BODEGÓN a carboncillo

Bocetos destinados a futuras obras pictóricas de carácter más clásico.

Deseo aclararle a mi buen amigo Dorta que con esta serie de bocetos no pretendo otra cosa que no sea la de autoimponerme una férrea disciplina en la práctica del dibujo clásico al carboncillo y un límite aproximado de 20 minutos en la ejecución de cada uno de ellos.
La intención es la de mantener la forma por el dibujo tradicional que tanta gente, sobre todo joven, abandona hoy día en beneficio de un dibujo más libre y menos académico que el de entonces. Ello no quiere decir que a la hora de abordar determinados temas en su modalidad de óleo, por ejemplo, opte por tanto clasicismo sino que tal práctica académica supone una especie de terapia con la que contrarestar la múltiple influencia de estilos pictóricos por los que en el futuro pueda verme sensiblemente afectado. En tal sentido, apenas visito salas de exposiciones como no sean las que corresponden a los distintos museos donde se exhiben obras de los clásicos de todos los tiempos.
Ello no quiere decir que yo esté en contra de lo que llamamos hoy arte contemporáneo; ni mucho menos. Solo quiero manifestar que el dominio del dibujo, en todas sus vertientes, me parece más que fundamental en la formación del futuro pintor y/o escultor. Eso es todo.