias con gran dignidad.


    3.- Sería imposible, en esta miniserie que acaba hoy, sacar a la luz a personajes portuenses de todos los tiempos. Si acaso hablarles de uno que a mí me cautivaba, Gilberto Hernández, alias "el Orejas". Gilberto era amigo mío y se le atribuyen innumerables hazañas. Una de ellas, estar sentado en un banco del muelle y recibir sobre sus hombros, y salvarle la vida, a una anciana que se cayó de la ventana de un cuarto piso.

    Nuestro hombre quedó magullado y a la mujer no le ocurrió absolutamente nada.

    Fue el mismo que, piloto de avioneta, metió en el campo de El Peñón, un día de partido, su monomotor, ante los aplausos de los espectadores, porque había apostado con el delantero centro del Puerto Cruz, Antonio Soriano, que lo ponía cuerpo a tierra, en vuelo rasante.

    Lo consiguió, pero le retiraron la licencia por un tiempo. Famoso fue su diálogo con Pedro , el guarda jurado del Taoro, encaramado Gilberto en un árbol y portando un megáfono, en una noche de perros, haciéndose pasar por Dios y logrando que Pedro se hincara de rodillas y pidiera perdón por sus pecados. Cuando se enteró de la broma, casi mata a Gilberto.

    Y fue el mismo personaje que, armado de una escopeta, subió al barranco de Godínez, en Los Realejos, a matar al Bicho, un "monstruo" que gemía en una cueva, allá por el año 1971, y cuyo misterio nunca llegó a aclararse. Gilberto no disparó, gracias a la llegada de la Benemérita, pero de entre la maleza, al sentir la amenaza de perdigones, salió, manos arriba, un atribulado pintor catalán, muy bajito, llamado Ávalos , que hacía sus necesidades en el lugar y se vio sorprendido por la tropa de "el Orejas". Corrió con los pantalones en la mano, barranco a través, lleno de susto. Imaginen ustedes a Gilberto, vestido de Coronel Tapioca, rifle en ristre, de safari por Godínez, persiguiendo a un "bicho" llamado Ávalos.

    http://www.eldia.es/2008-03-23/criterios/criterios26.htm

    ResponderEliminar
  3. PUERTO DE LA CRUZ Y JUANITO DE LA CRUZ UNOS DE LOS COMPAÑEROS DE COLEGIO DE ANDRES CHAVES

    MIS COMPAÑEROS DE COLEGIO

    1.- Como es domingo, voy a hacer una concesión a la nostalgia.

    Es domingo, repito, y esta sección no va en su sitio, así que no me agobian los 21 K.

    Mi compañero de pupitre y de desafío en geografía, Paco Afonso, se murió en el incendio de La Gomera. Lo echo de menos. Juanito de la Cruz se recupera de una enfermedad y Dios le dé larga vida. Antonio Ascanio Sotomayor también murió.

    Andrés Ascanio, gran gimnasta, es ahora arquitecto y vive en una casa preciosa en lo alto de Santa Úrsula.

    Los hermanos Salazar Osborne van de navieras. Piqui Lasso, uno de los más listos de la clase, hace fotos y emite informes.

    Tiene muchas ideas y gran capacidad de trabajo.

    Su hermano Paqui es primer oficial del Ayuntamiento del Puerto de la Cruz. Autor de la famosa frase: "juego (de fútbol) ratonil, trazado con tiralíneas".

    Nadie la entendió, pero todo el mundo la repite.

    Fernando Machado murió. Domingo López es ginecólogo.

    Rafa Cobiella, pediatra. Juanito Cruz es escritor y estaba en un curso más abajo, con algunos otros de los nombrados.

    Mi hermano Aquillo reparte bondades por el mundo.


    2.- Se me va la olla, se me olvidan los nombres del cuadro de honor.

    Las categorías, en los Agustinos, eran "excelencia" y primera, segunda y tercera mención. Nuestras fotos estaban en la puerta.

    Mi abuelo me daba medio duro por las "excelencias"; llegué a hacer un capital.

    En el Teatro Topham valía medio duro la segunda y tres pesetas la preferencia; una cincuenta el gallinero. Don Antonio "el Jollín" era el portero de general; y "el Pupú" el portero del Cinema Olympia. Cuando echaban una película de Tom Hernández, que siempre hacía de malo, el público de gallinero pataleaba. Aquellos escalones olían a pescado porque desde allí veían la sesión los pescadores.

    Una vez, el jefe de policía don Domingo Domínguez fue apuñalado al salir del cine; disparó contra su agresor, un hombre llamado "el Rata". No lo mató, fue detenido y pagó por el delito cometido. Los impactos de bala quedaron reflejados en la puerta del Topham.


    3.- Pacolín, paz descanse, presentaba en aquel escenario espectáculos musicales.

    Cuando la película era cómica ponían un telón de Tom y Jerry.

    Cuando era dramática, otro negro, severo.

    Una vez, en el Olympia, una mujer que veía la película desde el tejado se cayó encima de Gilberto "el Orejas", paz descanse también. Resulta que en verano se abrían unas compuertas para que entrara el aire a la sala y la señora estaba sobre una de ellas.

    La historia se repitió, en el muelle, años más tarde: una extranjera que cayó desde una ventana volvió a precipitarse sobre Gilberto, que charlaba en un banco, justo debajo.

    Le salvó la vida. Qué gran personaje, qué gran portuense, qué gran amigo.

    Tiene una hija paracaidista, simpática y divertida como su padre. Ya me he pasado del espacio concedido, pero ha valido la pena.

    El Puerto tiene historias que es preciso contar. Si no lo hace Cayetano Rafael Barreto lo haré yo.

    Aunque prefiero que sea él, que las vive todos los días.


    http://www.eldia.es/2006-01-22/criterios/criterios16.htm

    ResponderEliminar
  4. Personajes portuenses

    1.- De entre los personajes portuenses que siempre recuerdo, creo que nunca les he hablado de uno, muy curioso. Era Juan Francisco González -del apellido no estoy seguro-, administrativo de un empaquetado de plátanos local. Juan Francisco era un individuo muy peculiar que en pleno verano cargaba gabardina y paraguas. Se sentaba en un banco de la plaza de la Iglesia y repetía tres o cuatro frases que no venían a cuento, algunas de ellas realmente absurdas. Por ejemplo, preguntaba a quien se acercaba a hablar con él: "¿No fuma el inglés?" Probablemente se refería a si su interlocutor consumía cigarrillos ingleses. También repetía constantemente: "¿Qué dice el hombre?", a modo de saludo. Y elogiaba con contumacia las bondades de los perros que la gente sacaba a pasear cada noche en la plaza, diciendo: "Bonito perro", aunque se tratara de un chucho callejero adoptado por su dueño.


    2.- Juan Francisco era una excelente persona, como también lo era mi amigo Gilberto Hernández , alias "el Orejas", un buen tipo. De este sí que les he hablado; y con verdadero afecto. Todo el mundo sintió su desaparición y entre sus numerosas anécdotas está el haberle salvado la vida a una vieja que cayó desde un tercer piso a través de la ventana de un edificio cercano al muelle portuense, situada justo encima del banco en que cada noche se sentaban Gilberto y sus amigos, que disfrutaban de animadas tertulias. La anciana se salvó porque vino a dar con sus huesos sobre Gilberto, que amortiguó el golpe, a costa de quedar él bastante maltrecho pero fuera de peligro.
    3.- Me emocioné mucho el día en que presentaba yo el festival aéreo que Gilberto organizaba, cada julio, en el Puerto de la Cruz. Su hija, paracaidista, hizo un salto precioso, homenaje a su padre, y se posó muy elegante a un palmo de donde estaba yo sentado. Muy cerca, por cierto, de donde cayó la vieja, un poco más violentamente, sobre la anatomía de mi recordado paisano. Que comenzó sus andanzas juveniles hartando a perejil al loro de su madre, doña Eustaquia , porque el animal delataba a mi amigo cada vez que éste se pasaba de la hora estipulada para recogerse, al grito de: "Doña Eustaquia, doña Eustaquia, ya llegó Gilberto". Fue un asesinato totalmente justificado porque el loro era un jodelón.

    ANDRÉS CHAVES

    ENLACE

    http://www.eldia.es/2008-06-06/criterios/criterios20.htm

    ResponderEliminar
  5. Historia DEL DIQUE

    1.- Estoy yendo a caminar al dique que limita el solar del futuro parque marítimo portuense. Mientras me pongo en forma, observo a la gente que se coloca cerca de los prismas que aguantan la furia del mar del Norte de Tenerife. Es gente triste, gente que busca en el mar un refugio a sus penas; gente que llora o que mira fijamente el océano, intentando liberarse de algo que la atormenta. Una joven extranjera se coloca peligrosamente cerca del precipicio, como no atreviéndose a dar el paso. Otra joven del país se sienta en el murito que da al faro, llorando sin pudor. ¿Qué tiene ese mar, Dios? En el enorme confesionario que es el dique, gente despreocupada que pasa para alimentarse con el yodo que desprende el Atlántico; gente que contempla los cangrejos negros que salen de los prismas para buscar alimento; gente que libera toxinas corriendo o caminando sin parar, como hormigas sin rumbo.

    2.- Cuántas historias en esos diques, cuántas horas de encuentros y desencuentros, con la mar como testigo. Si el poeta dijo que la mar es el morir, también es una fuente de alegrías y de visiones agradables. Ese Atlántico que rompe en el dique no tiene piedad y derrama su espuma sobre la costanera, esperando tiempos mejores. Ya saben: los portuenses quieren un puerto y un parque marítimo desde 1906, pero nada. ¿Cómo no va a llorar la gente sobre el dique, principio y fin de lo que no se ha hecho ni probablemente se hará jamás?
    3.- Seguiré caminando sobre el dique portuense y continuaré fijándome en la gente que dirime allí sus desencuentros, sus desamores y sus preocupaciones. A la joven extranjera le advertí que tuviera cuidado con el mar. Ella me miró con unos ojos profundamente azules, cubiertos de lágrimas. "No vale la pena", le dije. Luego vi cómo se alejaba hacia el Puerto, quizá liberada en parte de los motivos que la llevaron al dique a protagonizar una historia. El mar no se inmutaba; el mar seguía derramando su espuma sobre la costanera, batiendo sobre los cangrejos negros y enormes que se desperdigaban por entre los prismas.

    ANDRES CHAVES

    ENLACE:

    http://www.eldia.es/2008-07-19/criterios/criterios18.htm

    ResponderEliminar
  6. VIDA DE ANDRES CHAVES

    El mejor amigo del mago

    ANDRÉS CHAVES, seudónimo de Andrés González de Chaves y Sotomayor, nació en el Puerto de la Cruz el 16 de agosto de 1947.

    Tanto su padre, como su abuelo, como su bisabuelo y hasta su tatarabuelo desempeñaron en diferentes etapas la Alcaldía de la ciudad, los dos primeros en periodos de interinidad más o menos larga; los otros como alcaldes constitucionales.

    Andrés Chaves es periodista y licenciado en Ciencias de la Información, respectivamente, por las universidades de La Laguna y Complutense; y doctor en Periodismo por esta última.

    Ha sido profesor de Teoría de la Información en La Laguna y en Madrid. Fue durante trece años presidente de la Asociación de la Prensa de Santa Cruz de Tenerife y durante cuatro vicepresidente de la Federación de Asociaciones de la Prensa de España, FAPE.

    Tomó parte muy activa en la fundación de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de La Laguna.

    Es autor de una treintena de libros entre ensayos, relatos políticos, cuentos, biografías y ediciones de imágenes recopilatorias del pasado.

    Hace unos días ha salido al mercado editorial su primera novela larga, "Los gallos de Achímpano".

    Su tesis doctoral y algunas de sus publicaciones más vendidas se refieren al papel de Canarias durante el periodo de la guerra civil española.

    Ha logrado el único premio a la Libertad de Expresión que fue concedido y entregado en la Isla de Tenerife, en el año 1983, concedido por la Asociación Profesional de Informadores Gráficos de Prensa.

    Ha sido director y columnista de varios periódicos y revistas.

    Actualmente firma la sección "Superconfidencial", en EL DÍA; y su programa diario "La Cafetera", en Radio Burgado, es la referencia matinal de cuantos siguen la actividad política y social en Canarias.

    También colabora en Canal 4 con un programa semanal, "A tumba abierta".

    Está preparando su segunda novela, que publicará a finales de año; también una serie de relatos cortos, como segunda parte de sus "Historias que parecen cuentos"; y coordinando en estos días un libro/homenaje al que fuera presidente del C.D. Tenerife, Javier Pérez, cuya primera edición aparecerá en el mes de mayo.

    Ha sido distinguido con la Medalla de Plata de la Cruz Roja Española y con la Orden de Francisco Esteban Gómez de primera clase de Nueva Esparta (Venezuela).

    Es miembro del Instituto de Estudios Canarios.

    http://www.eldia.es/2005-02-20/gente/gente3.htm

    ResponderEliminar