Después de analizar detenidamente esta sencilla foto, de manera paulatina se fue estructurando en mi gastada memoria la primitiva presencia de un joven franciscano que casi siempre creí ver por las calles del Puerto de la Cruz y cuya sobria personalidad debió de calar muy hondo en mis profundos sentimientos agnósticos.
A Paco, el maduro camarero del Dinámico, no era frecuente verle de buen humor y aquí parece que tampoco lo esté. De sólidas convicciones religiosas, Paco parece más bién discutir de lo divino que no de lo humano a juzgar por la profunda mirada que le dirige su silencioso interlocutor. Sea como fuere, la aparición inesperada de la figura de este joven religioso de entre los cientos de fotogramas que componen mi archivo fotográfico ha tenido algo de místico y mucho de sorpresa sobrenatural. Su presencia, seguramente marcada por la profunda huella que debió dejar impresa en mi joven alma de pecador venial su hábito pretérito de franciscano, no me pasa desapercibida.
A Paco, el maduro camarero del Dinámico, no era frecuente verle de buen humor y aquí parece que tampoco lo esté. De sólidas convicciones religiosas, Paco parece más bién discutir de lo divino que no de lo humano a juzgar por la profunda mirada que le dirige su silencioso interlocutor. Sea como fuere, la aparición inesperada de la figura de este joven religioso de entre los cientos de fotogramas que componen mi archivo fotográfico ha tenido algo de místico y mucho de sorpresa sobrenatural. Su presencia, seguramente marcada por la profunda huella que debió dejar impresa en mi joven alma de pecador venial su hábito pretérito de franciscano, no me pasa desapercibida.
Bienvenido pues a mi Blog este nuevo Mesias al que recibo, pese a mis también sólidas convicciones, con el mejor de los augurios y del que espero me guie a través del incierto nuevo año 2009 que se avecina.
¿Recuerda alguien el nombre de este hermano franciscano?
Se llamaba Francisco Marrero. Aparece en mi primer libro, "Tipos y personajes del Puerto de la Cruz". Trabajó en el "Bar Dinámico", como se suele decir, toda la vida. Llamaba la atención a los niños que se acercaban a escuchar las conversaciones de los mayores. Era muy religioso, en efecto, y le gustaba mucho una procesión. Su hijo Jerónimo, Momo, es un excelente creador de moda y un diseñador de primera, muy reconocido.
ResponderEliminarNo sabía su apellido pero a pesar de su carácter, nos tolerábamos.
ResponderEliminarSin embargo la figura del hermano franciscano siempre me resultó positivamente inquietante pero, por desgracia, jamás se me ocurrió interesarme por sus actividades religiosas. No se por qué pero a mi siempre se me antojó como un profundo teólogo.
Revisando y remirando la foto, me he dado cuenta de que el franciscano aludido es el padre Antidio Viñas, de los padres agustinos. Se decía que le habían cortado la lengua y que por eso hablaba con dificultad. Trabó buena relación en una etapa de su vida con Agustín Armas quien le acogió en su propia casa.
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