A mi paso por Canary Islands rumbo al continente africano, obtuve esta curiosa instantánea de Su Graciosa Majestad.
Esta foto está dedicada a mi queridísimo amigo Stanley quién supo encontrarme mucho más tarde en el corazón de Africa cuando ya todo el imperio británico me creía desaparecido "for ever" mientras yo, a duras penas, lograba sobrevivir en el seno de una de las tribus salvajes más hospitalarias de todo el continente negro.
Se la dedico a mi gran amigo Stanley por dos razones fundamentales:
1º. Por expreso deseo de su Graciosa Majestad Queen Elisabeth of England
2º. Por la profunda amistad que me une a mi colega de aventuras y descubrimientos.
Como bien puede apreciarse en la foto, Su Graciosa Majestad, dulcemente enlazada a la cintura de su incombustible esposo Felipe de Edimburgo y conservando ámbos un eficaz anonimato, contemplan, desde el malecón del muelle del Puerto de la Cruz, la arribada a tierra de una de las numerosas embarcaciones de pesca que se dedicaban a esta actividad en el norte de la isla de Tenerife.
Como dato curioso puedo agregar que los calcetines que enfundan sus delicadísimos pies y que luce la Reina Isabel en la foto fueron confeccionados a mano para la ocasión por una de las múltiples y populares tricotadoras de la cercana villa de La Orotava donde residía la real pareja durante el transcurso de sus apacibles vacaciones.
Yo les sorprendí de esta guisa entonces y justo hoy, cuando se cumplen los 35 años de su impresión, tiempo mínimo que las leyes británicas exigen como condición para su publicación, me atrevo a divulgarla para disfrute de sus partidarios y simpatizantes, no sin antes pronunciar a los cuatro vientos, tal y como recomienda el protocolo de la corona inglesa, el imprescindible e inalterable GOD SAVE THE QUEEN.
Hay quién asegura que Su Majestad le fue infiel a su esposo Felipe de Edimburgo precisamente con un personaje ya mentado en este Blog con anterioridad: Manuel "el de los machangos", a la sazón, guardián de la estación de antropoides sita en la famosa Casa Amarilla del Puerto de la Cruz.
A criterio del investigador lagunero Antonio Dorta, hubo de ser precisamente el científico alemán Herr Koëler quién condujera por entonces los numerosos y minuciosos trabajos de campo sobre el comportamiento de los primates confinados en el interior de la estación del Puerto de la Cruz con el único propósito de demostrar de manera concluyente la coincidente influencia entre el luctuoso y furtivo romance entre Su Graciosa Majestad y Manuel "EL DE LOS MACHANGOS" y el gigantesco tamaño que alcanzaran desde su mas tierna infancia los pabellones auditivos del futuro heredero a la corona y que habría de dispensarle sobremanera el excelente oido desarrollado con posterioridad para la disposición músical barroca del Principe Carlos de Inglaterra, más conocido en el continente por el inocente y cariñoso apelativo de "EL OREJAS".
Es posible que algún día pueda saberse toda la verdad sobre el asunto. Por el momento continuamos recabando la suficiente información con el fín de esclarecer no ya la infedilidad de Su Majestad, que según parece ya ha sido demostrada fehacientemente, sino el motivo exacto del desproporcionado crecimiento de las orejas del príncipe heredero a la corona inglesa.
P.D. Los herederos de Sir. Stanley continuan establecidos aún hoy día en la muy noble ciudad de La Laguna y el máximo responsable de la estirpe familiar de su rama canaria no es otro que el mismísimo Sir ANTONIO DORTA, asiduo contertulio y eficaz informador de este modesto Blog.
EL ORIGEN DE LAS OREJAS DEL PRÍNCIPE CARLOS O ¡QUÉ MONADA MAS MONA! EN EL PUERTO DE LA CRUZ.
ResponderEliminarLa Reina Isabel, primogénita de los duques de York y tercera nieta del rey Jorge V de Inglaterra, venía con cierta regularidad al Puerto de la Cruz. Siempre de incógnito y desde mucho antes de que el teniente Felipe de Mountbatten, príncipe de Grecia y Dinamarca y duque de Edimburgo, la conquistara o más bien se fijara en ella..
En marzo de 1945, poco antes de que concluyera la Segunda Guerra Mundial, ingresó en el Servicio Auxiliar de Transporte, para poder venir a Tenerife sin levantar sospechas y para levantar lo que a ella más le gustaba.
En 1947 se casó por el qué dirán y precisamente con este sujeto que lleva el nombre del mono mayor. Don Manuel le decía Felipe porque el mono era “Hermoso” e hijo de una MONA LOCA , Juana, la mona loca y Felipe el Mono Hermoso, por sus atributos y los de Felipe alias “El Bruto”. Fruto de esta unión nacieron Carlos, príncipe de Gales, en 1948 (el de la orejas separadas), Ana, en 1950, Andrés, en 1960, y Eduardo, en 1964. Isabel fue consciente de su papel desde muy joven, y asumió con responsabilidad sus obligaciones de princesa heredera. Pero nunca dejó de venir al Puerto de la Cruz. Siguió manteniendo “sus cosas “ con la normal discreción. Debido a esta circunstancia me he tenido que mantener en esta isla con el fin de salvaguardar el origen de la separación de las orejas.
Isabel venía por que sin que nadie lo sospechara, pues llevaba una relación sentimental con Manuel González, el que fue el cuidador de los chimpancés de Koëhler, trabajo que por cierto se dice que le consiguió ella, pues siempre le decía “ ¡Ay , mi amor, que mono eres!”. Eso y esto pertenece a los grandes secretos nunca sabidos , pues debemos recordar que, ella se convirtió en la heredera del trono teniendo en cuenta que su padre fue coronado en 1936 con el nombre de Jorge VI, tras la abdicación del hermano de éste, Eduardo VIII. Este último debió hacerlo al enamorarse de una plebeya o pre –bella ya que casi todas eran feas, situación que fuen un verdadero escándalo monárquico.
Todo en esta vida tiene una explicación, por ahora no quiero aumentar los secretos de Su Majestad, sólo puedo decir en honor a la verdad que de su afición a los monos del Puerto, y de tanto mirarlos o de forma genética su hijo Carlos, le nació con las orejas separadas. Se sospecha que podría ser por su amor a las monerías.
¡Vivan los hijos de la Gran Bretaña!
¡Que bien informado está Vd., Sr. Dorta!.
ResponderEliminarMe satisface enormemente la cantidad de información que posee Vd. al respecto.
Sabía yo del idilio de su Majestad Elisabeth con Manuel "El de los machangos" pero que llegara tan lejos como para hacer peligrar la sucesión de la corona británica no lo podía ni imaginar. Sin embargo entiendo perfectamente su descubrimiento con solo ver las OREJAS del príncipe heredero Carlos de Inglaterra.
Muy interesante el cotilleo imperial. Antonio tu cabeza camina más que tú, es imposible dominar tanta información, pareces una enciclopedia andante. Lo mismo pasa con tu blog que pones tanto que se pasaría uno el día leyendo
ResponderEliminar¡Viva el buen humor!