Hoy sábado 5 de Enero y , por lo tanto, vispera de Reyes del 2013, el diario EL PAÍS publica una ilustracióm del inigualable EL ROTO en el que aparece una niña pidiéndole a los Reyes Magos que le traigan DINAMITA, GRANADAS DE MANO, CORDON DETONANTE, etc., etc.
Yo ya no soy tan joven y la eclosión de la llamada crisis me ha pillado ya jubilado, por sorpresa y sin armas (que nunca las tuve) pero estoy de acuerdo con EL ROTO en que de haber sido más joven y me hubiese encontrado en la situación de los afectados por las PREFERENTES, pongo por ejemplo, o al borde del DESAHUCIO, sin EMPLEO y con familia que mantener, naturalmente que me hubiera agenciado algo de lo que esa niña pide en su carta para tratar de intimidar a cualquiera de los que considerara culpables de mis desdichas cotidianas hasta obligarles por la fuerza a devolverme hasta el último céntimo de mi discreto patrimonio. Para ser más explícito, no me dolerían prendas en secuestrarles y solicitar un rescate del mismo valor de lo que me hubieren sustraido..
No siento ningún miedo y menos aún remordimientos en exponer en público lo que sería mi tenaz voluntad, ya expresada más arriba, si me encontrara en la situación en la que se hallan muchísimos de mis conciudadanos y, sobre todo, al hacerme eco ayer de la sorprendente noticia de que, por ejemplo, el Sr. RATO (El Ratero) no sólo continúa todavia en libertad sino que, además, ha sido fichado por TELEFÓNICA como consejero extraordinario.
En ese punto de mira hubieran estado no sólo los responsables de la Banca; también algunos empresarios y políticos que en mutua vergonzosa connivencia se han enriquecido a costa del erario público.
También nosotros, a nuestra peculiar manera y con las armas de las que disponíamos entonces, -no de fuego-, intentábamos en vano derrocar una dictadura que sobrevivió cuarenta años sin haber podido, por haber fallecido en la cama, conducir siquiera al dictador ante los tribunales de justicia por todos los crímenes de guerra cometidos durante la contienda Para más inri, la democracia terminó incrustándose en este pais condicionada por el hecho de tener que aceptar una monarquía que, aunque parlamentaria, nos alejaba de la primitiva idea y única oportunidad de instaurar una República.
En realidad, lo que nos ha tocado vivir en este pais no es otra cosa que una ya larga dictadura capitalista supuestamente disfrazada de total democracia pero que ha terminado por fagocitar a los más débiles en beneficio de una oligarquía política y financiera sin precedentes. Para la gente de mi generación no resulta, precisamente, un consuelo poder comprobar que el tiempo que llevamos de democracia y cuyos resultados saltan hoy a la vista, continúa siendo menor que los años transcurridos de la anterior dictadura franquista.
Creo firmemente en la democracia, pero si esta no funciona para todos por igual, parece lógico pensar que tengamos que recuperarla mediante otros procedimientos más coercitivos si fuere necesario y eso pasa por una contundente rebelión de masas.
