Falleció “Tato” Peláez
Tenía 60 años, era diabético.
José Antonio Peláez Estrella, popularmente conocido por “Tato” Peláez. Algunos, siguiendo a Gilberto Hernández Linares, “el Orejas”, le llamábamos “Búfalo”.
Era un buen tipo Peláez, un hombre noble, al que le apasionaban los coches y las motos. Jugó al fútbol en categorías de base y en aficionados y practicó judo. Durante muchos años trabajó en la empresa familiar, una de las primeras en el Puerto de la Cruz en el ramo de la alimentación.
También se aficionó al cine y era habitual que siguiera la cartelera para estar al tanto de los estrenos en Santa Cruz y La Orotava.
Era uno de los “fijos” en San Telmo, a donde llegaba en bañador al mediodía, para disfrutar de un par de horas, antes de volver a la sesión vespertina del trabajo. Allí enseñó a nadar a muchos jóvenes y también a lanzarse desde lugares altos. Peláez hacía las delicias de mucha gente, cuando subía a “La trinchera” o a “El camello” y hacia unos espectaculares saltos de ángel. También los practicó desde el risco de la ermita para caer cerca de “La cebada”.
Condujo uno de los “Austin Cooper 1000” que tan de moda estuvieron en la segunda mitad de los sesenta y primeros años de los setenta. Lo pintó de forma muy curiosa, muy deportiva, en dos o tres ocasiones.
También conducía un furgón que se accidentó en la carretera de Las Arenas en una madrugada de Viernes Santo. El y sus ocupantes se llevaron un susto de aúpa.
“Tato” Peláez formó parte de las reuniones nocturnas de la plaza del Charco, aquellas que en los setenta se prolongaban hasta el amanecer. En ocasiones, antes de irse, acompañaba a Gilberto Hernández y Alejo López hasta algún establecimiento de las localidades cercanas. Con ambos colaboró en el Festival Internacional de Aeronáutica que lleva el nombre de la ciudad.
Ya en los años setenta, seguidor habitual del C.D. Puerto Cruz, protagonizó otro leve accidente: grababan en super 8 un Puerto Cruz-Orotava en El Peñón desde una azotea próxima al campo. Peláez, que pesaba lo suyo, pisó una claraboya acristalada y milagrosamente apenas padeció un rasguño. Muy ufano, se levantó y dijo una frase para la historia:
-Yo, que he visto el partido a través del objetivo de la cámara…
Era generoso y desprendido con sus amigos. Superó las adversidades de la vida y aunque se alejó del Puerto por problemas de salud siempre estuvo atento a cualquier hecho que ocurriera.
Un buen tipo Peláez.
SALVADOR GARCIA LLANOS
Se fue Peláez, que tristeza más grande siento su perdida. Además, en estos días tan señalados. Soy o fuí un asiduo de San Telmo y no puedo olvidar sus lanzamientos de cabeza al agua. Era junto a muchos todo un expectaculo. Fue siempre una persona muy abierta y me queda su recuerdo de bondad y el cariño que emanaba por los cuatro costado. Tato Peláez se fué y me queda sus buenos momentos en el Estadio el Peñón, con su hijo Raúl que fue un gran portero en la categoría de Juveniles. Su perdida la de Peláez ha sido una de las noticias más triste de los últimos días. Descanse en paz.
ResponderEliminarA peláez, como así lo llamaba, lo quiero definir con tres palabras que pienso es la máxima en un ser humano. "UN HOMBRE BUENO"
ResponderEliminarEfectivamente. Peláez era un buen muchacho.
ResponderEliminarHe encontrado una nueva foto de él.
Aparece sobre la proa de una barca fondeada en el muelle. Se le ve muy joven y así lo recuerdo.
Hola, hasta hoy no me había sentido con fuerzas para agradecerte mucho las palabras tan bonitas que has dedicado a mi padre, que puedo decir yo de el que le adoraba porque era una gran persona, siempre muy dada con todo el mundo, me siento orgullosa de ser du hija y decir que yo he heredado esa manera de ser, bueno el me inculcó que mientras puedas ayudar a las personas hay que hacerlo, le echo tanto de menos, ha pasado un año y poco pero ahora es cuando lo estoy empezando a asimilar. Me encanta como lo has descrito, cada vez que leo esto no puedo evitar derramar lágrimas. Papa donde quiera que estés, cuidanos mucho, te quiero.
ResponderEliminarLorena Peláez.