RETRODEZCAN

Este imperativo es del todo incorrecto pero me resulta más contundente que el original RETROCEDAN. Por lo tanto, si la Real Academia de la Lengua Española me lo permite, desde hoy en adelante haré uso exclusivo de él.
Con RETRODEZCAN pretendo dar a conocer parte de mi obra pictórica, escultórica, fotográfica y, en menor proporción, literaria y, a la vez, mantener una corriente de opinión sobre los acontecimientos de naturaleza artística de hoy día.
Espero que tomeis la sabia decisión de manteneros a una distancia prudencial de mis opiniones aquí vertidas que no siempre tienen por que ser del agrado de la mayoría; ¿o, sí?

sábado, 30 de agosto de 2008

FIESTAS. La virgen del Carmen. FINAL

Por último, y a pesar de que esta foto ya ha sido publicada con anterioridad ilustrando el pregón de las fiestas de este último año, me he tomado la libertad de repetirla para cerrar el capítulo de las fiestas dedicadas a la Virgen del Carmen, patrona de la ciudad.
En una especie de apoteósis final, el día del embarque, la gente se concentra en masa en la diminuta playa del muelle donde espera la comitiva que ha de seguir al cortejo procesional por mar a lo largo del litoral del Puerto de la Cruz en un itinerario de ida y vuelta.

25 comentarios:

  1. Construcción naval en Santa Cruz de Tenerife:
    Además de las compras, la flota canaria se ha formado por medio de embarcaciones fabricadas en las islas. La construcción naviera no necesitaba grandes inversiones o maquinaria especializada, ni grandes espacios de fabricación y botadura. El carpintero de ribera era a la vez ingeniero, proyectista y constructor: él mismo lo hacía todo, menos los clavos, que tenía que comprar. Desde los primeros tiempos de la conquista existía en Santa Cruz un "maestre de faser navíos" llamado Cristóbal Martín; había un varadero en la playa del barranco de Almeida, y otro más en el costado de la Caleta. En Santa Cruz se hacían barcos como en cualquier playa donde había bosques en la proximidad, como en San Andrés, en Garachico o en San Marcos de Icod. Esta industria fue importante, sin duda la primera de unas islas que no disponían de muchos recursos industriales. No llegó nunca a asegurar la autonomía de la flota canaria, pero cubrió gran parte de sus necesidades, y, de una manera general, todas las de su flota de pesca. También se fabricaban de manera normal y continuada los barcos para la carrera de Indias. El tonelaje de éstos había sido regulado por las ordenanzas del Consejo de Indias, en 1556 y en 1561; pero desde el principio se había establecido una excepción para los navíos canarios, que podían tener una capacidad de 80 toneladas, límite que resultaba inferior a la norma general. Era un castigo, probablemente destinado a hacer más costoso el transporte; pero resultó ser también una ventaja, de la que se aprovechó la industria local. Debido a esta circunstancia, cuando se habla da barco canario, se entiende menor que el peninsular de su misma clase; pero la verdad es que rebasa frecuentemente las 80 toneladas admitidas como máximo. En los varaderos canarios era posible construir barcos de mayores dimensiones. Un ejemplo es el de la nao de 250 toneladas fabricada en 1546 por Blas Díaz en la caleta que después, y a raíz de este episodio, llevó durante mucho tiempo su nombre. En 1626, Luis Interián quiso fabricar a sus expensas un galeón de 600 toneladas, "con intención de servir con él a las armadas y flotas de Indias" y lo único que logró fue reunir en contra de sus proyectos la unanimidad de la Casa de la Contratación, del Consulado y de los mareantes de Sevilla. Desgraciadamente, no era ésta la única limitación de la industria naviera insular. Después de un primer período de euforia, empezó a escasear la madera. La de Canarias era de excelente calidad para la fábrica de navíos y tenía la reputación de servir mejor que las otras contra la broma que solía destrozar los cascos. Su misma reputación la perdió. Se intentó limitar el proceso de destrucción de los bosques tinerfeños, autorizando los cortes sólo para las embarcaciones destinadas al tráfico local y cuyos propietarios eran tinerfeños: pero hubo numerosos abusos, que no se podían evitar ni sancionar en todos los casos. En 1642, para fabricar la quilla de un barco de 40 palmos o diez metros de largo, era preciso ir a buscar un árbol conveniente tan lejos como en el valle del Bufadero.

    Año de 1520, junio día 26:
    Juan Fernández, carpintero de ribera, vecino de la isla de La Palma, estante en Tenerife, recibe a Bartolomé de Fuentes, para enseñarle el oficio de carpintería de ribera por 4 años a partir del primero de este mes Bartolomé le ha de servir en el oficio de comer, beber, vestir y calzar, y al final del tiempo darle: capa, sayo, jubón, calzas, un par de camisas y zapatos, bonete de buen paño y toda la herramienta perteneciente al oficio, y si enfermara lo ha de tener en su casa a su costa.» (Alonso de Gutiérrez , «Protocolos»)

    miniatura. Noé construyendo el Arca Escasez de madera:
    Todavía quedaban bosques en Tenerife; pero los destrozos continuaban con ritmo acelerado. A mediados del siglo XVIII se fabrican, sobre todo en Santa Cruz, "muchos navíos que se destinan para la permisión a Indias" y, en vista del estado de los bosques, el Cabildo determina prohibir la tala y negar en adelante cualquier permiso. Cuando Bartolomé Montañés pretende fabricar algunos barcos de pesca para proveer su industria de salazones, se ve obligado a pasar el encargo a La Palma, porque en Tenerife falta la madera; y lo mismo hizo el administrador de las rentas reales, para poder fabricar un bergantín dedicado al servicio. El Cabildo se acuerda ahora con nostalgia que hasta mediados de siglo se podía fabricar en la isla navíos de hasta 300 toneladas y de "una duración pasmosa", mientras que ahora hay que pagarlos a la industria extranjera y no llegan con mucho a tener la misma calidad. En los últimos años del siglo XVIII, en los varaderos de Santa Cruz no se fabrican sino lanchas y barcos pequeños o se procede a arreglos menores. Entre 1808 y 1812 todavía se fabrican en las islas unos 35 navíos. Incluso cuando siguen trabajando, ocasionalmente y muy de vez en cuando, los astilleros de Santa Cruz han terminado su misión. (Cioranescu)

    Varadero S.C.Tenerife Varaderos siglos XIX y XX:
    Los varaderos habían sido activos en el antiguo puerto de Santa Cruz. Más que varaderos, ya que por aquel entonces no se necesitaban recintos especializados ni utillaje particular, se puede decir que a lo largo del siglo XIX se han construido embarcaciones en cualquier punto de la playa de Santa Cruz. Se trata, claro está, de buques de poco tonelaje: el mayor de todos, el brik Victoria, terminado en 1878, tenía una capacidad de 600 ton. Más tarde, a partir del último cuarto del siglo pasado, se han instalado en la playa que corría del muelle al barranco de Almeida, espacio tradicionalmente dedicado al varado de buques, cuatro varaderos especializados, que han continuado sus actividades, con los naturales altibajos producidos por la situación económica general, hasta después de terminada la segunda guerra mundial: los varaderos de Hamilton y el de Elder Dempster (este último transformado después en Industrias Marítimas), que trabajaban en la playa, al descubierto, lanzando al agua goletas, balandras, gabarras y pequeños buques fruteros para el cabotaje, además de las tareas acostumbradas de reparaciones; el varadero de Cory y Comp., dedicado al cuidado exclusivo de las solas embarcaciones de la empresa; y el de la Junta de Obras del Puerto, creado en 1919. Los varaderos de Hamilton y de Cory han desaparecido en las obras de la avenida de Anaga. Desde 1965 se disponía del varadero de la sociedad "Nuevos Varaderos" (NUVASA), en zona norte de la dársena comercial, con una superficie de 45.000 metros cuadrados y con una capacidad para 13 barcos de hasta 2.000 ton. Varados en posición horizontal. (Cioranescu)

    Broma:
    Molusco lamelibranquio ampliamente distribuido y muy destructor, que cava galerías a través de las maderas sumergidas o de los cascos de los barcos, desembarcaderos y pilotes, causando grandes daños. El nombre se aplica a las especies de los géneros Teredo y Bankia, moluscos bivalvos profistos de largos sifones y de una pequeña concha situada en el extremo anterior del cuerpo, que se incrusta profundamente en la madera. La perforación se efectúa por la rotación de esta pequeña concha, tan dura que reduce la madera a serrín. Si el ataque es muy extenso, llega a ocasionar el derrumbamiento de la construcción o el hundimiento del barco. La madera puede protegerse contra el ataque de la broma mediante pinturas a base de cobre o por impregnación de creosota.

    * Carpintería de Ribera | Construcción naval: Madera | Construcción naval: Acero

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  2. El "France" (1910-1935):
    Se empezó a construir en febrero de 1909 en los astilleros de la Penhoet, en St. Nazaire. Era la construcción número 55 de la factoría naval. Mientras estaba en la grada se le asignó el nombre "La Picardie". Desplazaba 29.654 toneladas, tenía 217,2 metros de eslora por 23 de manga. Estaba propulsado por turbinas Parsons construidas bajo licencia por la Penhoet, desarrollaban 45.000 Shp sobre cuatro hélices. La velocidad contratada fue de 23 nudos aunque durante las pruebas alcanzó fácilmente los 25. Disponía de acomodación para 534 pasajeros en primera clase, 442 en segunda, 250 en tercera y 800 en tercera económica. Tenía 500 tripulantes, muchos de ellos paleros y fogoneros encargados de las 19 calderas que, a régimen normal, consumían hasta 270 toneladas de carbón por singladura. Fue botado el 20 de septiembre de 1910, recibido por sus armadores el 3 de abril de 1912, y el día 20 siguiente zarpó de Le Havre en viaje inaugural a Nueva York. En uno de los primeros viajes cruzó de Nueva York a Le Havre en cinco días y 17 horas, lo cual le puso a la altura de los "Lusitania" y "Mauritania", los grandes Cunard de la época. Propiedad de la Cie. Generale Trasatlantique. Fue botado en una época crucial para la naviera, que con fuerte competencia extranjera, entonces tenía en la línea a Nueva York a "La Provence", "La Lorraine" y "La Savoie", fuertemente presionados por los trasatlánticos de la Cunard, de la Hamburg-Amerika Linie y North German Lloyd.

    Servicios durante la primera guerra mundial:
    En agosto de 1914 fue requisado por la Marina de Guerra francesa para su utilización como transporte de tropas. Fue artillado, rebautizado "France IV" y pintado de gris. Durante la campaña de los Dardanelos fue transformado en buque-hospital. Terminada la guerra fue modernizado en Tolón y utilizado para la repatriación de tropas norteamericanas que habían luchado en los frentes europeos. La necesidad de barcos para esta tarea hizo que el gobierno estadounidense fletara trasatlánticos de las navieras Pinillos y Trasatlántica Española que, durante meses navegaron junto con el "France".

    Sus calderas fueron adaptadas para quemar combustible líquido en lugar de carbón, con ello aumentó la velocidad y redujo personal. Con la adquisición a la Cie. Trasatlántique de los nuevos "Ile de France" y "De Grasse" el "France" quedó relegado a un segundo plano y fue dedicado a cruceros que hacían escala en Tenerife y continuaban en el Mediterráneo. Su primera escala en Tenerife fue el 18 de enero de 1930. Cruzaba desde Nueva York a Santa Cruz de Tenerife en seis singladuras y media. Venía de Nueva York al mando del capitán Simon, con 356 pasajeros. Volvió en los meses de febrero y marzo y en los dos años siguientes repitió las mismas escalas. Tras los cruceros de 1932, años de la depresión, la naviera decidió el amarre. El 15 de abril de 1935 partió a remolque rumbo a Dunkerque para ser desguazado.

    El "Columbus" (1923-1939):
    Se empezó a construir en 1914 en la Schichau, factoría naval de Danzig. Era su construcción número 929. Era un "liner" de 32.354 toneladas de registro bruto, 236,2 metros de eslora y 25,3 de manga. Tenía una tripulación de 733 personas, disponía de una acomodación para 531 pasajeros en primera clase, 524 en segunda y 705 en tercera. Estaba equipado con dos grupos de alternativas triples con 32.000 Hp sobre dos líneas de ejes. Hizo 19 nudos en las pruebas de velocidad. Tras la remodelación de 1929 alcanzaría los 22 nudos. Su entrega fue retrasada por la escasez de suministros ocasionadapor la Primera Guerra Mundial. Fue botado el 12 de agosto de 1923. El 27 de abril de 1924 Hizo su viaje inaugural Bremerhaven-Nueva York , con escala en Southampton a la ida y en Plymouth a la vuelta. Esto significó el renacer de la marina mercante alemana después de que, en en 1919, todas las unidades de altura pasaron a manos de los aliados vencedores ("Imperator", "Vaterland" y "Bismarck"). La Lloyd Norte Alemán había perdido los "Kaiser Wilhelm", "Der Grosse", "Kronprinz Wilhelm", "Kaiser Wilhelm II" y "Kronprinzessin Cecilie". El primer "Columbus" pasó a ser llamado "Homeric" cuando fue entregado a la White Star. Los aliados permitieron a los vencidos conservar el nuevo "Columbus", aún en la grada y con el nombre de "Hindenburg" cuando finalizó la guerra. Muchos opinaban que era el más bello "liner" del momento. Su decoración artística fue llevada a cabo por el profesor Troost y fueron celebrados las decoraciones murales de E.R. Weiss. Bajo la contraseña de la Lloyd Norte Alemán, navegó junto con los "Bremen", "Munchen", "Sttutgart" y "Berlín" todos ellos bien recordados en Santa Cruz por sus escalas turísticas. El "Berlín", en febrero de 1978, bajo bandera soviética, vino en viaje a Odessa con el nombre de "Admiral Nakhimov". Fue el primer trasatlántico de más de 30.000 toneladas que atracó en el Muelle Sur. Su primera escala fue el 24 de julio de 1934. Venía al mando del capitán Adolf Ahrens y lo atracó el práctico Don Francisco García Talavera. Su última escala fue el 13 de febrero de 1939, al mando del capitán Wilhelm Dachne.

    Hundimiento durante la guerra (1939):
    En diciembre de 1939 ,durante a Segunda Guerra Mundial, desembarcó a los 750 pasajeros que llevaba (norteamericanos en su mayoría) en La Habana, zarpó de Veracruz con intención de alcanzar Oslo. Al ser avistado en el punto Anton Lizardo se sospechó que intentaba abandonar aguas mexicanas. Segun las autoridades de este país, no llevaba material de guerra. Cuando estaba a 320 millas del Cabo Hatteras, avistó al destructor inglés "Hyperion". El capitán del "Columbus" ordenó incendiarlo y se hundió rápidamente con las válvulas de fondo abiertas. La totalidad de la tripulación (579) fue recogida por el crucero norteamericano "Tuscaloosa".

    * Los Montes de Hamburg-Sudamerikanische | La Primera Guerra Mundial
    * El hundimiento del Lusitania (1915) | La persecución del Bremen
    * El Graf Zeppelin (1938-1947) | La clase Liberty | Hundimiento del Graf Spee

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  3. Los "Montes" de la Hamburg Sudamerikanische:
    La naviera alemana Hamburg Sudamerikanische, tan unida al puerto de Santa Cruz de Tenerife desde sus primeros años de actividad comercial marítima allá por 1870, suspendió sus escalas regulares durante la Primera Guerra Mundial para, una vez finalizada la contienda reanudarlas con los trasatlánticos "Cap Polonio", "Antonio Delfino" y "Cap Norte". Luego, la naviera incorporó a la línea del Plata -con escalas en puertos de Galicia y Canarias- a sus célebres "Montes" que, construidos todos en los astilleros hamburgueses de la Blohm und Voss, entraron en servicio entre 1924 y 1930. Los "Montes" de la Hamburg Sudamerikanische eran "liners" de estampa marinera y sencilla. Con dos chimeneas en caída, son de los palos adornados con largas crucetas, el casco quedaba enmarcado por braque recto y popa de crucero y, con botes salvavidas pintados de color caoba, sus líneas marineras destacaban y les daban prestancia y gallardía.

    El Monte Sarmiento:
    El primero de los "Montes" de la Hamburg Sudamerikanische fue el "Monte Sarmiento", botado el 31 de julio de 1924 en los antes citados astilleros hamburgueses de la Blohm und Voss. En noviembre del mismo año realizó las pruebas de mar y, recibido por sus armadores, el 15 del mismo mes zarpó de Hamburgo en viaje inaugural al Plata. Como sus gemelos, el "Monte Sarmiento" era un trasatlántico de 13.600 toneladas de registro bruto, 159,7 metros de eslora por 20,1 de manga y, en dos clases, disponía de acomodación para más de 2.000 pasajeros. El equipo propulsor estaba compuesto de dos motores MAN que, con 6.800 H.P. sobre dos líneas de ejes, le daban media de 15,5 nudos a régimen normal. La vida marinera del "Monte Sarmiento" transcurrió en el servicio a puertos de América del Sur, y también, en cruceros de turismo. Cuando de nuevo se quebró en el mundo el frágil cristal de la paz, el trasatlántico fue requisado por la Marina de Guerra alemana para su utilización en Kiel como depósito de marinería. En tal condición continuaba cuando, el 26 de febrero de 1942, fue hundido durante un ataque aéreo de la Royal Air Force. Meses después, sus restos fueron reflotados y, remolcados a Hamburgo, allí se le desguazó.

    El Monte Olivia:
    El 28 de octubre del mismo 1924, el "Monte Olivia" -construcción número 409 de la Blohm und Voss- resbaló por la grada y, el 23 de abril del año siguiente, se hizo por vez primera a la mar con rumbo al Plata. Hizo la misma línea regular del Sur -también cruceros de turismo- y, cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial, se encontraba en Santos. Se hizo a la mar y, tras forzar el bloqueo de la Royal Navy, pudo alcanzar aguas alemanas. En Hamburgo, el "Monte Olivia" fue empleado como cuartel flotante hasta que, en febrero de 1945, se le convirtió en buque-hospital para tomar parte en la evacuación de los territorios del Este. El "Monte Olivia" participó en tan importante como peligrosa tarea hasta que, el 3 de abril, fue hundido en Kiel por bombas de la aviación aliada. En enero de 1946, se inició su desguace, el cual no finalizó hasta 1948.

    El Monte Cervantes:
    El "Monte Cervantes" fue botado el 25 de agosto de 1927, y el 3 de enero del año siguiente, se hizo a la mar en viaje inaugural. Como sus gemelos, hizo cruceros de turismo y, dada su corta y desgraciada vida marinera, fue el menos conocido de los "Montes" de la Hamburg Sudamerikanische en Santa Cruz de Tenerife. El 25 de julio de 1928 -el mismo año de su viaje inaugural- durante un crucero de turismo al Artico el "Monte Cervantes" chocó con un témpano de hielo, el cual le causó una vía de agua en el casco. Entonces puso proa a Spitzberg -le daba escolta por si precisaba auxilio el rompehielos ruso "Krassin"- y, cinco días más tarde, una vez reparada la avería puso proa a Hamburgo. El "Monte Cervantes" fue un trasatlántico con mala suerte en el mar y, en otro crucero de turismo -en esta ocasión a Tierra del Fuego- se perdió después de una varada. El 22 de enero de 1930, el "Monte Cervantes", con 1.117 pasajeros a su bordo, chocó con unas rocas que, sumergidas, no estaban cartografiadas. El rumbo abierto en el casco era importante y, ante el peligro de hundimiento, todos los pasajeros fueron embarcados en los botes salvavidas. Mientras se trataba de llevar al "liner" a una zona de costa aplacerada, éste varó en los arrecifes Eclaieur, donde quedó aprisionado por las rocas. En auxilio del "Monte Cervantes" acudieron los barcos que navegaban por aquella zona y, al día siguiente, se inició el desembarco del equipaje, -no llevaba carga a bordo- y, el 24, cuando sólo quedaban en él los necesarios tripulantes para las maniobras de salvamento, el trasatlántico escoró rápidamente y se hundió, perdiendo la vida su capitán. Los años pasaron sobre la tumba marinera del "Monte Cervanes" y, en 1951 -cuando la escasez de tonelaje- una empresa italiana, la Savamar, inició los trabajos de reflotamiento, los cuales finalizaron en julio de 1954. En octubre, cuando el casco del "Monte Cervantes" era remolcado a Ushuaia con objeto de mejor repararlo para llevarlo a Buenos Aires, se le abrió una vía de agua y, una vez más -y en esta ocasión en aguas profundas- se hundió el antiguo "liner" de la Hamburg Sudamericanische.

    Cartel escalas en Vigo El Monte Pascoal:
    El cuarto trasatlántico de la clase "Monte" fue botado el 17 de noviembre de 1930. Era el "Monte Pascoal" que, en enero del año siguiente, comenzó a navegar en la línea regular de sus armadores a puertos Sudamericanos. El "Monte Pascoal" -que también fue empleado en crucero de turismo- se encontraba en Buenos Aires cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial y tras forzar el bloqueo, pudo alcanzar aguas alemanas. En 1940 fue habilitado para su empleo como cuartel flotante en Whilhelmhaven donde, el 3 de febrero de 1944, fue hundido durante un ataque aéreo aliado. Reflotado en mayo siguiente, en 1945 fue adjudicado como "buena presa" al Gobierno británico pero, dado su mal estado de casco y máquinas -y lo antieconómico de su reparación- se le cargó con municiones y gases tóxicos y, remolcado mar afuera, fue hundido en Skagerrak.

    El Monte Rosa:
    El último de los "Montes" fue el "Monte Rosa", botado -era la construcción número 492- el 4 de diciembre de 1930. Navegó en el servicio del Plata y en cruceros de turismo, y en 1939, se le amarró en Stettin para su utilización como cuartel y depósito de marinería. En 1942 hizo varios viajes con tropas a Noruega y, en octubre del año siguiente y hasta marzo de 1944 sirvió para el alojamiento de los operarios que reparaban el acorazado Tirpitz en aguas noruegas. En 1944; el "Monte Rosa" volvió a ser utilizado como transporte de tropas y, el 16 de febrero de 1945, a la altura de Hela chocó con una mina. Con una de sus salas de máquinas inundada y pronunciada escora, fue remolcado a Gdynia. Allí se le reparó y, con 5.000 refugiados a su bordo, arrumbó a Copenhague; luego, desde dicho puerto marchó al de Kiel, donde aún se encontraba cuando finalizó la guerra. En noviembre de 1945, el "Monte Rosa" arboló bandera inglesa y, llevado a South Shields, allí fue reparado y convertido en transporte de tropas. En 1946 se le dio el nuevo nombre de "Empire Windrush" por el Ministerio de Transportes, el cual encargó de su gerencia a la New Zeland Line. Así comenzó nueva etapa de vida el antiguo "Monte Rosa", único superviviente de aquella espléndida serie de trasatlánticos bajo contraseña de la Hamburg Sudamerikanische, sin embargo, y como para no escapar al triste destino de sus gemelos, el 28 de marzo de 1954 cuando en aguas del Mediterráneo navegaba desde Yokohama a Liverpool se incendió a la altura de Cabo Caxine. Resultaron muertos cuatro de sus tripulantes y, los pasajeros y resto de la tripulación, fueron recogidos por los barcos que navegaban en las cercanías y atendieron sus llamadas de socorro. Al día siguiente, cuando el destructor "Saintes" trataba de remolcarlo a Gibraltar, el "Empire Windrush" tomó rápida escora y, poco después de largar el remolque, desapareció bajo las olas. (M.Perdomo Afonso y J.A.Albornoz)

    La discutida entrega del Trofeo hales al catamarán Great Britain (1990):
    La Cinta Azul del Atlántico era un trofeo imaginario hasta que el ingeniero Harold Keates Hales presentó en 1935 su trofeo. Es una escultura dorada y plateada de un metro y veinte cm, que representa naves de entre los siglos XV y XX. Tiene otros elementos como una banda azul y la pareja de Neptuno y Anfítrite. Su primera entrega correspondió al Mauritania por sus 27,4 nudos. Todas las grandes líneas de trasatlánticos lo han ganado alguna vez. En 1986 Richard Branson hizo la travesía en tres días y ocho horas en su barco a motor Virgin Atlantic Challenger, pero los fideicomisarios del trofeo Hales rechazaron su reclamación de haber batido la marca, pues su barco no estaba diseñado para prestar servicios comerciales. Branson encargó un trofeo con una escultura del faro de Bishop Rock. Cuando el norteamericano Tom Gentry batió su marca le entregó la escultura. Las estipulaciones no parecían impedir que se entregara el trofeo al catamarán Great Britain, aunque no hizo un viaje programado ni transportó pasajeros. Los fideicomisarios del trofeo en Inglaterra llegaron a la conclusión de que cumplía los requisitos. El comandante Michael Ranken, secretario de los fideicomisarios, declaró: Somos un fideicomiso legalmente constituido y tenemos poder para decidir quién ha ganado. El aerodeslizador es adecuado porque fue construido para realizar un servicio comercial. De hecho, la escritura del fideicomiso del trofeo, instituido para fomentar el arte de la velocidad en la ingeniería naval, no decía que estuviese limitado a transatlánticos. El trofeo debía ser concedido al barco que realizase la travesía a la mayor velocidad media sin que la nave, los pasajeros o la tripulación corriesen excesivos riesgos. Los fideicomisarios no dudaron en ofrecer el trofeo al aerodeslizador y, ante la posibilidad de acudir a los tribunales el museo neoyorquino no tuvo más remedio que aceptar el veredicto. El trofeo fue entregado en noviembre de 1990 a James Sterling en Londres.

    * El hundimiento del Lusitania (1915) | El "France" y el "Columbus" en Tenerife

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  4. Canarias y la conquista de América:
    La conexión de Canarias con el Nuevo Mundo se inicia desde el mismo momento de su Descubrimiento. De hecho las islas desde el primer viaje del Almirante se convirtieron en el verdadero camino para las Indias. Esto incidió en que las relaciones entre ambas orillas atlánticas se mantuvieran a lo largo del tiempo. Además de los nexos físicos y humanos hay que buscar relaciones con igual o similar dimensión, constatables en los métodos de conquista y colonización, en la trama urbana, sistemas de gobierno, tipos de cultivo, etc. Canarias se convirtió de este modo en un modelo a seguir en las lluevas tierras descubiertas y conquistadas.

    Buscar estas relaciones, que las hubo, en los primeros momentos es una tarea difícil, pues gran parte de la documentación más antigua del Archipiélago se ha perdido y la que existe da poca información de estas conexiones, aunque el paso de gentes y flotas por las islas debía ser un espectáculo casi diario. Sin embargo es la única con la cual podemos acercarnos al estudio de estas relaciones, puesto que ni siquiera en el Cedulario de Canarias, se halla documento alguno anterior a 1566, año del nombramiento del primer juez de registro para Gran Canaria y Tenerife. La documentación existente en Canarias nos da noticias diversas, desde el nombramiento del gobernador de Tierra Firme hasta el paso de expediciones conquistadoras, junto a contratos de pasajeros, referencias a tratos comerciales, reclamaciones de bienes de isleños muertos en Indias, etc.

    CronistaCada documento da idea de asuntos distintos y aunque, a veces, no se puedan elaborar series y estudios estadísticos, por la penuria de datos, sí se pueden obtener noticias cualitativas de interés para entender las relaciones entre el archipiélago canario y el Nuevo Mundo en estos primeros momentos. Por esta razón estamos totalmente de acuerdo con el aserto del investigador francés H. Lapeyre, cuando nos dice, que en los protocolos notariales, masa documental más abundante en Canarias. "...se recogen datos menudos, que vienen a ser significativos, cuando se acumulan, pero se sospecha que nunca son exhaustivos... En resumidas cuentas, hay que recurrir a los documentos notariales cuando faltan otros más aleccionadores...".

    La situación del archipiélago dentro de la ruta que enlazaba a Europa con Africa y América propició desde el primer momento la idea de incluir a las islas en el régimen monopolístico de la Casa de la Contratación, proyecto éste que nos prosperó, pero que dejó al Archipiélago, en lo relativo al comercio, abierto a todas las iniciativas.

    Expedición La Salle [Comercio:]
    Además de su valor estratégico, la necesidad de abastecer a las flotas y huestes conquistadoras reportó a las islas en general una serie de privilegios, que hicieron posible su participación en el monopolio sevillano. Este aspecto se vio ampliado al comercio y a la emigración, iniciados desde el viaje del Descubrimiento. En lo relativo al comercio los estudios inciden, que el abastecimiento fue el origen de las licencias logradas por las islas, a pesar de la rigidez del monopolio. Junto a este motivo de carácter general se halla otro especial relativo a proveer a la isla de Santo Domingo. La licencia disfrutada por las islas para poder comerciar directamente con las Indias fue otorgada por un número reducido de años, y al parecer consta que desde 1526 le fue concedida a Tenerife, aunque desde 1508 los comerciantes castellanos fueron autorizados a cargar en Canarias para las Indias cualquier clase de mercadería no prohibida. La necesidad de que todo lo que se enviase a Indias fuese mediante registro, para evitar el fraude y la falta de cumplimiento, hace que se realice ante el escribano del puerto, pero en el caso de Gran Canaria era ante los escribanos de Las Palmas o de Telde, aunque posteriormente se especificó que fuese el del Cabildo. El sistema de licencias continuó durante casi gran parte del siglo XVI, regulándose la salida de los navíos, y no cambió en el control hasta crearse la figura de los jueces de registro en la época de Felipe II.

    Gómara: Portada Canarias camino hacia Indias:
    Las palabras de López de Gomara "por ser las islas Canarias camino para las Indias" son una realidad fuera de toda duda. En este contexto no hubo expedición que no tocara el Archipiélago antes de zarpar definitivamente hacia el Nuevo Mundo. En estos años son bastantes las expediciones que pasan por Canarias, pero interesa quizá concretar cuáles arriban a las islas para avituallarse y tomar refresco antes de emprender la singladura atlántica y cuáles se organizan en el Archipiélago. Sin contar las de la ruta colombina, se han contabilizado el paso y formación de hasta 42 empresas de es te tipo por las islas de Gran Canaria, Tenerife, La Palma y La Gomera, cuyos destinos recorrían de norte a sur toda la geografía americana, desde el Río de la Plata a las Antillas, pasando por la costa de Brasil, Panamá, Perú, Yucatán, Paria, Venezuela, La Española, Santa Marta y La Florida. En muchas de estas expediciones embarcan personajes, materiales, plantas y productos. Algunas de estas huestes, que pasan y se rehacen en Canarias, han sido estudiadas y son por tanto mejor conocidas, tales como la de Lope de Sosa, gobernador de Gran Canaria, que pasa a Darien en 1519 donde muere ahogado; su paso desde la citada isla a la costa de Tierra Firme, concretamente a Castilla del Oro lo realizó con "cierto número de vecinos de Gran Canaria, con sus mujeres" previo flete de navíos a Alonso y Cristóbal Vivas. Otra expedición organizada en Gran Canaria, sin previamente haberse aprestado en Sevilla, es la de los hermanos Bartolomé y García de Moxica, fundadores del Nombre de Dios. Estos en 1534 se conciertan con varios vecinos y transeúntes para llevarlos con ellos: algunos son artesanos, otros clérigos y los más simples labradores. Le sigue la del adelantado y gobernador del Río de la Plata y Mar del Sur don Pedro de Mendoza; parte de su hueste hizo escala en Gran Canaria, y al frente de ella estaba Cristóbal de Frías de Marañón, piloto que permaneció en Gran Canaria y La Gomera unos 35 días, para tomar rumbo a Indias. En Canarias rehizo parte de su hueste, enrolándose en ella Antonio de Orerio y Cristóbal de Serpa, junto con el clérigo Juan López de Fonseca, que presta dinero al vecino de Terceira Antonio López de Aguiar, capitán y maestre del navío Santa Catalina. Estos dos últimos personajes que contactaron en la Isla fueron piezas claves en la expedición platense. Antonio López realizó varios viajes con sus naves para socorrer a los conquistadores de Buenos Aires y a los establecidos en Asunción del Paraguay.

    Conquista: Ilustración También podemos destacar la de Pedro Menéndez de Avilés, gobernador y adelantado de La Florida, y la de Diego Fernández de Serpa, gobernador y adelantado de la Nueva Andalucía. El primero llega a Gran Canaria el 5 de julio de 1565 y zarpa el 8 del mismo mes, pero antes deja resueltos algunos asuntos, en especial el que le encomienda al capitán general de la isla Pedro Cerón. En estos días deja un crédito a nombre de Cerón para ayudar al avituallamiento del resto de la armada que venía tras él. La de Hernández de Serpa no sólo pasa por las islas sino que forma compañía en Gran Canaria para llevar desde esta isla o desde España 200 hombres de guerra, de ellos 50 labradores casados con sus mujeres, hijos y armas. De Tenerife parten con destino al Nuevo Mundo como más conocidas la de Diego de Ordás en 1530, la de los hermanos Silva en 1531 y la de don Pedro de Lugo. La primera tenía por destino El Marañón, y estuvo surta en la Isla más de un mes, período en el que se pertrechó de pan y vino. La expedición de los hermanos Gaspar, Juan y Bartolomé Silva, está relacionada con la anterior, pues se habían concertado con Diego de Ordás, para llevar de las islas hasta cien hombres y algunos caballos. Finalmente la de Santa Marta organizada por don Pedro Fernández de Lugo, adelantado de Canarias, llevó de las islas unos cientos de hombres a la vez que aparejó cuatro embarcaciones, además de otras tres que procedían de Sevilla. Del resto de las huestes que pasaron por el Archipiélago y se detuvieron tanto en las islas comentadas como en La Palma y en La Gomera, apenas sabernos algo más que lo reseñado en la bibliografía, aunque por noticias indirectas sabemos del enrolamiento de isleños en tales expediciones, algunos de los cuales murieron en la conquista de Venezuela y Guatemala. Comercio Este comercio se inicia a fines del siglo XV y se mantiene con intensidad en los siglos posteriores. En 1831 se destacaba este carácter con las siguientes palabras: "...el descubrimiento del Nuevo Mundo abrió un campo extenso a la esperanza de las islas prestando alas a su industria mercantil y al único comercio activo, que si se quiere ha llegado a conocerse en ellas...". A nivel general el comercio canario americano ha preocupado a historiadores e investigadores contando con una producción significativa En el siglo XVI se pueden distinguir dos etapas: la de origen y formación, es decir desde el Descubrimiento hasta 1564, período en el que el Archipiélago goza de relativa Libertad comercial, y la de regulación que abarca desde 1564 a 1612, en donde el tráfico y comercio se regula por la Casa de la Contratación a través de la presencia en Canarias del juez de registro, establecido primero en La Palma y ampliado luego a Gran Canaria y a Tenerife En el primer período las islas juegan un papel importante, centrado en tres características: situación y enclave, aprovechamiento de escala por los barcos y las propias necesidades del Archipiélago, al permitir la salida hacia Indias de sus excedentes. En la segunda etapa el comercio se intensifica con la actividad de los exportadores, en su relación con el comercio y con el capital invertido en el mismo. (Manuel Lobo Cabrera)

    * Canarias y la conquista de América II
    * Comercio canario con América | Casa de la Contratación | Flota de Indias
    * Despacho de un navío para Indias (s.XVIII)

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  5. Canarias. Comercio Americano:
    La situación geoestratégica privilegiada de Canarias constituyó un problema para el sistema monopolista-comercial de los organismos indianos(Consejo de Indias y Casa de la Contratación). Las islas Canarias en su deseo de comerciar con el mercado americano se enfrentaron, durante los siglos XVI al XVII, al monopolio de los comerciantes establecidos en Sevilla, así como a la rígida organización comercial de la Casa de la Contratación. El forcejeo que se estableció entre los intereses canarios y la actitud nada generosa de la Casa de la Contratación, tenía como piedra de toque el contrabando; los temores de las autoridades se centraban en torno a la posibilidad de que el archipiélago se convirtiera en un gran centro de comercio clandestino y de contrabando atlántico que sirviera de plataforma para conectar directamente con los mercados indianos. Las protestas del comercio andaluz eran continuas y la Casa de la Contratación formuló un diluvio de quejas a la Corona por las irregularidades cometidas. Las dimensiones del contrabando eran considerables. Desde fechas muy tempranas, en 1503, la Casa de la Contratación de Sevilla recogió en sus ordenanzas la preocupación por regular el comercio canario-americano. Las razones que se argumentaron por parte del archipiélago para la obtención de licencias reales, que lo convertían en la única excepción al monopolio castellano del comercio con Indias fueron:

    1. Necesidad de abastecer a las Indias desde el enclave castellano más próximo a ellas, aprovechando las condiciones favorables que para ello tenía el archipiélago canario.
    2. La Isla de Santo Domingo en los primeros momentos de su conquista y colonización reclamaba un abastecimiento más efectivo ya que se encontraba en una situación crítica por los ataques que asimismo solicita a la Corona una mayor protección militar, dadas las características de la situación internacional y sobre las apetencias que sobre el archipiélago tenían algunas potencias extranjeras.

    Ya desde entonces se tenía muy claro, por parte de las autoridades y cosecheros isleños, que la actividad comercial y especialmente la producción y comercialización de productos agrícolas especializados era uno de los pilares básicos de la economía canaria y que los beneficios de dicha actividad se habían convertido en estímulo básico para el conjunto del sistema económico insular. La licencia para comerciar con las Indias se concede por un número muy reducido de años.
    Hacia 1564 se crea en La Palma el Juzgado Oficial de la Contratación de Indias de Canarias y en 1566 en Tenerife y Gran Canaria. Su función era la comprobación de que los barcos fueran provistos de registros y el cobro de derechos a barcos extranjeros. En el siglo XVII continua el sistema de concesión de licencias para comerciar que fue prorrogado para reanimar la economía canaria y sacarla del precario estado en que se encontraba. En 1612 el Consejo de Indias señalaba el tonelaje concedido para comerciar, en 1649 fue suprimido y reanudado nuevamente en 1650. En 1657 se establece por Real Cédula el Juzgado Superintendente de Canarias. La Real Cédula de 1678 instauró para el archipiélago el llamado "tributo de sangre" o el envío obligatorio de cinco familias a cambio del permiso para poder comerciar con 100 tn. En 1718 se consolida la Intendencia General quitando atribuciones al Juez Superintendente. En 1778 se implanta el Reglamento de Libre Comercio y entran nueve puertos peninsulares en el comercio con Indias con los que hubo que competir. En 1804 se suprime el Juzgado Superintendente de Canarias.

    Comercio libre con las Indias (1772):
    [...] Consternadas las Canarias por no hallarse comprehendidas en el libre comercio a los puertos menores de la América, concedido a la península de España, habían presentado diferentes memoriales en el consejo de Indias, por medio de sus apoderados. Pero viendo que ni sus razones ni sus miserias ni las cartas del comandante general, del reverendo obispo y juez mayor de Indias, en que hacían triste pintura de las islas por la absoluta ruina de su comercio, podían facilitar igual gracia, empezaron a pensar seriamente en un mensajero a la corte que implorase el remedio oportuno al pie del trono. Los diputados del común, excitados del clamor general, hacen la propuesta al ayuntamiento de Tenerife. Este convoca los vecindarios, cuyos representantes juntos en el cabildo el día 8 de mayo [1769] eligen a pluralidad de votos por su diputado a la corte al marqués de Villanueva del Prado. En esto no hacían más que seguir el concepto y la aclamación de los pueblos. Admitió el marqués la comisión; aprobóla el comandante general; aprobóla la Real Audiencia; accedieron al nombramiento las ciudades de Canaria y La Palma. Pero habiéndose librado el fondo de los gastos sobre el donativo voluntario de los pueblos, se advirtió desde luego en algunos cierto espíritu de oposición y desconfianza que, sacrificándolo todo a no sé qué fines particulares, trabajaba clandestinamente en que se burlase la empresa. De aquí la extraña lentitud del expediente por dos años. Sin embargo, la necesidad urgía, y ella hizo lo que no había podido la razón. Los votos de los ciudadanos se volvieron a reunir sinceramente en el marqués de Villanueva del Prado, en cabildo general de 15 de abril de 1771. Todo tomaba semblante de expedición, cuando he aquí que el comandante general niega la licencia al diputado. Parecía tanto más esencial esta licencia, cuanto el marqués acababa de ser nombrado coronel del regimiento de milicias de La Laguna.

    [Al año siguiente se obtiene el permiso y cabe señalar ] ... el feliz éxito que tuvo el expediente del libre comercio, fiado por ultimo a la eficacia de don José Vandevalle de Cervellón, ilustre caballero de la isla de La Palma, residente en la corte, apoderado del mismo diputado, y de don Amaro González de Mesa, síndico personero general de Tenerife. No se puede negar que el comandante general y el señor obispo contribuyeron con sus informes a aquella gracia tan deseada, tan dificultada y recibida el 10 de noviembre de 1772, con tal entrañable alborozo, que se hicieron solemnes acciones de gracias con Te Deum y luminarias por tres noches en la ciudad de La Laguna.

    Vino, Aguardiente:
    El principal artículo de exportación a Indias fue el vino. Su peso específico en la masa de los productos exportados había llegado a ser tan importante, que aparentemente excluye a todos los demás. En realidad no fue así , por lo menos a lo largo del siglo XVI: entre otras razones porque las islas no tenían suficiente vino para poder exportar; porque no todos los canarios eran cosecheros; porque las normas legales era más elásticas y más indulgentes de lo que llegaron a ser más tarde; y porque las necesidades del mercado americano reclamaban también otras clases de productos. Al principio se preferían a la exportación de los mantenimientos y los ganados. También se exportaba brea, aceite andaluz y tejidos canarios. Los géneros manufacturados estaban autorizados tácitamente, hasta la orden de 1559, que los prohibió terminantemente. A finales del siglo XVI, la gama de las exportaciones resulta más variada de lo que se supone.

    "Ay años que se cargan más de 30 navíos para Yndias, con vinos, y quando el año es abundante de pan, también llevan harinas y tafetanes de todos colores, rrasos y terciopelos, esto todo negro, que es mucha la seda que en esta ysla se coge, y mucha miel y cera. Ay mucho ganado y assi della y de las demás también llevan mucha corambre a dichas Yndias".

    En esta época, el comercio exterior no está organizado y se hace según una pauta primitiva, o casi se podría decir artesanal, en que cada uno vende la que tiene, porque en las Indias carecen de todo. En muchos casos, el exportador carga los artículos más variados, mezclando como en una tienda la carne de membrillo con los estribos, las tocas con los jamones y la vajilla. En cierto momento la isla de Tenerife se había quedado sin arcabuces, porque los que había se habían enviado todos a vender en las Indias. Andando el tiempo, el cuadro de la oferta y de la demanda habían variado considerablemente. Lejos de comprar cueros, América los exportaba en grandes cantidades. El trigo seguía interesando en las Antillas, pero había desaparecido de la exportación, por la insuficiencia de la producción canaria. Los géneros extranjeros, sobre todo telas y paños, se importan por Sevilla, y más tarde por Cádiz, a pesar de lo cual siempre queda un margen más o menos importante para el contrabando, e incluso para el envío de telas bastas fabricadas en las islas. Al principio, la exportación de los vinos había sido prohibida en Tenerife, por razón de la misma insuficiencia de la producción; su envío a Indias sólo había sido autorizado por una orden real de 1559. Su historia, según ya se ha dicho, se confunde con la del comercio de Indias en general; su único concurrente digno de consideración ha sido, en el siglo XVII, el aguardiente. (Viera y Clavijo)

    Aguardiente:
    Este último producto se exportaba ya, en pequeñas cantidades, a mediados del siglo anterior: entonces su producción era todavía reciente en las islas y seguía siendo poco importante. En los últimos años del siglo XVIII, las salidas habían empezado ya a ser más importantes. En 1723 llegaban ya a mil pipas de aguardiente que se enviaban anualmente a las Indias. Para enviarlas, la lucha era difícil, porque había que luchar sobre varios frentes. Por un lado, las mismas Indias habían empezado ya a invadir los mercados insulares con su propio aguardiente de caña. Por otra parte, el Cabildo no ponía dificultades a la exportación de los aguardientes de fabricación insular, pero no admitía la introducción de productos importados, que eran los más y los más baratos, pero no formaban parte de los "frutos del país", objeto único de las permisiones. En la introducción de los aguardientes extranjeros estaban interesados los comerciantes forasteros, los cónsules y la misma idea de comercio libre; mientras que la protección exclusiva de la producción local interesa a los fabricantes y al Cabildo y responde a la definición legal del comercio indiano. Una larga lucha estéril, que acaba por carecer de objeto, cuando los mercados indios se abren libremente al comercio europeo, la producción canaria resulta insuficiente y la posibilidad de tráfico nulas, es una de las últimas herencias de un largo pasado monopolista.

    El oficio de piloto en Tenerife:
    Al principio los pilotos canarios se formaron, como se formaban entonces todos los pilotos, por medio del aprendizaje, en las continuadas navegaciones de Canarias a España y a la costa africana. Conocemos parte de las actividades de algunos de ellos, más particularmente especializados en las correrías a las costas de Berbería o de Guinea, que eran las que entonces producían las mejores utilidades. Al organizarse la carrera de Indias, los pilotos especializados, casi todos ellos peninsulares, se hicieron indispensables. Para llegar a ser piloto autorizado de la carrera, se debían seguir los cursos de la escuela de Sevilla, cosa no muy al alcance de los canarios. El oficio se transformaba automáticamente en una especie de monopolio. Los pilotos de Indias exigían un salario de 600 ducados para cada viaje de ida y retorno, y el tonelaje reducido de los navíos canarios hacía imposible la amortización de tan crecido gasto. El Consejo de Indias sacó la conclusión de esta situación particular y permitió a los armadores canarios contratar pilotos entre las personas hábiles de la profesión, no examinados en Sevilla, pero con la condición de que las examinase el juez de Indias. El célebre navegante Tomé Cano, natural de Garachico, maestre y piloto examinado, pensó que había allí una posibilidad de organizar el servicio de pilotos en su isla natal. Solicitó del Consejo el nombramiento de visitador de navíos, maestres y pilotos de Indias en Tenerife, pero su petición no fue admitida: no sería extraño que se opusiese el juez de Indias. Aun así la medida era buena y servía los intereses de todos. Rápidamente fue adoptada también por la navegación interinsular, en que intervenían tradicionalmente maestros y arraeces más o menos ignorantes del oficio: se les prohibió salir a la mar sin haber sido examinados por dos pilotos comisionados para este efecto, pena de pérdida de su barca y diez doblas de multa. Este sistema fue seguido hasta fines del siglo XVIII. Algunos navegantes canarios, en realidad pocos, fueron a seguir las enseñanzas del seminario de San Telmo en Sevilla, cuyos gastos se pagaban por el comercio de Indias. Hubo un intento de crear en Santa Cruz una escuela de Náutica, en casa del veedor Lázaro de Abreu; pero el proyecto no llegó a realizarse. Mientras tanto, se estaba formando en Santa Cruz una nueva clase, la de los navegantes calificados y pilotos de la carrera de Indias. Ascendieron rápidamente a posiciones económicas desahogadas y contribuyeron, junto con los exportadores y los comerciantes extranjeros, a la formación de la burguesía santacrucera. Su salario se calculaba sobre un valor medio de 400 ducados por el viaje de ida y vuelta, que se entendía duraba un año; la remuneración podía variar con el puerto más o menos distante a que debía llegar la mercancía. Una orden real de 1573 prohibía el empleo de pilotos extranjeros en la carrera de Indias. Esta orden se ejecutó con más facilidad que otras, quizá por el efecto del círculo vicioso que hacía que, al excluirse a los extranjeros, ninguno de ellos se hallaba en condiciones para poder servir en la carrera de Indias. A los portugueses sólo se les podía emplear para la navegación a la costa de Brasil. Son numerosos los contratos que se firman en Santa Cruz, bien porque se trata de vecinos de Santa Cruz, o por ser muchos los marineros que, entre dos viajes, se detenían en el lugar. A lo largo del siglo XVI, es corriente que el maestre sea al mismo tiempo el dueño del barco en que navega; en el siglo siguiente, cuando se da este caso, el duelo que embarca como maestre prefiere atribuirse el título de capitán. La cosa en sí tiene poca importancia: el capitán es o puede ser al mismo tiempo maestre, dueño del navío prestamista, armador, importador, exportador y banquero. Cuando no lo son, es fácil que tengan a cargo el aprovechamiento comercial de la carga que transportan. Pero también se da la figura del dueño del navío que da sus poderes un maestre y después no interviene más que para sacar los beneficios de cada expedición. En 1771, cuando el Cabildo convoca a todos los propietarios de barcos de Santa Cruz y del Puerto de la Cruz, se presentan en la reunión 16 personas. Sin ser importante, su número no deja de ser significativo. Como se estima en una veintena el numero de barcos que en esta época forma la flota comercial canaria, esta significa que las condiciones particulares de la economía insular no habían permitido la concentración de capitales.

    Tripulaciones:
    Desde el principio, para las mercancías importadas, había funcionado el sistema de la consignación, sobre las bases modestas podían convenir al movimiento del puerto. Los comerciantes importadores y los dueños de barcos solían ser al mismo tiempo sus propios consignatarios. Sólo unas pocas casas de comercio extranjeras tuvieron factorías o representaciones delegadas. Más tarde, cuando la mayor parte del tráfico llegó a ser acaparado por las embarcaciones extranjeras, algunos comerciantes, sobre todos extranjeros, pusieron en Santa Cruz agencias navieras. El uso de la mercancía consignada se generalizó rápidamente. En 1759, de 56 buques entrados, sólo 16 no venían dirigidos a ningún consignatario. En aquel mismo momento había en Santa Cruz agencias de consignación. Los navíos que no venían consignados solían anunciar su salida y destino, en unas carteleras de Santa Cruz, en la plaza del Castillo, y en La Laguna, en la pared de la iglesia de los Remedios. La gente de mar se reclutaba directamente por los dueños de barcos o por los maestres. El aprendizaje de un marinero duraba tres años; el aprendiz o grumete recibía por sus años de servicio 30 ducados, de los que solía deducir el precio de su vestido. Por lo menos, ésta era la práctica en la segunda mitad del siglo XVI; más tarde su situación parece haber mejorado sensiblemente. Un grumete recibía en 1669 unos 90 ducados para una sola travesía a las Indias. Los contratos de la gente de mar suelen hacerse colectivamente, porque las condiciones son idénticas para todos. En general, para un viaje de ida y vuelta a América con mercancías autorizadas, el compromiso se entiende valedero durante un año. Al marinero se le asegura la comida y la bebida; además, habrá a bordo un cocinero, un barbero para los cuidados médicos de urgencia, algunas veces un capellán. Lo normal es que los marineros no pierdan su salario, aun cuando se pierda la carga. En sus obligaciones no entra solamente la faena acostumbrada a bordo, sino también la tarea eventual de dar carena y cortar madera. Es bastante corriente que se le prometa un anticipo sobre la paga, al llegar al puerto de su destino, sobre todo para que puedan comprar y cargar por cuenta propia algunos productos americanos, cuya venta en Canarias o en España les permite realizar pequeños beneficios suplementarios. La cuantía de la paga puede variar: por ejemplo, se les paga de 100 a 110 pesos para ir a La Guaira y volver. Son menos frecuentes los contratos para viajar al Norte, cuya navegación se hacía sobre todo por barcos extranjeros. La navegación, así como el comercio que se desarrolla gracias a ella, no son solamente una necesidad. Para la gente de Santa Cruz son también la única posibilidad de promoción social. Las personas interesadas en la navegación ganan bien su vida, los unos porque van a vender su propia cosecha, los otros porque trafican con dinero o mercancías de otros, los más pobres porque ganan un sueldo que de ninguna manera podrían esperar en su casa. Junto con los pilotos, con los consignatarios y los comerciantes, forman una capa social entre burguesa y aristocrática. Es la nueva aristocracia del dinero, pero de un dinero conseguido trabajando duramente. Los riesgos de la navegación son todavía muy grandes y las pérdidas y las víctimas, numerosas. Víctimas del mar, de las enfermedades, de los piratas, de las guerras y, también, a veces, de la mala suerte. El comercio de Indias no es sino una guerra más. Mientras los jóvenes de España peninsular hacen fortuna en Italia o en Flandes, los canarios se lanzan con sus modestas embarcaciones a la difícil conquista económica de las Indias de su Majestad. En cuanto a las condiciones prácticas de la navegación, son las de toda navegación atlántica en general. La única diferencia es una ventaja evidente de Canarias en el tráfico indiano: tan evidente que nunca se le permitió aprovecharla. Para comerciar con las Indias.

    [...] La ventaja canaria fue neutralizada por la limitación del tonelaje, por la obligación del retorno a Sevilla y por toda una serie de medidas restrictivas que, más allá de las justificaciones ocasionales, tenían en realidad el mismo objeto.

    Duración de los viajes y escalas:
    La duración de los viajes era muy variable y no se podía calcular de antemano, por los muchos imponderables de la navegación a vela. De la Península a Santa Cruz se calculaba un tiempo medio de 13 días, si se salía de Sevilla, desde Cádiz, de Sanlúcar, o de Lisboa; pero era frecuente que no se invirtieran más de cinco días en el viaje, saliendo de Cádiz. El tiempo medio no representa el de la mayoría de los casos, porque su significación natural está desvirtuada por los viajes efectuados en condiciones anormales, y que podían durar hasta un mes. De Canarias a Londres o al sur de Inglaterra, con buen viento, se tardaba 24 días; casi tanto como de Canarias a Santo Domingo, que se hacía en 26 días. Por no poder contar con una duración más o menos fija, los viajes a las Indias se hacían calculados sobre el ritmo de una ida y una vuelta anual. El primer resultado de esta situación es que el tiempo tiene menos valor de lo que imaginamos ahora. Por los tanto, no hay prisa para zarpar. Las aguadas se hacen lentamente, la salida del puerto depende de los vientos, que pueden tardar en presentarse a la cita. Además, en el caso de navíos del comercio europeo, la operación a que se dedican no consta sólo de la carga y descarga sino también de la venta al público, en el barco o en el muelle, y esta venta no puede ser sino lenta: los revendedores no tienen el derecho de comprar en los barcos sino después de nueve días de venta directa al público. Por todas estas razones, es fácil que los barcos se queden al abrigo del puerto, no durante días, sino durante semanas y meses. (Cioranescu)

    * Casa de la Contratación | Flota de Indias | Pilotos | Canarias y la conquista de América

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  6. BREVE RESEÑA CONQUISTA DE CANARIAS

    Ante todo hacemos patente el notabilísimo éxito que tuvieron las VIII Jornadas y por tanto agradecer a los responsables de los Cabildos de Lanzarote y Fuerteventura, especialmente cultura y organización técnica, el esfuerzo sobrehumano realizado para que dichos actos fuesen encomiables y plausibles.

    El objeto de la mayoría de los trabajos de investigación presentados no constituyen nada nuevo sobre las ponencias marco, si bien se aportaron nuevos aspectos y datos que por ser inéditos pasarán a engrosar el cada vez mayor componente cultural en estas dos islas con África, Canarias en general, Hispanoamérica y a quien da nombre a esta nuestra cultura: La vieja España y el cada vez mayor factor- cohesión por el idioma común hablado en más de veinte países.

    No obstante es siempre el ente tiempo, la siempre entelequia, abstracto en sí mismo, pero que limita las posibilidades de exposición incluso para los temas debatidos claramente científicos. Nos referimos en concreto a algunas ponencias no debatidas por falta de ese espacio del tiempo necesario.

    A Marcial Morera del área Literatura-Lengua, una vez finalizada su exposición sobre el origen de palabras y expresiones usadas en estas islas, se pretendió consultarle a través de preguntas que quedarían en el tintero, sobre lo siguiente: " A fuer de justicia distributiva para todas las culturas con las que estamos relacionados, y toda vez que en estas islas existían y coexistieron aborígenes en las mayores - Canaria, Tenerife y La Palma - con las castellanas o de señorío - las restantes -, por un espacio de tiempo próximo a los cien años, la pregunta es obligada: ¿en qué lengua se comunicaban cuando tenían lugar las relaciones recíprocas, que se sabe fueron fluidas en lo comercial y de buen entendimiento por amplios periodos de tiempo?". Efectivamente existía una lengua de raíz líbico bereber que se perdió absorbida por el castellano con mayo preponderancia. El Doctor Lobo Cabrera de la ULPGC, en recientes investigaciones documentadas en La Palma se nos aporta relevantes datos dignos de la mayor consideración histórica al decir que “los nativos de esta isla, desde antes de la conquista ( 95 años después de iniciada en Lanzarote), comerciaban con navíos castellanos y portugueses a los que vendían brea o resina de pino para calafateo de los barcos, recibiendo a cambio, por trueque, utensilios domésticos, hecho similar para Tenerife y Canaria hasta su dominio. Como sabemos, fueron incorporadas a la corona castellana, durante unos cien años, mediante la conquista por las armas, isla por isla, cronológicamente como sigue:

    Año 1344, el Papa concede el "reino de Canarias" a Luis de la Cerda, sí bien más tarde Enrique III cede a Juan de Bethencourt, caballero normando y amigo, los derechos sobre estas islas. En 1402, junto a Gadifer de La Salle, conquista Lanzarote y efectúan incursiones arriesgadas sobre Fuerteventura, que también logran dominar en 1404, tras fuerte abuso sobre los maxoratas. En 1405, intento de conquista en Canaria, frustrado por las defensas aborígenes de los faicanes; otro intento en La Palma igualmente fallido. A Tenerife ni siquiera lo intentan, por lo que a la vista de estos fracasos el caballero normando cae furibundo sobre la pequeña isla del Hierro, que sí dominan con la ayuda del traidor príncipe Augeron detenido y esclavo desde antes, de lo que tampoco se salvan sus paisanos los binbaches isla ésta que castellanizan inmediatamente. Entre 1448 y 1452, los Peraza, con grandes dificultades someten a los gomeros, parcialmente, tras seria resistencia y levantamientos contra los condes ahora y posteriormente. En 1464, Diego de Herrera cree llegar a un acuerdo comercial pactado con los valientes menceyes de Tenerife a los que temían, construyéndose una torre en las playas de Añazo, hoy Santa Cruz, que los guanches destruyen - por incumplimiento a lo pactado-, 30 años antes de la batalla de Agüere, hoy La Laguna. En 1468, Diego de Silva, con igual propósito en Gran Canaria, se arriesga por la zona de Bañaderos y en la cuesta, que desde entonces lleva su nombre, fue derrotado por los faicanes de Galdar, y no obstante le es perdonada la vida junto a sus guerreros. En 1478, en otro intento, con más refuerzos y medios, derrotan a los nativos en Guinigüada, dónde los castellanos instalan el real, y es en 1483, después de cinco años de persecución y sufrimiento para los pobres canarios, cuando el Noble indígena Bentejuí y el Faicán, al grito de ATIS TIRMA y para no caer prisioneros y sufrir más vejaciones del invasor, se despeñan y mueren. Finaliza así la conquista de Canaria, hoy Gran Canaria como así la nominan con orgullo sus habitantes, los descendientes del cruce étnico, cultural y lingüístico que siguió a aquella cruenta guerra de conquista, y que hoy como consecuencia del crisol y mestizaje de todo tipo a que fueron sometidas todas las islas, queda consolidado un pueblo diferenciado en lo cultural, folklórico y "modo de ser" en suma muy peculiar, que es el noble pueblo canario afamado allí donde se encuentren miembros del mismo tanto en la España peninsular como en la amplia América.

    Conquistada la Isla de Canaria, hoy Gran Canaria, la política africana peculiar de los Reyes Católicos en la lucha contra “el infiel” centró su atención en el resto de las islas para su dominio total y conversión al cristianismo. En 1483, después de casi 80 años del inicio, queda por conquistar La Palma y Tenerife, hecho que constituía una seria humillación para un ejército medieval, bien entrenado, con armas superiores y probado en diversas batallas contra los franceses, italianos o los moros, en el pasado inmediato.

    En 1484, se sublevan los gomeros, que fueron reducidos con refinada y atroz crueldad por Pedro de Vera, incluso los que vivían en Canaria. Continúa la humillación en las costas de Adeje, Arona, Güimar, Candelaria etc., ya que los barcos que partían de San Sebastián de la Gomera para el Real de Las Palmas no podían recalar para aprovisionarse o por avería, sin permiso y sin el previo acuerdo con los menceyes del sur, aspectos estos que muchos historiadores, incluso de estas islas, olvidan. En una de estas arribadas esporádicas capturan al joven aborigen, castellanizado Antón "El guanche" que usan más tarde como "interprete", para asuntos puntuales, al igual que ocurrió con la princesa Gazmira de La Palma, educada por castellanos en Gran Canaria, isla aquella en la que Fernández de Lugo, en inconfesable incumplimiento acordado con el valiente líder indígena Tanausú, reduce el cantón más poderoso de esta Isla, Taburiente, en 1493. Sin embargo, unos cincuenta años antes, en intento de dominar esta isla, el joven Guillén Peraza, hijo de los Condes de La Gomera, fue muerto por los benahoritas de Tihuya quedando allí su cuerpo, y argumento para las "endechas", que aún hoy se conservan en rico romancero, considerado el germen de la literatura canaria.

    Y por último con grandes pérdidas en hombres y armamento, previos los más astutos “acuerdos” con el príncipe Añaterve de Güimar para dividir a los guanches, se logra la conquista de Tenerife en 1496,- derrotas de La Laguna y poco después en Tahoro- en que los nativos agotados tras largos años oponiéndose a los embates castellanos, no resisten más en su inferioridad material a pesar de su gran valor y apego a la libertad. Los Menceyes son mal tratados y casi todos deportados como trofeos de guerra, incluido el mismo Añaterve, hábilmente engañado a pesar de la ayuda prestada contra sus hermanos de raza, aspectos éstos que también recogen María Rosa Alonso y Antonio Rumeu de Armas en "Política indigenista de los RRCC" a más de otros investigadores. A fines del pasado siglo lugar la celebración del centenario de la constitución del primer cabildo o consolidación de la nueva administración de la Isla de Tenerife, en relevante acto cultural como encuentro entre ambos pueblos una vez consolidada la paz, si bien permanecieron algunos alzados disconformes con las medidas administrativas tomadas con respecto a sus propiedades

    Es significativo y que precisaría un estudio más profunda ¿tesis doctoral? ( parece ser que existe una llevada a cabo por un historiador español de la Península), para conocer las causas para tan larga, problemática y duradera conquista de estas islas, superior a la de todos los imperios americanos, aztecas, incas, chibchas, araucanos, principalmente, que no superaron los 30 años de su inicio.

    Y para finalizar esta disertación preguntaríamos también: ¿Dónde se localiza - o se custodia - el catecismo "bilingüe"- usado y distribuido por los monjes para la conversión de los guanches o al cristianismo? Al parecer está en buenas manos.

    Es un deber del historiador " no olvidar los cánones por los que se rige la historia objetiva", que tan bien practican los franceses. No ocultemos lo nuestro, enseñemos nuestro pasado con realismo aún con sus lamentables episodios o con los también reconocidos éxitos. Nuestro protagonismo en América, poblada por muchos canarios; el comercio de vinos especialmente y contactos culturales que este comercio nos deparó a lo largo de la ilustración y su clara incidencia en Canarias como región española altamente culta para el momento.

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    Publicada: Diciembre de 1997

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  7. GUANCHES EN EL SIGLO XVII

    Por Francisco García-Talavera Casañas.

    Ahora que aún suenan los ecos del traslado de la Virgen de Candelaria a La Laguna de Aguere, así como los polémicos sucesos del Corpus de La Orotava, nos parece oportuno sacar a colación unos acontecimientos que confirman el dicho de que la Historia se repite.

    Los hechos ocurrieron durante las festividades del día de Candelaria de 1588. Dice al respecto un documento recientemente publicado (M. Fariña, 1997), presentado en La Orotava, en diciembre de ese mismo año, por el guanche Pedro Hernández: "...Todos los años, por el día de Nuestra Señora de Candelaria se hace procesión de la Casa de Nuestra Señora hasta la iglesia de San Blas (...) que la Imagen sale en sus andas y en procesión de llevarla sobre sus hombros los Naturales que descienden de los Naturales que eran antes que la isla se ganase y en contorno y en redondo de la dicha Imagen suelen ir todos los Naturales porque es fiesta suya, y la Imagen les pareció a ellos mucho tiempo antes que cristianos ganasen la dicha Isla (...) y estando en este uso antiguo e posesión, el día de Nuestra Señora deste mes pasado de febrero, continuando los dichos Naturales su posesión e costumbre, queriéndose hacer la dicha procesión, cuatro de ellos tomaron las andas de dicha Imagen, yendo los demás junto a ella y la sacaron desde su altar, trayéndola a la capilla de la dicha iglesia, de donde se recomenzaba a hacer la procesión. Y trayéndola sobre sus hombros los dichos Naturales, y estando congregada mucha gente, el dicho Cristóbal Trujillo de la Coba, y Gaspar Yanes, Regidores y otros, con alboroto y escándalo, diciendo el dicho Trujillo que tenía comisión del Gobernador e que venía en su lugar, e con vara de justicia en las manos, fueron rempujando a los dichos Naturales y llegando a los que tenían las dichas andas por fuerza, y sin reverencia de Nuestra Señora se la quitaron por fuerza, y porque los dichos naturales con modestia y mansedumbre decían e requerían al dicho Trujillo de la Coba que no les quitase de su posesión e que aquello les pertenecía por ser Naturales, el dicho Trujillo y los demás les afrentaron delante de la dicha Imagen llamándoles de bellacos e majaderos e pícaros, y en son de quererlos afrentar les decían que eran unos Guanches de baja suerte".

    A partir de ahí se sucedieron los pleitos y demandas de justicia por parte de los guanches ante la Real Audiencia, reclamando sus derechos. Pero lo que más llama la atención, incluso a mí, que llevo muchos años en el tema, es la cantidad de guanches -más de un centenar- con nombres y apellidos castellanos y portugueses, pero a los que se sigue considerando como naturales (guanches) a finales del siglo XVI y comienzos del XVII, unidos ante la justicia en causa común, frente al poder religioso y civil.

    Con toda probabilidad, Fray Alonso de Espinosa hablaría con alguno de ellos para obtener información de primera mano durante la elaboración de su famosa «Historia de Nuestra Señora de Candelaria".

    Así, con el mencionado documento fechado en La Orotava el 31 de diciembre de 1588: "...compareció Pedro Hernández en nombre de Francisco Hernández, Juan Fernández, Luis Rodríguez, Francisco González, el capitán Pedro Rodríguez, Salvador González, Alonso Rodríguez, Juan Rodríguez, Diego Díaz de Vera, Antón Sánchez, Andrés Hernández, Lázaro Sánchez, Rodrigo Martín y los demás sus consortes, todos guanches naturales de Candelaria".

    Y como, por lo que se ve, el pleito continuó durante largos años, a este documento le sucedieron los siguientes:

    "En La Laguna, el 2 de febrero de 1601, otorgan poder a Lázaro Sánchez, en representación de Juan Gaspar, Francisco González, Pedro Delgado, Juan de Torres, Pedro Martín, Bastián Hernández, Francisco González el Mozo, Pedro Díaz, Amador González, el bachiller Luis García, Antón García, Diego de Torres, Juan de Torres, Francisco de Torres, Gaspar Díaz, otro Luis García (...) por nos e por los demás naturales (guanches) ».

    "En Garachico, el 19 de marzo de 1601, Juan de Mena el Viejo y Juan de Mena el Mozo, Martín de Mena, Diego de Mena y Pedro de Mena, Melchor Asencio, Antonio Estévez, Juan de Betancort y Pablo de Betancort, Miguel González, Baltasar Asencio, todos naturales (guanches) y, vecinos de las bandas de Daute, otorgan poder a Juan Marrero, natural y vecino de Candelaria ».

    "En Candelaria, el 18 de marzo de 1601, Pedro Hernández, Fernando Pérez, Juan Pestano, Marcos González, Gaspar Pérez y Luis Hernández naturales (guanches), otorgan Poder a Juan Marrero, guanche, para que los represente ante la Real Audiencia de Canaria. En un documento aparte, carta de poder a Juan Marrero concedida por los naturales de Candelaria, el capitán Juan AIbertos, Leonardo Rodríguez, Juan Cabrera Real, Juan López de la Fortaleza, para que prosiguiera el pleito en curso".

    "En Buenavista, el 18 de marzo de 1601, Felipe Martín y Juan Delgado el Viejo, Luis Martín y Luis de Ibaute, Melchor Jácome, Diego Jácome, Gaspar González del Valle, Antón Martín, Antón Pérez, Leandro Martín, Nicoloso Martín, Lorenzo Hernández, Pedro Martín Betancort, Manuel Martín, Amador Hernández, Juan Rodríguez del Valle, Luis Martín y Pedro Martín (hermanos), Sebastián Hernández, Baltasar Guerra, Gaspar Díaz, Bastián González, Domingo Hernández, Baltasar Díaz y Esteban Martín, naturales (guanches) y vecinos del Beneficio de Daute, dan poder a Juan Marrero, natural de Candelaria ".

    "En la Orotava, el 21 de marzo de 1601, Juan de Rivera, Cristóbal de Palanzuelos, Juan de la Sierra, Agustín Hernández y Juan Hernández, Domingo Rodríguez, Alonso Pérez, hijo de Inés Pérez y Martín González, vecinos de Güimar, y naturales de la isla de Tenerife, otorgan poder a Juan Marrero...".

    A esta larga nómina de guanches podemos añadir algunos más, reseñados en otros documentos de la época. Así, en la probanza de nobleza de la familia Armas-Negrín de Tenerife se presentan como testigos en La Laguna, Buenavista y S. Pedro de Daute (Garachico), en 1568: "Juan Luis, natural de Tenerife, Juan de Regla, también guanche, Marcos Rodríguez, igualmente guanche; los guanches de 100 años Hernando Delgado y Rodrigo Hernández, Pedro González, también guanche..."

    Y en los protocolos de Sancho de Urtarte, entre 1573 y 1583, referidos al Valle de Güímar, aparecen los siguientes guanches: Juan Fernández Hidalgo, hijo del mencey don Fernando de Anaga, Miguel de Güímar, Hernando de Baute, antiguo hidalgo de Naga, casado con doña Ana, hija del mencey de Abona; Andrés de Güímar, casado con doña María, hija del mencey de Adeje, apellidado también Llerena y gran defensor de sus hermanos guanches ante los Reyes de España; don Juan de Tegueste, pariente del mencey y abuelo de Francisco Hernández, mayordomo de la ermita del Socorro en 1588. Todos estos notables guanches vivían en Candelaria. A su vez, en Chacaica (Güímar), entre otros vivía el guanche Mateo de las Casas, junto a varios indígenas de Gran Canaria.

    Una prueba más de la integración de los naturales en la nueva sociedad es que por aquellas fechas casi todos los alcaldes de Candelaria y del Valle de Güímar eran guanches, como hace constar Urtarte respecto a Martín Rodríguez, Marcos González y Antón Hernández, Asimismo, tienen igual naturaleza el maestre de campo de las milicias del Valle, Antón Albertos y el capitán Francisco Rodríguez Izquierdo.

    Lo más interesante de estos documentos es que nos muestran explícitamente, con nombres y apellidos, a un sector de la población guanche que ya se había integrado en la nueva sociedad, pero que aún conservaba parte de sus costumbres y su identidad íntegra. No así la gran mayoría, totalmente asimilada y desnaturalizada, que desde la conquista se había mezclado con los europeos y residía en los principales núcleos de población (La Laguna, La Orotava, Los Realejos, Icod, Garachico...) ejerciendo, en gran parte, de sirvientes o semiesclavos, salvo algunos privilegiados.

    Tampoco debemos olvidarnos de los cientos que nunca se integraron (los alzados), y que conservaron su lengua y costumbres refugiándose en las cumbres y lugares recónditos de la isla, resistiendo como etnia hasta mediados del siglo XVIII.

    Otro dato interesante que podemos extraer de estos documentos es que al comparecer en Garachico y Buenavista, en 1601, guanches vecinos de esas localidades, solidarizándose con sus hermanos del Sur en el lamentable pleito sobre la Virgen de Candelaria, nos están indicando que aún por esas fechas continuaban con la tradición de celebrar los festejos del día de la Virgen, aunque ya traspasado del 15 de agosto al 2 de febrero, unidos en fervor popular. Como lo hacían sus antepasados, que dejaban guerras y rencillas y se hermanaban durante las fiestas del Beñesmer.

    Pues bien, a la vista de esta extensa relación de guanches --quizás sea la primera vez que se nomina más de un centenar- viviendo en distintas localidades de Tenerife a finales del siglo XVI y comienzos del XVII, pensamos, una vez más, en la imperiosa necesidad que tiene nuestro pueblo de ir saliendo de las tinieblas históricas a las que se le ha sometido secularmente. Aquellos que esgrimen el tema de los apellidos para asegurar que aquí sólo quedaron cuatro guanches y que todos descendemos de los conquistadores y colonos tienen en esto una prueba palpable y fehaciente de que la realidad es otra. Los tres apellidos que más se repiten en los guanches que aparecen en los documentos antes mencionados: González (el más abundante), Rodríguez y Hernández, que representan el 33% del total, son los mismos que prevalecen en la población tinerfeña actual, como podemos comprobar tomando como referencia los censos de Santa Cruz y La Laguna. En concreto, el apellido González lo lleva aproximadamente el 5% de los tinerfeños, mientras que en Las Palmas el más frecuente es Santana, que representa al 3,5% de la población y, sin embargo, allí los González ocupan el quinto lugar, con el 2,5%,

    Curiosamente, entre todos los González, Rodríguez, Hernández, García, Pérez, Martín, Díaz, Betancort, Delgado, etcétera de los guanches anteriormente citados aparece un único apellido autóctono: Ibaute o Baute. No obstante, a éste habría que sumarle todos los Bencomo, Tacoronte, Guanche, etcétera, que también son frecuentes en nuestra isla.

    Como reflexión final, me atrevo a sugerirles a mis paisanos que sean portadores de todos esos apellidos, y otros muchos que no se citan aquí, y que su familia lleve muchas generaciones afincada en Tenerife, que empiecen a pensar en la alta posibilidad que tienen de ser descendientes de guanches, máxime si tenemos en cuenta que, tras la conquista, la población autóctona –que quedó en abrumadora mayoría– como ya se está empezando a demostrar, fue bautizada y les cambiaron sus nombres originales de Acaimo, Bentor, Guanchifira, Tinguaro, etcétera por Pedro González, Marcos Rodríguez, Agustín Hernández o Fernando Pérez. La verdad, más tarde o más temprano, siempre sale a relucir, por mucho que algunos se empeñen en ocultarla.

    * (Publicado en 1997)

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  8. GUANCHES CON APELLIDOS CASTELLANOS

    Por Justo Guanche Guerra - Aguere

    Como decíamos ayer, Justo Fernández ( amigo palmero, muy polémico y con fuerte carácter, pero buena persona) contertulio que todavía parece es de la Cadena Cope-radio, entre otros medios nacionales y locales, nos asombra constantemente. Tiene la fea costumbre de no decir "toda la verdad de las cosas", y una vez más, bajo nuestro punto de vista, nos defrauda con sus personales apreciaciones de carácter inexacto ya sea en el Scaner de Canal 7 de Tenerife, o allí donde lo dejen hablar, por su parcialidad objetiva en temas cuyos contenidos queda claro no domina con acierto. Interpreta las cosas a "ojo de buen cubero" y con claro partidario sesgo "halando la sardina para su brasa" (se ignora cual) en los debates.

    En el calor que los debates suscitan (varios entre ellos uno sonado con Jesús Gil, anteriormente con José Mª Ruíz Mateos o con Pedro J. Ramírez) hace ya algunos años, a la indicación que hace uno de los intervinientes peninsulares en Cope ( concretamente el malogrado Luis Herrero), afirmaba que los guanches estarían contentos con las lluvias caídas por aquellos días, a lo que Justo espetó tajantemente: "¡guanches con apellidos castellanos, que risa!, y se quedó tan pancho como siempre que da la nota de medio canario. Pero que él sí parece guanche por el tamaño y aspecto, pero sobre todo por la incultura histórica de que parece adolece.

    Debe saber el Sr. Fernández y todos aquellos que viven en semejante "oscuridad histórica", que la fórmula utilizada por los colonizadores españoles desde los prolegómenos a la conquista de Canarias, luego extensible a América, fue el apadrinamiento o patrocinio laboral con nombres y apellidos para aquellos que en adelante serían "sus protegidos", imponiéndoles disciplina y cultura propia, haciéndoles renunciar a la suya castellanizando sus vidas a la par que por imperativos de la misma religión o por estrategia de política administrativa y de control. Importante es saber que los nombres se imponían según el santoral del día en que se efectuaban los bautizos, a veces en masa, salvando tal requisito algunos Menceyes o Faicanes y algún plebeyo como lo fue Doramas, no descartándose otros muchos más casos aislados como aún hoy se puede constatar. El patronímico "Guanche", es apellido aún muy corriente en Tenerife sobre todo, como "Doramas" en Gran Canaria.¿Quién se cree que Jean de Bethencourt,ha dado paternindad biológica a la cantidad de Betancores, Betancoures... que tienen ese apellido en Canarias, Península y toda la América?

    Por qué..., ¿no pretenderá Justo apuntar que los castellanos conquistadores exterminaron 120 mil aborígenes que poblaban las Islas en aquellas fechas, durante unos cien años de conquista, que lo hace más difícil aún?

    Si nos situamos al otro lato del Atlántico comprobamos como indios mejicanos de etnia asiática que se llaman González, Rodríguez, Pérez o Fernández – el de Don Justo debe corresponder al de los Lugo, es broma –paraguayos guaraníes llamados Solís, negros como el ébano en Las Antillas que se llaman Portocarrero, Antequera (o Washington) O también majoreros de Fuerteventura con el color aún perdurable de su origen bereber que se llaman Britos, Cabreras, Santana, Gil, gomeros llamados Prietos, Negrines, Curbelos, Chineas y otros, cuyo significante ya los define, a más de los que intentan camuflar la identidad denigrante de su verdadero origen, y así un largo rosario de patronímicos, algunos que no se corresponden con el claro tronco étnico de procedencia para, a veces, según convenga, tergiversar interesadamente los mismos archivos eclesiásticos. Esto es común a todos los procesos colonizadores no solo hispanos, sino anglosajones, franceses, holandeses... o chinos.

    Superada felizmente la teoría del exterminio casi total de los guanches (no del todo, pues aún hay dictámenes universitarios científicos que apuntan que sólo fueron las hembras aborígenes las que "escaparon al encuentro colonizador" en Tenerife); nada más disparatado por haber supuesto un genocidio que en pleno Renacimiento se hubiera denunciado y no lo fue. Ni siquiera Lope de Vega. A ello hemos de añadir la falta de verdaderos enfrentamientos armados sumamente violentos o cruentos, salvo Acentejo y Aguere en Tenerife y otros como Guiniguada en Las Palmas, siendo necesarios los casi cien años conocidos para la conquista definitiva de todas las islas, lo que denota el gran valor de nuestros antepasados. Pero también se conocen intentos de conquista por imperios africanos (almorávides antes que invadieran la Península Ibérica en el siglo XIII) que no lograron.

    Todo esto nos lleva a considerar, siguiendo a investigadores rigurosos como Wölfel, Fischer o Fusté que nos apuntan: la población superviviente netamente aborigen se acerca al 80 por ciento al final de la conquista e inicio del proceso colonizador, en varias etapas como sabe y con intercambio de individuos, y al final del mismo siglo XVI los 2/3 aún son autóctonos.

    Hemos de tener en cuenta, igualmente, otro gran valor añadido: el gran número de mujeres aborígenes a las que los conquistadores primero y colonizadores después, escasas de ellas, no hicieron remilgos, fructificando abundantemente tal prolífica unión bendecida por la misma Iglesia, desde cuyo momento sí se impuso la prioridad del apellido castellano que no cesa, perdurando, no obstante, como queda dicho, los casos aislados de rebeldes o alzados que vivieron "su vida" con sus ganados, con sus costumbres hasta bien entrado el siglo XVII, e incluso el XVIII.

    Disponemos, además, de la numerosa y aún conservada terminología aborigen por toda la geografía canaria de la que citaremos sólo algunos de cada Isla: Tacande. Argual, Tedote, Tenagua... Echedo, Erese, Tiñor... Tagaluche, Alojera, Garajonay... Tahodio, Teno, Icodem, Tijoco... Tirma, Bentaiga, Gando, Arguineguín... Tuineje, Tarajalejo, Tindaya... Tinajo, Guines, Tahiche, Guanapay... y un largo etc., que denota claramente cual fue el grado de poblamiento antes de la llegada de los españoles, para que a pesar del "aculturamiento", aún se conserven miles de topónimos, que algunos quieren ignorar, y lo que es más grave, por aquellos que aún llevan en sus rostros la genética aborígen producto del cruzamiento de sus antepasados por uno, por el otro, o por ambos ancestros. Lamentable por patético.

    Don Justo Fernández, que es sólo medio canario, debe saber que por aquella regla tiene la mitad, en principio, de origen "benahorita" en La Palma en la que sólamente treinta familias colonizaron la Isla de más de siete mil aborígenes, según cuantifica el Dr Paez (aunque hay otros historiadores que apuntan que no había ni mil cuando llegaron portugueses y flamencos) siguiendo a Gaspar de Frutuoso, que comprobó, sesenta años después de la conquista de esta isla, gran cantidad de benahoritas que continuaban adcritos a las dehesas de pastorío tradiconales, bajo control y administración castellana, según recopila Pedro Leal. Sería como apuntar que la polbación hispanorromana desapareció con la llegada de los visigodos o estos por la invasión musulmana en el año 711 que permanecieron hasta 1492. La verdad hay que decirla tanto si se es de UGT-Psoe, Banca, o si se es un simple canario de a pie o si se es nacionalista por cultura o convencimiento (o por sentido común si se sabe sumar siguiendo el método aristotélico), aspecto éste aplicable a todos los pueblos autoctonos que integran las naciones del planeta (constituídas en estados o no) desde cualquier momento de su historia pasada, e incluso presente, aún con la globalización que ya nos alcanza a todos, como mejor fórmula de convivencia y nivel de vida.
    ¡Españoles, europeos y ciudadanos del mundo sí, pero renunciar a nuestros ancestros y costumbres e idiosincracia, no!, como tampoco lo hacen los belgas, luxemburgueses o malteses por ejemplo. Una cosa no está reñida con la otra y buena prueba de ello es la cobertura que esta web concede a estos temas tan cercanos, culturales y de paso de verdad muy interesantes. Porqué, todos descendemos de un ser único (originario de África según todos los pronunciamientos) con formato racional que todavía no hemos podido determinar.

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  9. RESEÑAS PARA UNA NEFASTA HISTORIA

    El tránsito de una etapa histórica a otra, no siempre coincidente en la interpretación de los historiadores en cuanto al cambio en las estructuras socioeconómicas, ideológicas o culturales en suma, no se producen de forma brusca y nunca constituye una transformación totalmente diferente. Esto nos conduce a la diatriba sostenida por diferentes historiadores de estas Islas, en cuanto al momento en que se produce la contemporaneidad canaria, clara para Francia en su Revolución y para España en el dos de mayo por la lucha contra el invasor francés, en el año 1808.

    En la segunda mitad del siglo XVIII, nuevas ideas procedentes de la ilustración francesa, que se consolidan a partir de 1789, conducen a la necesidad de cambios estructurales en la sociedad del acuñado Antiguo Régimen, que a través de minorías selectas, también tienen su efecto en la sociedad canaria. Las propias características de la sociedad isleña estrechamente vinculada con elites económicas y culturales del exterior, especialmente con Inglaterra y Norteamérica, favorecieron la penetración de estos nuevos pensamientos a través de las principales ciudades portuarias y por la vía del intenso comercio de gran actividad hacia el exterior ilustrado.

    Nuestras islas sufren el tránsito a la llamada contemporaneidad con apenas cambios notables respecto a la sociedad anterior, salvada la minoría ilustrada, o la burguesía agraria y comercial, acotadas en su status clasista propio de los estamentos aún vigentes. Durante el periodo se prolonga el régimen demográfico propio del antiguo régimen, con las conocidas tasas elevadas en nacimientos e igualmente en defunciones, si bien de forma lenta, y producto de los progresos de la Ilustración, se reduce la mortalidad catastrófica de épocas anteriores. No obstante, el Archipiélago sufrirá durante la mayor parte del siglo XIX, nuevas hambrunas y brotes epidémicos de consecuencias nefastas, como la fiebre amarilla de 1810 que afectó especialmente a Santa Cruz de Tenerife, al año siguiente la misma epidemia causa en Gran Canaria horrorosos estragos, otras en 184l y 1846 nueva fiebre amarilla en Tenerife que pasa a Las Palmas al siguiente año, como si el jinete apocalíptico tuviera su macabro itinerario ambulante entre ambas islas; pero que a veces lo era tan grave en otras, especialmente Fuerteventura, obligadas a emigrar a Las Palmas y a Tenerife, sumándose a la catástrofe, como la ocurrida en el bienio 1846-47, en que por hambre desoladora, perecen en Gran Canaria más de 30.000 personas, muchas de otras islas congregadas allí. Cíclicamente y por un periodo de 10 años, sucumben en Las Palmas unas 6000 víctimas y exactamente en 1862, la fiebre amarilla arrebata numerosas vidas en Santa Cruz de Tenerife, en triste destino como puerto receptor de virus foráneos en su intenso tráfico marítimo.

    La sociedad canaria continúa en su configuración de mayoría agraria, asalariados, jornaleros, criados, y en un escalón superior medianeros y pequeños terratenientes, en íntima conexión con la gran burguesía agraria y mercantil. Los procesos desamortizadores, más que crear una distribución más justa y equitativa, incrementó la gran propiedad de los herederos del anterior sistema, puesto que eran los detentadores de los capitales, recursos e influencias de todo tipo, "los que de antiguos nobles o burgueses pasan a ser los caciques de hoy ", acentuando más, si cabe, la precaria situación de los más desafortunados : los pequeños campesinos y los asalariados sin tierra, que no les quedaba otra solución que emigrar.

    En este orden de circunstancias se halla el "pleito insular", creado por intereses políticos, comerciales y por que no culturales, en manos de los más poderosos sin que el pueblo llano mayoritario tuviera apenas intervención. La Constitución de Cádiz, de las más progresistas del mundo en aquel momento, decretó la abolición de señoríos que aún perduraban en Fuerteventura y otras islas e Instituciones, establece una nueva organización administrativa, que incentivó aún más lo que ha venido en llamarse pleito insular, que igualmente afecta a otros Archipiélagos. Ello produce un enfrentamiento "in crescendo" en las dos islas centrales, imposibilitando un entendimiento común entre las fuerzas políticas de Canarias, frente a los poderes nacionales radicados en la capital del Reino. Resulta en suma perjudicados la mayoría del pueblo llano del Archipiélago, por el retraso en infraestructuras y otros medios necesarios para el mejor desarrollo económico, siempre a remolque de lo que Madrid decidiera, siendo así especialmente perjudicada la Isla de Fuerteventura, objeto principal del tema a exponer.

    Esta lucha entre las dos islas, Gran Canaria y Tenerife, puesto que las restantes apenas tenían protagonismo alguno, se desarrolla en tres etapas bien diferenciadas que son: la lucha por la capitalidad, adjudicada en principio a Santa Cruz de Tenerife; una segunda etapa divisionista hasta l873, en que por el Gobierno de la Primera República, se ensaya sin éxito una Constitución Federal, y una tercera fase con el gran estratega gran canario Fernando León y Castillo, que logra una gran hegemonía comercial en Gran Canaria, a través del gran puerto de su creación como político en Madrid, pero que fue el paso previo para la división provincial.

    En lo que se refiere a las estructuras socio-económicas en este tránsito canario hacia la contemporaneidad, apenas se aprecia variación entre el último tercio del siglo precedente hasta las primeras décadas del XIX, con un esquema productivo similar al anterior. La crisis del vino parcialmente superada con la aparición del mercado norteamericano, especialmente en torno a las exportaciones desde Tenerife, que es complementado con la demanda interna e interinsular.

    Aparece un nuevo producto en torno a 1825, previos los experimentos para su aclimatación en las zonas rurales de las islas: la cochinilla, que sufre una etapa de fiebre productiva para decaer precipitadamente como consecuencia de la aparición de productos químicos colorantes, que ocasionaron la depreciación paulatina de la grana, desembocando finalmente en una crisis socioeconómica de enormes proporciones, que como siempre se hace uso de "la válvula de escape": la emigración a América y con preferencia a Cuba.

    Aparece en Fuerteventura - y Lanzarote -, en torno al periodo que analizamos y en el tránsito del siglo ilustrado, un relevante fenómeno que supuso el acceso de ambas islas al mercado exterior con un nuevo producto denominado barrilla, una especie de alga con gran concentración de líquido salitroso del que elaborado industrialmente produce la sosa o sodio cáustico. Su exportación masiva produce píngües beneficios a todas las islas, especialmente a Fuerteventura - y a Lanzarote -, cuyas cifras hacia 1829 son sobradamente significativos. Y, a medida que avanza el siglo, la demanda de barrilla isleña para la fabricación de sosas, especialmente desde Inglaterra, continua imparable, cuyos datos, favorables para la economía isleña, recoge José Valentín Zufiría y José Joaquín Monteverde en "La Guía de las Islas Canarias para el año 1840".

    La primera mitad de este siglo XIX, si bien había ofrecido con antelación panoramas realmente dramáticos, con la fuerte depresión de 1832 y 1846, conoció el fugaz periodo bonancible que condujo a las condiciones favorables para un relativo crecimiento, especialmente para Fuerteventura - y Lanzarote -, y para sus puertos, Cabras y Arrecife, puertos de la barrilla. Cuando este cultivo dominante perdió eficacia por los avances químicos, su paulatina depreciación volvió a afectar a ambas islas orientales, que tornó a depender económicamente de las bruscas oscilaciones propias de su secular agricultura cerealera. La pérdida de este mercado exterior, unido a los males crónicos en sus estructuras, con persistentes sequías, es a la postre la grana la que sirvió de esperanzadora panacea para los sufridos habitantes majoreros en torno a la mitad del siglo.

    El condicionante climatológico que por siempre afecta a estas dos islas apenas afectó en esta nueva coyuntura, puesto que el novísimo recurso productivo, la grana o cochinilla, se adaptaba perfectamente a los regímenes de pocas lluvias, y su producción abrió nuevamente los puertos al comercio exterior.

    Para su embarque en magnífica demanda los buques extranjeros recalaban en los puertos canarios, para realizar el trato directo, siendo las más de las veces a través de empresas especuladoras radicadas en Santa Cruz de Tenerife o en Las Palmas de Gran Canaria, intermediarias del campesino.

    También a la grana le llegó su crisis, cíclica para todos los productos de oferta que la economía canaria ha puesto en circulación desde más de tres siglos antes, y siempre con demanda casi exclusivamente extranjera. El crack de la grama actuó a su vez como factor desencadenante y agravante de los acontecimientos que siguieron: nuevas y pertinaces sequías y consecuentemente exiguas cosechas que producían nuevas calamidades de ingrato recuerdo para los majoreros, por las paralelas crisis de subsistencia, ahora en plena segunda mitad del siglo XIX, cuando Europa gozaba de los beneficios de la Revolución Industrial.

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  10. HAMBRES Y MISERIAS DE ANTAÑO

    La pesca en Fuerteventura y de modo general en todas las islas ha ocupado tradicionalmente a relativa población activa, sin embargo ha abastecido de alimento barato a prácticamente toda la población del conjunto del Archipiélago en cualquier momento histórico, especialmente a las clases más necesitadas y sobre todo por detrimento agrícola, penurias derivadas de falta de lluvias, hambrunas, langosta y otros avatares a los que el canario está habituado. A pesar de la gran longitud de las costas de Fuerteventura y Lanzarote no ha sido esta actividad la que ha ocupado el primer lugar como factor de producción o consumo, que sí lo ha sido siempre la agricultura y ganadería, salvo en aquellos años calamitosos que tanto conocieron muchos de sus habitantes en diversas generaciones, hasta el punto de obligarles a emigrar de su tierra para ser recibidos por sus hermanas mayores o en los amplios territorios del continente americano.

    A veces se dice que "el canario ha vivido de espaldas a la mar, estando tan próxima a ella", silogismo considerado además contradictorio considerando los enormes recursos que en el sector pesquero hubiera deparado una economía medianamente industrial si hubiese sido sinceramente planificada desde hace siglos por las diferentes administraciones españolas, que por razones que se ignoran, pero se intuyen ante el temor a un excesivo desarrollo económico autogestionario que España no deseaba a la vista de lo que ocurría en Cuba, nunca se llevó a cabo plenamente.

    Es de sobra conocido que estas Islas se encuentran situadas en las cercanías del banco pesquero de los más rico del Universo, a decir del marino escocés George Glas, consecuencia de la corriente fría de Canarias en contraste con la latitud geográfica de proximidad al continente negro, que hace de vivero para las más variadas especies piscícolas especialmente de profundidad. Consecuencia de estos parámetros aparece la parte más negativa en cuanto a pesca en plataforma marítima insular que es pequeña en las Islas occidentales, pero no en estas que nos ocupa de Fuerteventura y Lanzarote. Aquí las especies de aguas superficiales son más abundantes y por tanto con mayor desarrollo para grupos de pescadores, que desde siempre han practicado esta actividad de forma artesanal y en pequeños nucleos costeros aprovechando los numerosos enclaves, playas y otros lugares apropiados para estos menesteres.

    En Fuerteventura abundan los caladeros frecuentados por unas determinadas especies de bacalao en la zona de Barlovento, y las corvinas en los caladeros opuestos, que son igualmente aprovechados juntamente con las especies llamados menores de uso doméstico, viejas, chernes, etc. Así como las apetecidas morenas o los pulpos, la especie de calamar más codiciada por los canarios.

    Esta pesca llamada de bajura o costera es eminentemente artesanal con utilización de técnicas tradicionales, desde la caña a la gueldera, "el tambor", "mirafondo", etc. o en pequeñas embarcaciones, los barquillos con vela triangular, para zonas supeficiales y próximas a la costa, junto a los pocos refugios existentes en la época de entresiglos que tratamos.

    Tal actividad se llevaba a cabo por los más diversos medios para el sustento doméstico, trueque local pero nunca comercialmente planificado. Caballas, chicharros, sardinas, túnidos y otros, algunas migratorias, son especies importantes y muy abundantes en las proximidades de estas dos Islas y en los ochenta kilómetros que las separan de la plataforma africana.

    Su enorme trascendencia en los periodos de las temibles hambrunas es y constituye UNA TEORÍA QUE DEFENDEMOS por nunca suficientemente estudiada para aquellos etapas de carácter cíclico que tan frecuentemente azotaban a estas islas occidentales, principalmente. Críticos fueron muchos años seguidos durante el siglo XVIII y en el XIX, más estudiado y conocidas sus consecuencias en la población especialmente rural, que o buscaba algún tipo de solución, o emprendía una emigración obligada, más bien forzada, hacia otras islas o hasta América.

    El Dr. Lobo Cabrera y Roldán Verdejo para épocas más pretéritas o Doña Carmen Julia Hernández Hernández, para las más próximas, entre otros, nos ilustran notablemente sobre esta problemática social.

    En "Los Acuerdos del Cabildo de Fuerteventura, 1729-1798" y en "El Hambre en Fuerteventura", sendas investigaciones de Roldán Verdejo sobre esta problemática, aparecen datos sumamente explicativos con las causas que condujeron al majorero a emigrar, a morir de hambre, A LO QUE PODRIAMOS AÑADIR O "A COMER PESCADO" ; y no referido a momentos puntuales en un determinado año o época, sino con frecuencia inaudita que hoy no sería creible si no estuviera lo suficientemente documentada, y por simple obviedad.

    Apunta el Sr. Roldán Verdejo, que la falta de lluvias, endémica en la Isla, da lugar a numerosos novenarios a la Virgen de la Peña, patrona de Fuerteventura.

    Nada más definitorio para comprender la situación que estudiamos que los documentos reflejados en actas y que Roldán aborda con suma claridad en "Los Acuerdos", ya citados. De los mismos se desprende como recuerdo insistente el del hambre de la isla: hambre endémica, para un país sin apenas lluvias, que vive exclusivamente de cereales a secano y supeditado a plagas constantes de langostas procedentes del vecino desierto sahariano. En sesión de 4 de noviembre de 1776, se dice que la isla experimenta un año esteril de cada tres o cuatro. A ello se suma la falta de moneda corriente, obligando al ya olvidado trueque de otras épocas, entre cuyos intercambios con trigo o por animales, figuraba sin lugar a dudas el PESCADO COMO MONEDA DE CAMBIO, siempre abundante y fácil de obtener, que de esta forma se satisfacían otras necesidades perentorias, para no "pasar a hierbas solas, como ocurría incluso los hacendados".

    A partir de estos años calamitosos, con inicio en 1721, la situación de de la isla se estabiliza aparentemente, puesto que unos cincuenta años después el fantasma del hambre y la miseria vuelve a rondar a esta isla de "las mayores desgracias". En 1768 se inicia la gran segunda gran hambre de su historia que culmina en la "sequía bíblica" de 1771, según Rumeu de Armas.

    Ya en el año 1768 había llovido poco y fue malo por falta de pastos e hierbas en la isla hasta el extremo que el Cabildo acuerda "que el ganado se someta a control y vigilancia en las zonas donde ha de pastar". En el mismo año de 1769

    los habitantes de la isla comienzan a emigrar a Tenerife, entre otros lugares, problema que alcanza también de lleno esta vez a Lanzarote lo que obliga a sus gentes, igualmente, al desplazamiento forzado para paliar el hambre.

    El Dr. Rumeu de Armas, en el artículo de AEA., citado, aborda el problema desde la perspectiva socio-económica para esta isla de Fuerteventura (y Lanzarote), considerando que esta sequía, que denomina bíblica, consecuencia de nefastos ciclos climatológicos harto frecuentes hasta adquirir la magnitud de hetacombe por las características de catástrofe de aquella aciaga fecha de 1771; y respecto a Lanzarote añade " para que se tenga una idea de la magnitud de la situación apuntada, basta declarar que perecieron lastimosamente 2600 personas de hambre y de sed, después de haber tentado en vano saciarla con carnes y cosas más inmundas, lo que equivale a un tercio de la población de la isla".

    Es curioso que en este informe que el Dr. Rumeu extrae de un documento de la época, NO SE HAGA ALUSION AL PRODUCTO MÁS ABUNDANTE EN AMBAS ISLAS, INAGOTABLE EN ESTOS MOMENTOS, NECESARIO PARA SUBSISTIR LA POBLACIÓN: EL PECADO DE RIBERA, DE PLATAFORMA O DE ALTURA, EN MOMENTOS DE CLARO AUGE DE LA ACTIVIDAD PESQUERA EN EL BANCO SAHARIANO.

    Por lo que respecta a Fuerteventura el drama del año 1771 fue aún más pavoroso, pues por fallecimiento en mayor número, y por éxodo inevitable lo más pudientes, la población majorera, cifrada en unos diez mil moradores, se vió reducida a la mitad QUE CONSIDERO SUBSISTIO EN GRAN PARTE DEBIDO AL INTENSO CONSUMO DE PESCADO; según Rumeu, basándose en las fuentes procedentes de un informe basado en las Descripciones de José Luis Cermeño, a través de datos demográficos rcoguidos por este ingeniero militar, durante su estancia oficial en la Isla en 1772 con objeto de hacer una inspección en plena catástrofe.

    A este respecto y para BASAR NUESTRA TEORIA EN TORNO A LA FUNCION QUE LOS RECURSOS PESQUEROS DE ESTA ISLA TENDRIAN PARA PALIAR LAS NECESIDADES BASICAS DE ALIMENTACION EN EL TRANSCURSO DE LAS HAMBRUNAS, añalizamos un documento informe, se supone llevado a cabo como consecuncia de los desgraciados años de escasez, extraído del Archivo de Simancas y que Rumeu de Armas incorpora en el artículo de AEA, citado, analizando algunos aspectos socio-económicos de esta Isla de Fuerteventura por aquella época, del que extraemos: "A estas desgracias se suman los infortunios de los cinco años consecutivos por falta de agua, habiéndose perdido del todo sus cosechas; que siendo la más fértil y abundante (tierra) de todas las Canarias en ganado y grano (sic), en tal conformidad que es muy común que en los años de lluvias, ver espigas de trigo de catorce carreras cada una, y dar por uno ciento veinte". Se añaden otros datos de interés que harían optimista a cualquier majorero que por aquellas fechas hubiese tenido acceso a este informe oficial, cuando dice que dicha isla produce, en buenas cosechas, 76000 fanegadas de trigo, 153 de cebada, y 1000 de maíz. En iguales años produce asimismo más de 400 pipas de vino, 400 quintales de frutas pasadas

    Y de 8 a 10.000 fanegadas de papas (sic). Hácense tembién más de 800 quintales de queso y se extraen más de 5000 machos cabríos, 4000 carneros y 600 quintales de lana y alude a otros aspectos económicos más domésticos, PERO LO QUE ES REALMENTE CURIOSO PARA EL TEMA QUE NOS OCUPA, ES NO ALUDIR MINIMAMENTE A EXTRACCIONES DE PESCADO O DE LA ACTIVIDAD PESQUERA EN GENERAL EN CUALQUIERA DE SUS FORMAS. QUE ES LO REALMENTE CONTROVERTIDO POR SER, como hemos dicho, FACTOR SOCIOECONOMICO FUNDAMENTAL EN AQUELLAS SITUACIONES DE VERDADERA MISERIA ESPECIALMENTE BIOLÓGICA.

    A mayor abundamiento, unos ocho años antes del referido informe (1764) el escocés George Glas, publicaba en Londres el tratado sobre la historia de nuestras pesquerías africanas con su abundante pesca y con magnífica descripción, vínculando en todo momento el protagonismo de los isleños al el referido banco pesquero, detallando igualmente numerosos aspectos de la organización de las campañas de pesca del salado, número de embarcaciones, tipos y hombres que empleaban. El mismo intentó establecer una factoría en el antiguo emplazamiento de Santa Cruz de Mar Pequeña, como ya se ha mencionado anteriormente, y que el denominaría "Puerto Hilsborough", en memoria del prócer británico que le facilitó ayuda financiera para gastos de la expedición, y que ya Viera y Clavijo recoge en su Historia General.

    Esto apoya la teoría que determina que las actividades pesqueras harto frecuentes en estas fechas del siglo XVIII, en todas sus variantes, insistimos, desempeñaban un fundamental protagonismo como producto de consumo básico, pero mayoritario, en el transcurso de aquellas frecuentes hambrunas que asolaban estas Islas, así constatado.

    Las hambrunas más destacadas en el período que nos ocupa es la que se deriva del llamado "decenio calamitoso" (1875-1884), especialmente el año 1878, si bien Fuerteventura conocía de otras muchas, como apuntamos, (22), puesto que fue un prolongado calvario de continuas desgracias que afectó prácticamente a todos los sectores económicos de la Isla, última que delas ocurridas en dicho siglo.

    Precisamente coincidiendo con el inicio de este período calamitoso, en 1875, se publica el libro de Silva Ferro, ya mencionado anteriormente, sobre la importancia que las pesquerías africanas en relación con estas Islas iba teniendo, y así, en alusión a esta publicación, lo interpreta Martínez Milán, en un epígrafe de la memoria de licenciatura cuando habla de "estudios Económicos, Industriales y Científicos respecto a la explotación y riqueza de algunas pesquerías y consumo de sus productos en los grandes mercados con otros varios informes para servir de precedentes al proyecto de establecer una factoría de pesca y preparación de pescado en la isla Graciosa situada al Norte de Lanzarote en las Canarias (1875)".

    Prueba de ello y en la plena crisis de subsistencias para Fuerteventura (y Lanzarote) es la memoria, publicada en 1882, redactada por el oficial de la Armada Española Pedro de la Puente y Olea, tras recorrer las aguas que bañaban la costa occidental africana entre Cabo Juby y Cabo Blanco, en la que corroboraba la importancia de los bancos pesqueros, aconsejando la construcción de puertos en la costa de África al sur de Canarias.

    Por tanto, ante el interés que las pesquerías estaban despertando a nivel internacional, el informe proponía que se estableciera "un protectorado" en la franja costera africana frente al Archipiélago, con objeto de asegurar la jurisdicción sobre dichas aguas sino también de iniciar un proceso de penetración mercantil en la misma zona africana. A partir de aquí el interés mostrado por la Administración Española continuó, con más o menos acierto, a través de actuaciones concretas para de paso hacer frente a la contínua competencia de otros países.

    No le quedaba otra alternativa.

    Continuando en nuestra modesta hipótesis, hemos de considerar necesario el protagonismo que la producción pesquera tuvo como alimento base en las hambrunas, para estas dos islas, durante el decenio llamado calamitoso (1875-1884), y especialmente en momentos verdaderamente críticos como lo fueron los años 1877 y siguientes.

    En aquel fatídico año de 1877, y según leemos en la ponencia de Carmen Julia Hernández Hernández en las IV Jornadas de Estudios sobre Lanzarote y Fuerteventura, a todo lo expuesto surge otro problema añadido: La miseria experimentada por estas dos islas se había extendido a las demás del Archipélago que no podrían sorportar mayor presión demográfica y menos laboral, toda vez que la sequía también afectaba a su agricultura y por tanto a su economía general. Se optaba por la secular emigración a Cuba para lo que se solicitaba que el propio Gobierno sufragara los gastos de embarque, acompañado de la realización de obras públicas que emplearan mano de obra sobrante y la procedente de estas dos islas orientales, puesto que son estas las más afectadas, especialmente Fuerteventura. El periódico "El Constitucional", que se ocupaba últimamente de estas crisis, indica que en noviembre de 1877 "como consecuencia de las continuas sequías experimentadas, que han sido causa de las inmediatas pérdidas, casi totales, de sus cosechas, de día en día, ha venido agravándose su ya triste y desesperada situación, hasta el extremo de que sus naturales, en considerado número han abandonado el suelo natural, marchándo al continente americano, no siempre propicio a responder a los afanes del trabajador, en busca de la relativa actividad que pueda subsanar el problemático bienestar. De seguir emigrando como ha comenzado pronto, la isla de Fuerteventura se borrará del número de las islas habitadas del Archipiélago Canario y sus naturales (...) irán a a aumentar el considerable número de desgraciados españoles que, en tierras de América, claman en vano por tornar.

    A evitar muchas desgracias, a impedir que continúen en progreso los males (...) deben dirigirse los ciudadanos y los afanes de las autoridades, según leemos en "El Constitucional". Y más adelante en la misma página expresa la necesidad de que se aprueben por el Gobierno dos carreteras que se hallaban consignadas en el Plan General de Carreteras para Fuerteventura, de tal forma que dará ocupación " a la multitud de braceros que hoy carecen de ella, la emigración cesará y la isla (...) comenzando a disfrutar de una prosperidad relativa saldrá, por este sólo hecho, de la postración en que yace (...)

    Estas crónicas revelan el dramatismo de una situación que de día en día se hacía más insostenible para unas islas que desde hacía algunos años sentían la calamidad como algo inherente a las mismas. El hambre y la emigración eran las consecuencias más graves de esta crisis, y que parecía ser el abandono de la mano del mismo Dios. En 1878 se remitían crónicas al periódico "LA LEALTAD CANARIA", entre cuyos textos se lee: "LA MISERIA HABIA LLEGADO A TAL EXTREMO QUE TANTO EN LANZAROTE COMO EN su hermana de FUERTEVENTURA SE COMÍAN TUNERAS, LAS RAÍCES DE PLANTAS SILVESTRES, helechos, Y ALGUNOS MORÍAN DE HAMBRE. Por todo ello nos preguntamos ¿Cúanto importante sería el producto de la pesca obtenida en cualquiera de sus formas para paliar esta situación de extrema necesidad biológica?

    El mismo periódico en su número 690 de fecha 21 de abril de 1878, pág. 1, nos apunta respecto a esta cruel situación: "El agua vale tanto como en otras épocas el vino, se mendiga de puerta en puerta y EN EL PRESENTE VERANO SI NO RECURRIMOS A LA DEL MAR CARECEREMOS TOTALMENTE DE ELLA", refiriéndose a agua del mar, pero ¿y la pesca?; por obviedad no se menciona el único producto comestible abundante, en buen estado y fácil de obtener, aun con las mas elementales artes de pesca; cangrejos, lapas, bugados, etc, son productos tan fácilmente extraíbles que lo hacen hasta los niños.

    En La Palma y en su litoral, constituye un excelente manjar los peces llamados "verdes" o "azules", tambien llamados castañetas que viven a flor de agua, y que fritos o asados son muy apetecidos por los lugareños costeros.

    A las crónicas y artículos que la prensa va dedicando a Fuerteventura, se unen las alusivas a la isla de Lanzarote con idénticos problemas. Otro periódico "El Memorándum", desde Lanzarote, recibe una carta desalentadora en la que se muestra la ineficacia de los recursos allegados. Se manifiesta que no sólo emigran los pobres, sino que pronto tendrá que emigrar el resto si no quieren morir de sed, careciendose de cultivos, depreciación de la tierra... y como consecuencia de COMESTIBLES, de dinero en circulación, etc.

    Y no sólamente la prensa canaria se ocupaba de la situación crítica de majoreros y conejeros, también los periódicos de la Península publican el estado de miseria en la que vivían. El rotativo madrileño "Los Debates" enterándose por cartas y por periódicos de estas islas, conoce la tragedia por la que atraviesa Lanzarote, donde sus habitantes mueren de sed y de hambre; solicitan la actuación del Gobierno por no haber surtido efecto, totalmente, las donaciones del resto de las islas.

    "La Iberia" en esta misma línea, comenta los estragos que produce el hambre y la sed en Lanzarote y Fuerteventura, produciendo la cadena de solidariadad y de buenas intenciones para auxuliar a tan desgraciadas islas.

    "El Anunciador Universal", llama la atención al Gobierno sobre la calamitosa situaión, calificandola de "desgarrador espectáculo, el que presentan las islas (...)en las que las que campea la más espantosa miseria, produciendo inmumerables víctimas"... "tiempo es ya de que el Gobierno fije en ello su atención, y de que la iniciativa particular se manifieste (...)".

    "El Eco Universal" de Madrid, por su parte, se lamenta del descuido que el Gobierno ha tenido con la provincia de Canarias, y de ahí la situación gramática por la que atraviesan las islas más orientales. No cree suficiente los donativos enviados por el Ministerio de la Gobernación ni el eviado para la construcción de carreteras en Gran Canaria. Debe fomentarse las obras públicas y la riqueza agrícola -aludiendo al tabaco - como solución.

    "El Constitucional" solicita medidas de política social, previa solicitud al Gobierno a través de los informes preceptivos. La Corporación provincial, en su deseo de aliviar la triste situación en que se halla desgraciadamente la mayoría de los pueblos canarios, ha adoptado importantes acuerdos, que no dudamos serán recibidos con aplauso por todos los amantes del país.

    Se desea que el Gobierno poermita la libre importación de cereales por un periodo de seis meses, sin gravamen para la provincia, la inmediata ejecución de obras públicas.... y sigue el informe enviado indicando que el hambre y la sed han empezado a tender su terrible azote sobre las islas de Lanzarote y Fuerteventura en donde ha más de dos años que no se logra una cosecha, ya por haberle negado sus favores el cielo, cuando por la falta de agunas subterráneas que pudieran aprovecharse.

    Se habla de moratoria contributiva y según "El Constitucional" 16 febrero de 1878, nùm. 185, pág.1, se le suspendieron todo procedimiento por contingente provincial. También se les concedió un año de moratoria para el pago de contribuciones, según aparece en La Lealtad Canaria, 22 abril 1878, núm.691. Igualmente indica este rotativo, 1 de marzo 1878, núm.657, sobre la necesidad de obras públicas cuya falta era sentida por las zonas más afectadas por la miseria, así desde Puerto de Cabras, su corresponsal indica " (...) pero estas suscripciones iniciadas con el mejor deseo, al paso que sacrifican en parte el bolsillo del donante, yo, que palpo, por decirlo así, las consecuencias del mal que nos aflige, me he convencido que apenas socorren dos o cuatro días ,cuando mucho, a los necesitados que existen en esta isla, quedando después sumidos en el mismo conflicto". Y continúa este corresponsal: "Hay que convenir que no habiendo un trabajo público o privado de carácter permamente que de ocupación a los centenares de brazos que permanecen en inacción por que no pueden emigrar a buscar trabajo ni aún en las vecinas islas, donde tampoco lo encuentran fácilmente, no se podrá resolver el problema de sostenerse sin perecer de hambre muchos de los que hoy quedan sin abandonar sus hogares. En ello deben fijarse las autoridades y construír carreteras o el muelle en este puerto, que impedirá la progresiva emigración. Desde hace catorce años se viene pidiendo la construcción de un muelle en Puerto de Cabras, y hasta el momento, Fuerteventura pagando igual que otras islas al Tesoro no ha conseguido hasta la fecha lo deseado".

    Con los donativos enviados por el Sr.Gobernador se construyeron obras de carácter público en Puerto de Cabras, a la vez que se daba de comer a los que no podrían mantenerse por carecer de trabajo hasta ese momento. También de los dontivos enviados desde Montevideo para socorrer a los de Lanzarote y de

    Fuerteventura se invirtió una parte en obras públicas como fue el desembarcadero de Puerto de Cabras. El Constitucional, 26 de septiembre de 1878, y 16 de septiembre del mismo año.

    En cuanto a ayuda enviada por el Gobierno nada exacto se sabe, según nos indica la prensa del momento, " El Constitucional", y "La Lealtad Canaria", puesto que aparecen supuestos envíos, pero la llegada del dinero que se esperaba no aparece recogido. Seguramente figuraba en otro concepto.

    El 3 de febrero de tan fatídico año, el Gobernador Sr. Clavijo, hizo un llamamiento público: " La esperanza de que las lluvias de la estación presente, viniesen a fertilizar los campos de Lanzarote y Fuerteventura, ha desaparecido... A este fín he resuelto abrir una suscripción provincial, para poder atender desde luego las necesidades más apremiantes... para atender a nuestros hermanos, reducidos muchos al último estremo de la miseria y a expuestos a perecer de hambre y de sed".

    A esta llamada del Gobernador acudirá la burguesía capitalina, como la de otras poblaciones, instituciones de enseñanza, periódicos como "El Eco de La Laguna", "El Memorándum", Sr. Obispo de Tenerife. Cónsul de Inglaterra y de los EE.UU., Diputación Provincial, Casas de Comercio asentadas en las dos mayores capitales canarias, así como otros elementos de la población de estas islas, que ante la grave situación colaboraron para auxiliar a majoreros y conejeros, inmersos en semejante desesperación.

    La Real Sociedad Económica de Las Palmas de Gran Canaria realizó una labor muy importante en favor de ambas islas entre aclamaciones de la población.

    Fueron estas circunstancias las que marcan la pauta del corportamiento de la economía majorera hasta muy avanzados años del siglo XIX, e incluso primeros años del actual, contracciones cíclicas derivadas de aquellas coyunturas que quedaban agravadas por el sistema económico caciquil imperante. De Paz Sánchez y Millares Cantero, en el artículo conjunto, nos ilustran al respecto para aquellas otras espantosas sequías que como mal endémico se suceden entre 1832 a 1846, y que no hicieron más que extremar los males que deportó la depreciación del producto tipo del momento: la barrilla, último recurso económico hasta aquel momento en la economía de estas islas, siempre cambiante. Como consecuencia global las sequías y hambres espectaculares trajeron consigo la paralela secuela de epidemias, muerte y la emigración, provocando, como siempre que este ocurría, la quiebra de los más débiles campesino, y como injusta consecuencia la mayor concentración de las tierras en manos de la burguesía majorera, que muchas veces también era obligada a emigrar.

    Los mismos autores aportan datos significtivos, para aquellas otras crisis: Los 12.225 habitantes con que Fuerteventura contaba en 1837, se verían reducidos a los 6.384 de 1846.

    Pero esta problemática cíclica persistía a lo largo del siglo, como ya apuntamos para el entorno del periodo que estudiamos y que nos sirve de antededente con características crónicas para ambas islas.

    El periódico "La Democracia" de fecha 12-5-1881, menciona la siguiente gacetilla en la sección "Cronica Provincial", aludiendo a la noticia aparecida en otro periódico provincial "La Voz de Aguere" y que dice: "Que ha sido rehabilitada la subvención concedida al Ayuntamiento de Arrecife, capital de la Isla de Lanzarote -aclara-, para la continuación de una escuela" y añade además "Victor Hugo ha dicho: esto matará aquello. Nosostros, paradiando al célebre poeta francés diremos que esto no matará E AQUELLO" (sic). En el número 25 de este mismo rotativo y en su columna "Crónica Provincial", se lee aludiendo al rotativo enemigo de Las Palmas nominado "El Canario", al dar cuenta en su número trece de la publicación aparecida en otro rotativo cofrade "La Voz de Aguere" de La Laguna a quien le dirige las siguientes líneas: " Saludamos afectuosamente a nuestro compañero a quien le devolvemos la visita que ha servido hacernos; y le advertimos que no pierda nunca de vista a Santa Cruz ( de Tenerife), que es de dónde todos los pueblos de las islas reciben bienes sin cuento de su sistema absorvente centralizado y egoista hasta lo insaciable". Y añade: "Esto no puede escribirlo sino ¡ El Canario!. Lo que debería tener presente son "los bienes sin cuento" que Las Palmas derramó sobre la Provincia durante esos "cuatrocientos años" que ostentó el título de capital de Canarias no son los que actualmente esta llevando a nuestros pueblos y los que en adelante pueda proporcionarles. Sobre este asunto tienen la palabra; Primero la isla de Lanzarote, segundo la de Fuerteventura, y tercero, las demás del Archipiélago"

    Y más adelante se lee: " Sigue cantando desafinadamente "El Canario". Vanagloriándose de cientos de ventas y suscripciones en el Puerto de la Cruz y Valle de La Orotava". Sigue entre ambos rotativos la diatriba y añade respecto a las ayudas a Lanzarote, "que nos explique El Canario la diferencia (...). Nosotros la hallamos en haber despojado a Lanzarote (por las Las Palmas y en plena crisis económica y de subsistencias) de sus puertos de refugio "únicos" que existen en Canarias, matando así las esperanzas de prosperidad que en ella tenían aquellos insulares.

    "La Democracia", en su "Crónica Provincial", se lee el siguiente texto, extraído de "El Memorándum" que " en Teguise, la antigua capital de Lanzarote, se ha reunido una junta con objeto de agrupar a todos los Ayuntamientos de la isla para hacer valer sus derechos sobre La Graciosa, oponiéndose en contra la concesión que el Gobierno tiene hecha al Sr. De Silva Ferro de una pequeña parte de "aquel desierto islote" para establecer unas pesquerías, añadiendose que, según se decía, obedece tal actitud, a las exigencias de cierta persona de Gran Canaria, exigencias que tienen por objeto obligar a que sea elegida La Isleta para dicho establecimiento". Y más adelante añade: "Es mucho el desinterés de Gran Canaria para labrar "la felicidad" de este archipiélago y sin límites "la protección" que dispensa a Lanzarote. Últimamente la ha despojado de sus puertos "naturales" de refugio para construir uno "artificial" que costará muchos millones, también en Las Palmas. Y ahora por distintos medios, pretende despojarla de beneficios que indudablemente ha de reportarle la empresa de pesquerías" (se refiere a la del Silva Ferro en La Graciosa). A lo que añadimos con la penuaria que aún mantiene sus secuelas en aquella Isla.

    "Nosotros (continúa "La Democracia"), exclamaremos con el corresponsal de "El Memorándum", MUCHO OJO SEÑORES LANZAROTEÑOS... DESENTENDEOS DE PROMESAS E INTRIGAS, PUES EN LA DESIERTA ISLA (LA GRACIOSA) PUDIERA CON EL TIEMPO FORMARSE UNA BRILLANTE COLONIA".

    El mismo periódico en su número cuarenta y tres, aludiendo a la necesidad de puertos para la isla de Lanzarote, leemos: " Llegó el inolvidable año de 1878, la sequía que se hizo general en todas las siete islas de la Provincia, en especial se presentó de una manera más terrible y desastroza en Lanzarote ( y también Fuerteventura). La sed!, el hambre!, la muerte!, se desarrollaron implacables en aquella isla. Sin agua ni víveres, Lanzarote presentaba un verdadero cuadro de espanto y desolación: Sus áridos campos cubiertos de esqueletos y huesos esparcidos procedentes del crecido número de animales que morían de hambre y sed; paralizados los trabajos rústicos y urbanos, los jornaleros envueltos en la miseria, demandaban de puerta en puerta pan y agua para sí y para sus hijos, y mientras tanto la emigración persistente, continuaba...El Ayuntamiento de Arrecife se digie de nuevo al Gobierno de la Nación solicitando remedios para tan mal...La construcción de las obras y mejora del Puerto Naos, era todo lo que se pedía en tan aciagos días y que de dar trabajo a tanto infeliz jornalero, evitaría el hambre y la emigración crónica...Sin embargo el silencio de los sepulcros fue la contenstación que obtuvo asimismo la súplica del Ayuntamiento de la capital de Lanzarote", y más adelante en el número cuarenta y cuatro, el mismo rotativo, el día dos de agostso, sobre lo mismo, el mismo articulista que firma con el pseudónimo PMR, refiriéndose a la desigualdad que por el diputado Sr. López son tratadas Fuerteventura y Lanzarote respecto a las demás islas, cuando dice: "No podemos menos de hacernos cargo aquí de las extrañas afirmaciones de este diputado, respecto a la producción agrícola de las islas que llama (curiosamente) "Islas predilectas de la Naturaleza" (Lanzarote y Fuerteventura) y cuya madre, sin embargo, tan cruelmente las trata, matándolas de hambre y de sed con sobrada frecuencia", y a continuacuón detalla los movimientos de tipo económico de cada una de las islas, haciendo especial referencia, en otro apartado del mismo periódico, al paulatino aumento que aparecen en los prductos de Aduanas, para ambas islas, producido por el rápido desarrollo con que se extendió este nuevo cultivo de la barrilla, cuyo comercio evidentemente producía píngues beneficios a ciertos sectores económicos de la isla, reflejados en la Aduana.

    El periódico de Las Palmas de Gran Canaria "La Crónica", diario de intereses generales, aludiendo a otro rotativo"El Diario de Las Palmas", en la columna "Mentiras y Verdades", replica en tono de duda lo aparecido en "El Diario", sobre ayudas recibidas por Lanzarote y Fuerteventura de manos del Sr. León y Castilo en otras épocas, y sobre ello leemos: "Si no hace memoria el olvidadizo Diario si desconoce la historia antigua de aquella desventurada isla (la de Lanzarote), una ojeada retrospectiva para el campo de los hechos bien pudiera ponerle en la pista de anteriores recientes acontecimientos para hacer un sabroso estudio comparativo; (...) inquiera los hechos de aquellos terribles años de 1878 y 1882, en que las sequías trajeron el hambre, y el hambre trajo la desesperación, y entonces verá el interés y la inmensa gestión del Sr. León y Castillo para hacer desaparecer tantas escenas de miseria y tantos cuadros de dolor. ¿Qué debe Lanzarote al Sr. León y Castillo?. Busque el Diario notas auténticas, datos legítimos, y si la sinceridad le impulsa y el espíritu de partido no le ciega, vendría a convenir con nosotros en la esterilidad desconsoladora de tantos años de mando y en la ineficacia de tan largo cautiverio. ¿Qué importan las gárrulas declaraciones de "El Diario", ni su afán de ridiculizar con imprudentes mentiras, si en la isla de Lanzarote se han derrumbado ídolos carcomidos y se han levantado nuevos altares donde ya no se quema incienso estilente del Diario?. Y en el siguiente número de "La Crónica", ya citado,, pág. 1 se lee: "En mal hora se le ha ocurrido a "El Diario" hacer colación a la isla de Lanzarote, que hasta ayer no había merecido la compasiva atención del colega, pues confundiendo hechos y errando a cada paso como los burros locos, ha venido a caer con todo el desprestigio de sacamuelas de feria". Se piden hechos ( de actuación en Lanzarote) y se pregunta "La Crónica", ¿no es verdad que durante el periodo actual ( de gestión conservadora) se ha concedido el cuarto trozo de la carretera Arrecife-Haría?. ¿No es verdad ahora se ha venido a declarar de interés general el Puerto de Arrecife?, y ¿ no se ha repuesto el Juzgado de Primera Instancia, que había sido suprimido, al igual que la Dirección de Sanidad, también reabierta? Y el Hospital Civil de reciente creación ¿a quien se debe?, no discuta el Diario garrulerías. Compare, busque fechas anteriores en su memoria y "HASTA BORRE LAS QUE SEÑALAN CON TINTA ROJA LOS AÑOS 1878 Y 1892; OLVIDE UN MOMENTO PEQUEÑECES POLÍTICAS QUE NO DEBEN EXISTIR CUANDO EL PATRIOTISTMO SE EXALTA Y EL BIEN COMÚN NOS PIDE UN PARABIEN GENEROSO (...) SALUDE LA REGENERACION POLÍTICA Y MATERIAL DE AQUELLA ISLA SITUADA EN EL EXTREMO ORIENTE (sic). Y más adelante el mismo diario (La Crónica) en la sección "Quisicosas", leemos en torno a la misma polémica, "...por que dijimos que millares de firmas habían suscrito una carta, en Lanzarote, dando las gracias al Sr. Quesada por sus trabajos a favor de aquella isla", y que para remate añade " que sea lo que fuere "El Diario" está en su razón de quejarse. Tantas caídas le han producido tenaces dolores de estómago".

    Hacia los inicios del siglo parece que la situación caótica derivada del "Decenio Calamitoso", van desapareciendo, por las mejores condiciones cilmáticas o por el nuevo interés mostrado por las Autoridades españolas a la vista de lo ocurrido con sus posesiones en el Caribe.

    "La Aurora", periódico majorero fundando en el año 1900, en crónica de Antonio María Manrique que titula "El Gran Negocio", nos informa , "que no en vano se ha escrito tanto sobre las pesquerías canario-africanas. En reciente viaje a Gran Canaria y Tenerife (...) ahora más que nunca se habla allí del asunto. Personas de alta importancia me lo han demostrado (...) en este género de empresas, entre otras el Dr.Jorge V Pérez y el Cónsul de Bélgica Dr. Allard. Todos han visto que con el desarrollo de la riqueza pública en estas dos Islas (Fuerteventura y Lanzarote, y como consecuencia de el auge de las pesquerías), han subido que es un pasmo los alquileres de las habitaciones y el precio de los mantenimientos, y que si el pescado, se vende por lo regular a una y media pesetas la libra, a dos y a veces dos y media la libra, estando como estamos tan cerca del famoso banco sahárico (sic), este puede ser objeto del más lucrativo negocio, comparable con las riquezas de Terranova. Hoy se van abriendo los ojos y mientras nos niegan nuestros gobiernos una protección que tienda al fomento y desarrollo de la pesca, ni ellos hacen nada en el sentido de aprovechar la riqueza que nos brinda este banco tan fecundo, en el extranjero bulle ya el pensamiento de aprovechar". Y añade, "islas como estas, así como La Palma, Gomera y Hierro, recargadas por los onerosos impuestos, han languidecido, sin otra alternativa para sus habitantes que el temido abandono, la emigración hacia América. Esto los sabe el Gobierno y no trata de evitarlo y sí reclamar, desde la Península, el dinero del fisco. Con semejante sistema la nación se despuebla como en tiempos pasados(...). Esto que pudiera parecer una vulgaridad, es más grave de lo que podemos imaginar, por que en un par de años, esos que huyen de los rigores de la administración nos harán falta para el cultivo de los campos. Día por día salen expediciones desde estas dedichadas islas con dirección a las más favorecidas por la Naturaleza, o con rumbo a las Américas".

    Tal vez una buena empresa de pesca pudiera proporcionarles ocupación. El banco sahárico no puede ser más fecundo y el pescado tiene buen precio aquí, como en todas partes. Lo que faltan son capitales; para hacer una buena explotación sobran aquí brazos y buenos pescadores. La barrilla y cochinilla en decadencia, ¿... por que la pesca no ha de ser un ramo superior a aquellos culvtivos?, y añade: ¿Por mi parte creo firmemente que ya en Canarias con sus tomates, sus plátanos y algunos frutos más de estimación, no hoy otra agricultura más rica que "la agricultura del mar".

    En referencia aFuerteventura, específicamente, apuntar que la problemática data desde la fatidica "Década", los archivos muncipales son testigos mudos, que hablan cuando se les investiga: En sesión pública celebrada por la municipalidad de Puerto Cabras el 20 de abril de 1883 al objeto de analizar la calamitosa crisis en cumplimiento de mandato de la diputación provincial, se llegan a una serie de acuerdos cuyo denominador común consiste en la asunción de créditos del gobierno que logren evitar la descapitalización total de los sectores de la Isla y de esta forma evitar que emigren los propietarios ganaderos, agrarios e incluso los jornaleros, dónde quedan incluídos, suponemos, los pescadores de la mar, dado que con ellos desaparecerá "la riqueza de la Isla", y así dirán el vecino Alonso y Alonso al que siguió Pérez Rodríguez, ambos defensores de la clase propietaria: "Los propietarios ... están hoy peor que la clase más pobre, tienen fincas pero nadie las compra, ni ninguno las admite como garantía de operaciones de crédito; carecen de medios de subsistencia, y dicho está que las semillas que arrojaron a la tierra en dos años consecutivos para no volverlas a ver y de yuntas que ses han muerto de hambre, o que han vendido para con el producto de la venta alimentarse algunos días. El amor a su patria y a sus intereses no les deja emigrar ...La petición formulada por muchas personas de la isla pidiendo el concurso del Gobierno para que a dicha clase facilite préstamos el Banco Hipotecario, es la expresión más gráfica del estado de desesperación en que ha pusto a estos moradores la espantosa miseria que a todos nos envuelve".

    Fernández Catañeryra, en réplica cree y considera que son las obras públicas realizadas por la administración, el único modo de frenar el espíritu especulativo a la vez que cubrirían las necesidades primarias de los sectores más depauperados y desfavorecidos, ya que raro es el pobre que no tenga un pedazo de tierra, una casa o un animal de labor, y es el trabajo su más bello ideal, al tiempo que se evita la continua emigración. Se acuerda lo útil que pudiera ser emplear créditos de quince o veinte mil pesetas en la construcción de UN MUELLE O DESEMBARCADERO en Puerto de Cabras, como obra de interés local y general de gran importancia que daría mano de obra a los que absolutamente no tienen nada, "salvo el mar y su abundante pesca, y de dónde obtendrían producto para su propio consumo y para vender o permutar por otros bienes alimencios". Es claro que sería una de las soluciones a seguir.

    Esta última gran crisis que afectó a Furteventura, decenio calamitoso, fue noticia en una serie de artículos aparecidos en las columnas de los periódicos de la época, año 1882 y ss. El Memorándum de Santa Cruz de Tenerife, insertó algunos de ellos en defensa de la decidida atención a esta Isla desventurada. El 31 de octubre de 1882 se remite a los periódicos gran canarios, por parte de 161 propietarios agrícolas de "La Cenicienta", escrito titulado "A los habitantes de Gran Canaria", en que toma cuerpo la airada repulsa por tanto abandono y tanta promesa incumplida, cuyo descontento dio origen, más tarde, al único motín de subsistencias en todo el siglo, septiembre de 1898, pero curiosamente patrocinado, no por la agitación o conflictividad campesina al modo andaluz, por ejemplo, sino que fue promovido por la burguesía agraria contraria a los impuestos de consumo, según apuntan De Páz Sánchez y Millares Cantero, en la ponencia , sobre la crisis de subsistencias durante el "Decenio", ya citada.

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  11. ¿QUIÉN FUE AÑATERVE DE GÜIMAR?

    En la terminología bélica, tan en boga en este momento, Añaterve fue un guanche traidor a su tierra durante la guerra sostenida por los aborígenes de Tenerife contra las tropas del conquistador a sueldo de los Reyes Católicos, Fernández de Lugo, llamado aún Adelantado de Canarias por cada vez menos historiadores canarios, por que algunos dicen tales "barbaridades" que hieren la base de la propia lógica aristotélica y por descontado la propia histórica.

    Durante aquella cruenta guera de conquista como norma de la época, siglo XIV y XV, el mencey (rey) Bencomo de La Orotava, fue reconocido jefe por los demás príncipes guanches del norte de Tenerife en una liga contra los castellanos y aliados canarios de Tamarán a la llegada de estos a Añaza en mayo de 1493. Sólo se negó a la defensa de su respectivo territorio el principe Añaterve de Güimar, hijo del gran Acaymo, que colaboraba y favorecía en secreto a los conquistadores, tal vez llevado por los consejos del fraile Antón, un guanche que fue aprisionado de niño en Adeje y convertido al cristianismo por los españoles para usarlo como intérprete en la difícil conquista de Tenerife.

    Pero cuando éstos fueron derrotados en Acentejo, Fernández de Lugo, (que salvó la vida por el sacrificio de otro soldado que le cambió la capa), huyó a uña de caballo por Tacoronte, pasando por el valle de Aguere donde unos guanches le arrojaron unas piedras con tal puntería que una de ellas dio en la boca del conquistador que según las crónicas perdió los dientes, los hispanos quedaron desconcertados sin saber que hacer. De esta guisa llegó Lugo al campamento de Añazo donde, poco después, fue atacado por el guanche Tayneto con 400 hombres, pero logró escapar. Más tarde llegaron Añaterve, junto con otros güimareros para ayudar a los castellanos a los que ofrecieron leche de cabra y otras viandas, pero que según estudiosos sorprendió mucho a éstos que no lograban entender tal acto de caridad en un momento de clara derrota para ellos.

    Repuesto Fernández de Lugo y a la vista del fracaso en Acentejo, ideó engañar a Añaterve y a los suyos, invitándole a visitar una de las naves surtas en la rada de Añazo (Santa Cruz de Tenerife), y una vez allí con varios aborígenes a bordo, partió inesperadamente hacia Canaria, el 8 de junio, donde estos confiados guanches fueron vendidos como esclavos. Pobres desgraciados que no habían cometido otro delito que el tremendo error de haber ayudado a los españoles en la empresa conquistadora contra sus hermanos de raza en esta Isla de Echeide, tras cien años en intentos conocidos de conquista fracasados, contados a raíz del dominio sobre Lanzarote en 1402

    Lo anterior se ignora, si bien se intuye. ¿Y este era un pueblo con cultura neolítica, como indican ciertos historiadores canarios? Realmente suponemos que no y su entereza e infraestructura defensiva así lo prueban.

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  12. CANARIAS. POBLAMIENTO ANTERIOR



    Introducción Geográfica y ambiental.



    Las Islas Canarias conforman una más de las comunidades que, con gobierno e instituciones propias, integran el territorio nacional español.

    Geográficamente constituyen un archipiélago de siete islas más otro siete pequeños, salvo la isla de La Graciosa, situado en las proximidades de la costa oriental del continente africano, a sólo cien kilómetros del lugar más próximo. Son desde el punto de vista geológico de formación volcánica y montañosa con abrupta orografía hasta el extremo de ser considerada una de ellas La Palma como la isla de mayor volumen del mundo si la relacionamos con su perímetro, o La Gomera de los más intrincados barrancos para su relativa pequeña superficie. En la de Tenerife se encuentra la elevación geográfica más prominente del Archipiélago y de su entorno africano: El Teide, salvo el monte Toubkal en el Atlas marroquí que le sobrepasa en unos trescientos metros de altitud.

    Existen teorías académicas que consideran su formación geológica como la prolongación submarina de la cordillera terciaria del Atlas magrebí, y que sus formaciones más elevadas serían las mismas islas e islotes próximos –incluidas las Salvajes de soberanía portuguesa-, consecuencia posiblemente del hundimiento geográfico que tuvo lugar durante la misma formación del conjunto montañoso durante el periodo alpino para la configuración de esta parte del planeta. Otra teoría defendida por otros estudiosos, contradictoria a la anterior, considerando no existe clara identidad estructural y mineralógica entre ambos conjuntos territoriales extensivo a sus rocas sedimentarias.

    El relieve de cada isla es abrupto y en declive constante hacia el mar, excepción hecha para Lanzarote y Fuerte ventura que es menos acusado, tal vez por ser la continuidad lógica del mismo desierto sahariano próximo. Dicho relieve está producido como consecuencia de las convulsiones geológicas y vulcanológicas a lo largo de cronologías remotas y diferentes, resultando aquella orografía profunda con huellas implícita en el paisaje isleño con gran atractivo y belleza. Destacamos Taburiente – Las Angustias en La Palma, profundos e intrincados barrancos en el norte de Gran Canaria, Garajonay en La Gomera, depresión del Valle del Golfo en El Hierro, Teide –Cañadas en Tenerife, riscales de Tejeda, y otros que constituyen una agreste geografía para un territorio de sólo 7,5 mil kilómetros cuadrados en total.

    La condición de territorio fronterizo con la vecina costa africana, es otro rasgo geográfico que caracteriza estas islas, determinado por la posición en el extremo noroccidental del continente, con lo cual se nos relaciona no sólo geográficamente por la poca distancia que nos separa por mar, como se apuntó, sino por el origen común biológico, no sólo en cuanto a flora, fauna, sino en el origen común de la vida humana, por dicha relación antropológicamente demostrada, incluido en lo cultural, hasta la llegada de los primeros visitantes y posteriores conquistadores o colonizadores europeos.

    Salvada la escasa distancia del brazo de mar que nos separa del territorio occidental africano, nuestra vinculación desde el punto de vista geográfico es palpable y testimonial como apunta Morales Matos en el capítulo uno de la Geografía de Canarias GC-93, Es difícil encontrar en el mundo un territorio insular que se haya sustraído tanto a la enorme presencia de un continente tan próximo. Añade que “ si estuviéramos situados a la misma distancia pero más al norte, próximo a las grandes ciudades marroquíes o al sur en la zona más tropical, nuestro vínculo africano hubiese sido de distinto signo. Al estar situado este Archipiélago en la bocana atlántica del hoy desolador desierto sahariano nos ha aislado secularmente de nuestro continente”. Añade para más contradicción a lo expuesto que sólo nos une a África el aspecto topográfico, pues ni siquiera en la génesis geológica de nuestro espacio insular somos “deudores” del continente natural, pues una profunda fosa se interpone entre ambos conjuntos demostrando que no somos continuación de la cordillera alpina del Atlas, tal como llegaron a suponer algunos estudiosos. No obstante si se ha de considerar, desde el punto de vista poblacional remoto, el hecho de la presencia desoladora del próximo Sahara que obligaría a los pueblos asentados en sus orillas a tratar de llegar a las verdes islas situadas frente a ellos y de esta forma consolidar un acercamiento que Morales Matos niega.

    Son embargo, la fosa existente no es suficiente profunda para desvincular la supuesta prolongación geológica de la cordillera marroquí hasta estas Islas y su posible hundimiento durante el periodo de formación alpino del terciario. Para el geógrafo alemán Wegener las islas debían considerarse fragmentos desprendidos de los bordes continentales, al modo de los témpanos árticos, teoría negada por otros que sólo consideran a Lanzarote y a Fuerte ventura como de claro origen africano.

    Es el origen volcánico el que más adeptos tiene y la llamada teoría del “punto caliente” por la que las islas y cada una de ellas fue desplazada desde África hacia occidente junto con el fondo oceánico que las sustenta. De ahí que Lanzarote sea la más antigua en la formación geológica mientras El Hierro, la más occidental, la considerada de formación más reciente.

    No obstante, a tan poca distancia geológica de la plataforma africana y de un macizo montañoso como el Atlas, es arriesgado afirmar por ahora que estas islas constituyen una independencia orográfica, en su formación originaria, de aquel continente.

    La posición de nuestro geógrafo canario Alfonso Pérez en su Geografía Canaria, Edición Interinsular, 1983, es suficientemente explicativa. Considera este profesor universitario que las islas son grandes estructuras volcánicas – de lo que no hay duda –y formadas a su vez en las primeras fases de separación de los bloques continentales, es decir en las etapas iniciales de apertura del Océano Atlántico, hace unos 180 millones de años, a cuyo proceso siguió la intensa actividad volcánica muy posterior desde hace unos 30 millones de años, con resultado de las plataformas submarinas en íntima relación geológica con la placa africana continental próxima acabando por emerger y dando lugar a las islas que hoy existen.

    Es igualmente significativo que el macizo de Las Cañadas con su pico Teide – de clara formación volcánica reciente –se halle en la misma línea y relativamente a poca distancia geográfica de los altos montes nevados del Gran Atlas marroquí, frente a Agadir, zona de actividad sísmica como ocurre en Canarias, y pretender que ambas formaciones no guarden relación geológica. Esta unidad geográfica no puede ponerse en duda hasta hoy. En lo que se refiere a vegetación, flora, y polinología estudiada en el desierto africano próximo, tampoco. La laurisilva de los montes canarios en especial La Palma- Garafía, La Gomera –Garajonay y Norte de Gran Canaria en épocas relativamente recientes, es concomitante con la aún existente en las estribaciones de los montes marroquíes del Atlas.

    En otro orden más mítico, jamás relacionaríamos en buena lógica geográfica la formación del Archipiélago con el hundimiento de la Atlántica que nos anuncia Platón, con poco fundamento real, toda vez que si aplicamos alguna fórmula científica de datación arqueológica a cualquier lugar pétreo o fósil del litoral marino en Canarias, fuera de la influencia marina actual, hallaremos dataciones cronológicas de vulcanismo relativamente reciente, en las basálticas a dataciones millonarias, quedando desvirtuada tal teoría platónica, y nunca mejor dicho. La supuesta cultura que nos habla Platón no puede ser superior a cuatro cinco mil años y difícilmente pudieron ser testigos de aquel cataclismo. Se refiere seguramente a fuertes erupciones volcánicas acompañadas de fuertes terremotos a las que sí nos tiene acostumbrados la historia del vulcanismo antiguo y reciente en estas Islas, Teide, Garachico, Timanfaya, Chichero, San Juan, Teneguía, y que sí pudieron haber sepultado o realmente hundido el territorio de algún enclave poblado o emporio mercantil de estas mismas islas, (Platón se refiere tal vez a islas en el propio Mediterráneo), motivando la huida de los colonizadores hacia otros lugares, quedando abandonados los aborígenes o atlantes.

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  13. MONJES, GUANCHES Y VINO



    MIGUEL LEAL CRUZ







    Tal como apuntábamos en el artículo publicado en Diario de Avisos de Tenerife, el lunes, 7 diciembre de 1998, como tantas otras personas interesadas en nuestra no suficientemente conocida reciente historia, a la presentación de libro “La Vid y el Vino en Tenerife en la primera mitad del siglo XVI”. Presentación llevada a cabo tras magnífico acto en el salón de plenos del consistorio lagunero y al que nos tiene acostumbrados el Sr. Castañeda, concejal de Cultura, a la sazón, del Ayuntamiento de La Laguna.

    Esta obra editada, como tantas otras del mismo género, por el Instituto de Estudios Canarios, se enmarca dentro de la colección de trabajos publicados con motivo del quinto aniversario de la fundación de la Ciudad de San Cristóbal (como Aguere ya figuraba en la organización aborigen). Tras la fundación, precisamente pocos años después, tendría lugar el inicio del trasiego vitivinícola tan importante para la economía de Tenerife, principal argumento de libro.

    Esta magnífica publicación, en especial para los que amamos nuestra historia con sus nefastos avatares incluidos, se basa en la tesis del doctor Martínez Galindo bajo dirección dela experta paleógrafa Doña Manuela Marrero, cuyo acto fue presentado por el que fuera director de la Real Academia de la Historia, nuestro insigne paisano y prolífero autor y excelso investigador de nuestra historia: D. Antonio Rumeu de Armas. Constituye una investigación exhaustiva en torno a los orígenes del cultivo de la vid, así como los sistemas de producción y comercio del vino en Tenerife y desde Tenerife, durante estos primeros años del siglo de la colonización, tras reciente conquista de la isla. Analiza el posterior desarrollo de esta actividad económica tan fundamental hasta constituirse en la más pujante económicamente de todo el archipiélago hasta los albores del siglo XIX.

    Pero sí constatamos y echamos en falta que en ningún momento del acto, ni tan siquiera por el autor, se aludiera a la población aborigen que pervivió a la conquista, numerosa para la época, y que quedaba englobada en las estructuras socioeconómicas y culturales, producto de la nueva administración que ponían en práctica los colonizadores españoles.

    Consideramos a la vista de lo conocido, investigado, publicado o declarado, sobre esta controvertida etapa de nuestra historia, que ya existían cepas de vid que explotaba la sociedad aborigen guanche, traídas y sembradas por monjes desde más de un siglo antes... ¿O es qué no se precisaba el vino para los actos litúrgicos, para uno de los mas relevantes: la consagración?

    Cómo podemos negar otro de sus usos fundamentales, en aquella época más que nunca, como necesario complemento alimenticio y culinario. Los muchos años de relación, entre islas de señorío, las primeras conquistadas desde principios de la centuria anterior: Lanzarote, Fuerteventura, Hierro o Gomera, con las restantes aún pobladas por aborígenes hasta fines del siglo XV, nos conducen, inexorablemente, a estas conclusiones por la probada existencia de relaciones, por largos periodos de paz, entre todas ellas.

    Son muchos años de contactos desde el siglo XIV y todo el XV, hasta 1497, en que se inician los repartimientos y las datas para adentrarnos en el periodo estudiado por el libro citado.

    Entre los intercambios llevados a cabo sin dinero, trueques, de resina de pino, madera, animales domésticos y otros, existían cepas de vid para cultivo (como antes se obtuvo trigo, centeno, o esquejes de higueras, manzanos...). El vino es tan antiguo como el dios Baco, para añadir que en Gran Canaria llegó a existir riego canalizado para la agricultura aborigen muchos años antes de la conquista, probado fehacientemente.

    ¿Por qué eludimos, sin la más mínima mención a aquellos valientes antepasados, ancestros de los que la gran mayoría de canarios (hasta 1930 sobre todo) procedemos por la regla inexorable de la genética, ya que los conquistadores o colonizadores después eran relativamente pocos y los aborígenes eran relativamente muchos. Wölfel y otros científicos así lo investigaron, y el propio presentador de la obra en su “Política Indigenista de los Reyes Católicos” o igualmente la doctora Marrero en sus “tratados” sobre esclavitud en Tenerife.

    El guanche de Tenerife, que hasta Lope de Vega dedicó una de sus piezas teatrales, sumiso, integrado o adaptado, fue necesario como mano de obra para, entre otras actividades, cultivar y recolectar la vid tan extendida en los que antes eran sus campos de pastoreo en los altos de La Laguna, Tacoronte, El Sauzal... Posiblemente en el texto de tan inmenso contenido, que no he leído todo aún, se haga alusión pormenorizada a:

    1.-Los guanches supervivientes en Tenerife tras la conquista, constituyen un número muy elevado comparativamente a los colonizadores.

    2.-La importante aportación como mano de obra libre o esclava.

    3.-Hubo repartimientos a guanches ilustres, amigos de los castellanos.

    4.-Los esclavos negros, precisos para los ingenios de caña, fueron precisos ante el aumento de la población y la diversificación de nuevos cultivos.

    5.-Al mayor potencial numérico de los habitantes autóctonos habría que sumarle los traídos desde las islas anteriormente conquistadas, todas las demás, exceptuando la Palma recién conquistada, y ya integrados en el nuevo status socio económico y cultural.

    Los colonizadores y nuevos pobladores, casi todos andaluces a decir del Dr. Rumeu de Armas, tienen que compaginar el asentamiento en estas islas con la demanda que producen las nuevas colonias conquistadas en América, amplias tierras que precisan urgente y necesario poblamiento en pugna con el de estas islas que sentirán el efecto de la llamada de América.

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  14. ¿CÓMO VESTÍAN LOS GUANCHES?

    Se pretende crear cánones fijos para definir la vestimenta que usaban nuestros antepasados, para así caer en el conocido tópico de afirmar que sólo usaban los llamados tamarcos de cuero, más o menos pulido, de ovejas o cabras, como prenda más habitual.

    Y claro, si nos acercamos a Candelaria y a la Plaza de la Patrona del Archipiélago, nos encontraremos con diferentes representaciones de la "nobleza" guanche, en magníficas estructuras esculturales en bronce, obra del gran artista en el género, Pepe Abad, personaje de renombrado prestigio pero con poca historia en su haber, puesto que aquellos ancestros no eran tan perfectos ni tan musculosos, salvo que el artista se inspirara en Praxiteles o Miguel Angel.

    Pero, al igual que otra mágnifica escultura de Tinguaro, sito en la Avda. de los Menceyes junto al Museo de las Ciencias, o el del Lance en Icod el Alto, ésta sin vestido alguno, entre otras representaciones insulares, todos ellos aparecen con una vestimenta muy primitiva: los citados tamarcos, apreciándose cueros curtidos de cabra, lana o de otros, en jirones, y con un aspecto poco presentable como si se nos hiciera entender o un salvajismo extremo o un particular bucolismo como parodia del "buen salvaje", difícil de entener en estas islas de escala y aprovisionamiento obligado desde siempre y, por tanto, muy frecuentadas por portadores de variadas culturas, citando, preferentemente, la mediterránea desde antes de la Era Cristiana o la bereber próxima, presente antes o después del Islamismo, entre otras.

    Por todo ello hemos de acudir a la Historia, al entorno y a su relación con las poblaciones aborígenes, así como al paralelismo cultural o de coincidencia con los pueblos con los que mantenían contactos frecuentes. Así lo fue con Juba de Mauritania (siglo I AC), más tarde genoveses, mallorquines, bretones o castellanos, con quienes están probados los intercambios comerciales hasta fines del siglo XV.

    En cuanto al entorno cultural, sabemos de notables imperios en las próximas costas de Africa, Niger, Ghana, que frecuentarían estas islas muy abundantes en aguas y recursos.

    Igualmente lo harían los marineros, comerciantes o pescadores de zonas del Oeste Ibérico (tartesos), Bretaña, Inglaterra y países del Báltico ( los famosos vikingos) entre otros sin descartar los navíos comerciales de la Hansa germánica, pueblos que desde épocas en torno a la caída del imperio romano por invasiones nórdicas, visitarían estas islas en virtud de diferentes motivaciones: tempestades, aventuras, pesca, comercio, búsqueda de nuevas tierras de asiento, huídas por enfrentamientos tribales, persecuciones religiosas, culturales, étnicas, por expediciones de monjes, captura de esclavos y de otro tipo, que alcanzarían estas islas, donde "por las buenas o por las malas", decidirían su ocupación parcial en principio independizados de los nativos aunque bajo la constante presión de los mismos.

    En esta relación más o menos cordial, los aborígenes adoptarían la superior cultura de los visitantes, entre ellas la vestimenta por razones obvias. Por tanto es absurdo vestir, por sistema, a los guanches de esa guisa tan poco presentable, cuando lo cierto es que, insistimos, por compra, sustracción, hallazgo, conquista u otros motivos, adoptarían, al menos, las ropas que usaban aquellos de cultura, considerada en principio, superior. Esto es lo normal y de sentido común. Lo otro es ganas de menoscabar la capacidad de un pueblo que combatió durante siglos, no sólo a los normandos o castellanos por cien años, sino a aquellos otros pueblos con los que se relacionaba desde mucho antes, y con los que intercambió dicha cultura, el comercio y cualquier otra relación social del momento.

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  15. RESEÑAS PARA UNA NEFASTA HISTORIA

    El tránsito de una etapa histórica a otra, no siempre coincidente en la interpretación de los historiadores en cuanto al cambio en las estructuras socioeconómicas, ideológicas o culturales en suma, no se producen de forma brusca y nunca constituye una transformación totalmente diferente. Esto nos conduce a la diatriba sostenida por diferentes historiadores de estas Islas, en cuanto al momento en que se produce la contemporaneidad canaria, clara para Francia en su Revolución y para España en el dos de mayo por la lucha contra el invasor francés, en el año 1808.

    En la segunda mitad del siglo XVIII, nuevas ideas procedentes de la ilustración francesa, que se consolidan a partir de 1789, conducen a la necesidad de cambios estructurales en la sociedad del acuñado Antiguo Régimen, que a través de minorías selectas, también tienen su efecto en la sociedad canaria. Las propias características de la sociedad isleña estrechamente vinculada con elites económicas y culturales del exterior, especialmente con Inglaterra y Norteamérica, favorecieron la penetración de estos nuevos pensamientos a través de las principales ciudades portuarias y por la vía del intenso comercio de gran actividad hacia el exterior ilustrado.

    Nuestras islas sufren el tránsito a la llamada contemporaneidad con apenas cambios notables respecto a la sociedad anterior, salvada la minoría ilustrada, o la burguesía agraria y comercial, acotadas en su status clasista propio de los estamentos aún vigentes. Durante el periodo se prolonga el régimen demográfico propio del antiguo régimen, con las conocidas tasas elevadas en nacimientos e igualmente en defunciones, si bien de forma lenta, y producto de los progresos de la Ilustración, se reduce la mortalidad catastrófica de épocas anteriores. No obstante, el Archipiélago sufrirá durante la mayor parte del siglo XIX, nuevas hambrunas y brotes epidémicos de consecuencias nefastas, como la fiebre amarilla de 1810 que afectó especialmente a Santa Cruz de Tenerife, al año siguiente la misma epidemia causa en Gran Canaria horrorosos estragos, otras en 184l y 1846 nueva fiebre amarilla en Tenerife que pasa a Las Palmas al siguiente año, como si el jinete apocalíptico tuviera su macabro itinerario ambulante entre ambas islas; pero que a veces lo era tan grave en otras, especialmente Fuerteventura, obligadas a emigrar a Las Palmas y a Tenerife, sumándose a la catástrofe, como la ocurrida en el bienio 1846-47, en que por hambre desoladora, perecen en Gran Canaria más de 30.000 personas, muchas de otras islas congregadas allí. Cíclicamente y por un periodo de 10 años, sucumben en Las Palmas unas 6000 víctimas y exactamente en 1862, la fiebre amarilla arrebata numerosas vidas en Santa Cruz de Tenerife, en triste destino como puerto receptor de virus foráneos en su intenso tráfico marítimo.

    La sociedad canaria continúa en su configuración de mayoría agraria, asalariados, jornaleros, criados, y en un escalón superior medianeros y pequeños terratenientes, en íntima conexión con la gran burguesía agraria y mercantil. Los procesos desamortizadores, más que crear una distribución más justa y equitativa, incrementó la gran propiedad de los herederos del anterior sistema, puesto que eran los detentadores de los capitales, recursos e influencias de todo tipo, "los que de antiguos nobles o burgueses pasan a ser los caciques de hoy ", acentuando más, si cabe, la precaria situación de los más desafortunados : los pequeños campesinos y los asalariados sin tierra, que no les quedaba otra solución que emigrar.

    En este orden de circunstancias se halla el "pleito insular", creado por intereses políticos, comerciales y por que no culturales, en manos de los más poderosos sin que el pueblo llano mayoritario tuviera apenas intervención. La Constitución de Cádiz, de las más progresistas del mundo en aquel momento, decretó la abolición de señoríos que aún perduraban en Fuerteventura y otras islas e Instituciones, establece una nueva organización administrativa, que incentivó aún más lo que ha venido en llamarse pleito insular, que igualmente afecta a otros Archipiélagos. Ello produce un enfrentamiento "in crescendo" en las dos islas centrales, imposibilitando un entendimiento común entre las fuerzas políticas de Canarias, frente a los poderes nacionales radicados en la capital del Reino. Resulta en suma perjudicados la mayoría del pueblo llano del Archipiélago, por el retraso en infraestructuras y otros medios necesarios para el mejor desarrollo económico, siempre a remolque de lo que Madrid decidiera, siendo así especialmente perjudicada la Isla de Fuerteventura, objeto principal del tema a exponer.

    Esta lucha entre las dos islas, Gran Canaria y Tenerife, puesto que las restantes apenas tenían protagonismo alguno, se desarrolla en tres etapas bien diferenciadas que son: la lucha por la capitalidad, adjudicada en principio a Santa Cruz de Tenerife; una segunda etapa divisionista hasta l873, en que por el Gobierno de la Primera República, se ensaya sin éxito una Constitución Federal, y una tercera fase con el gran estratega gran canario Fernando León y Castillo, que logra una gran hegemonía comercial en Gran Canaria, a través del gran puerto de su creación como político en Madrid, pero que fue el paso previo para la división provincial.

    En lo que se refiere a las estructuras socio-económicas en este tránsito canario hacia la contemporaneidad, apenas se aprecia variación entre el último tercio del siglo precedente hasta las primeras décadas del XIX, con un esquema productivo similar al anterior. La crisis del vino parcialmente superada con la aparición del mercado norteamericano, especialmente en torno a las exportaciones desde Tenerife, que es complementado con la demanda interna e interinsular.

    Aparece un nuevo producto en torno a 1825, previos los experimentos para su aclimatación en las zonas rurales de las islas: la cochinilla, que sufre una etapa de fiebre productiva para decaer precipitadamente como consecuencia de la aparición de productos químicos colorantes, que ocasionaron la depreciación paulatina de la grana, desembocando finalmente en una crisis socioeconómica de enormes proporciones, que como siempre se hace uso de "la válvula de escape": la emigración a América y con preferencia a Cuba.

    Aparece en Fuerteventura - y Lanzarote -, en torno al periodo que analizamos y en el tránsito del siglo ilustrado, un relevante fenómeno que supuso el acceso de ambas islas al mercado exterior con un nuevo producto denominado barrilla, una especie de alga con gran concentración de líquido salitroso del que elaborado industrialmente produce la sosa o sodio cáustico. Su exportación masiva produce píngües beneficios a todas las islas, especialmente a Fuerteventura - y a Lanzarote -, cuyas cifras hacia 1829 son sobradamente significativos. Y, a medida que avanza el siglo, la demanda de barrilla isleña para la fabricación de sosas, especialmente desde Inglaterra, continua imparable, cuyos datos, favorables para la economía isleña, recoge José Valentín Zufiría y José Joaquín Monteverde en "La Guía de las Islas Canarias para el año 1840".

    La primera mitad de este siglo XIX, si bien había ofrecido con antelación panoramas realmente dramáticos, con la fuerte depresión de 1832 y 1846, conoció el fugaz periodo bonancible que condujo a las condiciones favorables para un relativo crecimiento, especialmente para Fuerteventura - y Lanzarote -, y para sus puertos, Cabras y Arrecife, puertos de la barrilla. Cuando este cultivo dominante perdió eficacia por los avances químicos, su paulatina depreciación volvió a afectar a ambas islas orientales, que tornó a depender económicamente de las bruscas oscilaciones propias de su secular agricultura cerealera. La pérdida de este mercado exterior, unido a los males crónicos en sus estructuras, con persistentes sequías, es a la postre la grana la que sirvió de esperanzadora panacea para los sufridos habitantes majoreros en torno a la mitad del siglo.

    El condicionante climatológico que por siempre afecta a estas dos islas apenas afectó en esta nueva coyuntura, puesto que el novísimo recurso productivo, la grana o cochinilla, se adaptaba perfectamente a los regímenes de pocas lluvias, y su producción abrió nuevamente los puertos al comercio exterior.

    Para su embarque en magnífica demanda los buques extranjeros recalaban en los puertos canarios, para realizar el trato directo, siendo las más de las veces a través de empresas especuladoras radicadas en Santa Cruz de Tenerife o en Las Palmas de Gran Canaria, intermediarias del campesino.

    También a la grana le llegó su crisis, cíclica para todos los productos de oferta que la economía canaria ha puesto en circulación desde más de tres siglos antes, y siempre con demanda casi exclusivamente extranjera. El crack de la grama actuó a su vez como factor desencadenante y agravante de los acontecimientos que siguieron: nuevas y pertinaces sequías y consecuentemente exiguas cosechas que producían nuevas calamidades de ingrato recuerdo para los majoreros, por las paralelas crisis de subsistencia, ahora en plena segunda mitad del siglo XIX, cuando Europa gozaba de los beneficios de la Revolución Industrial.

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  16. DE CUANDO FRANCO VISITÓ CANARIAS

    Sin pretender analizar un posible paralelismo ideológico y de actuación entre posturas actuales, respecto a otras anteriores, que lleva a cabo el Partido Popular a través de sus máximos representantes coordinados por el presidente Aznar, y del que no es ajena la prédica de su representante en estas islas, ex asesor económico del Partido Socialista Obrero y español: José Manuel Soria; con este pretexto, rememoramos una semblanza de sus antepasados ideológicos, cuando, a la vera de su jefe de entonces, el General Franco Bahamonde, se dignaban visitar estas Islas bajo máximas medidas de seguridad y como propaganda colonial para el régimen. Sólo nos alberga la duda, respecto a éstos, que consideramos neo - franquistas, y es saber si Soria votó a favor de la Constitución vigente, puesto que Aznar voto NO, en el referéndum llevado a cabo al efecto. Al menos hizo propaganda electoral en este sentido. ¡Inaudito!

    La apretada visita oficial que el General Franco efectuó a estas Islas Canarias a fines de 1950, siendo a la sazón Jefe del Estado, es causa y pretexto para exponer, a través de sus propios discursos y comentarios, las vicisitudes por las que pasaban nuestras Islas, prácticamente desde siempre; no obstante, tomaremos la referencia alusiva a la que fue gran vinculación con nuestras vecinas costas africanas, de las que a pesar de hallarse separadas por el brazo de mar de unos cien kilómetros, es, precisamente, ese mar con su producción pesquera, la que a su vez las une a las demás islas hermanas. Por descontado, también, a nuestros vecinos los saharauis cuyo territorio, hoy, se halla anexionado a Marruecos pendiente de un referéndum, con tintes de manipulación, bajo la clara actitud de ambigüedad mostrada por los representantes estatales, del citado partido político.

    Las relaciones socioeconómicas y políticas entre aquellas colonias, que se llamaron África Occidental Española, Sahara y Sidi Ifni, con nuestras islas y en torno a la llegada de Franco, entre los días 20 y 29 de octubre de aquel año, eran lo suficientemente sólidas para no precisar de explicación alguna. Auténticos lazos de amistad y hermanamiento que se pierden en lo remoto de los tiempos. El General Franco así lo confirma en Villa Cisneros cuando dice: "Esto no es para nosotros un territorio no muy excesivamente productivo -en aquellos momentos-, sino la espalda de las Islas Canarias sin la que aquellas islas no podrían vivir. El banco pesquero de estas costas es un banco CANARIO-SAHARIANO", (cuando hoy ya no podemos acceder ni pagando). Menos mal que Franco se equivocó en sus presagios respecto a otra actividad entonces desconocida: el turismo.

    El periódico "Falange" de Las Palmas publicaba el domingo día 22 de octubre, con gran alarde de titulares, la llegada del Caudillo de España a Canarias procedente de Villa Cisneros la capital del antiguo Sahara Español, donde había permanecido unos días visitando los enclaves más importantes de lo que por aquellas fechas eran "posesiones españolas en África". Se editaban parte de los discursos pronunciados por el Jefe del Estado, ante gran auditorio de los que extraemos: "Hemos recorrido en estos días, de norte a sur, nuestras posesiones africanas, de injusto reparto en los acuerdos internacionales, en esta costilla del noroeste africano, de las que al partirlas por un lado nos dieron el hueso y por otro el pellejo -grandes aplausos". Y añade "que nadie puede negar que el pueblo español es un pueblo colonizador. Podemos asegurar que es un pueblo que hace milagros... Aquí se enfrenta a los problemas de Sahara y Sidi Ifni, dándoles solución. Villa Cisneros, no es un pueblo, es una villa creada por el esfuerzo de españoles -y de canarios-. Es la retaguardia del Archipiélago Canario, necesario para su misma subsistencia y seguridad".

    Se pierde en los muchos años de historia la época en que los pescadores canarios venían aquí a comerciar y a vender sus productos a los naturales del país; el banco de pesca de estas costas es también canario, cuyo derecho de posesión fue reconocido a España a través de los tiempos, y porque en el año de 1867 los sultanes marroquís reconocieron a España el derecho a poseer territorios a la espalda de Canarias en tierras africanas.

    Corrobora este discurso de Franco aquello que pretendemos, cuál es la vinculación permanente con aquellas costas del vecino continente, hoy en litigio, que retrotraemos a épocas remotísimas en que ya efectuaban pesquerías los zenatas, fenicios, cartagineses o romanos. El banco pesquero canario-sahariano servía de atractivo para diferentes pueblos del Mediterráneo, por su riqueza pesquera. En las primeras décadas del siglo XV, se constata la presencia de andaluces, portugueses e incluso gentes procedentes del Cantábrico, según A. Rumeo de Armas. Son los RRCC. Los que aprecian la nueva fuente de riqueza, necesaria para las arcas de la Hacienda, declarando la pesca africano-canaria, como de monopolio para La Corona. Más tarde fue producto sumamente importante para el suministro y aprovisionamiento de buques con destino a las posesiones de América, con escala obligada en estas nuestras Islas.

    A mediados del siglo XVIII se instala en la factoría de Mar Pequeña -enclave español en África- un marino escocés, George Glas, quien calificó la riqueza de la pesca en estos caladeros como "the best in the universe". Escribió un libro sobre Canarias, en gran parte dedicado a sus experiencias pesqueras, en el que analiza meticulosamente el sistema que siguen los veleros para aprovechar el viento o como arribar a los distintos puertos en Lanzarote, Fuerteventura e incluso en La Palma. Analizó el tratamiento y venta del pescado obtenido en su factoría de la costa Sahariana, siempre con tripulaciones isleñas.

    Es por todo ello incomprensible para muchos canarios, hoy, más de 20 años después, el abandono del territorio por parte de la Administración Española sin contraprestación pactual a cambio que reportase algún beneficio para estas islas, máxime siendo, como se ha dicho reiteradamente, la garantía de la retaguardia fáctica y económica de Canarias, "sin las que las islas no podrían vivir" según palabras del propio Franco. Máxime cuando, las mejores factorías del Mundo se hallaban en el Sahara, a decir del conocedor Pérez del Toro, las que se han conservado gracias a los hijos de "las leales Islas Canarias". Esta presencia y ocupación, constante en el tiempo, la confirma el colaborador periodístico, Alonso - Lamberti en el "Diario de Las Palmas", días 10 y 17 de abril de 1995, cuando dice: "España tiene necesidad de pescar en las costas que por derecho histórico le han pertenecido y ha usado en lo que hoy es Marruecos, pero que a su vez usa el territorio español para "pasar" sus productos pesqueros a Europa. La UE ayuda a este país en copiosos recursos. España ayudó a construir el puerto de Agadir, en grave perjuicio de los canarios. Se pregunta el articulista, si España llegó a cobrar, o no. Pero es más, el único título que tiene Marruecos sobre el territorio ex-español, es, según el mismo, el de invasor, masacrador y contrario a la Historia, la verdad y la ética, confirmados en la resolución favorable del Tribunal de La Haya, a lo que el Rey alauita hizo burla, enviando la Marcha Verde". ¡Cuidado, y que la administración española no tenga pronto otra sobre Perejil, Alborán, Vélez de la Gomera, Ceuta o Melilla! ¿Canarias?

    Pero, añadimos: "la implantación marroquí al sur del Anti-Atlas, ocupado desde siempre por zenatas, bereberes, en plena relación con estas islas, tuvo sólo lugar parcialmente a raíz del año 1934, y con la ayuda de fuerzas españolss y francesas. Al sur del río Sus, sólo estaba habitado por tribus feroces y salvajes, por tanto, sin ocupación efectiva, y sí es seguro que muy frecuentado por pescadores canarios o andaluces. La copiosa documentación presentada por España ante el Tribunal de La Haya así lo corrobora. Es, por tanto, injusta y poco ajustado a derecho internacional la actitud mostrada por Marruecos respecto al banco pesquero y su explotación por canarios en estos momentos". Pero, ¿fue otro error acumulado, más, de la diplomacia llevada a cabo por la Administración Española para estas islas y con África? ¿Por qué no se exigió garantía de pesca para estas islas, por un tiempo determinado, antes de la entrega del Sahara para la supuesta administración marroquí?

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  17. UN GRAN PRÓCER CANARIO: SECUNDINO DELGADO RODRÍGUEZ

    Por Miguel Leal Cruz

    Las recientes declaraciones que el polifacético tinerfeño Ángel Isidro Guimerá ha efectuado recientemente en una entrevista para este mismo rotativo lanzaroteño, en torno a la figura de Secundino Delgado y la enseña canaria más aceptada desde todos los tiempos, como conocedor de ciertos procesos históricos a más de defensor de nuestro nacionalismo (en el que milito), nos dan pábulo y argumento para efectuar una semblanza de dicha figura. Es natural que experimentemos cierta desilusión hacia la persona del considerado amigo e integrante, como independiente, del Partido Nacionalista Canario histórico por estas declaraciones hechas tal vez con precipitación. Por que ¿Alguien sensato reniega de figuras trascendentales del pasado, precisos y necesarios para la lucha ideológica en la obtención de un espacio político? Hasta Manuel Hermoso defendió su postura y escribió sobre el mismo Secundino Delgado en el periódico El Día de Tenerife.

    Por que es claro que uno de los más preclaros próceres defensores del nacionalismo canario, con enorme protagonismo en Cuba es, sin duda, Secundino Delgado Rodríguez.

    Ninguna institución cultural de nuestras islas podrá obviar la figura de este otro de los canarios que se formaron en América y desde la que lucharon por los ideales que consideraban más apropiadas para sus islas africanas y tan malamente administradas por España y su viejo entramado colonial.

    Desde los inicios del siglo XX, canarios residentes en América que captaban la opresión caciquil del sistema social imperante en estas Islas, pensaban la viabilidad de un Estado canario independiente de España, al igual que los, por aquellos momentos, emancipados de Cuba, Puerto Rico o Filipinas. En 1924 se constituyó en La Habana el Partido Nacionalista Canario, que no tuvo gran aceptación, por falta de verdadero conocimiento a lo que sumamos la presión contraria de la prensa, en las propias Islas Canarias ni en su política partidista de ámbito español, si bien constituyó un referente histórico que ha encauzado ideales nacionalistas.

    Nació Secundino Delgado en la calle San Lucas de Santa Cruz de Tenerife, en 1867, aunque viviera mucho tiempo en el pueblo de Arafo. Marchó a Cuba muy joven, como tantos otros canarios de su época, buscando mejores condiciones de vida, que como a tantos canarios les era negada en su propia tierra, consecuencia de la referida formulación caciquil y demás fórmulas represivas imperantes. Allí entrará en contacto con revolucionarios cubanos y canarios unidos por un mismo ideal en torno a la libertad de aquella isla antillana con problemática similar.

    Luchó toda su vida, a través de los ideales del progresismo y de la independencia nacional que adquirió en Cuba, por su pueblo canario con el objeto de que despertara de aquel largo letargo de injusticias que le obligaban a emigrar o a malvivir en aquella sociedad injusta y clasista en la que disponían de la renta un 3% de sus habitantes frente a la mayoría del resto.

    Sin embargo, más tarde, como casi siempre ocurre bajo la presión moral y fáctica, aquel inicial independentista canario intransigente desde Florida y Cuba, torna su ímpetu en los últimos años de su vida para convertirse en un moderado autonomista, tal vez desengañado por las circunstancias que le tocó sufrir. Culminaron con su detención el 2 de marzo de 1902 por orden del General Weyler, que dispuso su prisión en una cárcel de Madrid. Lo que aquel general, dignificado como Marqués de Tenerife, no pudo llevar a cabo desde La Habana a pesar del intento en 1896, si lo logró desde su puesto de mando en Madrid, como ministro de la Guerra.

    Lamentables fueron los últimos años de su vida. Aquella orden se cumplió y Secundino fue detenido por la Guardia Civil, cuando se hallaba en su casa de descanso de Arafo. Conducido a hasta la prisión de Santa Cruz de Tenerife, para seguidamente ser trasladado a la Modelo de Madrid.

    Se llevaron a cabo gestiones para su liberación especialmente por el consulado de los Estados Unidos, que representaba los intereses de Cuba en España dada su nacionalidad cubana. No obstante fue internado en la Cárcel Modelo de la capital de España, donde permaneció casi un año sin recibir el auto de procesamiento, motivo de la detención, ni ser sometido a juicio. Con la intermediación de otro gran canario ante el director de la prisión Millán Astray, Nicolás Estévanez, se logró su libertad y la recuperación de su dignidad.

    Durante su estancia en prisión adquirió o agravó la enfermedad pulmonar que padecía (tisis o tuberculosis) y que causó más tarde su muerte, 4 de mayo de 1912, en la casa donde habitaba en la Calle Progreso de Santa Cruz de Tenerife y posiblemente, por contagio, la de sus hijos Darwin y Lila.

    El asunto de su detención ilegal había trascendido a la prensa madrileña, a toda la de España y al propio Congreso, donde ningún diputado supo dar razones de aquella medida por desfasada y por ignominia para los canarios.

    Hoy en día, y por mor de la aparición de nuevos e inéditos documentos que han aflorado a la luz, las investigación y recopilación que historiadores canarios llevan a cabo acerca del personaje, (en estos días el historiador Manuel Hernández González ha logrado rescatar y publicar los cinco números primeros de El Guanche, semanario editado por Secundino en su etapa de Caracas, a fines del siglo XIX) vamos conociendo nuevos rasgos de la vida de esta mártir del nacionalismo.

    El profesor Manuel de Paz Sánchez en homenaje a la revista ROA, dedica a Secundino Delgado el siguiente panegírico: "... al hacer públicos estos materiales, atendemos con gusto a la sugerencia del editor de esta ROA, de cara a contribuir al conocimiento de nuestro pasado histórico mediante la aportación de fuentes inéditas acerca de un fenómeno que, en los últimos tiempos y por diversas circunstancias científicas y socio-políticas-culturales, ha interesado a buen número de estudiosos y profesionales de la historia".

    Fue el padre indiscutible del nacionalismo canario ( como en Cuba fue apóstol de su independencia otro canario: José Martí Pérez , el "hijo de la Isleña"). Aquella frase que se le acuña, "...todo por y para la libertad de los pueblos y de los hombres", es de aplicación en las Canarias del siglo XIX y principios del XX. Aquel grito que lanzaba Secundino era apremiante y necesario, y que podía haber hallado eco en la década de los años 30, si otras circunstancias políticas transformadas en guerra civil no hubieran truncando aquel buen deseo ya suficientemente arraigado entre los canarios.

    Estamos pues ante la presencia de un insólito personaje que jugándose su bienestar y prosperidad..., por sus ideales prefirió denunciar el mal que aquejaba a las islas y a los isleños, muy a sabiendas de lo que estaba arriesgando en semejante empresa. Conociendo el peligro de un enfrentamiento a la dura administración española, repetía frecuentemente " Qué importan los sacrificios si algún día llega a alumbrar nuestra Patria el Sol de la libertad".

    En Cuba colabora con los "rebeldes" en la guerra contra el ejército español de ocupación, y donde pronto será un "elemento peligroso" para los servicios de información del ejército colonial. Acusado de coparticipar en un atentado con explosivos en el edificio del Palacio del Gobierno en La Habana, ha de salir de Cuba y regresar a Tenerife, su isla natal, a principios de mayo de 1896; pero como quiera que el Capitán General era Valeriano Weyler, militar vinculado a Tenerife, y recién nombrado para el mando en la Isla de Cuba, conocedor de su paradero le denuncia por telegrama a las autoridades militares de Canarias, que le perseguirán insistentemente.

    Secundino tendrá que huir de su tierra, transcurridos unos nueve meses de su llegada de la isla de Cuba, con la ayuda de numerosas buenos canarios tinerfeños y portuarios que le esconden en un barco con dirección a Venezuela. En Caracas, a los pocos meses y en unión de otro gran patriota palmero, José Esteban Guerra Zerpa (fundador del periódico nacionalista DIARIO DE AVISOS de Santa Cruz de la Palma), editan la revista quincenal, independiente y noticiosa de las Islas Canarias, EL GUANCHE, de la que sólo se publicaron cinco números (ahora rescatados y publicados como queda dicho) por la presión que el embajador de España en Caracas ejerció sobre el presidente venezolano, general Crespo, para que dispusiese el cierre inmediato de la misma y prohibiese toda clase de organizaciones canarias de tipo nacionalista en aquel país. Con estas medidas se da al traste, tanto con la revista, como con el incipiente "club patriótico para la propagación de los ideales que defiende El Guanche", que no eran otros que concienciar a los canarios residentes en Venezuela, en el camino de las aspiraciones que tenían proyectadas para las Islas Canarias. Tan "peligroso" llegó a ser Secundino Delgado que para erradicar totalmente cualquier brote de esta índole que afectase a los intereses españoles, llegó a ser expulsado de aquella República hermana por orden expresa del mismo presidente y dictador General Crespo.

    Después de una breve estancia en Curazao, donde al parecer continuó publicando su revista EL GUANCHE, aspecto sin confirmar, pasa a Nueva York donde conoce a otro patricio descendiente de canarios, hijo de Leonor Pérez Cabrera, tiñerfeña de nacimiento: José Martí Pérez, hombre polifacético de vasta cultura y emprendedor, enfrascascado en su proceso emancipador de España para su patria cubana por el que perdería la vida.

    Secundino reside en Nueva York donde su espíritu patriótico y de regeneración social y político por la que lucha, hace que esté en constante demanda de todo lo que entiende que perjudica a Canarias y a sus hijos. De ahí que su incansable pluma no cesa en denunciar las tropelías que en el solar patrio se cometen.

    Finalizada la guerra de Cuba con su plena independencia, lo encontramos nuevamente en Santa Cruz de Tenerife, alternando su residencia en su pueblo querido de Arafo. Seguirá colaborando en medios escritos, como ya había hecho en EL GUANCHE y EL ESCLAVO, y participará en el semanario VACAGUARE, que se publica en La Laguna, hasta 1902 en que la autoridad española dispone su cierre, y aunque aparece como director el joven Manuel Déniz Carballo, todo apunta a que el verdadero promotor era Secundino. Igualmente colabora como redactor en el semanario EL OBRERO, que se edita en Santa Cruz de Tenerife, igual que en la revista ARTE Y LETRAS y en EL DIARIO DE TENERIFE.

    Por estas fechas publica cuatro cuentos que titula: Alegrías y Penas, Clary, Mi Peral y El mejor de los mundos. En 1903 publicará Un golfillo canario.

    En 1904, hallándose en la ciudad de Yucatán, publicará su autobiografía bajo el pseudónimo de Antonio Rodríguez López, con el título VACAGUARE (Vía Crucis), vocablo que usaron mucho los antiguos guanches, especialmente en La Palma, durante la defensa de continuos ataques durante más de cien años conocidos, antes que rendirse o caer prisioneros de los castellanos, cuya traducción del idioma aborigen era "quiero morir".

    Este ilustre tinerfeño, amante de su tierra como nadie, nacionalista de pro, tenía claro que había que acabar de una vez con las rencillas y discordias que gentes sin amor por Canarias fomentaban en las Islas para provecho de sus intereses personales y de dominio. En este ideal nos dejó escrito: "... despreciad con valor la prensa venal y asalariada que fomenta la discordia entre las Islas, nuestra Patria, con el fin de dividir al pueblo para que el lobo devore con paciencia y gusto su víctima... La emancipación y el mejoramiento de esta Patria, no lo esperemos de esos sabios de librea que asisten a las Cortes para hacer la venia al amor...¡¡ Ah !!, el día que se nos caiga la venda, estas siete joyas volverán a ser como el nombre que llevaban... "

    En el periódico VACAGUARE, puntualiza lo siguiente: "... que nuestro periódico, aunque vea la luz propia en Tenerife, no es un periódico tinerfeño, sino un periódico CANARIO; que todos los desmanes, todos los errores, todas las injusticias que en nuestras islas se realicen, sea de donde sea, en ciudad, villa, pueblo, villorrio o caserío, todo lo haremos público, sin temores de ninguna especie; que anhelamos el bienestar que por derecho y ley natural corresponde disfrutar los hijos de estos siete hermosos peñones, y que tras ellos marchemos, puesta nuestra confianza en la razón que nos asiste, y en la indudable creencia que tenemos de que no habrá un solo canario honrado que no secunde la misión que nos hemos impuesto...y finalmente arengaba con su sempiterna frase: Pueblo de las Islas Canarias... ¡Viva nuestra autonomía!"

    El periódico LA PRENSA de Tenerife, publicó en su número de fecha 28 de junio de 1936, una magnífica apología de carácter editorialista sobre Secundino y su ideal para estas islas, cuyo artículo, que aparece sin firma pero reflejando una justa semblanza de nuestro patricio, dice: " Secundido Delgado representó en Tenerife, durante toda una época, el patriotismo más fervoroso y exaltado. No había cuestión de interés para el país que él no recogiera, entregándose de lleno a su defensa o repulsa según la índole que presentaba, sin medir en la lucha la calidad e importancia del enemigo, ni el alcance de las propias fuerzas.

    Todo por Canarias, todo por Tenerife, pudo ser el lema de su blasón, de vivir las épocas heroicas de la caballería. Pero vivió Delgado en otros tiempos mucho menos hidalgos, en los que su esforzado temple, aún por los que más le admiraban y querían, se tachaba de "quijotismo" y sufrió incomprensiones sin cuento y solo, enteramente solo, hubo de soportar... , las consecuencias de una ruda persecución.

    Con su generoso afán con su soberbio fervor patriótico, llegó a América, al expatriarse, Secundino Delgado, y luchó sin descanso hasta la muerte. Como su permanencia en Canarias, al llegar a Caracas, primer punto de su residencia en tierras de América, participó en asambleas, mítines y reuniones de la colonia isleña; pregonó el entusiasmo de sus ideales y fundó como portavoz de sus empeños, una revista quincenal "El Guanche", en colaboración con otro canario, José Guerra, desde la que dio el grito de independencia que habría de ser cifra de los fervores y afanes de toda su vida.

    Violentas, rudas, implacables, fueron sus campañas desde las columnas de "El Guanche", logrando en poco tiempo formar una importante legión de adeptos a su idea; pero, cediendo a presiones del Ministro de España en Caracas, el presidente de Venezuela, general Crespo, hubo de decretar su expulsión del territorio y Delgado hubo de marchar a Curazao, donde prosiguió su cruzada generosa, con el mismo entusiasmo y el mismo ciego afán.

    Más tarde hubo de regresar a Tenerife, y ya aquí, en el rescoldo de la hoguera, se ocupó de avivar llamas dormidas, publicando en unión de Cabrera Díaz, Tomás Morales y Díaz Carballo, su famoso "¡Vacaguaré!". Grito de rebeldía y liberación guanche, que hizo suyo, como lema del empeño formidable a que dedicara todos los anhelos de su vida.

    No logró la libertad del terruño adorado y, en cambio, perdió la suya. Por orden del general Weyler, a la sazón ministro de la Guerra, Secundino Delgado fue detenido y encerrado en la Cárcel Modelo de Madrid (como se ha dicho)

    Había sido detenido injustamente en su pueblo de Arafo, por fuerzas de la recién instaurada Guardia Civil, por temor a focos insurreccionales al modo cubano, en Canarias y conducido a pie hasta Santa Cruz de donde maltratado le embarcarían esposado hasta Cádiz.

    El sumario instruido por presuntos actos de terrorismo en la Capitanía General de La Habana, no pudo probar su participación directa en los hechos y, además, no tenían jurisdicción sobre él toda vez que era cubano y Cuba era ya independiente desde 1898.

    Poco después murió de cruel enfermedad tal vez producida por los sufrimientos pasados, y lo curioso es que su nombre, casi olvidado en Tenerife al que todo lo sacrificó incluso su vida generosa, se recuerda con cariño y admiración en América, y de modo especial en Venezuela, donde realizó su más intensa y vibrante campaña, y en Cuba, donde todavía viven algunos colaboradores de su formidable pero incomprendido empeño." (este artículo de LA PRENSA como se indica más arriba, se publicó en el año 1936). En el transcurso de su detención , Secundino relata la vergüenza que tuvo que sufrir al caminar esposado y escoltado por guardias civiles durante el desembarco en Cádiz, cual si fuera un criminal traído de las colonias, un monstruo sanguinario y cruel, por lo que estuvo tentado a gritar, relata: " Soy inocente, un hombre de bien; no me juzguéis mal. Toda mi vida la he llevado olvidado de mí y sólo atento al dolor ajeno. Yo siempre he defendido a los débiles... "

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  18. PROTAGONISMO “ISLEÑO” EN CUBA (1933-1940)

    En enero de 1933, el pueblo cubano estaba en pie de guerra. Había demostrado capacidad para asimilar duros golpes, forjando potentes instrumentos de lucha con la preparación de destacados cuadros de acción surgidos de las masas y templados en diferentes acciones y encuentros con las fuerzas de la Policía, peyorativamente "la Porra", a lo largo de todo el régimen denominado "machadato".

    A la par de esta realidad, se crearon algunos grupos reaccionarios de oposición a la tiranía que representaba el último tramo del gobierno que presidía Gerardo Machado: La Asociación Unión Nacional, los seguidores de los ex presidentes Mario García Menocal y Miguel Mariano Gómez formalizando el partido denominado ABC, de raíces y connotaciones fascistas y con igual tendencia.

    En el campo contrario a los seguidores dela oligarquía nacional y los intereses yanquis en Cuba, las organizaciones que más des destacaron en la lucha contra Machado, desde 1925 hasta 1935, fueron el Partido Comunista con sus organizaciones colaterales y las huestes que asumieron el programa del revolucionario Antonio Guiteras.

    El primer Partido Comunista de Cuba celebró su Congreso Constituyente, los días 16 y 17 de agosto de 1925. Este Congreso eligió su Comité Central, integrado por nueve miembros en propiedad y cuatro suplentes, y designó a José Miguel Pérez y Pérez -inmigrante de Las Islas Canarias establecido en La Habana donde ejercía la profesión de profesor- como su Secretario General demostrando, una vez más, la presencia de esos emigrados en todo hecho de importancia en la historia de Cuba.

    ...Precisamente ese maestro, José Miguel Pérez, era oriundo de La Palma, Islas Canarias, y había emigrado a Cuba cuando contaba con 24 años; de inmediato se vinculó a la Agrupación Socialista de La Habana y comenzó a colaborar con Carlos Baliño en la revista "Espartaco", órgano que se proponía la difusión del pensamiento socialista....

    Días después de fundado el Partido, bajo la feroz represión del entonces presidente Gerardo Machado - al parecer también con ancestros "isleños" -, José Miguel Pérez fue apresado y más tarde deportado a España...

    ...En Canarias, fundamentalmente en su isla natal de La Palma, José Miguel continuó su labor pedagógica y sus actividades revolucionarias. Los últimos instantes de la vida de este ilustre "isleño", se vincula al golpe de Estado contra la Segunda República en España que tuvo lugar el 18 de julio de 1936...

    La detención a fines de agosto de 1936 y la sentencia a muerte, ejecutada contra José Miguel Pérez y Pérez, esperada por su carácter de líder comunista palmero, se llevó a cabo en los primeros días de septiembre. Trasladado previamente a la isla de Tenerife en la que fue al final ejecutado como tantos otros progresistas que tuvieron el valor de enfrentarse a la dictadura militar que iniciaba el general Franco. Así fiel a sus ideas y trayectoria, moría el isleño que formó parte del Primer Partido Comunista de Cuba (PCC)

    A través de los ocho años de dictadura de Machado también de ascendencia canaria, conocido con varios epítetos despectivos, (el joven poeta y revolucionario comunista Rubén Martínez Villena le apodaba "Asno con Garras", otros el "Musolini Tropical") el PCC recibió dura persecución. Recibió varios golpes, pero continuó su desarrollo estructural creciendo gradualmente hasta convertirse en una de las fuerzas de primera magnitud en la vida nacional cubana bajo la clara influencia de la revolución rusa de 1917.

    Como nos aporta Ramiro Medina García, incansable investigador cubano de origen isleño de Valle Guerra - La Laguna de Tenerife: "... A pesar de la represión sanguinaria del gobierno, las manifestaciones, mítines callejeros - conocidos popularmente como "tánganas"-, las huelgas estudiantiles, el terrorismo por medio de explosión de artefactos y atentados personales fueron los procedimientos tácticos seguidos por el Directorio Estudiantil Universitario. Así, como, fundamentalmente, el movimiento huelguístico se llevaba a cabo a través de los obreros y campesinos en especial del ramo de azucareros, tranviarios, tabacaleros, y guajiros que, unidos a la gran masa de desocupados, conmovían el país."

    A este respecto recogemos las manifestaciones del "isleño", natural de El Paso (Santa cruz de Tenerife), Islas Canarias, de 88 años que nos dice:

    "En el segundo gobierno de Gerardo Machado y Morales hubo una gran corrupción política y se reprimía, violentamente, al pueblo. Para eso, entre otros, el machadato usaba a la "Porra" que era un cuerpo represivo no uniformado. Yo, en esos años, era estudiante de magisterio y tenía que trasladarme desde Caimito, actual provincia de La Habana, hasta la Escuela Normal de Magisterio. Sufrí represiones y otras arbitrariedades del régimen. También participé con otros muchos estudiantes, en mítines y huelgas. En aquellos años vivían muchos isleños por mi pueblo de Cainito y por los de Alquizar, Guira de Melena, etc. La gran mayoría se dedicaban a las labores del campo y aunque sufrían la misma represión que el resto de la población, eran apartados de la política....".

    Machado y su aparato de poder respondió, al ascenso de la marea revolucionaria, con más y mayor represión. Los crímenes y torturas no cesaban en las dependencias del Castillo de Atarés y otros lugares de horror habitualmente usados por los represores policiales y militares al servicio del dictador. La ola de huelgas y el proceso de crecimiento desmesurado del movimiento obrero revolucionario siguieron su avance arrollador. La zafra azucarera de 1933 tuvo lugar en el marco de sucesivos y simultáneos paros; los centrales azucareros eran ocupados por los obreros, las calles de los bateyes eran terrero de manifestaciones masivas y de combate en los que los trabajadores repelían a la fuerza pública y no cesaban la actuación de los comités de huelga unitarios.

    En la entonces provincia de Las Villas surgieron partidas de alzados en armas. En Oriente, Guiteras, que extendía su red a toda la Isla y continuando el enfrentamiento a la dictadura, iniciado años antes, empleaba armas, sabotajes y atentados. Al considerar madura la situación para desatar la insurrección popular, fraguó un plan que estipulaba tomar el cuartel Mondada -en Santiago y más tarde famoso por otro asalto frustrado, a iniciativa revolucionaria de Fidel Castro-, más la ocupación militar del aeropuerto de Santiago de Cuba impidió despegar el avión que atacaría las citadas instalaciones militares. No obstante los revolucionarios sublevaro a la población de San Luis, al tiempo que buscaban refugio en las montañas, ante la presión gubernamental, desde donde preparaban otro ataque, esta vez, sobre el cuartel de la Ciudad de Bayamo.

    Ramiro García, nos aclara que: "Al retirarse de San Luis, los hombres de la Unión Revolucionaria, instalados en los montes cercanos libraron algunas escaramuzas con las fuerzas de Machado. Guiteras logró evadir el cerco, marchando hacia Santiago y más tarde a Holguín donde organizó con mayor insistencia nuevas fuerzas de resistencia. En el segundo trimestre de 1933, las huestes de UR siguieron asestando pequeños golpes en la ciudad y en el campo, mediante sabotajes, atentados y emboscadas. En las estribaciones de la Sierra Maestra - de tanto protagonismo en todos los avatares defensivos en la historia de Cuba- por la zona de Bayamo, situaron un destacamento relativamente poderoso, que preparó el asalto y la toma de la ciudad, armado con sólo 8 ametralladores, 54 fusiles y algunos kilos de dinamita. Si bien el ataque proyectado no se llevó a cabo por que Machado dimitió y huyó en agosto".

    Para estas fechas y en torno a la resistencia campesina contra el dictador, Antonio Santana Betancort, natural de Santa María de Guía en Gran Canaria, de 85 años de edad nos manifiesta: " Aunque tuve algunos movimientos por diferentes lugares, me asenté en la zona de Palma Soriano -antigua provincia de Oriente, hoy perteneciente a la de Santiago de Cuba- que no está lejos de San Luis, donde estuvo presente Antonio Guiteras en su lucha armada contra Gerardo Machado. En realidad, en esos años, se vivía muy preocupado, pues existía una cruel represión y, a cualquiera se le "chapeaba" -mataba - por la guardia rural o la policía. En ese tiempo se trabajan de 10 a 12 horas diarias, pagándote una "bobería" que apenas alcanzaba para mantenerse...”

    Por su parte, la administración de Roosevelt, decidió - a principios de 1933 - relevar a Harry F. Guggenheim y enviar a Cuba, en su lugar, al entonces subsecretario de Asuntos Latinoamericanos, Benajamín Sumner Welles, amigo personal del mandatario yanqui. Welles presentó credenciales como embajador en la Habana el 11 de mayo de 1933, y acometió de inmediato el cumplimiento de la misión que le había sido confiada. El nuevo embajador traía, entre otras, las siguientes instrucciones: "....Vd. debe considerar como su principal objetivo el llegar a un entendimiento definido y detallado, que obligue al actual gobierno cubano y a los jefes responsables de los grupos de oposición, y que conduzca a una tregua en la actual agitación política, hasta el momento en que es posible celebrar elecciones...”.

    Para lograr sus objetivos, Welles se propuso conseguir la "celebración de las elecciones nacionales, absolutamente justas y libres hacia el otoño de 1934"; establecer un "modus vivendi" entre Machado y la oposición burguesa, poniendo fin a las hostilidades entre ambos, restableciendo las garantías constitucionales y dejando en libertad a los presos políticos. Este esquema permitiría a Machado continuar en la presidencia hasta el 20 de mayo de 1935, fecha en que expiraba el período por el cual fue "electo" - por si mismo -en 1928. El embajador además, enfatizó las bondades que resultaría del nuevo Tratado de Reciprocidad y los efectos políticos del mismo en el plano político. El dictador, por su parte, no tenía otra alternativa que dejar hacer a Welles, a quien creyó poder envolver y utilizar en su beneficio.

    Los "nacionalistas" corrieron alborozados a prestar su concurso al mediador, pues los fines de éste satisfacían los reclamos que desde 1929 hacía Mendieta a gritos; los fascistas del ABC aceptaron tomar parte en la componenda después que "pundorosamente" hicieran constar que: "Entendemos que la mediación ofrecida por los Estados Unidos no tiene ningún carácter conminatorio al amparo de la Enmienda Platt, sino que es un simple ofrecimiento amistoso de buenos oficios, de acuerdo con los usos internacionales...”

    También aceptaron, el otro grupo dirigido por el ex presidente Miguel Mariano Gómez, el pequeño grupo arribista llamado OCRR, el profesorado universitario, el de la Escuela Normal y el Instituto de La Habana, las llamadas mujeres oposicionistas, y algún otro minúsculo sector, que se pusieron con júbilo a disposición de Welles.

    El Directorio Estudiantil Universitario (DEU) se negó a formar parte en los conciliábulos y combatió la maniobra, después que fue denegada su petición de convertir la gestión unilateral yaqui en multilateral mediante la inclusión de algunos embajadores latinoamericanos en ella. Mendieta se ganó la inicial mala voluntad del representante yanqui, al oponer obstáculos a la mediación por considerarse desamparado. El movimiento comunista y los seguidores de Guiteras, desenmascararon la injerencia extranjera, denunciaron las metas imperialistas que perseguían y arreciaron la lucha revolucionaria.

    En nuestras indagaciones sobre este período, nos dice García Medina, se intuyó que el presidente Machado podía tener ascendientes "isleños" de las Islas Canarias, que si bien no corroborado plenamente, puesto que en sus biografías conocidas no se alude a este aspecto, más bien a valorar su nefasto período presidencial y administrativo, sí contamos, no obstante, con un testimonio que nos aporta el "isleño" de la isla de La Palma, afincado en Santa Clara, Segundo Nemesio Machado Perezdealejo, que nos dice: " Nací en la finca "las Margaritas" en las cercanías de la ciudad de Santa Clara, entonces capital de la provincia de Las Villas y mi padre, Ramón Machado Gómez, ya fallecido, era hijo de un isleño que vino de La Palma (Islas Canarias). Mi abuelo canario se llamaba Nemesio Machado y era el tío de Gerardo Machado y Morales- el presidente cubano- puesto que el padre de Gerardo era hermano también venido de La Palma, de mi abuelo por vía paterna. Sin embargo Gerardo Machado dejó mucho que desear por los asesinatos la represión y el hambre que hubo”

    El 12 de agosto de 1933, Gerardo Machado fue desbancado por la acción revolucionaria de gran parte pueblo cubano y huyó a las Bahamas, acompañado de varios de su camarilla de colaboradores. El día anterior el ejército, tan fiel a su mandato poco antes, había retirado su apoyo al tirano, conminándole a abandonar el país. Los militares, pilar básico de la dictadura durante ocho años, actuaron a instancias del procónsul yanqui, Welles, quien le dio esas instrucciones a fin de frustrar la revolución popular y elevar a otro presidente afín a la presidencia de la nación. No obstante la injerencia administrativa yanqui no logró que el general machadista Alberto Herrera fuese aceptado como primer mandatario y fue consensuada la designación de Carlos Manuel de Céspedes hijo del uno de los próceres de las guerras de independencia de la Isla contra España, protagonista del primer "Grito de Independencia" el 10 de octubre de 1868.

    El embajador yanqui, empecinado en mantener la continuidad y legalismo, hizo aprobar el cambio por el puñado de congresistas machadistas que pudo reunir en el momento de las desbandada, anteriores colaboradores del general. Sin embargo, el hijo del digno patriota, fue un nuevo títere para la administración norteamericana cuya garantía quedaba reflejada en los barcos de guerra de la Marina de los Estados Unidos anclados en el puerto habanero para intimidar a la clase obrera o cualquier otro tipo de subversión revolucionaria incluidos los estudiantes o los soldados cubanos, dispuestos a intervenir al objeto de ahogar en sangre la justa lucha que pudiera llevarse a cabo contra el nuevo orden.

    Este impopular gobierno presidido por Céspedes tuvo la breve duración de 22 días, para caer en 4 de septiembre de 1933, día memorable para la historia de Cuba. Su mandato se caracterizó por el respeto a los machadistas derrocados, a sus bienes, cargos y, especialmente, por un absoluto sometimiento a los dictados del mandatario norteamericano. Por ello, según Ramiro García, que nos dice: "las organizaciones revolucionarias se incrementaron arreciando en la lucha. La agitación popular se extendió a las filas del ejército donde, como parte integrante del cuerpo social, no podía quedar inmune a las nuevas ideas de lucha, dividiéndose sus miembros y acatando las directrices de los partidos políticos en los que militaban o simpatizaban. Abundaban las células del ABC, los núcleos de comunistas, de Unión Revolucionaria, simpatizantes del DEU, "nacionalistas", etc. El respeto que sentían los militares por el gobierno de Céspedes era dudoso y más cercano a las ideas del pueblo llano de Cuba que a los postulados del presidente y administración USA".

    Añade el investigador cubano de origen canario que " el descontento existente en el ejército por la baja paga de los soldados, que era de 24 pesos al mes; el mal estado de los campamentos; la insuficiencia de ropas y zapatos entre la tropa; el cumplimiento lento de una ley de 1923, que daba a los sargentos oportunidad de llegar a ser oficiales; el depotismo de los mandos y el racismo especialmente a profesionales de color; las ambiciones de ocupar situaciones altas e intermedias que quedarían vacantes si se llevaba a cabo una proyectada depuración del ejército, fueron algunas de las causas que desencadenaron la tormenta del 4 de septiembre de 1933, a espaldas del control ejercido por la administración de Welles, que condujo a la destitución de Céspedes".

    La conspiración militar la inició el sargento Pablo Rodríguez, oficinista y cuartel maestre de una compañía, que a su vez era presidente del Club de Alistados y se valió de su condición de masón para encubrir y facilitar la sedición. Rodríguez había obtenido la autorización para realizar una asamblea en el Campamento Militar de Columbia, con un grupo de sargentos y alistados. En la madrugada del 4 de septiembre se llevó a cabo el pronunciamiento que tuvo como eje el campamento de Columbia. El golpe de mano, incruento, consiguió la inmediata adhesión de los sargentos, clases de tropa y soldados de todas las guarniciones, donde el más cualificado, aunque sólo fuese cabo o suboficial, se ponía al mando de las mismas autograduándose convenientemente para imponer el orden. A todos los jefes y oficiales del ejército y de la marina, se les suspendieron sus cargos, provisionalmente, y se arrestaron dos que intentaron resistir y oponerse a tal acto de subversión e indisciplina militar.

    En Columbia se prohibió el acceso a los no residentes y se instalaron ametralladoras en todas las entradas. Pablo Rodríguez, ascendido a oficial, viajó a Matanzas para controlar el cuartel de Goiricuría, mientras otros sargentos viajaban a Pinar del Río para hacer lo mismo. El más destacado, Fulgencio Batista, aprovechando que Pablo Rodríguez organizador del complot, se hallaba en Matanzas, valiéndose de las astucia que le caracterizaba se erigió en jefe del nuevo ejército en el que haría veloz carrera militar hasta el generalato.

    El golpe del 4 de septiembre de 1933 produjo un cambio cualitativo, no sólo en el ejército y su estructura tradicional, sino en la situación política nacional. Hasta el día 15 de enero de 1934 ejerció el poder un régimen heterogéneo, que se convirtió en campo de batalla entre la disímiles tendencias que lo formaban.

    El 5 de septiembre se publicó, con fecha 4 del mismo mes, la "Proclama al Pueblo de Cuba" que firmaron más de 15 civiles y un solo militar, Batita Zaldivar, cuya rúbrica fue la única a la que acompañó un título, el "sargento jefe de todas las Fuerzas Armadas de la República". El documento estipulaba la convocatoria de una Asamblea constituyente y, entre otras cosas, anunciaba que "la Agrupación Revolucionaria de Cuba se hace cargo del poder como Gobierno provisional Revolucionario".

    La Agrupación Revolucionaria acordó, entonces, poner en práctica la forma colegiada de gobierno, para lo cual dispuso la creación de la Comisión Ejecutiva, integrada por cinco miembros. Cada pentarca (sic) asumió la dirección de una o varias ramas de la Administración.

    "La pentarquía" - como se le conoció popularmente - se desintegró el 10 de septiembre, con duración de sólo 5 días de gestión. La ultraderecha se asustó, o fingió atemorizarse, ante la innovación que entrañaba, y no vaciló en semejarla falazmente a la organización estatal soviética del momento.

    En los primeros momentos el integrante de la Pentarquía Sergio Carbó, periodista de profesión, que orientó las Secretarías - ministerios - de Gobernación, Guerra y Marina, sin consulta a nadie autorizado, ascendió al sargento Fulgencio Batista a coronel quien, a su vez, se proclamó jefe del ejército. El gobierno de los cien días, surgió como un obstáculo imprevisto a la consecución de los objetivos de la misión de Sumner Welles en Cuba, pero aceptado por altas instancias norteamericanas como mal menor ante lo imprevisible de los acontecimientos.

    En momentos en que el enviado yanqui creía próxima la realización de todas sus metas, el golpe del 4 de septiembre de 1933 derribó a un gobierno cuya entreguismo y supeditación parecían excesivos al mismo embajador norteamericano.

    Frente a la nueva situación Washington se planteó, de inmediato, eliminar a quienes se interpusieron en su camino, promover un nuevo gobierno títere y materializar las instrucciones que había dado a Welles en mayo de 1933. La línea norteamericana se tradujo en el no reconocimiento diplomático al gobierno llamado de "Los Cien Días"; en el envío a Cuba de una poderosa flota de guerra - que llegó a contar con 29 navíos de guerra - a fin de presionar al gobierno, alentar a la oposición y fortalecer la posición de Welles; en el apoyo a toda conspiración derechista contra el régimen; y en la gestación, desarrollo y ejecución de un cuartelazo reaccionario.

    Al quedar disuelta la Pentarquía, el día 10, por acuerdo de la Agrupción o Junta Revolucionaria de Columbia designó al Dr. Ramón Grau San Martín primer mandatario de la República, a propuesta de Eduardo R. Chibás quien, años después, jugaría un importante rol en la historia de Cuba. Ese mismo día Grau tomó posesión y designó al gabinete el cual integraba, entre otros, Antonio Guiteras como titular de Gobernación.

    El 11 de septiembre de 1933 Guiteras, que estaba en Oriente, se trasladó a La Habana. Durante el viaje hasta la capital las masas le aclamaron en numerosas poblaciones y exigieron les hablase, lo que hizo en Holguín ante 5000 personas y en otras localidades. Días antes había escrito que en el coche inevitable e inminente que se produciría entre los elementos avanzados y el imperialismo, él estaría en la extrema izquierda. Contaba entonces con 26 años de edad.

    En los cien días de existencia el gobierno de Grau San Martín promulgó un nutrido cuerpo de leyes, cuya vigencia entrañaba el comienzo de modificaciones en la sociedad cubana. Vistas a la luz de la realidad nacional cubana de hoy día y su transformación revolucionaria, seguramente aparecen como logros mínimos, pero en aquellos momentos constituyeron importantes pasos de avance, que bastaron para considerar a sus autores o, con más precisión, a su inspirador el odio profundo del imperialismo y la oligarquía criolla. Un porcentaje enorme de tales medidas fueron impuestas por Guiteras frente a la oposición de Grau y Batista. Algunas no llevaron más firma que la del secretario de Gobernación, quien se inmiscuyó revolucionariamente en todos los departamentos y esferas de la administración.

    La aplicación de estas pragmáticas se realizó parcial y limitadamente, debido a la pronta caída del Gobierno y el caos imperante. Grau, demagógicamente, las reivindicó después como obra propia y gracias a ello alcanzó extraordinaria popularidad. La falsa y retórica pretensión no resistió la prueba que, en 1944, tuvo el médico cuando asumió el poder por cuatro años como partido "auténtico".

    Entre dichas medidas, que nos referimos, se encontraban:

    -Creación de la Secretaría como Ministerio de Trabajo.

    -Implantción de la jornada laboral de 8 horas.

    -Establecimiento del jornal mínimo.

    -Incautación de bienes de Machado y de sus colaboradores.

    -Depuración de los organismos estatales.

    -Nacionalización del trabajo, estipulando que el 50 % de los empleos fuesesn desempeñados por nativos.

    -Autonomía universitaria.

    -Rebaja de los artículos de primera necesidad.

    -Reducción del precio de la energía eléctrica.

    -Intervención de la Compañía Cubana de Electricidad, mediante la actuación personal de Guiteras, quien dispuso la misma para poner término a la resistencia y táctica dilatoria de los empresarios yanquis en un conflicto laboral que trastornó la prestación de ese servicio público.

    -Y otras.

    En las nuevas circunstancias creadas por el "4 de septiembre" los reformistas, por primera vez en la historia de la República, pasaron a formar parte de una administración; una fracción de la reacción -ABC,"nacionalistas", menocalistas, marianistas - fue desplazada del timón estatal y combatió duramente al gobierno, mientras que otra fracción derechista - con Batista al frente -detentaba altas posiciones gubernativas; las fuerzas revolucionarias dirigidas por Guiteras, maniobraron y lucharon desde varias secretarías y posiciones públicas, en tanto el movimiento comunista no dio cuartel al régimen. La lucha revolucionaria y de clases siguió su curso violentísimo, y el país se sumió en un estado de confusión, caos y desorganización al que sin duda alimentó la variedad de posiciones desde las que actuaban las clases y capas sociales y sus instrumentos políticos.

    La división interna en el seno del gobierno, la pugna que se libraba entre sus facciones, el diverso modo de actuar de Guiteras, no coincidente con Grau y Batista, tal vez explique que la izquierda marxista cubana no se diese cuenta de "la verdadera realidad", y que el movimiento obrero organizado combatiese frontalmente, y en el bloque, al equipo gobernante, sometiéndolo a una tenaz oposición. Todo parece indicar que no supieron distinguir las evidentes diferencias entre el "nacional-reformista" Ramón Grau y el "nacional-revolucionario" Antonio Guiteras, que condujo a la situación huelguística-revolucionaria posterior.

    En los últimos meses de 1933 las masas desarrollaron un movimiento huelguístico. En el mismo mes de septiembre los obreros se apoderaron de 36 centrales, que representaban el 30 % de la producción azucarera nacional. Ferrocarriles de empresas, subpuertos, bateyes, poblados y zonas agrícolas aledañas a los molinos, fueron ocupados en varios lugares. Los "soviets" de Mabay, Jaronú, Senado y Santa Lucía, se movilizaron con las consignas marxistas de la revolución rusa de 1917. Los trabajadores se organizaron en destacamentos armados y pelearon bravamente con el ejército y guardia rural en Nazabal, Punta Alegre, Jaronú, Violeta, Cunagua, Preston, Boston, España, Habana y otros ingenios.

    Respecto a este período un "isleño", natural de La Laguna de Tenerife, de 82 años de edad, Fructuoso Ezequiel González Hernández, nos dice: "en el gobierno de los Cien Días vivía por el crucero de Gaspar en Ciego de Avila y no tenía un trabajo estable ni por el campo. Todos aquellos gobiernos, por un motivo u otro, fueron pésimos. Cuando Guiteras estuvo de ministro no me permitían trabajar en las fincas por que era extranjero, ya que él había sacado la Ley del 50 %, donde al menos la mitad de los trabajadores tenían que ser cubanos. Todo había que hacerlo a escondidas - como los haitianos y jamaiquinos -aunque estos trabajaban como medio esclavos y nosotros, los isleños, exijíamos más. Por mi cuenta tuve que hacer carbón de marabú que, con sus agudas y peligrosas espinas, no es un trabajo a pagar con nada. Sin embargo había que dedicarse a cualquier cosa para ganarse la vida...”.

    La Habana y otras provincias se conmocionaron por la ola de huelgas que afectaron a las ramas industriales, aumentando la demanda laboral en todos los centros de trabajo, fijados por los sindicatos fábril, zapateros, metalúrgicos, construcción, hospitales, etc. De suma gravedad fue la huela de la Federación Médica, en pugna con "las quintas regionales", incluidas la canaria.

    El ejército, por orden de Batista, reprimió salvajemente a los obreros azucareros y de otros sectores. Las matanzas en los ingenios Jaronú y Senado, en Camagüey, y la brutalidad que desplegó la fuerza pública, fueron la repuesta del ala derecha del régimen al pueblo. El ametrallamiento de la multitud que a través de la calle Reyna de La Habana, acompañaba las cenizas de Julio Antonio Mella a su última morada, el 29 de septiembre, lo perpetró la soldadesca por instrucciones de Fulgencio Batista, pese a que el acto había sido autorizado por la secretaría de Gobernación. El asesinato de Mario Cadenas, las golpezas a los estudiantes, la disolución a tiros de una manifestación de empleados de la tiende Ten Cent y otros atropellos, testimoniaban que el flamante jefe de las fuerzas armadas estaba a la altura de sus precedecesores.

    Por su parte, la subversión reaccionaria de abecedarios, "nacionalistas", menocalistas, marianistas, liberales y machadistas en general, oficiales depuestos, hacendados, terratenientes, grandes comerciantes, y todos los beneficiarios del neocolonialismo intentaron, persistentemente, una y otra vez, abatir "al gobierno de los cien días", a cuyo resquebrajamiento ayudaron también su falta de cohesión, y los golpes que le propinaron desde la izquierda.

    La conspiración permanente de la reacción se tradujo en el estallido constante de bombas, el ataque indiscriminado de francotiradores, incendios y choques callejeros. Los camisas verdes del ABC llevaron el peso de la acción revolucionaria, que fue violentamente afrontada por las huestes estudiantiles del DEU y por los seguidores de Guiteras, quienes no vacilaron en colocar bombas en el periódico "Diario de la Marina", en "El País", así como imponer la clausura de AHORA. Al tiempo los revolucionarios descargaban sus ametralladoreas sobre Mendieta y Pepín Rivero del DIARIO DE LA MARINA, en fallidos intentos de ajusticiar a estos enemigos del pueblo cubano, según versión cubana revolucionaria actual.

    El 2 de octubre se produjo el combate en el Hotel Nacional de La Habana, trágicamente desfavorable para los ex-oficiales machadistas que se habían atrincherado en los pisos altos del edificio. Welles y los de ABC habían sido los inductores bajo promesa de ayuda. Los pronunciados fueron vencidos y apresados por el ejército, que los desalojó en ataque respaldado por la artillería de campaña y los cañones de los buques de la marina de guerra. Los soldados de Batista, incontrolados, una vez más asesinaron a muchos de los ex oficiales de Machado, incluso una vez que se rindieron.

    El 8 de noviembre de 1933 La Habana fue teatro de un alzamiento contrarrevolucionario de cierta envergadura, también alentados por el "mediador yanqui", Mr. Welles. En las últimas horas de la noche del 7 de noviembre, los contrarrevolucionarios tomaron el Cuerpo de Aviación en el campamento militar de Columbia, los cuarteles de Dragones, San Ambrosio y Atarés, la jefatura y la mayoría de las estaciones de policía, la Policía Judicial, las Secretarías de Instrucción Pública, Sanidad y Comunicaciones, el Gobierno Provincial y otras dependencias.

    Simúltaneamente, los sediciosos se hicieron dueños de calles, azoteas y produjeron multitud de tiroteos desde automóviles en marcha o empleando francotiradores, matando e hiriendo a muchos civiles, ajenos a los hechos. Quisieron así provocar un estado de pánico en beneficio de sus planes. Aviones pilotados por oficiales sublevados atacaron la zona portuaria. Dos de ellos fueron derribados por fuego antiaéreo gubernamental y otro se estrelló en Santiago de las Vegas.

    Levantamiento de menor magnitud tuvieron lugar en Santiago de Cuba, Holguín, Manzanillo, Rancho Veloz y en el Cotorro. En el último de los sitios mencionados se produjo un encuentro con el ejército, con un saldo de 4 muertos y 20 heridos.

    El ejército con la ayuda de los navíos Cuba y Patria, las milicias de pro Ley y Justicia, el Ejército Caribe - integrado por militantes del Directorio Estudiantil Universitario (DEU) - y seguidores de Guiteras contraatacaron el día 8 de noviembre, desalojando a los contrarrevolucionarios de todas sus posiciones y obligándoles a replegarse a Atarés, donde fueron finalmente derrotados, despues de fuerte cañoneo por tierra y mar. Cincuenta de los sediciosos capturados en el Castillo de Atarés fueron asesinados entre ellos Blas Hernández, un "isleño" más, protagonista en la historia de Cuba, cabecilla de los amotinados. Según datos de la época esta intentona ultra pro-yanqui, costó un centenar de muertos y unos doscientos heridos.

    Consecuencia de estos hechos y caos consiguiente, el gobierno declaró la ley marcial y el estado de guerra en todo el país.

    Al tiempo, en el propio gobierno, la distancia entre Batista y Guieras se hizo más patente. En más de una ocasión el Secretario de Gobernación intentó, inútilmente, derrocar a Batista y promover a Pablo Rodríguez - el sargento iniciador del movimiento militar del 4 de septiembre - a la jefatura de las fuerzas armadas. El 3 de noviembre, en una reunión celebrada en la residencia de Sergio Campó, Guiteras presentó pruebas de la traición a los acuerdos que se fraguaba y fue desoído una vez más. Ese día se disolvió el directorio, y Batista dio algunas explicaciones ambiguas y continuó en el cargo, sin comprometerse por haber tomado parte en la conjura reaccionaria, en la que sin intervino desde la sombra y al amparo de Welles.

    Por otra parte la publicidad contra el gobierno continuó arreciando, a medidas que aumentaba la inconformidad de los sectores más reaccionarios. Periódicos, revistas, radioemisoras y agencias de prensa difamaban al régimen exagerando sus dificultades y elogiaban a Carlos Mendieta – ex coronel del Ejército Libertador de Cuba - quien había sido previsto, por la reacción, como el candidato idóneo a los intereses de los norteamericanos y de la oligarquía criolla.

    Los acontecimientos siguieron su curso negativo y el resquebrajamiento del gobierno prosiguió, estimulado también por la crisis que provocaron las sucesivas renuncias del presidente Grau San Martín, los cambios en el gabinete, la demagogia sensacionalista del mandatario USA y sus tentativas de entenderse en secreto con Washington.

    Panamá, Uruguay; Méjico y España, fueron los únicos estados que reconocieron el régimen de los "cien días". El embajador uruguayo y Reyes Spíndola, ministro de Méjico, gestionaron un entendimiento cordial entre Grau y la oposición derechista. Los afanes conciliatorios de los diplomáticos latinoamericanos se estrellaron contra el empecinamiento rencoroso de los reaccionarios y la decidida labor antigubernamental de la embajada norteamericana.

    A fines de septiembre de dicho año, el gobierno yanqui - siguiendo su propia estrategia - sustituyó a Sumner Welles por Jefferson Caffery quine, de inmediato, se enfrasco en la conducción de los hilos de la conspiración que buscaban completar la más estrecha unión entre el reaccionario Batista con la oligarquía nacional y los elementos de la extrema derecha.

    Alentados y asesorados por Welles y Caffery, la oligarquía y la ultraderecha política comprendieron la necesidad de "entenderse" con Batista. El sargento-coronel, a su vez, no perdió ocasión de acumular méritos que le hiciesen grato ante Washington y sus agentes criollos. El odio al pueblo, a los comunistas, a Guiteras - e incluso a las reformas emprendidas - fue estímulo que llevó a coaligarse a los golpistas del 15 de enero de 1934, y Welles y Caffery los artífices de esa "concentración nacional".

    El desenlace a la par de la reorganización de la problemática cubana, se produjo el mismo día 15 de enero, al someterse a los designios de los Estados Unidos todas las fuerzas políticas reaccionarias cubanas, mientras las revolucionarias permanecían alejadas e, incluso, hotilizándose (sic) entre sí, en alguna medida.

    El domingo 14 de enero de 1934, se reunió en Columbia una junta de jefes militares. A su término tuvo lugar otra segunda reunión, en la que tomaron parte Batista y algunos de sus oficiales, el presidente Grau San Martín, los miembros del gabinete y líderes políticos de los sectores adictos al régimen.

    Una parte de los reunidos continuaron sus deliberaciones, posteriormente, en el Palacio Presidencial, encabezados por Grau.

    Salvando las diferentes versiones históricas existentes sobre los detalles específicos en ese día, lo esencial fue que Ramón Grau San Martín renunció a la presidencia de la República al exigirle Batista que lo hiciese, asumiendo el cargo - por 24 horas - Carlos Hevia quien, a su vez, entregó el poder a Manuel Márquez Sterling el cual desarrolló una rápida maniobra y logró la exaltación - como tenía previsto el representante yanqui Caffery y lo más reaccionario de la burguesía cubana -del coronel Mendieta a la primera magistratura el 8 del propio mes y año.

    A la pregunta de un periodista para que justificara la renuncia, Grau contesto: " De un lado estaba el coronel Batista, jefe del Ejército, en representación de todas las fuerzas militares del país y de otro el coronel Mendieta, a quien se señalaba como el único hombre posible para unir a todos los cubanos nuevamente a un mismo tiempo, con su personalidad, a la revolución en marcha...”.

    Sin dudas Grau, el bien calificado demagogo -reformista, buscaba hacerse agradable a los representantes yanquis y a la derecha cubana. Sus aspiraciones presidenciales esperarían mejor oportunidad como intuía, estaban en sus proyectos como el tiempo se encargaría de demostrar.

    La transitoria y furtiva elección de carlos Hevia - un ingeniero graduado en la Academia Naval de Annapolis, ex oficial de la marina de guerra yanqui y connotado pro norteamericano - era otra tetra de los reaccionarios, pues, al proponerse a Mendieta - en la reunión de Columbia - hubo una violenta oposición a vrios miembros de la junt y, por ello, se propuso a Hevia como una transacción. Ante la oposición del grueso de los "nacionalistas", resignados por la imposibilidad de nombrar otro presidente que no fuera Mendieta, el ingeniero Hevia cedió su lugar a Manuel Márques Sterling quien la ocupó "para que la república no quedara acéfala", y empleo el tiempo de su interinidad en la convocatoria y celebración de la reunión donde Mendieta fuese promovido a presidente.

    En la ciudad abrumada por los rumores y tejemanejes de la política del momento, a oscuras por las huelgas de la electricidad y conmocionada por los paros, Márques Sterling reunió apresuradamente a un grupo de politicastros reaccionarios formando con ellos "un colegio electoral de emergencia" e hizo "elegir" a Carlos Mendieta como presidente de la república en tan poco democrático acto. Los congregados por Sterling representaban a sectores políticos derechistas, entre los que se incluían algunos afiliados que no llegaban al centenar.

    Caffery, procónsul yanqui en Cuba, insistía el 22 de enero en que el régimen disfrutaba del "respaldo de todos los grupos políticos, excepto los de extrema izquierda y de algunos partidarios de Machado", y en que "el gobierno está manteniendo el orden y desempeñando las funciones públicas gubernamentales con normalidad".

    Los gobernantes yanquis - tan dados a crear pautas sobre sus conceptos democráticos - que se abstuvieron de reconocer al gobierno " de los cien días", no tuvieron el menor pudor para dar su "beneplácito" a la nueva situación. El 23 de enero de 1934, a los cinco días de haberse constituido el régimen reaccionario de Mendieta, fue reconocido por los Estados Unidos.

    El reconocimiento puso punto final a un capítulo de las actividades imperialistas en Cuba, y dio comienzo a otro, que se distinguió por la absoluta supeditación de los miembros del nuevo gobierno que fue gestado y elevado al poder por Washington.

    El golpe militar contrarrevolucionario de enero de 1934, expulsó del poder a revolucionarios y reformistas. El nuevo gabinete - de falsa concentración nacional - estaba compuesto por los "abecedarios", "nacionalistas", y seguidores de Menocal y Mariano Gómez. El coronel Mendieta no pasó de ser un pelele de Batista, que a su vez lo era de Caffery.

    La reacción había tomado el poder mientras que el pueblo, las masas de obreros, campesinos, estudiantes, intelectuales, empleados, etc., fueron desdeñosamente olvidados por todos los partícipes de la criminal conjura que desembocó en el golpe del 15 de enero de 1934. Caffery, Batista, Grau, Hevia Sterling, Mendieta, unidos los cabecillas del Directorio, del ABC, etc, hicieron y deshicieron a su antojo, acordaron intrigas, formaciones en beneficio propio, barajaron todo tipo de combinaciones y decidieron, por último, el destino inmediato del país a espaldas del pueblo y de sus legítimos intereses. Unicamente los comunistas con Guiteras y sus seguidores, intentaron arribar a un desenlace con el apoyo de las masas y en beneficio de las inmensa mayoría del pueblo cubano. Los responsables del cuartelazo tomaron en cuenta al pueblo soberano sólo para recabar el apoyo de los yanquis ante la huelga general con la que Guiteras intentó enfrentarse a los hechos, o para ametrallarle cuando protestó ante la asonada.

    La soldadesca batistiana, bajo la dirección del capitán Belisario Hernández, masacró a la multitud inerme que se había congregado en los alrededores del Palacio para replicar a los golpistas. La matanza del Parque Zayas, el propio 15 de enero, dejó un saldo de varios muertos y más de 15 heridos.

    Consideramos que son tres los aspectos esenciales que deben destacarse en esta fase histórica:

    -La actuación de los gobernantes yanquis con respecto a Cuba - siempre sutil e hipócrita -en esos críticos años que puso en evidencia la política de FD Roosevelt, en los momentos en que el presidente yanqui pretendía "vender" que "los Estados Unidos habían dejado de ser imperialistas". Por todos los medios procuró evitar la intervención directa de fuerzas norteamericanas en Cuba, que logró, - ya que tal hecho hubiera producido graves trastornos en el resto de América Latina, por la cacareada "política de buen vecino"- y que consiguió gracias a la labor de sus representantes en Cuba y funcionarios de estado, que lograron una de las obras maestras de la diplomacia norteamericana en la época al hacer surgir el gobierno títere en enero de 1934, aunando en cerradas filas a la oligarquía cubana.

    -El papel gubernativo desempeñado por Carlos Mendieta quien, desde su ascenso al poder representó el fraude y el engaño al pueblo, así como ser un fiel servidor a los intereses yanquis y de la oligarquía nacional sin escatimar hechos que van desde el asesinato político a las represiones contra los opositores.

    -La muestra, con toda claridad, de las bases en que se afianzó Batista y los sargentos del 4 de septiembre, junto a los reformistas en su conjunto con la mayoría de las personalidades y colectivos políticos que tomaron parte en la conjura Welles- Caffery-Batista, traicionando intereses populares, y las consecuencias para los gobiernos sucesivos que dominaron la vida política cubana hasta el triunfo revolucionario de 1959.

    Hasta 1933 el ejército cubano había sido una especie de guardia pretoriana del presidente de turno. Oficiales y soldados sirvieron a los sucesivos gobernantes bajo cuyas órdenes cometieron crímenes horrorosos, sin perder la condición de servidores públicos. En el curso de esos 30 años los militares se dieron por satisfechos con el exiguo botín que llegaba a sus manos y, mientras los políticos enriquecían, ellos se contentaban con las migajas, que no alcanzaban para constituir ni siguiera una fortuna media, salvo contados casos.

    En 1934 aquella situación cambió radicalmente. Los militares se convirtieron de siervos humildes en altivos señores y, los nefastos políticos pasaron de ser los mandantes de antaño a criados de los militares de ahora. La posición y cargo a ocupar por cada "politicastro" pasó a ser decidida por los jerarcas castrenses, quienes hasta 1933 dependieron de los políticos para su ascenso y traslado. La parte más importante de los latrocinios a la hacienda pública, y de todo tipo de ilegalidades pecuniarias, a partir de 1934, pasaría a ser controlados por la oficialidad que a su vez repartía a los gobernadores civiles y cargos de confianza del nuevo régimen. Las decisiones fundamentales, en todos los terrenos de la actividad pública y a todos los niveles, serían ahora tomadas por el oficial que actuase en el nivel y lugar donde la determinación correspondiente se hiciese.

    La república cubana, supeditada y neo colonial, plagada de taras, defectos y vicios, añadió un nuevo y terrible mal a los muchos que la aquejaban: el militarismo bárbaro, irresponsable, mercenario, cruel y homicida que se había adueñado del país.

    Durante 1934 y 1935 se promulgaron innumerables disposiciones legales sobre el ejército, la marina y la policía. Una depuración amplísima separó de los cuerpos castrenses a los que no resultaban lo suficiente "gratos" a los nuevos coroneles y dejó el campo abierto el ingreso y promoción de seguidores afectos a Batista. Fueron puestos en vigor nuevos reglamentos y ordenanzas, inspirados en el espíritu y las demandas de los sargentos septembristas. Se aumentaron los haberes y soldados y marinos, multiplicándose las posibilidades para las promociones situadas en los niveles bajos del mando, aunque los altos continuaron en manos de los favoritos de la tiranía creada por Batista. Se formalizó el retiro de las fuerzas armadas y se crearon hospitales para soldados y para policías.

    El armamento, bajo dirección norteamericana, fue modernizado y los arsenales quedaron abarrotados de nuevo armamento. Los asesores yanquis enseñaron el manejo de las nuevas armas automáticas y otras para la más avanzada técnica represiva. Una información que apareció en el periódico EL PAIS, de 16 de abril de 1934, dio cuenta de "...la llegada a La Habana, en avión, de expertos policías americanos, Mr Young y Mr Moore, contratados por el gobierno de Mendieta, para instruir a la Policía y al Ejército en el manejo de gases de todas clases....frente a manifestaciones callejeras".

    Pero si los militares, en 1934, sufrieron metamorfosis, otro tanto ocurriría en algunas organizaciones situadas en el campo contrario. En el propio año, el reformismo dio vida al Partido Revolucionario Cubano (Auténtico), fruto de la unión de Grau San Martín y sus acólitos con el Directorio estudiantil Universitario, bajo el liderazgo del astuto fisiólogo Grau - con gran acogida en la universidad habanera desde tiempo atrás -.

    El PCR (A) luchó a su manera, contra la dictadura recien instaurada, que dirigía desde Miami el mismo Grau San Martín por "control remoto", con la colaboración de otros ilustres exilados, Carlos Prío Socarrás, Tony Varona y seguidores. Esta agrupación nacional-reformista, con tintes demagógicos, incidió negativamente en la vida cubana durante muchos años, a decir del historiador cubano Cantón Navarro.

    Por su parte, a partir de junio de 1934, el partido pro fascista ABC pasó a la oposición al abandonar la alianza gubernamental y se propuso intentar el derrocamiento del régimen con el propósito de sustituirlo por una "dictadura de su signo", por aquellas fechas de moda en algunos países de Europa. La atomización de sus enemigos -agravado por las diferencias ideológicas existentes entre revolucionarios, reformistas y fascistas - resultó de gran utilidad a la dictadura, contribuyendo a su misma supervivencia y gestión antinacional.

    También a principios de 1934, en una organización llamada TNT, Antonio Guiteras - quien comenzó, inmediatamente después del golpe del 15 de enero, a preparar la guerra civil revolucionaria - aglutinó a buen número de revolucionarios quienes hostilizaron a la dictadura mediante el sabotaje y golpes de mano. A mediados de este año, Guiteras consideró que ya la TNT había cumplido sus limitados fines y que había que disolverla para crear una organización de mayor perspectiva y amplitud. Utilizando la TNT había nucleado hombres, rehecho contactos, fogueado gente y logrado que muchos comprendiesen que sólo con las armas era posible combatir con éxito a la tiranía impuesta.

    En esa época el prestigio que ganó Guiteras durante el machadato y en el gobierno de "los cien días", se incrementó notablemente. Ya nadie discutía su jerarquía de líder revolucionario de primera magnitud. Era respetado por sus amigos y por los mismos enemigos y sus simpatizantes se incrementaba por decenas de miles. La popularidad de Guiteras era extraordinaria y por la coyuntura histórica que pasaba Cuba le obligó a crear el partido La Joven Cuba en mayo de 1934. En la Secretaría de Gobernación, durante su permanencia en el gobierno, consiguió la amistad y la admiración política de los obreros que acudían a la Secretaría, y a la misma Gobernación, dado la confianza que el les dispensaba.

    La Joven Cuba extendió con prontitud sus entramado por las seis provincias existentes entonces en Cuba. Su objetivo era derribar aquel gobierno impuesto y no respetado por los cubanos, para restablecer un gobierno revolucionario que transformase la estructura colonial existente en el país. Desde el mismo instante de la fundación del nuevo partido político se comenzaron los preparativos para desencadenar una auténtica guerra civil revolucionaria. Para ello reclutó a millares de compañeros a los que adoctrinó en la lucha, hasta que pronto cometieron sabotajes y atentados personales. A través de colectas y expropiaciones, recaudó armas y adquirió una finca en Méjico para convertirla en campo de entrenamiento.

    La tesis insurreccional de Joven Cuba planteaba el inicio y desarrollo de la guerra revolucionaria, pasando por sucesivas fases con el apoyo de un aparato clandestino que golpease al enemigo en las ciudades y en su retaguardia. Las hostilidades debían secar a la llegada por Oriente del propio Guiteras al frente de la expedición proyectada desde Méjico. El mismo gustaba llamar a su proyecto de ataque y a su esquema militar-revolucionario como el Plan de Oriente, imbuido en el espíritu revolucionario de la época, tomando modelo las revoluciones rusa y la más próxima de Sandino en Nicaragua, a más de su experiencia adquirida en la lucha contra Machado.

    La Joven Cuba estaba dirigida por un Comité Ejecutivo Central, al que estaban subordinadas las direcciones provinciales y las variadas comisiones encargadas de orientar el trabajo de los distintos frentes ( Comisión Nacional de Acción, la Comisión Nacional Técnica Insurreccional, la Obrera, la Obrera, la de Propaganda y la Sección Femenina), que coordinaba Antonio Guiteras como líder máximo de la organización.

    Al frente de cada provincia había un jefe con su ejecutivo, como más tarde en otra revolución de mayor trascendencia aún, patrocinada por Fidel Castro, la estructura organizativa persistía, puesto que:

    Faustino Pérez Hernández, hijo de descendientes oriundos de Los Llanos de Aridane en la isla de La Palma, formó parte de los 83 expedicionarios que desde Méjico llegaron a Cuba a bordo del pequeño yate "Granma". Fue designado por Fidel Castro como miembro integrante del Estado Mayor desde la temprana fecha de diciembre de 1956, cuando se acordaba el desembarco militar de la expedición y para organización de la misma. Posteriormente mientras Fidel y otros revolucionarios luchaban en la Sierra Maestra, Faustino ocupaba la jefatura del Movimiento en el llano con jurisdicción sobre la lucha clandestina que tenía lugar en varias ciudades cubanas hasta los sucesos de la huelga de abril de 1958. Finalizó la guerra contra Batista con el grado de comandante que es la máxima graduación militar existente en Ejército Rebelde cubano.

    La milicia estaba agrupada en escuadras militares, de 8 hombres cada una, subordinadas al distrito correspondiente.

    En los primeros meses de 1935, la organización contaba con unos quince mil miembros en toda la república, controlados y cumpliendo las tareas asignadas con total disciplina. El grueso de los dirigentes, cuadros y militantes de Joven Cuba pelearon heroicamente contra la primera tiranía de Batista; mantuvieron incólume la honestidad durante los gobiernos auténticos, posteriores; combatieron contra el asesino de Guiteras entre 1952 y 1958 y hoy en día figuran entre los elegidos como cargos en la revolución de Fidel Castro. Muchos de ellos marcharon a España, a luchar contra el fascismo imperante y como bando de una guerra civil, perdiendo la vida algunos, e incluso tras haber alcanzado grados en el ejército republicano, tal el caso de Alberto Sánchez y Rodolfo de Armas.

    El programa de Joven Cuba, postulaba medidas tendentes a la defensa y afirmación de la soberanía nacional; la reforma agraria,; el rescate de los bienes malversados; la solución del problema educacional, el de salud pública y el de la vivienda de los obreros y campesinos, carentes de ellas; la industrialización, el desarrollo del comercio exterior en beneficio del país y la creación de la marina mercante nacional; la igualdad plena de la mujer y el negro así como la defensa de los derechos de los trabajadores entre otras medidas en proyecto.

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  19. CANARIAS EN CUBA

    La colonización de numerosas islas del Caribe, durante el siglo XVI, dio a Canarias un protagonismo privilegiado como plataforma obligada ya desde este momento, y a lo largo de los siguiente dos siglos, necesario para la planificación y control administrativo de la América Hispana en todos los órdenes y para lo que sería un vasto imperio de ultramar.

    Cuba, cuya vinculación es la que especialmente nos interesa, mantuvo aquella relación más que ninguna otra región en el mundo hispano, debido a ser la otra plataforma del otro lado del Atlántico, y por las constantes migraciones entre ambas cuya influencia se aprecia en numerosas facetas que alcanzan, desde la social y económica hasta la del arte o la literatura sin descartar la faceta antropológica y etnográfica.

    Las manifestaciones artísticas localizadas en varias poblaciones de Cuba, especialmente en La Habana, llegaron a través del arte regional canario. Es destacable los complicados artesonados mudejares de influencia isleña, así como las casas típicas cubanas en torno a un patio central con enormes balconadas de madera que recuerdan perfectamente las de la isla de La Palma o las de la ciudad de La Laguna, Vegueta, Garachico, entre otras, por clara influencia cultura durante la colonización española.

    Los emigrantes canarios en uso de su peculiar idiosincracia, contrariamente a la costumbre de otros españoles de La Peninsula, se instalaban en los campos dedicados a las labores agrícolas en general y especialmente en el tabaco en que llegaron a ser auténticos profesionales. Sin embargo al campesino isleño no le resultaba fácil la integración en Cuba, donde predominaba el sistema económico esclavista, optando por la ocupación, por compra o arriendo, de pequeñas propiedades próximas a los ríos, denominadas vegas, para cuyo cultivo no precisaba excesivo esfuerzo ni aportación de grandes capitales. Todo como consecuencia de "aquella forma de ser y comportarse el canario"

    No es de extrañar, por tanto, la rebeldía innata del isleño, que le conducía siempre a la actuación independiente, quizás por haber sido, casi siempre objeto de abuso sistemático, tanto a la salida de sus islas maltratado por el intermediario, como en la llegada y estancia en Cuba víctima igualmente de explotación por los patrones, o por la misma la administración española. Consecuencia de ello era frecuente la deserción de los lugares habituales de trabajo para peninsulares, dedicándose al comercio de baratijas o pequeños artículos, a decir del Dr. Hernández González en obra citada y casi siempre al cultivo de aquellas pequeñas parcelas que adquirían de diversas formas donde tendría lugar su enorme habilidad agrícola y el mayor protagonismo, con especial relevancia en el referido cultivo tabaquero, a cuyos cosecheros, en gran número palmeros, los cubanos han de estarles agradecidos por haber desarrollado cultivo de esta planta tan importante para la economía de Cuba. Son rasgos definitorios del papel social desempeñado por estos campesinos emigrantes canarios en la Perla Antillana, puesto que aislado o en colaboración con el dueño de la explotación, normalmente esclavista, el "isleño" canario trabajaba en calidad de hombre libre, identificado profesionalmente con la tierra y sus productos. Régimen de libertad laboral entendida parcialmente y así lo expresan los autores del tratado "La Esclavitud Blanca", para referirse a esta relación laboral, más próxima al régimen de esclavitud que de libertad, cuando dicen: " ...la abrumadora superioridad del campesinado blanco, mayoritariamente canarios, dentro de la pequeña propiedad rural y su creciente aumento a lo largo del siglo XIX, es una realidad incuestionable".

    Igualmente destacar que el famoso antropólogo Bronislaw Malinowski que prologa el libro del no menos famoso investigador y antropólogo cubano Fernando Ortíz, "Contrapunteo cubano del Tabaco y del Azúcar", afirma que "había conocido y amado a Cuba desde los días de una temprana y larga estancia en las Islas Canarias, dónde comprobó que para los canarios Cuba era la tierra de promisión a la que emigraban los isleños paga ganar dinero y retornar a sus antiguas tierras en las laderas del Pico del Teide o alrededor de la Gran Caldera - referido a La Palma -, o bien para arriesgarse de por vida en Cuba y sólo volver a sus patrias- islas por temporadas de descanso, tatareando canciones cubanas, pavoneándose con sus modales y costumbres criollas, y cantando alabanzas de su Cuba, donde extienden su infinito verdor los cañaverales que dan azúcar y las vegas que producen el tabaco".

    Pero en contra el antropólogo cubano Fernando Ortíz, sorpresivamente ignora a aquellos isleños y su gran aportación a la cultura de Cuba, isleños que tanta importancia tuvieron en el devenir histórico de la economía azucarera de la isla y sobre todo en la potenciación y desarrollo del cultivo y la elaboración del tabaco que constituye, también, un factor fundamental para la industria en su isla natal a la que debe nombre y prestigio y a los que sólo menciona como "isleños del campo".

    Aquellos canarios, que salvo muy contadas ocasiones relativamente recientes, emigran en contra de la voluntad de los gobernantes de cada momento y época. Se marchan a escondidas rumbo a América a pesar de todas las medidas impuestas oficialmente para evitar el seguro despoblamiento de Canarias, como así se constata en el siglo XVII y XVIII, épocas de grandes posibilidades de pérdida de estas islas, azotadas por los muchos enemigos europeos de la Monarquía Hispana. Cuba es la tierra receptora de gran parte de aquellos canarios que contribuyeron a consolidarla como la posesión preferida de España en América.

    Como apunta el periodista Federico González Santos, desde Cuba, Canarias 7, día 9 de abril de 1995, Siete Días, p.1, "huellas vivas de la emigración canaria, los isleños en Cuba, mantienen una apuesta diaria por evitar que se desate el lazo común que une las islas de ambas riveras del Atlántico. Agricultores en su mayoría, los hijos de Canarias ocupan en este su rincón del Caribe desde las sillas políticas de las revoluciones interseculares...".

    Los isleños compartieron, sin saberlo plenamente, el protagonismo anónimo de una de las páginas más interesantes de la Historia de Canarias, siempre y especialmente en torno a los años que conforman el cambio del siglo XIX a los primeros años del XX, buscando en Cuba el bienestar que era negado en su tierra por el injusto entramado caciquil y administrativo imperante, por otra parte instituido como norma habitual de la época.

    Canarios nativos o descendientes en otras generaciones, estos isleños dieron páginas fecundas a la también historia de Cuba, llegando a dar su sangre al horizonte que buscan para una nueva patria. Se les acuñaba, en mayoría, como "guajiros agricultores" sumamente agnegados y pacientes, pero también hubo isleños licenciados, profesores, militares, empresarios, periodistas poetas, gran número de intelectuales en suma.

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  20. CANARIOS EN CUBA

    Como elemento complementario a nuestro trabajo “investigatorio”, en torno al proceso revolucionario cubano en sus diversas épocas que queda implícitamente ceñido para un periodo determinado y concreto, consideramos necesario, no obstante, una aportación global sobre la presencia canaria en Cuba visionada como antecedente del tema central. Representará un análisis contextual limitado a lo imprescindible pero que alcanza varios aspectos en la relación humana, sociológica, cultural, “vivencial” o económica entre ambas sociedades.

    Los canarios, una vez conquistadas las islas, desde los primeros momentos de relación con los castellanos, no sólo atendieron a la guerra para su propia defensa ya integrados en órbita de Castilla, sino que, asociados con proyectos más amplios por quedar integrados en otra cultura, figuran como auxiliares en sus empresas tanto en África como aportando gente y recursos para poblar amplios territorios de América dependientes de la Monarquía Hispánica, especialmente la mayor de las Antillas: Cuba.

    Fue esta Isla donde tuvo lugar uno de los asentamientos más grandes de españoles, si bien corresponde a los oriundos de las Islas Canarias la mayor inmigración blanca que se asentó en la misma desde el inicio de la colonización en 1513. Así queda contrastado en los primeros censos poblacionales realizados en Cuba en 1863, durante la ocupación española, cuantificándose en 136 poblaciones, la existencia de "isleños" en 128, conformando un 94 % sobre el total encuestado ( Ramiro García Medina La Emigración Canaria en Cuba, p. 16 y s). El mismo autor da por sentados dos postulados básicos que revolucionan la visión que hasta ahora, y por diferentes autores, se tenía de la presencia cualitativa y cuantitativa de los canarios en Cuba:

    a) " La palpable realidad de los canarios o isleños y de su arraigo ancestral en la actual población cubana, además de la presencia física de miles de oriundos a lo largo y ancho de la Isla que, aunque ancianos en su mayoría, aun pueden ofrecer sus valiosos testimonios de los últimos cien años...La ayuda solidaria de miles de sus descendientes -presentes en cualquier nivel social cubano - donde se obtienen documentos familiares del máximo interés..."

    b " ....Se ha subestimando el papel histórico-cultural de los inmigrantes canarios en Cuba siempre encasillados como ´hombres fuertes y avezados trabajadores".

    Cuba para los canarios fue algo más que una tierra entrañable que dio albergue a la emigración. Fue el objetivo de aquellos que soportaron con dolor y nostalgia el fracaso más rotundo, y de los otros, los más afortunados con cosechado éxito y felices recuerdos. Los "isleños" al fijar la residencia obligada en la isla caribeña, fueron promotores de pequeñas sociedades agrarias, actividad que bien conocían desde sus islas de origen, de agro difícil, y cuyas técnicas trasladaron a los suelos cubanos donde, incluso los campos menos productivos, o escasos de aguas, fueron puestos en producción de forma óptima por aquellos agricultores, orgullo para la propia nación que les acogía. Por que es cierto que todos los casos Cuba siempre se ganó el derecho de ser la segunda patria del canario; igualmente los cubanos se internaron , poco a poco, en la idiosincracia de estas nuestras islas, en una profunda hermandad que convertida en contrapartida perdura hasta hoy.

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  21. HAY QUE SALVAR EL VAPORCILLO "LA PALMA"

    El vapor La Palma, que aparece referenciado en uno de los libros del palmero Juan Carlos Díaz Lorenzo junto a todos aquellos vapores de casco negro, es el único superviviente de aquella saga. Se halla en los muelles de Santa Cruz a la espera de reparación y uso emblemático....., rescatado a iniciativa del que fue presidente del Cabildo de Tenerife Sr. Segura Clavell cuando se hallaba, para desguace, en el puerto de Las Palmas de Gran Canaria. Sin embargo ha sido criticado por tan feliz iniciativa, si bien desde estas páginas nos encomiamos y solidarizamos con su coherente proyecto cultural. Tal como apunta Díaz Lorenzo "El vapor La Palma pertenece en la actualidad al Cabildo Insular de Tenerife, por donación de la familia Flick, anterior propietaria del buque que se lo había ofrecido a otros organismos y entidades para salvarlo del desguace –como todos sus hermanos de derrota-. Al final fue la primera corporación tinerfeña quien aceptó hacerse cargo del correíllo para tranformarlo en Museo de Navegación Canaria, según acuerdo plenario del 12 de febrero de 1896". Han transcurrido ya doce años sin que por otras administraciones especialmente la "canaria", no se haya tomado el reto del elogioso proyecto, especialmente Melchor Núñez, iniciador de la misma y hoy preocupado por otros asuntos.

    Da la impresión que somos los propios canarios, incluso con el poder decisorio en las manos, quienes nos oponemos al reconocimiento de nuestra ancestral cultura, en especial aquella que tanto nos une con nuestro entorno y del que tanto hemos hecho uso: el mar.



    Pero ¿Cual fue la vida del correíllo que a tantos canarios trasladó de una isla a otra o con la próxima África? Juan Carlos Díaz Lorenzo, estudioso empírico de barcos y navegación, que vivió de niño en la calle de La Marina de Santa Cruz, que además conoce de arquitectura rural, recopila y entre otros aspectos, nos dice: que el "La Palma" llegó a Santa Cruz de Tenerife el 5 de mayo de 1912, junto a su hermano "León y Castillo, procedentes de los astilleros británicos Leith.

    En 19l8, cuando la falta del carbón el vapor La Palma, junto a sus gemelos "Viera y Clavijo y "León y Castillo", fue fletado a armadores penínsulares, sustituyendose el servicio interinsular por otros tres vapores más pequeños del tipo Gomera-Hierro. Así permaneció hasta el final de la Guerra, una vez restablecido el envío de carbón a los puertos canarios.

    Posteriormente su buen navegar le hizo protagonista auxiliando al cañonero "Uad Ras"

    de la Marina Española, en 1930 embarrancado en los bajos de la Cala de Fuster, en Fuerteventura. En Septiembre de l931, remolcó, junto al vapor hermano "Fuerteventura", al buque "Tordera", que a 200 millas del norte de Tenerife, se hallaba al garete con averías en el eje de cola. Por último en febrero de 1934 pudo poner a flote al pesquero "Pedro", varado en las proximidades de Cabo Jubi. Tres proesas que le permiten consolidarse y su justificación como joya del Museo del Mar. Durante la contienda civil se artillo para su autodefensa y junto al "Leon Y Castillo" fue usado como transporte de tropas regulares desde Santa Cruz de Mar Pequeña (Ifni) hasta Vigo.

    Finalizada la Guerra Civil el "La Palma" volvió a cubrir ls rutas interinsulares y, en plena segunda contienda mundial, los costados se pintaron con los colores de la neutralidad.

    Y a modo de anécdota indicar que viajé en mi juventud entre La Palma y Tenerife en este vapor, y no es grato mi recuerdo en cuanto a comodidad y limpieza, el constante humo de las calderas daba lugar a un no imaginado viaje de placer. Igualmente su hermano "El Gomera" del que recuerdo, con diecisete años allá por 1959 un viaje proceloso desde Santa Cruz de La Palma que tardó 14 horas en llegar a Santa Cruz, pasamos por los Roques de Anaga con "el sol alto" (pasadas las doce horas), durmiendo en cubierta, ya que era imposible usar el camarote por el intenso calor que allí se almacenaba y había que lavarse, por lo menos la cara, a la llegada a puerto. Que diferente servicio a los modernos ferris de hoy.

    Antes de cerrar estas notas complementarios al texto, y respecto al vapor La Palma, leemos en "El Día" de fecha reciente, sábado 22 de mayo de 1999, periódico local de Santa Cruz de Tenerife: El Cabildo de Tenerife se ha propuesto reflotar el vapor "La Palma", el histórico barco correo construido en 1912, que lleva años deteriorándose en el varadero del puerto de Santa Cruz. Para lograr ese objetivo, la Corporción Insular (previa al proceso electoral que se avecina) ha creado una escuela taller que restaurará la nave, labor en la que se invertirán 247 millones de pesetas, financiados en parte por el Inem. Participarán en el programa 50 alumnos, que se guiarán por los planos originales del popular correíllo, hallados después de una esforzada búsqueda

    El correíllo "La Palma", es contemporáneo del Titanic, ya que fue entregado a sus armadores en el mismo mes en el que el segundo de los barcos se hundió durante su viaje inaugural, es decir, en abril de 1912. El correíllo mide 67,09 de eslora por 9,15 de manga. Su construcción la encargo la compañía de Vapores Interinsulares Canarios en astilleros los británicos Leith junto con sus hermanos: "Viera y Clavijo", "León y Castillo", "Gomera-Hierro", "Lanzarote" y "Fuerteventura", todos ellos desguazados entre l965 y 1984, salvo nuestro flamante protagonista y futuro museo naval, que en 1986 fue ofrecido y aceptado por el Cabildo para su la dilatada restauración y puesta a flote.

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  22. MIGUEL DE UNAMUNO, VASCO DE ORIGEN: ¿FUE NACIONALISTA EN ALGÚN MOMENTO DE SU POLÉMICA VIDA?

    Por Miguel Leal Cruz

    Para obtener alguna conclusión definitoria habría que hacer un exhaustivo extudio de su polémica existencia en lo cultural y en lo político principalmente, a través de historiadores, prensa o personas que le conocieron.

    En el periódico La Tarde de Tenerife, de fecha 7 de diciembre de 1953, pero con más dinamismo con fecha 28 de diciembre del mismo año, el doctor J. Goyanes Capdevila, que conoció personalmente a Miguel de Unamuno al que acompañaba en diversos viajes por el norte de España, escribe unos interesantes artículos. En los mismos nos aporta una interesante descripción física y humana del mismo. En el de fecha, 28 de diciembre, para el citado periódico, entresacamos: “ Era don Miguel conocido por todos los españoles de vista o por retrato. Era un hombre leptosomático pero bastante fornido y no muy alto de estatura. Su disciplina social estaba un poco relajada, pues disentía o quería distinguirse de los demás de su tiempo y de su posición social...
    Nunca vi a Unamuno con abrigo o capa, pero se tocaba la cabeza con un sombrero, blando, redondo y negro... El hábito de Unamuno era intermedio entre laico y religioso...
    Su conformación cefálica era de tipo vasco (recordando también a los individuos vasco – navarros)... No le interesaban las cosas fútiles, banales o frívolas como el fútbol o los toros y otros espectáculos. Por ello podía repetir la conocida frase de Espinosa `non ridere, non lugere neque delectare sed inteligere´o sea leer entre líneas, leer lo que otros no leen”.

    Se pregunta el articulista ¿Era sociable don Miguel o misoneísta?

    Cuando se aislaba para estudiar o escribir no quería que nadie le molestara, pero nunca su aislamiento llegó al de aquel ingenioso escritor que puso en la puerta de su casa un letrero que decía los que le visitan le conceden un gran honor y el que no me visita que causa una gran alegría.

    Y continúa el articulista cuando dice: “ Porque Unamuno, para vencer su tedio visitaba con frecuencia la capital de España donde se reunía con sus amigos y con los que discutía”. Y pensaba Unamuno que “cuanto más alto pone cada uno su pensamiento más se aísla de la vulgaridad social del medio. Por que en sociedad hay que hacer concesiones al buen tono...
    Por eso los hombres de espíritu y a cierta edad tratan de aislarse del medio social siguiendo aquellas máximas que nos legaron los pensadores misoneístas... Todo el afán de Unamuno era corregir el pensamiento o la acción de los que creía equivocados sobre todo los perjudiciales para la patria o la sociedad como los de los gobernantes y esto, claro es, le habría de proporcionar enemigos, y si los enemigos eran poderosos, venía el condigno castigo. Por ello fue a parar al ostracismo, cuando la dictadura de Primo de Rivera... Pero nunca empleó sus diatribas contra la religión... Históricamente atacó de modo rudo la obra de la dinastía de los Austria, pues los Absburgos (sic) torcieron el hilo de la historia de España dirigiendo las energías nacionales a favor de sus intereses políticos y religiosos en Europa...”

    Finaliza el doctor J. Goyanes Capdevila este artículo diciendo que Unamuno es un erudito, un “insignis literaturae homo vir”, pues la erudición asimilada es ciencia...

    Evidentemente, fue un ser de personalidad desbordante y original, muy polémica y, a veces, siguiendo la trayectoria de sus actuaciones, contradictoria, tanto en su pensamiento e ideas, plasmadas en varios ensayos, poemas, dramas..., como en su actividad política fracasada, careciendo de sistematización en sus principios.

    Asimismo, el doctor J. Goyanes nos habla de anécdotas narradas por Unamuno que tuvieron lugar entre el Rey, Alfonso XIII, con un campesino vasco, en uno de los frecuentes viajes que el monarca hacia hasta San Sebastián, conduciendo el mismo su propio coche.

    En este mismo rotativo del día lunes 19 de abril de 1954, aparece publicado el extenso artículo de El Español, que firma Fray Albino Obispo de Córdoba, amigo en vida del escritor, bajo el título “Miguel de Unamuno en trance con su cuita”. Su contenido nos alecciona aún más sobre la relevancia del famoso rector de Salamanca (y desterrado político en Fuerteventura) cuando constatamos una nueva descripción sobre su polifacética y contradictoria personalidad.

    Dice Fray Albino: “... por que se le puede considerar como hombre, como cristiano, como literato, como filósofo y aún quizá como teólogo. Y, no sólo estos distintos aspectos se contradicen en él con frecuencia unos a otros, sino que, aún considerándole bajo uno solo, no deja uno de encontrar contradicciones...”.

    Sin embargo, ese mismo año su memoria intelectual sufriría un duro ataque del Obispo de Las Palmas en su contra, que con enorme poder en las conciencias incluidas las políticas de la España franquista, Monseñor Pildain, le ocasionó la pérdida en la práctica del homenaje que se le estaba organizando por ciertos sectores intelectuales y progresistas del momento.

    Por su vinculación a la Universidad de Salamanca, corazón de la castellana España, Miguel de Unamuno, en lo personal o a través de sus numerosas obras, jamás se definió o comprometió claramente con el nacionalismo vasco a pesar de sus raíces en aquel territorio. Obviamente tenía conocimiento de los postulados preconizados por Sabino Arana desde el siglo anterior.

    Miguel de Unamuno y Jugo había nacido en Bilbao en 1864, hijo de comerciantes vascos que habían emigrado a Méjico donde habían logrado una destacable fortuna. Su padre murió a temprana edad cuando Miguel sólo tenía 6 años. Pronto se refugió en la impresionante biblioteca de su fallecido padre y, tal vez, esa fuera una circunstancia adicional que le convirtiera, ya adulto, en un ser intelectual aunque díscolo y disconforme con algunos hechos. Sobre todo en torno a los acontecimientos políticos y académicos que tenían lugar en la España del momento, pero nunca con la política o sociedad vasca de su tierra natal o “nacionalismo chico”, a pesar de que su tesis doctoral versaba sobre el pueblo vasco y su propia esposa, Concepción Lizárraga, también era vasca.

    ¿Conocía Unamuno el cambio radical del fundador del Partido Nacionalista Vasco? Es cierto que Sabino Arana había sufrido prisión por la defensa de los ideales vascos y por lo radical de sus posturas, pero en junio de 1902 esbozó un cambio de táctica en sus planteamientos derivados de las dos posiciones reales en aquellos momentos cuales eran: el posibilismo y el realismo para su proyecto. Así llegó a escribir que: “hay que hacerse españolista y trabajar con toda el alma por el programa que se trace con ese carácter”, pero que su prematura muerta le impidió llevar a cabo esta nueva estrategia que posteriormente dividió al Partido Nacionalista Vasco en dos tendencias enfrentadas: la posibilista y la independentista.

    Pero, en torno a la conducta de Unamuno, sí hemos de considerar la gran aflicción y contrariedad que le produjo el mal trato de que fue objeto durante su destitución como rector de la Universidad castellana, situación que no era nueva para él por los avatares sufridos desde prácticamente 1914 cuando fue destituido como rector de la universidad salmantina por primera vez. Aquella administración que el general Franco pretendía para la España a conquistar en una cruenta guerra que Unamuno no sufriría por haber muerto en sus inicios pero si fue una víctima más de la misma.

    En dichos momentos, tal vez, si deseaba un acercamiento a la ideología preconizada por Sabino Arana para reivindicar a sus antepasados vascos, como si lo había hecho otro vasco universal, Julio Caro Baroja que, sin definirse totalmente independentista, sí aceptaba la postura ideológica de Sabino para llegar a votar al Partido Nacionalista Vasco, e incluso el periodista Manuel

    Aznar Zubigaray (abuelo del presidente Aznar) que en su primera época llegó a declararse nacionalista vasco y simpatizante del PNV. Unamuno, no llegó tan lejos tal vez, como queda dicho, por su vinculación a la universidad castellana de Salamanca.

    Pero sí parece aconsejó a los canarios de estas islas, al ver patente su conformismo con el régimen caciquil injusto, imperante en la sociedad canaria del momento que les obligaba a emigrar especialmente a Cuba. En su primera visita en 1910 invitado como patrocinador de unos juegos florales en Las Palmas de Gran Canaria, a los que dijo: “canarios encontraos con vosotros mismos, los unos con los otros”. Ignoramos si en su llamamiento ofertaba una salida para aquella situación injusta que tenía lugar a en estas islas, a través de la unidad en torno al sentimiento nacionalista de un pueblo pobre y marginado. O si, por el contrario pretendía insuflar las ideas básicas revolucionarias preconizadas por Carlos Marx o las del socialismo español de Pablo Iglesias, donde militó aunque por poco tiempo, un partido político sin apenas arraigo por aquellos años, pero filantrópico y de izquierdas. Lo que sí parece claro es que pretendió aunar la conciencia de los canarios enzarzados en el secular y nefasto para la integración de los canarios: el llamado "pleito insular" que teñía las relaciones y los intereses de las burguesías de las dos islas centrales enfrentadas desde el año 1808 ( y lo que es mas triste permanece enconado hasta hoy).

    En la visita que había hecho a La Laguna en 1910 evocará el pensamiento poético de Nicolás Estévanez, cuya casa y famoso almendro le muestran, y recuerda el reducido concepto que de patria tenía el poeta y político canario, producto, sin duda del hombre aislado, cuando dice: “Mi patria no es el mundo... mi patria es una choza, la sombra de un almendro”. Concepto que Unamuno rechaza en aquel momento como si fuese “un nacionalismo chico más”, pero pasados los años, en un artículo publicado en el madrileño periódico El Sol, en 1931, rectifica esta actitud, globalizadora que diríamos hoy, diciendo que: “se abarca mejor el universo desde un almendro que desde una aldea o villa, desde un Estado, desde un continente”. Esto, a decir de Sebastián de la Nuez Caballero, demuestra que el concepto de aislamiento ( a-isla-miento, como diría) se ha enriquecido y ahondado en su alma en la larga trayectoria que comprende sus contactos con Canarias.

    Sin embargo, es obvio que el nacionalismo vasco y catalán desde aquellos momentos resultaba incompatible con la Constitución vigente, lo que explica sus postulados reticentes en torno a los nacionalismos periféricos especialmente respecto a los aludidos. En los debates surgidos en 1932, la derecha agraria castellana se oponía a los estatutos nacionalistas que se discutían, que también hallaron eco en intelectuales como Unamuno, conocida su poca simpatía con estas exaltadas e introspectivas tendencias, que llegó a denominar “nacionalismos chicos”, aunque nacionalismos en suma, claro.

    El espíritu controvertido e inconformista de Miguel de Unamuno, como norma habitual que fue durante toda su vida, recibirá el mayor impacto a la altura del mes de julio de 1936, cuando comienza a vislumbrarse, otra vez, signos de la reacción militar, como hemos dicho. Esta peligrosa situación no era enfrentada por fuerzas vivas y era patente una especie de parálisis de la mayor parte de los dirigentes políticos en cuyas manos estaba una posible capacidad de acción. Unamuno, después de describir la situación que tenía ante sus ojos con muestras de dolor, indignación moral y rabia impotente escribiría: “Yo no hablé de ideología, que no hay tal. No es sino barbarie, zafiedad, soecidad, malos instintos y lo que es, para mía al menos, peor, estupidez, estupidez, estupidez”.

    Pero la permanente contradicción intelectual, espiritual y política de Unamuno, se pudo nuevamente de manifiesto, al comienzo de la guerra civil española (1936-1939), donde hubo numerosos mártires intelectuales como lo sería el mismo Ramiro de Maeztu, vasco como él, que afín a los vencedores caería como consecuencia del temor de ambos bandos hacia los intelectuales. El propio Baroja, aterrado ante la doble barbarie de tradicionalistas y revolucionarios, creyó confiar en el nuevo dictador, Franco, domador de esas bestias feroces, y acabó ingresando en el Instituto de España dependiente del nuevo régimen franquista. Pérez de Ayala, Ortega y Gasset, Gregorio Marañón, mantuvieron posturas ambiguas. En el fondo la discutida posición de Miguel de Unamuno tenía el mismo fundamento. En un principio se identificó con la causa de los sublevados, por razones de coherencia ideológica, a los que vinculó con la civilización cristiana y occidental; fue, a decir de Tusell: “no sólo un partidario de ellos sino un colaboracionista, incluso en expedientes de depuración. Pero pronto supo de sus amigos asesinados en un estúpido régimen de terror”.

    Como se ha dicho el régimen franquista le ignoró y propició su ruina, intelectual y física, después de su conocida intervención el 12 de octubre en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca, hecho deplorable para un intelectual de su talla y con indicios de clara confabulación contra él. A partir de ese momento se refugiaría en su domicilio, y desde la soledad repudió la mentalidad de “cuartel y sacristía imperante en aquella España de Franco” situación que le aproximó a la muerte en plena angustia provocada por la discordia nacional, en circunstancias lamentables como apuntamos anteriormente. En aquellos momentos tal vez hubiera deseado desterrarse nueva y voluntariamente en la tranquila isla, pobre y escabrosa pero de un gran misticismo y añoranza para él: la Fuerteventura desértica pero entusiástica.

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    Publicada: 05/06/2003

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  23. MIGUEL DE UNAMUNO: ¿VASCO O ANTIVASCO?



    Como apunta el librepensador y crítico literario Francisco Arias Solís, autor de magníficos panegíricos a la obra y figura de Unamuno, considera que el polifacético vasco “ sentía el misterio de la personalidad como algo que existe contra otra cosa. Mucho se ha hablado de la obstinada actitud negativa del mismo, de su incansable e incesante contra esto o aquello. El negativismo era su modo personal de manifestar que no se puede hacer gran cosa con las ideas, ni con las doctrinas como sistema de ideas. Había que ir a otra cosa. Siempre estaba en contra de..., en el sentido de no estar de acuerdo con nada. Estar en contra quiere decir lo mismo que apoyarse en... Y no se puede estar contra algo sin apoyarse en ese algo, sin contradecirse con él para obtener verdades más exactas... ?

    Añade el “unamunólogo” Francisco Arias que “si la personalidad fuera capaz de existir por sí misma, se bastaría y así la personalidad sería lo que es (sic). Pero don Miguel tendía a ver la personalidad como una especie de hueco y, por tanto, como lo que no es. En consecuencia la personalidad se hace y deviene. Pero ¿cómo se hace?, pregunta este estudioso de Unamuno. Pues bien, contra las cosas y en la medida en que se apoya en ellas con el fin de disputarles el terreno, es decir, la existencia. Este es el misterio y, por tanto, no hay personalidad sino en tanto que hay cosas contra las cuales y en las cuales se constituye y conforma.

    No es extraño que Unamuno dijera: “no logro encontrarme yo/ ese yo, pobre de mí/ dentro no oigo sino NO, fuera es donde suena SÍ.



    El rotativo tinerfeño La Tarde, en la edición correspondiente al día 19 de abril de 1954, publica el extenso artículo de El Español, que firma Fray Albino Obispo de Córdoba, amigo en vida del escritor, bajo el título “Miguel de Unamuno en trance con su cuita”. Su contenido nos alecciona aún más sobre la relevancia del famoso rector de Salamanca (y desterrado político en Fuerteventura) cuando constatamos una nueva descripción sobre su polifacética y contradictoria personalidad.

    Dice Fray Albino: “... por que se le puede considerar como hombre, como cristiano, como literato, como filósofo y aún quizá como teólogo. Y, no sólo estos distintos aspectos se contradicen en él con frecuencia unos a otros, sino que, aún considerándole bajo uno solo, no deja uno de encontrar contradicciones...”

    Sin embargo, ese mismo año su memoria intelectual sufriría un duro ataque del Obispo de Las Palmas en su contra, que con enorme poder en las conciencias incluidas las políticas de la España franquista, Monseñor Pildain, le ocasionó la pérdida en la práctica del homenaje que se le estaba organizando por ciertos sectores intelectuales y progresistas del momento.



    Por su vinculación a la Universidad de Salamanca, corazón de la castellana España, Miguel de Unamuno, en lo personal o a través de sus numerosas obras, jamás se definió o comprometió claramente con el nacionalismo vasco a pesar de sus raíces en aquel territorio. Obviamente tenía conocimiento de los postulados preconizados por Sabino Arana desde el siglo anterior.

    Miguel de Unamuno y Jugo había nacido en Bilbao en 1864, hijo de comerciantes vascos que habían emigrado a Méjico donde habían logrado una destacable fortuna. Su padre murió a temprana edad cuando Miguel sólo tenía 6 años. Pronto se refugió en la impresionante biblioteca de su fallecido padre y, tal vez, esa fuera una circunstancia adicional que le convirtiera, ya adulto, en un ser intelectual aunque díscolo y disconforme con algunos hechos. Sobre todo lo fue en torno a los acontecimientos políticos y académicos que tenían lugar en la España del momento, pero nunca con la política o sociedad vasca de su tierra natal o “nacionalismo chico”, a pesar de que su tesis doctoral versaba sobre los orígenes del propio pueblo vasco, con profundidad antropológica, cultural y lingüística. Sus antepasados por varias generaciones eran vascos y su propia esposa, Concepción Lizárraga, también era vasca.

    Sin embargo, si analizamos un artículo publicado en “Alma española” de fecha 3 de enero de 1904 que escribe con madurez intelectual y académica, posiblemente síntesis de algunos aspectos de su tesis doctoral, hallaremos en él un anti vasco casi radical, cuando dice: “No se conoce a uno sino por lo que se dice y hace, y el alma de un pueblo sólo en su literatura y su historia cabe conocerla... Es hacedero, sin embargo, conocer a un pueblo por debajo de la historia, en su oscura vida diaria y por las gentes y por sus conversaciones... Si los pueblos sin historia son felices, felicísimos han sido los vascos durante siglos y siglos. Durante siglos y siglos vivió mi raza en silencio histórico, en las profundidades de la vida hablando su lengua milenaria: el eusquera.

    La inteligencia de mi raza es activa práctica y enérgica, con la alegría de la taciturnidad. No ha dado hoy grandes pensadores, que yo sepa, pero sí grandes obradores, y obrar es uno de los modos más completos del pensar.

    El sentimiento del vasco es un sentimiento difuso que no se deja encerrar en imágenes definidas, savia que resiste la presión de la célula... Estalla en la música que es lo menos ligado a empobrecedoras concreciones.

    Y autoritarios, sí, autoritarios, a la vez que de espíritu independiente. Para mandar salvajes o regir frailes, para colonizadores o para priores que ni hechos a encargo, pintiparados allí donde haga falta una energía un poco ruda y procedimientos rectilíneos, pero torpes para gobernar pueblos ya hechos, donde haya que concertar voluntades y templar gaitas.

    Y cuando le toca ser subordinado, el vasco, según la frase consagrada, obedece pero no cumple; no dice que no pero haced la suya... Por que a tercos no nos gana nadie, pero que a su vez considera una virtud capital de su pueblo. Si no entra de otro modo el clavo, lo meteremos a cabezadas y por ello se dice que vizcaíno burro, aludiendo a su testarudez...

    Se habla de nuestro espíritu reaccionario, cuando debía llamársele más bien conservador. Queremos progreso al paso de la naturaleza, con calma, acomodando lo político a lo social bajo la política... Añade: Me decía una vez Pablo Iglesias que nadie era más difícil de ganar al socialismo, pero que una vez dentro de él, era de los convencidos y de los sólidos sin impaciencia ni desmayos.

    Se ha dicho alguna vez que el vasco es triste, y triste habría que creerle, a juzgar por los relatos de Baroja. Y no lo siento así, sino que observo en mi país, y entre los míos, una alegría casera y recogida, y no pocas veces el estallido de gozo de la vida que desborda... No, mi pueblo no es triste, y no lo es por que no toma el mundo más que en espectáculo...

    El día en que pierda la timidez y cobre entera conciencia de sí y aprenda a hablar en un idioma de cultura (se refiera al castellano), os aseguro que tendréis que oírle, sobre todo si descubre su hondo sentimiento de la vida: su propia religión. (46)

    Tres décadas después, en plena Segunda República con la que se identificó en principio, en un discurso ante parlamentarios de todas las ideologías incluida la de los nacionalistas vascos, sobre las lenguas hispánicas y la conveniencia de que el castellano ha de ser el idioma oficial de la República, diría: “todo ciudadano español tiene el total deber de saberlo y el derecho de hablarlo. En cada región se podrá declarar cooficial (sic) la lengua de la mayoría de sus habitantes. A nadie se le podrá imponer, sin embargo, el uso de ninguna lengua regional”. Más adelante en el transcurso del debate concretaría: “Ahora me vais a permitir, los que no lo entienden, que alguna vez yo traigo aquí acentos de lenguas de la Península. Primero tengo que ir a mi tierra vasca, a la que constantemente acudo. Allí no hay este problema tan vivo, por que hoy, principio de la década de los años treinta, el vascuence en el país vasco navarro no es la lengua de la mayoría, seguramente que no llega a una cuarta parte los que lo hablan y los que lo han aprendido de mayores, acaso una estadística demostrará que no es su lengua verdadera, su lengua materna...”

    Y añade: “Yo vuelvo constantemente a mi nativa tierra, y hace cosa de treinta años, allí, en mi tierra nativa, pronuncié un discurso que produjo conmoción, un discurso en que dije a mis paisanos que el vascuence estaba agonizando, que no nos quedaba más que recogerlo y enterrarlos con piedad filial, embalsamado en ciencia. Provocó aquello gran conmoción, una mala alegría fuera de mi tierra, por que no es lo mismo hablar en la mesa a los hermanos que hablar a los otros. Ellos creyeron que puse a aquello un sentido que no puse. Hoy continúa eso, sigue esa agonía; es cosa triste pero el hecho es un hecho, y así me parecería una verdadera impiedad el que se pretendiera despenar a alguien que se está muriendo, a la madre moribunda, me parece tan impío inocularles drogas para alargarle una vida ficticia, por que drogas son los trabajos que hoy se realizan para hacer una lengua culta y una lengua que, en el sentido que se da ordinariamente a esta palabra, no puede llegar a serlo.

    Añade, además, que el vascuence, hay que decirlo como unidad no existe, es un conglomerado de dialectos en que no se entienden a las veces los unos con los otros. Mis cuatro abuelos eran, como mis padres, vascos; dos de ellos no podían entenderse entre sí en vascuence por que eran de distintas regiones: uno de Vizcaya otro de Guipúzcoa...

    Continúa el orador Unamuno ante las cortes Republicanas, ¿y en qué viene a parar el vascuence?, pregunta. Es una cosa naturalmente tocada por completo de castellano, en aquel canto que todos los vascos no hemos oído nunca sin emoción en el Guernica Arbola, cuando dice que tiene que extender su fruto por el mundo, claro que no en vascuence, aclara Unamuno. Santo sí y en su pie tomé a la madre de mis hijos, pero así no puede ser, y recuerdo que cantando esta agonía un poeta vasco, en su último adiós a la madre euskera, invocaba el mar y decía “conviértete en tierra, mar, pero el mar sigue siendo el mar”.

    ¿Y qué ha ocurrido?, repregunta el polifacético personaje, pues que por querer hacer una lengua artificial, e incide, como la que por aquellas fechas estaban conformando los irlandeses.

    Por querer hacer una lengua artificial, se ha hecho una especie de “Volapuk” perfectamente incomprensible. Por que el vascuence no tiene palabras genéricas, ni abstractas, y todos los nombres espirituales son de origen latino, ya que latinos son los que nos cristianizaron también...

    Un señor diputado de la minoría vasco navarra le interrumpió y pidió la palabra para réplica.

    Más adelante, en su contundente discurso antivasco, habla de españolización de Euzcadi, cuando dice: Castilla civilizó a Vasconia, para añadir, que recibió una carta del propio Joaquín Costa lamentándose de que el vascuence desapareciese siendo una cosa tan interesante para el estudio de las antigüedades ibéricas. Yo hube de contestarle: Está muy bien; pero no por satisfacer a un patólogo voy a estar conservando la que creo que es una enfermedad.

    Esto causó nuevas risas y la irritación del diputado vasco Leizaola que pidió la palabra y el derecho a nueva réplica.

    Es claro que se aprecia cierta prepotencia no exenta de soberbia en las palabras de Unamuno ante los congresistas que evidencian su claro “no nacionalismo vasco”, como si lo fueron otros intelectuales de su generación menos comprometidos con gobiernos de turno, amén de otros intereses académicos o de otro tipo, y menos polémicos que nuestro Unamuno con auténtico afán de protagonismo, político o intelectual.

    No se pretende minusvalorar la memoria de este insigne pensador español, turista de lujo en nuestra isla de Fuerteventura, aunque forzado, quien sufrió en su ser la agonía producida por las circunstancias personales que le tocaron vivir, “con estoicismo de cristiano profundo” a pesar de las constantes dudas y contradicciones en diversos momentos de su existencia adulta.

    Otro conocedor de Unamuno, Criado del Val, nos dice que: “Fue la conquista de la personalidad lo que le llevó al campo político”. Como apunta Sebastián de la Nuez: es el resultado de lo justo, pero también de la soberbia ofendida que se manifiesta en una serie de improperios que no le conducirán a nada, sino a desahogar sus sentimientos heridos en lo más vivo, producto de la concepción de lo que él pretendía que fuera España. La España eterna y utópica con la que soñaba. Aquella concepción y deseo que también quedaba reflejado a través de otros pensadores de la llamada Generación del 98.



    2 noviembre 2003

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  24. LA EMIGRACIÓN CANARIA HACIA AMÉRICA

    Por Ángel Suárez Padilla

    Este buque es el "Campante" que coincidió con El Telémaco, durante la travesia, el cual habia quedado sin agua ni viveres a causa de un temporal. Este buque petrolero practicamente no le asistió. La conquista y posterior colonización de las Islas Canarias discurre paralela y abrazada al descubrimiento de América. Entre 1492 y 1506, al menos doce de las mayores expediciones hacia el Nuevo Mundo hacen escala en La Gomera. Entre ellas las capitaneadas por Colón, Alonso de Ojeda, Américo Vespucio, Pedrarias, La Cosa, Yánes y Ovando. Por ello, canarios o residentes en Canarias se convierten por las buenas o la fuerza en expedicionarios de conquista y colonización. Pedro de Mendoza recluta tres compañías de voluntarios en ruta al Estuario de La Plata, donde efectuará la primera fundación de Buenos Aires sobre 1535. Al año siguiente, Pedro Fernández de Lugo, hijo del primer Adelantado, embarca 1.500 soldados para la conquista de Santa Marta en Colombia, canarios la mitad de ellos. Pedro de Heredia en el Sinú, Diego de Ordáz en Paria (Venezuela), Hernando de Soto en Florida, Jorge Spira en Coro (Venezuela), y Francisco de Montejo en Yucatán, entre otros, contribuyen a ese movimiento migratorio. Se calcula en 10.000 el número de canarios emigrados a América en una centuria.

    Al tiempo que América se puebla de canarios, las islas se van despoblando y esto genera conflicto entre los caciques y la metrópoli. Los primeros alegan que las islas quedan indefensas e improductivas; la metrópoli propicia las primeras emigraciones clandestinas con la complicidad de las autoridades.

    En la isla de Santo Domingo se funda San Carlos de Tenerife con naturales de Canarias; y se instaura una Corporación municipal y se fabrica una pequeña iglesia dedicada a la patrona de Canarias, paradójicamente con imagen de rostro blanco, ya que como sabemos “las Candelarias” son de rostro moreno. Los sancarleños sé autodenominaron “isleños” y como tales fueron y son conocidos en toda América, “sintiéndonos orgullosos de ser isleños en América”. Con la contribución de canarios, en esta isla de Santo Domingo se fundaron localidades como Banica, Hincha, San Rafael de Angostura, San Miguel de la Atalaya, Las Caobas, Dabajón, Baní, Valle del Cibao, etc., y ciudades portuarias como Montechristi, Puerto Plata, Sabana de la Mar o Samaná. En aquellas tierras, una placa conmemorativa reza así: “1756-1981, el brigadier de la colonia fundó la ciudad de Santa Barbara de Samaná el 21 de agosto de 1756 con familias traídas expresamente de las Islas Canarias”.

    Este es el buque "BEGOÑA", trasatlantico que durante los años 60 realizó la ruta Canarias - Venezuela

    Puerto Rico es colonizado también por los canarios. En torno a 1720 fue la etapa de mayor impulso migratorio desde las islas: llegaron unas 785 personas, concretamente de Tenerife y Gran Canaria. Allí fundaron Loiza, Bayamón, Toa, Mayagüez, Vega Alta y Manatí.

    Muchos son los barcos que regresan de América con las bodegas llenas de un oro y una plata impregnados del sudor y la sangre de muchos isleños. El tabaco y la caña también traían sabor canario. Cuba es asimismo destino de canarios. Una de las ciudades más importante de Cuba es fundada por isleños el año de 1693: Matanza. Muchos canarios se revelan contra los abusos de los terratenientes y promueven la protesta campesina a la vez que son obligados a huir al monte y cargar con el sobrenombre de bandoleros; y pese a no serlo, le quitaban a los ricos para dárselo a los pobre. Entre ellos destacan Matagás, Gallo Sosa, y sobre todo Manuel García Ponce, más conocido como El Rey de los Campos de Cuba, quien más tarde ingresa en el ejercito mambí que logra la independencia en 1898. Baracoa, Guanabacoa, Caibarien y Matanzas, son lugares de Cuba que nos recuerdan pueblos canarios.

    Y por último Venezuela, lugar de especial atracción migratoria para los canarios. Hablar de Canarias y Venezuela es tan prolijo que nos llevaría mucho tiempo, vasta decir que entre 1770 y 1790 el canario representa el 52 % de toda la emigración blanca llegada a este país. Uno de los focos que aglutina a muchos canarios en Caracas se le conoce como la parroquia de La Candelaria y Chacao. Otras concentraciones se dan en los alrededores de Caracas, en La Vega, Baruta y San Antonio de los Altos. En otros lugares como la Colonia Mendoza en Barlovento, situada entre Cúa y Ocumare del Tuy, es notable la presencia de isleños, así como en los valles de Aragua, muy cerca de la ciudad de Valencia. La presencia de agricultores isleños es notable en Estado Lara, Quibor, Quise, Carora, El Tocuyo, Humocaro, Duaca, etc, donde hasta el día de hoy la presencia canaria es tremendamente significativa. Una parte importante de la producción de tomates, cebollas y papas son cosechadas en estos pueblos, donde la presencia de gomeros es notable, procedentes particularmente de Agulo y Alojera.



    Procesos Históricos

    Con la conquista de Canarias y su posterior proceso colonizador se impone una nueva cultura que con el devenir de los años toma un carácter diferenciado que podríamos adjetivar de genuino. Por una parte no se renuncia al legado histórico mientras se “aceptan” las nuevas pautas introducidas, algunas aceptadas sin mayores consecuencias, mientras otras se imponen por la fuerza donde sus consecuencias negativas fueron admitidas hasta hace muy poco: el caciquismo. Este modelo de opresión de carácter medieval hace verdaderos estragos de manera que supone una de las causas que provoca oleadas migratorias a otros lugares. Con el reparto de las tierras y de los nacientes de agua entre los ocupantes se apropiaban de todo lo que ese territorio contenía, entre otras a las propias personas, estas fueron miradas y tratadas poco menos que a esclavos o siervos. Para los canarios este fue un proceso tremendamente traumático, ya que prácticamente no intervenían como elementos activos en el embrionario proceso de desarrollo mercantil.

    " El Telemaco ". Zarpó clandestinamente con emigrantes gomeros desde Valle Gran Rey, en Agosto del añó 1950. En este barco salieron clandestinamente 171 personas como emigrantes. El proceso de colonización que se va introduciendo se ve consolidado con el carácter no beligerante de los naturales, aportando con ello una mano de obra propicia para sus fines: la explotación de la tierra y posteriormente de sus mares. La explotación del sector primario por parte de los peninsulares y de algunas casas extranjeras propicia un mercado de exportación que se va consolidando donde el criollo no interviene como elemento activo sino como un medio para esos fines mercantiles. Aunque el canario se ha visto inmerso en distintos procesos migratorios hacia a América no es menos verdad que ha sido utilizado como elemento de ocupación y consecuentemente de colonización, los vaivenes económicos hacen del canario un elemento de éxodo o de ralentización sin perder de vista el vaciamiento insular de estos elementos ya que la explotación económica se podía resentir por falta de mano de obra. Las causas que producen este fenómeno son fundamentalmente de índole social, política y económica que abarcaría durante varias centurias aunque su verdadera dimensión y consecuencias históricas han sido sacadas a la luz con toda su crudeza -en algunos casos- en los últimos años. Por una parte una economía domestica basada en la explotación, el minifundio y la autarquía, una unidad familiar con dimensiones hipervoluminosa, las precipitaciones de lluvias escasas con tintes endémicos, los distintos conflictos bélicos internos y externos y las practicas medievales que se hicieron eternas en el ámbito insular, destacando como una de la más odiosa el derecho de pernada, toda esta serie de causas parecen probar el motivo histórico, a tenor de lo señalado por Macías (1992) que diferencia:

    1.- Una primera etapa a partir del “dramático proceso transculturativo” de la conquista de Canarias.

    2.- A partir del último cuarto del siglo XVII. Según dicho autor es cuando se aprecia una migración de claro origen isleño, basada en un modelo migratorio generado por el desarrollo de la vía capitalista que se configura en los años centrales del siglo XIX, consolidándose en asociación a una estrategia librecambista.

    La Estrella Polar, fue construido en un pueblo del sur de Tenerife por Jaime Suarez Garcia, el 9 de Octubre de 1948, zarpó desde Roque Bermejo (La Gomera) con destino hacia Venezuela. El trayecto demoró 31 días y no tuvo incidencia durante su travesía.Es de gran interés retomar la tesis de Macias (1992) de que el derecho de familias fue en realidad, un mecanismo antiemigratorio, porque encareció los destinos preferidos por los emigrantes canarios. Éstos poseían información sobre las zonas de recepción, debido a una emigración histórica y la formación de redes de vecindad y parentesco; por ello, la toma final de decisiones no provenía de la política estatal. No resulta extraño que Cuba y Venezuela se convirtieran en dos de los destinos elegidos. En esta época (finales del siglo XVII y en el XVIII) se fundaron importantes ciudades ya que la mayor parte de los emigrantes van como fundadores de nuevos pueblos o para impedir el avance de otros países. De Venezuela se comienza a tener más datos a finales del siglo XVII. La Rosa Olivera (1976) apunta que, según el archivo de la Catedral de Caracas, de 1648 a 1750, de un total de 4.333 matrimonios un 16,5 % son de canarios, fundamentalmente de la isla de Tenerife con un 81,5 %.

    A partir de 1898, coincidiendo con la independencia de Cuba aumentaría el éxodo migratorio hacia América que quedó ralentizado con la crisis de la bolsa de Nueva York en 1929, volviendo a aumentar a partir de los años cincuenta. La economía canaria a finales del siglo XIX sigue articulada a partir del modelo agroexportador, basado fundamentalmente en el plátano, papa y tomate. Esta reactivación de la economía no impide una fuerte demanda de trabajo interno y que al mismo tiempo aumente la emigración, fundamentalmente hacia Cuba. Es evidente la articulación de estas dos economías, canaria y cubana a partir del efecto golondrina de finales del siglo XIX y principios del siglo XX; en la primera década del siglo salen del archipiélago alrededor de 54.000 emigrantes a tenor por lo señalado por Martín Ruiz, en 1992. Tengo que señalar que en la misma década hubo un número importante de retornados, 61.931 personas por el proceso de flujo y reflujo, fenómeno que crearía una complejidad analítica del proceso migratorio. No obstante emigración y retorno son dos fenómenos en uno que se deben analizar conjuntamente, Martín Ruiz, 1992 sigue apuntando los siguientes datos:

    El mítico Valbanera, este barco se hundió en los Cayos de La Florida el 09/09/1919, con muchisimos emigrantes isleños, aproximadamente 588, cuando estaba dando fin a su viaje. Salió desde La Palma, Puerto Rico, Santiago de Cuba y La Habana, no llegó ya que un fuerte ciclón lo hundió .- 1900-1910. Nuevo modelo de desarrollo agrícola exportador en Canarias, de donde salen unos 53.920 emigrantes, ya que existe una fuerte presencia de hacendados cubanos. Al mismo tiempo los retornados fueron del orden de 61.931 personas.>

    .- 1911-1915. Emigran unas 42.000 personas aunque es una emigración estacional. Canarias se ve afectada por un tiempo considerable por los efectos de la primera guerra mundial (1914-1918).

    .- 1916-1920. Fuerte crisis en el archipiélago por la caída del comercio exterior. Retrocede la superficie cultivada del plátano, papa y tomate. En estos años y motivado por esta crisis salen de Canarias unas 86.000 personas, en su mayoría hombres solteros.

    .- 1921-1930. Se reactiva la economía canaria tras los efectos de la primera guerra mundial. En la isla de Cuba, el capitalismo norteamericano se apodera de la isla y fomenta la emigración jamaicana y haitiana. A esto hay que sumar la caída de la bolsa en 1929 que deja a esta isla en una profunda crisis.

    En el perfil del emigrante (Martín Ruiz, 1992) predominan los jóvenes solteros en edades tempranas, donde hay un fuerte contingente de hombres en edad militar o prófugos. Los rasgos profesionales apuntan a una mayoría de agricultores, en torno al 81 %, aunque en los retornados señalan “otras profesiones”; ello hace suponer que se exportó mano de obra agrícola y se importó cualificada.

    Si la emigración canaria a Cuba fue estacional, no ocurre lo mismo con la venezolana. En toda España se produce grandes oleadas migratorias entre los años cuarenta y los sesenta del siglo XX . Con la finalización de la guerra civil española y el comienzo de la segunda guerra mundial, junto a los efectos que ello provoca, es el caldo de cultivo para culminar con fuertes salidas de población hacia el exterior. El destino, duración y tipo de emigración dependerá de diversos factores. En el caso canario queda patente que la continuidad histórica y las redes migratorias establecidas ofrecen un destino preferente hacia América; y, entre estos países, uno recibirá el mayor aporte de isleños, porque el sueño americano tenía nombre: VENEZUELA.
    Barcos evadidos a Venezuela entre los años 1940 y 1950
    Salida Pasajeros

    Nombre

    Matricula

    Isla

    Pasajeros
    02-11-1939

    Maruchi

    Las Palmas

    Gran Canaria

    26
    14-02-1946

    Primero de Tenerife

    Tenerife

    Tenerife

    86
    08-08-1946

    Emilio

    Tenerife

    Tenerife

    14
    26-05-1947

    San Miguel

    Tenerife

    Tenerife

    97
    21-06-1948

    Defensa

    Tenerife

    Tenerife

    117
    28-06-1948

    Andrés Cruz

    Las Palmas

    Gran Canaria

    34
    05-07-1948

    Guanche F.C.

    Las Palmas

    Gran Canaria

    56
    17-07-1948

    Arlequín

    Las Palmas

    Gran Canaria

    38
    30-07-1948

    Antonio Ignacio

    Las Palmas

    Tenerife

    46
    05-08-1948

    Carlota

    Las Palmas

    Gran Canaria

    228
    14-07-1948

    Magdalena

    Las Palmas

    Gran Canaria

    ---
    01-09-1948

    S Miguel Chico

    Tenerife

    La Palma

    51
    21-09-1948

    Mari Pepa

    Las Palmas

    Gran Canaria

    ---
    23-09-1948

    Miguelín

    Las Palmas

    ---

    ---
    29-09-1948

    José Morales

    Las Palmas

    Lanzarote

    140
    30-09-1948

    María Jesús

    Las Palmas

    Gran Canaria

    62
    08-10-1948

    Estrella Polar

    Tenerife

    La Gomera

    32
    16-10-1948

    Androvet

    Alicante

    Gran Canaria

    54
    19-01-1949

    Providencia

    Las Palmas

    Gran Canaria

    48
    21-10-1948

    Escorpión

    Alicante

    Gran Canaria

    56
    30-11-1948

    Antonio Carballo

    Tenerife

    Tenerife

    27
    05-12-1948

    Dragón

    Las Palmas

    Gran Canaria

    78
    15-12-1948

    Maruca

    Las Palmas

    Gran Canaria

    ---
    11-01-1949

    Paquita

    Huelva

    Gran Canaria

    110
    26-01-1949

    Isdep

    Las Palmas

    Gran Canaria

    38
    10-02-1949

    Rafaela Orive

    Las Palmas

    Gran Canaria

    54
    03-03-1949

    Lioret Llinares

    Las Palmas

    Tenerife

    47
    13-03-1949

    Soledad

    Las Palmas

    Gran Canaria

    35
    16-04-1949

    Elvira

    Las Palmas

    Gran Canaria

    200
    01-06-1949

    Cienfuegos

    Las Palmas

    Gran Canaria

    87
    02-07-1949

    Maña del Pino

    Las Palmas

    Gran Canaria

    113
    07-07-1949

    Arroyo

    Tenerife

    Lanzarote

    315
    12-07-1949

    Nemesia

    Tenerife

    Tenerife

    14
    23-07-1949

    Encarnación

    Las Palmas

    Gran Canaria

    75
    ??-08-1949

    San José

    Tenerife

    La Palma

    ---
    11-08-1949

    José Brito

    Las Palmas

    Gran Canaria

    160
    11-08-1949

    Falcón

    Tenerife

    Tenerife

    136
    16-08-1949

    Express

    Las Palmas

    Gran Canaria

    54
    12-09-1949

    América

    Las Palmas

    Gran Canaria

    36
    08-10-1949

    Eva O

    Las Palmas

    Gran Canaria

    38
    12-10-1949

    Pepito

    Las Palmas

    Gran Canaria

    30
    25-10-1949

    Rubén

    Las Palmas

    Gran Canaria

    56
    18-10-1949

    Saturnino Conc.

    Las Palmas

    Lanzarote

    46
    25-19-1949

    Mada del Carmen

    Las Palmas

    ---

    ---
    26-10-1949

    Luz

    Las Palmas

    ---

    154
    01-11-1949

    Cuatro Hermanos

    Las Palmas

    Gran Canaria

    148
    01-11-1949

    Taoro

    Las Palmas

    ---

    ---
    03-11-1949

    Dolores Ortega

    Las Palmas

    Gran Canaria

    90
    29-11-1949

    Juan Manuel

    Las Palmas

    La Palma

    58
    10-12-1949

    Virgen Carmelo

    Las Palmas

    Gran Canaria

    33
    26-12-1949

    San Jorge

    Tenerife

    La Palma

    ---
    29-12-1949

    Esperanza

    Las Palmas

    Gran Canaria

    68
    28-01-1950

    S. Antonio Padua

    Las Palmas

    Gran Canaria

    34
    06-02-1950

    Joven Pedro

    Las Palmas

    ---

    ---
    12-02-1950

    Juanita de Hierro

    Las Palmas

    Gran Canaria

    113
    06-03-1950

    América-Tenerife

    Tenerife

    Tenerife

    180
    12-03-1950

    Juanito Suárez

    Las Palmas

    Tenerife

    180
    19-03-1950

    Anita

    Las Palmas

    Tenerife

    80
    07-04-1950

    Nuevo Teide

    Las Palmas

    La Palma

    286
    15-04-1950

    Nuevo Adán

    Las Palmas

    El Hierro

    64
    15-04-1950

    Benahoare

    Tenerife

    La Palma

    154
    20-05-1950

    Delfina Noya

    Tenerife

    La Palma

    228
    03-06-1950

    Megranza

    Las Palmas

    Gran Canaria

    60
    23-06-1950

    Joven Gaspar

    Tenerife

    El Hierro

    56
    27-07-1950

    Camita Sánchez

    Las Palmas

    Tenerife

    64
    28-07-1950

    Doramas

    Las Palmas

    La Palma

    129
    28-07-1950

    Milagros

    Las Palmas

    Gran Canaria

    60
    09-08-1950

    Telémaco

    Las Palmas

    La Gomera

    171
    17-08-1950

    Rápido

    Tenerife

    La Palma

    36
    19-08-1950

    Angustias

    Las Palmas

    Gran Canaria

    48
    19-09-1950

    Ruperto

    Las Palmas

    Gran Canaria

    86
    ??-??-1950

    Jorge VI

    Las Palmas

    Gran Canaria

    147
    ??-??-1950

    Rival

    Tenerife

    Tenerife

    ---
    02-09-1954

    Camita Luisa

    Las Palmas

    ---

    ---
    04-07-1949

    Gota

    Suecia

    Las Palmas

    ---
    ??-??-1948

    Santa Ana

    Tenerife

    Tenerife

    ---
    07-08-1949

    Juanita

    Tenerife

    ---

    ---
    ??-07-1968

    Fausto

    Tenerife

    El Hierro

    ---
    03-12-1949

    San Jorge Pdmero

    Las Palmas

    ---

    80
    ??-??-1950

    Capitán Pirez

    Tenerife

    ---

    56
    12-07-1949

    Colon

    Las Palmas

    ---

    7
    14-07-1948

    Magdalena

    Las Palmas

    ---

    120
    21-09-1948

    Mada Pepa

    Las Palmas

    ---

    86
    15-12-1949

    Maruca

    Las Palmas

    ---

    56
    ??-??-1950

    Platanito

    Tenerife

    ---

    45
    19-01-1949

    Providencia

    Alicante

    ---

    48
    ??-??-1950

    Rival

    Tenerife

    ---

    36
    ??-??-1950

    S Antonio Pdmero

    Tenerife

    ---

    190
    ??-??-1949

    Sine

    Francia

    ---

    38
    ??-??-1950

    Virgen Carmen

    Las Palmas

    ---

    24

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  25. VIDEOS DE LA SEMANA SANTA EN EL PUERTO DE LA CRUZ


    http://es.youtube.com/watch?v=Mt-uwWNPxGI

    http://es.youtube.com/watch?v=SLB8zTAOlu0&feature=related

    Procesión del Gran Poder de Dios de Puerto de la Cruz, 2008.

    http://es.youtube.com/watch?v=MEXof3t9eGs

    31 de agosto de 2008 6:48
    Suprimir
    Blogger Antonio Dorta dijo...

    VIDEOS DE LA PROCESIÓN DE LA VIRGEN DEL CARMEN DEL PUERTO DE LA CRUZ


    http://es.youtube.com/results?search_query=VIRGEN+DEL+CARMEN+%22PUERTO+DE+LA+CRUZ%22&search_type=&aq=f

    31 de agosto de 2008 6:48

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