DEDICADO EN ESPECIAL A TODOS LOS RESIDENTES EN LA ISLA DE TENERIFE
El suave oleaje del mar, al batir, quebraba sin dificultad las numerosas agudas espinas hincadas a lo largo de toda la orilla de nuestros imposibles sueños juveniles. Al seno del océano serían luego devueltas las astas pero sus diminutas puntas permanecerían por largo tiempo clavadas en el interior de nuestra joven alma, produciendo en ella heridas reversibles que sólo el tiempo, el salitre y el yodo terminarían por restañar años más tarde. Mientras tanto, cientos de inocentes erizos ciegos, en ausencia de sus puntiagudas armas de protección individual, serán devorados sin piedad por siniestras criaturas, protegidas cobardemente bajo el amparo de la oscura superficie del agua de aquel mar en calma cuyas olas permanecerán para siempre acariciando sin cesar el accidentado litoral de nuestra inquietante esperanza.
El suave oleaje del mar, al batir, quebraba sin dificultad las numerosas agudas espinas hincadas a lo largo de toda la orilla de nuestros imposibles sueños juveniles. Al seno del océano serían luego devueltas las astas pero sus diminutas puntas permanecerían por largo tiempo clavadas en el interior de nuestra joven alma, produciendo en ella heridas reversibles que sólo el tiempo, el salitre y el yodo terminarían por restañar años más tarde. Mientras tanto, cientos de inocentes erizos ciegos, en ausencia de sus puntiagudas armas de protección individual, serán devorados sin piedad por siniestras criaturas, protegidas cobardemente bajo el amparo de la oscura superficie del agua de aquel mar en calma cuyas olas permanecerán para siempre acariciando sin cesar el accidentado litoral de nuestra inquietante esperanza.
Muchas gracias por tan bonita dedicatoria.Seguro que todos intentamos disfrutar en la medida que podemos de este entorno que la naturaleza nos ha brindado.. F.TELVI
ResponderEliminarEstimado Livingston:
ResponderEliminarSiempre le ha costado superar la primavera. A mi mi sangre británica me altera. No veo sino las compatriotas mías en ropas menores bañándose tranquilamente en las aguas de ese puerto.
SIr Stanley
Gracias y bienvenidos ámbos.
ResponderEliminarSiempre resulta agradable la presencia en este Blog de tan dignos caballeros: Sir Stanley y el agente Telvi.
Este puerto es magnífico hasta para bañarse sin ropa, Stanley.
Saludos
Te aseguro que en estos días está helado, pero es nuestro y lo queremos tal como es: frío, limpio, oscuro y transparente.
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