Hace ya una semana que hemos regresado de Tenerife, concretamente de nuestras vacaciones en el Puerto de la Cruz y lo hemos hecho encantados como siempre de la hospitalidad dispensada por mis paisanos, de la suculenta y variada gastronomía canaria y, ¿como no?, del extraordinario paisaje que ofrecen tanto sus costas como sus verdes montes del interior (LAS CAÑADAS, LA ESPERANZA, LAS MERCEDES, etc.).
Al cabo de unos días de estancia en LOS REALEJOS, concretamente en el TOSCAL, próximos a lo que denominan LA MEDIA CUESTA, dónde poseemos una discreta vivienda, se unió a nosotros, procedente de CATALUNYA, nuestro querido amigo Rafa y su compañera con quienes compartimos durante un par de semanas techo, mantel y excursiones de todo tipo a bordo de un modesto coche alquilado en el PUERTO DE LA CRUZ. Ni que decir tiene que a mí me tocó -y con mucho gusto- hacer de cicerone y que entre otros muchos distintos lugares tuvimos el enorme placer de visitar La Orotava, El jardín Botánico, Pinolere, Las Cañadas, Icod, Los Realejos, S. Juán de la Rambla donde saludamos a mi querido amigo holandés Peter, Vilaflor, El Médano, Santa Cruz, La Laguna, Las Mercedes, Taganana, la playa de Benijo, La Esperanza, dónde disfrutamos enormemente con su interesante romería y del genuino folclore (isas, folias, malagueñas, saltonas, etc., etc).
Los GUACHINCHES a los que asistíamos para almorzar o cenar resultaron idóneos para saborear los distintos platos típicos canarios: desde unas sencillas ARVEJAS hasta una contundente ROPA VIEJA, pasando por unas GARBANZAS, CARNE FIESTA, RANCHO CANARIO, POTAJE DE BERROS, PIÑAS con COSTILLAS, GOFIO ESCALDADO, CARNE CON PAPAS, CABRITO . En cuanto a productos del mar llegamos a consumir durante nuestra estancia desde unas humildes LAPAS hasta unas sabrosísimas VIEJAS, sin menospreciar los CHICHARROS, el CHERNE, las SAMAS, el PULPO ASADO, acompañados siempre, sin excepción, de unas PAPITAS ARRUGADAS, unos mojitos de CILANTRO o PICÓN y convenientemente regado todo ello con unos buenos vinos (tintos o blancos) de los cosecheros de la zona; como no podría ser de otra manera, como diría RAJOY.
¿Que decir de los postres? Sin palabras
Un acierto la recuperación del FRANGOLLO.
¿Que decir de los postres? Sin palabras
Un acierto la recuperación del FRANGOLLO.
Bien es verdad que muy pocos de estos llamados GUACHINCHES no debieran ostentar sin más este popular apelativo por cuanto sus propietarios no son, de hecho, cosecheros de vino, condición sine quanon que establece el protocolo oficial para conceder las licencias oportunas pero que, de cualquier modo, no merma en ningún caso la calidad mínima imprescindicle del producto que ofrecen, ni tampoco presentan un grave problema para los, a veces, exigentes paladares de la gastronomía canaria como no sea la simple y pueril usurpación de un nombre con tanta arraigambre en nuestras costumbres más populares.
Por lo que respecta al Puerto de la Cruz, es cierto que nos llevamos una muy agradable sorpresa, comparándolo con otros lugares del territorio peninsular, por sus cuidados jardines, la limpieza de sus calles y lugares comunes y, en nuestra modesta opinión, también por el acierto que nos han parecido las distintas reformas urbanísticas llevadas a cabo a lo largo de estos últimos años.
Desde aquí no queremos olvidar la compañía prestada por nuestro gran y viejo amigo Francis, experto senderista, con quién tuvimos el placer, durante los primeros días de nuestra estancia en El Puerto, de ascender hasta Las Cañadas del Teide para luego terminar almorzando unas suculentas costillas con piñas en un pequeño y popular restaurante de LA MATANZA y de cuyo nombre, malogradamente, no nos acordamos.
Desde aquí no queremos olvidar la compañía prestada por nuestro gran y viejo amigo Francis, experto senderista, con quién tuvimos el placer, durante los primeros días de nuestra estancia en El Puerto, de ascender hasta Las Cañadas del Teide para luego terminar almorzando unas suculentas costillas con piñas en un pequeño y popular restaurante de LA MATANZA y de cuyo nombre, malogradamente, no nos acordamos.
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