El sexagenario matrimonio se disponía ya a tomar el metro para acudir, -como era su costumbre una vez cada mes-, a la Clínica San Juan donde a la 11.00 en punto tendrían visita con el Dr. Cullell cuando el marido, poco antes de acceder al vagón, advertía a su despreocupada mujer sobre la necesidad de agarrar con fuerza el bolso no fuera que se lo arrebatasen de un tirón durante el trayecto.
11,00 de la mañana.
En la estación de metro de Sagrera, "El Comadreja", un cuarentón alto y fuerte, cubiertos los ojos con oscuras gafas de sol, subía decidido al vagón del metro que abandonaría después de apenas cinco minutos de trayecto dos estaciones más lejos, en la de S. Andrés. También tenía consulta en la misma clínica y con el mismo doctor, media hora más tarde, a las 11.30.
La consulta del Dr. Cullell se componía de su propio gabinete y una minúscula salita de espera con un aforo aproximado de ocho personas frente a su misma puerta. Un pequeño rellano, apenas de un metro cuadrado, separaba su consulta de la de su colega, formada por las mismas dos piezas pero cuya sala de espera se encontraba a esa hora completamente vacía por no pasar consulta allí aquel día.
Cuando "El Comadreja" llegó a la consulta se encontró con que la salita del Dr. Cullell estaba al completo de su aforo; cuatro parejas mixtas; sexagenarias todas. Renunciando a permanecer de pie por más tiempo cruzó el diminuto rellano que las separaba y se dirigió a la salita de espera contigua donde por estar completamente vacía halló facilmente asiento. El bolso de piel negra que yacía abandonado sobre el banco corrido de skay de la salita desierta no tenía nada de particular como no fuera el broche metálico abierto y unas asas por donde podía pasar muy bien el brazo del mismísimo Popeye; tal era su diámetro. Pretextando un calor que no existía, "El Comadreja" salió resuelto al rellano y a la vista de todos los pacientes del Dr. Cullell se desembarazó lentamente de su propia chaqueta, simulando con una mueca la larga espera que ya se le antojaba eterna. Regresó al poco a su salita y depositando cuidadosamente la chaqueta sobre el asiento de modo que ocultara el solitario bolso negro, decidió esperar sin tener aún resuelto del todo lo que debiera hacer a continuación.
Determinó entonces aguardar tranquilamente a que saliera de la consulta la pareja que se estaba visitando por si el bolso allí abandonado lo hubieran olvidado casualmente antes de que él hubiese llegado. No fue así. Alegres y sonrientes debido al diagnóstico supuestamente favorable facilitado por el doctor, atravesaron el rellanito felices y contentos enfilando el estrecho pasillo en dirección a la calle soleada.
Mientras en la salita de al lado, los pacientes continuaban porfiando en quién de ellos se encontraba peor de salud, "El Comadreja" aprovechaba la algarabía para salir al exterior con el bolso convenientemente cubierto por la chaqueta que colgaba del antebrazo. Una vez en el jardín se hizo rápidamente con los ochenta euros que contenía el monedero encontrado en su interior para, -volviendo a entrar como si nada por la puerta principal-, acercarse con suma cautela hasta la recepción con el bolso de señora bién a la vista y dirijirse con aparente preocupación a la telefonista para luego decirle:
-He encontrado este bolso fuera, sobre una jardinera, -al tiempo que lo depositaba sobre el alto mostrador-.
-Muchas gracias, caballero, -contestó la joven con una sonrisa apartando con la mano el micrófono del teléfono.
11,25 de la mañana
Ahora en la salita del Dr. Cullell sobraba sitio donde sentarse. "El Comadreja" lo hizo en silencio, esperando su turno cuando, de repente, un teléfono móvil, en el interior del gabinete del Dr., empezó a sonar con insistencia.
Desde el interior, una desagradable voz masculina preguntó:
-Siiiiii, ¿diga?
Inmediatamente después de oir el recado, la misma voz, dirijiéndose a su mujer, recriminó:
-Te has olvidado el bolso en el jardín-. Y abriendo con rapidez la puerta indico: -enseguida vuelvo-.
Tampoco el listo del marido recordaba que, como ocurriera con "El Comadreja", hasta que ellos encontraron sitio en la salita de espera del Dr. Cullell, previamente habían estado descansando en la contigua.
Ya de regreso, el marido volvió a entrar con el bolso negro abrochado para, después de unos minutos, salir de nuevo en compañía de su esposa, como solían hacerlo todos; atravesando primero el minúsculo rellanito entre las salas y enfilando luego el angosto pasillo del sótano hasta alcanzar definitivamente la calle.
11,30 de la mañana.
¿Fulanito de tal?, -inquirió amablemente el Dr. Cullell desde el interior a través de la puerta entreabierta-.
"El Comadreja" se puso inmediatamente en pié y en solo un par de zancadas estuvo dentro del gabinete cerrando con determinación la puerta tras de sí.
EPÍLOGO
Jamás su propietaria dispuso del suficiente valor para contarle a su marido que del monedero que llevaba en el interior del bolso el día del extravío, le habían robado ochenta euros.
Aquella cantidad de dinero, suponía el montante de lo que a lo largo de todo un mes conseguía sisarle al tacaño de su pareja en beneficio propio porque a su edad, esa modesta suma, resultaba para ella mucho más que imprescindible como para poder presumir ante cualquiera de la cierta estabilidad e independencia económica que su desagradable esposo le negaba desde que contrajeran matrimonio hacía ahora más de cuarenta años. Eso era precisamente lo que la traía verdaderamente enferma.
Así es la vida
MORAL-EJA:
ResponderEliminarNUNCA TENGAS UN BOLSO NEGRO.
Al principio lo había titulado EL BOLSO NEGRO pero luego lo cambié al actual.
ResponderEliminarPor cierto, en la Facultad hice un trabajo sobre el simbolismo de la COMADREJA a la que a veces se le relaciona con el mítico BASILISCO.
Te lo recomiendo porque es muy interesante la leyenda que existe sobre el bicho.
O más vale tarde que vieja.
ResponderEliminarBASILISCO I
ResponderEliminarEn el siglo VIII, el basilisco era considerado una serpiente con unos cuernos en la cabeza y una mancha blanca en la frente en forma de corona. De hecho, "basilisco" significa "pequeño rey". Más tarde, en la Edad Media, pasa a ser un gallo con cuatro patas, plumas amarillas, grandes alas espinosas y cola de serpiente, que podía terminar en garfio, cabeza de serpiente o en otra cabeza de gallo. Hay versiones de esta criatura mitológica con ocho patas y escamas en vez de plumas. Plinio el Viejo los describe como una culebrilla de escaso tamaño y pésimo genio ya que "su potente veneno hace marchitarse las plantas y su mirada es tan virulenta que mata a los hombres".
Según recoge Pierre de Beauvais en su Bestiario de 1206, nace a partir de un huevo deforme, puesto por un gallo al llegar éste a la edad de 7 años, incubado por un sapo durante 9 años; por lo tanto al nacer guarda todas las características de sus progenitores, cabeza de gallo, cola de serpiente y cuerpo de sapo.Otra manera de nacer (Probablemente la más aceptada) Es que nace de un huevo puesto por un gallo e incubado por una serpiente Y se dice que nace con cuerpo de gallo,lengua de serpiente y cresta .El basilisco vive en el desierto que él mismo crea al romper piedras y quemar el pasto. Esto sucede ya que el Basilisco exhala fuego, seca las plantas y envenena las aguas. Sin embargo su característica más distintiva sería su capacidad de matar con su mirada. De este modo se dice que quien mirara a los ojos de un basilisco, moriría y si lo ve por un reflejo quedara petrificado ; pero si el Basilisco se veía reflejado en un espejo , se mataba a sí mismo. Algunas leyendas dicen que, así, Alejandro Magno mató a uno. Se decía también que un basilisco moría cuando oía el canto de un gallo, que para él era mortal, o se topaba con su principal enemigo, la comadreja también se dice que un caballero fue en busca de basiliscos porque habia una plaga en su pais asi que se puso una armadura de espejos y mato a todo los basiliscos y lo nombraron el caballero de los espejos
BASILISCO II
ResponderEliminarEvolución e historia de la figura del basilisco
Edad antigua
Como la mayoría de las bestias mitológicas, el origen del basilisco se pierde en el tiempo. Las culturas antiguas dejaron algunas muestras de la creencia en él y otras serpientes monstruosas en las artes, pero es en la tradición escrita donde mejor se puede seguir su trayectoria y evolución. Los egipcios creían que el basilisco nacía de los huevos de Ibis. En el Antiguo Testamento podemos encontrar siete referencias al basilisco, en cuatro libros distintos. Hasta el siglo I dC, es visto como una serpiente excepcionalmente dañina, pero físicamente no difieren mucho de otros ofidios. Es importante reseñar que los conocimientos de zoología permitieron que la mayoría de la gente, incluyendo élites y eruditos, creyeran en esta clase de criaturas hasta bien entrado el siglo XVIII. En la tradición grecolatina se distingue claramente entre el basilisco y el catoblepas, cuadrúpedo de pesada cabeza que mata al que mira sus ojos, y al que citan, entre otros, Elieno, Ateneo y Arquéalo entre los griegos, y entre los latinos Plinio, Solino y Pomponio Mela. En cuanto al basilisco, Plinio hace la que probablemente sea la mención más famosa de la bestia en su Historia Naturalis, repetida hasta la saciedad por autores posteriores y muchas veces malinterpretada o tergiversada. Otros autores que lo citan son Lucano o el médico Dioscórides. Solino y Aeliano hablan del monstruo en el siglo III y Arnobio y Aecio en el V. Aeliano introduce al gallo en el mito, detalle que crecerá en importancia hasta el punto de modificar enormemente a la criatura en la Edad Media.
Edad Media
A lo largo de la Edad Media, en Europa son comunes los bestiarios, la mayoría copias adulteradas del famoso Fisiólogo, en los que se equipara al rinoceronte con el unicornio. Isidoro de Sevilla copia a Plinio con modificaciones propias en el siglo VII, cosa muy imitada en toda Europa y que hará que el conocimiento clásico se diluya tras una niebla de fuentes secundarias y malas traducciones, uniendo al basilisco con otros seres como el catoblepas o la cocatriz. Antes del siglo X ya nos encontramos con leyendas de basiliscos europeos, un animal que en la antigüedad era exclusivo de Libia, a excepción de unas pocas historias apócrifas. En el mundo musulmán también se observa esta utilización de las fuentes clásicas. En 1230, Bartolomé Glanvilla, conocido como Anglico, publicó De Proprietatibus rerum, la Historia Natural más popular del Renacimiento. En él se configura el mito medieval del basilisco en su plenitud, su nacimiento y evolución, propiedades y forma de darle muerte. Esta información, junto a diversas leyendas de sucesos que van acaeciendo por Europa, son recogidas por múltiples autores, como Vicente Beauvais o Tomás de Aquino.
Edad Moderna y Contemporánea
Con el Renacimiento y la aparición de las primeras luces de la razón el enfoque de las ciencias naturales va tornándose más científico, y los conocimientos sobre los seres vivos se plantea de una manera más crítica; sin embargo, durante el siglo XVI se acepta ampliamente la existencia del basilisco y lo verídico de sus propiedades, por lo que sabios y doctores se dedicaban a filosofar sobre el por qué de su veneno visual o la lógica de su extraña nacimiento. Así mismo, por toda Europa se sigue informando de desgracias causadas por esta bestia. En la Enciclopedia de Aldrovandi se observa el grabado de un basilisco disecado, una falsificación común en la época que se fabricaba con los cuerpos de un pez ángel y una raya. Durante el siglo de Oro, la literatura española aparece salpicada de referencias a la bestia, normalmente para compararla a la mirada de la amada. Lope de Vega, Quevedo o Cervantes usan a la criatura en sus textos. Así pues, el basilisco, junto a muchos otros seres maravillosos, estaba plenamente integrado e el saber popular hasta bien entrado el siglo XVII. El último naturalista que mezcla animales reales e imaginarios es Jan Johnston y su Historiae Naturalis. En 1728, Feijoo negaba que un animal pudiera matar con la vista, lo que provocó gran polémica, que no terminó hasta que lo ordenó un cansado Fernando VI en 1750. No obstante, el vulgo siguió creyendo en esta sierpe y en sus malignas propiedades durante al menos otro siglo más. Durante el siglo XX podemos observar el uso de los bestiarios tradicionales en las corrientes de literatura fantástica influenciadas por Tolkien, como la saga de Harry Potter de J.K Rowling, así como en el pulp, el cómic y la ilustración fantástica de autores como Frank Frazetta o Luis Royo.
Variación del mito en otras culturas
En América, especialmente en el folclore del Cono Sur también se encuentra variantes del mito que igualmente son llamados basilisco. Es obvio que la denominación proviene de Europa, aunque en el caso de las variantes americanas del mito se dan elementos de síncresis con creencias aborígenes. Por ejemplo,
En el folclore gaucho se creía que el basilisco era descrito como una especie de gusano gigante con un solo ojo que causaba la muerte con su mirada, y al cual solo se podía matar haciéndole ver su "rostro" en un espejo u otra superficie reflectante.
En la mitología chilota destaca la creencia en el basilisco chilote, una criatura mitad gallo y mitad culebra que se caracteriza por beber la saliva, y sería un ser al cual solo se puede matar quemándolo.
Existe otra variante del mito que dice que el basilisco nace del huevo puesto por un gallo, y que inmediatamente luego de nacer, escapará buscando un lugar alto desde donde acechar a sus víctimas.
La única forma de darle muerte es mirándolo sin que él lo advierta.
En Colombia, una criatura siniestra de características similares, que es comúnmente oída pero raramente vista es conocida como el "pollo malo" o el "pollo del diablo", una historia común en muchos campos. Su canto anuncia la muerte y en general trae desgracias a quien tenga contacto con él.
En el mundo ficticio de Harry Potter, creado por la escritora J.K. Rowling, el basilisco es una serpiente de gran tamaño, de un verde brillante, con un veneno mortal muy poderoso y rápido. Sin embargo, su carácterística más mortal es la de matar con la mirada.
Basiliscos en el arte
Basiliscos en la literatura [editar]En la literatura, podemos encontrar a un basilisco, el el libro número dos de la saga de Harry Potter, Harry Potter y la camara sacreta.
Basiliscos en la escultura
En la escultura, la figura del basilisco se usaba principalmente en los capiteles de las iglesias, buscando esa finalidad didáctica de asustar a los analfabetos fieles con los horrores del infierno.
Puntualmente se puede encontrar en tallas de marfil y artes aplicadas.
EL BASILISCO III
ResponderEliminarEl basilisco es una criatura mitad ave mitad reptil.
Es una especie de serpiente cruzada con gallo, las dos criaturas se encuentran estrechamente relacionadas con la muerte y con el renacimiento (el gallo canta al salir el sol y la serpiente cambia de piel).
Se dice que su sangre posee propiedades terapéuticas.
Su nombre significa pequeño rey y se le adjudico por las pequeñas señales que tiene en la cabeza que se asemejan a una corona.
La imagen del basilisco en la que es un gallo con cola de serpiente, surgió en la edad media.
La primera referencia que se tiene sobre esta criatura nos es aportada por Plinio el Viejo un escritor latino del siglo I, quien escribió el libro "Historia natural", que refleja lo que los antiguos romanos creían sobre la naturaleza.
Segun Plinio, el basilisco es una serpiente pequeña pero letal, de no mas de 30 cm de largo, procedente del norte del África.
Se decía que el basilisco atacaba a sus victimas con el cuerpo erguido (en lugar de arrastrarse como otras serpientes) y era capaz de incendiar arbustos y quemar rocas solo con respirar cerca de ellas.
Se cree que habita desiertos, no por gusto sino porque todo lo que rodea a esta criatura terminaba siendo quemado y debastado debido a su aliento abrazador.
Los basiliscos poseen dos debilidades, el olor de la comadreja y el canto del gallo. Solo bastaba con encerrar a la criatura en una madriguera de comadreja o hacer que oiga el canto del gallo para que comienza a combulsionar y morir posteriormente.
A pesar de estas debilidades, la mejor defenza contra estar criaturas es simplemente sostener un espejo frente a ellos y que su propia mirada los mate del puro miedo.
Lo mas probable es que el basilisco, al igual que muchas otras criaturas fantásticas, alla derivado de un animal real: la cobra egipcia, la cual posee un veneno letal, se mueve con la cabeza erguida y su cabeza posee marcas similares a una corona.
La mayoría de los escritores de la antigüedad describían animales exóticos de lejanas tierras sin averlas visto jamas y valiéndose de las envellecidas historias de los viajeros, y junto con el boca a boca, fue creciendo la creencia en el basilisco y su imagen.
Ya en la edad media, con la publicación de los bestiarios surgió la imagen del basilisco como un monstruo con forma de serpiente y cabeza, alas y patas de gallo (en la tradición griega y romana solo eran serpientes).
Al parecer esta extraña imagen del basilisco surgió con una leyenda sobre su nacimiento, la cual afirmaba que nacían de un huevo de gallo (si, de gallo :P), puesto en la ladera de una colina e incubado por un sapo.
Esta es la imagen del basilisco mas conocida y reprecentada en el arte medieval y heráldica, aveces con el cuerpo cubierto de plumas y otras con escamas.
MORAL -EJA
ResponderEliminarCOMA - DREJA
Cuando veas una mezcla en un cuerpo de dos, déjate llevar y... cómete la mejor.
A LA ATENCIÓN DE Dª T.G.
ResponderEliminarLos comentarios en el Blog de La Nave no se pueden poner. Sé que no es culpa de Dª Ginebra , ni tampoco mía ni tuya. Pero no aparecen reflejados en su blog.
Gracias T.G.
ResponderEliminar¡Que pena, Dorta, no haberte tenido antes como amigo para que me hubieras documentado tan profundamente sobre un trabajito que me encargaron en la Facultad sobre esos animalitos tan presentes en los capiteles románicos y góticos.
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