La larga experiencia acumulada a lo largo de 25 años como jardinero me ha permitido contribuir, como naturalista, al desarrollo de una de las teorías más controvertidas en matéria agrícola de los últimos tiempos. Más, si cabe, que la llamada TEORÍA DE LA CONSPIRACIÓN llevada a cabo por los exigentes dirigentes del PP.
Desde el punto de vista científico, EL MENTIROSO, como persona, no existe. Existen, eso sí, el sembrador, cultivador, recolector y almacenador de MENTIRAS; y para que todo este proceso ocurra debemos admitir que también existe un árbol llamado MENTIROSO cuyos frutos, por extensión, naturalmente, se denominan, MENTIRAS.
EL MENTIROSO es un frutal que presenta muchas y muy distintas variedades y proporciona sus frutos, en general, a lo largo de todo el año y en cualquier latitud pero, sobre todo, en la península ibérica.
Entre todas sus variedades debemos distinguir, por sus especiales características, dos fundamentales:
EL MENTIROSO COMPULSIVO es la variedad más longeva y dañina. De medio porte y de una altura no superior a los dos metros, sus ramas, peligrosamente erizadas de espinas, presentan unas hojas ovaladas y "variegata" de bordes rojizos. La madera de su tronco es muy poco apreciada en carpintería, empleándose fundamentalmente en tareas de encofrado para las grandes edificaciones. Sus frutos, por lo general, son de gran tamaño y de un verde rabioso y, según en que época del año, su ingestión puede causar, incluso, la muerte.
EL MENTIROSO PIADOSO es el más benigno de todas sus variedades. Podría decirse que es el antagonista del COMPULSIVO. La delicada madera de su tronco hace posible su empleo en marquetería fina pero, sobre todo, en la talla de delicadas imágenes religiosas destinadas al culto. Con sus hojas se pueden practicar unas deliciosas tisanas capaces de calmar todo tipo de ansiedades. Sus frutos, de reducido tamaño, presentan un vistoso color amarillo-rosáceo que invita a su degustación, de un sabor dulce y fresco. Es muy típico encontrarlos en los patios interiores de las casas de gente bien educada, piadosa, sencilla y de gran corazón.
EPÍLOGO
Hace solo unos días, mi vecino, que no en vano pertenece al PP, tocó a mi puerta para ofrecerme un cestillo de GRUESAS MENTIRAS, de la variedad del CONPULSIVO.
-Perdone Sr. Vicente -le contesté- pero el médico me las ha prohibido; por lo del colesterol, ¿sabe Vd.?. Y el Sr. Vicente, sin darse cuenta, se trago muy amablemente aquella MENTIRA PIADOSA que yo, para que no sufriera, le ofrecí tan de repente y, con la misma, se alejó silbando por el pasillo. ¡¡ Que se mejore!!, -me gritó al final.
Desde el punto de vista científico, EL MENTIROSO, como persona, no existe. Existen, eso sí, el sembrador, cultivador, recolector y almacenador de MENTIRAS; y para que todo este proceso ocurra debemos admitir que también existe un árbol llamado MENTIROSO cuyos frutos, por extensión, naturalmente, se denominan, MENTIRAS.
EL MENTIROSO es un frutal que presenta muchas y muy distintas variedades y proporciona sus frutos, en general, a lo largo de todo el año y en cualquier latitud pero, sobre todo, en la península ibérica.
Entre todas sus variedades debemos distinguir, por sus especiales características, dos fundamentales:
EL MENTIROSO COMPULSIVO es la variedad más longeva y dañina. De medio porte y de una altura no superior a los dos metros, sus ramas, peligrosamente erizadas de espinas, presentan unas hojas ovaladas y "variegata" de bordes rojizos. La madera de su tronco es muy poco apreciada en carpintería, empleándose fundamentalmente en tareas de encofrado para las grandes edificaciones. Sus frutos, por lo general, son de gran tamaño y de un verde rabioso y, según en que época del año, su ingestión puede causar, incluso, la muerte.
EL MENTIROSO PIADOSO es el más benigno de todas sus variedades. Podría decirse que es el antagonista del COMPULSIVO. La delicada madera de su tronco hace posible su empleo en marquetería fina pero, sobre todo, en la talla de delicadas imágenes religiosas destinadas al culto. Con sus hojas se pueden practicar unas deliciosas tisanas capaces de calmar todo tipo de ansiedades. Sus frutos, de reducido tamaño, presentan un vistoso color amarillo-rosáceo que invita a su degustación, de un sabor dulce y fresco. Es muy típico encontrarlos en los patios interiores de las casas de gente bien educada, piadosa, sencilla y de gran corazón.
EPÍLOGO
Hace solo unos días, mi vecino, que no en vano pertenece al PP, tocó a mi puerta para ofrecerme un cestillo de GRUESAS MENTIRAS, de la variedad del CONPULSIVO.
-Perdone Sr. Vicente -le contesté- pero el médico me las ha prohibido; por lo del colesterol, ¿sabe Vd.?. Y el Sr. Vicente, sin darse cuenta, se trago muy amablemente aquella MENTIRA PIADOSA que yo, para que no sufriera, le ofrecí tan de repente y, con la misma, se alejó silbando por el pasillo. ¡¡ Que se mejore!!, -me gritó al final.