RETRODEZCAN

Este imperativo es del todo incorrecto pero me resulta más contundente que el original RETROCEDAN. Por lo tanto, si la Real Academia de la Lengua Española me lo permite, desde hoy en adelante haré uso exclusivo de él.
Con RETRODEZCAN pretendo dar a conocer parte de mi obra pictórica, escultórica, fotográfica y, en menor proporción, literaria y, a la vez, mantener una corriente de opinión sobre los acontecimientos de naturaleza artística de hoy día.
Espero que tomeis la sabia decisión de manteneros a una distancia prudencial de mis opiniones aquí vertidas que no siempre tienen por que ser del agrado de la mayoría; ¿o, sí?

jueves, 19 de junio de 2008

PAJARITA

Sant Feliu de Guixols

lunes, 16 de junio de 2008

miércoles, 11 de junio de 2008

SEÑORA

Talla en madera de encina que representa a una señora. ¿Embarazada?

CRISTO Y 5º JINETE

He hecho coincidir ambas tallas para crear una temática coherente

CRISTO


SIN TÍTULO



He aprovechado un trozo de madera atacado por insectos barrenadores quienes han dado forma a la figura. Yo me he limitado a aprovechar mi propia intuición y tratarlo como un Ready-made

CAP GROS



Le tengo un cariño especial a esta diminuta talla de madera.

El tema representa el momento en que el NOI se enfunda el CAP GROS (tan típico en las fiestas populares catalanas)

plinto

La idea es el impulso del atleta sobre el plinto

BASILISCO

Pieza en madera de mi bestiario particular

jueves, 5 de junio de 2008

LA PREMONICIÓN (para menores de 60 años)

Capítulo I
Contaba apenas diez años de edad cuando se presentó la oportunidad de realizar mi primer viaje de larga distáncia. La invitación había corrido a cargo de mi padre, a la sazón Jefe de Estado Mayor de Navegación Aeroespacial, quién en calidad de almirante y en estrecha colaboración con el CENTRO DE INVESTIGACIONES DE PUBLICIDAD ANTIGUA y el de BIENES Y SOCIEDADES DE ALTO CONSUMO (C.I.P.A y BI.SO.AL.CO.), respectivamente, había sido designado para el cargo de Coordinador de Operaciones Especiales, con el propósito de llevar a cabo una magna expedición de carácter estríctamente científico estructurada en el seno de un programa de contenido arqueológico y en conmemoración del quinto milenario del GRAN ÉXODO, cuyos actos y en especial su destino, aún yo ignoraba.
Tanto el C.I.P.A. como el CI.BI.SO.AL.CO., organismos ámbos dependientes del CENTRO DE INVESTIGACIONES TERRÍCOLAS (C.I.T.), disponían de fiables y suficientes indicios que invitaban al desarrollo, en estado aún embrionario, de una nueva teoría capaz de sostener la única hipótesis hasta el momento plausible, mediante la cual, se establecía que la curiosa coincidencia habida entre el HOLOCAUSTO NUCLEAR y LA SEMANA DE LA PORCELANA EGIPCIA, auspiciada con gran profusión en su día por EL CORTE INGLÉS a través de los numerosos medios de comunicación de la época (radio, prensa, T.V., etc.) y apoyada mediante un descomunal despliegue publicitario destinado a la llamada SOCIEDAD DE CONSUMO de entonces, no fué precisamente producto de la casualidad.
Así pues, la incógnita a despejar distaba, al parecer, tan solo un par de años luz de nuestro sistema.
Capítulo II
Con las primeras luces de una aparente artificial mañana del mes de Diciembre del año 6.990, nos presentamos en la BASE. Todo había sido dispuesto para el despegue y, desde horas antes a nuestra llegada, las respectivas tripulaciones de las tres naves que componían la flota de expedición, se encontraban ya a bordo. Cuatro compañías de zapadores mecanizadas fueron embarcadas, a partes iguales, en la segunda y tercera nave, la Niña y la Pinta, respectivamente. La primera y mayor de las tres, la capitana Santa María, albergaba el llamado CENTRO DE RECEPCIÓN E INFORMATIZACIÓN DE DATOS además del CENTRO QUIRÚRGICO y de SOCORRO.
Luego de atravesar en silencio la pista y seguidos del edecán de mi padre, nos situamos los tres en el interior de un círculo señalado sobre el asfalto, bajo la nave capitana, de cuyo vientre, después de breves segundos de espera, descendió el hueco y transparente cilindro de recepción hasta apoyarse sobre la superficie del suelo, haciendo coincidir la circunferencia de su base con la dibujada sobre la pista y aislándonos por momentos a los tres del exterior. Pasados unos instantes y a modo de émbolo, el círculo del suelo fué elevándose por el interior del cilindro, lenta y verticalmente, hasta depositarnos mansamente en el seno de la nave.
Solo el regreso, dependiendo del éxito de la misión, sería celebrado oficialmente por las autoridades; de ahí la ausencia absoluta, en el día de hoy, de cualquier intención de protocolo de carácter conmemorativo. Únicamente los controladores, desde detrás de los vídrios de la TORRE, desde la lejanía y en el espacio, dibujaban con sus dedos, por encima de sus cabezas, el signo de la victoria por el éxito de la OPERACIÓN. Las silenciosas naves fueron también mudos testigos de aquellas señales de triunfo.
No tardamos en despegar hacia una singladura que duraría dos años. Ya en vuelo, las tres naves adoptaron la denominada FORMACIÓN PACÍFICA y una velocidad tipificada por los navegantes como de CRUCERO.
Durante todo el tiempo que permanecimos navegando, ni un solo día dejé de asistir a las clases que, merced a un programa de estudios diseñado exprofeso para mí, recibía vía satélite a través de un SPACE-FAX ubicado en el CENTRO DE RECEPCIÓN DE DATOS de la propia nave. De las incidencias técnicas del trayecto, ocupábase en mantenerme debidamente informado el edecán de mi padre, lo que en sí mismo constituía una clase adicional extra.
A lo largo del viaje y tras una exhaustiva recopilación de datos procedentes del C.I.T. y que yo regularmente usurpaba en beneficio própio a través de mi ordenador personal conectado al CENTRAL de la nave, pude, con suma curiosidad, averiguar de que manera, en el pasado y en la TIERRA, una mercadería como la porcelana recorría el trayecto desde su lugar de origen, manufacturada en una oscura factoría egípcia, hasta llegar a unos grandes almacenes en CATALONIA. Los trámites de importación-exportación, en los que entraban en juego desde el propio fabricante, intermediarios, autoridades locales, representantes, distribuidores, agentes de aduanas, transportistas y un largo etcétera, no se detenían hasta la recepción por el destinatario y posteriormente por el consumidor salvaje. Todos y cada uno de ellos coincidieron, y así consta en antiguos documentos, en destacar la calidad, originalidad, elegancia, delicadeza de la arcilla y, sobre todo, la belleza de la policromía y la exquicitez de los dibujos y signos de cada una de las piezas que componían el conjunto de la importación pero, sin embargo, muy pocos fueron los que advirtieron el significado de lo que para nosotros hoy constituye la clave y motivo de tan magna expedición: LOS JEROGLÍFICOS.
Capítulo III
Recién cumplidos mis doce años, alcanzábamos sin ningún tipo de incidentes y en el tiempo previsto, la órbita terrestre. Habría de transcurrir algún tiempo, a partir de ese instante, hasta que, merced a una determinada vectorial a la que aún me resultaba imposible acceder, entráramos en la atmósfera del planeta TIERRA. Lo hicimos en línea y justo en un punto concreto que nos situaba exactamente sobre la cuenca del MEDITERRÁNEO, en la vertical con GIBRALTAR.
En fila índia, término que aún hoy prevalece en nuestros manuales de navegación, las tres naves, sin romper la formación inicial, desaceleraron paulatinamente hasta mantener la velocidad de RECONOCIMIENTO. Un especialista conectó entonces las retinas frontales de la capitana y sobre la gran pantalla del CENTRO DE RECEPCIÓN, aparecieron en picado las primeras imágenes de la TIERRA. Al instante pude comprobar lo que ya se sabía desde hacía siglos; las aguas solo cubrían apenas la cuarta parte de la superficie terrestre. En cinco milenios, el nivel del mar había descendido cientos de metros y, varados sobre peñasos y salientes de los acantlados del MEDITERRÁNEO, distinguíanse, víctimas unos de antiguas batallas navales y probablemente de grandes naufragios otros, las enormes estructuras de acero de pesados mercantes de gran eslora, buques-factoría de ancha manga, embarcaciones de recreo o de pesca, amén de todo tipo de acorazados, destructores, submarinos, portaviones, etc., etc.; artefactos bélicos en definitiva que ahora reposaban pacificamente expuestos a una temperatura no inferior a los ochenta grados.
De lo que en SEVILLA fuera el gran evento del noventa y dos, la EXPO, no quedaba ni la sombra. Idéntica impresión me produjo, ya en vuelo rasante, la escalofriante visión de la VILLA OLÍMPICA de BARCELONA: ¡ruinas, desastre, desolación, ..........!. Habíamos virado noventa grados a estribor y desacelerando ahora al mínimo, suspendidas las naves sobre la vertical de lo que fuera COLÓN, remontamos sin novedad lo que suponíamos las RAMBLAS, rumbo a la PLAZA DE CATALONIA.
Capítulo IV
Una vez allí, todo sucedió muy rápido. Dando tiempo a que el resto de las naves le sobrevolaran y alcanzaran los puntos elegidos a priori, la capitana se mantuvo a escasos metros de la superficie suspendida sobre la planicie de la PLAZA. Un hectómetro, aproximadamente, más al norte, sobre el PASEO de GRACIA, la segunda gravitaba a la misma altura, también a la espera. La tercera hizo lo propio pero hacia el este, sobre la RONDA. Llegado este momento y a una tácita orden del Almirante, los trenes telescópicos de las tres naves fueron previamente activados y del vientre de cada una de ellas el enorme trípode de aterrizaje fué articulándose de tal forma hasta tocar el suelo que al poco quedaron las naves descansando.
Embutidos en nuestros antitérmicos, la tripulación de la capitana, el edecán y yo incluido, fuimos los primeros en desembarcar. El resto de las tripulaciones y las compañías de zapadores permanecieron todavía, hasta nueva orden, en el interior de sus respectivas naves.
En una civilización tan avanzada coma la nuestra, adjetivos como, por ejemplo, fantasmagórico, tétrico, etc., habían sido definitivamente desterrados de nuestro léxico. En el pasado, estos vocablos, sin embargo, hubieran valido muy bien para calificar el paisaje que en este preciso momento se abría a nuestro alrededor.
Apenas si se encontraban signos tangibles de aquella época sobre la superficie candente. En mi deambular por aquellos inhóspitos parajes, solo una rueda de automóvil, abandonada sobre la escalinata que probablemente descendía a lo que en su día fuera un aparcamiento subterráneo, fueron los dos únicos vestigios visibles que pude encontrar de aquella antigua civilización. Para nosotros, sin embargo, ruedas y escaleras solo constituían auténticos anacronismos para los que hoy ya no había lugar dentro de una sociedad de carácter tan tecnológico como era la nuestra.
Para cuando hubo llegado la definitiva orden de desembarco general, los mandos de zapadores sabían ya, exactamente, en que punto se encontraba la puerta que daba acceso al gran almacén de lo que fuera EL CORTES INGLÉS. Las excavaciones comenzaron pues en este lugar concreto de las RONDAS, a un ritmo frenético. Mientras esto ocurría, mi espíritu infantil se mantenía convenientemente ocupado en un merodeo curioso por los alrededores en una vana búsqueda de alguna nueva seña de identidad sobre mis predecesores.
Al regreso, gracias a la sofisticación de su maquinaria, especialistas miembros de zapadores aparecían por un enorme boquete abierto sobre la superficie calcinada portando, con sumo cuidado, distintas piezas de la valiosa porcelana egipcia que, como se presumía, había sido encontrada y aún almacenada y a salvo de la gran HECATOMBE en el interior de uno de los pisos inferiores, bajo el nivel del suelo.
Las primeras estimaciones establecidas, una vez reunidos los técnicos, mi padre al frente, en el CENTRO DE RECEPCIÓN E INFOMATIZACIÓN DE DATOS de la SANTA MARÍA, fueron totalmente favorables a la primitiva hipótesis sobre la que descansaba el viejo proyecto y que justificaba nuestra presencia en la TIERRA. No obstante, antes de partir, la confirmación definitiva de la importancia del hallazgo y desciframiento de los JEROGLÍFICOS, habría de llegar, VÍA SATÉLITE, desde nuestro moderno sistema, concretamente desde el MUSEO ARQUEOLÓGICO TERRÍCOLA, cuyo director, un venerable anciano aún en activo, auténtica autoridad en la materia y poseedor de un profundo conocimiento en temas de índole terrícolas, era el único en poder garantizar tan compleja traducción.
La respuesta del profesor ROSELLA no se hizo esperar. Efectivamente, pasado un tiempo estimado en más que prudencial, en la pantalla del GRAN ORDENADOR, aparecieron las estremecedoras frases que desvelaban el misterioso contenido de aquellos antiquísimos signos. Al decir del sabio investigador, sobre la bruñida superficie de tan preciadas piezas de porcelana, desde el más diminuto cenicero hasta la más grande de las lámparas, la extraña PREMONICIÓN jeroglífica advertía siempre de la inminente tragedia:
¡¡PONEROS INMEDIATAMENTE A SALVO, HOY 24 DE DICIEMBRE DE 1992, LA GRAN HECATOMBE TENDRÁ LUGAR!!, ¡¡HUID RAPIDAMENTE, HUID RAPIDAMENTE!!.
Sin embargo, una vez confirmadas nuestras sospechas y a pesar del éxito de la operación, aún quedaban sin respuesta muchos aspectos de las curiosas costumbres de nuestros ancestros.
Los numerosos cartelitos encontrados junto a las piezas de porcelana en el interior de aquellas vastas dependencias y entre los que una extraña coincidencia centraron toda nuestra atención, abrían para nosotros nuevos interrogantes que, probablemente, en un futuro próximo, darán lugar, seguramente, a un exhaustivo y minucioso estudio sobre el origen, ya comprobado, de las múltiples y distintas superticiones de aquellas culturas. No logramos entender aún como, por ejemplo, una cantidad inicialmente escrita sobre la superficie de la mayoría de letreritos, posiblemente un precio bajo un aspa de color rojo, daba lugar a otro nuevo e inferior, escrito al lado, pero cuyas centenas, decenas o unidades, por lo general, y en la mayoría de los casos, eran siempre NUEVES:
10000/9999; 1000/999; 1500/1499; 2100/2099; 100/99; etc., etc.
EPÍLOGO
"DE LA QUE SE DIÓ EN LLAMAR SOCIEDAD DE CONSUMO, AÚN NO LO SABÍAMOS TODO"
Cuento infantil escrito por Zoilo López con motivo de la EXPO de SEVILLA. Mollet del Vallés. BARCELONA 1.992

LOOKING to YOU


VIDA O MUERTE


Muchos de estos personajes han
sido previamente tratados de
manera individual como ensayo
para el posterior cuadro.

Miss England



Esta supuesta señorita inglesa me permitió un ensayo al óleo para la creación de nuevos personajes de mis futuros cuadros.

martes, 3 de junio de 2008

CHANTILLY


LA GIOCONDA


Quise componer un retrato surrealista del famoso cuadro de Leonardo. Para ello empleé un desnudo masculino depilado y un hermoso ojo femenino (sin cejas)

DRAMA



Foto tomada en Sant Denis (París)

BARCELONA: homenaje

Foto tomada desde el MAREMAGNUM (Barcelona)

Espíritu VOYEUR


INVITACIÓN



Postal de invitación para comensales a una cena en el Restaurante La Marieta (Mollet del Vallés)