A pesar de haber llegado a jugar al fútbol desde infantiles hasta segunda regional, jamás se me hubiera ocurrido escribir nada sobre este popular deporte hasta hoy 8 de Marzo de 2017 cuando son ya las onces de la noche en Cataluña. Lo hago después del impresionante partido jugado por el Barça frente al París Saint Germain con la victoria del primero por 6-1, mínimo suficiente para eliminar a los franceses con una épica victoria como antes no había sucedido a lo largo de los años transcurridos de competición de la copa europea. Muchos afirman que la fe mueve montañas pero remontar el 4-0 del partido de ida frente a un París Saint Germain se me antoja mucho más difícil todavía que atravesar a pies descalzos los Pirineos que separan a España de Francia, máxime si el equipo local, además, ha encajado en el segundo tiempo un inesperado gol en el Camp Nou durante el partido de vuelta.
No voy a entrar en el análisis del partido sino en anunciar la sorpresa que para mí supuso la gran gesta llevada a cabo por unos jóvenes que no dieron en ningún momento la competición por perdida, ni siquiera a falta de cinco minutos para su finalización. Querer es poder.
Ayer me alegré mucho con la victoria del Madrid frente al Nápoles, aún a sabiendas hoy que el magnífico defensa que es Ramos no podrá dormir tranquilo esta misma mágica noche. ¿Acaso teme una final de Champions frente al Barça?
También yo, ante al televisor y confortablemente acomodado en el sofá de mí casa, pasé por momentos de bastante incertidumbre y agobio durante el desarrollo del encuentro pero, en mi fuero interno, presagiaba con firmeza que el milagro podría producirse de un momento a otro. Y así fue; el joven Sergi Roberto lo logró.
Si es cierto como parece que Luis Enrique abandonará la próxima temporada el banquillo del F.C. Barcelona, no cabe la menor duda de que se llevará consigo un nuevo e insólito triunfo en sus alforjas de técnico de fútbol al lograr, no sin cierta modestia, que su equipo pasara esta noche de gloria a cuartos de la Champions con una victoria tan comprometida como brillante.
Para terminar y de manera totalmente amistosa y deportiva, quiero felicitar al Sr. Chaves por la contundente victoria ayer del Madrid sin que, a ser posible, lamente tan profundamente, la también magnífica victoria obtenida hoy por el Barça. ¿Nos veremos en la final?
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