Ha llegado hasta nosotros la muy triste noticia del fallecimiento de nuestro gran amigo Luis. Nos fue comunicada por su propiio hijo, Quim, con el que coincidímos, después de muchos años, en nuestra propia casa el dia en que su padre quiso sorprendernos con una entrañable visita a Cataluña hace ya algunos años.
Carmen y yo guardamos un muy agradable recuerdo de toda su familia, desde su madre Juani, también fallecida, como de todos sus hermanos y hermanas amén de sus simpáticos cuñados y cuñadas.
Nuestra amistad venía de lejos; prácticamente desde que mi familia llegó al Puerto de la Cruz cuando mi hermano y yo aún no habíamos cumplido los dieciocho años. Pasado algún tiempo, mi hermano terminó trabajando en el comercio propiedad de la familia de Luis. Sin embargo, casualidades de la vida, Luis y yo nos encontraríamos ya de adultos en Barcelona: él estudiando podología y trabajando como practicante y yo como camarero en un pequeño restaurante de la calle Pedro Lastortras.
Entre ámbos alquilamos un modestísimo piso en la calle Mediana de San Pedro (tan modesto que no tenía ducha aunque sí retrete) muy próximo a nuestros respectivos empleos y mucho después, durante una temporada, se uniría a nosotros Leocadio.
Rememorar nuestro encuentro en Barcelona sólo ha valido como socorrido pretexto para mostrar unas fotos de aquella época como homenaje a un gran amigo repentinamente fallecido.
Este es su hijo Quim el día en que junto a su padre nos visitara en Girona.
Esperanza, hermana de Luis, fallecida hace años en el Puerto de la Cruz
Distintas fotos de Luis durante su estancia en Barcelona como estudiante
Cada día acudíamos a la Plaza Urquinaona, muy cerca de casa, para tomar una reconfortante ducha caliente. En esta foto, aparte de Leocadio, también aparece Pedrito que pasaría unos dias con nosotros camino de Londres
Nuestro amigo Leocadio delante de la catedral de Barcelona.
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