Después de inhalar el tibio aroma del SAHUMERIO, el CORUJO agarró la MACANA y trepó hasta la cima del MONTÚRRIO.
Aquel SORULLO, al verlo, disparó dos veces desde el ARPENDE y el CORUJO, herido de muerte, cayó ESCARRANCHADO como un MACHANGO en la falda del MONTÚRRIO. El SORULLO botó luego la escopeta y SE MANDÓ A MUDAR.
Aquel SORULLO, al verlo, disparó dos veces desde el ARPENDE y el CORUJO, herido de muerte, cayó ESCARRANCHADO como un MACHANGO en la falda del MONTÚRRIO. El SORULLO botó luego la escopeta y SE MANDÓ A MUDAR.
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