Algunos miembros del Partido Socialista ya han empezado a insinuar que sin la tolerancia del resto de partidos en relación a las decisiones de gobierno últimamente adoptadas en materia social y económica por parte del ejecutivo de Pedro Sánchez, sería prácticamente imposible agotar la legislatura tal y como se habían propuesto en un principio, después de la moción de censura presentada contra Mariano Rajoy y apoyada por todos aquellos otros que esperaban una suculenta recompensa toda vez su voto fuera emitido a favor de la decisión socialista tomada.
No estaría por demás pensar, ante ésta velada amenaza de unas elecciones anticipadas, que lo que en el fondo pretenden los socialistas es crear un clima de pánico generalizado entre el resto de partidos de izquierda que en su día le apoyaron, incluidos los independentistas catalanes, en el sentido de que tal y como se presentan hoy las cosas en el seno del PP a tenor de la radicalización impulsada en su seno por parte del nuevo presidente PABLO CASADO, más les convendría a todos “malo conocido que peor por conocer”.
Las aspiraciones y anhelos, si exceptuamos a CIUDADANOS, del resto de partidos que apoyaron condicionalmente a los socialistas en la mentada moción de censura se verían seriamente truncados si convocadas unas nuevas elecciones, el partido ganador resultara ser el PARTIDO POPULAR con toda ese escoramiento hacia la derecha más ortodoxa auspiciada por el joven delfín de AZNAR.
De modo que, mal que les pese, todos aquellos partidos que se comprometieron con SÁNCHEZ en forzar la salida de MARIANO RAJOY harían bien en soportar por un tiempo, por el momento limitado, todos los inconvenientes que se desprenden de su gestión en intentar gobernar con sólo 85 diputados más todos aquellos otros apoyos de la oposición que consiguiera sumar con tal de no facilitar gratuitamente las extremas pretensiones de PABLO CASADO de hacerse con el poder.
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