La polémica suscitada por la presencia de Carolina Bescansa con su hijo en el Parlamento no tiene razón de ser. Y no tiene razón de ser por varios motivos: el primero es por el derecho que le asiste a cualquier madre a poder ejercer como tal en cualquier lugar, incluido el propio Parlamento y en segundo lugar, tratándose de quién se trata, por su acertada decisión de despertar conciencias sobre la situación por la que todavía hoy atraviesa la mujer en relación con ese dificil trinómio de mujer-madre-trabajadora. Pero, como he dicho antes, tratándose de quién se trata, una diputada del partido de PODEMOS, su atrevimiento me parece una clara alegoría a la República que ya en 1848 el pintor francés HONORÉ DAUMIER representó en uno de sus bocetos y que le valió la fama cuando fue invitado a participar en un concurso público acerca de la representación de la República francesa y al que finalmente no asistió.
"El 24 de febrero de 1848, fue proclamada la República. Un
nuevo régimen político se instala. La imagen oficial del Estado debe cambiarse.
Se lanza un llamamiento a los artistas, un concurso se abre el 14 de marzo para
definir "La Figura pintada de la República". Los artistas deben
presentar un boceto, que se mostrará en la Escuela de Bellas Artes del 5 al 8
de abril. Más de 700 candidatos se presentan al concurso, entre ellos Flandrin,
Picou, Gérôme y Daumier. Por aquel entonces, nadie le conocía, de no ser como
el caricaturista del diario el Charivari. Pero su boceto fue ampliamente
comentado. Primero se vio en este una "gruesa mujer acribillada de
niños", próxima por su inspiración de laCaridad de Andrea Del Sarto
mostrada en el Museo real, una madre alimentando a potentes chiquillos, que
aguanta en la mano la bandera tricolor, con la cabeza cubierta por el gorro
frigio. Se admira la figura del niño, leyendo a sus pies. Esta "gruesa
mujer" resumía un ideal, aquel de una República fuerte, alimentadora,
dispensando la instrucción. Una república "fecunda, serena y
gloriosa" que reivindica la herencia de la primera, la grande, la que
abolió la esclavitud y cuya bandera había dado la vuelta al mundo. Daumier,
clasificado décimo primero por el jurado, hubiese tenido que participar en la
fase final del concurso. Pero no lo hizo y esta obra se quedó en la forma de
boceto."
Me emociona la idea de DAUMIER al representar un niño de corta edad instruyéndose sentado a los pies de su madre. La situación hoy en nuestro pais de un Parlamento con tantos diputados jovenes y tan bien instruidos, preconiza una nueva idea de hacer política muy en favor del pueblo al que hoy representan.
Les deseo muy buena suerte a todos en esta nueva aunque no facil legislatura
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