RETRODEZCAN

Este imperativo es del todo incorrecto pero me resulta más contundente que el original RETROCEDAN. Por lo tanto, si la Real Academia de la Lengua Española me lo permite, desde hoy en adelante haré uso exclusivo de él.
Con RETRODEZCAN pretendo dar a conocer parte de mi obra pictórica, escultórica, fotográfica y, en menor proporción, literaria y, a la vez, mantener una corriente de opinión sobre los acontecimientos de naturaleza artística de hoy día.
Espero que tomeis la sabia decisión de manteneros a una distancia prudencial de mis opiniones aquí vertidas que no siempre tienen por que ser del agrado de la mayoría; ¿o, sí?

viernes, 21 de agosto de 2009

BRUNO JUAN: incertidumbre (continuación)

Detectives Dorta y Telvi disfrazados en los bajos fondos de Barcelona (El Raval).


Un cierto atardecer en la que el crepúsculo violeta teñía por completo los cristales de mis ventanas, volvió a sonar de nuevo el teléfono. Una vez descolgado el aparato, la misma voz cuya entonación tan bien yo conocía desde la semana anterior, se apresuró casi a susurrar:

-Te felicito por la alta calidad de la falsificación.

Yo permanecí en silencio hasta que, después de unos segundos, la misma voz agregó:

-No me fue nada fácil descubrirlo pero ese no había sido el trato entre nosotros. Doscientos mil euros falsos y quién sabe si también marcados, no tienen posibilidad alguna de ser distribuidos en el mercado.

-El trato consistía en un intercambio, -puntualicé yo haciendo una breve pausa-, y BRUNO no ha dado aún señales de vida; de modo que estamos en tablas, -argüí para finalizar, aparentando una profesionalidad que se encontraba bastante lejos de mi propia idiosincracia.

-Empecemos, pues, de nuevo, -me conminó ahora en tono amenazante la misma voz-.

La voz me emplazó a un nuevo encuentro para el definitivo intercambio prometido, pero esta vez el lugar elegido por el secuestrador fue el espléndido parque de Montjuich. Yo debía asistir a la cita con los doscientos mil euros auténticos y ellos, a cambio, se comprometían a entregarme a su rehén sano y salvo.

De manera que pudiera ganar algo más de su confianza, me las compuse arguyendo que no me sería nada facil reunir tal cantidad de dinero en tan corto espacio de tiempo. Conseguí con ello que me concedieran una semana más de plazo después de la cual no me garantizaban la vida de mi amigo BRUNO. La hora del encuentro ya me la comunicarían en su momento.

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