Lo más probable es que Lady Ginebra, tal y como se le había hecho creer en un principio, esperara que el anunciado desembarco de sus compañeros se produjera en alguna solitaria bahía próxima a Santa Cruz de Tenerife, sin embargo, en previsión de que su bella colega pudiera ser intencionadamente seguida hasta la costa sur por parte del Servicio de Contraespionaje alemán, Livingstone y Stanley habían tomado la inteligente precaución, -ante esta probable eventualidad-, de utilizarla como señuelo aunque sin su conocimiento previo, optando, en última instancia, por cambiar el lugar de desembarco en el extremo opuesto de la isla.
El resultado de este repentino cambio obedecía tan sólo a la inquietante sospecha que ámbos hombres albergaban respecto de que Lady Ginebra pudiera haber sido invitada a casa del barón, precisamente ese mismo día, con el único propósito de alejarla lo más rápidamente posible del supuesto lugar indicado para el esperado desembarco con lo que Livingstone y Stanley hubieran quedado entonces totalmente abandonados a su suerte y sin el suficiente y necesario apoyo logístico prometido que requería el éxito de tan complicada operación además de completamente indefensos frente al que consideraban su peor y más encarnizado enemigo. De cualquier modo, Lady Ginebra, sin proponérselo siquiera, les habría ahorrado aquel probable peligro haciéndoles, sin querer, el enorme favor de haber aceptado la gran influyente invitación a tan concurrida cita.
El cofre, depositado por obra del leal y diligente asistente de su colega y hallado posteriormente por los dos hombres cerca de la pequeña rada de Garachico, donde finalmente habían decidido desembarcar, contenía, además de instrucciones precisas destinadas para la acción inmediata, armas, munición, mapas, brújulas, así como avituallamiento necesario para un par de semanas de subsistencia como mínimo, tiempo estimado que consideraban tardarían en encontrarse finalmente con su contacto en Santa Cruz.
El resultado de este repentino cambio obedecía tan sólo a la inquietante sospecha que ámbos hombres albergaban respecto de que Lady Ginebra pudiera haber sido invitada a casa del barón, precisamente ese mismo día, con el único propósito de alejarla lo más rápidamente posible del supuesto lugar indicado para el esperado desembarco con lo que Livingstone y Stanley hubieran quedado entonces totalmente abandonados a su suerte y sin el suficiente y necesario apoyo logístico prometido que requería el éxito de tan complicada operación además de completamente indefensos frente al que consideraban su peor y más encarnizado enemigo. De cualquier modo, Lady Ginebra, sin proponérselo siquiera, les habría ahorrado aquel probable peligro haciéndoles, sin querer, el enorme favor de haber aceptado la gran influyente invitación a tan concurrida cita.
Lo lamentable de ese repentino cambio consistía en la inesperada renuncia involuntaria al exquisito "cus-cus" al que Lady Ginebra les tenía ya acostumbrados y con el que solía obsequiarles en cada uno de sus amistosos o profesionales encuentros.
El cofre, depositado por obra del leal y diligente asistente de su colega y hallado posteriormente por los dos hombres cerca de la pequeña rada de Garachico, donde finalmente habían decidido desembarcar, contenía, además de instrucciones precisas destinadas para la acción inmediata, armas, munición, mapas, brújulas, así como avituallamiento necesario para un par de semanas de subsistencia como mínimo, tiempo estimado que consideraban tardarían en encontrarse finalmente con su contacto en Santa Cruz.
Estimado Stanley:
ResponderEliminarLe dejo está nota en el lugar establecido. Espero que le haya servido el material dejado en el cofre. Le comento que en las proximidades del lugar que le señalo en el mapa podrá encontrar otro lugar de avituallamiento y existe un pequeño grupo de personas que podrían apoyar su causa. No entiendo el alemán ni tengo conmigo un traductor de dicha lengua. En la nota interceptada decía lo siguiente:
Let's kill Livingston. Es ist alles bereit zu töten heute Abend um zehn Uhr. Wird vergiftet in einem Glas Wein Land. Grüße.
Herr Humboldt
Sir Lancelot
A continuación le mando el enlace con el que podrá traducir cualquier mensaje secreto que le manden en la legua que quiera:
ResponderEliminarhttp://translate.google.com/translate_t?hl=es#
No lo difunda.
Sir Stanley
Gracias STanley. Seguiremos en contacto.
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