Bajo el excesivo peso de tanta mala conciencia acumulada, la frágil bóveda de cristal celeste acabó por quebrarse sin que el eco sutil de su ruptura anunciara del inminente peligro como anuncia, en medio de la tormenta, el trueno la irrupción del cegador y mortal efecto del rayo.
Un gran aluvión de agudos fragmentos de estalactitas de vídrio, vehículos raudos de muertes silenciosas, se precipitaron sobre la superficie de la tierra.
Ajenos al peligro que se les avecinaba, cientos de corazones de todos tamaños solazábanse, durante aquella diáfana mañana de domingo , sobre la fresca hierba de las praderas, de los parques, sobre las tibias arenas de las playas, de los desiertos, en los profundos valles entre montañas nevadas, mientras, sin que siquiera ninguno la intuyera, la tragedia viajaba lenta e inexorable hacia ellos.
Llovieron puñales de muerte transparente sobre la carne roja latiendo , hendiéndose con saña por entre la textura caliente de tantos órganos sorprendidos. Por ocupar más espacio, los corazones más grandes, los solitarios, recibieron la peor parte de la violencia llegada del más allá. Los más pequeños pusiéronse a salvo, como siempre, logrando sortear, con suma facilidad, el laberinto de estalactitas que no habiendo conseguido su objetivo permanecieron clavadas, enhiestas, sobre las despejadas superficies vacías ya de muerte.
Ajenos al peligro que se les avecinaba, cientos de corazones de todos tamaños solazábanse, durante aquella diáfana mañana de domingo , sobre la fresca hierba de las praderas, de los parques, sobre las tibias arenas de las playas, de los desiertos, en los profundos valles entre montañas nevadas, mientras, sin que siquiera ninguno la intuyera, la tragedia viajaba lenta e inexorable hacia ellos.
Llovieron puñales de muerte transparente sobre la carne roja latiendo , hendiéndose con saña por entre la textura caliente de tantos órganos sorprendidos. Por ocupar más espacio, los corazones más grandes, los solitarios, recibieron la peor parte de la violencia llegada del más allá. Los más pequeños pusiéronse a salvo, como siempre, logrando sortear, con suma facilidad, el laberinto de estalactitas que no habiendo conseguido su objetivo permanecieron clavadas, enhiestas, sobre las despejadas superficies vacías ya de muerte.
Buenos días Zoilo. Anoche me acosté tarde y encima no dormí bie. Hoy como siempre enciendo el ordenador y leo. El texto de Juan habla sobre el barrio en donde me crié. Estuvo a pocos metros de mi casa de siempre. El Mencey está a pocos metros de mi casa. No entiendo el texto de hoy pero me lo imagino: gracias por dedicármmelo. En la vida ya he recibido tanta lluvia de cristales que tengo la espalga llena de cicatrices. Sé que me toca recibir más de lo mismo. Es mi sino. Pero ya estoy cansado de huir del peligro. Me he tomado la pastilla que el médico me recomendó para casossde estrés psicológico y seguiré por la red. Espero que el tiempo por tu zona esté bien. Aquí es una típica mañana de domingo.
ResponderEliminarAlter Ego
Debería existir la posibilidad de poner fotos en las repuetas. Ya sé que esa posibilidad no exite, pero si la hubiera en la respuesta te hubiera puesto una foto de mi barrio, otra de la cosntrucción del hotel Mencey, etc.. y quedaría el tema más bonito de esa manera. En fin que con el tiempo Internet cambiará y hasta se podrán poner vídeos y todo eso.
ResponderEliminarAntonio Pedro - Alter Ego
Tengo dificultades para leer con mi explorador que es el mozilla textos como este:
ResponderEliminarENLACES-VÍNCULOS
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CASA-ESTUDIO (La Selva)
Supongoque le puede pasar a más personas y es que a lo mejor cambiaste el tipo de letra y ahí hay unh problema para otrso navegadores que eligen una aproximada y en este caso casi no se puede leer lo que dicen los textos que te puse antes.
Jorge : He visitado tu blog y me parece magnífico.
ResponderEliminarLa labor que estás haciendo es maravillosa.
Mi nombre es Antonio Pedro.
Gracias por tus comentarios y vistas al Blog de Zoilo.
Yo también soy profesor. Si necesitas algo ya sabes en donde estamos.
ALTER EGO