Como bien dice mi buen amigo José Antonio Piñero Mena, que hoy me ha escrito, esta foto pudiera evocar perfectamente aquella media hora de recreo durante la que disputábamos medio partidito de futbol en la cancha de la que disponía el Colegio de San Fernando de La Cuesta dónde estudiábanos Bachiller.
Un terreno ajeno al Colegío pero muy próximo a él, lleno de piedras y de un polvo dorado que nos envolvía escondiendo más de un regate al contrario y a contraluz de los que casi siempre miraban.
Era un Colegio aquel cuyo director, como casi todos los de entonces, disponía de una reglita con la que en muchas ocasiones nos atizaba de lo lindo. Parecía un mariscal de campo, observando nuestros movimientos con la regla cogida por un extremo y el resto bajo el sobaco.
Estudiábamos por libre, lo que quería decir que nos jugábamos el curso en un exámen final que tenía lugar siempre en las aulas del Instituto de La Laguna. Y así terminamos el Bachiller Elemental; cuarto y reválida. A pesar de que intenté el Superior en una academia de la Calle del Castillo en Santa Cruz, me quedé definitivamente en quinto.
Luego, José Antonio y yo coincidiríamos de nuevo en Hoya Fria, durante el Servicio Militar, donde allí si que abundaban los auténticos mariscales de campo, con sus bastoncitos y todo lo demás. ¡¡Que tiempos aquellos!!
Lo triste es que si hoy no me hubiera escrito este amigo yo nunca hubiera imaginado que alguien llamado José Antonio Piñero Mena habría ocupado y compartido conmigo un lugar en el tiempo y en el espacio de mi propia vida; primero en el Colegio y más tarde en la "mili" y la culpa no habría sido sólo de la maldita distancia sino, además, de la precaria y mala memoria.
Estimado amigo Zoilo.
ResponderEliminarGracias por tu rápida contestación a mis comentarios en tu blog.
Te sigo con regularidad, y con estas tus últimas referencias a La Cuesta, también yo he recuperado algunas de nuestras comunes vivencias.
Dices en tu blog:
” Lo triste es que si hoy no me hubiera escrito este amigo yo nunca hubiera imaginado que alguien llamado José Antonio Piñero Mena habría ocupado y compartido conmigo un lugar en el tiempo y en el espacio de mi propia vida;…..y la culpa no habría sido sólo de la maldita distancia sino, además, de la precaria y mala memoria”
Referiré en torno a tu más que pasión en aquel momento a cerca de la música, aprender a tocar la guitarra y otros instrumentos.
Ahora, muchos años después, frente a mi ordenador, J.A. Pinero Mena ha recordado aquella tarde remota en que su amigo Zoilo lo llevó a conocer el banyo.
Aquellos no eran, ni mucho menos estos tiempos, yo aquel instrumento musical, el banyo, no lo había visto nunca, ni había oído de su existencia, todo lo más quizás lo habría escuchado en la radio, dada la precariedad de medios que nos rodeaba, creo que tú me comentaste que solo hacia unos días que lo tenias, no se si era tuyo o te lo habían prestado, pero te pusiste a tocarlo como si hubiera hecho meses que lo manipulabas.
Un abrazo.
Apreciado J.Antonio:
ResponderEliminarEl banyo en cuestión lo acababa de comprar y mi intención era tocar a la manera americana de Blue-grass.
Lo conseguí a medias una vez instalado en Barcelona. Nos reuníamos unos cuantos Banyistas y pasábamos las tardes tocando.
Si no me lo recuerdas yo no lo hubiera imaginado.
Saludos. Zoilo