Alguien me confirma que el personaje que figura en la entrada anterior no se trata de REVERÓN sino de Ramoncillo "El Choco". He quedado profundamente decepcionado con la noticia porque no me imagino la razón que pude barajar para asociar lo de "....como Reverón pa lapas" al personaje de Ramoncillo "El Choco". Albergaba fundadas esperanzas de haber resuelto por fín el enigma que me atormentó durante tantos años pero me temo que habré de esperar aún mucho más tiempo hasta que alguien lo resuelva por mí.
Lo curioso del caso sería que el tal Reverón pudiera encontrarse oculto, con identidad falsa, en el interior de mi profundo archivo fotográfico y que hasta hoy yo no haya podido dar con su paradero ni con su verdadera identidad. Esto me lleva a plantearme un serio problema de carácter deontológico, cuando no ético: ¿debo respetar el derecho a la intimidad de Reverón aunque se trate de un negativo analógico protegido y amparado por los otros cientos que poseo y que seguramente le arropan y le respaldan en silencio?.
Espero que los historiadores locales del Puerto de la Cruz puedan devolverme con sus acertadas informaciones la calma que durante años la figura de Reverón, el de las lapas, me ha usurpado sin pretenderlo.
En ello pensaba ayer mientras mi cuerpo completamente desnudo, cubierto solo por una frágil bata de papel de color azul, yacía boca arriba sobre la estrecha camilla de un pequeño quirófano en Barcelona. Mientras, el anestesista, -un cubano doctor de mi estatura, guapetón y simpático-, me interrogaba acerca de si era alérgico a alguna cosa en concreto y, en especial, si lo era a algún tipo de alimento.
En principio no, -le dije-. Bueno, sí, -rectifiqué haciéndome un poco el gracioso-; al jamón ibérico pata negra pero no por el sabor sino por el precio.
¡Ay que ver!, -exclamó el joven doctor cubano-. Hace unos días, -prosiguió-, una paciente, precisamente, desde donde mismo se encuentra tumbado Vd. ahora, me confesó que ella, solo y exclusivamente, era alérgica a la picadura del alacrán. ¿Que le parece?.
Esa pregunta fue lo último que pude oir con cierta nitidez. Cuando desperté y abrí de nuevo los ojos me encontré con la agradable sorpresa de una espléndida sonrisa adornada por la impecable y blanca dentadura del joven anestesista Luciano.
¡¡......conque alérgico al precio, ¿eh?!!.
Lo curioso del caso sería que el tal Reverón pudiera encontrarse oculto, con identidad falsa, en el interior de mi profundo archivo fotográfico y que hasta hoy yo no haya podido dar con su paradero ni con su verdadera identidad. Esto me lleva a plantearme un serio problema de carácter deontológico, cuando no ético: ¿debo respetar el derecho a la intimidad de Reverón aunque se trate de un negativo analógico protegido y amparado por los otros cientos que poseo y que seguramente le arropan y le respaldan en silencio?.
Espero que los historiadores locales del Puerto de la Cruz puedan devolverme con sus acertadas informaciones la calma que durante años la figura de Reverón, el de las lapas, me ha usurpado sin pretenderlo.
En ello pensaba ayer mientras mi cuerpo completamente desnudo, cubierto solo por una frágil bata de papel de color azul, yacía boca arriba sobre la estrecha camilla de un pequeño quirófano en Barcelona. Mientras, el anestesista, -un cubano doctor de mi estatura, guapetón y simpático-, me interrogaba acerca de si era alérgico a alguna cosa en concreto y, en especial, si lo era a algún tipo de alimento.
En principio no, -le dije-. Bueno, sí, -rectifiqué haciéndome un poco el gracioso-; al jamón ibérico pata negra pero no por el sabor sino por el precio.
¡Ay que ver!, -exclamó el joven doctor cubano-. Hace unos días, -prosiguió-, una paciente, precisamente, desde donde mismo se encuentra tumbado Vd. ahora, me confesó que ella, solo y exclusivamente, era alérgica a la picadura del alacrán. ¿Que le parece?.
Esa pregunta fue lo último que pude oir con cierta nitidez. Cuando desperté y abrí de nuevo los ojos me encontré con la agradable sorpresa de una espléndida sonrisa adornada por la impecable y blanca dentadura del joven anestesista Luciano.
¡¡......conque alérgico al precio, ¿eh?!!.
Si el personaje de la foto anterior no és Ververon, como muy bién te aseguran, ¿entonces me atrae la curiosidad de saber de donde has sacado este monigote de cartón con el nombre de Verberon en la gorra?
ResponderEliminarPerdona: me referia a REVERON, en lugar de Verberon.
ResponderEliminarEste monigote es el reclamo publicitario a tamaño natural de una tienda de artesanía de San Feliu de Guixols.
ResponderEliminarEl monigote, a tamaño natural, representa la figura de un marinero mediterráneo y permanece siempre en la puesta de la tienda desde que abre hasta que cierra.
El nombre de Reverón se lo puse yo valiéndome de photoshop para ilustrar el comentario que habrás leido en el Blog.
Atetamente. Zoilo