RETRODEZCAN

Este imperativo es del todo incorrecto pero me resulta más contundente que el original RETROCEDAN. Por lo tanto, si la Real Academia de la Lengua Española me lo permite, desde hoy en adelante haré uso exclusivo de él.
Con RETRODEZCAN pretendo dar a conocer parte de mi obra pictórica, escultórica, fotográfica y, en menor proporción, literaria y, a la vez, mantener una corriente de opinión sobre los acontecimientos de naturaleza artística de hoy día.
Espero que tomeis la sabia decisión de manteneros a una distancia prudencial de mis opiniones aquí vertidas que no siempre tienen por que ser del agrado de la mayoría; ¿o, sí?

jueves, 4 de septiembre de 2008

CARNAVAL. continuación...

¿Quién juraría que esta noble dama no lleva en su interior un alma de autentico caballero?. Lo que sí yo juraría es que el actor de la fotografía es del todo consecuente con el personaje que ha decidido representar y que pone en tela de juicio la autenticidad o no de su propia condición.
¿Acaso no son representativos estos retratos del perfil psicológico de los personajes?.

CARNAVAL. continuación...

En la presente fotografía, un reducido grupo de un colectivo gay pone en escena y parodia una composición de la clásica familia acomodada de finales del sglo XIX. En ella está representada la figura de un poderoso industrial de entonces en compañía de su legítima esposa y de su amante, además del hijo habido de su relación sexual con esta última (según confesión de los protagonistas a este fotógrafo) y no de su conyuge oficial.
En más de una ocasión, el Carnaval también ha sido utilizado como plataforma de manifestación espontánea de reivindicación homosexual. En algunos casos una reivindicación real y en otros algo más afectada.
Afectada por cuanto uno no sabe nunca si lo que está presenciando en aquel momento es una auténtica reivindicación, propiamente dicha, por sus derechos castrados o, simplemente, si se trata solo de una vulgar recriminación a la libertad ejercida por este controvertido colectivo homosexual.

En cualquier caso, muchos no reivindican absolutamente nada. Solo dan rienda suelta a su auténtica condición sin tomar en consideración el haber hecho trizas el "armario" de su cobijo para lograr conseguirlo, aunque solo fuera por una semana de desenfreno y sexo.

CARNAVAL. continuación...

El Carnaval, por lo menos en Tenerife, se manifesta, en ocasiones, como una prolongación de la propia vida familiar llevada, en tono muy jocoso, al exterior, a la calle.

Durante la celebración abunda el tema del matrimonio, por ejemplo, y éste presenta varias vertientes en su desarrollo. Por un lado, la representación del matrimonio ideal, indisoluble, sin problemas, sin conflictos aparentes. Su antagonista, el desgraciado, el insoportable. Otro modelo es el matrimonio cuya infidelidad llega a cotas de auténtico esperpento. Por cierto, a propósito de la infidelidad, acude ahora a mi mente un "chiste" que por aquella época, y aún ahora, no deja de tener su gracia:

Un matrimonio se era tan, tan infiel, que un día estando acostados juntos, alguien toca a la puerta de la habitación y el marido exclama: ¡Ostras!, mi mujer. Y su propia mujer se escondió debajo de la cama.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

CARNAVAL. continuación...

Algo debió ocurrir fuera de plano para que el numeroso público que seguía el cortejo lúdico mostrara en sus rostros esas expresiones de franco júbilo.

CARNAVAL. continuación...

Francamente. No consigo descubrir cuales eran las claves del abanderado y sus compinches. En cualquier caso y a juzgar por la divertida expresión de júbilo por parte del público allí congregado, pudiera tratarse más bién, de una representación cómica relacionada con algún tipo de acontecimiento en conexión con la política llevada a cabo entonces por el el Exmo. Ayuntamiento de la ciudad.

Oportunidad a la PAZ

Tanto mi colaborador Antonio Dorta como yo ya no sabemos a quién acudir para poner a disposición de algún estamento público y de forma desinteresada, desde luego, todo este material gráfico que retrata de manera analógica y especial un periodo crucial de la vida y costumbres del Puerto de la Cruz, amén de una galería de retratos de personajes hasta entonces únicos y característicos, auténticos representantes del quehacer cotidiano de esa ciudad turística.
Por lo que a mí respecta ya me siento muy alagado en recibir felicitaciones por parte de muchos familiares de los portuenses aquí retratados. Algunos de ellos desgraciadamente ya fallecidos y otros, posiblemente a punto de su jubilación laboral. En cualquier caso ellos fueron los auténticos protagonistas populares que, a su manera, alegraron aquel periodo oscurecido aún por los coletazos del régimen en las postrimerías del franquismo que tanto nos toco padecer.
La foto que ilustra esta entrada no trata de una alegoría sobre la PAZ. Fue solo un intento vano de reinvidicar, en época de la guerra del Vietnam, más que una paz duradera, sí el final de una contienda que agitó de manera especial las conciencias de la mayoría de jóvenes del mundo, en especial las de los artistas en general y sobre todo las de los músicos en particular.

CARNAVAL. continuación.......

La policia nacional ha cambiado de uniforme a lo largo de los últimos treinta años en varias ocasiones; por lo menos, que yo recuerde, en tres.

Este que se aprecia en la fotografía era el uniforme que le daba nombre a la policia nacional de entonces: LOS GRISES. Obviamente era de color gris. Luego vendría el marrón y por último azul, creo recordar.

Casi toda mi generación, en alguna ocasión, tuvo que correr delante de "los grises" pero eso ya pertenece al desafortunado pasado. Al "gris" de la fotografía no le queda otro remedio que sonreirse y, mientras continuara así, reprimiría su actitud violenta que era lo que, en el fondo, todos deseábamos en aquel momento, máxime si estábamos en época de Carnaval.

CARNAVAL

Si existe una fiesta grande por excelencia esa no es otra que la de Carnaval. Y resulta así de grande porque el pueblo la exige. Y cuando el pueblo la exige poca cosa pueden hacer las autoridades para evitar que se produzca. Ni siquiera cambiándole el nombre como ocurriera antaño intentando el estado, en perfecta connivencia con la iglesia o viceversa que TANTO MONTA, MONTA TANTO......, rebautizarla con aquel eufemismo de FIESTAS DE INVIERNO.

Sin restarle importancia a los celebrados en Santa Cruz, los Carnavales del Puerto competían con los de la capital con una dignísima calidad lúdica por todos aceptada.

Al no coincidir ámbos en las mismas fechas había ocasión para disfrutar de los dos indistintamente. Bien porque los portuenses se desplazaban a Santa Cruz cuando aquellos o bien los santacruceos se venían hasta el Puerto cuando estos. Con este trasiego carnavalero el número de participantes aumentaba sobremanera en cada una de las dos ciudades lo que garantizaba la algarabia, el jolgorio y todo lo que conlleva la tradición pagana de la fiesta.

He querido empezar este lote ilustrando el primer comentario con una foto que refleja muy bien un rito lejano traido desde Cuba hasta Canarias y que se conoce bajo el nombre de "matar la culebra". Este rito, en el Puerto de la Cruz, está generalmente reservado al disfrute de los niños, tal y como muestra la fotografía.

En los muchos carnavales vividos por mí en Santa Cruz nunca advertí que se produjera este fenómeno ritual por lo que me inclino a pensar que solo es exclusivo del Puerto de la Cruz y sus niños.

Existe un librito que habla de este rito tradicional. En este momento no estoy en condiciones de ofrecer más datos, tales como el autor o la editorial pero prometo que, en breve, aportaré la referencia completa.



martes, 2 de septiembre de 2008

PERSONAJES POPULARES (final)

Para finalizar con tanta desgracia ajena, el optimismo y la resignación que denota el personaje dota a la imagen de mucho más dramatismo del que a priori parece, al presentar su rostro esa expresión de optimismo que nadie espera de él.
De su cruel fatalidad lo único que ha conseguido es convertirla en su "modus vivendi".
De todas maneras, estas también son imágenes de aquel Puerto de la Cruz boyante, rico, cosmopolita pero que además padecía de un sustrato social de pobreza, miseria y desgracia para lo que nunca pudo, o no supo, encontrar soluciones que lo erradicaran del todo.

PERSONAJES POPULARES

Uno de los casos más patéticos con los que me he encontrado, y que sin embargo no eludí fotografiar pese a la intensa carga dramática que presentaba el motivo, es el de un indigente que se veía en la obligación de mendigar mostrando como reclamo los dos muñones de sus manos amputadas.

En mi opinión, su aparente resignación aún le confería una mayor crudeza a la siniestra escena.

Aún así, mi instinto fotográfico supo prevalecer y sobreponerse por encima de cualquier consideración de tipo ético, incluso estético.