A lo largo de todo el siglo XV, y en especial durante el Renacimiento, los artistas trabajaban mucho sobre las connotaciones que en la personalidad de los retratados arrojaban los llamados "afectos". Es decir, los gestos, las muecas, los detalles físicos del rostro; en definitiva, las expresiones.
Aquí reproduzco algunas fotografías que muestran algunos "afectos" a los que hacian alusión los renacentistas y que, desde mi punto de vista intuyen también el carácter.
Pero voy mucho mas lejos; me explico: todos ellos son canarios y sus rostros representan la esencia de la tierra que me vió nacer; en unos mas que en otros pero, en cualquier caso, lo que siempre me ha interesado de mi lugar de origen no es precisamente su paisaje sino sus gentes, su paisanaje. En este sentido puedo afirmar que el paisaje de Tenerife, vistas este puñado de antiguas fotografías, resulta maravilloso. Aún lo sería más si tan bello paisaje fuera acompañado de todo lo que yo espero de mis paisanos en materia espiritual, humanística y no sólo de todo aquello que determina lo físico, lo material.
Por eso me gustaría estudiar a fondo los "afectos" de esos otros canarios que dirigen la política isleña de nuestro tiempo y hacerme una perfecta idea de su auténtica personalidad, de su verdadero carácter, para luego establecer si tienen derecho o no a salir en la foto o si creen pertenecer a ese otro paisaje que tanto me interesa y que para mí representa la verdadera idiosincracia y personalidad del paisanaje tinerfeño.
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