-¡Sargento! ¿Cuantas bajas hemos tenido esta semana?
-No muchas, -mi capitán-. Unas treinta y cinco mil.
-Y......¿Cuantos prisioneros hemos hecho?
-Entre sesenta y cinco mil y setenta, -mi capitán-
-¿Hay comida para todos, sargento?
-Sí la hay, -mi capitán-. Disponemos de víveres para cien o ciento cincuenta años más.
-Bien, -sargento- Disponga las raciones y que ninguno se quede sin comer.
-¡A sus órdenes, -mi capitán-. Por cierto, -mi capitán- ¿Podría Vd. concederme un par de años de permiso?. Hace que no veo a mi familia un decenio.
-Concedido, -sargento-, pero ni uno más ni uno menos.
-¡Gracias! -mi capitán.
-¿Que edad tiene Vd., -sargento-.
-Treinta años, -mi capitán-.
-Y.......¿Cuantos hijos tiene, -sargento-?
-Sólo diecisiete, -mi capitán- No están los tiempos como para tener muchos más.
-Entiendo, ....... entiendo.
RETRODEZCAN
Este imperativo es del todo incorrecto pero me resulta más contundente que el original RETROCEDAN. Por lo tanto, si la Real Academia de la Lengua Española me lo permite, desde hoy en adelante haré uso exclusivo de él.
Con RETRODEZCAN pretendo dar a conocer parte de mi obra pictórica, escultórica, fotográfica y, en menor proporción, literaria y, a la vez, mantener una corriente de opinión sobre los acontecimientos de naturaleza artística de hoy día.
Espero que tomeis la sabia decisión de manteneros a una distancia prudencial de mis opiniones aquí vertidas que no siempre tienen por que ser del agrado de la mayoría; ¿o, sí?
Con RETRODEZCAN pretendo dar a conocer parte de mi obra pictórica, escultórica, fotográfica y, en menor proporción, literaria y, a la vez, mantener una corriente de opinión sobre los acontecimientos de naturaleza artística de hoy día.
Espero que tomeis la sabia decisión de manteneros a una distancia prudencial de mis opiniones aquí vertidas que no siempre tienen por que ser del agrado de la mayoría; ¿o, sí?
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