Hoy, despues de más de treinta años, me encontraré en Barcelona con mi buen amigo Juan Pedro Nuñez. No me imagino el aspecto que tendrá ahora pero la última vez que le ví tenía la imagen que muestra esta foto tomada en el patio de mi casa en el Puerto de la Cruz cuando aún éramos muy jovenes; hoy alcanzamos ya los sesenta y cinco años.
Al parecer, ha decidido, de acuerdo con su empresa, trabajar un año más y luego acogerse al retiro. Hoy estará en Barcelona en viaje de negocios y aprovecharé la oportunidad que me brinda mi tiempo libre para visitarle en el Hotel Torre de Cataluña, junto a la estación de Sants, donde se hospeda.
Pasamos nuestra infancia y parte de la adolescencia en La Cuesta, además de compartir las mismas clases de Bachiller en el Colegio de San Fernando. Una vez que mi familia se hubo mudado al Puerto de la Cruz, solía venir regularmente por casa los fines de semana. Desde entonces no hemos vuelto a coincidir.
Bienvenido a Barcelona
NO PUDO SER (por el momento)
NO PUDO SER (por el momento)
Juan Pedro me telefoneó sobre las 18,30 desde el aeropuerto donde aún seguía aguardando las maletas mientras yo circulaba ya por la autopista a su encuentro en Barcelona bajo una lluvia torrencial peligrosísima que hacía inviable nuestro cita a la hora acordada.
De mutuo acuerdo y vistas las circunstancias, decidimos abortar nuestra común decisión y comprometernos para otra mejor ocasión, prrobablemente en Tenerife y en verano, durante mis próximas vacaciones.
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