Siendo niño, si por algo me gustaba acompañar a mi madre a la recova en Santa Cruz, la razón no era otra que la de poder ver la enorme tortuga que se bañaba entonces en el estanque del gran patio interior. También es cierto que era la primera tortuga que había visto en mi vida y eso me impresionaba pero la recova, además de la simpática tortuga tenía otros muchos alicientes para un niño curioso cómo era yo en los años cincuenta. Estos otros alicientes suponían para mí un motivo de observación constante y lo componían los extraños personajes que pululaban tanto por el interior como por los alrededores de aquel enorme establecimiento dónde uno podía perderse con suma facilidad si se lo proponía.
Unos veinte años más tarde, en algunas ocasiones acudía allí a fotografiar todo aquello que no pude cuando niño y el resultado era cada vez más decepcionante porque, para entonces, uno había adquirido ya la suficiente conciencia como para preocuparse por casi todo lo que veía a mi alrededor.
Una de las últimas veces que visité la recova coincidí casualmente con la actriz María Salerno quién con su mánager había asistido al recinto tratando de promocionar la popularísima radionovela SIMPLEMENTE MARÍA de la que era protagonista en aquellos años setenta además de la fotonovela por capítulos del mismo nombre.
María Salerno había sido escogida por Chicho Ibáñez Serrador como azafata del concurso 1 2 3 responda otra vez para pasar a convertirse algunos meses más tarde, gracias a la adaptación para la radio del canario Guillermo Gautier Casaseca, en la protagonista indiscutible del popular serial SIMPLEMENTE MARÍA.
El éxito obtenido por María Salerno resultó ser espectacular
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