Acudí con retraso a la cita. Cuando por fín logré llegar, el grupo se encontraba en pie, reunido ya en el salón, frente a las vitrinas de carpintería de caoba. Trás los cristales, sobre estanterías de igual noble madera, se alineaban en perfecto orden una serie de recipientes planos, no muy grandes y de distintos materiales y formas. Estas últimas podían ser circulares, triangulares, cuadradas o rectangulares independientemente del peso y el color de la composición del artilugio pero, por lo general, mostraban además dos distintos detalles comunes a todos ellos que los hacían únicos en su especie y otrora prácticamente imprescindibles: el servir de soporte publicitario a los más diversos productos de entonces y el poseer una o varias endiduras acanaladas en la parte superior de cada uno de sus bordes. Por lo demás, los recipientes presentaban en su conjunto una delicada forma cóncava aunque de muy escasa profundidad.
Permanecimos en silencio mientras, absortos, contemplábamos el motivo de nuestra visita a aquel museo. La delicada voz de la guía nos sacó de nuestro ensimismamiento para recordarnos que hacía por lo menos unos mil años, prácticamente, en todo el mundo se conjugaba entonces, con bastante frecuencia, un verbo que hoy día había caido totalmente en desuso. Sin embargo, aquel verbo que según ella ya había dejado de conjugarse del todo, guardaba, a la sazón, una directa relación con aquella serie de recipientes que ahora contemplábamos incrédulos.
-¿Sabe alguien de que verbo se trata? -preguntó con una elegante media sonrisa dibujada en su rostro.
Como todos permaneciéramos mudos, ocultando bajo nuestro propio silencio cualquier asomo de ridículo por nuestra más que obvia ignorancia, decidió, no sin cierto titubeo, responder ella misma: ¡¡FUMAR!!
FUMAR: verbo, 1ª conjugacion. 1).- Echar o despedir humo
2).- Aspirar y despedir el humo del tabaco, opio, anís, etc.
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