Con lo bien vestida y elegante que va siempre y la seguridad de la que presume al caminar ¿Cómo es posible que se haya podido meter en tamaño charco de agua sucia a punto de culminar la excursión? Bien es verdad que el trayecto no ha sido nada fácil y que, últimamente, la china de Granados alojada en el zapato ha dificultado mucho su andadura política pero de ahí a ensuciarse hasta los tobillos los bajos del pantalón por semejante amaño de un master resulta del todo, cuanto menos, incomprensible.
¿Acaso el dichoso master le resultaba imprescindible para ejercer su cargo como Presidenta de la Comunidad de Madrid, o se trataba tan sólo de un capricho universitario con que alimentar su ya crecida vanidad? Ni lo uno ni lo otro es lo que ella ha asegurado en su favor, afirmando que sólo se trata de un error en las actas de tan prestigiosa universidad pero lo cierto es que unos y otros implicados se contradicen en sus declaraciones tal y como ha venido demostrando EL DIARIO.ES.
Otros universitarios menos afortunados no han podido pretender a un master universitario habida cuenta de lo que cuesta en euros y por ende han renunciado a él hasta tiempos mejores, económicamente hablando, pero la Sra. Cristina Cifuentes cuyo poder adquisitivo es ya bien visible en su exquisita manera de vestir ¿Qué necesidad tiene de apañarlo aun habiéndolo pagado como cualquiera? ¿Quizá le parezca excesivo no sólo asistir a diario a clase sino también presentarse al examen de final de master en previsión de que pudiera ser suspendida por incapacidad?
Sea como fuere, sí que habrá de pagarse un master en credibilidad política si lo que desea es salir precipitadamente del perímetro de acusaciones por fraude con las que la mayoría de partidos de la oposición le acusan ya sin descanso.
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