RETRODEZCAN

Este imperativo es del todo incorrecto pero me resulta más contundente que el original RETROCEDAN. Por lo tanto, si la Real Academia de la Lengua Española me lo permite, desde hoy en adelante haré uso exclusivo de él.
Con RETRODEZCAN pretendo dar a conocer parte de mi obra pictórica, escultórica, fotográfica y, en menor proporción, literaria y, a la vez, mantener una corriente de opinión sobre los acontecimientos de naturaleza artística de hoy día.
Espero que tomeis la sabia decisión de manteneros a una distancia prudencial de mis opiniones aquí vertidas que no siempre tienen por que ser del agrado de la mayoría; ¿o, sí?

sábado, 11 de agosto de 2018

EL HONORABLE

Felipe VI regatea este verano en aguas de Mallorca a bordo del Bribón sin plantearse siquiera la conveniencia de rebautizar con otro nombre al barco que fuera de su padre y que no le ha sido posible patronear este año debido a una seria lesión de muñeca. Tal vez haya sido mejor así porque al mando de su hijo, el Bribón ya iba por delante el primer día de regata.

Según el diccionario de la RAE, bribón es sinónimo de haragán, pícaro, bellaco y dado a la briba.
BRIBA: vivir en holgazanería picaresca o darse a este género de vida.

Ese género de vida al que alude el diccionario parece ser el mismo del que disfrutaba hasta hace bien poco no el elegante barco que regatea este verano en aguas de Mallorca sino su antiguo patrón, de cuyo nombre no quiero acordarme pero del que no se olvida ni su primo Nosequé de Orleans, ni  el inspector Villarejo, hoy encarcelado, y ni muchísimo menos, ¿cómo no?, la excelsa, bella, rica, heredera y cortesana princesa Corinna.

No sé cuántas regatas a lo largo de su singladura habrá ganado el Bribón pero de lo que estoy completamente seguro es de que si ha ganado alguna no habrá sido nunca haciendo honor a su nombre. Para hacer honor a ese nombre habrá sido necesario cazar elefantes en África, cobrar comisiones por intermediar entre los árabes y empresas españolas para llevar el AVE hasta La Meca o utilizar a una aristócrata europea para desviar dinero a los bancos suizos.

Así que por el bien y la buena reputación que todos esperamos que conserven aquellos miembros incorruptos de la familia real española, sería conveniente para empezar rebautizar al barco con un nuevo nombre como su antónimo: EL HONORABLE.

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