RETRODEZCAN

Este imperativo es del todo incorrecto pero me resulta más contundente que el original RETROCEDAN. Por lo tanto, si la Real Academia de la Lengua Española me lo permite, desde hoy en adelante haré uso exclusivo de él.
Con RETRODEZCAN pretendo dar a conocer parte de mi obra pictórica, escultórica, fotográfica y, en menor proporción, literaria y, a la vez, mantener una corriente de opinión sobre los acontecimientos de naturaleza artística de hoy día.
Espero que tomeis la sabia decisión de manteneros a una distancia prudencial de mis opiniones aquí vertidas que no siempre tienen por que ser del agrado de la mayoría; ¿o, sí?

viernes, 15 de julio de 2011

ASÍ EMPEZÓ TODO: 1959 (La infancia del Pop-Rock tinerfeño)



Muy poca cosa tengo que objetar respecto de la interesante 2ª edición del libro  que sobre la  infancia del Pop-Rock tinerfeño ha conseguido editar el también músico Antonio Reyes, como no sea la omisión, -quiero pensar que no deliberada-, de las identidades de los tres componentes del grupo  cuya fotografía aparece en la introducción, inmediatamente después del prólogo de Job Ledesma, y en la me reconozco a mi mismo tanto en la primera edición como en esta otra.

Para mayor información y de izquierda a derecha se tratan de Zoilo López, José de Dios Palau y Juan Carballo, componentes los tres del Conjunto Tropical que antes de los años 60 ya incluían en su repertorio un subgénero de Rock llamado Rockabilly.

Por aquel entonces, yo, Zoilo, contaba trece años, José catorce y Juan unos dieciseis que como dijera en su momento el popularísimo SOMAR, "entre los tres no suman ni 45 años". Todos vivíamos en La Cuesta donde habíamos llegado a alcanzar cierta credibilidad gracias a programas en directo como Festival de las Estrellas en Radio Club Tenerife y un popular concurso denominado "El perrito" en Radio Juventud de Canarias.
La gran notoriedad nos vino dada por la exitosa intervención en un  magno concurso-festival (bastante anterior a "LO MEJOR ESTÁ EN MI BARRIO") celebrado en la Plaza de Toros de Santa Cruz de Tenerife donde la actriz catalana Mary Santpere, conductora del evento, nos hizo entrega de un sobre con quinientas pesetas con  el que se premiaba al segundo clasificado. En primer lugar había quedado un joven afectado de poliomelitis que con su extraordinaria voz de tenor había interpretado magistralmente un aria de ópera que le reportaría un premio de mil pesetas.

Algo más tarde vendrían las actuaciones por  distintos pueblos de la isla, contratados para las fiestas mayores organizadas por sus respectivos Ayuntamientos.
Fuimos también apadrinados por un prestigioso ginecólogo de Santa Cruz, cuyo nombre y el de su clínica en el barrio del Toscal lamentablemente he olvidado, para actuar en el Teatro Leal o en el elegante Hotel Tagore, -tampoco lo recuerdo-, de La Laguna con motivo de la puesta de largo de un grupo de señoritas de la alta sociedad de entonces.

Es muy probable que muchos de los grupos a los que hace referencia Antonio Reyes hubieran empezado por la misma época que nosotros pero puedo asegurar, con permiso de mi amigo Carballo, que  los primeros en interpretar temas de Rock con guitarras españolas con pastillas, sin duda, fuimos Juan, José y yo, el llamado Conjunto Tropical.

Para dar una idea de nuestra desmesurada afición por la "música moderna", en ocasiones y como consecuencia de nuestros paupérrimos recursos, recurríamos a enchufar las guitarras en aparatos de radio convencionales para conseguir un sonido lo más aproximado posible al de una eléctrica.

Desde el punto de vista sociológico resulta interesante manifestar cómo los primeros rockeros solían provenir de familias de cierta solvencia económica -dado el coste de los instrumentos- frente a otros que, como nosotros, teníamos que recurrir a complicados subterfugios electrónicos para conseguir un sonido similar al de los demás.

Una idea de nuestra falta de recursos la da el hecho poco conocido  de que la caja que percutía José de Dios durante nuestras actuaciones había sido un regalo del propietario de una molienda de gofio de La Cuesta llamado D. Ceciclio Diaz, padre del que años más  tarde se  convirtiera en  el excelente locutor de radio que espero siga siendo, Fabriciano Díaz.

Aquella caja había despertado hasta tal punto la admiración de nuestros colegas músicos que, en ocasiones, José de Dios se veía obligado a prestarla durante muchas de sus actuaciones.
Por aquel entonces, el simpático Angelito, hermano de Juan y excelente baterista que fuera de LOS SALVAJES aún no había acariciado entre sus dedos ni siquiera un par de malas baquetas; tal era su juventud. Sin embargo era capaz, con tal de aclararse el pelo, de vertirse en la cabeza medio frasco de agua oxigenada con toda naturalidad.
¡¡MALDITA GUITARRA DE PALO!!, exclamábamos a veces.

Con eso y con todo, sólo me cabe felicitar a Antonio Reyes no sólo por su excelente trabajo de investigación sino además por la desinteresada deferencia en publicar una foto con la que me identifico plenamente y que forma parte de mi particular patrimonio emocional y cultural.

No hay comentarios:

Publicar un comentario