Hace ya algún tiempo que he sido convenientemente vacunado contra esa oscura pandemia que todavía hoy asola los distintos medios de comunicación nacionales y/o extranjeros y que algunos continúan describiendo como RABIOSA ACTUALIDAD.
Antaño, -antes de que los nuevos medios de comunicación de masas hiciesen su aparición, la llamada RABIOSA ACTUALIDAD, -la mayoría de las veces manipulada-, solía aparecer muy de cuando en cuando, despertando entre los asiduos a cierta prensa escrita un precario interés por la noticia o, -cuando no-, una también cierta incredulidad por cuanto la mayoría éramos conscientes de que el término RABIOSA se encontraba a menudo asociado a distintos aspectos de la vida ordinaria que nada tenía que ver con lo realmente trascendente entonces desde el punto de vista social o político. De RABIOSA ACTUALIDAD podía considerarse el fichaje millonario de un futbolista, la fastuosa boda de una joven princesita europea o lo último en materia de moda por parte de Chanel, por poner sólo algunos ejemplos.
Contra la RABIOSA ACTUALIDAD solíamos para ello CURARNOS DE ESPANTOS y de ese modo soportar así mucho mejor lo que determinados sectores de los medios de comunicación, -léase prensa, radio y televisión-, consideraban prudente sobre lo que, a su criterio, deberíamos de ser advertidos o informados sin que el astuto,-para ellos-, fantasma de la LIBERTAD DE EXPRESIÓN hiciera de pronto su fatal aparición haciendo mella entre todos nosotros y terminara también por CURARNOS EN SALUD, arrojándonos a la pura realidad social de la calle y despojándonos de las pocas esperanzas de paz de las que disponíamos en los duros años de posguerra.
Desgraciadamente, casi todo aquello que hoy se publica en el seno de las REDES SOCIALES parece seguir dando sensación de RABIOSA ACTUALIDAD, o con esa cínica intención lo propagan algunos. De modo que, -para CURARME EN SALUD-, a nivel particular puedo afirmar, sin temor a hacer el ridículo y por la misma razón, me niego rotundamente a formar parte de ese intrincado mundo virtual formado por Twitter, Lindekin, Facebook, Instagram, etc., etc., y tan sólo pretendo disfrutar de lo que yo ahora doy en llamar con respeto RIGUROSA ACTUALIDAD.
De RIGUROSA ACTUALIDAD, por ejemplo, puede considerarse hoy el anuncio de la exigente voluntad de la Generalitat de Catalunya en continuar con firmeza su proceso soberanista, exigiendo del Estado español el derecho a una independencia tal que les permita en breve la creación de una tan deseada República Catalana, siempre que se produzca el tan delicado acontecimiento de un inesperado triunfo mayoritario en las urnas a través de una también imprevista votación de la mayor parte de la ciudadanía el próximo uno de Octubre que daría lugar a la puesta en marcha de la denominada Ley de Desconexión de la que otros muchos esperan que ni siquiera se produzca. En lo que a mi familia respecta, nos encontramos, -sin desearlo siquiera-, con un pié al otro lado de la frontera de un imprevisto nuevo país del que, -si nadie lo remedia-, para bien o para mal, pasaremos a formar parte en el futuro como ciudadanos de pleno derecho. Así están las cosas y así habrá que considerarlas.
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