RETRODEZCAN

Este imperativo es del todo incorrecto pero me resulta más contundente que el original RETROCEDAN. Por lo tanto, si la Real Academia de la Lengua Española me lo permite, desde hoy en adelante haré uso exclusivo de él.
Con RETRODEZCAN pretendo dar a conocer parte de mi obra pictórica, escultórica, fotográfica y, en menor proporción, literaria y, a la vez, mantener una corriente de opinión sobre los acontecimientos de naturaleza artística de hoy día.
Espero que tomeis la sabia decisión de manteneros a una distancia prudencial de mis opiniones aquí vertidas que no siempre tienen por que ser del agrado de la mayoría; ¿o, sí?

sábado, 30 de mayo de 2009

VARIACIONS AL-LELUIA (Compañía de danza contemporánea LA ANÓNIMA IMPERIAL)

DÁCIL LÓPEZ, compositora, cantante y actriz durante su actuación.

Dácil López establece el soberbio soporte musical de la extraordinaria obra VARIACIONS AL-LELUIA, interpretada por la extraordinaria compañía de danza contemporánea LA ANÓNIMA IMPERIAL, dirigida de forma espléndida por su director y coreógrafo Juan Carlos García

viernes, 29 de mayo de 2009

LA ANÓMINA IMPERIAL (Danza contemporánea)

Bailaria de la compañía de danza contemporánea LA ANÓNIMA IMPERIAL durante una actuación el pasado jueves día 28 de Mayo de 2009 en Sabadell (Ca l'Estruch)

Ballet, Danza y FUTBOL

Mientras Juan Carlos García, director y coreógrafo de la compañía de danza contemporánea LA ANÓMINA IMPERIAL, se tomaba una fresca cerveza en mi compañía poco antes de que comenzara la función del interesante espectáculo de su creación que tendría lugar en Sabadell (Ca l'Estruch) sobre las nueve treinta de la noche del pasado jueves, no tuvimos más remedio que remitirnos a los logros conseguidos este año por el Club de Futbol Barcelona y que tanto interés despierta no sólo ya en los miles de aficionados a este deporte sino además al enorme interés que también suscita entre la mayoría de medios de comunicación del pais mientras que un epectáculo de las magníficas características por él creado pasa sin pena ni gloria, -sin menoscabo por ello de su gran calidad artística-, arropado exclusivamente por la siempre sólida presencia de un reducido, -aunque no por ello menos entendido,- público adepto si lo comparamos con los cientos de miles de aficionados que aquella misma tarde se daban cita en el centro de la ciudad para homenajear al club de sus amores.

A pesar de que el aforo total de la sala se encontraba al completo, una vez terminada la extraordinaria función, Juan Carlos, -con el inteligente sentido del humor que le caracteriza-, me explicaba con una ilustrativa anécdota ocurrida el argumento que provoca aquel fenómeno de masas que origina el fútbol y que a juicio de un recalcitrante forofo "culé" se produce, precisamente, porque el fútbol practicado por el BARÇA, es lo más parecido a una representación de ballet.

-¿Ha asistido usted alguna vez a algún espectáculo de danza o a alguna representación de ballet?, -preguntó con curiosidad el coreógrafo al radical futbolero-.

-No, nunca, jamás, -respondió el "culé".

-¿Y como puede usted, entonces, saber con tnata exactitud lo muy bién que juega al fútbol el Barça? -argumentó Juan Carlos, dando la conversación por terminada.

miércoles, 27 de mayo de 2009

EL "CRACK" del 2009


LA MUJER DE "X" (Foto cedida por gentileza de Ondiraiduveau).


El muy honorable señor "X", acaudalado hombre de negocios a quién yo había conocido casualmente durante una corta estancia en Cannes y adonde él había asistido a su Festival Internacional de Cine en calidad de reputado miembro del jurado, me confesaba, -mientras degustábamos amistosamente unos Dry Martinis en una elegante terraza del extraordinario paseo marítimo-, haber conocido en aquellas mismas circunstancias y en idéntico ámbito tan cinematográfico y glamouroso, a la mujer más extraordinaria y menos interesada de cuantas había encontrado hasta entonces y a la que echaba tanto de menos de manera tan dramática después de haber convivido con ella justo el tiempo suficiente que separa la celebración de un Festival del siguiente.

Como ejemplo del profundo amor que ella le profesara entonces, el Sr. "X" no tendría ningún reparo en confesarme, -no sin cierta amargura-, la promesa que en su día había escuchado de su propia y angelical voz:

"A pesar del mucho prestigio y fama que adquieras, de la mucha fortuna que amases o del mucho dinero que ganes con tus negocios, te juro que jamás pensaré en abandonarte.....".

Sin embargo, y a pesar también de su total y manifiesto desinterés por lo material, lo cierto es que al acaecer el inesperado "crack" del 2009, -del que el Sr. "X" se vería muy seriamente afectado economicamente-, desaparecería de su vida misteriosa y desafortunadamente para siempre.

domingo, 24 de mayo de 2009

EL HOMBRE Y LAS PIEDRAS

Lo que más engorro me ha producido en relación a las múltiples mundanzas en las que me he visto obligado a participar como consecuencia de mis frecuentes cambios de residencia y que a lo largo de toda mi vida supera con creces la docena, ha sido siempre no sólo el de cargar sino, además, el de poder disponer en el nuevo domicilio de una habitación adecuada donde almacenar los cientos de piedras de entre 300 y 600 gramos de peso cada una que llevaba recogiendo desde el fatídico día en que decídí tomarme tan en serio el cotexto de determinado refrán del que ni siquiera sé aún a quién corresponde su autoría.
He de confesar que me considero una persona que a lo largo de la mayor parte de mi azarosa vida he llegado a cometer cientos de errores aunque, -bien es verdad-, que ninguno de ellos de manera intencionada y mucho menos aún con voluntad manifiesta de provocarlos; precisamente, por esa razón y según mi muy modesto entender es por lo que los considero sólo errores.
Cuando tuve plena conciencia de que EL HOMBRE ES EL ÚNICO ANIMAL QUE TROPIEZA DOS VECES EN LA MISMA PIEDRA, decidí entonces retirar de mi camino todas aquellas con las que tropezara, independientemente de su clase y de su peso. Las tengo de todo tipo pero ninguna supera los 600 gramos pues, de lo contrario, me hubiera apercibido de manera inmediata de su presencia. Pero esta fanática y pueril precaución no ha sido nunca lo suficientemente eficaz que se precisa como para tratar de evitar los mumerosos errores que, en contra de mi propia voluntad, continúo aún cometiendo en la vida pero que, por el contrario, sí me ha permitido, de manera muy rotunda, no llegar a repetir ni caer en los mismos.

jueves, 21 de mayo de 2009

LOS COMENSALES MORIBUNDOS

Al hilo de los idénticos acontecimientos acaecidos simultáneamente en dos distintos lugares del planeta y que bajo los títulos de LOS PARADOS Y EL JABUGO y PROVOCAR EL VÓMITO he narrado esta misma semana en este mismo Blog, una profunda reflexión por mi parte sobre los mismos me ha llevado a dos distintas y sorprendentes conclusiones.
Aquellos que hayan leido las crónicas mencionadas sabrán exactamente a lo que me refiero.
Si bien aceptamos que en ámbos casos se trata del mismo tipo de accidente, las connotaciones, como comprobarán enseguida los asiduos lectores, resultan bien diferentes.
El mismo accidente en distintas circunstacias, diferentes escenarios, diversos intereses, opuestas clases sociales dan también como resultado desiguales conclusiones.
En el primero de los casos, el protagonista de LOS PARADOS Y EL JABUGO es un trabajador en paro que aquel día asiste a una degustación gratuita, -ansioso ante un mostrador-, dispuesto a saciar su hambre casi atávica con un producto fuera de su alcance y que por tanto no consume por costumbre. Termina atragantandose con el primer y único taco de jamón de primera calidad que ni siquiera logra engullir merced al vómito que le provocan los saniterios para que no fallezca por asfixia.
En el segundo, el protagonista es un noble aristócrata que asiste voluntariamente a un restaurante previa reserva y sin hambre aparente pero dispuesto a gozar con los sentidos de una opípara cena, comodamente sentado y perfectamente servido por tres camareros para, poco después de haberse comido un pavo, un faisan, una codorniz y unos sesitos de gorrión, llegar a atrangantarse con algo tan absolutamente ridídulo y carente de valor como es el hueso de una oliva.
CONCLUSIONES:
Si al primero, jugándose del todo la vida, le bastó tan solo con un simple taquito de jamón para llegar a atragantarse sin ni siquiera haber conseguido degustarlo y casi fallecer en el intento, al segundo, al arístócrata, sin que corriera ningún peligro su existencia, no le fue suficiente con el hueso de la oliva para casi alcanzar la asfixia sino que, -hasta llegar a ese extremo-, pudo muy bién disfrutar del magnífico pavo, el excelente faisán, la increible codorniz y los delicados sesitos.


PROVOCAR EL VÓMITO

Mientras hablaba con mi amigo Dorta sobre el grave peligro que entraña un atragantamiento de las características del sufrido por aquel desafortunado desempleado durante una degustación de jamón en la Feria del Cerdo de Barcelona, acudía de improviso a mi memoria un no menos grave accidente de este tipo del que fui testigo de privilegio hará ya unos cuantos años y que a poco le cuesta la vida al Excelentísimo Señor Marqués de la Ensenada Mixta.

Desde luego que fui testigo de excepción por cuanto yo trabajaba a la sazón de camarero en un famoso restaurante cuyo nombre omito para no herir tantas suceptibilidades culinarias y adonde el Sr. Marqués había acudido en solitario a degustar unas exquisitas viandas cocinadas al horno exprofeso para él y que, como he dicho antes, por poco le cuesta lo que aún le restaba de vida.

Sobre la gran mesa circular, cubierta con un almidonado mantel blanco que se apoyaba en su caida sobre la pulida superficie del suelo, se encontraban convenientemente depositadas media docenas de servilletas del mismo color en cuyas esquinas figuraban bordadas a mano, con hilo de seda también blanco, las poderosas iniciales de sus ilustres apellidos y el escudo de armas de la muy antigua saga familiar del Sr. Marqués. A pesar de que a partir de un determinado momento todos sabíamos que el comensal proseguiría comiendo ayudándose sólo de las manos, la cubertería a su disposición no dejaba de ser de plata de ley de 999 mm. ni las copas de auténtico cristal de Bohemia y el resto de la vajilla de excelente cerámica de Sèvres. Para beber, sólo agua. Nada de pan.

Como si velásemos armas, tres camareros permanecíamos de pie firmes y a una distancia siempre prudencial frente a aquel diminuto teatro de operaciones. Sobre las diez de la noche, el maitre en persona aparecería como por encanto embutido en su elegante frac negro para depositar cuidadosamente sobre el iluminado mantel el enorme recipiente bajo cuya campana de plata se escondía tanta sorpresa gastronómica.

Se trataba de dar cuenta de un hermoso pavo cocinado al horno en cuyo interior se alojaba un delicado faisán que a su vez contenía una tierna codorniz. La codorniz albergaba unos esponjosos y diminutos sesos de gorrión que, por último, escondían una jugosa y solitaria oliva arbequina.

La cena se había prolongado hasta pasada la media noche; momento en el que el ilustre marqués, extrayendo primero con el pulgar y el índice la verde oliva arbequina para depositarla cuidadosamente sobre un minúsculo platito al efecto, dar cuenta por último de los esponjosos sesitos de gorrión que la contenían de un graciosísimo y eficaz sorbito. Una vez saciado su voraz y aristocrático apetito, apoyando entonces las palmas de las manos próximas al borde de la mesa y reclinándose con pasmosa lentitud sobre el respaldo de la silla nos dedicaría una beatífica sonrisa como muestra de su gratuito y profundo agradecimiento. Y como si con ello quisiese brindar a nuestra ya de por sí precaria salud tomaría de nuevo entre sus delicadísimos dedos la diminuta oliva arbequina que, hasta ahora, continuaba solitaria sobre el platito para, señalándola, extendiendo antes el brazo hacia nosotros, llevársela finalmente a la boca, terminando así por desencadenar la inoportuna y enorme tragedia que ustedes vienen intuyendo desde hace ya bastante rato.

El vómito no se produjo de inmediato pero sí en sentido inverso. Antes de que sucediera, el marqués se irguió silencioso en la silla para escrutarnos desencajado con una turbia mirada mientras su rostro congestionado continuaba acumulando sangre bajo la piel de las enjutas mejillas. Se había llevado ámbas manos a la garganta dando la impresión de que esa era la verdadera razón por la que las blancas órbitas de sus empañados ojos terminarían por saltar de sus cuencas de un momento a otro sobre el blanco mantel almidonado. Los espasmos se sucedian con mayor frecuencia sin que a ninguno de nosotros se nos ocurriera hacer ninguna otra cosa como no fuera la de intentar contener inútilmente la risa.

Cuando empezábamos a creer que nunca más se bordarían bellas iniciales del Sr. Marqués sobre ninguna otra blanca servilleta almidonada, aparecería, -esta vez como por milagro-, de nuevo el maitre quién, golpeándole brutalmente repetidas veces con la campana de plata sobre la encorvada espalda, conseguiria, al fín, provocarle el afotunado vómito de la resurrección.

Primero devolvió el hueso y la oliva, luego los sesitos de gorrión, a continuación le siguió la codorniz, algo más tarde el faisán y por último el pavo.

Miniaturas

Casualmente he ido encontrando parte de las acuarelitas perdidas de las que hablaba el otro día. En este diminuto puzzle están representadas las facultades de Derecho, Física y Química, Arquitectura, Filosófía, etc., etc.
Aún faltan algunas como, por ejemplo, Empresariales.

miércoles, 20 de mayo de 2009

MOSCA QUE PROVOCA LA FIEBRE "PORCIMA"

La temible MOSKA IKEA
Para todos aquellos que se muestren interesados en conocer la verdadera identidad del causante de la mal llamada "FIEBRE PORCIMA" ofrecemos hoy en rigurosa exclusiva, la oportunidad, -en este humilde Blog-, de poder observar con detenimiento, aumentado 60.000 veces de su tamaño natural, a uno de los individuos del peligrosísimo insecto responsable de transmitir tal nueva y mortal pandemia. Aunque parezca imposible, la moska en cuestión presenta una anatomía de fina y noble madera y fue localizada casualmente por un grupo de asistentas del hogar sobre la brillante superficie de uno de los multiples modelos de muebles expuestos para su venta en las vastas dependencias de la prestigiosa Factoria IKEA. Se da la curiosa paradoja de que un nutrido grupo de visitantes británicos llegaron incluso a creer que tal insecto se encontrara por aquellos dias a la venta en dicho establecimiento pero descartaron inmediatamente tal posibilidad al darse cuenta de que el precio no figuraba en ninguna de sus seis patas.
El insecto en cuestión ha sido puesto a nuestra exclusiva disposición gracias a las gestiones realizadas en favor de la ciencia española por los científicos canarios Sres. Dorta y Martín, más conocidos en el mundo de la investigación por los alias de Stanley y Telvi, respectivamente.
Por razones de estricta seguridad nacional, no se nos está permitido revelar el lugar exacto donde se encuentra almacenada la letal colonia de MOSKAS IKEAS, bautizadas de tal modo como consecuencia de su lugar de origen y en honor a la renombrada firma sueca.
NOTA: para más información, dirigirse al CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS

¿FIEBRE "A"?

Dedicado a mi buen amigo Dorta por su maldita y simpática ocurrencia. (Veterinarios)
Hace un rato, leyendo una de las siempre simpáticas entradas de mi entrañable amigo Dorta, su comentario me ha producido una desconcertante hilaridad porque, efectivamente, con respecto de mi crónica ficticia sobre el jamón de Jabugo no había caido yo en la cuenta de que estamos ante una posible pandemia de la llamada fiebre porcina o de la fiebre "A" como últimamente también he oido mentarla.

Sobre el relato, claro está, planea esa posibilidad de contagio planteada por Dorta y que yo, sin haberlo siquiera pretendido, consigo hacer gravitar sobre el texto como una seria amenaza que, sin embargo, no llegará jamás a producirse. He ahí el suspense. En cualquier caso, lo que en realidad sucede no es otra cosa más que un mero accidente, prácticamente doméstico, como consecuencia de un atragantamiento fortuito en una feria.