En las contadas ocasiones en las que he llegado a hacer examen de conciencia del tiempo vivido hasta ahora, he llegado a darme cuenta de que, precisamente, siempre que hube logrado ganarme la vida hasta llegar a la jubilación, ha sido a través de muy distintos trabajos para los que nunca había estado especialmente preparado, mientras que para aquellos otros que sí lo estaba, nunca tuve oportunidad alguna de acceder a ellos.
Para concretar; en aquellos periodos de tiempo en que por falta de trabajo fijo y estable necesitaba sobrevivir sí que sirvieron de algo mis conocimientos de fotografía, música, bellas artes y literatura pero jamás me aliviaron lo suficiente como para abordar el futuro en condiciones favorables de éxito. Y eso que he trabajado casi de todo, especialmente en aquellos que me garantizaban, por lo menos, la Seguridad Social cara al futuro: oficinista, cajero de supermercado, barman, camarero, jardinero, etc.
Los últimos veinte y ocho años acabé de funcionario público en el Ayuntamiento de Mollet del Vallés, en Cataluña. Y siempre tuve que oír lo mismo: ¿pero que hace un canario como tú en un sitio como éste? Como si el buen clima y la calma de la que se disfruta normalmente en Canarias fueran suficientes como para poder vivir sin trabajar.
Los últimos veinte y ocho años acabé de funcionario público en el Ayuntamiento de Mollet del Vallés, en Cataluña. Y siempre tuve que oír lo mismo: ¿pero que hace un canario como tú en un sitio como éste? Como si el buen clima y la calma de la que se disfruta normalmente en Canarias fueran suficientes como para poder vivir sin trabajar.
Hoy no me arrepiento porque, por fin, dispongo de una modesta pensión que me permite, -por lo menos y aunque sea como entretenimiento-, pintar, fotografiar, hacer música y, sobre todo, escribir.
Me sentía muy desgraciado al no poder subsistir de todo aquello para lo que realmente había estudiado y para lo que, en definitiva, me encontraba bien preparado pero así es la vida. No por ello me alegra saber, sin embargo, que no fui el único y que, desafortunadamente, aún ahora, cientos de jóvenes preparados pasan por idéntica situación a la que pasaron otros y yo mismo entonces. Lo único que cambia es la pregunta que hoy por hoy suelen continuar haciendo: ¿pero que hace un joven español como tú en un sitio como Londres? o como Berlín? o como París? etc., etc.
No hay comentarios:
Publicar un comentario