RETRODEZCAN

Este imperativo es del todo incorrecto pero me resulta más contundente que el original RETROCEDAN. Por lo tanto, si la Real Academia de la Lengua Española me lo permite, desde hoy en adelante haré uso exclusivo de él.
Con RETRODEZCAN pretendo dar a conocer parte de mi obra pictórica, escultórica, fotográfica y, en menor proporción, literaria y, a la vez, mantener una corriente de opinión sobre los acontecimientos de naturaleza artística de hoy día.
Espero que tomeis la sabia decisión de manteneros a una distancia prudencial de mis opiniones aquí vertidas que no siempre tienen por que ser del agrado de la mayoría; ¿o, sí?

miércoles, 16 de septiembre de 2009

EL TORO DE LA VEGA (Tordesillas)

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Pertenezco a una comunidad, -la canaria-, donde el respeto, en general, por los animales, va mucho más allá de la simple tolerancia.

Con el tratado de Tordecillas, España y Portugal se comprometieron a repartirse entre ámbos el mundo conocido y el aún por conocer y por esa razón, a nosotros los canarios, nos correspondió permanecer bajo la tutela de los Reyes Católicos aunque, a decir verdad, en 1494, fecha en que se firma el compromiso y dos años después del Descubrimiento de América, ya formábamos parte del reino.

Supongo que también, unos y otros, exportaron sus milenarias tradiciones como la que todavía hoy se conserva en Tordecillas, -aferrándose fuertemente a una de las más espeluznantes de su historia-, como es la de perseguir a un toro bravo durante el transcurso de una fiesta popular hasta conseguir darle muerte cruelmente lanceado por decenas de jinetes sedientos de sangre y fama.

Si por el contrario hubieramos caido en el lado opuesto en los que el tratado dividía el mundo, nosotros los canarios hubieramos padecido seguramente otra serie distinta de problemas pero, en cualquier caso, estaríamos especialmente satisfechos de sentirnos orgullosos de no pertenecer a un pais donde se sacrifica gratuitamente a un animal en condiciones de total indefensión.

Lo mismo podría decirse en favor de los catalanes. Por muchas otras razones que ahora no vienen al caso, la mal llamada FIESTA NACIONAL no tiene por estas latitudes ninguna repercusión, ni arraigo, ni siquiera razón de ser. A ellos ya les basta con erigir sus magníficos castillos humanos. Una prueba en la que por cierto se pone de manifiesto no solo una muy cuidada y estudiada técnica sino que además se pone en juego el valor que representa la cooperación, la amistad, el compromiso y la superación entre la comunidad.

No debo avergonzarme si confieso aquí que no lamento en absoluto las muchas vidas humanas que se cobran este tipo de festejos populares y cuyos responsables, los distintos Ayuntamientos, deberían de pagar por ellas.

Tampoco me averguenzo de no sentirme del todo ciudadano de hecho de un pais aparentemente democrático, culto, moderno pero cuya sangrienta tendencia a mantener tradiciones y costumbres tan arcaicas hacen de él un lugar inhóspito, insoportable e insolidario; en resumen, un pais por desgracia atávico.

Sólo el hecho de pensar que alguien pudiera hacerle un daño consciente a cualquiera de mis dos perros sería más que suficiente para que yo actuara con toda la contundecia que no sólo me concede mi todavía buena complexión física sino también mi avanzada y respetable edad y que, en mi opinión, tal contundencia se la merece por sus lesivos actos cualquier maltratador voluntario

3 comentarios:

  1. Lo de Tordesillas es tremendo, salvaje, se me acaban los calificativos, increíble lo de la Fiesta Nacional, así estamos, a la cola de todo lo bueno y en cabeza de todo lo malo. Un beso
    Carmen

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  2. Te he contestado donde no correpondía; En la entrada anterior pero ¿que se puede esperar de gente que tortura a un animal, de jóvenes que agreden a sus profesores, de niños que son capaces de violar, de matar, de adultos que matan a sus compañeras, etc. etc.?.
    Me averguenzo de este pais.

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  3. Totalmente de acuerdo con tu acertada opinión sobre el trato que en determinados "festejos" damos a los indefensos animales en España.
    Aquellos que la defienden se basan muchos de ellos en que son fiestas populares y ancestrales. Precisamente por eso, por los cientos de años que han transcurrido desde entonces, deberiamos pensar y actuar de modo diferente. (El tema va para rato)
    Saludos . F. Telvi

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