El lunes de la pasada semana eché en falta mis imprescindibles gafas de vista. A pesar de haber registrado toda mi casa y el interior del coche sin ningún éxito, corrí la voz entre mis vecinos más próximos por si las hubieran encontrado en los alrededores comunes de la urbanización dónde vivo. Mi vecino de enfrente, Miguel, creyo haber visto un cartelito a la entrada de la Urbanización, junto a los buzones, que advertía del hallazgo de unas gafas.
En ocasiones, aún prescindiendo de las ya conocidas redes sociales, existen otros canales de comunicación sumamente interesantes. Un sofisticado entramado de noticias, escritos de puño y letra y estratégicamente colocados que advierten sobre ventas de apartamentos, vehículos de segunda mano, localización de vias de agua para pozos, venta de leña a domicilio, poda de árboles, etc., etc. repartidos por los sectores más inesperados de mi entorno, como puedan ser el Bar de la Zona deportiva, los contenedores de basuras, los buzones de correos,. etc.
A pesar de que cumplen una función enormemente práctica se nota que, al contrario de lo que ocurre en las redes sociales, estas vías de comunicación carecen por completo de correctores del leguaje y por lo tanto debemos asumir el riesgo de malinterpretarlas tal y como me sucedió a mí al leer la nota en relación a mis gafas pero no por ello dejaré de agradecer siempre la molestia tomada por unos desconocidos que yo creí extranjeros por su sintáxis y ortografía y sin embargo resultaron ser un aguerrido caballero exlegionario y su amable y simpática esposa.
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