RETRODEZCAN

Este imperativo es del todo incorrecto pero me resulta más contundente que el original RETROCEDAN. Por lo tanto, si la Real Academia de la Lengua Española me lo permite, desde hoy en adelante haré uso exclusivo de él.
Con RETRODEZCAN pretendo dar a conocer parte de mi obra pictórica, escultórica, fotográfica y, en menor proporción, literaria y, a la vez, mantener una corriente de opinión sobre los acontecimientos de naturaleza artística de hoy día.
Espero que tomeis la sabia decisión de manteneros a una distancia prudencial de mis opiniones aquí vertidas que no siempre tienen por que ser del agrado de la mayoría; ¿o, sí?

viernes, 23 de enero de 2009

Leocadio, Luis Espinosa, Pedrito y yo en BARCELONA


Luis Espinosa y yo llevábamos ya algún tiempo viviendo en Barcelona cuando de paso por la ciudad y al regreso de Holanda se nos sumaría momentáneamente Leocadio a quién, naturalmente, conocíamos muy estrechamente como vecino también del Puerto de la Cruz que era. Algo más tarde, aunque solo por unos días, se nos agregaría Pedrito, llegado a la Ciudad Condal directamente de Tenerife y de paso, según creo recordar, hacia Londres.

Tanto Luis como yo disponíamos de trabajo estable; Luis como prácticante en un modesto dispensario y yo como camarero en un pequeño restaurante junto al antiguo Instituto del Teatro.

Vivíamos por entonces en un diminuto y antiguo piso de la Mediana de San Pedro que aparte de carecer de ascensor ni siquiera disponía de cuarto de baño; a lo sumo, un maloliente retrete sin taza ni bidet; un agujero en el suelo. Pero ello no fue nunca inconveniente para compartirlo con Leocadio quién permanecería cierto tiempo entre nosotros hasta que llegara el momento de conseguir el dinero suficiente que le permitiera adquirir un billete de avión con destino a Tenerife; tal era su precaria situación y mayor aún nuestra penuria económica. Tanta, que ni siquiera Luis ni tampoco yo habíamos ahorrado aún lo suficiente como para sacar del apuro a nuestro eventual inquilino.

Quiso la suerte que en la cocina del restaurante donde yo trabajaba necesitaran rápidamente un friegaplatos y que sobre mí, precisamente, recayera la ambigua responsabilidad de adjudicar sin dilación el tan esperado empleo. No será muy dificil adivinar quién resultaría el beneficiario de tan socorrido compromiso.

De haber tocado el saxofón como miembro de la Banda Municipal del Puerto dirigida por el popular Chano, Leocadio pasaría a convertirse en Barcelona en un eficiente pinche de cocina a cambio de un precario salario semanal pero con el que lograría paliar su maltrecha economía doméstica.

No obstante, siempre tuvimos tiempo para la diversión, para el ocio y, sobre todo, para el sinfín de anécdotas vividas de las que fuimos en ocasiones testigos, en otras protagonistas y en las que, en la mayoría de las veces, estuvimos directa o indirectamente implicados en ellas.

De todas las ocurridas, siempre he distinguido unas cuantas que por su carácter de ficción literaria merecen la pena que sean contadas y conocidas en su auténtica dimensión social y dramática. Anécdotas acaecidas todas ellas en la Barcelona de aquellos años aún de dictadura:

a)La luz misteriosa
b)La policia en la noche
c)El robo de la cartera del poeta Luis Goytisolo (amigo nuestro por aquellos años)
d)Tomando café en el Drugstore de las Ramblas en compañía de la actriz Ángela Molina, de paso entónces por Barcelona.

Me acaban de comunicar que Pedrito, cuyo apellido es Garhel, no se encuentra ya entre nosotros. No lo sabía pero su fallecimiento me ha sumido en una profunda tristeza. Descanse en paz.

........continuará


2 comentarios:

  1. joooooo¡¡¡¡ leocadio,o calo ,que lo llamabamos asi tambien,buena gente,a veces me pregunto donde estara,si le va todo bien ,(ojala,que si)jajajajja me encantaria conocer mas anecdotas de esos años con mi hermano (que cabronesssss,jajajajaja)muchos besos a carmen y.......sigue con este blog,me encanta,besotes.elena espinosa

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  2. Gracias por la visita, Elena.
    Recuerdos y besos de Carmen.
    Escribe en cada una de las crónicas alguna cosa. Me hará mucha ilusión.
    Besos. Zoilo

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