RETRODEZCAN

Este imperativo es del todo incorrecto pero me resulta más contundente que el original RETROCEDAN. Por lo tanto, si la Real Academia de la Lengua Española me lo permite, desde hoy en adelante haré uso exclusivo de él.
Con RETRODEZCAN pretendo dar a conocer parte de mi obra pictórica, escultórica, fotográfica y, en menor proporción, literaria y, a la vez, mantener una corriente de opinión sobre los acontecimientos de naturaleza artística de hoy día.
Espero que tomeis la sabia decisión de manteneros a una distancia prudencial de mis opiniones aquí vertidas que no siempre tienen por que ser del agrado de la mayoría; ¿o, sí?

domingo, 19 de abril de 2009

Homenaje a la fallecida CORÍN TELLADO

Aprovechando las vacaciones del verano de 1968 abandoné definitivamente mi empleo en el Colegio Farmaceutico de Barcelona, -entonces en la Vía Layetana,- para, en Septiembre de aquel mismo año, incorporarme como recluta en Hoya Fría al servicio militar obligatorio. Contaba entonces 22 años y acababa de "rodar"en Barcelona una fotonovela como protagonista de la serie CORIN TELLADO para la Editorial Bruguera cuyo director a la sazón era, además, un conocido guionista de novelas radiofónicas de cierto éxito: MATIAS GUIÚ.

No vale la pena citar aquí ninguna de las características del argumento en cuestión pero sí mentar la proyección popular que tuvo entonces en el Puerto de la Cruz el hecho de que uno de sus conocidos paisanos apareciera a nivel nacional, bajo el nombre de Hugo, como protagonista de una fotonovela de CORÍN TELLADO. De ello guardo alguna anécdota curiosa.

A falta de revistas pornográficas, - por estar rigurosamente prohibidas todavía su edición en España-, muchos miembros de aquellos largos reemplazos de Hoya Fría mataban tranquilamente el tiempo entretenidos no solo en leer aquellos insulsos argumentos amorosos sino en apreciar, sobre todo, las atrevidas anatomias que exigía el guión de sus bellas protagonistas femeninas.

Un buen día, desde una litera próxima donde se hallaba cómodamente tumbado, un recluta me gritó:

-Mi cabo: en esta fotonovela aparece un individuo que es clavadito a Vd.; sólo que lleva perilla.

Como yo le dijera que, efectivamente, era yo, el recluta se tomó mi respuesta muy en broma, -creyendo que le mentía a propósito-, por cuanto en uno de los fotogramas, Hugo, es decir, yo, aparecia entre sábanas sobre una ancha cama de matrimonio, felizmente acompañado de una atractiva señorita rubia, mi "partenaire" que, para más señas era nórdica, no muy simpática, -todo sea dicho-, y que trabajaba entonces como Disc-jockey en un célebre Club-Discoteca de la parte alta de Barcelona llamado BACARRÁ. Lo que ningún lector podía imaginarse es que bajo aquellas blancas sábanas, los actores permanecíamos vestidos hasta la parte superior de nuestras respectivas sugerentes anatomías.

4 comentarios:

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  2. No cabe posibilidad de que la señoría es el resultado de una gran duda

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  3. Estimado Dorta:
    Tengo una sensibilidad especial para captar tu sentido del humor pero no logro acertar hoy la profundidad que se deriva de tu interesante post.

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  4. De hecho he escrito una coletilla final al texto por la que queda despejada la duda de que permanezcamos bajo las sábanas desnudos.

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