En el interior del catafalco que se aprecia en primer término, yace el cuerpo de la famosa muñeca BARBIE. El resto se corresponde con el decorado que yo he ideado expresamente para su PANTEÓN.
Como ya había anunciado hace unos días, mi pretensión como artista consistía, a través de este sencillo trabajo para la Facultad, en enterrar definitivamente todo lo que de símbólico se le ha atribuído desde siempre en nuestra cultura occidental al color blanco: pureza, inocencia, etc. etc. Ese es, precisamente, el motivo de enterrar a la BARBIE, representante simbólica de la supremacia de la raza blanca infantil.
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